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Tu nombre se difundió entre las naciones, debido a tu belleza, que era perfecta, gracias al esplendor de que yo te había revestido —oráculo del Señor Yahvé.
(Ezequiel  16, 14) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

וַ‎(וְ)

Hebrew|wa|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

יֵּ֨צֵא‎(יָצָא)

Hebrew|yyˌēṣē|go out

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: wayyiqtol
Verbal stem: qal


[H3318] [j.cq.aa] [893]
[יצא] [GES3211] [BDB3584] [HAL3549]

לָ֥ךְ‎(לְ)

Hebrew|lˌāḵ|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

שֵׁ֛ם‎(שֵׁם)

Hebrew|šˈēm|name

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H8034] [v.dv.ab] [2405]
[שם] [GES7989] [BDB8787] [HAL8726]

בַּ‎(בְּ)

Hebrew|ba|in

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[b.ab.aa] [193]
[ב] [GES855] [BDB923] [HAL939]

‎(הַ)

Hebrew||the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

גֹּויִ֖ם‎(גֹּוי)

Hebrew|ggôyˌim|people

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1471] [c.ba.ag] [326e]
[גוי] [GES1367] [BDB1562] [HAL1569]

בְּ‎(בְּ)

Hebrew|bᵊ|in

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[b.ab.aa] [193]
[ב] [GES855] [BDB923] [HAL939]

יָפְיֵ֑ךְ‎(יֳפִי)

Hebrew|yofyˈēḵ|beauty

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3308] [j.cn.ae] [890c]
[יפי] [GES3200] [BDB3573] [HAL3538]

כִּ֣י‎(כִּי)

Hebrew|kˈî|that

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3588] [k.bg.aa] [976]
[כי] [GES3481] [BDB3883] [HAL3852]

כָּלִ֣יל‎(כָּלִיל)

Hebrew|kālˈîl|entire

Part-of-speech: adjective
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3632] [k.bn.ac] [985b]
[כליל] [GES3523] [BDB3929] [HAL3901]

ה֗וּא‎(הוּא)

Hebrew|hˈû|he

Part-of-speech: personal pronoun
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1931] [e.aw.aa] [480]
[הוא] [GES1856] [BDB2078] [HAL2078]

בַּֽ‎(בְּ)

Hebrew|bˈa|in

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[b.ab.aa] [193]
[ב] [GES855] [BDB923] [HAL939]

הֲדָרִי֙‎(הָדָר)

Hebrew|hᵃḏārˌî|ornament

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1926] [e.as.ac] [477b]
[הדר] [GES1851] [BDB2071] [HAL2073]

אֲשֶׁר‎(אֲשֶׁר)

Hebrew|ʔᵃšer-|[relative]

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H834] [a.gk.aa] [184]
[אשר] [GES812] [BDB872] [HAL890]

שַׂ֣מְתִּי‎(שִׂים)

Hebrew|śˈamtî|put

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H7760] [u.ap.aa] [2243]
[שים] [GES7845] [BDB8634] [HAL8568]

עָלַ֔יִךְ‎(עַל)

Hebrew|ʕālˈayiḵ|upon

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H5921] [k.bg.ac] [1624p]
[על] [GES5848] [BDB6471] [HAL6395]

נְאֻ֖ם‎(נְאֻם)

Hebrew|nᵊʔˌum|speech

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H5002] [n.ad.ab] [1272a]
[נאם] [GES4913] [BDB5499] [HAL5384]

אֲדֹנָ֥י‎(אֲדֹנָי)

Hebrew|ʔᵃḏōnˌāy|Lord

Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H136] [a.be.ac] [27b]
[אדני] [GES136] [BDB145] [HAL149]

יְהוִֽה‎(יהוה)

Hebrew|[yᵊhwˈih]|YHWH

Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3068] [H3069] [e.az.ae] [484a]
[יהוה] [GES2969] [BDB3312] [HAL3292]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



16. Infidelidad de Jerusalén.
En esta alegoría, Ezequiel nos presenta a Jerusalén como una esposa adúltera que ha despreciado los cuidados paternales de Dios, que la eligió como esposa cuando aún no tenía nada de atrayente entre las naciones. La encumbró hasta la categoría de reina, pero después prevaricó, entregándose a los ídolos. El estilo es fuerte y vigoroso, con trazos crudos, muy en consonancia con el radicalismo literario de los orientales. El profeta, ante todo, quiere mostrar a los exilados la culpabilidad de Jerusalén por su inmensa ingratitud para prepararlos espiritualmente para la hora de la catástrofe. La alegoría de la esposa infiel es muy usada en los profetas pre exílicos.

Tierna solicitad de Yahvé por Israel (1-13).
1 Fueme dirigida la palabra de Yahvé, diciendo: 2 Hijo de hombre, echa en cara a Jerusalén sus abominaciones, 3 y di: Esto dice el Señor, Yahvé, a Jerusalén: Eres por tu tierra y por tu origen una cananea; tu padre, un amorreo; tu madre, una jetea; 4 a tu nacimiento, el día que naciste, nadie te cortó el ombligo; no fuiste lavada en el agua para limpiarte, no fuiste frotada con sal ni fajada; 5 nadie hubo que pusiera en ti sus ojos para hacerte algo de esto, compadecido de ti, sino que con horror fuiste tirada al campo el día que naciste. 6 Pasé yo cerca de ti y te vi sucia en tu sangre, y, estando tú en tu sangre, te dije: ¡Vive! 7 Te hice crecer a decenas de millares, como la hierba del campo. Creciste y te hiciste grande, y llegaste a la flor de la juventud; te crecieron los pechos y te salió el pelo, pero estabas desnuda y llena de vergüenza. 8 Pasé yo junto a ti y te miré. Era tu tiempo el tiempo del amor, y tendí sobre ti mi manto, cubrí tu desnudez, me ligué a ti con juramento e hice alianza contigo, dice el Señor, Yahvé, y fuiste mía. 9 Te lavé con agua, te quité de encima la sangre, te ungí con óleo, 10 te vestí de recamado, te calcé piel de tejón, te ceñí de lino fino y te cubrí de seda. n Te atavié con joyas, puse pulseras en tus brazos y collares en tu cuello, 12 arillo en tus narices, zarcillos en tus orejas y espléndida diadema en tu cabeza. 13 Estabas adornada de oro y plata, vestida de lino y seda en recamado; comías flor de harina de trigo, miel y aceite; te hiciste cada vez más hermosa y llegaste hasta reinar.

El profeta recuerda, en nombre de Dios, el origen poco honroso de Israel para humillarla y resaltar la dignidad a que fue elegido como pueblo de predilección. La tierra en que se asentaron sus patriarcas era cananea (v.3). El gran antepasado Abraham es llamado amorreo, que es una designación genérica de los semitas occidentales, en contraposición a los de Mesopotamia. Aunque Abraham estaba establecido en Ur de los Caldeos, sin embargo su filiación étnica parece ser la de los árameos, tribus semitas occidentales instaladas en las riberas del Eufrates, pero que se cambiaban constantemente por la zona del desierto siró-arábigo l. También Israel participaba de un origen jeteo o hitita. Abraham tuvo relaciones con esta población hitita procedente del Asia Menor, pero que tenía ramificaciones en Hebrón y en otras partes de Palestina. Los orígenes de Israel como nación son, pues, desde el punto de vista humano, muy modestos.
Ezequiel presenta a la nación en su infancia, como una niña abandonada en el desierto, recién nacida, sin poder valerse y aun privada de los cuidados elementales debidos a un recién nacido (v.4). Los detalles no tienen valor alegórico, sino puramente literario descriptivo, para resaltar la tierna solicitud de Yahvé, que escogió esta nación, cuidándola con todo mimo hasta hacerla llegar a la edad de la pubertad y dotándola espléndidamente como a una princesa (v.11). Es una alusión a las especiales providencias que Yahvé tuvo para con Israel desde sus primeros balbuceos, como clan organizado en la época patriarcal, y, sobre todo, después en el desierto, haciéndola llegar después a ser una gran nación bajo la dinastía davídica; es entonces cuando, rodeada de esplendor y de riquezas, llegó hasta reinar (v.13). La trayectoria no pudo ser más providencial y desacostumbrada. En todos los momentos de la historia, Israel se salvó gracias a la especialísima protección que recibió de su Dios.
Dios eligió a Israel como nación sacerdotal 2, y, por tanto, como pueblo aparte sobre todos los demás, como intermediario entre Dios y ellos en orden a la transmisión del mensaje mesiánico. La misión no pudo ser más noble. Israel, pues, era verdaderamente una reina entre las naciones. Por eso, su ingratitud fue desproporcionada, y de ahí que su castigo debía ser también excepcional, pues, a pesar de ser esposa de Yahvé, se entregó a todos los adulterios o idolatrías.

Conducta idolátrica de Israel (14-34).
14 Extendióse entre las gentes la fama de tu hermosura, porque era acabada la hermosura que yo puse en ti, dice el Señor-Yahvé. 15 Pero te envaneciste de tu hermosura y de tu nombradía y te diste al vicio, ofreciendo tu desnudez a cuantos pasaban, entregándote a ellos. 16 Tomaste tus vestidos y te hiciste altos coloreados para prostituirte en ellos. 17 Tomaste las espléndidas joyas que te había dado, mi plata y mi oro, y te hiciste simulacros de hombres, fornicando con ellos. 18 Tomaste las telas recamadas y los cubriste con ellas, y les ofreciste mi óleo y mis aromas. 19 También el pan que yo te diera, la flor de harina de trigo y el aceite y la miel con que te mantenía, se los ofreciste en ofrenda de suave olor. Eso hiciste, dice el Señor, Yahvé. 20 Y, a más de esto, tomaste a tus hijos y a tus hijas, los que habías engendrado para mí, y se los sacrificaste para que les sirvieran de comida. Te parecían poco tus prostituciones, 21 y sacrificaste a mis hijos, haciéndolos pasar por el fuego. 22 Y al cometer todas estas tus fornicaciones y prostituciones, no te acordaste del tiempo de tu mocedad, cuando estabas desnuda en tu vergüenza y te revolvías en tu sangre; 23 antes al contrario, después de tantas maldades, hay de ti! dice Yahvé, 24te hiciste en cada plaza un lupanar 25 y en cada calle un prostíbulo, mancillando tu hermosura, entregándote a cuantos pasaban y multiplicando tus prostituciones. 26 Te prostituíste a los hijos de Egipto, tus vecinos de gordos cuerpos, multiplicando tus fornicaciones para irritarme. 27 Por eso tendí yo a ti mi mano, y te quité parte de la dote, y te entregué al capricho de tus enemigas, las hijas de los filisteos, que te aborrecen y se avergüenzan de tu desenfreno. 28 No harta todavía, te prostituíste también a los hijos de Asiría, fornicaste con ellos, sin hartarte todavía. 29 Multiplicaste tus prostituciones desde la tierra de Canaán hasta Caldea, y ni con todo esto te saciaste. 30 ¿Cómo sanar tu corazón, dice el Señor, Yahvé, cuando has hecho todo esto, como desvergonzada ramera dueña de sí, 31 haciéndote prostíbulos en todas las encrucijadas y lupanares en todas las plazas? Y ni siquiera eres comparable a las rameras que reciben el precio de su prostitución. 32 Tú eres la adúltera que, en vez de su marido, acoge a los extraños. 33 A la meretriz se le paga su merced, pero tú hacías las mercedes a tus amantes y les hacías regalos para que de todas partes entrasen a ti para tus fornicaciones. 34 Ha sucedido contigo en tus fornicaciones lo contrario de las otras rameras, pues no te buscaban, y, pagando tú en vez de recibir paga, fuiste al contrario de las otras.

Israel, convertida en nación próspera, se envaneció de su estado de privilegio, y con sus riquezas y abundancia se dedicó a la más desenfrenada idolatría. Así, utilizó las mejores colinas y altos coloreados, o frondosos, para entregarse a sus prostituciones, o prácticas idolátricas. Son los famosos lugares altos o bamoth, lugares tradicionales de cultos sincretísticos, pues en ellos, juntamente con Yahvé, se daba culto a los ídolos 3. Y en el camino de la aberración, Israel llegó a ofrecer a sus hijos e hijas (v.20) a Moloc 4. Con ello, además de contrariar a los elementales derechos humanos, ha violado un pacto, pues los hijos e hijas de Israel pertenecían, por derecho especial, a Yahvé (. que habías engendrado para m1) 5. La idolatría se extendió tanto, que por doquier había un lugar de culto a las divinidades cananeas: te hiciste en cada plaza un lupanar, y en cada calle un prostíbulo (v.24). Y no sólo adoptó los cultos de Canaán, sino que introdujo los de Egipto y Asiría (v.26). Con el impío rey Manases se introdujeron hasta en el mismo templo los cultos asiríos, y después, por influencia de la facción política egiptófila, los de Egipto 6.
Precisamente por estas infidelidades, Dios le retiró parte de su dote como marido celoso, trayendo la carestía sobre el país, y la entregó a las hijas de los filisteos, es decir, dejó que le sojuzgaran las ciudades de la Pentápolis filistea (v.27). El desenfreno de Israel no tuvo límites, por lo que mereció el desprecio de sus mismos enemigos. Su conducta es menos disculpable que la de las mismas rameras, ya que éstas se entregan por necesidad, buscando un precio en su prostitución (v.31), mientras que Israel llegó hasta dar mercedes a sus amantes (v.33), es decir, destinar todas sus riquezas al culto de los ídolos. Ningún pueblo renunció a su Dios para entregarse a los dioses de pueblos enemigos, a no ser Israel, el pueblo elegido 7.

Castigo de tanta ingratitud (35-43).
35 Por tanto, oye, ¡oh ramera! la palabra de Yahvé: 36 Así dice el Señor, Yahvé: Por haber descubierto tus vergüenzas y haber mostrado tu desnudez a tus amantes en tus fornicaciones y a todos los abominables ídolos, y por la sangre de tus hijos que les ofreciste, 37 por eso reuniré yo a todos tus amantes y a cuantos recibiste placentera, y, además de los que amaste, traeré también a los que aborreciste, y los juntaré contra ti en derredor, y les descubriré tus vergüenzas, y contemplarán todas tus torpezas. 38 Te juzgaré como se juzga a la adúltera y a la vertedora de sangre, y te haré sangrienta víctima del furor y del celo. 39 Te entregaré a sus manos, y ellos desharán tu lecho y derribarán tus prostíbulos, te desnudarán de tus vestidos y te arrebatarán todos los ornamentos de tu hermosura y te dejarán desnuda, en cueros. 40 Y harán venir contra ti a las muchedumbres, y te lapidarán con piedras, y te atravesarán con la espada, 41 y pegarán fuego a tus casas, y harán en ti justicia a ojos de muchas mujeres, y haré que ceses de fornicar, y no harás ya más regalos. 42 Saciaré en ti mi ira y se apartará de ti mi celo. 43 Por cuanto no te acordaste de los días de tu mocedad y me provocaste a ira con todas esas cosas, por eso yo también echaré tus caminos sobre tu cabeza, dice el Señor, Yahvé, y cumpliré mis designios contra todas tus abominaciones.

Continúa la alegoría. Israel en su conducta es como una meretriz que ha mostrado su desnudez a todos sus amantes, es decir, se ha entregado a los ídolos de los pueblos que consideró amigos (v.36). Pero Yahvé le entregará a los pueblos que no ha amado. En efecto, por virtud de la justicia divina, los babilonios rodearán a la ciudad de Jerusalén y la arrasarán, y ésta será condenada como adúltera y derramadora de sangre (v.38). La pena del adulterio era la lapidación 8, y la del homicidio era la muerte violenta con derramamiento de sangre 9. Israel, al entregarse a los ídolos, fue adúltera abandonando a su verdadero Esposo, Yahvé; y al sacrificar sus niños a Moloc ha incurrido en el mayor de los homicidios. Los babilonios serán los instrumentos de la justicia divina, de forma que todo lo que constituía el orgullo de Jerusalén como capital de la nación judía desaparecerá como botín. Todas sus riquezas (ornamentos de su hermosura, v.43) caerán en poder de los soldados de Nabucodonosor, y Jerusalén quedará desnuda, indigente y despreciada. En su pobreza extrema no tendrá ya ocasión de fornicar con los ídolos, pues será despreciada de todos sus antiguos amantes. Yahvé echará sobre la cabeza de Jerusalén sus caminos (v.43), es decir, su inicuo proceder, haciéndola gustar el amargo fruto de su perversa conducta.

Paralelo de Jerusalén con Samaría y Sodoma (44.-58)
44 Mira que no habrá proverbista que no te aplique este proverbio: Cual la madre, tal la hija. 45 Sí, eres hija de madre que aborreció a su marido y a sus hijos. Y eres también hermana de tus hermanas, que aborrecieron a sus maridos y a sus hijos. Vuestra madre fue una jetea, y vuestro padre un amorreo. 46 Tu hermana mayor es Samaría, con sus hijas, que habita a la izquierda tuya, y tu hermana menor es Sodoma, con sus hijas, que habita a tu derecha. 47 Y ni aun seguiste sólo sus caminos, ni imitaste sólo sus abominaciones; como si esto fuera muy poco para ti, te corrompiste más que ellas en todas tus sendas. 48 Por mi vida, dice el Señor, Yahvé, que tu hermana Sodoma, con sus hijas, no hizo lo que tú con tus hijas hiciste. 49 Mira cuál fue la iniquidad de Sodoma, tu hermana: Tuvo gran soberbia, hartura de pan y gran ociosidad ella y sus hijas. No dio la mano al pobre, al desvalido; 50 se ensoberbecieron e hicieron lo que a mis ojos es abominable, y cuando lo vi, las quité de en medio. 51 Samaría no pecó ni la mitad de lo que tú has pecado. Tú multiplicaste tus fornicaciones mucho más que ellas, hasta el punto de hacer justas a tus hermanas con todas las abominaciones que has cometido. 52 Lleva, pues, sobre ti tu vituperio, tú que has abogado por la causa de tus hermanas con las abominaciones que más que a ellas te han hecho abominable, viniendo a ser justas ellas comparadas contigo. Sé confundida y soporta tu vituperio también tú, pues que has venido a justificar a tus hermanas. 53 Pero yo mudaré la suerte suya, la suerte de Sodoma y de sus hijas, la suerte de Samaría y de sus hijas, y con la de ellas mudaré también la tuya, 54 para que soportes tu confusión y tu vituperio por todo cuanto hiciste y les sirvas a ellas de consuelo. 55 Tu hermana Sodoma con sus hijas volverán a su anterior estado; volverán también a él Samaría con sus hijas, y tú también y tus hijas volveréis a vuestro estado primero. 56 Ni el nombre siquiera de tu hermana Sodoma se oía en tu boca al tiempo de tu orgullo, 57 antes de que fuera descubierta tu perversidad. Así también eres tú oprobio para las hijas de Aram y para las hijas de los filisteos que te rodean, que dondequiera te desprecian. 58 Lleva sobre ti tu perversidad y tus abominaciones, dice Yahvé.

Los exilados creían que Jerusalén no merecía el castigo de la destrucción, como anunciaba el profeta. Por ello, éste compara la maldad de ella con la de sus hermanas en la perversidad, Samaría y Sodoma. Ellas han sido menos culpables que la capital de Judá, en cuanto que ésta debiera haber escarmentado en el castigo de aquéllas. En realidad, Jerusalén se ha mostrado digna de sus antepasados: cual la madre, tal la hija (v.44). El proverbio popular tendrá en ella plena aplicación. Jerusalén en su formación había heredado las lacras de sus antiguos poseedores los cananeos. Ya antes el profeta le había echado en cara, para humillarla, su origen cananeo: eres por tu tierra y por tu origen una cananea (v.3). Los primeros pasos de Israel como pueblo fueron en medio de una población pagana en tierra de Canaán, de la que sufrió una gran influencia étnica y cultural; sobre todo, de los cananeos heredó su propensión a la idolatría: eres hija de madre que aborreció a su marido y a sus hijos (v.45a). Parece que el dios El fue la divinidad primitiva de la población semítica de Canaán 9. En ese caso, el profeta aludiría a la infiltración de otras divinidades entre los cananeos. Canaán, madre de Jerusalén, en cuanto que esta capital estaba en su territorio, y sus habitantes habían sido influidos de la población cananea, había, pues, aborrecido á su marido, el dios primitivo El, y se había entregado a prácticas crueles con sus hijos, inmolándolos 10.
Jerusalén ha imitado estas abominaciones de su madre Canaán, y además se ha puesto en la misma línea de prevaricación que la nefanda Sodoma y su hermana de sangre Samaría n. Esta es llamada hermana mayor por su mayor vinculación a Jerusalén y, sobre todo, por la importancia que ha tenido su reino históricamente. Se la localiza a la izquierda o norte, según la costumbre entre los antiguos semitas de orientarse mirando al oriente. Samaría se hallaba, pues, supuesta la orientación hacia el este, a la izquierda de Jerusalén, mientras que Sodoma se hallaba a la derecha o sur. Sodoma había quedado en la tradición bíblica como el símbolo de la ciudad maldita por Dios en castigo de sus nefandas acciones. Aquí no se alude a su pecado específico sodomítico, sino a su arrogancia e insolencia por sentirse con hartura de pan (v.49), despreciando así al necesitado. La crueldad es un pecado que los profetas echan frecuentemente en cara a los pueblos paganos 12. Sin embargo, aquí los pecados de Sodoma son considerados como de menor perversidad a los ojos de Dios en comparación con los de la propia Jerusalén, elegida de Yahvé como lugar de su morada. Este privilegio único la hizo más culpable que su hermana Samaría, la cual, a pesar de sus pecados, fue menos culpable que ella: tú multiplicaste tus fornicaciones mucho más allá que ellas, hasta el punto de hacer justas a tus hermanas (v.51). Todas han sido pecadoras, pero hay todavía gradación en la misma maldad, ya que los pecados de Jerusalén revisten una particular malicia, la de su ingratitud para con su Dios 13. Por eso es particularmente merecedora de castigo y en mayor escala que sus hermanas en la prevaricación (v.52).
Como siempre, el anuncio del castigo sobre el pueblo elegido trae a la memoria del profeta, por contraste, la idea de la restauración mesiánica. Los castigos enviados por Yahvé tienen, siempre que se trata de Israel, un carácter purificador, para que se prepare para la nueva etapa gloriosa. Sin embargo, el profeta anuncia un estado de humillación futuro para Jerusalén, ya que estará en plan de pura igualdad frente a sus hermanas, Sodoma y Samaría, en vez de la situación de privilegio que en otros tiempos tuvo. Hubo un tiempo en que Jerusalén evitaba el nombre de Sodoma, porque era considerada como una ciudad maldita por Dios (v.5ó); pero ahora ha sido merecedora también la Ciudad Santa de mayores castigos por sus pecados, en tal forma que se ha convertido en objeto de oprobio para las hijas de Aram y para las hijas de los filisteos (v.58), e.d., las ciudades circunvecinas arameas y de la Pen-tápolis filistea. Los tradicionales enemigos de Judá sentirán una maligna satisfacción al verla humillada por el mismo Dios, que constituía su orgullo y su gloria.

Renovación de la alianza antigua (59-63).
59 Porque así habla el Señor, Yahvé: Voy a hacer yo contigo lo que conmigo hiciste tú, menospreciando el juramento y rompiendo el pacto. 60 No obstante, yo me acordaré de la alianza que contigo hice al tiempo de tu mocedad y confirmaré contigo una alianza eterna. 61 Y tú te acordarás de tus obras y te avergonzarás cuando recibas a tus hermanas mayores y menores, que yo te daré por hijas, mas no ya por el pacto hecho contigo. 62 Yo renovaré mi alianza contigo, y sabrás que yo soy Yahvé, 63 para que te acuerdes y sientas vergüenza y nunca más, de vergüenza, te atrevas a abrir la boca, cuando te habré perdonado cuanto hiciste, dice el Señor, Yahvé.

Yahvé castigará a Jerusalén por su violación del juramento, rompiendo el pacto (v.59) del Sinaí. La intervención justiciera de Dios será muy dura, pero no anulará las cláusulas de la antigua alianza, sino que las mantendrá, ratificándolas con una alianza eterna. La antigua alianza del Sinaí, en tiempos de la mocedad de Israel como pueblo, será matenida sustancialmente, pero al mismo tiempo será sublimada y colmada en contenido. La primera, hecha en tiempos de la mocedad del pueblo elegido, fue rota por las veleidades de éste, consecuencia de su inexperiencia juvenil. La nueva alianza será eterna, es decir, no sujeta a alteraciones por parte de Israel, porque Yahvé se apoderará totalmente de su corazón y de sus afectos más íntimos. Es la misma promesa de nueva alianza anunciada por Oseas y Jeremías 14. Como consecuencia de esa nueva situación afectiva interna, Jerusalén se avergonzará de sus antiguas obras. Jerusalén volverá a ser centro de atracción de sus hermanas mayores y menores (v.61), es decir, de Samaría y de Sodoma, símbolo de todos los pueblos paganos o paganizados que un día integrarán el Israel de Dios, heredero directo del Israel de la carne. La perspectiva se mueve dentro de las promesas mesiánicas universalistas expresadas en varios textos del A.T. y explicitadas magistralmente por San Pablo 15. Y todo ello como consecuencia de un nuevo pacto (v.62), fruto de la pura benevolencia divina, que quiere reivindicar su honor entre las naciones gentiles. Estos beneficios de Yahvé traerán la confusión y la vergüenza a la ingrata Jerusalén (v.üâ).

1 Cf. P. Dhorme, Amarna: DBS i (1928) 207-225; id., Les amorreheens: RB 37 (1928) 63-79-161-180; 39 (1930) 161-178; 40 (1931) 161-184; id., Abraham dans le cadre de la histoire: RB 37 (1928) 367-385.481-511; 40 (1931) 364-374.503-518; De Vaux, Les patriarches hébreux: RB 1946; F. M. Abel, Géographie I (1933) 321; II (1938) 21s; R. Dussaud, Les découvertes de Ras Shamra et l'A.T. (París 1937) 21.96-113. Véase Spadafora, o.c., p.125s· 2 Exo_19:6. 3 Cf. Ose_2:7; Jer_2:20; Isa_57:7-8. La frase simulacros de hombres del v.17 quizá sea alusión a las prácticas obscenas de los santuarios cananeos, en las que no faltaba el phallus, símbolo de la fecundidad (Isa_57:8). 4 Cf. 2Sa_16:4; Lev_18:21; Eze_20:25; Lev_23:37; Sal_106:36; Deu_12:31. 5 Cf. Dt I4:1; Exo_4:228. 6 La frase de gordos cuerpos es un eufemismo por las partes vergonzosas: Lev I52s; Gen_17:11; Eze_44:7. 7 Cf. Eze_5:7; Jer 2,ios. 8 Cf. Deu_22:24. 9 Cf. Gen_9:6; Exo_21:12; Lev_24:17. 9 Cf. J. Lagrange, études sur les religions sémitiques (París 1905) 71 s; R. Dussaud, Les découvertes de Ras Shamra et VA.T. (París 1937) 673. 10 Cf. Lev_18:21; Jer_20:2; Deu_12:31; Deu_18:10; 2Re_16:3. 11 La frase vuestra madre fue una jetea, y vuestro padre un amaneo parece una mera repetición del v.3. 12 Cf. Isa_10:135; Isa_14:6; Jer_47:7s; Jer_48:26-30; Eze_28:1-5; Eze_29:1-7. 13 Cf. Ezc.8. 14 Jer_31:33; Ose_2:19-24· 15 Cf. Sal_87:43; Isa_2:3; Isa_60:35; Isa_66:8s; Rom_9:1-8; Hec_7:29-53-

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XVI.

1 Vnder the similitude of a wretched infant, is shewed the naturall state of Ierusalem. 6 Gods extraordinarie loue towards her. 15 Her monstrous whoredome. 35 Her grieuous Iudgement. 44 Her sinne, matching her mother, and exceeding her sisters, Sodome and Samaria, calleth for Iudgements. 60 Mercy is promised her in the end.
1 Againe the worde of the Lord came vnto me, saying;
2 Son of man, cause Ierusalem to know her abominations,

[Ierusalems state.]

3 And say, Thus saith the Lord God vnto Ierusalem; Thy [ Hebrew: cutting out, or habitation.] birth and thy natiuitie is of the land of Canaan, thy father was an Amorite, and thy mother an Hittite.
4 And as for thy natiuity in the day thou wast borne, thy nauell was not cut, neither wast thou washed in water to [ Or, when I looked vpon thee.] supple thee: thou wast not salted at all, nor swadled at all.
5 None eye pitied thee to doe any of these vnto thee, to haue compassion vpon thee, but thou wast cast out in the open field, to the lothing of thy person, in the day that thou wast borne.
6 And when I passed by thee, and saw thee [ Or, troden vnder foot.] polluted in thine owne blood, I said vnto thee when thou wast in thy blood, Liue: yea I said vnto thee when thou wast in thy blood, Liue.
7 I haue [ Hebrew: made thee a million.] caused thee to multiply as the bud of the field, and thou hast increased and waxen great, and thou art come to [ Hebrew: ornament of ornaments.] excellent ornaments: thy breasts are fashioned, and thine haire is growen, whereas thou wast naked and bare.
8 Now when I passed by thee, and looked vpon thee, behold, thy time was the time of loue, and I spread my skirt ouer thee, and couered thy nakednesse: yea, I sware vnto thee, and entred into a couenant with thee, sayth the Lord God, and thou becamest mine.
9 Then washed I thee with water: yea, I throughly washed away thy [ Hebrew: bloods.] blood from thee, and I anointed thee with oyle.
10 I clothed thee also with broidred worke, & shod thee with badgers skin, and I girded thee about with fine linen, and I couered thee with silke.
11 I decked thee also with ornaments, and I put bracelets vpon thine hands, and a chaine on thy necke.
12 And I put a iewell on thy forehead, and eare-rings in thine eares, and a beautifull crowne vpon thine head.
13 Thus wast thou decked with gold and siluer, and thy raiment was of fine linen & silke, and broidered worke, thou didst eate fine floure and honie and oyle, and thou wast exceeding beautiful, and thou didst prosper into a kingdome.
14 And thy renowme went foorth among the heathen for thy beautie: for it was perfect through my comelinesse which I had put vpon thee, sayth the Lord God.

[The vnkindnesse, and idolatrie of Ierusalem.]

15 But thou diddest trust in thine owne beauty, and playedst the harlot, because of thy renowne, and powredst out thy fornications on euery one that passed by; his it was.
16 And of thy garments thou diddest take, and deckedst thy high places with diuers colours, and playedst the harlot thereupon: the like things shall not come, neither shall it be so.
17 Thou hast also taken thy faire iewels of my gold and of my siluer, which I had giuen thee, and madest to thy selfe images [ Hebrew: of a male.] of men, and diddest commit whoredome with them,
18 And tookest thy broidered garments and coueredst them: and thou hast set mine oyle and mine incense before them.
19 My meate also which I gaue thee, fine flowre, and oyle, and honie wherewith I fed thee, thou hast euen set it before them for a [ Hebrew: a sauour of rest.] sweete sauour: and thus it was, saith the Lord God.
20 Moreouer thou hast taken thy sonnes and thy daughters, whom thou hast borne vnto me, and these hast thou sacrificed vnto them [ Hebrew: to deuoure.] to be deuoured: is this of thy whoredomes a small matter,
21 That thou hast slaine my children, and deliuered them to cause them to passe through the fire for them?
22 And in all thine abominations and thy whooredomes, thou hast not remembred the dayes of thy youth, when thou wast naked and bare, and wast polluted in thy blood.
23 And it came to passe after all thy wickednesse (woe, woe vnto thee, saith the Lord God. )
24 That thou hast also built vnto thee an [ Or, brothell house.] eminent place, and hast made thee an high place in euery streete.
25 Thou hast built thy high place at euery head of the way, and hast made thy beauty to be abhorred, and hast opened thy feete to euery one that passed by, and multiplied thy whooredomes.
26 Thou hast also committed fornication with the Egyptians thy neighbours great of flesh, & hast increased thy whooredomes, to prouoke me to anger.
27 Behold therefore, I haue stretched out my hand ouer thee, and haue diminished thine ordinarie foode, and deliuered thee vnto the will of them that hate thee, the [ Or, cities.] daughters of the Philistines, which are ashamed of thy lewd way.

[The vnkindnesse, and idolatrie of Ierusalem.]

28 Thou hast played the whoore also with the Assyrians, because thou wast vnsatiable: yea thou hast played the harlot with them, and yet couldest not be satisfied.
29 Thou hast moreouer multiplied thy fornication in the land of Canaan vnto Caldea, and yet thou wast not satisfied heerewith.
30 How weake is thine heart, saith the Lord God, seeing thou doest all these things, the work of an imperious whorish woman?
31 In [ Or, in thy daughters is thine, etc.] that thou buildest thine eminent place in the head of euery way, and makest thine high place in euery streete, and hast not beene as an harlot, in that thou scornest hire:
32 But as a wife that committeth adulterie, which taketh strangers in steede of her husband.
33 They giue gifts to all whores, but thou giuest thy gifts to all thy louers, and [ Hebrew: bribest.] hyrest them, that they may come vnto thee on euery side for thy whoredome.
34 And the contrary is in thee from other women in thy whoredomes, whereas none followeth thee to commit whoredomes: and in that thou giuest a reward, and no reward is giuen vnto thee: therefore thou art contrary.
35 Wherefore, O harlot, heare the word of the Lord.
36 Thus saith the Lord God; Because thy filthinesse was powred out, and thy nakednesse discouered through thy whoredomes with thy louers, and with all the idols of thy abominations, and by the blood of thy children, which thou diddest giue vnto them,
37 Behold therefore, I will gather all thy louers, with whom thou hast taken pleasure, and all them that thou hast loued, with all them that thou hast hated: I will euen gather them round about against thee, and will discouer thy nakednesse vnto them, that they may see all thy nakednesse.
38 And I will iudge thee, [ Hebrew: with iudgements of.] as women that breake wedlocke and shead blood are iudged, and I will giue thee blood in fury and iealousie.
39 And I will also giue thee into their hand, and they shal throw downe thine eminent place, and shall breake downe thy high places: they shall strip thee also of thy clothes, and shall take

[The vnkindnesse, and idolatrie of Ierusalem.]

thy [ Hebrew: instruments of thine ornament.] faire iewels, and leaue thee naked and bare.
40 They shall also bring vp a companie against thee, and they shall stone thee with stones, and thrust thee thorough with their swords.
41 And they shall [ 2Ki_25:9 ; Jer_52:13 .] burne thine houses with fire, and execute iudgements vpon thee in the sight of many women: and I wil cause thee to cease from playing the harlot, and thou also shalt giue no hire any more.
42 So will I make my fury towards thee to rest, and my iealousie shall depart from thee, and I will be quiet, and will be no more angry.
43 Because thou hast not remembred the dayes of thy youth, but hast fretted mee in all these things; behold therefore, I also will recompence thy way vpon thine head, saith the Lord God: and thou shalt not commit this lewdnesse, aboue all thine abominations.
44 Behold, euery one that vseth prouerbs, shall vse this prouerbe against thee, saying, As is the mother, so is her daughter.
45 Thou art thy mothers daughter, that lotheth her husband and her children, and thou art the sister of thy sisters which lothed their husbands, and their children: your mother was an Hittite, and your father an Amorite.
46 And thine elder sister is Samaria, she and her daughters, that dwell at thy left hand: and thy [ Hebrew: lesser then thou.] younger sister that dwelleth at thy right hand, is Sodom and her daughters.
47 Yet hast thou not walked after their wayes, nor done after their abominations: but as if [ Or, that was lothed as a small thing.] that were a very litle thing, thou wast corrupted more then they in all thy wayes.
48 As I liue, saith the Lord God, Sodom thy sister hath not done, she nor her daughters, as thou hast done, thou and thy daughters.
49 Behold, this was the iniquitie of thy sister Sodom; Pride, fulnesse of bread, and aboundance of idlenesse was in her and in her daughters, neither did she strengthen the hand of the poore and needy.
50 And they were hautie, and committed abomination before me: [ Gen_19:24 .] therefore I tooke them away, as I saw good.
51 Neither hath Samaria committed

[Her iudgment.]

halfe of thy sinnes, but thou hast multiplied thine abominations more then they, and hast iustified thy sisters in all thine abominations, which thou hast done.
52 Thou also which hast iudged thy sisters, beare thine owne shame for thy sinnes, that thou hast committed more abominable then they: they are more righteous then thou: yea be thou confounded also, and beare thy shame, in that thou hast iustified thy sisters.
53 When I shall bring againe their captiuitie, the captiuitie of Sodom and her daughters, and the captiuitie of Samaria and her daughters, then will I bring againe the captiuity of thy captiues in the midst of them;
54 That thou mayest beare thine owne shame, and mayest be confounded in all that thou hast done, in that thou art a comfort vnto them.
55 When thy sisters, Sodom and her daughters shal returne to their former estate, and Samaria and her daughters shall returne to their former estate, then thou and thy daughters shall returne to your former estate.
56 For thy sister Sodom was not [ Hebrew: for a report or hearing.] mentioned by thy mouth in the day of thy [ Hebrew: prides or excellencies.] pride;
57 Before thy wickednesse was discouered, as at the time of thy reproch of the daughters of [ Hebrew: Aram.] Syria, and all that are round about her, the daughters of the Philistines which [ Or spoile.] despise thee round about.
58 Thou hast [ Hebrew: borne them.] borne thy lewdnesse, and thine abominations, saith the Lord.
59 For thus saith the Lord God; I will euen deale with thee as thou hast done, which hast despised the oath in breaking the couenant.
60 Neuerthelesse I will remember my couenant with thee in the dayes of thy youth, and I will establish vnto thee an euerlasting couenant.
61 Then thou shalt remember thy wayes and be ashamed, when thou shalt receiue thy sisters, thine elder and thy younger, and I will giue them vnto thee for [ Gal_4:26 .] daughters, but not by thy couenant.
62 And I will establish my couenant with thee, and thou shalt know that I am the Lord:
63 That thou mayest remember, and bee confounded, and neuer open thy

[The two Eagles.]

mouth any more: because of thy shame, when I am pacified toward thee, for all that thou hast done, sayeth the Lord God.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Jerusalén, la esposa infiel y promiscua

Israel se presenta como una esposa desatinada y adúltera, entregada a la prostitución con los egipcios, asirios y babilonios. Su retribución vendría a manos de los amantes mismos que ella ha perseguido.

La representación puede parecer fuerte para los paladares modernos, pero la elección de la metáfora fue muy apropiada. En sus tratos internacionales Israel había absorbido con prontitud otras religiones, creencias y prácticas. Su intercambio social la había expuesto a muchas ideas paganas. Algunas de éstas incluyeron sacrificios de niños y adoración de ídolos (20, 21), pero otra hebra importante incluyó prácticas sexuales de culto. La actividad sexual no estaba incluida en los ritos de adoración puramente para la gratificación de los participantes, sino que estaba ligada a la fertilidad; y la fertilidad, cuando era aplicada a la tierra, significaba alimento y supervivencia. No obstante, la concupiscencia y la promiscuidad deben todavía haber estado presentes en las actividades del culto.

Las prácticas condenadas en este capítulo incluyen actos sexuales con ídolos (17) y culto de prostitución (16, 24, 25, 31). Parece que estos cultos de prostitución que habían sido parte del rito en los lugares altos, es decir, los santuarios en los montes (16), vinieron a practicarse abiertamente en las calles de Jerusalén misma (24, 25).

Un rasgo interesante del tema sexual del capítulo es que Sodoma y Samaria son citadas como hermanas de Jerusalén en el pecado (46, 47). Sin embargo, el pecado de Sodoma que se recalca es su arrogancia y falta de preocupación social por el pobre y el necesitado (49, 50). Se cita a Jerusalén como estando más dedicada a la iniquidad que sus hermanas. Además, Sodoma y Samaria serían restauradas, intensificando la vergüenza de Jerusalén (53-55). Sin embargo, hay esperanza. Después de la caída y castigo de Jerusalén, el mismo pretendiente que la rescató al nacer (4-7), la tomó en matrimonio (8) y la vistió lujosamente, se acordaría aún de su promesa a ella (59-62).

El amor de Dios hacia su pueblo es a menudo comparado al amor de un marido por su esposa, pero aunque un marido mortal pueda despreciar, rechazar, aun odiar a una esposa promiscua e infiel, Dios es paciente y justo y recordará sus promesas a su pueblo aun cuando éste se extravía.

La demanda por fertilidad aparece hoy en la precipitada búsqueda de prosperidad económica como meta principal de la vida en el mundo desarrollado. La adoración de las posesiones materiales y las fuerzas del mercado han tomado el lugar de Baal pero no son menos idolátricas.

1-34 Se instruye a Ezequiel a enfrentar a Jerusalén y proclamarle, en otras palabras: Cuando naciste fuiste despreciada (2-5). Yo te tuve lástima y te mantuve viva. Cuando alcanzaste madurez te tomé como mi esposa y te llené de joyas y ropas (6-14). Eras famosa por tu hermosura. Sin embargo, usaste esa hermosura para entregarte a la prostitución. Te entregaste a ritos sexuales paganos y otras prácticas idólatras. Te olvidaste de lo que yo había hecho por ti (15-22). ¡Ay de ti! Tu promiscuidad creció. Te juntaste públicamente con extranjeros de todo alrededor tuyo, hasta sobornándolos para que vinieran a ti (23, 24).

35-42 Sigue: Por causa de tu promiscuidad y ritos paganos, yo te humillaré y castigaré en presencia de tus amantes. Ellos a su vez te desnudarán y apedrearán. Pondrás fin a tu prostitución y mi ira entonces se apaciguará.

44-58 Continúa: Tu comportamiento es típico de tu familia. Tus hermanas, Samaria y Sodoma, eran como tú, pero tú eres más depravada que ellas. Yo restauraré las suertes de Samaria y Sodoma, aumentando así tu propia vergüenza. Aun ahora eres escarnecida por tus vecinos.

59-63 Concluye: Aunque quebraste mi pacto contigo, yo me acordaré de aquel pacto y estableceré un pacto eterno contigo. Tú te acordarás entonces con vergüenza por lo que has hecho.

Notas. 3 Amorreo ... hetea: Jerusalén había existido mucho antes de llegar a ser una ciudad israelita. 4 Frotada con sal: una práctica que probablemente tenía un efecto antiséptico. El punto del versículo es que el bebé recién nacido fue ignorado al nacer. 5, 6 El bebé fue abandonado a la intemperie, todavía revolcándose en la sangre del parto. Esta práctica no era infrecuente en sociedades antiguas. 8 Extendí sobre ti mis alas (manto, ver nota de la RVA): este acto representaba el pedido en matrimonio de la doncella (cf. Rut 3:9).9 Limpié la sangre: estos versículos presentan el cambio total en la condición de Jerusalén. Cuando nació no fue querida, lavada, vestida y yacía en sangre. Ahora ha sido pedida en matrimonio, ha sido lavada del agua y la sangre; y está vestida con los vestidos más finos. 15-19 Las mismas ropas y adornos que la novia recibió como presentes son usados en su prostitución. 27 Disminuí tu ración: un ejemplo donde la alegoría declara un hecho desnudo: en 701 a. de J.C. Senaquerib dio algo del territorio de Jerusalén a los filisteos. 35-42 El castigo de Jerusalén sería como el de una prostituta: humillación y destrucción. 60-63 Hay todavía la promesa del pacto eterno, aunque Jerusalén aún se avergonzará de su pasado.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



3. Antes de ser conquistada por David, Jerusalén era una ciudad cananea, en la que habitaban los jebuseos ( Jos_15:8; Jue_1:21; 2Sa_5:6-10). "Amorreo" es un término frecuente en el Antiguo Testamento para designar a la población preisraelita de Canaán. "Hitita", en el lenguaje bíblico, es el nombre de una parte de la población cananea que encontró Israel al llegar a Palestina (Gen_15:20; Exo_3:8). Ezequiel quiere señalar que Jerusalén nunca se desprendió totalmente de sus orígenes paganos.

4. La costumbre de "frotar con sal" a los recién nacidos, a fin de fortalecerlos, todavía se mantiene en algunos lugares de Palestina.

6. Ver Deu_32:10-11; Jer_31:2; Ose_9:10.

16. Los "lugares altos" se solían adornar con toldos y tapices "de vivos colores", destinados a la práctica de la prostitución sagrada. Ver nota 1Sa_9:12.

21. Ver nota 2Re_16:3.

26-29. Ezequiel condena las alianzas de Jerusalén con naciones extranjeras. Los profetas reprobaron siempre estas maniobras políticas, que introducían en Israel toda clase de costumbres paganas ( Sof_1:8) y constituían una falta de fe en el poder del Señor ( Isa_30:1-5; Jer_2:18; Ose_7:11; Ose_12:2).

46. "A tu izquierda" y "a tu derecha", es decir, al norte y al sur de quien mira hacia el Oriente.

47. Jerusalén es más culpable que Sodoma y Samaría, porque ella fue la preferida del Señor. Por eso su infidelidad será castigada más severamente. Ver Amo_3:2.

51. Ver 23. 11; Jer_3:11; Jer_23:13-14.

53-58. Es probable que esta promesa de restauración haya sido añadida a la alegoría original después de la caída de Jerusalén, cuando Ezequiel dedicó toda su energía a levantar el ánimo de los exiliados.

53. Ver 39. 25; Jer_33:7; Sal_126:1.

60. Ver 37. 26; Isa_55:3; Isa_61:8.

61. "Sin que ellas participen de tu alianza": La Alianza del Señor con la nueva Jerusalén tendrá un carácter único y exclusivo. Las ciudades vecinas se acogerán a ella como a una madre, pero sin gozar de sus mismos privilegios.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 16.3 Este v. evoca los orígenes paganos de la ciudad de Jerusalén, que antes de ser conquistada por David había sido una ciudad cananea, habitada por los jebuseos (cf. 2 S 5.6-9). En este origen pagano el profeta percibe un anticipo de las futuras infidelidades de Jerusalén.

[2] 16.46 La ciudad de Samaria había sido la capital de Israel, el reino del norte (cf. 1 R 16.24), hasta que fue destruida por los asirios (2 R 17.5-6).

[3] 17.1-10 El profeta emplea la imagen del cedro (v. 3) y de la vid (v. 6) para referirse alegóricamente a un episodio de importancia decisiva en la historia de Israel. Nabucodonosor, el águila enorme (v. 3), deportó a Babilonia al rey Joaquín y puso en su lugar al rey Sedequías (cf. 2 R 24.12-17), imponiéndole un juramento de fidelidad. Pero este, violando el juramento, buscó la amistad del faraón, la otra águila enorme (v. 7). En represalia contra esta traición, Nabucodonosor lanzó su último ataque contra Jerusalén (2 R 25.1-20).

Torres Amat (1825)



[4] Era costumbre entre los orientales bañar al niño mezclando sal en el agua, porque creían que se fortalecería.

[8] Rut 3, 9.

[8] Jer 2, 2; Ez 19, 5.

[13] Otros traduceny llegaste a formar ya un reino.

[17] Alude a los ídolos que hizo fundir Acaz del metal de los vasos sagrados, erigiendo altares en las esquinas de Jerusalén y que fueron destruidos por Ezequías. 2 Cro 28, 24; 30, 14.

[19] La miel no se ofrecía a Dios; pero los gentiles la presentaban a los ídolos. Lev 2, 11.

[24] Altares dedicados a los ídolos.

[40] Lev 20, 2; Deut 22, 10.

[45] No sois vosotros hijos de Abrahán.

[49] Gen 19, 24; Rom 1, 25.

[53] Los amonitas y moabitas descienden de los sodomitas.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Una historia de amor. Mediante diversas imágenes, el profeta recuerda a su pueblo las relaciones amorosas que Dios ha tenido con ellos. Aquí sigue las huellas de Oseas y de Jeremías, cuando comparan las relaciones entre Dios y su pueblo con un matrimonio por amor. Oseas había impuesto esa visión en dos hermosos poemas (Os 2 y 14). Ezequiel convierte aquí el poema en una historia constantemente entrecortada por la explicación de los diversos detalles. A uno pueden gustarle o no la insistencia, las repeticiones, los detalles crudos; pero forma parte de las Escrituras y es una figura que se podría aplicar a la historia posterior del pueblo cristiano.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*16 Con lenguaje muy crudo cuenta Ezequiel la historia de Israel, sintetizada en Jerusalén: su nacimiento, su crecimiento y belleza, su infidelidad y caída. La imagen de la prostitución expresa la infidelidad del pueblo por el culto a los ídolos, pero también por las relaciones con otras naciones, que hacían perder a Israel su identidad de pueblo elegido por el Señor. Jerusalén se ha vuelto una ciudad infiel como Samaría y Sodoma.

Biblia Textual IV (Sociedad Bíblica Iberoamericana, 1999)

Se sigue LXX → §194.