Ver contexto
Ha despreciado el juramento, rompiendo el pacto; aun después de haber dado su mano, ha hecho todo esto: ¡no tendrá remedio!
(Ezequiel  17, 18) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

וּ‎(וְ)

Hebrew|û|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

בָזָ֥ה‎(בָּזָה)

Hebrew|vāzˌā|despise

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H959] [b.az.aa] [224]
[בזה] [GES945] [BDB1023] [HAL1037]

אָלָ֖ה‎(אָלָה)

Hebrew|ʔālˌā|curse

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H423] [a.dm.ab] [94a]
[אלה] [GES413] [BDB436] [HAL450]

לְ‎(לְ)

Hebrew|lᵊ|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

הָפֵ֣ר‎(פָּרַר)

Hebrew|hāfˈēr|break

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: unknown
Person: unknown
State: construct
Verbal tense: infinitive (construct)
Verbal stem: hif‘il


[H6565] [q.dl.aa] [1829]
[פרר] [GES6491] [BDB7155] [HAL7093]

בְּרִ֑ית‎(בְּרִית)

Hebrew|bᵊrˈîṯ|covenant

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1285] [b.da.ab] [282a]
[ברית] [GES1178] [BDB1355] [HAL1362]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

הִנֵּ֨ה‎(הִנֵּה)

Hebrew|hinnˌē|behold

Part-of-speech: interjection
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2009] [e.bz.ab] [510a]
[הנה] [GES1942] [BDB2166] [HAL2163]

נָתַ֥ן‎(נָתַן)

Hebrew|nāṯˌan|give

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H5414] [n.gg.aa] [1443]
[נתן] [GES5339] [BDB5941] [HAL5834]

יָדֹ֛ו‎(יָד)

Hebrew|yāḏˈô|hand

Part-of-speech: noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3027] [j.aq.aa] [844]
[יד] [GES2931] [BDB3271] [HAL3251]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

כָל‎(כֹּל)

Hebrew|ḵol-|whole

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3605] [k.bn.ab] [985a]
[כל] [GES3499] [BDB3904] [HAL3872]

אֵ֥לֶּה‎(אֵלֶּה)

Hebrew|ʔˌēlleh|these

Part-of-speech: demonstrative pronoun
Gender: unknown
Number: plural
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H428] [a.dk.aa] [92]
[אלה] [GES409] [BDB429] [HAL445]

עָשָׂ֖ה‎(עָשָׂה)

Hebrew|ʕāśˌā|make

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H6213] [p.fy.aa] [1708]
[עשה] [GES6129] [BDB6780] [HAL6711]

לֹ֥א‎(לֹא)

Hebrew|lˌō|not

Part-of-speech: negative particle
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3808] [l.ab.aa] [1064]
[לא] [GES3708] [BDB4137] [HAL4092]

יִמָּלֵֽט‎(מָלַט)

Hebrew|yimmālˈēṭ|escape

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: nif‘al


[H4422] [m.cc.aa] [1198]
[מלט] [GES4340] [BDB4842] [HAL4761]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



17. Deslealtad y trágica suerte del Rey Sedecías. Promesa Mesianica.
En este capítulo encontramos una clara alusión a la situación política inmediata anterior a la catástrofe del 586. Puede dividirse en tres partes: a) parábola de la gran águila, símbolo de Nabucodonosor (v.1-10); b) explicación de la parábola (v.11-21); c) apéndice: la restauración mesiánica (v.22-24).
Los profetas siempre habían predicado la sumisión al coloso babilónico como mal menor. Toda otra política nacionalista constituía entonces un verdadero suicidio colectivo, como lo demostraron los acontecimientos. Ezequiel se mantiene, pues, en la misma línea que Jeremías, y anuncia el fin trágico del incauto rey Sedecías, que se atrevió a hacer frente a los babilonios apoyado en ilusorias promesas egipcias. En la deportación del 598, el rey Joaquín, o Jeconías, fue llevado a Babilonia. Le sucedió en el trono su tío Matanías o Sedecías, quien después de diez años de sumisión a Nabucodonosor, instigado por el faraón egipcio, se sublevó, dando con ello lugar a la destrucción de Jerusalén por los babilonios en el 587.

Parábola de la gran águila (1-10).
1 Fueme dirigida la palabra de Yahvé, diciendo: 2 Hijo de hombre, propon un enigma y compon una parábola sobre la casa de Israel. 3 Di: Así habla el Señor, Yahvé: La gran águila de grandes alas y de largas plumas, toda cubierta de espléndido plumaje de colores varios, vino al Líbano y tomó el cogollo del cedro, 4 arrancó el principal de sus renuevos y lo llevó a tierra de mercaderes, y lo puso en una ciudad de comerciantes. 5 Escogió luego un sembrado de la tierra y !o puso en campo selecto para la plantación. Lo puso cerca de aguas abundantes, lo plantó como un sauce 1. 6 Echó brotes y se hizo una vid frondosa, pero de poca altura, para que dirigiese hacia el águila sus ramas y le estuvieran sometidas sus raíces. Hízose vid, y echó sarmientos y extendió sus ramas. ? Pero había otra gran águila de grandes alas y espeso plumaje, y la vid dirigió hacia ésta sus raíces y tendió hacia ella sus sarmientos desde el bancal en que la otra la plantó para que estuviera bien regada. 8 Había sido plantada en tierra buena y cerca de abundantes aguas para que echase ramas y llevase frutos y se hiciese una vid vigorosa. 9 Di: Así habla el Señor, Yahvé: ¿Prosperará? El águila primera, ¿no arrancará sus raíces, no las despojará, dejándolas que se seque y sequen todas las hojas que echó? Sin gran esfuerzo, sin necesidad de mucha gente la arrancará de raíz. 10 Había sido plantada, ¿prosperará? ¿No se secará del todo apenas la toque el viento solano? En los bancales donde brotó se secará.

El símil es bellísimo y expresivo en extremo. Se presenta al conquistador babilónico como un águila imponente que planea sobre los bosques del Líbano, que aquí es símbolo del reino de Judá y de Jerusalén. El reino glorioso de la dinastía davídica es comparado poéticamente al esplendor de los cedros del Líbano. El mismo profeta explicará el sentido alegórico de cada rasgo de la parábola 2. El cogollo del cedro (v.3) es el representante de la dinastía davídica, simbolizada en un cedro imponente y majestuoso. Nabucodonosor escogió un retoño de ese cedro de la dinastía davídica, a Sedecías, para que desplegase su actividad regia sometido a Babilonia, dándole todas las facilidades de gobierno. Por eso es comparado a un sauce (v.5) plantado junto a aguas abundantes.
Antes había arrancado al principal de sus renuevos, y le llevó a tierra de mercaderes, y le puso en una ciudad de comerciantes (v.4), es decir, a Babilonia, famosa por su tráfico comercial. La alusión es clara a la deportación del rey Joaquín, o Jeconías, en 598, después del primer sitio de Jerusalén por las tropas de Nabucodonosor. El reinado del sustituto de éste, Sedecías, entronizado por el rey babilonio, fue relativamente próspero, pues participaba de la protección del coloso mesopotámico; por eso echó brotes y se hizo una vid frondosa (v.6), pero en su actividad estaba mediatizado por el poder del protector; de ahí que la vid fuera de poca altura. Esta fue la situación de Judá desde el 597 al 588 a.C. Durante este período, el dominio de Palestina por los babilonios no fue turbado por las incursiones egipcias, pues el faraón Psamético II, después de la derrota sufrida en Carquemis, no se aventuró en expediciones peligrosas fuera de su territorio.
Pero su sucesor, Hofra, quiso de nuevo ser el arbitro de la política de la encrucijada palestinense y movió todos sus resortes diplomáticos para levantar contra Babilonia a los reyezuelos palestinianos vasallos de Babilonia. Entre ellos descollaba el rey Sedecías de Judá. El faraón egipcio es presentado aquí como otra gran águila de grandes alas y espeso plumaje (v.7). Es la contrarréplica de Nabucodonosor. Sedecías se dejó pronto seducir; por eso dirigió hacia esta (águila) sus raices y tendió hacia ella sus sarmientos (v.7). Esperaba obtener mejores condiciones de vida con la amistad egipcia. La viña había de ser bien regada y daría copiosos frutos. Sin embargo, el profeta hace resaltar que la situación de Judá bajo los babilonios no era despreciable, ya que había sido plantada en tierra buena y cerca de abundantes aguas (v.8), y, efectivamente, pudo desarrollar su vida nacional con cierta holgura como para convertirse en vid vigorosa. Por eso, la conducta de Sedecías al acercarse a Egipto puede calificarse de insensata, ya que no hará otra cosa sino provocar al viento solano (v.10), al invasor babilonio, que vendrá por el oriente con sus tropas deseosas de botín y de sangre. Nabucodonosor, el águila primera, arrancará de cuajo esa vid frondosa que era el reino de Judá. Ezequiel anuncia solemnemente el desastre definitivo de Jerusalén a los exilados. La alocada conducta del rey de Jerusalén no hará sino acelerar la hora del castigo divino.

Explicación de la parábola (11-21).
11 Y me fue dirigida la palabra de Yahvé, diciendo: 12 Anda, di a la casa rebelde: ¿No habéis entendido lo que esto significa? Di: El rey de Babilonia vino a Jerusalén, cogió al rey y a sus príncipes y los deportó, llevándoselos consigo a Babilonia. 13 Tornó a uno de la real estirpe e hizo con él un pacto, tomándole juramento. Llevóse a los poderosos de la tierra, 14 para que el reino fuese modesto y 110 se rebelase, y guardase y mantuviese el pacto hecho con él. 15 Pero se rebeló y mandó embajadores a Egipto para que le diese caballos y mucha gente. ¿Prosperará? ¿Escapará el que tales cosas hizo? Rompió el pacto, ¿escapará? 16 Por mi vida, dice el Señor, Yahvé, que en la tierra de quien le habían puesto en el trono, cuyo juramento menospreció y cuya alianza rompió, allí morirá, en Babilonia. 17 Y el faraón no le socorrerá con gran ejército y muchas fuerzas en la lucha cuando se levanten terraplenes y se construyan torres para destrucción de muchas vidas. 18 Menospreció el juramento, rompió el pacto, dio su mano, y luego hizo cosas tales; no escapará. 19 Por tanto, así habla el Señor, Yahvé: Por mi vida que yo echaré sobre su cabeza mi juramento, que él menospreció, y mi pacto, que él rompió, 20 y le tenderé mi red y quedará preso en mi lazo. Le deportaré a Babilonia y allí le juzgaré por la infidelidad cometida contra mí. 21 Todos los fugitivos de sus tropas caerán a la espada, y los que quedan serán dispersados a todos los vientos, y sabréis que yo, Yahvé, he hablado.

Ezequiel explica la parábola por orden expresa divina a la casa rebelde (v.11), es decir, a la comunidad de exilados israelitas que no querían comprender los caminos de Yahvé, el cual había determinado un castigo justiciero sobre Jerusalén y la dinastía davídica. La explicación de la parábola es clara: el rey de Babilonia es Nabucodonosor, quien en 598 tomó al rey (Jeconías) y a sus príncipes y los deportó. a Babilonia (v.12). Era el cogollo del cedro., el principal de sus renuevos., es decir, el principal representante entonces de la dinastía davídica, figurada en un cedro frondoso oriundo del Líbano (aquí Jerusalén). En su lugar, Nabucodonosor tomó a uno de la real estirpe (v.13), es decir, a Matanías, a quien cambió el nombre en Sedecías para indicar su poder sobre él. Este era tío carnal de Jeconías. Era, pues, de real estirpe. Nabucodonosor quiso diplomáticamente captar la voluntad de los judíos, imponiéndoles un rey de su dinastía. Conservaba sobre él un alto dominio, pero Sedecías, dentro de su categoría de rey vasallo, tenía una relativa autonomía.
El nuevo rey de Judá había aceptado su nueva situación, ratificándola conjuramento (v.13) solemne. Con todo, Nabucodonosor tomó sus medidas. Así sabemos que se llevó a las fuerzas vivas de la nación, los poderosos de la tierra (v. 13), de modo que el reino fuera modesto y no se preparase para nuevas rebeliones (v.14). Pero Sedecías se rebeló, buscando ayuda militar en Egipto, la otra gran águila 3. Pero no tendrá éxito en su insurrección, porque rompió el pacto (v.15) solemne que había hecho con el rey de Babilonia. Esto traería como consecuencia una intervención airada del coloso mesopotámico; en efecto, el imprudente rey Sedecías, reo de perjurio, morirá en Babilonia (v.16). De nada le servirán las fuerzas que le envíe el faraón Hofra, pues éste será derrotado 4 y dejará a Jerusalén a su suerte. Todo el movimiento de defensa organizado en torno a Jerusalén (construcción de terraplenes y. torres, v.17) no servirá sino para aumentar las proporciones de la catástrofe al ocasionar la destrucción de muchas vidas (v.17).
La conducta de Sedecías no puede aprobarse en ética elemental, ya que menospreció el juramento, rompió el pacto. (v.18). Es simplemente un perjuro; como tal, debe ser castigado. Yahvé personalmente le castigará por tal crimen, pues se considera vinculado al juramento de Sedecías. Sin duda que éste, como israelita, había puesto por testigo de su veracidad a su Dios, Yahvé. Al romper el juramento, cometía un grave pecado contra Yahvé, pues comprometía su veracidad ante los paganos; por eso aquí se pone en boca de Dios la repulsa de la conducta infiel de Sedecías: Por mi vida que yo echaré sobre su cabeza mi juramento, que él menospreció, y mi pacto, que él rompió (v.19q). El pacto entre Sedéelas y Nabucodonosor era el pacto de Yahvé, pues había sido invocado como garantía de su fidelidad por parte del rey de Judá. Es interesante esta doctrina moral de mantener el juramento con los enemigos, expresada de un modo tan claro en el A.T.
El castigo de la infidelidad de Sedecías se cumplirá cuando sea deportado a Babilonia, donde será cegado. Antes fue llevado a presencia de Nabucodonosor, a su cuartel general de Ribla (Alta Siria), y a presencia de él fueron asesinados sus hijos5. La profecía de Ezequiel se cumplió a la letra, pues lo más selecto de sus tropas cayó ante la espada, y el resto fue dispersado a los cuatro vientos (v.21). Es el sello de la profecía de Yahvé: sabréis que yo, Yahvé, he hablado 6.

Promesa del rey Mesías (22-24).
22 Así dice el Señor, Yahvé: También yo tomaré del cogollo del cedro elevado, y del principal de sus renuevos cortaré un tallo y lo plantaré sobre el monte alto y sublime, 23 en el monte alto de Israel lo plantaré, y echará ramas y dará fruto, y se convertirá en magnífico cedro, y se acogerán a él las aves de toda pluma, que habitarán a la sombra de sus ramas, 24 y conocerán todos los árboles de la selva que yo soy Yahvé, que humillé al árbol sublime y levanté al árbol bajo, sequé el árbol verde e hice reverdecer el árbol seco. Yo, Yahvé, he hablado y yo lo cumpliré.

Como en otras ocasiones, el profeta contrapone un horizonte de esperanza al sombrío de castigo que acaba de presentar a los exilados. La misión de los profetas, como centinelas de los intereses espirituales de su pueblo, es situar en su debida proporción el alcance de los castigos de Dios a su pueblo. En medio de todas las encrucijadas críticas de la historia de Israel se cierne siempre la esperanza mesiánica como norte de la vida nacional. Ezequiel debía hacer ver a los exilados israelitas que sus vanas ilusiones sobre la permanencia de Jerusalén como capital de un reino corrompido religiosamente no tenían fundamento. La hora de la ira justiciera divina llegará inexorablemente, y la dinastía davídica se eclipsará de momento al ser deportados sus representantes a Babilonia. Pero ésta no será una situación definitiva, porque ante todo está la promesa de Dios de inaugurar una era mesiánica presidida por la misma dinastía davídica. El profeta adapta el símil de la parábola antes expresada para dar un nuevo sentido más profundo favorable a las esperanzas mesiánicas. Como Nabucodonosor, la gran águila, tomó del cogollo del cedro, llevando al principal de sus renuevos, Jeconías, a Babilonia (v.2), así también Yahvé en un tiempo futuro tomará del cogollo del cedro, cortando un tallo del principal de sus renuevos (v.22). Ya hemos dicho que cedro en todos estos textos equivale a la dinastía davídica. Ahora bien, con la deportación del principal de sus renuevos (Jeconías) no desaparece ésta, porque Yahvé se encargará de cortar de él un tallo para plantarlo en el monte alto de Israel (v.23), en la colina santa de Sión. Allí se desarrollará frondosamente, hasta convertirse en magnifico cedro, en el que anidarán aves de toda pluma (v.23); es decir, todos los pueblos se reunirán en Jerusalén bajo la sombra protectora del Mesías7. Y todos los arboles de la selva (todas las naciones) reconocerán que todo ha sido obra providencial de Yahvé, pues es el arbitro de la historia, ya que humilla al árbol sublime (Babilonia) y levanta al árbol bajo, o reino de Judá, humillado por el opresor babilónico 8. Yahvé ha obrado un milagro en favor de su pueblo, pues le ha hecho reverdecer cuando todos le consideraban como un árbol seco, y, en cambio, ha secado al árbol verde, el imperio babilónico, que con su exuberancia parecía tener una larga vida. La historia está en manos de Dios; por eso Israel debe confiar ciegamente en El a pesar de la tragedia que se le avecina. Al fin triunfará el pueblo elegido sobre el invasor babilónico 9.

1 Así, siguiendo el paralelo árabe y arameo del vocablo hebreo safsafah. Es la traducción de Dennefeld, Cantera y Spadafora, etc. 2 Sobre el símil del águila para designar a los grandes conquistadores cf. Deu_28:49; Ose_8:1; Abd_1:1 :8; Jer_48:40; Jer_49:22; Isa_46:11. 3 Sobre la insurrección del rey Sedecías véase 2Re_24:20. 4 Cf. Jer 37,Ss; Eze_30:21. 5 Cf. 2Re_25:6-7; Jer_52:9. 6 Cf. Eze_6:13; Eze_14:8; Eze_21:22; Eze_34:24.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XVII.

1 Vnder the parable of two Eagles and a Vine, 11 is shewed Gods iudgement vpon Ierusalem for reuolting from Babylon to Egypt. 22 God promiseth to plant the Cedar of the Gospel.
1 And the word of the Lord came vnto mee, saying,
2 Sonne of man, put foorth a riddle, and speake a parable vnto the house of Israel,
3 And say, Thus saith the Lord God, A great eagle with great wings, long wing'd, full of feathers, which had [ Hebrew: embroydering.] diuers colours, came vnto Lebanon, and tooke the highest branch of the Cedar.
4 Hee cropt off the top of his yong twigs, and caried it into a land of traffique; he set it in a city of merchants.
5 Hee tooke also of the seed of the land, and [ Hebrew: put it in a field of seed.] planted it in a fruitfull field, he placed it by great waters, and set it as a willow tree.
6 And it grew, and became a spreading Uine of low stature, whose branches turned toward him, and the roots thereof were vnder him: so it became a Uine, and brought forth branches, and shot foorth sprigges.
7 There was also an other great eagle, with great wings and many feathers, and behold, this Uine did bend her rootes towards him, and shot forth her branches toward him, that hee might water it by the furrowes of her plantation.
8 It was planted in a good [ Hebrew: field.] soile by great waters, that it might bring forth branches, and that it might beare fruit, that it might be a goodly Uine.
9 Say thou, Thus saith the Lord God; Shall it prosper? shall he not pull vp the rootes thereof, and cut off the fruit thereof, that it wither? it shall wither in all the leaues of her spring, euen without great power, or many people to plucke it vp by the rootes thereof.
10 Yea behold, being planted, shall it prosper? shall it not vtterly wither, when the East wind toucheth it? it shal wither in the furrowes where it grew.

[Breach of oath.]

11 Moreouer the word of the Lord came vnto me, saying,
12 Say now to the rebellious house, Know ye not what these things meane? tell them, behold, the king of Babylon is come to Ierusalem, and hath taken the King thereof, and the Princes thereof, and ledde them with him to Babylon,
13 And hath taken of the kings seed, and made a couenant with him, and hath [ Hebrew: brought him to an oath.] taken an oath of him: he hath also taken the mighty of the land,
14 That the kingdome might bee base, that it might not lift it selfe vp, [ Hebrew: to keepe his couenant to stand to it.] but that by keeping of his Couenant it might stand.
15 But he rebelled against him in sending his ambassadours into Egypt, that they might giue him horses and much people: shall he prosper? shall he escape that doeth such things? or shall hee breake the Couenant, and bee deliuered?
16 As I liue, saith the Lord God, surely in the place where the king dwelleth that made him king, whose oath he despised, and whose couenant he brake, euen with him, in the midst of Babylon he shall die.
17 Neither shall Pharaoh with his mightie armie and great companie make for him in the warre by casting vp mounts, and building forts, to cut off many persons.
18 Seeing hee despised the oath by breaking the couenant (when loe, he had giuen his hand) and hath done all these things, he shall not escape.
19 Therefore thus saith the Lord God, As I liue, surely mine oath that he hath despised, and my Couenant that he hath broken, euen it will I recompense vpon his owne head.
20 And I will [ Eze_12:13 ; Eze_32:3 .] spread my net vpon him, & he shalbe taken in my snare, and I will bring him to Babylon, and will plead with him there for his trespasse, that he hath trespassed against me.
21 And all his fugitiues, with all his bands, shall fall by the sword, and they that remaine shalbe scattered towards all windes: and ye shall know that I the Lord haue spoken it.
22 Thus saith the Lord God, I wil also take of the highest branch of the high Cedar, and will set it, I will croppe off from the top of his yong twigges a tender one, and will plant it

[Gods iustice in punishing.]

vpon an high mountaine and eminent.
23 In the mountaine of the height of Israel will I plant it: and it shall bring foorth boughes, and beare fruite, and be a goodly Cedar, and vnder it shall dwell all foule of euery wing: in the shadow of the branches thereof shal they dwell.
24 And all the trees of the field shall know that I the Lord haue brought downe the high tree, haue exalted the low tree, haue dried vp the greene tree, and haue made the drie tree to flourish: I the Lord haue spoken, and haue done it.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Aguilas, cedros y una vid: una parábola política

El cap. tiene tres secciones: 3-10 contienen la alegoría de las águilas y la vid; 11-21 contiene la explicación de la alegoría; y 22-24 contiene una promesa alegórica más.

La alegoría se relaciona con los eventos políticos de la época. La primera águila es Nabucodonosor, y la segunda faraón. El cedro en el Líbano representa la familia real en Jerusalén, siendo la nobleza el brote más alto. La semilla de la tierra era un miembro de la familia real, es decir, Sedequías, que fue puesto en Jerusalén para gobernar. El ya no era un cedro, sino una vid de muchas ramas ... de baja altura; vale decir que sus poderes eran limitados. No obstante, Sedequías buscó rebelarse contra Nabucodonosor con la ayuda de Egipto. Esta operación terminó en el fracaso.

La parábola ilustra el punto de que la arena política no está fuera de la ley de Dios. Sedequías había jurado un tratado con Nabucodonosor en el nombre de Dios. Nabucodonosor puede haber sido un cruel rey pagano, pero Sedequías tenía una obligación moral de hacer honor a su juramento.

1-8 Ezequiel debe decir esta parábola a Israel, en otras palabras: Un águila espléndida tomó el brote más alto de un cedro del Líbano y lo plantó en una ciudad notable por su actividad comercial (2-4). Tomó también algo de semilla y la plantó en un lugar fértil. La semilla brotó y creció y se hizo una vid frondosa. Al principio las ramas de la vid crecieron en la dirección del águila (5, 6). Cuando apareció una segunda águila, la vid dirigió más bien a ella sus ramas (7, 8).

9-21 Como si dijera: El Señor pregunta: ¿Sobrevivirá la vid? ¿No será arrancada de raíces y se secará? (9, 10). ¿No sabéis lo que significa esto? El rey de Babilonia llevó al rey de Jerusalén y nobles a Babilonia (11, 12). Hizo jurar un tratado con él a uno de la familia real de Jerusalén y deportó a los hombres principales de la tierra, debilitándola así lo suficiente como para estar mantenida bajo su control (13, 14). Sin embargo, el rey se rebeló pidiendo ayuda militar a Egipto. ¿Tendrá éxito? No, él morirá en Babilonia. Egipto no será de ayuda. Será castigado por quebrantar su juramento (15-21).

22-24 Yo el Señor plantaré un renuevo de cedro en los montes de Israel. Llegará a ser un cedro espléndido. Los otros sabrán que yo puede hacer esto (22-24).

Notas. 11-14 Los babilonios habían ejecutado una estrategia clásica para hacer de Israel un estado títere. Deportaron la familia real, pero dejaron como encargado a uno de sus miembros más débiles. Este individuo, es decir Sedequías, fue forzado a firmar un tratado con los babilonios, asegurándose la lealtad de Israel. Cualquiera que fuese considerado como significante en conducir al país fue deportado. Esta acción aseguraba que sería difícil organizar (y administrar) resistencia. 16 Morirá en medio de Babilonia: 2 Rey. 25:1-7 relata el sitio de Jerusalén y la eventual captura de Sedequías por Nabucodonosor. Sedequías fue cegado y llevado en cadenas a Babilonia. 22-24 Otro mensaje de esperanza: algún día llegará un nuevo rey y un nuevo reino comenzará.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



3-4. El "águila grande" es Nabucodonosor, rey de Babilonia, que en el 597 a. C. destituyó al rey Joaquín -"la copa de un cedro"- y lo deportó a Babilonia ( 2Re_24:12-16).

5. La "semilla del país" es Sedecías, a quien Nabucodonosor constituyó rey de Judá en sustitución de Joaquín ( 2Re_24:17).

7. Esta "otra águila grande" representa al Faraón, por cuya instigación Sedecías se rebeló contra Babilonia, provocando así el segundo asedio de Jerusalén.

13. Al entronizar a Sedecías como rey vasallo, Nabucodonosor le impuso un "juramento" de fidelidad. Estos juramentos incluían una serie de imprecaciones, de las que sería víctima el que las había pronunciado, en caso de violar el pacto.

19. El Señor llama "mi juramento" y "mi pacto" al compromiso de fidelidad quebrantado por Sedecías, ya que este lo había pronunciado poniendo a Dios como testigo y garante.

20. Ver 2Re_25:6; Jer_52:9.

22. Ver 40. 2.

23. Ver 31. 6; Mat_13:32.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

El águila y el cedro. Esta nueva alegoría se refiere a los reyes de Judá. Recordemos que la alegoría es diferente a la parábola. Ésta hace que el oyente tome conciencia de una situación en la que se encuentra y que se le presenta en un marco muy distinto. Toda parábola tiene su moraleja, pero no se trata de buscar si cada detalle de la historia corresponde o no a una persona o a un hecho de la situación presente. La alegoría, en cambio, construye una historia poco verosímil, pero cuyos detalles tendrán uno a uno su aplicación en la situación presente. La parra que se vuelve hacia el gran águila (17,7) no es un hecho verosímil, por eso el lector contemporáneo entiende mejor a Ezequiel cuando en el versículo 11 comienza a hablar como estamos acostumbrados hoy. Pero, indudablemente, la alegoría se escribió para sus primeros lectores, que pensaban de forma diferente a nosotros.
El oráculo de los versículos 22-24 introduce una nueva promesa de restauración, descrita como la era del Mesías.

Torres Amat (1825)



[3] Jer 48, 40; 49, 22.

[7] Esta águila es el faraón, rey de Egipto, y no tan poderoso como Nabucodonosor. Comenzó aquella viña a implorar la protección de aquel rey y a ser regada de las fecundas aguas del Nilo.

[17] Contra Nabucodonosor.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 17.12-15 Cf. 2 R 24.15-20; 2 Cr 36.10-13.

[2] 17.18-20 Cf. Jer 37.1-2; 52.4-11; Ez 12.13.