Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
47. La Fuente del Templo. Las fronteras del Nuevo Israel.
Podemos dividir este capítulo en tres secciones bien claras:
a) la descripción del torrente que sale del templo y se dirige por el desierto hasta el mar Muerto, vivificando la región y las aguas de éste (1-12);
b) fronteras de la nueva tierra de promisión (13-21);
c) ordenaciones sobre la buena acogida de los extranjeros que habiten en la Tierra Santa (22-23).
El torrente que sale del nuevo templo (1-12).
1 Llevóme luego otra vez a la entrada del templo, y vi que debajo del templo, al oriente, brotaban aguas, pues la fachada del templo estaba al oriente, y las aguas descendían debajo del lado derecho del templo, del mediodía del altar. 2 Me llevó por el camino de la puerta septentrional y me hizo dar la vuelta por fuera hasta el exterior de la puerta oriental, y vi que las aguas salían del lado derecho. 3 Al salir hacia oriente llevaba aquel varón en la mano un corderillo, y midió mil codos, y me hizo atravesar las aguas; llegaban hasta los tobillos. 4 Midió otros mil, y me hizo atravesar las aguas; llegaban hasta las rodillas. Midió otros mil, y me hizo atravesar las aguas; llegaban hasta la cintura. 5 Midió otros mil, y era ya un río, que me era imposible atravesar, porque las aguas habían crecido y tenían que pasarse a nado; era un torrente que no podía atravesar. 6 Díjome: ¿Has visto, hijo de hombre? Luego me hizo volver siguiendo la orilla del río. 7 Y entonces vi que en una y otra parte había en la ribera muchos árboles, 8 y me dijo: Hijo de hombre, estas aguas van a la región oriental, bajan al Araba y desembocan en el mar, en aquellas aguas pútridas, y éstas se sanearán. 9 Y todos los vivientes que nadan en las aguas, por dondequiera que entre este río, vivirán, y el pescado será allí abundantísimo, porque, al llegar estas aguas, las del mar se sanearán y los peces tendrán vida hasta donde llegue el río. 10 Junto a sus orillas estarán los pescadores, y desde Engadi hasta En-Eglayim será un tendedero de redes, y por sus variadas especies será el pescado tan numeroso como los del mar Grande. n Sus charcas y sus lagunas no se sanearán, serán dejadas para salinas. 12 En las riberas del río, al uno y al otro lado, se alzarán árboles frutales de toda especie, cuyas hojas no caerán y cuyo fruto no faltará. Todos los meses madurarán sus frutos, por salir sus aguas del santuario, y serán comestibles, y sus hojas, medicinales.
El horizonte grandioso de la visión de Ezequiel se va completando con este cuadro idílico, en el que la mísera tierra palestiniana aparecerá transformada. El centro geográfico de la nueva Tierra Santa es el templo, donde habita Yahvé. De él irradiará toda bendición en el orden espiritual y material. Su poder bienhechor será tan grande, que podrá transformar las estepas calcinadas del desierto de Judá y las fétidas aguas del mar Muerto. El profeta asiste imaginariamente a la vivificación de aquellas tierras. Su guía le lleva de nuevo a la entrada del templo para que asista a un espectáculo grandioso: del lado oriental del recinto sagrado brotaba un caudaloso torrente, que sale del
lado derecho del templo (v.1), es decir, de la pared lateral del templo que da hacia el sur. Allí está la famosa fuente de Gihón, llamada hoy de la Virgen. En efecto, sus aguas parecen venir de la misma montaña donde está la gran explanada del templo. Ezequiel, pues, trabaja con la imaginación, idealizando las situaciones, pero basado en ciertos datos topográficos reales.
En la descripción del profeta surgen las aguas del
altar de los holocaustos, que está en el centro del atrio interno. El profeta salió del atrio por la puerta
septentrional, pues la oriental, mejor situada para contemplar el curso de las aguas, estaba cerrada, y, dando un rodeo, se colocó fuera del atrio exterior frente a la puerta
oriental. Desde allí podía contemplar el espectáculo maravilloso: las aguas salían del lado derecho o meridional de dicha puerta. El guía que lleva la cuerda de medir le hace andar
mil codos (525 m.), y allí le invita a entrar en el torrente para que constate la cantidad de agua que lleva. Por ahora es modesta, pues llega sólo hasta el tobillo (v.3). Mil codos más allá ya llegaba a las rodillas, y mil más allá llegaba hasta la cintura (v.4). Mil codos más allá en dirección del mar IVluerto, el profeta no puede pasar por la cantidad de agua que lleva el torrente (v.5).
Volviendo sobre sus pasos, Ezequiel se da cuenta de la fertilidad que ha surgido con las aguas, pues a ambos lados hay abundancia de árboles (v.7). El guía le explica, sin seguir más, que el río sur gido en el templo se dirige hacia la región esteparia del
Araba (v.8), la depresión que, descendiendo por el Jordán y mar Muerto, llega hasta el golfo de Elán. Al llegar al mar Muerto, llamado así por la carencia de vivientes en él a causa de las emanaciones bituminosas y sulfurosas de su fondo, las aguas se
sanearán, poblándose de toda clase de peces, como el
mar Grande o Mediterráneo (v.10). La abundancia de peces será tal, que desde
En-gadi 11, a la mitad de la orilla occidental del mar Muerto, hasta
En-Eglayim (v.10), en la desembocadura del Jordán 12, se extenderá un
tendedero de redes de los muchos pescadores que allí trabajarán. Y, aparte de esta riqueza piscícola, estarán las
salinas que abundarán en las numerosas charcas y recodos del río.
La idealización llega a su colmo al decir que los árboles que crezcan a las orillas del torrente darán doce frutos al año, según los doce meses, y hasta sus hojas servirán para preparados medicinales.
Es el nuevo Edén de la nueva teocracia hebrea. Ezequiel no podía presentar nada más atrayente a los ojos de los pobres exilados.
Las fronteras de la nueva Tierra Santa (13-20).
13 Así dice el Señor, Yahvé: Estas son las fronteras de la tierra que distribuiréis a las doce tribus de Israel; a José una parte doble. 14 Cada uno de vosotros tendrá su parte igual que la de los otros, de lo que yo, alzando mi mano, juré dar a vuestros padres, y ésta será la tierra de vuestra heredad. 15 Estas, pues, serán las fronteras: del lado del norte, desde el mar Grande, camino de Jetlón, hasta llegar a Sedad, 16 Jamat Berota, Sibraim, entre la frontera de Damasco y la frontera de Jamat; Jaser-Enón, en la frontera de Haurán. 17 Así la frontera correrá desde el mar hasta Jaser-Enón, dejando al norte el territorio de Damasco al lado de la frontera de Jamat. Esta es la frontera septentrional. 18 Del lado de oriente, la frontera entre Haurán, Damasco, Galaad y la tierra de Israel será el Jordán; mediréis desde el confín hasta el mar Oriental hasta Tamar 13. Esta es la frontera oriental. 19 Del lado del sur, al mediodía, desde Tamar hasta las aguas de Meribat-Qades, en la dirección del torrente hasta el mar Grande. Esta es la frontera meridional, la del mediodía. 20 Del lado de occidente, la frontera será el mar Grande hasta frente a Jamat. Esta es la frontera occidental. La distribución de Tierra Santa será en partes iguales. Gomo la tribu de Leví no tenía porción, se compensaba dando el
doble a José (v.13) para sus dos hijos Efraím y Manases. Los límites septentrionales son iguales a los señalados en Núm 37,yss: desde el mar Mediterráneo hasta
Jaser-Enón (v.16), que se ha querido identificar con el actual
el-Hedar, al pie del Hermón, cerca de las fuentes del Jordán. Los autores no convienen en la identificación de los nombres que nos da el texto, y hay dos corrientes de opinión, pues unos toman la línea de demarcación septentrional en una zona alta que parte del centro del Líbano hacia Trípoli, pasando por Damasco 14; en cambio, otros creen que la frontera señalada por Ezequiel hay que buscarla no más arriba del norte de Galilea 15. La demarcación oriental de Tierra Santa parte de la zona de Damasco y desciende por el Jordán, el mar Muerto, el Araba hasta Tamar 16. La delimitación meridional parte de esta última localidad, atraviesa el Negueb por Qades y llega al Mediterráneo o
mar Grande (v.iq) 17. La frontera occidental se limita por el Mediterráneo desde la región indicada hasta
Jamat, en la alta Siria.
Protección de los extranjeros (21-23).
21 Partiréis esta tierra entre vosotros, según las tribus de Israel, 22 y echaréis suertes sobre ella para heredad vuestra y de los extranjeros que entre vosotros peregrinan y entre vosotros han engendrado hijos, pues los tendréis como naturales entre los hijos de Israel, y entrarán en suerte con vosotros para heredarse entre las tribus de Israel. 23 En la tribu en que peregrinare el extranjero, en ella le daréis su heredad, dice el Señor, Yahvé. Este fragmento relativo a los
extranjeros interrumpe la ilación natural entre el v.21 de este capítulo y el primero del siguiente. Muchos críticos lo consideran adición posterior en tiempos en que el universalismo religioso tenía más cabida en la mentalidad israelita, como se refleja en el libro de Joñas y en el de Job. Sin embargo, ya en la tradición mosaica había una ley que protegía a los extranjeros. Así se dice en el Levítico: Si viene un extranjero para habitar en vuestra tierra, no le oprimáis; tratad al extranjero que habita en medio de vosotros como al indígena de entre vosotros:
amale como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto 18. La recomendación no puede ser más bella y generosa.
Esta tenue tradición universalista existió en toda la historia de Israel y fue creciendo en los años de la literatura sapiencial después del exilio.
1 Se llama así al pueblo en general, en contraposición a los de la tribu de Leví, porque tenían todos una porción de
tierra asignada en propiedad; en tiempos de Cristo tenía un sentido despectivo; equivalía a ignorantes de la Ley. 2 Según
Num_28:9, en el sábado sólo dos corderos, además de los dos del sacrificio cotidiano. 3 Cf.
Lev_7:16;
Lev_22:18.21;
Amo_4:5. 4 Cf.
Exo_29:38-42. 5 Cf.
Lev_2:1;
1Re_5:2. 6 Cf.
Num_28:3.5. 7 Cf.
Isa_61:1;
Jer_34:8.15ss. 8 Cf.
Eze_44:19. 9 Cf. 44:11. 10 Cf.
Lev_7:15-18;
Lev_22:28-30; Dt 27:7- 11 Es el actual
Ain-gido, fuente del cabrito. 12 Cf. Abel,
Géog. II 3163. La localización es dada por San Jerónimo. Parece ser la actual Aín
? agía. 13
Hasta Tamar es generalmente intercalada, siguiendo algunas versiones, como la siríaca. Un simple cambio de letras en el TM nos da
Tamar, que encaja bien en el contexto como término sur, según se ve en el verso siguiente. 14 Los que sostienen una demarcación alta, es decir, desde Trípoli a Homs, hacen las siguientes identificaciones:
Jetlón, el actual
Heitela, al este de Trípoli.
Jamat, la actual
Jama, a 50 kms. al norte de Homs.
Sedad, la actual
Sadad, al sudeste de Homs.
Berota, la actual
Bereitan, al sudeste de Baalbek.
Sibraim, el actual
Someriye, al este del lago de Homs.
Jauran, la actual
Hawarin, al este de Sadad, en el camino de Damasco a Palmira. Cf. abel, o.c., I 301-304. 15 Según esta opinión, las identificaciones geográficas serían:
Jetlón, el actual Adían, al sur de Sarepta, entre Tiro y Sidón:
Aiterun, en la Galilea superior. Las otras identificaciones son más difíciles en esta segunda opinión. 16
Tamar se suele identificar con Jasón-Tamar, entre Cades y Sodoma, al sur del mar Muerto. Cf. abel, o.c., I 304-306. 17
Qades es el actual Ain
Qedeis (
Num_20:1-13). Cf. Abel, ibid., I 301. El
torrente es el famoso torrente de Egipto, el actual
Wady el-Aris, la primera ciudad egipcia. Llamado en
Amo_6:14 torrente de la estepa, y en los documentos cuneiformes
najal Musur (río de Egipto), equivalente al
najal Misrayim de la Biblia. Cf. Abel, o.c., I 301. 18 Cf.
Lev_19:33-34·