Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
5. Dispersión de los Habitantes de Juda.
Continúan las acciones simbólicas para significar la trágica suerte de los moradores de Jerusalén. No sólo serán cercados y padecerán grandes estrecheces en el asedio, sino que al final serán unos asesinados y otros dispersos. El profeta, con todas estas predicciones, salía al paso del infundado optimismo de sus compatriotas, que creían cerca la hora de la liberación total y, sobre todo, no concebían que la
Ciudad Santa pudiera caer en manos del enemigo.
Depopulación de Judá y de Jerusalén (1-4).
1 Hijo de hombre, toma una espada afilada y empléala como navaja de barbero para raerte cabellos y barba. Toma luego una balanza justa y reparte el pelo. 2 Un tercio lo quemarás al fuego en medio de la ciudad, mientras se cumplen los días del asedio; otro tercio lo herirás con la espada en derredor de ella,y el otro tercio lo esparcirás al viento y yo lo perseguiré con la espada desnuda. 3 Toma también de ellos unos pocos, contados, y átalos a la orla de tu manto. 4 Toma otros pocos y los echas en medio del fuego, que se quemen. De ahí saldrá el fuego para toda la casa de Israel. No se especifica el momento histórico de esta nueva acción simbólica. El profeta debe rasurarse la barba y cabellos. Lo primero resultaba un gran sacrificio para los orientales, que están orgullosos de su barba. En
Isa_7:20 se habla del ejército asirio como navaja alquilada para quitar a Judá toda su virilidad. En Ezequiel, el sentido es algo diverso. Debe dividir sus cabellos y barba rasurada en tres mitades l
, que habían de pesarse en una
balanza, símbolo de la justicia divina (v.1). Un tercio será entregado
al fuego en medio de la ciudad (v.2) sobre el ladrillo o tableta de barro donde había trazado el plano de Jerusalén. Así, dentro del trazado de la ciudad debe quemar parte de su barba para indicar a los habitantes de Jerusalén que morirán durante el asedio por la peste y el hambre. Otro tercio de pelos los
herirá con la espada, simbolizando a los que habían de caer por la espada, y un tercio será
esparcido al viento, con lo que se indica la suerte de los deportados y dispersos en la huida por los diversos países; su destino será tan trágico, que ni así se verán libres, ya que Yahvé los perseguirá
con la espada (v.3). Pero de éstos se salvará un
resto; por eso se dice que debe ligarlos
a la orla de su manto (v.3), es decir, conservarlos con el mayor cuidado2. El v.4 es comúnmente considerado como glosa para recalcar el castigo, pues el
fuego parece simbolizar las diversas calamidades que se cernerán sobre la
casa de Israel.
Castigo de la rebeldía de Jerusalén (5-17).
5 Así dice el Señor, Yahvé: Esta es Jerusalén. Yo la había puesto en medio de las gentes y de las tierras que están en derredor suyo. 6 Ella se rebeló contra mis mandatos, malvada, más que las gentes, y contra mis leyes, más que las tierras que están en torno suyo, despreciando mis mandamientos y mis leyes y no andando por ellos. 7 Por tanto, así dice Yahvé: Por ser más rebelde que las gentes que os rodean, y no haber seguido mis mandamientos, y no haber obrado según mis leyes, y hasta ni siquiera no haber hecho según las costumbres de las gentes que están en torno vuestro, 8 por eso así dice el Señor, Yahvé: Heme aquí contra ti a mi vez para hacer justicia en ti, a la vista de las gentes, 9 y haré en ti lo que no hice jamás, y como jamás volveré a hacer por todas sus abominaciones. 10 Por eso dentro de ti se comerán los padres a sus hijos, y los hijos se comerán a sus padres; cumpliré en ti mis juicios, y lo que de ti reste, lo esparciré a todos los vientos. 11Por mi vida, dice el Señor, Yahvé, ya que tú has profanado mi santuario con todas tus fornicaciones, yo también te abatiré a ti, sin que perdone mi ojo, sin misericordia. 12 Una tercera parte de ti morirá dentro, de pestilencia y de hambre; otra tercera parte caerá en derredor tuyo a la espada, y la otra tercera parte la esparciré a todos los vientos, e iré tras ella con la espada desenvainada. 13 Cumpliré mi furor y saciaré en ellos mi ira, y tomaré satisfacción, y sabrán que yo, Yahvé, he hablado en mi indignación cuando desfogue en ellos mi furor. 14 Te tornaré en desierto y en oprobio de las gentes que están en derredor tuyo, a los ojos de todos, 15 y serás el oprobio y el escarnio, el espanto y el escarmiento de las gentes que están en derredor de ti, cuando en medio de ti haga justicia con furor o indignación, con terrible ira. Yo, Yahvé, lo he dicho. 16 Cuando dispare yo contra ellos las perniciosas saetas del hambre, que los llevarán a la destrucción, que lanzaré yo para destruirlos, y acreciente vuestra hambre y os quite todo sustento de pan, 17 cuando lance contra vosotros el hambre y las bestias feroces que te dejarán sin hijos, y pasen por tus calles la pestilencia y el estrago, y haga caer sobre ti la espada. Yo, Yahvé, he hablado. Yahvé echa en cara a Jerusalén, la predilecta, el haber sido más culpable que los mismos pueblos paganos que la rodeaban. El profeta declara, en nombre de Dios, la razón teológica de su inminente y definitivo castigo. Toda la historia de Judá ha sido una serie de transgresiones y rebeldías contra su Dios, que con tanto amor los había llamado y protegido contra innumerables peligros.
La había puesto en medio de las gentes (v.6),
lo que geográficamente es exacto, ya que Palestina estaba en la encrucijada de los dos grandes imperios, el asirio y el egipcio 3. Israel superó en malicia a las otras naciones, en cuanto que, teniendo una revelación especial, no quiso someterse a los preceptos divinos, y aun se puso por debajo de las
costumbres de las gentes (v.7), ya que no se sabe de ningún pueblo que haya renegado de su dios nacional, mientras que Israel reiteradamente ha abandonado a su Dios para seguir a los ídolos de otros pueblos4. Esta abominación merece un castigo desconocido, cual es el terrible asedio de Jerusalén con sus terribles escenas de antropofagia (v.10) 5.
El pecado más grave de Israel fue el de la idolatría.
El santuario de Jerusalén había sido profanado con imágenes de ídolos extraños (v.11);
tus fornicaciones puede tener el sentido metafórico de idolatrías, como es común en los profetas, y el sentido literal de actos de prostitución sagrada, corrientes en los santuarios cananeos. Como consecuencia de sus abominaciones, unos morirán por el hambre y la peste; otros, por la espada, y otros tendrán que huir perseguidos por el mismo Señor (v.12). Con ello Jerusalén será objeto de
oprobio y de escarmiento entre las naciones (v.14) 6. Entonces conocerán todos que Yahvé
ha hablado (v.17), manifestándose en su pleno furor por las transgresiones de su pueblo.
1 Según los LXX, son
cuatro partes, pero el contexto pide
tres. 2
Cf.
Eze_11:14-15;
Jer_24:5-29;
Num_15:38. 3 Cf.
Eze_38:12. 4
Jer_2:10. 5 Cf.
2Re_15:283;
Lev_26:29;
Deu_28:53;
Lam_2:20;
Lam_4:10. 6 Cf.
Jer_7:34;
Lev_26:31;
Lam_1:1;
Lam_2:6;
Lam_3:11;
Jer_18:16;
Deu_19:8.