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Que vuestra clemencia sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. (Filipenses 4, 5) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)



CAPÍTULO 4

Parte quinta

EXHORTACIONES Y DISPOSICIONES FINALES 4,2-20

En la parte final de esta carta se ha reunido toda una serie de cuestiones particulares: instrucciones a un dirigente de la comunidad para que tome su cuidado a dos mujeres: exhortaciones, dirigidas una vez más a toda la comunidad, y, finalmente, la gratitud del Apóstol por la ayuda, expresada con palabras excepcionalmente bellas.

1 EVODIA Y SINTIQUE (4/02-03).

2 Tanto a Evodia como a Síntique las exhorto a que tengan el mismo sentir en el Señor. 3 Y a ti te ruego, mi sincero Sízigo, que las ayudes, ya que ellas me asistieron en la lucha por el Evangelio, junto con Clemente y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.

La palabra de Pablo se hace ahora totalmente concreta. Hay en Filipos dos mujeres -así se lo han contado- que se han peleado entre sí. Dado que ambas desempeñaron en la vida comunitaria un papel destacado, su disputa produce gran daño a la comunidad. Al hacérseles esta llamada para que vuelvan a la armonía y unidad de sentimientos, esta exhortación debe verse en conexión con la paraclesis del comienzo del capítulo segundo. No es muy frecuente que las cartas de Pablo nos permitan una ojeada tan inmediata sobre la vida de la comunidad. El Apóstol ha conocido personalmente a estas dos mujeres, Evodia y Síntique. No se puede mantener la idea de que las comunidades primitivas hayan sido congregaciones de hombres ideales. El pecado las amenazaba como a cualquiera otra comunidad de hombres. En la corrección fraterna y en la disposición a aceptarla se encuentra el medio para restablecer el orden en la comunidad.

A un cierto Sízigo (nombre que significa «compañero»), que había demostrado ser verdaderamente «compañero» del Apóstol (2) y ahora desempeñaba probablemente una función rectora en Filipos, se le ruega que zanje el asunto de estas dos mujeres. Vemos que en los comienzos de la fundación de la comunidad ellas estuvieron presentes y prestaron ayuda a los misioneros. Entre los cristianos de la primera época de Filipos se encuentra también un Clemente y algunos otros. Dios los había escogido. Conocía sus nombres desde el principio (3).

2. GOZO Y PAZ (4/04-09).

4 Gozaos siempre en el Señor; os lo repito: gozaos. 5 Que vuestro mesurado comportamiento sea conocido de todos los hombres. El Señor está cerca. 6 No os afanéis por nada, sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean públicamente presentadas a Dios. 7 Y la paz de Dios, que está por encima de todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. 8 En fin, hermanos, todo lo que hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, si hay alguna virtud o algo digno de alabanza: tenedlo en cuenta. 9 Y las cosas que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, llevadlas a la práctica; y el Dios de paz estará con vosotros.

De nuevo la marcha del pensamiento retorna al verdadero gozo. Aquí se ve con entera claridad que este gozo está más allá de la experiencia natural y también que debe ser uno de los sentimientos fundamentales del vivir de los cristianos, pues éstos deben estar siempre gozosos. La disposición interior, el sentimiento vital irrumpe en lo exterior. A la alegría y gozo en el Señor responde la bondad, la mansedumbre, que la comunidad debe irradiar en su mundo circundante: un punto de luz en el universo.

Cuanta más falta de comprensión, odio y vulgaridad existe, tanto más cuesta afrontarlo con amor, comprensión y amistad. Como lugar del amor mutuo, la comunidad cristiana puede ejercer su fuerza de atracción, puede ser punto de orientación. La falta de amor la convierte en una lámpara de luz mortecina. Uno de los hontanares de la alegría es la proximidad del Señor. La primitiva oración cristiana concluía con el grito de llamada: Maranatha!, ¡ven, Señor! (Cf. 1Co_16:22; Rev_22:20). También nosotros podemos hablar así, aunque ya no estamos poseídos del sentimiento de la espera próxima del final de todas las cosas. Pero sí nos es posible, conveniente y oportuno fijar la mirada en el Señor que llega, porque tenemos un futuro y nuestro futuro es él.

Con una bendición se invoca la paz de Dios sobre la comunidad. Paz es salvación. Viene de Dios y supera todas las humanas dimensiones y toda capacidad de compresión. Los riesgos de la fe son siempre agudos. También la incredulidad intenta anidar en el creyente. Suben del corazón pensamientos zozobrantes, preguntas que hacen cavilar, especialmente cuando la existencia terrena se ve amenazada, y más aún en la hora del peirasmos, de la tentación. Hace falta la protección divina, que tiene el poder de hacer perseverar y que está garantizada en el ámbito de Cristo Jesús.

También en el ámbito extracristiano existen virtudes indiscutibles, honestidad, amor, heroísmo. Sería temerario y falso limitar tales virtudes a la esfera cristiana. El Apóstol sabe que hay bondad en el mundo. No se avergüenza de recurrir para las instrucciones que da a sus comunidades a los códigos éticos, a los conceptos morales y a los catálogos de virtudes del mundo circundante, de los vecinos paganos. Existían en aquella época no pocos filósofos ambulantes, de ideología estoico-cínica, que enseñaban normas de vida. Pablo no cierra el oído a sus palabras. Cuando incita a la veracidad, a la honradez, a la justicia, a la probidad, etc., todo esto podía haberlo dicho también un estoico.

De aquí se deduce al menos que la comunidad cristiana no debe, en modo alguno, quedarse rezagada respecto de sus vecinos en cuanto a la autenticidad de la vida, ya que en este caso demostraría ser un mal testimonio. Pero, con todo, lo que la distingue de sus vecinos es la norma de la fe, que le fue transmitida por el Apóstol, una vez más en su palabra y en su ejemplo. Mientras tanto, han frecuentado la escuela cristiana y han estudiado su fe. Comienzan a crecer las tradiciones, que deben, a su vez, ser trasmitidas (Cf. 1Co_11:23; 1Co_15:3; 1Th_4:1 s; 2Th_2:15; 2Th_3:6).

Así, la comunidad sigue siendo, en la diáspora, un recinto, cuyos límites y separación sólo pueden ser percibidos con el sentido de la fe. Los hombres que están en su interior, apenas se distinguen de los que se encuentran en el exterior. Se da la virtud en ambos lados. Pero la fe está de su parte. Resiste. Tienen la promesa de la paz divina.

3. GRATITUD DEL APÓSTOL (4/10-20).

10 Me he alegrado sobremanera en el Señor, de que ya por fin haya florecido vuestro interés por mí; porque teníais estas aspiraciones; pero os faltaba oportunidad. 11 Y no es que yo hable a impulsos de mi escasez; pues yo aprendí ya a bastarme a mí mismo en cualquier situación. 12 Sé vivir en pobreza, y sé vivir en abundancia. En todas y cada una de las circunstancias estoy entrenado: en tener hartura y en pasar hambre, en tener de sobra y en padecer escasez. 13 Todo lo puedo en aquel que me da fuerzas. 14 Sin embargo, hicisteis bien en tomar parte en mi tribulación. 15 Y también sabéis vosotros, filipenses, que en los comienzos del Evangelio, cuando salí de Macedonia, ninguna Iglesia abrió conmigo cuentas de gastos e ingresos, sino vosotros solos; 16 pues incluso a Tesalónica me enviasteis una y otra vez lo que me era necesario. 17 Y no es que yo busque donativos; sino lo que busco es el rédito que aumente vuestra cuenta. 18 De todo acuso recibo, y estoy en abundancia; lleno estoy, después de haber recibido de manos de Epafrodito lo que me habéis mandado: olor de suavidad, sacrificio acepto, agradable a Dios. 19 En correspondencia, mi Dios colmará todas vuestras necesidades según su riqueza, en la gloria, en Cristo Jesús. 20 A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

De nuevo Pablo se hace personal. Ahora expresa su gratitud por el donativo que los filipenses le hicieron llegar por medio de Epafrodito. A decir verdad, se habría esperado esta gratitud ya en un momento anterior, pero la urgente situación del Apóstol y de la comunidad misma ocupaban el primer plano. No escribe una carta privada, sino que escribe en el desempeño de su misión apostólica. De ahí la manera de agradecer que ha elegido y que pudiera desconcertar.

La primera impresión que podría obtenerse es que Pablo se muestra impaciente porque la ayuda de parte de los filipenses se retrasó demasiado. Que finalmente hayan podido volver a desplegar sus cuidados es motivo de gozo. Pero Pablo prescinde totalmente de su persona. Apenas le interesa la cosa en sí. Se pone en la situación de ellos, juzga enteramente desde esta situación y participa así de su alegría, que consiste en que desde hacía tiempo venían buscando una ocasión de ayudarle y, finalmente, la han encontrado. Por eso les defiende. Les reconoce su buena voluntad, existente ya de antes.

Debe excluirse toda mala inteligencia. Sus palabras no están dictadas por la necesidad. Que la sufre -prisionero en la cárcel- está fuera de duda. Pero en su profesión apostólica ha hecho un duro aprendizaje, cuya escala de sufrimientos enumera en otro pasaje. Incluye desde azotes, peligros de ladrones, hambre y sed, hasta lapidaciones y naufragios en alta mar (Cf. 2Co_11:23-33; 2Co_6:3-10). Con todo esto sabe habérselas Pablo.

El dominio de la vida se extiende en dos direcciones: la pobreza y la abundancia. Ciertamente, el dominio de la pobreza, de la indigencia, es el más difícil. Pablo exagera un poco cuando habla de abundancia refiriéndose a sí mismo. El infatigable peregrino no tuvo ninguna oportunidad de acumular ganancias. Sólo quiere dar a entender que sabe también de la tentación de la abundancia y que también ha aprendido a superarla. ¿Es Pablo un asceta? ¿Tiene tan magistral dominio de sí mismo? Ciertamente, era un hombre muy impulsivo, lleno de vitalidad y fuerza de carácter. Pero él saca de otra parte su auténtica fuerza. Otro le hace fuerte, Cristo. Sabe bien que la debilidad del Apóstol es el medio de que se sirve Cristo para manifestar su fuerza (Cf. 2Co_12:9 s).

Desde el principio existían excelentes relaciones de confianza con los filipenses. Ya a las pocas semanas después de su partida de la ciudad habían comenzado a subvenir a sus necesidades económicas (4). Y siguieron haciéndolo también en adelante. Pablo aceptó con agrado este servicio, lo que significaba una distinción en favor de ellos, porque eran escasas las comunidades de las que aceptaba subvenciones. A este propósito, sabe que el trabajador merece su salario, que el misionero y el pastor de almas tienen derecho a ser mantenidos por la comunidad, pero no hace uso alguno de tal derecho, para que el Evangelio no pierda su fuerza ni se le pueda hacer a él mismo reproche alguno (Cf. 1Co_9:13-23). Filipos es la gran excepción. Pueden sentirse orgullosos de ella.

A Pablo no le interesa la ganancia material, sino el beneficio espiritual. Valora el donativo como demostración de sus buenos sentimientos, de su sentido de sacrificio y, por tanto, como señal de sus progresos en el ejercicio de la existencia cristiana. Hacer participar a los otros en los propios bienes por causa del Evangelio exige de parte de los que dan y de los que reciben una recta postura frente a la palabra. Aunque el Apóstol les extiende acuse de recibo, como un comerciante que firma una cuenta, para él la acción tiene un fondo esencial. Se servía a un hombre, pero con el servicio humano se alcanza a Dios. Llama la atención ver que Pablo pueda describir el donativo de los filipenses como un sacrificio hecho a Dios. «Sacrificio acepto, agradable a Dios» son expresiones conocidas por nosotros a través de la teología cultual vetero-testamentaria (Exo_29:18; Eze_20:41). Los verdaderos sacrificios son espirituales. Ante Dios no cuenta la sangre de machos cabríos y de novillos, sino el amor que se manifiesta en el servicio a los hombres y que brota de la fe.

Dios premia los buenos donativos. La alusión a Dios en estos contextos puede sonar fácilmente como increíble. Pero Dios y su riqueza no son pensados como una especie de tapaagujeros que deba saltar a la brecha en defensa de la pobreza humana. En Dios se remedia toda humana necesidad, la de Pablo y la de los filipenses. Considerada desde Dios, la vida humana es necesariamente algo relativo, referido a otra cosa.

Los creyentes están llamados a participar en la plenitud de la gloria divina. Esta llamada está tendida hacia el futuro del tiempo final. Dios se da a sí mismo, deja que se participe de lo que le es propio, sobre todo por parte de aquellos que están dispuestos a dar a su vez lo suyo.

Al final hay una pequeña alabanza. El Apóstol cierra la carta del mismo modo que la comenzó: orando.

Conclusión

SALUDO Y BENDICIÓN 4/21-23

21 Saludad a todos los santos en Cristo Jesús. Os saludan los hermanos que están conmigo. 22 Os saludan todos los santos, principalmente los de la casa del César. 23 La gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu.

Usualmente las cartas acaban con saludos. La costumbre sigue en vigor en nuestros días. Pero, una vez más, puede verse en este pasaje que las cartas del Apóstol tienen un sello peculiar, son expresión de su cargo apostólico, aunque también del sentido fraterno que unía indisolublemente a las comunidades entre sí. Los santos de éfeso saludan a los santos de Filipos. Se tienen mutuo afecto, no porque les unan los vínculos de la sangre, la amistad o la inclinación personal, sino la fe común, que crea la conciencia solidaria, el querer de unos a otros y con otros.

Hay un grupo en la comunidad efesina que merece una mención especial: los de la casa del César (5). Se trata de los esclavos imperiales que desempeñaban acaso sus trabajos en el pretorio, en los lugares en que se administraba justicia, de suerte que Pablo pudo tener posibilidad de verles y hablarles. Algunos de ellos eran cristianos.

Tanto la comunidad efesina como la filipense son fundaciones del Apóstol. Por eso las une también la persona misma de Pablo. A los saludos de los santos antepone los saludos de los hermanos, de los colaboradores que están en contacto con él, y los suyos propios. Saluda a todos ellos, a «todos los santos en Cristo Jesús». Se ponen de manifiesto, por última vez, las excelentes relaciones entre el Apóstol y los filipenses.

Lo último que ha de darles es el saludo de bendición. Es indudable que las cartas se solían leer en las asambleas de la comunidad. La bendición los abarca a todos en el espíritu. Un mismo espíritu anima a toda la comunidad. Y esto es expresión, garantía, manifestación visible del Espíritu divino, que creó e hizo posible la existencia y la comunidad cristianas.

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1. El predicado soter se encuentra, en el corpus paulino, preferentemente en las cartas pastorales; fuera de ellas, sólo en Eph_5:23. El soter Jesucristo es característico de la 2P.

2. Se hace un juego de palabras con el nombre de Sizigo.

3. La idea del libro de la vida aparece ya en el Antiguo Testamento: cf. Exo_32:32 s; Psa_69:29; Dan_12:1.

4. Tesalónica, donde los filipenses enviaron su primer socorro, fue, después de Filipos, la segunda estación en el segundo viaje misionero: 1Th_2:2; Act_17:1 ss.

5. Sólo en este pasaje se menciona al César en Pablo. Cf. también Mar_12:13-17 par; Luk_2:1; Luk_3:1, Luk_3:23, Luk_3:2; Act_25:8-12.



Comentario de Santo Toms de Aquino


Capítulo 4
Lección 1: Filipenses 4,1-9
Háceles patente su afecto a los Fiüpenses, a quienes exhorta a perseverar en la virtud, con la que estarán alegres en Cristo.1. Por tanto, hermanos míos carísimos y amabilísimos, que sois mi gozo y mi corona, perseverad así firmes en el Señor, queridos míos.2. Yo ruego a Evodia, y suplico a Síntique que tengan unos mismos sentimientos en el Señor.3. También te pido a ti, ¡oh fiel compañero!, que asistas a ésas que conmigo han trabajado por el Evangelio con Clemente, y los demás coadjutores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.4. Vivid siempre alegres en el Señor; vivid alegres, repito. Sea vuestra modestia patente a todos los hombres, el Señor está cerca.6. No os inquietéis por la solicitud de cosa alguna, mas en todo presentad a Dios vuestras peticiones por medio de la oración y de las plegarias, acompañadas de hacimiento de gracias.7. Y la paz de Dios, que sobrepuja a todo entendimiento, sea la guardia de vuestros corazones y de vuestros sentimientos en Jesucristo.8. En lo demás, hermanos, todo lo que es conforme a verdad, todo lo que infunde pureza, todo lo justo, todo lo que es santo, todo lo que os haga amables, todo lo que sirve al buen nombre, toda virtud, toda disciplina loable, esto sea vuestro estudio.9. Lo que habéis aprendido, y recibido, y oído, y visto en mí, esto habéis de practicar; y el Dios de la paz será con vosotros.Habiéndoles propuesto en el capítulo anterior dechados a su imitación, muéstrales ahora, amonestándolos en lo mora!, cómo se han de portar, y primero para lo futuro, ya que en lo pasado se han hecho dignos de aplauso. Cuanto a lo primero, exhórtalos a perseverar en lo que ya se les hizo costumbre y a ir de bien en mejor subiendo. A la perseverancia los mueve a todos, pero también a determinadas personas con especiales modos: a Evodia y Síntique. Recuérdales asimismo su afecto y los amonesta otra vez. Su afecto lo encarece por 5 títulos: a) por la fe, mostrando que le son queridos; por eso dice: hermanos, esto es, por la fe (Mt 23); b) por la caridad: "carísimos" (1Co X); c) por el deseo: deseadísimos. "Dios me es testigo de la ternura con que os amo a todos en las entrañas de Jesucristo" (Fil 1); y por eso deseadísimos, o porque me deseáis, o porque a vosotros yo os echo menos; d) por el gozo: mi gozo, precisamente porque sois buenos (Pr. X); e) por la razón del gozo: mi corona (1Th 2).- "perseverad así firmes en el Señor". Exhórtalos a la perseverancia diciéndoles estas palabras, esto es, perseverad como yo, o como habéis perseverado (Mt X).- "Yo ruego a Evodia, y suplico a Síntique": sendasmoniciones a cada una de estas personas. Habla, pues, de concordia y para lo mismo solicita ayuda: "también te pido a ti". Estas dos santas mujeres estaban al servicio de los santos en la ciudad de Filipos, y, porque quizá tenían sus diferencias, trata de hacerlas comer en un plato: "que tengan unos mismos sentimientos en el Señor (2Co 13).- "También te pido a ti". Ruégale a uno de allá que se sirva terciar para ayudar a ciertas personas. Y llámale compañero, porque lo era de su predicación (Pr. 18). "que asistas a ésas que conmigo han trabajado"; y acudo con el mismo ruego a todos aquellos "cuyos nombres están en el libro de la vida". No designa a los nombrados, no fuera a suceder que, al mencionar su nombre, se alborotaran los otros no nombrados; como si dijera: poco importa que no escriba su nombre, escritos como están en mejor libro: en el de la vida (Mt 5).Según la Glosa, la predestinación de los santos es el libro de la vida; lo cual es verdad, pero con esta diferencia. Antiguamente había la costumbre de matricular en un registro a los que destinaban para algún oficio o dignidad, como los soldados o senadores, que eran registrados para servir en palacio. Todos los santos predestinados son elegidos por Dios (para algo más que para servir en palacio), es a saber, para la vida eterna; y esta ordenación o destinación es la predestinación;y el registro de esta ordenación llámase libro de la vida, registro que está en la memoria divina, porque en cuanto ordena predestina; mas en cuanto a saberlo sin mudanza se llama prescripción. Así que el conocimiento estable de los predestinados llámase libro de la vida. ¿Mas acaso de allí son borrados algunos? Todo depende de cómo estén escritos, o sencillamente, o según y conforme; porque algunos están predestinados por Dios en orden a poseer la vida eterna sin más, y éstos escritos están con tinta indeleble; otros para tener la vida eterna, mas no en sí sino en su causa, en cuanto dicen relación a la justicia presente, y de éstos se dice: "bórreseles del libro de la vida" cuando se descantillan de la presente justicia.- "Vivid siempre alegres en el Señor". Exhórtalos a ir de bien en mejor, y para eso pone en orden su ánimo y sus acciones. El ánimo en 3 cosas: en el gozo espiritual, en el sosiego espiritual y en la paz. Cuanto a lo primero describe cómo ha de ser nuestro gozo e indica cuál es su causa; que todo el que quiere aprovechar menester es tenga gozo espiritual, ya que "el ánimo alegre mantiene la edad florida" (Pr. 1 7,22). Toca el Apóstol las condiciones del verdadero gozo, que son 4:1- que ande derecho, es a saber, cuando uno se goza del bien propio del hombre, que no es cosa creada sino Dios (Sal 72). Por eso dice: "en el Señor"; que entonces anda derecho cuando es en el Señor (Neh. 8);2- que sea continuo; por lo cual dice: "siempre" (!Ts 5); que entonces lo es cuando no lo interrumpe el pecado. Algunas veces lo interrumpe una tristeza temporal, y eso significa imperfección; pues cuando uno está perfectamente alegre, no se le interrumpe el gozo; que poco se le da de lo que poco dura. Por eso dice: siempre;3- que sea multiplicado; porque si te alegras de Dios, está puesto en razón te alegres de su encarnación (Lc 2). Asimismo si te alegras de la acción (Pr. 21), alegrarte has de la contemplación; si en el bien propio pones tu gozo, ponió también en el bien ajeno; y si te gozas por lo presente, gozarte debes por lo futuro; por lo cual dice: "vivid alegres, os lo repito";4- que sea moderado, es a saber, que no pare en disolución, como sucede con la alegría mundana; razón por la cual dice: "sea vuestra modestia patente a todos los hombres"; como si dijera: tan medido sea vuestro gozo que no pare en relajación (Jdt. 16; Pr. 12); y vuestra vida tan a compás en lo exterior que a quien la mire no le cause escándalo; pues fuera un tropiezo para vuestro trato.- "porque el Señor está cerca". Tócase el por qué del gozo; que al hombre alegra la cercanía del amigo. Ciertamente el Señor está cerca por la presencia de su majestad (Hch 17). Asimismo por la vecindad de la carne (Ep 2). Otrosí por su gracia que habita en nosotros (Stg. 4); y por su clemencia en oír nuestros ruegos (Sal 144). Finalmente para retribuir a cada uno según sus obras (Is 14).- "No os inquietéis por la solicitud de cosa alguna". Da a entender con esto que hemos de tener el alma tranquila, y muestra primero en qué está esa solicitud demasiada y qué ha de ocupar luego su lugar en la mente. Y muy a pelo añadió: "no os inquietéis por cosa alguna", a lo que había dicho: "porque el Señor está cerca"; como si quisiese decir: El os lo dará todo; no hay pues por qué inquietarse (Mt 6). Mas parece sonar lo contrario lo que dice en Romanos 12: "el que preside hágalo solícitamente". Respondo: la solicitud unas veces lleva consigo la diligencia en buscar lo que hace falta, y esto es loable y opónese a la negligencia; otras la ansiedad de ánimo con falta de esperanza y temor de no obtener lo que con tantas ansias se busca; y ésta es la que prohibe el Señor (Mt 6) y aquí el Apóstol; pues no ha de desesperar de que el Señor le conceda lo necesario; sino que, en vez de andar ansiosos, hagamos recurso a Dios (1Pe 5); lo cual se hace orando; y por eso dice:- "mas en todo presentad a Dios vuestras peticiones por medio de la oración y de las plegarias". Y muy apropósito viene esta añadidura de las peticiones luego de haber dicho: el Señor está cerca; que a quien se acude con ellas es al nuevo señor que viene. Y pone 4 condiciones necesarias en toda oración:a) oración dice subida de la mente a Dios; por eso dice: "en toda oración" (Sir 35);b) debe hacerse con confianza de alcanzar lo pedido, y esto por la misericordia de Dios (Dan. 9); por lo cual dice: obsecración, que alega en su abono para ser oído la gracia y santidad de Dios; por tanto, es propia del que se humilla (Pr. 18); como cuando decimos: por tu cruz y pasión;c) mas porque el ingrato a los beneficios recibidos no merece se le hagan otros, por eso agrega: "con hacimiento de gracias";d) y en pos viene la petición: "presentad vuestras peticiones" (Mt 7).Y estas 4 cosas, si bien se considera, tienen todas las oraciones de la 1glesia: pues primero se invoca a Dios; recuérdase un beneficio divino, pídese un beneficio, pónese la obsecración: por Nuestro Señor Jesucristo. Pero notemos que dice: "dense a conocer a Dios vuestras peticiones". ¿Por ventura el Señor ignora esto? Por eso la Glosa lo explica de 3 maneras:1* "Innotescant", esto es, deles Dios el visto bueno, en cuyo acatamiento comparezcan como dignas y santas (Sal 140);2* O llegue a nuestra noticia, séanos cierto y notorio que están siempre en el acatamiento de Dios; como si dijera: no oréis para granjearos el favor del pueblo (Mt 6);3* O dense a conocer a los que asisten delante de Dios, es a saber, los ángeles, por cuyo ministerio son presentadas a Dios, no como si las ignorase, sino porque interceden por nosotros (Ap. 8).- "y la paz de Dios guarde vuestros corazones". Dispuesto el ánimo con lo sobredicho, lo ordena cuanto a la paz, que les desea a modo del que hace oración. La paz es la tranquilidad en el orden - según San Agustín- ya que trastornado éste se destruye la paz; y a 3 visos puede considerarse:1- en el principio del orden, es a saber, en Dios (Rm 13). De este abismo profundo, en que mora la paz, derívase primero y con más perfecto modo sobre los bienaventurados, en quienes ni de culpa o de pena hay perturbación alguna, y, por consiguiente, derívase también sobre los varones santos, que, cuanto más santos, menos expuestos a tener la mente perturbada. "Gozarán de mucha paz los amadores de tu ley" (Sal 1 18). Pero en ios bienaventurados es perfecta, en quienes Dios derramará como un río de paz (Is 66).Mas ya que este corazón nuestro no puede estar del todo sosegado si Dios no lo pacifica, será necesario que El lo haga; he ahí por qué dice: de Dios. Y esto considerado en su mismo principio sobrepuja todo entendimiento creado, porque - como se dice en 1 Timoteo 6 - "su morada es una luz inaccesible" (Jb 36);2- según que está en la patria, sobrepuja todo entendimiento angélico;3* según que en los santos viadores, (sobrepuja) todo entendimiento humano ds los que no viven en gracia de Dios (Ap. 2).Así que esta paz "sea la guardiana de vuestros corazones", esto es, vuestros afectos, para que no os descarriéis lo más mínimo de la senda del bien. "Guarda tu corazón con toda vigilancia, porque de él mana la vida" (Pr. 4,23). Guarde asimismo "vuestros entendimientos", para que no os desviéis ni un negro de uña de la verdad.Y esto "en Cristo Jesús", por cuya caridad consérvase el afecto alejado del mal, y por cuya fe el entendimiento persevera y mantiénese firme en la verdad.- "En lo demás, sea vuestro estudio todo lo que es conforme a verdad". Pone en orden los actos, e indúcelos primero a bien obrar, con que señala el objeto de la buena acción, es a saber, el bien que se hace, el motivo de hacerlo, el acto mismo, el fruto del acto; 4 cosas que tenemos aquí. El objeto de la buena acción o es objeto del conocimiento o de la afección. Si mira al entendimiento es verdadera, si al afecto es buena. Por eso dice: "en lo demás", esto es, desde que habéis echado esas firmes raíces, "poned vuestro pensamiento en lo que la fe os ofrece como verdadero" (Zc. 8).Cuanto al afecto, es de saber que para que el acto sea virtuoso unas cosas son necesarias, otras sobreañadidas. Necesarias son 3:1- que en sí tenga entereza: "todo lo honesto", esto es, casto (Stg. 3);2- que se enderece al prójimo: "todo lo justo" (Mt 5);3- que diga orden a Dios: "todo lo que es santo" (Lc 1).(Las galas de adorno, digamos así), sobreañadidas son dos: un atractivo para la amistad y un guardián de la buena fama. Cuanto a lo primero dice: "todo lo que os haga amables", esto es, todo lo que es incentivo de amistad mutua (Sir 7; Pr. 18). Cuanto a lo segundo: "todo lo que sirve al buen nombre"; pues muchas cosas pudieran hacerse con buena conciencia que por el buen nombre hay que dejar de hacer (Sir 41).El motivo para obrar es doble: la inclinación del hábito interior y la exterior disciplina o instrucción. Cuanto a lo primero dice: "toda virtud", esto es, si tenéis algún hábito virtuoso que os mueva a esto (Sir 44). Cuanto a lo segundo: "toda disciplina", esto es, loable, si la tenéis, practicad lo bueno (Sal 118). Y explica en qué consiste esta disciplina diciendo: "esto sea vuestro estudio"; es a saber, "lo que aprendisteis" teniéndome a mí de maestro (Mt XI; 1Ts 2), "y visteis" por los ejemplos que os di. Así se hace patente el motivo y el objeto del acto, pues no hay disciplina sin doctrina; y es necesario que primero se entienda, por lo cual dice: "sea esto vuestro estudio". Asimismo se le dé asentimiento: "aprendisteis y recibisteis". Apréndese también viendo y oyendo: "oísteis y visteis".El acto bueno es a manera de un vestido forrado, es a saber, uno interior, lo que allí dice: "esto sea vuestro estudio" (1Tim 4), y otro exterior: "esto habéis de practicar" (Is 1). El fruto es Dios: "y el Dios de la paz será con vosotros"; como si dijera: condición para que Dios esté con vosotros es que hagáis esto (2Co 13).

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



Llamada a la concordia y al gozo espiritual, 4:1-9.
1 Así que, hermanos míos amadísimos y muy deseados, mi alegría y m1 Corona, perseverad firmes en el Señor, carísimos 2 Ruego a Evodia y a Síntique tener los mismos sentimientos en el Señor. 3 Y a ti también, fiel compañero, te ruego que ayudes a esas que han luchado mucho por el Evangelio, conmigo y con Clemente y con los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida. 4 Alegraos siempre en el Señor; de nuevo os digo, alegraos. 5 Vuestra benevolencia sea notoria a todos los hombres. El Señor está próximo. 6 Por nada os inquietéis, sino que en todo tiempo, en la oración y en la plegaria, sean presentadas a Dios vuestras peticiones, acompañadas de acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento, guarde vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. 8 Por lo demás, hermanos, atended a cuanto hay de verdadero, de honorable, de justo, de puro, de amable, de laudable, de virtuoso, de digno de alabanza; a esto estad atentos, 9 y practicad lo que habéis aprendido y recibido y habéis oído y visto en mí, y el Dios de la paz será con vosotros.

A las exhortaciones precedentes, de carácter general, a las que sirve como de conclusión el v.1 de este capítulo 4, añade ahora el Apóstol algunas otras recomendaciones.
Primeramente, una de índole particular, referente a dos mujeres cristianas de Filipos, Evodia y Síntique, a las que pide concordia y que vivan en buena inteligencia (v.2). No sabemos en qué consistía la discrepancia. únicamente sabemos que habían sido colaboradoras de Pablo, luchando a su lado por el Evangelio (v.3). ? fin de facilitar esa concordia pide la ayuda de una persona que es llamada fiel compañero (?????? ?????? ), aunque este último término podría ser también un nombre propio, Sizigos. Trátese de nombre propio o no, no sabemos quién sea este personaje, tan particularmente unido a Pablo y a su obra 272. Tampoco sabemos quién sea ese Clemente, citado entre sus colaboradores (v.3). Orígenes, al que luego hicieron eco muchos autores, supuso que era el Clemente, papa romano, del que poseemos la conocida carta a la iglesia de Corinto. Pero no hay pruebas. El nombre de Clemente era entonces frecuentísimo, y en las mismas inscripciones encontradas en Filipos aparece repetidas veces. En cuanto a la expresión el libro de la vida (v.3), es una metáfora usada, ya en el Antiguo (cf. éxo_32:33; Sal_69:29; Dan_12:1), ya en el Nuevo Testamento (cf. Luc_10:20; Rev_3:51Rev_20:15), como si Dios, al igual que solía hacerse en las familias y en los Estados, escribiese en un libro o registro el nombre de sus fieles. Ello significaba que eran como miembros de su familia y habían de juntarse luego con El en la vida eterna. Sin embargo, esto no implica nada en el asunto de la predestinación, pues el Apóstol no pretende afirmar, como algo que se le hubiese revelado, su salud final.
Terminados los avisos individuales, de nuevo el Apóstol, con un afecto paternal desbordante, da diversas recomendaciones generales respecto de la alegría cristiana (v.4; cf. 2:18; 3:1), de la benevolencia (? .6), de la confianza en la Providencia (v.6; cf. Mat_6:25-34), de la paz (v.7; cf. Col_3:15; Jua_14:27). La frase el Señor está próximo (v.5), intercalada en este contexto, parece tener por finalidad reavivar el ánimo de los filipenses con el pensamiento de la proximidad del Señor, cosa que suele hacer con frecuencia el Apóstol en sus exhortaciones (cf. Rom_13:11-14).
Finalmente, como alimento de esa alegría y de esa vida de paz que nunca deben faltar en el cristiano, les propone un hermoso programa: donde quiera haya algo verdadero, algo noble, algo bueno., tenedlo en cuenta y hacedlo vuestro, informándolo de la savia cristiana (v.8-9). Principio éste de extraordinarias consecuencias. Todo lo humano: riquezas, ciencia, arte, literatura., separado de Cristo, no vale nada (cf. 3:8); pero, si lo informamos de la savia de Cristo, puede tener gran valor 273.




Epilogo, 4:10-23.

Agradecimiento por los socorros recibidos, 4:10-20.
10 Grande fue mi gozo en el Señor desde que vi que habéis reavivado vuestro afecto por mí. n En verdad sentíais afecto, pero no teníais oportunidad de manifestarlo. Y no es por mi necesidad por lo que os digo esto, pues sé muy bien contentarme con lo que tengo. 12 Sé pasar necesidad y sé vivir en la abundancia; a todo y por todo estoy bien enseñado, a la tortura y al hambre, a abundar y a carecer. 13 Todo lo puedo en aquel que me conforta. 14 Sin embargo, habéis hecho bien tomando parte en mis tribulaciones. 15 Bien sabéis vosotros, filipenses, que, al comienzo del Evangelio, cuando partí de Macedonia, con ninguna iglesia tuve cuenta de dado y recibido, sino con vosotros. 16 Porque estando en Tesalónica. más de una vez me enviasteis con qué atender a mi necesidad 17 No es que yo busque dádivas, sino que busco fruto que produzca interés en vuestra cuenta. 18 Tengo ya de todo, vivo en abundancia y estoy al colmo después que recibí de Epafrodito lo que de vosotros me trajo, olor de suavidad, hostia acepta a Dios. 19 Mi Dios colmará todas vuestras necesidades, según sus riquezas en gloria, en Cristo Jesús. 20 A Dios y Padre nuestro, gloria por los siglos de los siglos. Amén.

San Pablo no quiere terminar su carta sin agradecer expresamente a los filipenses la generosidad de sus limosnas. Es admirable la delicadeza y altura con que muestra esa gratitud, donde no faltan palabras llenas de amor y reconocimiento, pero manteniéndose siempre en el plano de independencia apostólica necesario.
La afirmación que quiere vaya en primer lugar es la de que sus limosnas le han causado gran gozo, pues demuestran el afecto que le tienen (v.10). Y aún añade, con delicadeza exquisita, que ese afecto es de siempre, pero no habían tenido ocasión de demostrárselo (v.11a). No crean, sin embargo, que lo que le mueve a hablar así es el haber podido satisfacer a sus necesidades materiales, pues sabe pasar hambre y sabe abundar, siendo Cristo quien le da fuerzas para todo (v.11b-13). Dicho en otras palabras: tiene completa libertad de espíritu para no estar atado a cosas materiales, ni de los filipenses ni de nadie.
Salvada esa su independencia apostólica y como tratando de evitar la mala impresión que pudieran haber producido sus palabras, cual si estimase en poco la ayuda recibida, reanuda el elogio de los filipenses y agradece su acción, trayendo a la memoria otras ayudas pasadas, y que sólo de ellos había aceptado (v. 14-16). El lenguaje de dado y recibido (? .16) es lenguaje comercial, que Pablo aplica a su caso. A las iglesias por él fundadas daba bienes espirituales, pero era opuesto a recibir de ellas, en cambio, bienes materiales, a fin de no poner obstáculo alguno a la difusión del Evangelio; únicamente hizo excepción con los filipenses, lo que era prueba de que tenía gran confianza en ellos (cf. 1Co_9:12; 2Co_11:7-12; Hec_18:3; Hec_20:33-34).
Todavía vuelve a insistir en que lo que realmente le alegra no es la dádiva o limosna que le han entregado, sino el fruto que esa dádiva produce a favor de los filipenses; ella es como un sacrificio ofrecido a Dios en olor de suavidad, y Dios es el que se encargará de la recompensa, colmándoles de toda clase de bendiciones (v.17-19).
Digno remate de esta hermosa perícopa es la doxología final, que brota espontánea en el corazón de Pablo ante el pensamiento de la liberalidad divina (v.20).

Saludos y bendición final,Hec_4:21-23.
21 Saludad a todos los santos en Cristo Jesús. Os saludan los hermanos que están conmigo. 22 Os saludan todos los santos, y principalmente los de la casa del César.23 La gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu.

La parte dedicada a saludos es muy breve. San Pablo no menciona a nadie en concreto, sino que saluda a todos los fieles de Filipos en general (v.21a). Igualmente, manda saludos de los hermanos que están con él, sin mencionar a ninguno de estos colaboradores en particular (v.21b), y de todos los fieles de la ciudad en que se encuentra. Entre éstos hace mención especial de los de la casa del César (v.22); quizás con la finalidad de animar a los filipenses, como dándoles a entender que hasta en el mismo palacio imperial había penetrado el Evangelio. No es probable que se trate de miembros de la familia imperial, de que no quedan testimonios, sino más bien de funcionarios, esclavos y libertos, al servicio del emperador.
La despedida o bendición final (v.23) es la corriente de sus cartas (cf. Gal_6:18), Probablemente es autógrafa, constituyendo esa especie de firma o garantía de autenticidad, de que expresamente habla en otros lugares (cf. Col_4:18).

266 Cf. B. Brinkmann, Num S. Paulus Ephesi fuerit captivus: Verb. Dom. 19 (1939) 321-332. 266* Cf. S. Dockx, Lieu et date de Vép'üre aux Philippiens: Rev. Bibl. 8o (1973) 230-246. 267 Cf. H. Schumacher, Christus in seiner Praeexistenz und Kenose nach Phil. 2:5-8. (Roma 1914); P. Henry, Kenose: Dict. Bibl.-Suppl., t.5 col.158-161; O, Michel, Zur Exe-gese v. Phil. 2.5-11: Theol. ais Glaubenswagnis (Hamburgo 1954) 79-95; G. Pérez, Humillación y exaltación de Cristo: Cult. Bíbl. 13 (1956) 4-10 y 84-88; P. Dacquino, ? testo cristo-lógico di FU. 2:6-11: Riv. Bibl. 7 (1959) 220-229; J. Jeremías, ¿u Phil. 2:7: Eauton ekenosen: Nouv. Test. 6 (1963) 182-88; A. Feuillet, L'hymne christologique de l'Epítre aux Philip-piens: Rev. Bibl. 72 (1965) 352-380 y 481-507; R. P. Martin, Carmen Christi: Phil. 2:5-11 (Cambridge 1967); J. T. Sanders, The New Testament Christological Hymns (Cambridge 1971); P. Grelot, Deux expressions difficiles de Phil. 2:6-7: Bibl. 53 (1972) 495-5O7· 268 Cf. B. Rigaux, Sain Paul et ses letres (París 1962) p.184-196. 269 Gf. M. Laconi, Non rapinam arbitratus est. (Phil 2:6): Riv. Bibl. 5 (1957) 126-140. 270 Cf. M. Brunec, Cum timore et fremore vestram salutem operamini (PhiL 3:12-13): Verb. Dom. 40 (1962) 270-75. Tratando de conciliar ambas cosas, la acción de Dios y nuestra libertad, escribe San Agustín: Certum est nos velle, cum volumus; sed ille facit ut veli-mus bonum. Certum est nos faceré, cum facimus; sed ille facit ut faciamus, praebendo vires efficacissimas voluntati (De gratia et libero arbitrio 16: PL 44:900). 271 Cf. A. Rolla, La cittadinanza greco-romana e la cittadinanza celeste di Filippesi 3:20: Stud. Paul, intern. cath., II (Roma 1963) 75-80. 272 Lo que sí parece claro es que se trata de un varón, no de una mujer, como pide el adjetivo masculino fiel (?????? ). Carece, pues, de fundamento la opinión de Clemente de Alejandría, que luego recoge Orígenes, aunque no la hace suya, de que se trata de la esposa (??????? = cónyuge, o que lleva el mismo yugo) de Pablo. Apoyándose en esta opinión, tejió Renán una bella leyenda, diciendo que se trata de Lidia, con quien Pablo se habría casado después de bautizada (cf. Hec_16:14-15). Puras fantasías, tanto más que Pablo no estaba casado (cf. 1Co_7:7-8). 273 Cf. J. Levie, Les wieurs humm'nes dans la théologie de saint Paul: Bibl. 40 (1959) 800-814.

Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Nuevo Testamento (Verbo Divino, 2004)



4,1.
manteneos firmes: Exhortación final a no dejarse apartar de la nueva existencia ahora disfrutada «en el Se(-)ñor».
28 (IV) Parte tercera: Exhortaciones a la unidad, la alegría y la paz (4,2-9).
(A) Llamamiento a la unidad (4,2-3). 2. Evodia y Síntique: Dos mujeres, prominentes en la comunidad (v. 3), por lo demás descono(-)cidas para nosotros (W. D. Thomas, ExpTim 83 [1971-1972] 117-20). 3. Sízigus: También des(-)conocido. La palabra puede ser simplemente un tratamiento afectuoso de Pablo, «colega», aplicado a alguna persona importante de la co(-)munidad. libro de la vida: El registro celestial del pueblo escatológico de Dios (cf. Dn 12,1).
(B) Llamamiento a la alegría y la paz de espíritu (4,4-7). 5. el Señor está cerca: cf. la primitiva aclamación, maraña tha (1 Cor 16,22; cf. Ap 22,20). 7. la paz de Dios...: Ésta «supera toda inteligencia», bien porque está más allá de lo que la mente humana puede captar, bien porque realiza más de lo que po(-)demos imaginar (cf. Ef 3,20).
(C) Llamamiento a la imitación de Pablo (4,8-9). 8. cuanto hay...: Pablo recomienda a la comunidad, que debe dar testimonio ante el mundo (cf. 2,15-16), una serie de virtudes in(-)confundiblemente gr. (estoicas).
29 (V) Parte cuarta: agradecimiento por la ayuda de la comunidad (4,10-20). Esta sec(-)ción de Flp contiene la respuesta inicial de Pa(-)blo a la comunidad (? 7 supra). 10. mi alegría ha sido grande: Pablo se muestra claramente muy agradecido por el interés que dio lugar a la ayuda (véase también el v. 14). Pero no hay nin(-)guna expresión explícita de gratitud por la ayu(-)da como tal. Esto le da cierta ambigüedad a toda su respuesta. 11-13. he aprendido a ser in(-)dependiente: Pablo reitera en una breve digre(-)sión su principio de independencia económica por el evangelio (1 Tes 2,5-9; 1 Cor 9,4-18; 2 Cor 11,7-10; 12,13-18). 14. hicisteis bien: Aunque ri(-)gurosamente contrario a dicho principio, lo que los filipenses hicieron fue correcto. 15-16. al principio (de la predicación) del evangelio: Pablo inició la fase europea de su obra misionera en Filipos (Hch 16,9-10). ninguna otra Iglesia: El hecho de que Pablo recibiera -y estuviera dis(-)puesto a aceptarapoyo de los filipenses señala la singularidad de su relación con ellos (? Pa(-)blo, 79;29). se asoció a mis cuentas de gastos y entradas: Pablo utiliza un lenguaje comercial, aludiendo quizás a una forma de asociación le(-)gal (la societas consensual) extendida en la so(-)ciedad grecorromana (véase J. P. Sampley, Pau(-)line Partnership in Christ [Filadelfia 1980]). 17. que se multipliquen los intereses en vuestra cuen(-)ta: La ayuda material de los filipenses les ha producido «intereses» espirituales. 18. estoy pa(-)gado más de lo debido: Empleando una expre(-)sión utilizada para acusar recibo, Pablo da a en(-)tender que en este momento se sentiría violento en el caso de recibir más obsequios, ofrenda de suave olor...: El lenguaje sacro, tomado del AT, indica que el verdadero destinatario del favor es Dios mismo. 19. riqueza de gloria: Dios, en su fidelidad, corresponderá a los filipenses con aquello en lo que es sumamente rico, a saber, con gloria. La gloria es el poder y presencia di(-)vinos, que realiza la transformación escatológi(-)ca de los hombres a semejanza del mismo Dios (3,21; cf. 2 Cor 3,17-18; Rom 5,2; 8,18-25.29-30).
30 (VI) Conclusión (4,21-23). Ésta in(-)cluye una despedida (4,21-22) y una bendición final (4,23; ? Cartas del NT, 45:8D). 22. la ca(-)sa del césar: El cuerpo de funcionarios y sir(-)vientes, en su mayoría libertos o esclavos, que se ocupaban de la casa y administración im(-)periales, no sólo en Roma, sino también en las grandes ciudades del imperio. Algunas ins(-)cripciones dan fe de su presencia en Éfeso (iCIL 3. 6082.6077; CIL 6. 8645.8653.8654).
[Traducido por José Pedro Tosaus Abadía]

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter IIII.

1 From particular admonitions 4 hee proceedeth to generall exhortations, 10 shewing how hee reioyced at their liberalitie towards him lying in prison, not so much for the supply of his owne wants, as for the grace of God in them. 19 And so he concludeth with prayer and salutations.

[Booke of life.]

1 Therefore, my brethren, dearely beloued and longed for, my ioy and crowne, so stand fast in the Lord, my dearely beloued.
2 I beseech Euodias, and beseech Syntiche, that they be of the same mind in the Lord.
3 And I entreat thee also, true yokefellow, helpe those women which laboured with me in the Gospel, with Clement also, and with other my fellow labourers, whose names are in the booke of life.
4 Reioyce in the Lord alway: and againe I say, Reioyce.
5 Let your moderation be knowen vnto all men. The Lord is at hand.
6 Bee carefull for nothing: but in euery thing by prayer and supplication with thankesgiuing, let your request be made knowen vnto God.
7 And the peace of God which passeth all vnderstanding, shall keepe your hearts & minds through Christ Iesus.
8 Finally, brethren, whatsoeuer things are true, whatsoeuer things are [ Or, venerable.] honest, whatsoeuer things are iust, whatsoeuer things are pure, whatsoeuer things are louely, whatsoeuer things are of good report: if there bee any vertue, and if there bee any praise, thinke on these things:
9 Those things which ye haue both learned and receiued, and heard, and seene in mee, doe: and the God of peace shall be with you.
10 But I reioyced in the Lorde greatly, that now at the last your care of me [ Or, is reuiued.] hath flourished againe, wherein yee were also carefull, but ye lacked opportunitie.

[Contentation.]

11 Not that I speake in respect of want: for I haue learned in whatsoeuer state I am, therewith to bee content.
12 I know both how to bee abased, and I knowe how to abound: euerie where, and in all things I am instructed, both to bee full, and to bee hungrie, both to abound, and to suffer need.
13 I can do all things through Christ, which strengtheneth me.
14 Notwithstanding, yee haue well done, that ye did communicate with my affliction.
15 Now ye Philippians know also, that in the beginning of the Gospel, when I departed from Macedonia, no Church communicated with mee, as concerning giuing and receiuing, but ye onely.
16 For euen in Thessalonica, ye sent once, and againe vnto my necessitie.
17 Not because I desire a gift: but I desire fruit that may abound to your account.
18 But [ Or, I haue receiued all.] I haue all, and abound. I am full, hauing receiued of Epaphroditus the things which were sent from you, an odour of a sweet smell, a sacrifice acceptable, well pleasing to God.
19 But my God shall supply all your need, according to his riches in glory, by Christ Iesus.
20 Now vnto God and our Father be glory for euer and euer. Amen.
21 Salute euery Saint in Christ Iesus: the brethren which are with me, greet you.
22 All the Saints salute you, chiefly they that are of Cesars houshold.
23 The grace of our Lord Iesus Christ be with you all. Amen.
It was written to the Philippians from Rome, by Epaphroditus.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Llamado al gozo y a la vida de oración

Otra vez el tema del gozo sobresale en esta carta cuando el Apóstol dice a sus lectores: ¡Regocijaos ... siempre!, y agrega en el Señor repitiendo la frase aun otra vez: Estad firmes en el Señor ... (1) que se pongan de acuerdo en el Señor (2), y ahora: ¡Regocijaos en el Señor ... ! El total del vivir cristiano es un asunto de esa relación con el Señor Jesús viviente, en la atmósfera de su presencia y su gracia que lo hace todo posible.

5 Hay una calidad de vida que debe ser conocida por todos en cada expresión de la vida y las relaciones interpersonales del cristiano. El término traducido amabilidad por la RVA, admite otras traducciones: bondad (DHH); mesura (BJ); gentileza y cortesía en otras versiones. De estas diversas traducciones podemos obtener la idea subyacente. La cercanía al Señor que motiva esta cali dad espiritual podría significar su cercanía al creyente en todo tiempo, la cercanía de su regreso, o ambas cosas.

6 La ansiedad no tiene lugar en la vida de los cristianos ya que en todo puede haber oración, la oración en sus varias formas y modos: petición, ruego, pero por sobre todo acción de gracias. Esto es porque debemos siempre alabanza a Dios, y porque la fe es vivificada cuando recordamos en acción de gracias lo que Dios ha hecho por nosotros en el pasado. Hay un eco aquí de la enseñanza de Jesús (Mat. 6:25-34; 7:7-11). Primera Ped. 5:7 dice algo semejante: Echad sobre él toda vuestra ansiedad, porque él tiene cuidado de vosotros, y como J. A. Bengel ( New Testament Word Studies, Vol. 2 [Kregel Pub., 1978] p. 447) señala apropiadamente: Ansiedad y oración son más opuestos entre sí que el fuego y el agua.

7 Cuando la oración reemplaza a la preocupación sobreviene la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, y esa paz actúa como un centinela que resguarda la mente y las emociones del cristiano de ser abrumadas por un repentino arrebato de miedo, ansiedad o tentación. Esta realidad deberían comprobarla los cristianos diariamente.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Recomendaciones. Se reanuda la despedida iniciada en 3,1, después del paréntesis precedente tomado de la otra carta. Poco sabemos de las personas mencionadas aquí. Pablo siempre cuenta con un grupo de colaboradores, entre ellos las muchas mujeres que le han ayudado en la evangelización y en la catequesis (Rom 16 proporciona una amplia lista). Nada sabemos de las diferencias entre Evodia y Síntique, pero parece tratarse de algo serio, pues al tener un ministerio en la comunidad pueden crear divisiones. Pablo pide la ayuda de un colaborador que pueda mediar entre ellas. La tradición ha identificado a Clemente con el cuarto papa, autor de una famosísima carta a los Corintios. Pablo elogia a todo el equipo con la afirmación bíblica: «sus nombres están escritos en el libro de la vida» (3; cfr. Apo_3:5; Apo_20:15; Apo_21:27).
La mención de la alegría conecta con el inicio de despedida interrumpido en 3,1a y confirma el tono gozoso de toda la carta contenida en los dos primeros capítulos. Pablo quiere que sea una alegría no intimista, sino difusiva, haciendo felices a los demás con la propia bondad. Es con este gozo con el que también anuncia la venida del Señor (cfr. Luc_21:28).
El deseo de la «paz de Dios» es una característica del Apóstol que encontramos en todas sus cartas como saludo inicial y como despedida. Será esta paz profunda la que libre a los filipenses de toda ansiedad. Pablo quiere cristianos expectantes y tranquilos, pero no instalados (cfr. 1Ts_4:11s).

Comentario al Nuevo Testamento (EUNSA, 2008)

Para la verdadera alegría no es obstáculo que las circunstancias en que se desarrolla la existencia de una persona sean difíciles o puedan resultar dolorosas. El Señor está siempre cerca del cristiano con su providencia (v. 5). Sólo espera que él le exponga su situación con confianza, hablándole en la oración con la sencillez de un hijo (v. 6). Mientras está en esta vida todas las realidades terrenas y las cosas nobles de este mundo tienen un valor divino, son buenas, y le sirven para acercarse a Dios (v. 8). «Allí donde están vuestros hermanos los hombres, allí donde están vuestras aspiraciones, vuestro trabajo, vuestros amores, allí está el sitio de vuestro encuentro cotidiano con Cristo» (S. Josemaría Escrivá, Convers. 113). (fiel compañero puede ser un apelativo general)

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

1Co 7:29-31; Heb 10:37; Stg 5:8-9; 1Pe 4:7; Apo 3:11; Apo 22:20.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



3. "Mi fiel compañero": en griego, "sísigo", que podría ser un nombre propio.

14-16. Ver nota 1Co_9:12-15.

18. Gen_8:21. Ver nota Rom_12:1.

22. "Casa imperial": esta expresión no designa necesariamente la corte del César en la capital del Imperio, sino que también se aplica a todos los que de una u otra manera estaban al servicio del Emperador.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*4:1-9 Se ofrecen a continuación interesantes consejos sobre las diversas circunstancias de la vida cristiana: ante todo, la concordia (Flp 4:2 s); luego, una vida en alegría, como conviene a la novedad cristiana (Flp 4:4-7), y, por fin, el ideal superior de una suma de valores positivos (Flp 4:8 s).

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 4.3 Libro de la vida: Cf. Ex 32.32; Sal 69.28; Ap 3.5.

[2] 4.16 Hch 17.1; 2 Co 11.9.

[3] 4.18 Un sacrificio que Dios recibe con agrado: Cf. Ex 29.18; 30.7-8.

[4] 4.22 Véase 1.13 n.

[5] 4.3 Libro de la vida: Cf. Ex 32.32; Sal 69.28; Ap 3.5.

[6] 4.16 Hch 17.1; 2 Co 11.9.

[7] 4.18 Un sacrificio que Dios recibe con agrado: Cf. Ex 29.18; 30.7-8.

[8] 4.22 Véase 1.13 n.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Co_16:22+

Torres Amat (1825)



[4] La confianza en Dios y la sumisión a su divina voluntad son la raíz o el manantial de aquella paz y alegría verdadera que no goza el hombre carnal.

[22] Del emperador Nerón.

Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)



[=] *Flp 3:1 *1Cor 16:22

[o] Den a todos muestras de un espíritu muy abierto. Pablo usa una palabra que designa a la persona abierta, acogedora y de buen genio.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Co_16:22+

Biblia Textual IV (Sociedad Bíblica Iberoamericana, 1999)

gentileza... Otras traducciones posibles: mesura, amabilidad.

Jünemann (1992)


5 b. Moderación, temperancia.
c. Está.