Ver contexto

II. Historia de Abrahán
Vocación de Abrahán.
Yahvé dijo a Abrán: «Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre a la tierra que yo te mostraré. (Genesis 12, 1) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

וַ‎(וְ)

Hebrew|wa|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

יֹּ֤אמֶר‎(אָמַר)

Hebrew|yyˈōmer|say

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: wayyiqtol
Verbal stem: qal


[H559] [a.ea.aa] [118]
[אמר] [GES535] [BDB564] [HAL587]

יְהוָה֙‎(יהוה)

Hebrew|[yᵊhwˌāh]|YHWH

Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3068] [e.az.ae] [484a]
[יהוה] [GES2969] [BDB3312] [HAL3292]

אֶל‎(אֶל)

Hebrew|ʔel-|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H413] [a.di.aa] [91]
[אל] [GES400] [BDB422] [HAL438]

אַבְרָ֔ם‎(אַבְרָם)

Hebrew|ʔavrˈām|Abram

Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H87] [a.ae.aw]
[אברם] [GES80] [BDB90] [HAL91]

לֶךְ‎(הָלַךְ)

Hebrew|leḵ-|walk

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: second person
State: not applicable
Verbal tense: imperative
Verbal stem: qal


[H1980] [e.bn.aa] [498]
[הלך] [GES1914] [BDB2139] [HAL2130]

לְךָ֛‎(לְ)

Hebrew|lᵊḵˈā|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

מֵ‎(מִן)

Hebrew|mē|from

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4480] [m.cl.aa] [1212]
[מן] [GES4398] [BDB4898] [HAL4822]

אַרְצְךָ֥‎(אֶרֶץ)

Hebrew|ʔarṣᵊḵˌā|earth

Part-of-speech: noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H776] [a.fx.aa] [167]
[ארץ] [GES751] [BDB802] [HAL824]

וּ‎(וְ)

Hebrew|û|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

מִ‎(מִן)

Hebrew|mi|from

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4480] [m.cl.aa] [1212]
[מן] [GES4398] [BDB4898] [HAL4822]

מֹּֽולַדְתְּךָ֖‎(מֹולֶדֶת)

Hebrew|mmˈôlaḏtᵊḵˌā|offspring

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4138] [j.bn.ai] [867f]
[מולדת] [GES4065] [BDB4528] [HAL4465]

וּ‎(וְ)

Hebrew|û|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

מִ‎(מִן)

Hebrew|mi|from

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4480] [m.cl.aa] [1212]
[מן] [GES4398] [BDB4898] [HAL4822]

בֵּ֣ית‎(בַּיִת)

Hebrew|bbˈêṯ|house

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1004] [b.bp.aa] [241]
[בית] [GES990] [BDB1071] [HAL1084]

אָבִ֑יךָ‎(אָב)

Hebrew|ʔāvˈîḵā|father

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1] [a.ae.ab] [4a]
[אב] [GES4] [BDB4] [HAL11]

אֶל‎(אֶל)

Hebrew|ʔel-|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H413] [a.di.aa] [91]
[אל] [GES400] [BDB422] [HAL438]

הָ‎(הַ)

Hebrew|hā|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

אָ֖רֶץ‎(אֶרֶץ)

Hebrew|ʔˌāreṣ|earth

Part-of-speech: noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H776] [a.fx.aa] [167]
[ארץ] [GES751] [BDB802] [HAL824]

אֲשֶׁ֥ר‎(אֲשֶׁר)

Hebrew|ʔᵃšˌer|[relative]

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H834] [a.gk.aa] [184]
[אשר] [GES812] [BDB872] [HAL890]

אַרְאֶֽךָּ‎(רָאָה)

Hebrew|ʔarʔˈekkā|see

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: hif‘il


[H7200] [t.ab.aa] [2095]
[ראה] [GES7166] [BDB7891] [HAL7810]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



12. Historia de Abraham.

Vocación de Abraham (1-8).
1Dijo Yahvé a Abram: Sal de tu tierra, de tu parentela, de la casa de tu padre, para la tierra que yo te indicaré. 2Yo te haré un gran pueblo, te bendeciré y engrandeceré tu nombre, que será bendición. 3Y bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan. Y serán bendecidas en ti todas las familias de la tierra. 4Fuese Abraham conforme le había dicho Yahvé; llevando consigo a Lot. Al salir de Jarrán era Abram de setenta y cinco años. 5Tomó, pues, Abram a Sarai, su mujer, y a Lot, su sobrino, y toda su familia, y la hacienda y personas que en Jarrán habían adquirido. Salieron para dirigirse a la tierra de Canaán, y llegaron a ella. 6Penetró en ella Abram hasta el lugar de Siquem, hasta el encinar de Moreh. Entonces estaban los cananeos en aquella tierra. 7Y se le apareció Yahvé a Abram y le dijo: A tu descendencia daré yo esta tierra. Alzó allí un altar a Yahvé, que se le había aparecido, 8y, saliendo hacia el monte que está frente a Betel, asentó allí sus tiendas, teniendo a Betel al occidente y a Hai al oriente, y alzó allí un altar a Yahvé, e invocó el nombre de Yahvé.

Con esta vocación de Abraham empieza la historia israelita. El autor sagrado da a entender, con el relato de la confusión de las lenguas, que la humanidad en su mayoría seguía alejándose de Dios a pesar de la catástrofe del diluvio, y por eso Dios se reserva una porción fiel, que sea como la mantenedora del fuego sagrado religioso y el vínculo de transmisión de sus revelaciones en orden a la salvación de la misma humanidad descarriada. Así da orden a Abram de abandonar su parentela y encaminarse a una región nueva, aislándose del ambiente politeísta de su familia y de los lazos de sangre, que podían crearle dificultades en su nueva vida con misión profética. La muerte de su padre1 le facilita la ejecución de la orden divina. Abram, pues, continuará en su vida nómada, llevando sus ganados en busca de nuevos pastos hacia la región de los cananeos. Al llamarle Yahvé, le hace solemnes promesas, en las que se halla expresado su futuro predestinado. Así le anuncia que convertirá a su tribu en un gran pueblo, bendiciéndole y colmándole de bienes, haciéndole famoso, siendo el propio Abram fuente de bendiciones para sus hijos (v.2). Como le envía a una tierra desconocida, donde el patriarca pudiera temer encontrarse con ambiente hostil, Yahvé establece con él una alianza defensiva y ofensiva, con lo que podrá ir tranquilo a la nueva tierra en que va a morar: Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan (v.3a). Como si dijera: Seré amigo de tus amigos y enemigo de tus enemigos. Con la fe en estas palabras, el patriarca recorrerá tranquilo los caminos de Canaán. Y, como si esto fuera poco, añade Yahvé: En ti como en tronco de una descendencia gloriosa serán bendecidos todos los pueblos (v.3b); o acaso mejor, todos los pueblos te bendecirán, teniéndose por dichosos de ser contados entre tus hijos. Clarísimo anuncio de una universalidad de las promesas mesiánicas, según luego declararán los profetas2. Todas las familias de la tierra se sentirán bendecidas al sentirse vinculadas al tronco glorioso de Abraham. Esta bendición será repetida varias veces3, lo que indica la importancia teológica que tiene en la mente del autor sagrado. Así, en el desarrollo del plan divino y en la historia de la gracia, Abraham es el nombre más grande entre Adán y Cristo: verdadero padre del pueblo judío, representa el principio de la religión de Israel y de lo que llamamos A.T., impregnando todo del recuerdo del patriarca.4 El autor del Eclesiástico hace este juicio del gran patriarca: Abraham es el padre ilustre de una multitud de naciones, y no se ha encontrado ninguno que iguale su gloria.5 En esta bendición sobre Abraham y los pueblos se concreta, ya la primera promesa mesiánica del Protoevangelio y la alianza de bendición sobre Noé y Sem.
Alentado con estas palabras, el patriarca, se pone en camino, y llega a Siquem. El texto bíblico nos dice que le acompañó su sobrino Lot, que había de ser, según la Biblia, el padre de los moabitas y amonitas. Sabemos que a principios del segundo milenio antes de Cristo hubo un movimiento de pueblos asiáticos los hurritas que irrumpieron, a través de Siria, hacia Canaán, estableciéndose en Siquem y Hebrón. Podemos enmarcar la emigración de Abraham en este movimiento de pueblos que descendieron hacia Palestina en busca de mejores medios de vida6. Siquem se halla en el corazón de Canaán, y es la primera estación del patriarca con sus ganados y parientes (v.6). El patriarca acampa con sus ganados al borde de las ciudades. El encinar de Moreh era un lugar de culto cananeo que aparece reiteradamente en la Biblia7. Los bosques y árboles eran lugares preferidos para el culto y la adivinación. Son el símbolo de la vida, de la vegetación y de la generación. Por eso más tarde se prohibirá a los israelitas los árboles sagrados en los que se daba culto a Baal y a Astarté8. Siquem se hallaba junto al monte Ebal y Garizim, la actual el-Balata. La frase entonces estaban los cananeos en aquella tierra (v.6) tiene su razón de ser por la promesa que sigue: A tu descendencia daré yo esta tierra (v.7). Convenía probar a los lectores israelitas que el derecho a la posesión de Canaán provenía directamente de Yahvé, que había determinado traspasarles el derecho que antes tenían los cananeos, pueblo invasor semítico anterior a la emigración de Abraham. La denominación de cananeo se refiere a los habitantes de Canaán en general9. Es la primera promesa expresa relativa a la posesión de Canaán10. Como recuerdo de la manifestación divina, Abraham alzó un altar a Yahvé. Es lo que harán los patriarcas siempre que se sienten en contacto con la divinidad11. Aunque no lo dice, es de suponer que haya ofrecido sacrificios sangrientos de sus ganados. El altar se reducía a una piedra, sobre la que se derramaba la sangre de la víctima y las libaciones. Generalmente se buscaba la proximidad de algún árbol, como aquí la encina de Moreh.12 Es el primer altar levantado por los patriarcas. El segundo es Betel. El patriarca se trasladó con sus ganados hacia la región montañosa en dirección sur, entre Betel actual Beitin y Hai al oriente. Betel significa casa de Dios, y ya era habitado en el siglo XXI a.C. El nombre es religioso y simbólico y sustituyó al primitivo de Luz 13 Después de la escisión del reino del norte, en tiempo de Jeroboam I, Betel fue el principal santuario del reino cismático, y allí se instaló el becerro de oro14. Por eso los profetas cambiaron despectivamente el nombre de Bet-el casa de Dios en Bet-awen casa de la vanidad15. Hai: la actual et-Tell, que fue arruinada hacia el 2000 a.C., y después quedó en calidad de Ruina es lo que significa Hai, absorbida por su cercana Betel16. Abram en Betel invocó el nombre de Yahvé, expresión que parece implicar que le dio culto con sacrificios y oblaciones17. No se dice que Yahvé se apareciera en este lugar como en Siquem. La teofanía en este lugar estaba reservada a Jacob18.

La Promesa Hecha a Abraham.
Esta promesa de Dios al patriarca tiene una importancia grande en la historia, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. San Pablo la distingue del pacto bilateral que Dios hará con Israel19. Aquí se trata de una promesa, o sea, una obligación que Dios contrae con el patriarca, a quien habla, ordenando abandonar su patria, conduciéndole a Canaán. Es claro que Dios, a su vez, exige del patriarca la obediencia a sus mandatos y la fe en sus palabras; pero nada más. No se habla de una ley de muchos preceptos, como la de Moisés. Esta promesa se repite diversas veces, siendo la más solemne la del c.22, en que con solemne juramento ratifica Yahvé a Abraham su promesa en premio de su heroica obediencia20. Esta la mostrará Isaac al inclinar la cabeza ante el cuchillo de su padre, y por eso el juramento le alcanza igualmente. Esto aparecerá claro en Gén. 26:2s. De Isaac, la promesa, como una herencia familiar, pasa a Jacob, y de éste a sus doce hijos, los cuales vendrán a formar el pueblo de Dios. Aquella providencia que Dios promete a Abraham, se continúa en la vida de sus descendientes. Isaac la experimenta claramente, y lo mismo Jacob. Cuando Israel se halla oprimido en Egipto, Yahvé se acuerda de la alianza hecha con Abraham21. Luego, al llamar a Moisés para sacar a Israel de Egipto, pronunciará estas graves palabras: Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. He visto el clamor de mi pueblo en Egipto y he bajado para librarle de las manos de los egipcios.22 En los momentos de mayor aprieto, cuando Israel prevarica de la alianza contraída con Dios, y Dios se muestra resuelto a desecharle, Moisés acude a la historia de los patriarcas, y dice: Acuérdate de Abraham, Isaac y Jacob, a los cuales, jurando por tu nombre, dijiste: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda la tierra de que os he hablado la daré a vuestros descendientes en posesión.23 Y, ante esta invocación, Dios se arrepiente del mal que había dicho a su pueblo. En Lev. 26, que contiene las sanciones de la Ley, se anuncian las que Dios impondrá a su pueblo prevaricador, al cual acabará por lanzar fuera de su tierra en cautiverio. Allí se arrepentirá: humillarán su corazón incircunciso y reconocerán sus iniquidades, y yo entonces me acordaré de mi alianza con Isaac y de mi alianza con Abraham y me acordaré de su tierra.24 Este pensamiento vive en la mente de los fieles de Yahvé, los cuales, al invocar a su Dios, no se olvidan de llamarle con este nombre para él tan querido, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob25. Isaías, para mover al pueblo a mantenerse fiel a Yahvé, le recuerda la roca de donde han sido arrancados, Abraham26. En San Lucas, la Virgen y Zacarías recuerdan la promesa jurada hecha por Dios a Abraham, la cual ven cumplida en sus días27. Para San Pablo, los fieles de Cristo, imitadores de la fe de Abraham, son los hijos de la promesa, es decir, los herederos de ella, que se cumplió en Jesucristo28.

Abraham Baja a Egipto (9-20).
9Levantó Abram sus tiendas para ir al Negueb, 10pero hubo un hambre en aquella tierra, y bajó a Egipto para peregrinar allí, por haber en aquella tierra gran escasez. 11Cuando estaba ya próximo a entrar en Egipto, dijo a Sarai, su mujer: Mira, que sé que eres mujer hermosa, 12y, cuando te vean los egipcios, dirán: Es su mujer, y me matarán a mí, y a ti te dejarán la vida; 13di, pues, te ruego, que eres mi hermana, para que así me traten bien por ti, y por amor de ti salve yo mi vida. 14Cuando, pues, hubo entrado Abram en Egipto, vieron los egipcios que su mujer era muy hermosa, 15y, viéndola los jefes del faraón, se la alabaron mucho, y la mujer fue llamada al palacio del faraón. 16A Abram le trataron muy bien por amor de ella, y tuvo ovejas, ganados y asnos, siervos y siervas, asnas y camellos. 17Pero Yahvé afligió con grandes plagas al faraón y a su casa por Sarai, la mujer de Abram; 18y, llamando el faraón a Abram, le dijo: ¿Por qué me has hecho esto? ¿Por qué no me diste a saber que era tu mujer? 19¿Por qué dijiste: Es mi hermana, dando lugar a que la tomase yo por mujer? Ahora, pues, ahí tienes a tu mujer; tómala y vete. 20Y dio el faraón órdenes acerca de él a sus hombres, y éstos le condujeron a él y a su mujer con todo cuanto era suyo.

Por gozar de más libertad, Abraham prosiguió su camino hacia el mediodía de Palestina, que se hallaba menos poblado, el Negueb región seca, región semidesértica, que se extiende desde Gaza y Bersabé hasta Cades29. Pero allí le sorprendió la sequía, y continuó su viaje hasta orillas del Nilo, seguro refugio de los palestinos en semejantes contingencias. En Egipto estaban seguros de hallar pasto para sus ganados y vituallas para su gente. En los bajorrelieves egipcios aparecen algunas veces los asiáticos con sus bestias de carga camino de Egipto para proveerse de alimento en caso de hambre. Isaac quiere bajar también a Egipto, y más tarde Jacob, después de mandar a sus hijos a buscar trigo a Egipto, se trasladará allá con su familia. En Deu_17:16, al hablar de las condiciones que ha de tener el rey de Israel, señala ésta: que no pretenda volver al pueblo a Egipto, porque Yahvé, tu Dios, te ha dicho: No volveréis nunca jamás por este camino. Tanta era la atracción que la ubérrima Egipto ofrecía a los habitantes de la mísera Canaán. Los faraones tuvieron que reforzar muchas veces las fronteras del este para evitar la inmigración masiva de los asiáticos en el imperio egipcio. Como nómada y extranjero, Abraham teme de los egipcios que la belleza de Sara, su hermana y su mujer, le traiga algún mal. Según la legislación y costumbre babilónicas, era permitido a uno desposarse con la hermana de su padre. También en Atenas era permitido a uno desposarse con la hermana de padre el caso de Abraham. Entre los egipcios esto no era raro, ya que los faraones se casaban con sus hermanas30. Cuando Tamar, hija de David, se encuentra solicitada por su hermano Amnón, le dijo: Mira, hermano mío, mira que esto no se hace en Israel... Habla al rey, que seguramente no rehusará darme a ti. Amnón era sólo hermano de padre, pero no de madre31. Esto parece indicar que, a pesar de la legislación mosaica32, no era tan extraño en Israel. Pero Sara era la esposa del patriarca, y, al entregarla a otro, la exponía al adulterio. No hemos de juzgar la conducta de los patriarcas en esta ocasión a la luz de nuestra moral evangélica. Agustín de Hipona nos asegura que Abraham ponía en Dios su confianza33, y ésta era, sin duda, la mente del autor sagrado, como lo muestra el resultado de este suceso. La Providencia divina velaba siempre sobre el patriarca, como nos dice San Esteban, y este principio es el que rige la composición de esta singular historia. El hagiógrafo quiere destacar la protección especial que Dios tenía sobre el patriarca en sus peregrinaciones.
La anécdota del rapto de Sara aparece de nuevo en el c.20, donde el rey de Guerar quiere apoderarse de Sara en circunstancias muy parecidas. Muchos autores creen que se trata de un duplicado de un mismo hecho, que el autor sitúa en la corte del faraón. Sara debía de tener entonces sesenta y cinco años34, y es extraño que a esa edad pudiera suscitar la concupiscencia del faraón y de los jefes egipcios. Pero ya hemos indicado que las cifras en la Biblia están muchas veces retocadas y no ofrecen mucha garantía. Por otra parte, el hagiógrafo quiere resaltar la belleza de Sara ante los egipcios. La conducta de Abraham es considerada como normal: para salvar su vida quiere que su esposa pase por hermana, y no le preocupa que sea deshonrada como esposa. Según la mentalidad de la época, la esposa en todo debía estar subordinada al marido, y estaba antes la vida de Abraham que el honor de Sara.35 Por eso, la conducta de Abraham es la de un beduino ladino'y egoísta.36 Sara es llevada al harén del faraón, y Abraham recibe regalos a cambio de su supuesta hermana. El marido es propietario de su mujer como de su casa y de sus ganados37. Por eso Abraham no es reprendido, y sí el faraón, pues Dios le envió plagas en castigo de su mala acción; pero no se especifican las plagas que Dios le envió.

1 Gen_11:32. 2 Isa_19:24 : Aquel día será Israel de la tierra; 61:9: su descendencia s de las gentes. Y quien los viere (a lo tercero con Egipto y Asiria, como bendición en medio era glorificada en los pueblos, y su posteridad en medio s israelitas) reconocerá que son la progenie bendita de Yahvé (cf. Zac_8:13). 3 Gen_18:18-19; Gen_22:18; Gen_26:4; Gen_28:14. 4 A. Clamer, o.c., p.238. 5 Eco_44:19. 6 Cf. R. De Vaux, art. Israel: DBS IV 732. 7 Jos_24:25-26; Jue_9:37. 8 Deu_12:3; Isa_1:29. 9 El elohista suele llamar a los habitantes de esta región amorreos. Según Jos_5:1, los amorreos están en el oeste del Jordán, mientras los cananeos en la costa; y, según Núm_13:29, los amorreos viven en la montaña, y los cananeos en el litoral y junto al Jordán. Deu_1:7; Deu_1:19; Jos_11:3. Véase A. Bea, La Palestina preisraelítica: Bi (1943) 231-260. Se atribuyen al yahvista los v. 1-4a y 6-9 de este c.12. Los v.4b-5 serían del sacerdotal. 10 Repetida en Gen_13:15; Gen_13:17; Gen_15:18; Gen_17:8; Gen_26:3; Gen_28:13; Gen_35:12. 11 Cf. Gen_26:25; Gen_35:1; Gen_35:7. 12 En heb. altar es mizbeaj, lit. donde se sacrifica. 13 Gen_28:19. 14 Cf. 1Re_12:22s. 15 Cf. Amo_5:5; Ose_4:15; Ose_10:5. 16 Cf. abel, Géog. II 240. 17 Cf. Gen_4:26. 18 Cf. Gén 28. 19 Cf. Rom_4:13s. 20 Gén 22:I2S. 21 Exo_2:24. 22 Exo_3:6s. 23 Ex 12:Exo_32:13s 24 Lev_26:40. 25 1Cr_24:18; Est_13:15. 26 Isa_51:2. 27 Luc_2:55-74. 28 Rom_4:17-25. 29 Cf. Abel, Géog. I 420. 30 Cornel. Nepote, De viris Illustribus, Cimon. 31 2 Sam I3:I2s. 32 Cf. Lev_28:9; Lev_27:22. 33 Agustín de Hipona, Contra Faust. XXII 37. 34 Gen_17:17 (Del Documento Sacerdotal); 12:11 Es El Yahvista. 35 Otros Casos Análogos: Lot Ofrece Sus Hijas (19:8), Un Levita Prostituye Su Concubina (Jue_19:25). 36 J. Chaine, O.C., 188. 37 Exo_20:17.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sab_10:5; Hch_7:2-3; Heb_11:8 s

NOTAS

12 (a) Título que debe entenderse de forma neutra: relatos en torno a los patriarcas.

12 (b) Los relatos sobre Abrahán, tal como se presentan en el Génesis, son una «teología de la promesa»: la doble promesa divina de descendencia y del don de la tierra son los dos ejes centrales en torno a los cuales, de un modo u otro, se organiza todo lo que los escritores sagrados tienen que decir sobre el patriarca.

12 (c) Los capítulos 12-13 pertenecen en lo esencial a las tradiciones yahvistas, pero no todo se sitúa en el mismo nivel de la tradición o de su fijación escrita. Muy probablemente una breve noticia de salida de Jarán y de llegada a Canaán, especie de itinerario, con la orden divina de abandonar Jarán, Gén_12:1, Gén_12:4, y un primer punto de asentamiento alrededor de Betel, Gén_12:8; Gén_13:3, son el núcleo central de la tradición. El itinerario continúa con el relato de la separación de Abrahán y Lot, Gén_13:3 s. Promesas de descendencia y de bendición, Gén_12:2-3, y luego del don de la tierra, Gén_12:7, han podido ser añadidas en un estadio relativamente antiguo de la tradición, lo mismo que el relato de la bajada a Egipto, Gén_12:10-20, relato que no habla de Lot, con Gén_13:1-4. Un desarrollo más reciente puede ser la promesa solemne de Gén_13:14-17. A los autores sacerdotales se deben algunos complementos en los que se insiste en la riqueza de Abrahán y de Lot, motivo de su separación, Gén_12:4-5; Gén_13:2, Gén_13:4. Si tal ha podido ser el desarrollo de los dos capítulos, la doble promesa de descendencia y del don de la tierra vienen a ocupar un lugar cada vez más preponderante. Rompiendo todos sus vínculos terrenos, Abrahán sale para un país desconocido, con su mujer estéril, Gén_11:30, porque Dios le ha llamado y le ha prometido una posteridad. Primer acto de fe de Abrahán, que volverá a expresarse cuando le sea renovada la promesa, Gén_15:5-6+, y que Dios pondrá a prueba reclamándole a Isaac, fruto de esta promesa, 22+. La existencia y el porvenir del pueblo elegido dependen de este acto absoluto de fe, Heb_11:8-19. No se trata solamente de su descendencia carnal, sino de todos aquellos a quienes la misma fe hará hijos de Abrahán, como enseña san Pablo, Rm 4; Gál_3:7.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sab_10:5; Hch_7:2-3; Heb_11:8 s

NOTAS

12 (a) Título que debe entenderse de forma neutra: relatos en torno a los patriarcas.

12 (b) Los relatos sobre Abrahán, tal como se presentan en el Génesis, son una «teología de la promesa»: la doble promesa divina de descendencia y del don de la tierra son los dos ejes centrales en torno a los cuales, de un modo u otro, se organiza todo lo que los escritores sagrados tienen que decir sobre el patriarca.

12 (c) Los capítulos 12-13 pertenecen en lo esencial a las tradiciones yahvistas, pero no todo se sitúa en el mismo nivel de la tradición o de su fijación escrita. Muy probablemente una breve noticia de salida de Jarán y de llegada a Canaán, especie de itinerario, con la orden divina de abandonar Jarán, Gén_12:1, Gén_12:4, y un primer punto de asentamiento alrededor de Betel, Gén_12:8; Gén_13:3, son el núcleo central de la tradición. El itinerario continúa con el relato de la separación de Abrahán y Lot, Gén_13:3 s. Promesas de descendencia y de bendición, Gén_12:2-3, y luego del don de la tierra, Gén_12:7, han podido ser añadidas en un estadio relativamente antiguo de la tradición, lo mismo que el relato de la bajada a Egipto, Gén_12:10-20, relato que no habla de Lot, con Gén_13:1-4. Un desarrollo más reciente puede ser la promesa solemne de Gén_13:14-17. A los autores sacerdotales se deben algunos complementos en los que se insiste en la riqueza de Abrahán y de Lot, motivo de su separación, Gén_12:4-5; Gén_13:2, Gén_13:4. Si tal ha podido ser el desarrollo de los dos capítulos, la doble promesa de descendencia y del don de la tierra vienen a ocupar un lugar cada vez más preponderante. Rompiendo todos sus vínculos terrenos, Abrahán sale para un país desconocido, con su mujer estéril, Gén_11:30, porque Dios le ha llamado y le ha prometido una posteridad. Primer acto de fe de Abrahán, que volverá a expresarse cuando le sea renovada la promesa, Gén_15:5-6+, y que Dios pondrá a prueba reclamándole a Isaac, fruto de esta promesa, 22+. La existencia y el porvenir del pueblo elegido dependen de este acto absoluto de fe, Heb_11:8-19. No se trata solamente de su descendencia carnal, sino de todos aquellos a quienes la misma fe hará hijos de Abrahán, como enseña san Pablo, Rm 4; Gál_3:7.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XII.

1 God calleth Abram, and blesseth him with a promise of Christ. 4 He departeth with Lot from Haran. 6 He iourneyeth through Canaan, 7 which is promised him in a vision. 10 Hee is driuen by a famine into Egypt. 11 Feare maketh him faine his wife to be his sister. 14 Pharaoh hauing taken her from him, by plagues is compelled to restore her.
1 Now the [ Act_7:3.] LORD had said vnto Abram, Get thee out of thy countrey, and from thy kinred, and from thy fathers house, vnto a land that I will shew thee.
2 And I will make of thee a great nation, and I wil blesse thee, and make thy name great; and thou shalt bee a blessing.
3 And I will blesse them that blesse thee, and curse him, that curseth thee: [ Gen_18:18; Gen_22:18; Act_3:25; Gal_3:8.] and in thee shal all families of the earth be blessed.
4 So Abram departed, as the LORD had spoken vnto him, and Lot went with him: And Abram was seuentie and fiue yeeres old when he departed out of Haran.
5 And Abram tooke Sarai his wife, and Lot his brothers sonne, and all their substance that they had gathered, and the soules that they had gotten in Haran, and they went foorth to goe into the land of Canaan: and into the land of Canaan they came.
6 And Abram passed through the land, vnto the place of Sichem, vnto the plaine of Moreh. And the Canaanite was then in the land.
7 And the LORD appeared vnto Abram, and said, [ Gen_13:15.] Unto thy seed wil I giue this land: and there builded hee an [ Gen_13:4.] altar vnto the LORD, who appeared vnto him.
8 And he remoued from thence vnto a mountaine, on the East of Beth-el, and pitched his tent hauing Beth-el on

[Abram in Egypt.]

the West, and Hai on the East: and there hee builded an altar vnto the LORD, and called vpon the Name of the LORD.
9 And Abram iourneyed, [ Hebrew: in going and iourneying .] going on still toward the South.
10 And there was a famine in the land, and Abram went downe into Egypt, to soiourne there: for the famine was grieuous in the land.
11 And it came to passe when he was come neere to enter into Egypt, that he said vnto Sarai his wife, Behold now, I know that thou art a faire woman to looke vpon.
12 Therefore it shall come to passe, when the Egyptians shall see thee, that they shall say, This is his wife: and they will kill me, but they will saue thee aliue.
13 Say, I pray thee, thou art my sister, that it may be wel with me, for thy sake; and my soule shall liue, because of thee.
14 And it came to passe, that when Abram was come into Egypt, the Egyptians beheld the woman, that shee was very faire.
15 The Princes also of Pharaoh saw her, and commended her before Pharaoh: and the woman was taken into Pharaohs house.
16 And he entreated Abram well for her sake: and he had sheepe, and oxen, and hee asses, and men seruants, and maid seruants, and shee asses, and camels.
17 And the LORD plagued Pharaoh & his house with great plagues, because of Sarai Abrams wife.
18 And Pharaoh called Abram, and said, What is this that thou hast done vnto me? Why diddest thou not tell me, that she was thy wife?
19 Why saidest thou, Shee is my sister? so I might haue taken her to mee to wife: now therfore behold, thy wife, take her and goe thy way.
20 And Pharaoh comanded his men concerning him: and they sent him away, and his wife, and all that he had.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Vocación de Abrán. Dios irrumpe en la historia de un desconocido hasta ahora en la Biblia, que es, en definitiva, prototipo de la irrupción de Dios en la conciencia humana. Dios llama y su llamado pone en movimiento al elegido. Lo desestabiliza en cierto modo. A partir de ese momento, su vida adquiere una nueva dimensión.
Los datos históricos de las poblaciones de esta región que se mencionan aquí indican que los desplazamientos eran normales, ya que se trataba de grupos nómadas o seminómadas. Seguramente, Abrán habría hecho recorridos semejantes a los que nos narra este pasaje. Sin embargo, el itinerario que leemos aquí tiene varias novedades: 1. Es realizado por una orden expresa, un llamado divino. 2. Hay un acto de obediencia del sujeto. 3. El desplazamiento ya no es temporal sino definitivo, toda vez que está fundado en la promesa de la donación del territorio cuya propiedad exclusiva reposará en la descendencia numerosa prometida al beneficiario del don; todo esto enmarcado en la promesa de una bendición perpetua, que alcanzará a todas las familias de la tierra. 4. La presencia de estos extranjeros, hasta ahora trashumantes, adquiere el carácter de permanente con la construcción de un altar en Siquén (7) al Dios que allí se le apareció, y otro en Betel donde estableció su campamento e invocó al Señor (8).
Estos gestos, que significan posesión del territorio, son el argumento religioso para reclamar el derecho sobre la tierra, pues en la mentalidad israelita dicho derecho está amparado por una promesa de Dios. Es obvio que, si no nos apartamos de una lectura en clave de justicia, podemos comprobar que aquí se verifica algo que es común a todas las religiones: califican de deseo, voluntad o mandato divino aquello que resulta ser bueno, positivo o conveniente para el grupo. No piensa en otra cosa el redactor del texto.
No debemos concluir que Dios sea tan injusto como para no reconocer el derecho de los moradores nativos de Canaán. Hay que tener siempre a la mano dos criterios clave para interpretar bien cualquier pasaje bíblico: 1. Para nosotros como creyentes, todo texto de la Escritura es, sí, Palabra de Dios; pero es también palabra humana, palabra que está mediatizada por una carga de circunstancias socio-históricas y afectivas del escritor, quien no tiene inconveniente en presentar como Palabra o como voluntad de Dios lo que es provechoso y bueno para su grupo. 2. La clave de la justicia.
Todo pasaje bíblico ha de pasar siempre por estas claves de interpretación, ya que nos ayudan a definir hasta dónde el texto que leemos nos revela o nos esconde al Dios de justicia, comprometido con la vida de todos sin distinción, ese Dios que -como vemos en Éx 3,14- se autodefine como «el que es, el que era y el que será». Es importante aclararlo cuanto antes, porque en los relatos y en el resto de libros que siguen encontraremos pasajes en los que aparecen imágenes muy ambiguas y, por tanto, muy peligrosas de Dios. Una interpretación desprevenida o desprovista de estos criterios puede confundir la fe del creyente y otros pueden -como ha sucedido- aprovechar estas tergiversaciones para seguir sembrando el dolor y la muerte en nombre de un Dios equívoco, cuya existencia no es posible seguir admitiendo.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Desde Harán a Canaán. Dejar su tierra natal y su familia era una decisión muy grande, especialmente cuando se trata de una sociedad tradicional, decisión que se ve diferente en nuestra cultura moderna que se caracteriza por su movilidad e individualismo. Abram arriesgó todo aquello más preciado para su vida al obedecer el llamado de Dios. De la misma manera Jesucristo desafía a la gente a aventurarlo todo por seguirle (Mat. 10:37-39; Fil. 3:8).

Los vv. 2, 3 resumen la teología de Gén. y proveen la clave para su interpretación. (Ver en la Introducción, Teología de Génesis 12-50.)

El v. 4 sugiere que Dios llamó a Abram en Harán y no en Ur. La tierra de Canaán comprende el territorio actualmente (1996) ocupado por Israel, Lí bano y parte del sur de Siria. La obediencia de Abram fue premiada por el engrandecimiento de la promesa: la tierra que yo te mostraré (1) llega a ser esta tierra (cf. Introducción, Teología de Génesis 12-50). La generosa promesa de Dios motivó frecuentes actos de agradecida adoración en Abram: él edificó allí un altar (7, 9).

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*12:1-25:18 Abrahán es el gran antepasado de Israel. Con él comienza una nueva etapa en la historia de la salvación. Desde los primeros pasos de la humanidad, la historia avanza hacia Abrahán, de quien Dios hará una gran nación (Gén 12:2). Abrahán es el padre de todo Israel, como Adán lo es de toda la humanidad. Lo que hace de Abrahán un personaje realmente distinto y singular es la llamada de Dios a romper con su pasado (Gén 12:1) y a emprender una nueva aventura (Gén 12:2 s), a la par que su fe y obediencia al mandato divino (Gén 12:4).

Reina Valera (Sociedades Bíblicas Unidas, 1960)

Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.a

a Hch 7:2-3; Heb 11:8.

Biblia Textual IV (Sociedad Bíblica Iberoamericana, 1999)

Gál 3:17. Esto es, la promesa hecha cinco años antes de la salida de Harán → Gén 12:4.

Torres Amat (1825)



[2] Comprende esta bendición los bienes temporales.

[3] Gen 18, 18; Gal 3, 3.

[4] Hebr 11, 8.

[7] Gen 13, 15; 15, 18; 26, 4; Deut 34, 4.

[13] Abram pide a Sarai que calle el nombre de esposa y diga que era hermana suya. Realmente Sarai era hija de Arán, hermano de Abram. Los hebreos llamaban hermanos a los parientes más cercanos.

[13] Gen 20, 11.

Biblia Peshitta en Español (Holman, 2015)

a Hch 7:3; Heb 11:8

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 12.3 Por medio de ti... mundo: otra posible interpretación: todas las familias del mundo me pedirán una bendición como la que te he dado a ti. Igualmente en Gn 18.18; 22.18; 26.4; 28.14.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



6. La "encina de Moré" era un árbol sagrado que estaba en las cercanías de Siquém.

11-20. Esta anécdota se vuelve a repetir, con ligeras variantes de circunstancias y de personas, en 20. 1-14 y en 26. 6-11.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

Hch 7:2-3.

Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)



[=] *Sap 10:5