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Pero yo a mi vez juzgaré a la nación a quien sirvan; y luego saldrán con gran hacienda. (Genesis 15, 14) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

גַ֧ם‎(גַּם)

Hebrew|ḡˈam|even

Part-of-speech: adverb
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1571] [c.ck.ab] [361a]
[גם] [GES1466] [BDB1671] [HAL1690]

אֶת‎(אֵת)

Hebrew|ʔeṯ-|[object marker]

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H853] [a.gm.aa] [186]
[את] [GES828] [BDB894] [HAL913]

הַ‎(הַ)

Hebrew|ha|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

גֹּ֛וי‎(גֹּוי)

Hebrew|ggˈôy|people

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1471] [c.ba.ag] [326e]
[גוי] [GES1367] [BDB1562] [HAL1569]

אֲשֶׁ֥ר‎(אֲשֶׁר)

Hebrew|ʔᵃšˌer|[relative]

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H834] [a.gk.aa] [184]
[אשר] [GES812] [BDB872] [HAL890]

יַעֲבֹ֖דוּ‎(עָבַד)

Hebrew|yaʕᵃvˌōḏû|work, serve

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: plural
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: qal


[H5647] [p.ac.aa] [1553]
[עבד] [GES5600] [BDB6194] [HAL6110]

דָּ֣ן‎(דִּין)

Hebrew|dˈān|judge

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: qal


[H1777] [d.bh.aa] [426]
[דין] [GES1679] [BDB1899] [HAL1909]

אָנֹ֑כִי‎(אָנֹכִי)

Hebrew|ʔānˈōḵî|i

Part-of-speech: personal pronoun
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H595] [a.ei.aa] [130]
[אנכי] [GES573] [BDB606] [HAL626]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

אַחֲרֵי‎(אַחַר)

Hebrew|ʔaḥᵃrê-|after

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H310] [a.cp.ac] [68b]
[אחר] [GES304] [BDB324] [HAL338]

כֵ֥ן‎(כֵּן)

Hebrew|ḵˌēn|thus

Part-of-speech: adverb
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3651] [k.by.aa] [964b]
[כן] [GES3545] [BDB3960] [HAL3926]

יֵצְא֖וּ‎(יָצָא)

Hebrew|yēṣᵊʔˌû|go out

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: plural
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: qal


[H3318] [j.cq.aa] [893]
[יצא] [GES3211] [BDB3584] [HAL3549]

בִּ‎(בְּ)

Hebrew|bi|in

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[b.ab.aa] [193]
[ב] [GES855] [BDB923] [HAL939]

רְכֻ֥שׁ‎(רְכוּשׁ)

Hebrew|rᵊḵˌuš|property

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H7399] [t.cu.ac] [2167b]
[רכוש] [GES7367] [BDB8109] [HAL8027]

גָּדֹֽול‎(גָּדֹול)

Hebrew|gāḏˈôl|great

Part-of-speech: adjective
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1419] [c.aq.ae] [315d]
[גדול] [GES1311] [BDB1509] [HAL1514]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



15. Alianza de Dios con Abraham.
L iterariamente, el relato es complejo y heterogéneo, pues no es difícil sorprender diversas fuentes entrelazadas más o menos hábilmente. Generalmente, los comentaristas distinguen aquí dos documentos. Se señalan algunas discordancias: en el v.5 se dice que las estrellas brillan en el cielo (lo que supone ya entrada la noche), mientras que en el v.12 se dice que el sol va a ponerse. En el v.6 se alaba la fe de Abraham, que le es imputada en justicia, mientras que en el v.8 pide Abraham un signo para creer; en el v.2 Abraham llama a Dios Yahvé con toda naturalidad, mientras que en el v.7 Dios le dice: Yo soy Yahvé... Por estas razones se ha creído necesario admitir duplicidad de documentos1.

Promesa de un Primogénito Varón (1-6).
1Después de estos sucesos habló Yahvé a Abram en visión, diciéndole: No temas, Abram; yo soy tu escudo; tu recompensa será muy grande. 2Contestóle Abram: Señor mío, Yahvé, ¿qué vas a darme? Yo me iré sin hijos, y será heredero de mi casa ese damasceno Eliezer. 3No me has dado descendencia, y será mi criado quien me herede. 4Pero en seguida le respondió Yahvé: No te heredará éste, sino, al contrario, uno salido de tus entrañas, ése te heredará. 5Y, sacándole fuera, le dijo: Mira al cielo y cuenta, si puedes, las estrellas; así de numerosa será tu descendencia. 6Y creyó Abram a Yahvé, y le fue reputado por justicia.

En el momento de llamar a Abraham, había hecho Dios una promesa al patriarca. Después de los sucesos pasados, el Señor se la quiso ratificar con un rito solemne. El texto no indica las circunstancias de tiempo y lugar. La ligazón con lo anterior se hace por la fórmula genérica después de estos sucesos o cosas. El hagiógrafo presenta a Abraham como un profeta que recibe una comunicación divina directa. La aparición en visión es característica de los escritos profetices. A las ansias e incertidumbres íntimas del patriarca, Dios le dice en una visión: No temas, yo soy tu escudo; tu recompensa grande (v.1). Quizá las palabras aludan a los peligros superados por Abraham. La recompensa será la posesión de la tierra prometida. Pero el patriarca expresa con tristeza el poco provecho que saca de la simple promesa: Yo me iré sin hijos... (v.2). Ante esta triste realidad, nada de lo que puede prometerle tiene valor, ya que su heredero será su siervo Eliezer. ¿De qué le servirá que Dios le haga rico y poseedor de la tierra de Canaán, si no tiene hijos? Al morir le sucederá como heredero su siervo, que se convertirá en hijo adoptivo.2 En las legislaciones de Asiria y de Nuzu se prevé este caso de adoptar como heredero a un siervo. En caso de que el adoptante tuviera hijos, el siervo perdía derecho a la herencia3. Según esta costumbre que imperaba en las relaciones jurídico-sociales de la Alta Siria, de donde provenía Abraham, no serían los parientes próximos de éste (como su sobrino Lot) los herederos, sino su siervo, hijo de su casa o nacido en ella. Ahora Dios le asegura que le heredará uno salido de sus entrañas (v.4); la promesa no especifica quién ha de ser la madre. Sara propondrá que sea Agar la que dé hijos a Abraham, ya que ella no tiene esperanzas4. Para confirmarle en su promesa, Dios sacó al campo a Abraham para que contemplara el cielo estrellado, y le invitó a contar las innumerables estrellas, que son un símbolo de la innumerable descendencia que le está reservada (v.5). La promesa está llena de poesía oriental y también de hipérbole. Abraham creyó ciegamente en las palabras de Dios, y le fue reputado por justicia, es decir, su acto extraordinario de fe dio la medida de la justicia o santidad del patriarca. En ello Dios reconoció que era justo y recto. San Pablo comenta las palabras divinas: Abraham, contra toda esperanza, creyó que había de ser padre de muchas naciones, según lo dicho: Así será tu descendencia, y no flaqueó en la fe al considerar su cuerpo sin vigor, pues era casi centenario y estaba amortiguado el seno de Sara, sino que, ante la promesa de Dios, no vaciló, dejándose llevar de la incredulidad; antes, fortalecido por la fe, dio gloria a Dios, convencido de que Dios era poderoso para cumplir lo que había prometido, y por esto le fue computado a justicia. Y no sólo por él está escrito, sino también por nosotros, a quienes se otorga la justicia mediante la fe en Jesucristo.5 Es el mejor y más autorizado comentario. Este acto de fe era más meritorio que el de la obediencia hecha al salir por orden de Dios de su parentela para entrar en Canaán. Matatías recuerda a sus hijos al morir este texto del Génesis6.

Alianza de Dios con Abraham (7-21).
7Díjole después Yahvé: Yo soy Yahvé, que te saqué de Ur de los Caldeos para darte esta tierra en posesión. 8Preguntóle Abram: Mi Señor Yahvé, ¿en qué conoceré que he de poseerla? 9Y le dijo Yahvé: Elígeme una vaca de tres años, una cabra de tres años también, y un carnero igualmente de tres años, y una tórtola y un palomino. 10Tomó Abram todo esto, y partió los animales por la mitad, pero no las aves, y puso de cada uno una parte frente a la otra. 11Bajaban las aves sobre las carnes muertas, y Abram las espantaba. 12Cuando estaba ya el sol para ponerse, cayó un sopor sobre Abram, y fue presa de gran terror, y le envolvió densa tiniebla. 13Y dijo a Abram: Has de saber que tu descendencia será extranjera en una tierra no suya, y estará en servidumbre, y la oprimirán por cuatrocientos años; 14pero yo juzgaré al pueblo que los esclavizará, y saldrán de allí después con mucha hacienda; 15pero tú irás a reunirte en paz con tus padres, y serás sepultado en buena ancianidad. 16A la cuarta generación volverán acá, pues todavía no se han consumado las iniquidades de los amorreos. 17Puesto ya el sol, y en densísimas tinieblas, apareció una hornilla humeando y un fuego llameante, que pasó por entre la mitad de las víctimas. 18En aquel día hizo Yahvé pacto con Abram, diciéndole: A tu descendencia he dado esta tierra desde el río de Egipto hasta el gran río, el Eufrates; 19al quineo, al quineceo, al cadmoneo, 20al jeveo, al fereceo, a los refaim, 21al amorreo, al cananeo, al guergueseo y al jebuseo.

El patriarca pide a Dios una señal visible de que, en efecto, se cumplirán esas promesas7. Yahvé se presenta como el Dios de Abraham, que le ha sacado de Ur de los Caldeos. En 12:31 se dice que fue el padre de Abraham el que sacó a la familia por su propia iniciativa, sin aludir para nada a los designios divinos. Aquí el autor presenta la primera emigración de Abraham como efecto de un impulso directo divino, prescindiendo en la narración de las causas segundas. A continuación Yahvé le ordena a Abraham que escoja una vaca, una cabra, un cordero y dos aves, y que las tres primeras víctimas sean divididas en dos partes y sean dispuestas una frente a otra, como formando una calle por el medio, por donde, según la costumbre, debían pasar las partes contrayentes, diciendo: Divídame Dios como a estas víctimas si yo faltare al compromiso contraído. El profeta Jeremías nos cuenta un rito análogo: en una ocasión crítica para la ciudad de Jerusalén, sus jefes hicieron un pacto con Dios, prometiendo manumitir a todos los siervos hebreos, según las prescripciones de la Ley, y lo hicieron pasando por la calle que formaban los cuartos de un becerro sacrificado. Mas, porque no fueron fieles al compromiso, el Señor dice que los grandes de Judá, los grandes de Jerusalén, los eunucos, los sacerdotes y todo el pueblo pasarán por entre las partes del becerro y los entregaré en manos de sus enemigos, en manos de los que a muerte los persiguen, y sus cadáveres serán pasto de las aves del cielo y de las bestias de la tierra.8 En el caso presente es Yahvé el único que pasa, bajo la forma de hornilla humeante (v. 17), pues es una simple promesa de Dios al patriarca, no un contrato bilateral como el del Sinaí9. La promesa es la posesión de la tierra de Canaán por la descendencia del patriarca, pero después de que hayan pasado cuatro generaciones, cuatro siglos, de permanencia en Egipto en calidad de esclavos.
Este extraño rito de partir la víctima en dos mitades y pasar por medio de ellas lo encontramos en textos extrabíblicos. Sin duda que a esto se alude en la expresión hebrea cortar la alianza.10 En unos textos encontrados en Mari (Alta Mesopotamia), para decir concluir una alianza se dice matar el asno de la alianza.11 Entre los beduinos de Transjordania aún se practica el rito del fedú: cuando un miembro de la familia está enfermo, se mata una oveja, se la corta en dos partes y se la suspende bajo la tienda o ante la puerta; todos los miembros de la familia deben pasar entre los dos trozos de la víctima para conjurar la desgracia12. En el caso del Génesis, el sentido es diferente, pero hay cierta analogía en el conjunto escénico. Dios pasa en forma de fuego por medio de los fragmentos de las víctimas. En el A.T. se suele simbolizar la presencia sensible de la divinidad por el fuego, por lo que incluye de purificador: así en la zarza ardiendo13, la columna de fuego en el desierto 14 y la nube humeante en el Sinaí, donde Dios se manifiesta sensiblemente15.
Los v.11-16 son un presagio de la triste suerte que la descendencia de Abraham habrá de soportar durante cuatro generaciones. Los pájaros que caen sobre la presa (v.11) son signos de mal agüero, y simbolizan la esclavitud de los hebreos bajo la disciplina férrea de los egipcios. Así, los pájaros que quieren comer los trozos de carne son los enemigos de la descendencia de Abraham. El gesto de éste de espantarlos con un palo es la liberación final del pueblo oprimido. Durante el sueño, Dios le comunicó al patriarca el sentido de aquellos pájaros de rapiña revoloteando sobre las víctimas descuartizadas. Por eso dice el texto que Abraham fue presa de gran terror (v.12); es el triste presagio que se cierne sobre sus descendientes, pues se verán obligados a vivir como extranjeros en país extraño. La duración de cuatrocientos años de exilio anunciada (v.12) equivale a cuatro generaciones en sentido amplio (v.16)16. Se trata de cifras redondas, que no han de tomarse al pie de la letra. Después se anuncia el castigo de los opresores: yo juzgaré al pueblo que los esclavizará (v.14). Por su parte, el patriarca gozará de una vida larga y pacífica17.
Después el autor sagrado transcribe la promesa de posesión de la tierra de Canaán en sentido amplísimo: Desde el río de Egipto hasta el gran río, Eufrates (v.18). En Exo_23:1s: Desde el mar Rojo hasta el mar de Palestina (Mediterráneo) y desde el desierto de Sin hasta el río Jordán. En Num_34:1-15 se indican como límites, por el oeste, el Mediterráneo; por el este, el río Jordán con el mar Muerto; por el mediodía, el desierto de Sin con Edom, y por el norte, los montes de Líbano y Antilíbano. De Jos_22:9s resulta claro que Transjordania no entraba en la promesa. La mención del río Eufrates (v. 18) debe de ser aquí una glosa inspirada en las profecías mesiánicas. Será tradicional la delimitación desde Dan norte de Palestina hasta Bersabé Negueb18. El río de Egipto (v.18) puede ser el Nilo o el torrente w. Aris, al sur de Gaza. Así, pues, aquí los límites señalados, más que la realidad, indican el imperialismo hebreo.19 Sin duda que hay retoques redaccionales en el texto conforme a estos sueños imperialistas.
Como tierra de las promesas divinas figura este territorio muchas veces en los vaticinios mesiánicos, particularmente en los que anuncian la vuelta de la cautividad y la restauración, que va siempre unida a la obra mesiánica20. Sobre todo Ezequiel nos traza el cuadro ideal de la distribución de la tierra entre las doce tribus. Esta tierra tiene por límite oriental el Jordán. Desde entonces poseerán esta tierra para siempre y en paz21. San Pablo contrapone dos cosas: la promesa hecha por Dios a Abraham sin condición expresa alguna y el pacto contraído luego en el Sinaí con el pueblo22. La primera nacía de la bondad generosa de Dios hacia el patriarca, a quien sólo pide la fe; la segunda iba condicionada por la Ley. La primera no podía faltar, porque Dios no falta a lo que una vez promete; no así la segunda, ligada a ciertas condiciones, cuyo incumplimiento puede traer consigo la anulación del pacto, por lo cual los profetas dan por caducada la alianza sinaítica23.
Los v. 19-21 parecen ser una glosa. Véase la identificación de la mayor parte de los nombres en la tabla etnográfica24. Los quineos o quenitas son una tribu de la península del Sinaí, emparentados con los madianitas25. Habitaba al sur de Tel Arad, y más tarde se extendió hacia el sur del mar Muerto26. El quineceo está emparentado con los fereceos, de la familia jurrita27. A esa tribu pertenecía Caleb28. Los cadmoneos sólo son nombrados aquí y no es fácil identificarlos. Algunos piensan en los Bene Qedem los hijos de Oriente 29, moradores al nordeste de Canaán, en el desierto de Siria.

2 En heb. hay un juego de palabras entre heredero (ben-me-seq) y damasceno (Dammeseq). 3 Véase R. De Vaux, art.c.: RB (1949) 25-26. 4 Gen_16:2. 5 Rom_4:18-28. 6 1Ma_2:52. 7 Cf. Gen_12:7; Gen_13:14-17. 8 Jer_34:18s. 9 Exo_24:3-8. 10 En el griego clásico tenemos el equivalente exacto: (***), y en latín: foedus icere, ferire, percutere, que sin duda equivalen a cortar la víctima que acompaña a los juramentos del pacto. Cf. Ilíada III 298s; y Tito Livio: Si el pueblo romano por mala fe falta al pacto, entonces Júpiter hiere al pueblo romano, como yo hago herir este puerco, y hiere tanto más fuerte cuanto que tú eres más poderoso (I 24). Alude a la alianza de albanos y romanos. 11 Cf. R. De Vaux, arte.: RB (1949) 24; véase E. Dhorme, o.c., p.217-219. 12 Jaussen, Coutumes des Arabes au pays de Moab 362. 13 Exo_3:2. 14 Exo_13:21. 15 Exo_19:18-20. 16 En 12:41 se da como duración cuatrocientos treinta años. 17 Según Gen_25:7-8, vivió ciento setenta y cinco años. En Exo_20:12 se promete una larga vida como recompensa a la virtud. 18 Jue_20:1; 1Sa_3:20; Num_13:22; Jue_3:3. Según Num_34:3-5, la extensión va desde Jamat, al norte (Alta Siria), hasta Cades, en el Negueb. 19 A. Clamer, O.C., p.267. 20 Cf.Is 34:16; 35:10; 61:4s. 21 Ez c.48. 22 Rom 4;13s. 23 Cf. Isa_56:21; Jer_31:31-34. 24 Véase com. a Gen_10:6; Gen_10:15-17. 25 Cf. Num_24:21-22; Jue_4:11; véase Abel, Géorg. I 273. 26 id., ibid. 27 Cf. E. Dhorme, La religión des Hébreux nomades 119-120. 28 Cf. Num_32:12. 29 Cf. Gen_29:11; Cedma: Gen_25:15.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XV.

1 God encourageth Abram. 2 Abram complaineth for want of an heire. 4 God promiseth him a sonne, and a multiplying of his seed. 6 Abram is iustified by faith. 7 Canaan is promised againe, and confirmed by a signe, 12 and a vision.
1 After these things, the word of the LORD came vnto Abram in a vision, saying; Feare not, Abram: I am thy shield, and thy exceeding [ Psa_16:16.] great reward.
2 And Abram said, Lord GOD, what wilt thou giue me, seeing I goe childlesse? and the steward of my house is this Eliezer of Damascus.
3 And Abram said; Behold, to mee thou hast given no seed: and loe, one borne in my house is mine heire.
4 And behold, the word of the LORD came vnto him, saying; This shall not be thine heire: but he that shall come foorth out of thy owne bowels, shalbe thine heire.
5 And he brought him forth abroad, and said, Looke now towards heauen, and tell the starres, if thou be able to number them. And hee said vnto him, [ Rom_4:18.] So shall thy seed be.
6 And he [ Rom_4:3; Gal_3:6; Jam_2:23.] beleeued in the LORD; and hee counted it to him for righteousnesse.
7 And he said vnto him; I am the LORD that brought thee out of Ur of the Caldees, to give thee this land, to inherit it.
8 And he said, Lord GOD, whereby shal I know that I shall inherit it?
9 And he said vnto him, Take me an heifer of three yeeres old, and a shee goat of three yeeres old, and a ramme of three yeeres old, and a turtle doue, and a yong pigeon.

[Abrams vision.]

10 And he tooke vnto him all these, and diuided them in the midst, and layd each peece one against another: but the birds diuided he not.
11 And when the fowles came downe vpon the carcases, Abram droue them away.
12 And when the Sunne was going downe, a deepe sleepe fell vpon Abram: and loe, an horrour of great darkenesse fell vpon him.
13 And he said vnto Abram, Know of a surety, [ Act_7:6 .] that thy seed shalbe a stranger, in a land that is not theirs, and shal serue them, and they shall afflict them foure hundred yeeres.
14 And also that nation whom they shall serue, wil I iudge: and afterward shall they come out with great substance.
15 And thou shalt goe to thy fathers in peace; thou shalt be buried in a good old age.
16 But in the fourth generation they shall come hither againe: for the iniquitie of the Amorites is not yet full.
17 And it came to passe that when the Sunne went downe, and it was darke, behold, a smoking furnace, and a [ Hebrewe. a lampe of fire.] burning lampe that passed betweene those pieces.
18 In that same day the LORD made a couenant with Abram, saying; [ Gen_12:7 ; Gen_13:15 ; Gen_26:4 ; Deu_34:4 .] Unto thy seed haue I giuen this land from the riuer of Egypt vnto the great riuer, the riuer Euphrates:
19 The Kenites, and the Kenizites, and the Kadmonites:
20 And the Hittites, and the Perizzites, and the Rephaims,
21 And the Amorites, and the Canaanites, and the Girgashites, and the Iebusites.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



La promesa del pacto

La derrota que Abram causó a los reyes orientales no lo dejó en mejores condiciones. A pesar de las promesas, aún no poseía tierra alguna como tampoco le habían nacido hijos. Su sobrino Lot, en quien cifraba sus esperanzas de sucesión, estaba viviendo en Sodoma, más allá de los límites de la tierra prometida. Su siervo Eliezer parecía ser su más seguro heredero.

Por lo tanto, Dios trató directamente la desilusión de Abram: No temas, Abram. Yo soy ... , y tu galardón será muy grande. Esto motivó a Abram a compartir con Dios su sentimiento de desilusión y frustración. Lejos de provocar una respuesta airada de parte de Dios, la honestidad de Abram condujo a una reafirmación y profundización de las promesas originales. El tendría su propio hijo (4), y su descendencia sería como las incontables estrellas (5).

Abram aceptó la reafirmación dada por Dios, él creyó a Jehovah (6). La forma verbal sugiere una actividad continua, eso es, continuó creyendo la promesa, continuó descansando en el Señor. Por eso le fue contado por justicia por parte de Dios. Justicia es el estado de aceptación por Dios que es el resultado de una obediencia perfecta a la ley. Es obvio en Gén. el fracaso de Abram en cumplir com pletamente con las demandas de la ley; sin embargo, se nos dice que su fe en la promesa de Dios de darle un hijo le fue contada por justicia. Para Pablo, esto revela que la fe, y no las obras, es el requisito para ser aceptos por Dios (Gál. 3:6-14). En Stg. 2:18-24 y Heb. 11:8, 9 se destaca que la fe de Abraham fue probada como genuina a través de sus buenas obras. Esta fe que obra es central en el entendimiento cristiano de la salvación y de una vida justa.

Ciertamente podríamos definir la fe de Abram de muchas maneras, pero no fue pasiva. Nuevamente él pidió una reafirmación: ¿ ... cómo sabré que yo? En ninguna parte de las Escrituras se condena a quie nes preguntan con honestidad o que sinceramente buscan seguridad. En este caso, a Abram le fue dada amplia visión del destino futuro de su descendencia en la tierra. Primero, él mató cinco animales de sacrificio, los que simbolizaban al pueblo de Israel, y luego ahuyentó a los buitres que hubieran comido esos cuerpos muertos. Cuando el sol se puso él vio un horno humeante y una antorcha ardien do que pasaba por entre el cuerpo dividido de los animales. Esto simbolizaba la gloria de Dios que acompañaría a Israel, mientras peregrinaban desde Egipto a Canaán, en la columna de fuego y de nube (Exo. 14:24). Esta interpretación de los ritos de los animales es confirmada por los vv. 13-16, los cuales predicen el período de esclavitud en Egipto y el subsecuente éxodo. Por primera vez llega a ser evidente que la agenda de Dios para dar cumplimiento a sus promesas era extensa en este tiempo. Abram estaba perdiendo la paciencia porque muy poco había sucedido en los diez años (cf. 12:4; 16:16) que habían transcurrido desde que la promesa fuera hecha por primera vez, pero Dios estaba pensando en término de 400 años (13). Los cristianos somos advertidos en 2 Ped. 3:3-10 de no sorprendernos si otras promesas toman más tiempo que el que esperamos para su cumplimiento.

Notas. 2 Y el heredero ... Damasco es una frase difícil, pero la RVA, como otras buenas versiones, lo traduce correctamente. 16 Aquí los amorreos cubre a todos los habitantes de Canaán. La conquista de Israel podía no ocurrir hasta que los pecados de los amorreos ameritaran juicio. Haberle dado en ese momento la tierra a Abram habría implicado un acto de injusticia. La promesa sólo podría cumplirse cuando ésta coincidiera con una justicia perfecta (cf. Lev. 18:24-27; Deut. 9:4, 5). 19-21 Esta es la lista más larga de quienes habitaban la tierra de Canaán antes que Israel, de los cuales sólo algunos pueden ser identificados (cf. al comentario sobre 10:15-19).

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Alianza de Abrán con el Señor. De nuevo, Dios toma la iniciativa en esta historia con Abrán que comenzó en el capítulo 12. Y de nuevo una promesa: «no temas, yo soy tu escudo». Por primera vez, Abrán responde al Señor. Los dones que el Señor ofrece no servirán de mucho, puesto que Abrán no tiene quién le herede; un extranjero será el heredero, su nombre y su reputación se perderán por siempre. Sigue la ratificación de la promesa que se prolongará infinitamente, gracias a un heredero nacido de las propias entrañas del patriarca (4). Promesa que aún no se concreta, pero en la que queda comprometida la Palabra del Señor, gracias al acuerdo sellado con Abrán. Los versículos 9s describen el modo como se sellaba un pacto o alianza: varios animales cortados en dos y dispuestas las mitades una frente a la otra. Las dos partes pactantes pasaban por el medio (17s), después de haber fijado las cláusulas y compromisos, profiriendo la imprecación de que les sucediera lo mismo que a estos animales divididos si llegaban a quebrantar alguno de los compromisos contraídos. Los animales partidos eran, entonces, el símbolo de la suerte que correrían los contratantes en caso de romper la alianza (cfr. Jer_34:18s).
Lo novedoso de esta alianza del Señor con Abrán, que subraya la gratuidad absoluta, es el hecho de que precisamente Dios sea uno de los pactantes o copartícipes. En la práctica normal, la divinidad o las divinidades eran puestas como testigos del pacto; aquí, Dios es testigo y pactante, lo cual le da aún mayor garantía de cumplimiento.
Hay quienes afirman que, dada esta condición, no se podría hablar en sentido estricto de una alianza, sino más bien de una promesa muy firme que Dios hace a Abrán. De todos modos, al narrador poco le importa si cumple en todos sus términos la formalidad de la alianza, o no; lo que realmente quiere transmitir es esa profunda e íntima unión de Dios con el pueblo, cuyos lazos se estrechan de modo definitivo por medio de una alianza que tiene como efecto inmediato establecer la paternidad por parte del contratante principal -en este caso, el mismo Dios-, la filiación del contrayente secundario, en este caso Abrán, y la fraternidad de todos entre sí. Este tipo de vínculos generados por las alianzas llegó a tener mucha más fuerza que los mismos vínculos de sangre.
Los versículos 13s no son tanto un vaticinio de lo que sucederá al pueblo en Egipto, cuanto una constatación de lo que en realidad sucedió. Los versículos 18b-20 son la geografía de la tierra prometida, cuya totalidad jamás pudo concretarse. Quien más se aproximó fue Salomón, pero después de él y hasta hoy, esa extensión nunca ha podido estar completamente en manos del pueblo judío.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



9-10. Aquí se describen los preparativos para un rito imprecatorio muy antiguo, cuyo significado se aclara en Jer_34:18; cuando se pronunciaba un juramento solemne, la persona pasaba entre los animales partidos por la mitad, y reclamaba para sí la misma suerte de esas víctimas si faltaba a su palabra. Así el Señor ratifica con un juramento la promesa hecha a Abraham, de darle una descendencia numerosa (vs. 1-6) y la tierra de Canaán (vs. 7-18).

18. "Desde el Torrente de Egipto hasta el Gran Río": estos son los límites ideales de la Tierra prometida ( Jos_1:4), que de hecho, nunca fueron ocupados totalmente por los israelitas.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*15 Las promesas de Gén 15:1-21 replantean y profundizan las de Gén 12:1-20. La fe de Abrahán, no exenta de dudas (Gén 15:2; Gén 15:8), denota su confianza en unas promesas humanamente irrealizables. La alianza se corona con una promesa incondicional de Dios a Abrahán.

Torres Amat (1825)



[5] Rom 4, 3; 5, 18; Gal 3; Sant 2, 23.

[6] Rom 4, 3; Gal 3, 6; Sant 2, 23.

[10] Los antiguos observaban este rito al hacer una alianza o pacto solemne, dando a entender que debía ser tratado como aquellos animales el primero que faltase a lo prometido. O también, que pasando los contrayentes por medio de las víctimas, quedaban unidos entre sí mediante el común sacrificio. Jer 34, 18-19.

[13] Hech 7, 6.

[17] La llama o columna de fuego era un símbolo de la divinidad o de Dios, que pasando por medio de las víctimas, confirmaba su alianza.

[18] Gen 12, 7; 13, 15; 26, 3-4; Deut 34, 4; 2 Sam 4, 21; 2 Cro 9, 26.

Biblia Peshitta en Español (Holman, 2015)

a Éxo 3:12; Hch 7:7;b Éxo 12:32-38

Reina Valera (Sociedades Bíblicas Unidas, 1960)

Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza.d

d Éxo 12:40-41; Hch 7:7.

Biblia Textual IV (Sociedad Bíblica Iberoamericana, 1999)

saldrán con gran riqueza...Éxo 12:40-41; Hch 7:7.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

Hch 7:6-7; (ver 4Ma 5:9-12).

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 15.13 Ex 1.1-14; 12.40-41; Hch 7.6.