Ver contexto
Las siete vacas buenas son siete años de abundancia, y las siete espigas buenas siete años son: porque el sueño es uno solo. (Genesis 41, 26) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

שֶׁ֧בַע‎(שֶׁבַע)

Hebrew|šˈevaʕ|seven

Part-of-speech: noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H7651] [v.av.aa] [2318]
[שבע] [GES7611] [BDB8383] [HAL8303]

פָּרֹ֣ת‎(פָּרָה)

Hebrew|pārˈōṯ|cow

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H6510] [q.dn.ac] [1831b]
[פרה] [GES6444] [BDB7103] [HAL7041]

הַ‎(הַ)

Hebrew|ha|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

טֹּבֹ֗ת‎(טֹוב)

Hebrew|ṭṭōvˈōṯ|good

Part-of-speech: adjective
Gender: feminine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2896] [i.ai.ab] [793a]
[טוב] [GES2794] [BDB3139] [HAL3113]

שֶׁ֤בַע‎(שֶׁבַע)

Hebrew|šˈevaʕ|seven

Part-of-speech: noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H7651] [v.av.aa] [2318]
[שבע] [GES7611] [BDB8383] [HAL8303]

שָׁנִים֙‎(שָׁנָה)

Hebrew|šānîm|year

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H8141] [v.ek.ab] [2419a]
[שנה] [GES8092] [BDB8904] [HAL8842]

הֵ֔נָּה‎(הֵנָּה)

Hebrew|hˈēnnā|they

Part-of-speech: personal pronoun
Gender: feminine
Number: plural
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2007] [e.by.aa] [504]
[הנה] [GES1943] [BDB2166] [HAL2163]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

שֶׁ֤בַע‎(שֶׁבַע)

Hebrew|šˈevaʕ|seven

Part-of-speech: noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H7651] [v.av.aa] [2318]
[שבע] [GES7611] [BDB8383] [HAL8303]

הַֽ‎(הַ)

Hebrew|hˈa|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

שִּׁבֳּלִים֙‎(שִׁבֹּלֶת)

Hebrew|ššibbᵒlîm|grain

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H7641] [v.as.ad] [2316c]
[שבלת] [GES7604] [BDB8376] [HAL8295]

הַ‎(הַ)

Hebrew|ha|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

טֹּבֹ֔ת‎(טֹוב)

Hebrew|ṭṭōvˈōṯ|good

Part-of-speech: adjective
Gender: feminine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2896] [i.ai.ab] [793a]
[טוב] [GES2794] [BDB3139] [HAL3113]

שֶׁ֥בַע‎(שֶׁבַע)

Hebrew|šˌevaʕ|seven

Part-of-speech: noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H7651] [v.av.aa] [2318]
[שבע] [GES7611] [BDB8383] [HAL8303]

שָׁנִ֖ים‎(שָׁנָה)

Hebrew|šānˌîm|year

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H8141] [v.ek.ab] [2419a]
[שנה] [GES8092] [BDB8904] [HAL8842]

הֵ֑נָּה‎(הֵנָּה)

Hebrew|hˈēnnā|they

Part-of-speech: personal pronoun
Gender: feminine
Number: plural
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2007] [e.by.aa] [504]
[הנה] [GES1943] [BDB2166] [HAL2163]

חֲלֹ֖ום‎(חֲלֹום)

Hebrew|ḥᵃlˌôm|dream

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2472] [h.cv.ab] [663a]
[חלום] [GES2408] [BDB2689] [HAL2686]

אֶחָ֥ד‎(אֶחָד)

Hebrew|ʔeḥˌāḏ|one

Part-of-speech: noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H259] [a.cj.aa] [61]
[אחד] [GES253] [BDB270] [HAL282]

הֽוּא‎(הוּא)

Hebrew|hˈû|he

Part-of-speech: personal pronoun
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1931] [e.aw.aa] [480]
[הוא] [GES1856] [BDB2078] [HAL2078]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



41. Los Sueños del Faraón.
E xisten duplicados, repeticiones y pequeñas anomalías redaccionales, que reflejan yuxtaposición de dos fuentes diversas.

1Al cabo de dos años soñó el faraón que estaba a orillas del río, 2y veía subir de él siete vacas hermosas y metidas en carnes, que se pusieron a pacer entre los juncos, 3pero he aquí que después subieron del río otras siete vacas feas y muy flacas, y se pusieron junto a las siete que estaban a la orilla del río, 4y las siete vacas feas y flacas se comieron a las siete hermosas y gordas; y el faraón se despertó. 5Volvió a dormirse, y por segunda vez soñó que veía siete espigas, que salían de una sola caña de trigo muy granadas y hermosas; 6pero detrás de ellas brotaron siete espigas flacas y quemadas por el viento solano, 7y las siete espigas flacas y quemadas devoraron a las siete espigas hermosas y granadas, y se despertó el faraón. Este fue el sueño. 8A la mañana estaba perturbado su espíritu y mandó llamar a todos los adivinos y a todos los sabios de Egipto; les contó su sueño, pero no hubo quien lo interpretara. 9Entonces habló al faraón el jefe de los coperos, diciendo: Ahora me acuerdo de mi falta. 10 Estaba el faraón irritado contra sus siervos, y nos había hecho encerrar en la casa del jefe de la guardia a mí y al jefe de los reposteros. 11Tuvimos ambos un sueño, la misma noche yo y él, cada uno el suyo y de distinta interpretación. 12Estaba allí con nosotros un joven hebreo, siervo del jefe de la guardia, y le contamos nuestros sueños, y él nos dio la interpretación; a cada uno le interpretó el suyo, 13y como lo interpretó él, así nos sucedió: yo fui restablecido en mi cargo y él fue colgado. 14Mandó, pues, el faraón llamar a José, y apresuradamente le sacaron de la prisión. Se cortó el pelo, se mudó de ropas y se fue a ver al faraón. 15Este le dijo: He tenido un sueño, y no hay quien me lo interprete, y he oído decir de ti que en cuanto oyes un sueño lo interpretas. 16José respondió: No yo; Dios será el que dé una respuesta favorable al faraón. 17Habló, pues, el faraón a José: Este es mi sueño: Estaba yo en la ribera del río, 18y vi subir del río siete vacas gordas y hermosas que se pusieron a pacer en el juncal; 19y he aquí que detrás de ellas subían otras siete vacas malas, feas y flacas, como no las he visto en toda la tierra de Egipto, 20y las vacas malas y feas se comieron a las primeras siete vacas gordas, 21que entraron en su vientre sin que se conociera que habían entrado, pues el aspecto de aquéllas siguió siendo tan malo como al principio. Y me desperté. 22Vi también en sueños que salían de una misma caña siete espigas granadas y hermosas, 23y que salían de ella siete espigas malas, secas y quemadas del viento solano, 24y las siete espigas secas devoraron a las siete hermosas. Se lo he contado a los adivinos y no ha habido quien me lo explique.

También el faraón tiene sus sueños, que, a su juicio, le son enviados por su padre Ra para amonestarle sobre los sucesos venideros y darle ocasión de tomar medidas oportunas. Los sacerdotes eran los encargados, mediante sus secretos mágicos, de explicar los sueños. He aquí uno de tantos sueños del faraón contados por la literatura egipcia: En el año quinto de Merneptah, los tirsenos, los sardanos, los licios, los aqueos y libios atacaron en masa el Delta. El rey quería ir contra ellos, pero Ptah le apareció en sueños y le ordenó no moverse y enviar tropas a los territorios ocupados por el enemigo... Un reyezuelo etiópico (entonces egipcio) vio, durante la noche, dos serpientes, una a la derecha y otra a la izquierda. Se despertó. Las serpientes habían desaparecido. Era un sueño. Los intérpretes declararon que un brillante porvenir estaba reservado al soñador, el cual, dominando ya el Alto Egipto, habría de conquistar pronto Egipto septentrional y hacer aparecer sobre la cabeza el buitre, símbolo del Sur, y la cobra, símbolo del Norte.2
En nuestro caso, el faraón vio en sueños salir del Nilo sostén de la agricultura y ganadería egipcias a siete vacas gordas que pastaban en la orilla verde. Después vio otras siete vacas flacas que traían tal hambre, que devoraron a las vacas gordas. Estos datos fantásticos e inverosímiles son muy compatibles con los sueños. Un segundo sueño similar al primero dejó perplejo al faraón: siete espigas rellenas y granadas salían de un tallo. Después salieron otras siete espigas quemadas del solano. Al día siguiente, el faraón contó el sueño a sus íntimos, y ningún intérprete sabía explicar los dos misteriosos sueños. Llamó a todos los adivinos... (v.8); la frase es hiperbólica, para designar a los mejores especialistas en sueños, que de seguro vivían en la ciudad de la corte. Ante el resultado negativo, se acordó el copero del rey de lo que le había sucedido a él en la cárcel cuando José le interpretó su sueño, que resultó como dijo (v.13). Inmediatamente el faraón mandó sacar al joven hebreo, el cual se rasuró y cambió de vestidos3. El rey creía que se hallaba ante algún adivino, y así le pide que interprete el sueño con su ciencia mágica; pero José dice que su ciencia viene de Dios (v. 16). El faraón entonces cuenta su sueño, insistiendo en lo de las vacas flacas, que eran tales que después de devorar a las gordas seguían tan macilentas como antes (v.21).

Interpretación del Sueño (25-36).
25José dijo al faraón: El sueño del faraón es uno solo. Dios ha dado a conocer al faraón lo que va a hacer. 26Las siete vacas hermosas son siete años, y las siete espigas hermosas son siete años; el sueño es uno solo. 27Las siete vacas flacas y malas que subían detrás de las otras son otros siete años, y las siete espigas secas y quemadas del viento solano son siete años de hambre. 28Es lo que he dicho al faraón: que Dios le ha hecho ver lo que va a hacer. 29Vendrán siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto, 30y detrás de ellos vendrán siete años de escasez, que harán se olvide toda la abundancia en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la tierra. 31No se conocerá la abundancia en la tierra a causa de la escasez, porque ésta será muy grande. 32Cuanto a la repetición del sueño al faraón por dos veces, es que el suceso está firmemente decretado por Dios, y que Dios se apresurará a hacerlo. 33Ahora, pues, busque el faraón un hombre inteligente y sabio y póngale al frente de la tierra de Egipto. 34Nombre el faraón intendentes que visiten la tierra y recojan el quinto de la cosecha de la tierra de Egipto en los tiempos de la abundancia; 35reúnan el producto de los años buenos que van a venir, y hagan acopio de trigo a disposición del faraón, 36para mantenimiento de las ciudades, y consérvelo para que sirva a la tierra de reserva para los siete años de hambre que vendrán sobre la tierra de Egipto, y no perezca de hambre la tierra.

Era la vaca en Egipto el símbolo de Isis y de Hator, diosas de la fertilidad, la cual en este caso sería muy grande o muy escasa, según indica el número de siete, número de perfección, intensidad y plenitud. Es cosa sabida que la fertilidad del suelo de Egipto depende de las inundaciones periódicas del Nilo 4, el cual se alimenta de las lluvias torrenciales de Nubia y Abisinia. Pero no siempre estas inundaciones son tan regulares y abundantes que libren a Egipto de la carestía y del hambre. Si la inundación es escasa y no alcanza más que a regar una porción del suelo, la cosecha será insuficiente. Asimismo, si la inundación es excesiva y prolongada, retarda la sementera y la maduración de la mies. Y esto suele ocurrir varios años seguidos. A un faraón de la III dinastía le hacen decir los sacerdotes del dios Khnum: Está desolado porque el río no se desborda ya hace siete años. Falta el grano, los campos están secos y escasea el alimento.
Los sueños del faraón están muy en armonía con la naturaleza de Egipto. El ganado vacuno abundaba en el valle del Nilo. El faraón explica el sueño de las vacas gordas y las flacas, y el de las siete espigas rozagantes y las quemadas. Ambos sueños tienen una misma significación según la interpretación de José. Las siete vacas gordas y las siete espigas granadas son anuncio de siete años de abundancia, mientras que las vacas macilentas y las espigas secas son presagio de siete años de escasez y hambre. Y una prueba de que esto sucederá así de manera irrevocable es la reiteración de los sueños enviados por Dios (v.32). En un texto de la época ptolomaica, pero refiriéndose a un hecho de la época de Zoser (de la III dinastía, s.XXV a.C.), se dice que hubo un hambre en Egipto durante siete años por fallar las inundaciones periódicas del Nilo. El faraón, por consejo de Imhotep, ofreció sacrificios al dios Khnum, y el río empezó a crecer, siguiendo después una época de abundancia5. Estos textos hacen verosímil el relato bíblico, aunque no encontremos alusiones en los textos egipcios al caso narrado por la Biblia. José aconseja que se nombre un intendente para que reserve la quinta parte de las cosechas durante los años de abundancia para los años de sequía. En Egipto existían graneros por todo el imperio para guardar las cosechas. Los egipcios eran el granero exportador de la antigüedad; así, sabemos que vendían al país de los hititas (Asia Menor) en tiempos de Merneptah (s.XIII a.C.). Conocemos cómo eran esos graneros, y el intendente jefe de los graneros era uno de los cargos principales en la corte faraónica6. El relato bíblico recibe así nueva luz, ya que está perfectamente ambientado en el marco histórico egipcio.

José, Virrey de Todo Egipto (37-49).
37Parecieron muy bien estas palabras al faraón y a toda su corte, 38y el faraón dijo a sus cortesanos: ¿Podríamos, por ventura, encontrar un hombre como éste, lleno del espíritu de Dios? 39y dijo a José: Toda vez que Dios te ha dado a conocer estas cosas, no hay persona tan inteligente y sabia como tú. 40Tú serás quien gobierne mi casa, y todo mi pueblo te obedecerá; sólo por el trono seré mayor que tú, 41y añadió: He aquí que te pongo sobre toda la tierra de Egipto. 42Quitóse el faraón el anillo de su mano y lo puso en la mano de José; hizo que le vistieran blancas vestiduras de lino y puso en su cuello un collar de oro, 43y mandó que, montado sobre el segundo de sus carros, se gritara ante él abrek, y así fue puesto al frente de toda la tierra de Egipto. 44Díjole también el faraón: Yo soy el faraón, y sin ti no alzará, nadie mano ni pie en toda la tierra de Egipto. 45Llamó el faraón a José con el nombre de Zâfnat Panêaj, y le dio por mujer a Asenet, hija de Putifar, sacerdote de On. Salió José por toda la tierra de Egipto. 46Tenía treinta años cuando se presentó al faraón, rey de Egipto, y le dejó para recorrer toda la tierra de Egipto. 47La tierra produjo a montones durante los siete años de abundancia, 48y José recogió el producto de los siete años que de ella hubo en Egipto, y lo almacenó en las ciudades, depositando en cada una de ellas los productos de los campos que la rodeaban, 49llegando a reunir tanto trigo como las arenas del mar; en tan gran cantidad, que hubo que dejar de contar, porque no podía contarse.

No es raro, en las naciones donde el poder está concentrado en una persona, la exaltación de un favorito, de un siervo, de un eunuco de origen extranjero. En el caso nuestro, el caso es perfectamente verosímil suponiendo que el faraón que encumbró a José era de la raza de los hicsos, pueblo asiático que en el siglo XVIII a.C. atravesó Palestina y se apoderó del Delta egipcio, dominando aquí dos siglos, hasta que los reyes indígenas, bajados del Alto Egipto, lograron expulsarlos en el siglo XVI a.C. Así, pues, podemos suponer que los faraones hicsos favorecían sistemáticamente a los asiáticos para tener apoyo en contra de los nativos, que suspiraban por una dinastía indígena. El faraón, al reconocer una sabiduría superior en el asiático José, le nombra visir o lugarteniente suyo en todo el reino (v.40). En el siglo XV existe un doble intendente: uno para el norte, residente en Heliópolis (El Cairo actual), y otro en el sur, residente en Tebas. A él (intendente) incumbía la distribución de las aguas y el cuidado de fijar anualmente las instrucciones generales para el laboreo. Nombraba el jefe del doble granero y sus subordinados, encargados directamente de la siega y recolección; cada año después de la recolección había una gran ceremonia, en la que el jefe del doble granero proclamaba ante el rey el resultado de la cosecha. No pasaba nada en el país que no fuera comunicado al visir, y nada se decidía sin haber sido sometido antes a él. Así, se puede decir que gobernaba Egipto como virrey.7 Es comprensible la afirmación enfática de que nadie alzará mano ni pie en toda la tierra de Egipto sin consentimiento de él (v.44). Era realmente el segundo después del faraón, que sólo por el trono será mayor que él (v.40). Todo el pueblo le obedecerá8. La única distinción entre José y el faraón será la dignidad real, el trono. Y le entrega las insignias del mando: el anillo con el sello que autenticaba oficialmente los documentos públicos, el vestido de lino, distintivo de la aristocracia del país, y un collar de oro (v.42). Todo esto está en armonía con las costumbres egipcias9. En los sepulcros de Tell Amarna, Amenofis IV aparece echando desde una ventana joyas y anillos de oro al pueblo. En los tesoros sepulcrales abundan los collares de oro y los anillos. Al príncipe Horeheb se le impone solemnemente el collar de oro, y en una estela de Setis I aparece el rey imponiendo el collar de oro a un cortesano llamado Horkhem. En el caso de José, el faraón, para solemnizar su investidura como virrey de Egipto, le hace subir a un carro detrás del rey, mientras se gritaba delante de él abrek (v.43). Son diversas las explicaciones que se dan de esta palabra, que se supone egipcia. Así, se cree que es una adulteración del egipcio ab(n)-rek (tu mandato es nuestro deseo), aunque muchos autores afirman que nos hallamos ante una palabra semítica, relacionada con la idea de bendecir (barak)10. Con este motivo le impuso un nombre egipcio: Zâfnat Panêaj (v.45), que la Vg. traduce salvatorem mundi, y los LXX transcriben defectuosamente øïíèïìöáíÞ÷. Sin duda que nos hallamos ante un nombre netamente egipcio transcrito dialectalmente al hebreo. Se ha propuesto un nombre teóforo egipcio: de (d) pnt (er) ef onj (dijo dios: él es viviente)11. También el nombre de la mujer de José es netamente egipcio: Asenet (v.45), que parece la transcripción defectuosa de As-Neit (ella es de Neit, diosa de Sais)12. Era hija del sacerdote de On o Heliópolis, junto a El Cairo actual. Su padre es llamado Putifar (en el TM Poti Fera), nombre similar al del mercader que le compró (aunque en el TM es Poti Fa, 39:1), que se suele traducir por don de Ra (Pa-di-pa-Ra), que era el dios solar de Heliópolis (ciudad del sol: Pi-Ra)13. Herodoto dice que el colegio sacerdotal de Heliópolis era un gran centro cultural14. José, pues, al casarse con una hija de un sacerdote de Heliópolis, se relacionaba con la clase alta egipcia. Encumbrado al más alto rango egipcio, José se dedicó a recorrer Egipto para conocerlo y tomar las medidas pertinentes para una buena administración, de forma que se pudieran hacer reservas para los tiempos de escasez. Los años de abundancia fueron tales que no había posibilidad de hacer un recuento de las cosechas (v.49)15.

Hijos de José (50-52).
50Antes que llegara el tiempo de la escasez, naciéronle a José dos hijos, que le parió Asenet, hija de Putifar, sacerdote de On. 51Dio al primero el nombre de Manasés, porque dijo: Dios me ha hecho olvidar todas mis penas y toda la casa de mi padre; 52y al segundo le llamó Efraím, diciendo: Dios me ha dado fruto en la tierra de mi aflicción.

La prosperidad que Dios otorgó a José no sería completa si careciera de hijos. Por eso el autor sagrado nos cuenta luego los que le dio la única esposa egipcia, Asenet. Como en otros casos, los nombres de los hijos son interpretados como expresión del reconocimiento hacia Dios por el don recibido en ellos. Manasés (Menasseh: habiendo olvidado o habiendo hecho olvidar, de nasah, olvidar). Efraím (me ha hecho fecundo, de farah, ser fecundo). De hecho, la tribu de Efraím ha de ser la de territorio más fértil en la repartición de la tierra de Canaán.

Medidas de Gobierno Durante la Escasez (53-57).
53Acabáronse los siete años de abundancia que hubo en Egipto, 54y comenzaron los siete años de escasez, como lo había anunciado José; y hubo hambre en todas las tierras, mientras había pan en toda la tierra de Egipto; 55y clamaba el pueblo al faraón por pan, y el faraón decía a todos los egipcios: Id a José y haced lo que os diga. 56Cuando el hambre se extendió por toda la superficie de aquella tierra, abrió José los graneros, y lo que en ellos había se lo vendía a los egipcios, pues crecía el hambre en la tierra de Egipto. 57De todas las tierras venían a Egipto a comprar a José, pues el hambre era grande en toda la tierra.

Cuando llegaron los años de escasez fue el gran triunfo de José. Gracias a sus previsiones, las gentes tenían algo que comer. La orden del faraón Id a José es la apoteosis del humilde esclavo hebreo, encumbrado a la más alta dignidad de Egipto por designios ocultos de Dios, que aprovechará esta escasez para que sus hermanos desciendan a Egipto. Por la persistente sequía, los pueblos vecinos a Egipto tuvieron que ir al país del Nilo a buscar provisiones, ya que por su situación especial era el país donde se solían salvar las cosechas aun en tiempos de sequía. El faraón Amenhemet I (s. XX a.C.) se gloría de haber calmado el hambre de sus súbditos en estos términos: He dado al pobre, he alimentado al huérfano, he admitido al que no tenía nada como al que tenía algo... He favorecido el cultivo del trigo, y amo al dios de la cosecha. El Nilo me saludaba en todo el valle. No hay hambrientos en mi tiempo, y nadie tiene sed16. En los monumentos egipcios aparecen caravanas de asiáticos llegando a Egipto para aprovisionarse en tiempos de escasez, pues Egipto era el granero de la antigüedad. El autor sagrado prepara así el relato de la peregrinación de los hijos de Jacob al país de los faraones.

2 Montet, La vie quotidienne en Egypte... 47. 3 Los egipcios eran muy pulcros y se rasuraban cuidadosamente. Véase Herodoto, II 36-37; montet, o.c., 73. En los monumentos egipcios sólo los asiáticos y gentes de baja condición son representados con barba. 4 Herodoto llama a Egipto el don del Nilo (II 2). 5 Cf. J. Vandier, La famme dans l'Egypie ancienne (El Cairo 1936) 132-139; J. B. Pritchard, Ancient Near Eastern Texis... 31-32. 6 En el museo de El Cairo se conservan graneros en miniatura, que nos dan idea de los que existían en Egipto. En ellos se han encontrado granos de trigo (Mallon, Les Hébreux en Egypte [Roma 1921] 84-85). 7 Drioton-Vandier, L'Egypte (1938) 439-443; J. B. Pritchard, Ancient Near Eastern Texts... 212-214; A. Clamer, o.c., 446. 8 Lit. el TM: sobre tu boca besará todo mi pueblo. Hemos preferido la versión de los LXX: todo mi pueblo obedecerá a tu boca. 9 Mallon, Les Hébreux en Egypte 72-73. 10 La transcripción hebrea abrek corresponde al egipcio imperativo plural (Erman-Grapow, Grand Dictionnaire egyptien de Berlín I 466). Véase Chaine, o.c., 398. 11 Conocemos muchos nombres teóforos egipcios de este tipo: de Isit ef onj (dice: Isis es viviente), de Amon ef onj (dice: Amón es viviente), etc. Son frecuentes en la dinastía XX. 12 Nombres de este tipo aparecen en la d.XVIII (s.XV a.C.): Af-en-Anión (él es de Amón), Af-Jonsu (él es de Jonsu). 13 Otros autores proponen como equivalente de Putifar: Ñ hotep Har (don de Horus). Encontramos nombres como Pa-di-Amon (aquel a quien Amón da), etc. 14 Herodoto, II 3. 15 Existen bajorrelieves y pinturas con inscripciones en las que se describe la faena de las cosechas con el escriba oficial, que en una tablilla toma nota de las medidas de trigo para ver lo que corresponde al faraón. 16 Mallon, Les Hébreux en Egypte 81-82.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XLI.

1 Pharaohs two dreames. 9 Ioseph interpreteth them. 33 Hee giueth Pharaoh counsell. 38 Ioseph is aduanced. 50 Hee begetteth Manasseh and Ephraim. 54 The famine beginneth.
1 And it came to passe at the end of two ful yeeres, that Pharaoh dreamed: and beholde, hee stood by the riuer.
2 And behold, there came vp out of the riuer seuen well fauoured kine, and fat fleshed, and they fed in a medow.
3 And behold, seuen other kine came vp after them out of the riuer, ill fauoured and leane fleshed, and stood by the other kine, vpon the brinke of the riuer.
4 And the ill fauoured and leane fleshed kine, did eate vp the seuen well fauoured and fat kine: So Pharaoh awoke.
5 And hee slept and dreamed the second time: and beholde, seuen eares of corne came vp vpon one stalke, [ Hebrew: fat.] ranke and good.
6 And beholde, seuen thinne eares and blasted with the Eastwind, sprang vp after them.
7 And the seuen thinne eares deuoured the seuen ranke and full eares: and Pharaoh awoke, and behold, it was a dreame.
8 And it came to passe in the morning, that his spirit was troubled, and he sent and called for all the Magicians of Egypt, and all the wise men thereof: and Pharaoh tolde them his dreame; but there was none that could interprete them vnto Pharaoh.
9 Then spake the chiefe Butler vnto Pharaoh, saying, I doe remember my faults this day.
10 Pharaoh was wroth with his seruants, and put mee in warde, in the captaine of the guards house, both mee, and the chiefe Baker.
11 And we dreamed a dreame in one night, I and he: we dreamed each man according to the interpretation of his dreame.
12 And there was there with vs a yong man an Hebrew, seruant to the captaine of the guard: and wee told him, and he [ Gen_40:12, etc.] interpreted to vs our dreames,

[Pharaohs dreames are interpreted.]

to each man according to his dreame, he did interpret.
13 And it came to passe, as he interpreted to vs, so it was; mee he restored vnto mine office, and him he hanged.
14 [ Psa_105:20 .] Then Pharaoh sent and called Ioseph, and they [ Hebrew: made him runne.] brought him hastily out of the dungeon: And he shaued himselfe, and changed his raiment, and came in vnto Pharaoh.
15 And Pharaoh said vnto Ioseph, I haue dreamed a dreame, and there is none that can interpret it: and I haue heard say of thee, that [ Or, When thou hearest a dreame, thou canst interpret it .] thou canst vnderstand a dreame, to interpret it.
16 And Ioseph answered Pharaoh, saying; It is not in me: God shall giue Pharaoh an answere of peace.
17 And Pharaoh said vnto Ioseph; In my dreame, behold, I stood vpon the banke of the riuer.
18 And behold, there came vp out of the riuer seuen kine, fat fleshed and well fauoured, and they fed in a medow.
19 And behold, seuen other kine came vp after them, poore and very ill fauoured, and leane fleshed, such as I neuer saw in all the land of Egypt for badnes.
20 And the leane, & the ill fauoured kine, did eate vp the first seuen fat kine.
21 And when they had [ Hebrew: come to the inward parts of them.] eaten them vp, it could not bee knowen that they had eaten them, but they were still ill fauoured, as at the beginning: So I awoke.
22 And I saw in my dreame, and behold, seuen eares came vp in one stalke, full and good.
23 And behold, seuen eares [ Or, small .] withered, thin & blasted with the East wind, sprung vp after them.
24 And the thin eares deuoured the seuen good eares: and I told this vnto the magicians, but there was none that could declare it to me.
25 And Ioseph said vnto Pharaoh, the dreame of Pharaoh is one; God hath shewed Pharaoh what he is about to doe.
26 The seuen good kine are seuen yeeres: and the seuen good eares are seuen yeeres: the dreame is one.
27 And the seuen thin and ill fauoured kine that came vp after them, are seuen yeeres: and the seuen emptie eares blasted with the East wind, shall bee seuen yeeres of famine.
28 This is the thing which I haue spoken vnto Pharaoh: what God is about

[Pharaohs dreames are interpreted.]

to doe, he sheweth vnto Pharaoh.
29 Behold, there come seuen yeeres of great plentie, throughout all the land of Egypt.
30 And there shall arise after them, seuen yeeres of famine, and all the plentie shall be forgotten in the land of Egypt: and the famine shall consume the land.
31 And the plentie shal not be knowen in the land, by reason of that famine following: for it shalbe very [ Hebrew: heauy.] grieuous.
32 And for that the dreame was doubled vnto Pharaoh twice, it is because the thing is [ Or, prepared of God .] established by God: and God will shortly bring it to passe.
33 Now therfore let Pharaoh looke out a man discreet and wise, and set him ouer the land of Egypt.
34 Let Pharaoh doe this, and let him appoint [ Or, ouerseers .] officers ouer the land, & take vp the fift part of the land of Egypt, in the seuen plenteous yeeres.
35 And let them gather all the food of those good yeeres that come, and lay vp corne vnder the hand of Pharaoh, and let them keepe food in the cities.
36 And that food shall be for store to the land, against the seuen yeeres of famine, which shall bee in the land of Egypt, that the land [ Hebrew: be not cut off.] perish not through the famine.
37 And the thing was good in the eyes of Pharaoh, and in the eyes of all his seruants.
38 And Pharaoh said vnto his seruants, Can we find such a one, as this is, a man in whom the spirit of God is?
39 And Pharaoh said vnto Ioseph, Forasmuch as God hath shewed thee all this, there is none so discreete and wise, as thou art:
40 [ Psa_105:21 .1; Maccabbees 2.53; Act_7:10 .] Thou shalt be ouer my house, and according vnto thy word shall all my people be [ Hebrew: armed: or, kisse.] ruled: only in the throne will I be greater then thou.
41 And Pharaoh said vnto Ioseph, See, I haue set thee ouer all the land of Egypt.
42 And Pharaoh tooke off his ring from his hand, & put it vpon Iosephs hand, and arayed him in vestures of [ Or, silke .] fine linnen, and put a gold chaine about his necke.
43 And he made him to ride in the second charet which he had: and they cried before him, [ Or, Tender father: Hebrew: Abrech .] Bow the knee: and he made him ruler ouer all the land of Egypt.

[Ioseph exalted.]

44 And Pharaoh said vnto Ioseph, I am Pharaoh, and without thee shall no man lift vp his hand or foote, in all the land of Egypt.
45 And Pharaoh called Iosephs name, Zaphnath-Paaneah, and he gaue him to wife Asenath the daughter of Poti-pherah, [ Or, Prince ] priest of On: and Ioseph went out ouer all the lande of Egypt.
46 ( And Ioseph was thirtie yeeres old when he stood before Pharaoh king of Egypt) and Ioseph went out from the presence of Pharaoh, and went thorowout all the land of Egypt.
47 And in the seuen plenteous yeres the earth brought forth by handfuls.
48 And he gathered vp all the foode of the seuen yeeres, which were in the land of Egypt, and laid vp the foode in the cities: the foode of the field which was round about euery citie, laid he vp in the same.
49 And Ioseph gathered corne as the sand of the sea, very much, vntill he left numbring: for it was without number.
50 [ Gen_46:20 ; Gen_48:5 .] And vnto Ioseph were borne two sonnes, before the yeeres of famine came: which Asenath the daughter of Poti-pherah, [ Or, Prince .] Priest of On bare vnto him.
51 And Ioseph called the name of the first borne [ That is, Forgetting .] Manasseh: for God, said hee, hath made me forget all my toile, and all my fathers house.
52 And the name of the second called he [ That is, Fruitfull .] Ephraim: for God hath caused mee to be fruitfull in the land of my affliction.
53 And the seuen yeeres of plenteousnesse, that was in the land of Egypt, were ended.
54 [ Psa_105:16 .] And the seuen yeeres of dearth beganne to come according as Ioseph had saide, and the dearth was in all lands: but in all the land of Egypt there was bread.
55 And when all the land of Egypt was famished, the people cried to Pharaoh for bread: and Pharaoh said vnto all the Egyptians, Goe vnto Ioseph: what he saith to you, doe.
56 And the famine was ouer all the face of the earth; and Ioseph opened all [ Hebrew: All wherein was.] the storehouses, and solde vnto the Egyptians: and the famine waxed sore in the land of Egypt.
57 And all countreys came into Egypt

[His brethren.]

to Ioseph, for to buy corne, because that the famine was so sore in all lands.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



José en el palacio. Los 13 años de esclavitud y encarcelamiento llegaron a un abrupto final. José fue sacado de repente de la cárcel y llevado a la presencia de Faraón. Sin embargo, no eran sólo las circunstancias las que habían cambiado. El impetuoso adolescente que una vez irritó a su familia ha llegado a ser la esencia del tacto y la sabiduría. El valle de lágrimas había probado ser el valle de la formación del alma, y al final comienza a ser evidente por qué a José se le había permitido sufrir en esta forma. El control de Dios sobre los eventos llega a ser evidente al enviarle al presumido faraón dos sueños desconcertantes. Llegó a ser aun más claro cuando el jefe de los coperos sugirió que el faraón debería pedir a José que los interpretara y él dijo: Dios responderá para el bienestar del faraón (16). Entonces finalmente faraón nombró a José su gobernador, con las palabras: ¿Podremos hallar otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? (38)

De este modo José personificó los dones de profeta y gobernador sabio. El tuvo visión divina del futuro y gobernó Egipto con el Espíritu de Dios, de modo que Egipto y los países vecinos fueron librados de la hambruna (cf. Sal. 72:16; Isa. 11:2). En esto, nuevamente, él es un tipo de Cristo, el más grande profeta y rey; el Siervo Sufriente por medio de quien el mundo es salvo y ante quien toda rodilla se doblará (Fil 2:10, cf. Gén. 41:43). Las experiencias de sufrimiento de Cristo seguidas por la gloria es el camino que todo cristiano debe seguir (1 Ped. 5:6).

Dentro de los horizontes de Gén. este episodio levanta interrogantes. Dos veces en episodios consecutivos José había interpretado dos sueños, y aquí observó que la razón de la repetición del sueño es que la cosa está firmemente decidida de parte de Dios, y que Dios se apresura a ejecutarla (32). Entonces, ¿qué acerca de un par de sueños suyos (37:5-11)? ¿Serían cumplidos? ¿Acaso los nombres que él dio a sus hijos Manasés y Efraín no nos muestra que todavía faltaba algo, que él no se había olvidado de la casa de su padre? Estas son muestras de que el nombramiento de José a este alto cargo en Egipto no es el clímax de la historia; hay algo más del propósito de Dios para ser revelado.

Notas. 17-24 Cf. la repetición del faraón de sus sueños con respecto al relato original (1-7) para observar la impresión que le habían causado. 33-36 Nótese cómo el conocimiento del propósito de Dios es un estímulo para la acción humana, no una excusa para no hacer nada. 39- 43 La descripción del trabajo de José así como la de su instalación muestran que él estaba siendo nombrado primer ministro de Egipto. 57 En toda la tierra, a saber, todos los países cerca de Egipto.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*37:2-50:26 Esta última parte del Génesis gira en torno a Jacob y sus descendientes, entre los que destacan José, Judá y Rubén. Se pueden distinguir dos componentes básicos: primero, la «Historia de José», cuyo núcleo (Gén 37:1-36 y Gén 39:1-23; Gén 40:1-23; Gén 41:1-57; Gén 42:1-38; Gén 43:1-34; Gén 44:1-34; Gén 45:1-28) constituye esencialmente una unidad literaria (Gén 38:1-30 encaja mal en su lugar actual); segundo, la «Historia de Jacob y de sus hijos» (Gén 46:1-34; Gén 47:1-31; Gén 48:1-22; Gén 49:1-33; Gén 50:1-26). Evidentemente, no cabe establecer una separación neta entre ambas; al contrario, convergen en muchos puntos. Es más, en cierto modo la historia de José no es más que un episodio de la historia de Jacob. En esta perspectiva, se comprende más fácilmente la inserción de la historia de Judá y Tamar (Gén 38:1-30).

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

José interpreta los sueños del faraón. La incapacidad de los magos de la corte para interpretar los sueños del faraón es la ocasión propicia para que el copero mayor, en quien se cumplió la interpretación de José, se acuerde de su compañero de prisión y ahora sí hable de él al faraón (10-13), mencionándolo no por su nombre, sino por su condición (12). José es liberado de la prisión; de nuevo insiste en que no se trata de una capacidad personal, sino que puede descifrar el sentido de las imágenes que el faraón ha visto en sueños por una acción directa de Dios (16). Las palabras y los consejos de José convencen al monarca, por lo cual sale premiado y es nombrado gran visir, o sea, primer ministro.
Este episodio, y en especial la noticia de que el hambre y la carestía cundían por todas partes, nos prepara para el arribo de los hermanos de José a Egipto; con esos medios tan simples y cotidianos Dios va ejerciendo su acción en la historia humana. Las imágenes que José interpreta de abundancia y escasez son la constatación de lo que acontecía realmente en esta porción geográfica del Cercano Oriente, con períodos en los que se gozaba de cierta abundancia gracias a las lluvias y períodos de escasez y de hambre a causa de las sequías. En lugares tan especialmente privilegiados como Egipto, irrigado por el gran Nilo, era posible prepararse para el tiempo de la sequía, carestía y hambre mediante los métodos de aprovisionamiento propuestos por José, pero también era la ocasión para aumentar el dominio y la opresión sobre los pueblos más débiles y menos favorecidos por la naturaleza.
Se menciona el nacimiento de los dos hijos de José, Manasés y Efraín, que quedarán incorporados al número de las doce tribus de Israel y que ayudarán a entender la heterogeneidad étnica de la nación israelita.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 41.1-2 En el antiguo Egipto había vacas sagradas, que simbolizaban la fertilidad producida por las crecientes periódicas del Nilo.

[2] 41.6 El viento del este, hoy llamado siroco, es el viento abrasador que viene del desierto.

[3] 41.43 ¡Abran paso!: traducción probable, sugerida por el contexto. La expresión original parece referirse al grito de los heraldos que invitaban a rendir homenaje al nuevo visir.

[4] 41.45 En consonancia con su nuevo cargo, José recibe el nombre egipcio Safenat-panéah, que significa, probablemente, Dios habla y él vive.

[5] 41.45 On: ciudad egipcia, famosa por su templo a Ra, el dios sol. Más tarde, los griegos la llamaron Heliópolis, es decir, Ciudad del Sol.

[6] 41.51-52 Los nombres Manasés y Efraín tienen, en hebreo, un sonido semejante al de los verbos que significan, respectivamente, olvidar y ser fecundo o dar frutos.

Torres Amat (1825)



[14] Sal 105 (104), 20.

[16] Manifiesta José que solamente de Dios puede venir a los hombres el conocimiento del futuro.

40. 1. Mac 2, 53; Hech 7, 10.

[50] Gen 46, 20; 48, 5.