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Ante él marcha la Peste,
la Fiebre va tras sus pasos.
(Habacuc  3, 5) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

לְ‎(לְ)

Hebrew|lᵊ|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

פָנָ֖יו‎(פָּנֶה)

Hebrew|fānˌāʸw|face

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H6440] [q.bu.ab] [1782a]
[פנה] [GES6365] [BDB7019] [HAL6956]

יֵ֣לֶךְ‎(הָלַךְ)

Hebrew|yˈēleḵ|walk

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: qal


[H1980] [e.bn.aa] [498]
[הלך] [GES1914] [BDB2139] [HAL2130]

דָּ֑בֶר‎(דֶּבֶר)

Hebrew|dˈāver|pest

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1698] [d.ai.ac] [399b]
[דבר] [GES1601] [BDB1811] [HAL1822]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

יֵצֵ֥א‎(יָצָא)

Hebrew|yēṣˌē|go out

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: qal


[H3318] [j.cq.aa] [893]
[יצא] [GES3211] [BDB3584] [HAL3549]

רֶ֖שֶׁף‎(רֶשֶׁף)

Hebrew|rˌešef|flame

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H7565] [t.eu.ab] [2223a]
[רשף] [GES7517] [BDB8287] [HAL8199]

לְ‎(לְ)

Hebrew|lᵊ|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

רַגְלָֽיו‎(רֶגֶל)

Hebrew|raḡlˈāʸw|foot

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: dual
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H7272] [t.ar.aa] [2113a]
[רגל] [GES7231] [BDB7962] [HAL7883]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



3. Plegaria y canto triunfal del Profeta.
Este maravilloso salmo épico-lírico cierra el libro de Habacuc. Por su semejanza con algunos salmos, algunos autores creen que se trata de una composición litúrgica añadida como apéndice al libro de Habacuc. Pero, en general, las ideas son semejantes a las del libro del profeta que acabamos de comentar, pues se canta a Yahvé como a un guerrero majestuoso que avanza contra los enemigos, que no especifica, pero bien pueden ser los caldeos. La expresión es vigorosa, y la imaginación, ardiente. Es una de las más bellas composiciones poéticas de la Biblia.

Teofanía triunfal de Yahvé (1-4).
1 Plegaria de Habacuc, profeta, en el tono de shiguinot. 2 Yo, ¡oh Yahvé! oí tu renombre y he temido, ¡oh Yahvé! tus obras. Dales existencia en el transcurso de los años, manifiéstalas en medio de los tiempos. En la ira acuérdate de la misericordia. 3 Llega Dios de Teman, y el Santo del monte Farán. (Selah), u majestad cubre los cielos, y la tierra se llena de su gloria. 4 Su resplandor es como la luz; de sus manos salen como cuernos, con que vela su poder. 5 Delante de El va la mortandad, y a su zaga va el azote. 6 Si se detiene, hace temblar la tierra, y si mira, se conmueven las naciones. Los montes eternos se resquebrajan, se abajan los eternos collados, sus antiguos caminos.

La indicación introductoria indica el uso litúrgico de la composición, que debía ser cantada en un tono para nosotros desconocido, llamado shiguinot. El hecho de que encontremos la palabra musical selah a lo largo de la composición prueba el carácter salmódico de esta maravillosa poesía épico-lírica. La descripción de la imponente teofanía se abre con una exclamación enfática: El profeta ha sentido el rumor de la presencia de Dios, que se acerca, y es sobrecogido de reverente temor. Hasta los mismos amigos de Dios tiemblan ante su presencia, porque sienten escalofrío de su santidad.
Ahora Dios se presenta con una imponente escolta de destrucción (la mortandad y el azote, o epidemia, v.5). El profeta presiente en ello la próxima manifestación de secretas obras o prodigios, y, en su ansia de ver triunfar la gloria de Dios, pide que las manifieste ante las naciones: Dales existencia en el transcurso de los años. (v.3). Por otra parte, Yahvé ya ha manifestado su justicia vengadora sobre su pueblo, y ahora el profeta pide que esa cólera desatada se convierta en compasión para Israel: En la ira acuérdate de la misericordia (v.2). Asiste tembloroso a la aparición majestuosa de Yahvé, que viene del oriente para castigar a sus enemigos.
Conforme a la tradición antigua, supone que Yahvé avanza desde el desierto del Sinaí desde Teman y el monte Farán. Como en otro tiempo Yahvé avanzaba protegiendo a Israel a través de los territorios de Edom, camino de la tierra de promisión *, así ahora viene también envuelto en la nube, cubriendo con su majestad los cielos y llenando con su gloria y resplandor la tierra. Viene envuelto en la luz como en la tempestad del Sinaí, y de sus manos salen cuernos. La teofanía está calcada sobre la del Sinaí. Dios es demasiado trascendente y santo para manifestarse tal cual es, y por eso con sus cuernos vela su poder. Es una clara alusión a los cuernos que salían del rostro de Moisés después de entrar en contacto con la divinidad 2.
Los cuernos eran símbolo de la divinidad, como expresión del poder. Los dioses mesopotámicos iban cubiertos con una tiara de siete cuernos enroscados hacia arriba. En la Biblia, el cuerno es símbolo de poder. Habacuc se conforma a estas ideas para describir la majestuosa aparición de Yahvé, que avanza como un guerrero indómito escoltado de dos poderes formidables: delante de El va la mortandad y a su zaga va el azote (v.5), instrumentos de su justicia. A su presencia, la misma tierra es siente sobrecogida de temblor ,(v.6), y a su mirada se conmueven las naciones. Y hasta los montes se sienten débiles para soportar el peso de Yahvé: Los montes eternos se resquebrajan. (v.6b). En la literatura profética del A.T. es corriente presentar a Yahvé como un gigante que avanza por las cimas de los collados.

El poder de Yahvé sobre la naturaleza (7-11).
7 Llenas de terror veo las tiendas de Kusán 3, ( tiemblan los campamentos de Madián. 8 ¿Acaso, Yahvé, se enciende tu ira contra los ríos o es contra los mares tu furorcuando subes sobre tus caballos, sobre tus carros de victoria? 9 Pones al desnudo tu arco y llenas de saetas tu aljaba 4. (Selah.) Hiendes con torrentes la tierra. 10 A tu vista tiemblan las montañas, irrumpen diluvios de aguas, alza su voz el abismo del mar, hacia la altura sus manos eleva. 11 El sol y la luna se quedan en su morada ante la luz de tus saetas,ante el resplandor de tu lanza fulgurante.

El profeta, a la vista de la manifestación terrorífica de Yahvé, que va a descargar sobre los enemigos de Judá, piensa en las victorias antiguas sobre Kusán en tiempos del juez Otoniel y sobre Madián en tiempos de Gedeón5. Los recuerdos de guerra se mezclan con los lirismos de la naturaleza. Ante la majestad de Yahvé vuelven a temblar las tierras de Kusán y los campamentos de Madián (v.7). El profeta, al ver a Yahvé como un guerrero que se prepara al combate, piensa que es para algo más que para descargar sobre la naturaleza, que domina sin rival: ¿Acaso, Yahvé, se enciende tu ira contra los ríos.? (v.8). Yahvé avanza sobre sus caballos y carros de victoria, que son las nubes huracanadas, cargadas de siniestros diluvios. Y el profeta se complace en describir la manifestación del poder de Dios en la tempestad como introducción a la descripción dé sus efectos terroríficos sobre los malvados y enemigos de Israel.
Yahvé en la tempestad se porta como un guerrero, que desnuda su arco y se provee de saetas (rayos) para lanzarlos contra la tierra. A su mandato viene la lluvia torrencial y se hiende con torrentes la tierra (v.9). La conmoción de la naturaleza es total; las torrenteras lo invaden todo, y las aguas, provenientes del abismo del mar, dan bramidos aterradores (alzan su voz). Por unos momentos, mientras ruge la tempestad, el sol y la luna están como acobardados, y se quedan en su morada, aterrados ante la luz de las saetas (relámpagos) y ante el resplandor de la lanza fulgurante de Yahvé (sus rayos devastadores).

El poder de Yahvé sobre sus enemigos (12-15).
12 En tu ira huellas la tierra, en tu furor trillas los pueblos. 13 Sales a campaña para salvar a tu pueblo, para libertar a tu ungido. Abates la cúspide de la casa del impío, desnudando sus cimientos hasta la roca. (Selah.) 14 Atraviesas con tus lanzas las cabezas de sus guerreros, que irrumpen para desbaratarme, exultan como quien devora al desvalido en secreto. 15 Te sumerges en la mar con tus caballos, i en el hervidero de las grandes aguas.

Después de la patética descripción del poder de Dios sobre la naturaleza, el profeta canta el triunfo de Yahvé sobre los enemigos de Israel. Los pueblos, como la tierra, están sometidos a su furor (v.12); Yahvé sale a campaña para luchar por los intereses de su pueblo, para libertar a su ungido, que puede ser el rey de Judá o el mismo pueblo israelita6. Yahvé vela por los derechos de la justicia, y por eso castiga duramente al impío, destruyéndole su casa, desnudando sus cimientos hasta la roca. Cuando llega el momento de pelear contra los enemigos de Israel, Yahvé se lanza a la batalla, sembrando la mortandad (v.14), y como en los días del paso del mar Rojo, se sumerge en el mar con sus caballos en persecución de sus enemigos.

Triunfo de Dios y consolación del profeta (16-19).
16 Y lo oí y se estremecieron mis entrañas; al estruendo temblaron mis labios, se reblandecieron mis huesos, y mis pasos se hicieron vacilantes. Tranquilo espero el día de la aflicción, que vendrá sobre el pueblo que nos oprime, 17 Que no dé sus yemas la higuera ni sus frutos la vid, falte la cosecha del olivo y no den mantenimiento los campos. Desaparezcan las ovejas del redil y no haya bueyes en los establos; 18 yo me alegraré en Yahvé y me gozaré en el Dios de mi salvación. 19 Yahvé, mi Señor, es mi fortaleza, que me da pies como de ciervo y me hace correr por las alturas. Al maestro de canto. A las cuerdas.

El profeta, ante el estrago producido por la intervención de Yahvé contra los enemigos, siente un íntimo estremecimiento (v.16). Es el escalofrío consiguiente a la presencia majestuosa del Dios de los ejércitos. Pero, por otra parte, experimenta una íntima tranquilidad al ver la justicia de su Dios cargando sobre el pueblo que los oprime. Ni siquiera la aflicción consiguiente a la esterilidad del campo puede inquietar al profeta, que ha asistido al castigo de sus enemigos. Es una aflicción pasajera sobre el país, que se ha de compensar con la conciencia de sentirse seguros en Yahvé, Dios de su salvación. (v.18). Yahvé es su fortaleza, que le da la agilidad del ciervo para correr por los montes.
Muchos autores creen que los í.17-iQ son adiciones salmódicas posteriores que un glosista colocó como colofón del cántico de Hahacuc. Has indicaciones musicales al maestro de canto. A las cuerdas, neginot, parecen avalar esta opinión 7.

1 Cf. Deu_33:2; Jue_5:4. Sobre la identificación de Teman no hay duda, pues aparece reiteradamente en la Biblia junto a Bosra, en Edom (Abd v.9). Farán es, según unos, la cordillera que se extiende al sur de Ain-Kades (el Djebel Magrah), y según otros es la que se extiende desde el Sinaí hasta el golfo de Elán. 2 Cf. Ex 34.295. 3 Así según la Bib. de Jér. Lit. el hebreo dice: bajo la maldad contemplé las tiendas de Kusán. 4 Reconstrucción problemática por paralelismo. El hebreo dice lit.: los juramentos de las tribus o de las varas, lo que no parece hacer sentido. 5 Cf. Jue_3:8.10; 7:1s. 6 El pueblo de Israel es muchas veces llamado ungido de Yahvé (cf. Sal_18:8; Sal_84:10; Sal_84:89, Sal_84:39.52). El mismo título se da al rey (cf. 1Sa_24:7; 1Sa_26:9; Lam_4:20). 7 Cf. Sal_18:335.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter III.

1 Habakkuk in his prayer, trembleth at Gods Maiestie. 17 The confidence of his faith.
1 A prayer of Habakkuk the prophet [ Or, according to variable songs or tunes called in hebrew, Shigianoth.] vpon Sigionoth.
2 O Lord, I haue heard [ Hebrew: thy report or thy hearing.] thy speach, and was afraide: O Lord, [ Or, preserue aliue.] reuiue thy worke in the midst of the yeeres, in the midst of the yeeres make knowen; in wrath remember mercy.
3 God came from [ Or, the South.] Teman, and the holy on from mount Paran Selah. His glory couered the heauens and the earth was full of his praise.
4 And his brightnesse was as the light: he had [ Or, bright beames out of his side.] hornes comming out of his hand, and there was the hiding of his power:
5 Before him went the pestilence, and [ Or, burning diseases.] burning coales went forth at his feete.
6 He stood and measured the earth: hee beheld and droue asunder the nations, and the euerlasting mountaines were scattered, the perpetuall hilles did bowe: his wayes are euerlasting.
7 I saw the tents of [ Or, Ethiopia.] Cushan [ Or, vnder affliction or vanitie.] in affliction: and the curtaines of the land of Midian did tremble.

[Gods wrath for diuers sinnes.]

8 Was the Lord displeased against the riuers? was thine anger against the riuers? was thy wrath against the Sea, that thou didst ride vpon thine horses, and [ Or, thy charets were saluation.] thy charets of saluation?
9 Thy bow was made quite naked according to the oathes of the tribes, euen thy word. Selah. [ Or, thou didst cleaue the riuers of the earth.] Thou didst cleaue the earth with riuers.
10 The mountaines sawe thee, and they trembled: the ouerflowing of the water passed by: the deepe vttered his voyce, and lift vp his hands on high.
11 The Sunne and Moone [ Jos_10:12 .] stood still in their habitation: [ Or, thine arrowes walked in the light, etc.] at the light of thine [ Jos_10:11 .] arrowes they went, and at the shining of thy glittering speare.
12 Thou didst march through the land in indignation, thou didst thresh the heathen in anger.
13 Thou wentest forth for the saluation of thy people, euen for saluation with thine Anointed, thou woundedst the head out of the house of the wicked, [ Hebrew: making naked.] by discouering the foundation vnto the necke. Selah.
14 Thou didst strike through with

[Gods wrath for diuers sinnes.]

his staues the head of his villages: they [ Hebrew: were tempestuous.] came out as a whirle-winde to scatter me: their reioycing was as to deuoure the poore secretly.
15 Thou didst walke through the Sea with thine horses, through the [ Or, mud.] heape of great waters.
16 When I heard, my belly trembled: my lips quiuered at the voice: rottennesse entred into my bones, and I trembled in my selfe, that I might rest in the day of trouble: when hee commeth vp vnto the people, he wil [ Or, cut them in pieces.] inuade them with his troupes.
17 Although the fig tree shall not blossome, neither shall fruite bee in the vines: the labour of the Oliue shall [ Hebrew: lie.] faile, and the fields shal yeeld no meat, the flocke shall be cut off from the folde, and there shalbe no heard in the stalles:
18 Yet I will reioyce in the Lord: I will ioy in the God of my saluation.
19 The Lord God is my strength, and he will make my feet like [ 2Sa_22:34 ; Psa_18:34 .] hindes feet, and he will make me to walke vpon mine high places. To the chiefe singer on my [ Hebrew: Neginoth.] stringed instruments.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



La mano de Dios en la historia

Se describe la llegada y la presencia de Dios. Tienen lugar eventos naturales extraordinarios (cf. Exo. 3:1-5; 1 Rey. 19:11, 12).

3-7 La descripción de la venida de Dios usa términos que recuerdan su aparición en el monte Sinaí. Una antigua forma para Dios es asociada con él como el Santo, un término que en cualquiera otra parte se relaciona con la tradición del éxodo (Lev. 11:44, 45). El viene de Temán y de los montes de Parán. Estos son dos sitios en el Edom de Transjordania que están asociados con la aparición de Dios en el monte Sinaí. El viene en esplendor de luz, con rayos brillantes (o cuernos, que en sí mis mos simbolizan poder). Este es posiblemente un juego de palabras sobre los dos significados de una palabra heb. Mortandad, también asociada con el éxodo y Sinaí (Exo. 5:3; 9:3; 15), lo acompaña. Es presentada en términos recordativos de los asistentes personales de los antiguos dignatarios del Cercano Oriente (cf. 1 Sam. 17:7; 2 Sam. 15:1). Estos temidos fenómenos están bajo la jurisdicción de Dios, sirviéndole y mostrando su asombroso poder.

El poder también es evidente en la convulsión de la naturaleza, como lo había sido en Sinaí (Exo. 19:16-10). Las naciones esparcidas tan lejos sentirán la presencia de Dios, como lo harán los montes sempiternos y las antiguas colinas. Su aparente eternidad y permanencia son ilusorias en la presencia de Dios, quien es verdaderamente eterno. La proximidad de Dios es magnificada más allá de la experiencia que Israel había tenido en Sinaí hasta su llegada al fin, que tendrá una importancia universal, y no solamente nacional (cf. Sal. 97:4, 5; Joel 3:16; Apo. 16:18).

La sección concluye con una referencia a dos tribus nómadas del sur que también se verán golpeadas por el asombro y el terror ante el poder de Dios que viene.

8-15 Deduciendo de algunas de las mismas referencias como el último pasaje, Dios se describe ahora como el poderoso guerrero divino que se mantiene en oposición a los que oprimen a sus escogidos (cf. Exo. 15:1-18). El enfrenta ríos y mar (8), como cuando el partimiento del mar Rojo y el Jordán (Exo. 13:17-14:31; Jos. 3:13-17) y en la creación (Job. 26:12, 13; Sal. 29). La descripción mira hacia adelante también, mostrando la soberanía continua de Dios sobre la creación (cf. Isa. 11:15; Mat. 14:22-33; Apoc. 21:1).

Las armas de Dios incluyen arco y flechas (9), aunque los adjetivos que describen estas últimas no son claros. Probablemente se refiere a los disparadores de flechas de siete descargas que se mencionan repetidamente en los textos de Canaán. Aquí son usados como instrumentos de juicio por Jehovah (cf. v. 11; Deut. 32:23; Sal. 7:13).

La presencia del guerrero poderoso también afecta a la naturaleza, al agua que divide la superficie de la tierra (9; cf. Sal. 74:15), así como ella misma fue dividida en el mar Rojo (Exo. 14:16, 21). Las poderosas montañas y aun el sol y la luna son afectadas, moviéndose o deteniéndose, en contraste con sus normas acostumbradas (cf. Jos. 10:12-14; 2 Rey. 20:9-11).

La presencia de Dios es relativa en su impacto, dependiendo de la relación que comparten con él aquellos a los que él viene. Los que se oponen a él y a su pueblo experimentarán al guerrero con ira (12) conforme él se mueve por la tierra. Ellos se sorprenderán con su propia derrota cuando avancen esperando la victoria. Los que están en la voluntad de Dios conocerán a este mismo guerrero como el misericordioso Salvador y Libertador. Es te conocimiento es la verdadera respuesta a las dudas de Habacuc (1:12-17).

La metáfora introductora (8) se resume en el v. 15, con el mar pisoteado como en el éxodo (cf. Exo. 14:21-29).

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Himno del profeta. El profeta entona este cántico o himno como una forma de hacer entender la diferencia que existe entre las obras y la suerte del injusto y opresor (2,6-17), secundado por sus falsas divinidades (2,18-20), y las obras y la suerte del justo. Al mismo tiempo, intentar ilustrar la respuesta a las dos quejas del inicio del libro. El cántico describe el poder absoluto y universal de Dios, subrayando, no el poder militar y subyugante, sino el poder que genera vida para quienes a lo largo de la historia la han tenido amenazada y para quienes en el futuro se encuentren en idéntica situación. Por eso, el profeta no ahorra palabras o imágenes para resaltar la acción de Dios.
No hay que quedarse sólo con la idea de un Dios guerrero, manera como se concebía en aquel entonces a la divinidad. Hay que fijarse más bien en la opción radical -no simplemente preferencial- de Dios por la defensa del débil, por garantizar que aunque los soberbios y poderosos tengan en sus manos el dominio del mundo van a perecer, pues sus planes y proyectos tienen que hundirse al no generar vida ni justicia. Sólo hay un proyecto de justicia y de vida, el de Dios; lo demás es antiproyecto. ¿No fue eso también lo que quiso decirnos María en su «Magnificat»? (cfr. Luc_1:47-55).
El profeta pone así en guardia a quienes quieran asumir una vida de «justos»; son ellos los que tienen que ir construyendo una sociedad justa, basada en las relaciones de igualdad. No hay que cruzarse de brazos para esperar pasivamente una intervención de Dios. Su proyecto es eterno y su fidelidad por todas las edades, pero hay que recordar que en el proyecto de Dios está contemplada la intervención activa del hombre que debe ponerse desde ahora a construir esa sociedad que se espera como fruto de la fidelidad de Dios.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*3:1-19 Este salmo empieza con una confesión-invocación (Hab 3:2), a la que sigue una descripción de la llegada terrorífica de Dios: su cólera se desata en el ámbito cósmico, pero con consecuencias históricas precisas. La finalidad de la acción guerrera y cósmica de Dios aparece claramente en Hab 3:12-16: salvar a su pueblo. La oración termina con una nueva manifestación de la confianza del salmista en la acción divina y, como consecuencia lógica, con la alabanza. Así, frente a las dudas y angustias existenciales y teológicas del profeta, la respuesta de Hab 2:4 pidiendo fe y confianza se plasma en este salmo que cierra el libro.

Torres Amat (1825)



[1] En esta oración se contiene una magnífica y clara profecía de Cristo.

[2] Por los pecados de los hombres. Is 26, 20; 54, 8.

[3] El monte Sinaí donde se dio la ley antigua era figura de Jerusalén, donde se había de dar la ley nueva. Era el monte Farán donde fueron elegidos los jueces, a los cuales comunicó Dios su espíritu para gobernar Israel, símbolo de los apóstoles cuando recibieron al Espíritu Santo. Deut 33, 2; Jue 5, 4; Sal 68 (67), 29.

[6] Así que se puso en camino o descendió a la tierra.

[11] Jos 10, 12; Jue 5, 20; Sab 5, 21.

[15] Aguas y cieno significan las tribulaciones. Reaparece el recuerdo del paso triunfante del Exodo. Ex 14; 15; Sal 49 (48), 1; Ap 19, 6.

[16] Con el pueblo de los hijos de Dios, que peleó y venció a los enemigos.

[18] Luc 21, 28.

[19] Se habla de la vuelta de la cautividad de Babilonia. La libertad que dio Ciro a los judíos era figura de la que trajo el Mesías, que se completará en la celestial Jerusalén. Jn 16, 33; Tob 13, 22.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



18. Ver 1Sa_2:1; Isa_61:10; Luc_1:47.

19. Ver Deu_32:13; Isa_58:14; Sal_18:34.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Apo_6:8

NOTAS

3:5 La misma palabra résef, derivada del nombre del dios fenicio del relámpago, designa el rayo, el granizo, la calamidad y, aquí (por paralelismo con la «peste» y ver Deu_32:24), la fiebre abrasadora..

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Apo_6:8

NOTAS

3:5 La misma palabra résef, derivada del nombre del dios fenicio del relámpago, designa el rayo, el granizo, la calamidad y, aquí (por paralelismo con la «peste» y ver Deu_32:24), la fiebre abrasadora..

Biblia Peshitta en Español (Holman, 2015)

a Éxo 12:29-30; Núm 16:46-49

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 3.7-15 Los fenómenos que acompañan la manifestación y victoria del Señor son semejantes a los que ocurrieron en tiempos del éxodo (cf. Jue 5.4-5; Sal 77.16-20; 114.3-8).

Jünemann (1992)


5 d. Poder. H.: «peste y mortandad le seguirá» V.: «ante él va la muerte, ante él camina Satán».