Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Nuevo Testamento (Verbo Divino, 2004)
44 (C) El sacrificio eterno (8,1-9,28).
(a) La alianza, el tabernáculo y el culto ANTIGUOS (8,1-9,10).
(i)
El sacerdocio celestial de Jesús (8,1-6). 1.
el punto capital... es éste: El gr.
kephalaion, aquí traducido «punto capital», también puede sig(-)nificar «resumen»; pero hay muchos elemen(-)tos en lo precedente que no se mencionan en este pasaje ni siquiera sumariamente, de ma(-)nera que parece preferible «punto capital»,
te(-)nemos un sumo sacerdote tal: cf. 7,26-28.
que se sentó... Majestad en los cielos: La referencia a Sal 110,1 recuerda 1,3 y el tema de la entroni(-)zación desarrollado en 1,5-14. 2.
ministro del santuario: Esta expresión se encuentra en Fi(-)lón (
Jjeg. alleg. 3.135), pero con un sentido di(-)ferente, en referencia a la «fatiga y disciplina» del servicio sacerdotal, que él interpretaba ale(-)góricamente. El gr.
ta hagia, aquí traducido «el santuario», también puede significar «cosas santas», y de hecho el uso del pl. podría, a pri(-)mera vista, apoyar esta interpretación. Pero en todos los demás textos de Heb donde aparece la misma forma pl. neut. (9,2.8.12.24.25; 10,19; 13,11) designa un lugar de culto,
del tabernáculo verdadero que el Señor... erigió: El tabernáculo celestial en el cual Cristo desempeña la fun(-)ción de sacerdote es denominado «verdadero» en contraposición al tabernáculo terreno del judaísmo; para el autor, ese equivalente terre(-)no no es el templo de Jerusalén, al cual nunca hace referencia, sino el tabernáculo mosaico. Para la fuente de la concepción según la cual cuanto pertenece a la esfera celestial es «ver(-)dadero», o «real», y cuanto pertenece a lo te(-)rreno es sólo una sombra de lo real (v. 5), --> 3 supra. A diferencia del tabernáculo terreno erigido por Moisés (Éx 25,8-9), el celestial fue erigido por Dios. Que Jesús, el sacerdote que ejerce en él su ministerio, se presente en posi(-)ción de sentado (v. 1) no significa que su sa(-)crificio esté «hecho y acabado» (así Moffatt,
Hebrews 140). El autor usa las imágenes de Sal 110 y se ocupa del doble papel, regio y sacer(-)dotal, que desempeña el Jesús exaltado. El he(-)cho de que esté sentado no se debe utilizar co(-)mo argumento para negar que sigue haciendo su ofrenda en calidad de sacerdote que ejerce su ministerio.
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de ahí la necesidad de que este hom(-)bre tuviera algo que ofrecer: A. Vanhoye ha puesto acertadamente de relieve que en este versículo el autor no dice que Jesús esté ofre(-)ciendo ahora su sacrificio en el cielo, sino que afirma simplemente la necesidad de que ofrez(-)ca un sacrificio, dado que es sumo sacerdote
(VD 37 [1959] 32-38). El momento de esa ofrenda no se puede determinar partiendo de este versículo. También es verdad que en este texto, como en otros lugares en que se habla del sacrificio de Jesús, el autor utiliza el aor., lo que indica acción terminada, mientras que cuando se ocupa del sacerdocio en general o de la liturgia del AT utiliza el presente (7,27; 9,7.9.14.25.28; 10,1.2.8.12). Además, insiste en el carácter definitivo del único sacrificio de Je(-)sús (7,27; 9,12.26.27.28; 10,10). De estos he(-)chos, y en particular de una consideración de 9,24-28, Vanhoye concluye que el autor no afirma ni insinúa en ningún sitio que la ofren(-)da sacrificial de Jesús continúe en el cielo
(ibid. 36); por el contrario, los textos donde se utiliza el indic. aor. para expresar el acto de ofrecimiento demuestran de manera conclu(-)yente que es un acto del pasado. La argumen(-)tación de Vanhoye ha sido aceptada por E. Grasser
(TRu 30 [1984] 222), pero parece per(-)der su fuerza cuando se considera la contra(-)posición celestial-terreno que constituye el trasfondo del pensamiento del autor. El sacrificio de Jesús se completa en el santuario ce(-)lestial; perdura en el momento de su finaliza(-)ción porque la eternidad es una cualidad de la esfera celestial. Los aor. y la insistencia en el carácter único del sacrificio sirven, respectiva(-)mente, para poner de manifiesto que el sacri(-)ficio se ha completado y que no es necesario ni posible ningún otro sacrificio de Jesús. Este sacrificio contrasta con los sacrificios cons(-)tantemente repetidos del AT, ninguno de los cuales llegó a ser perfecto. Una acción termi(-)nada en la esfera terrena sería un aconteci(-)miento del pasado, pero no sucede lo mismo con una terminada en el eterno orden celes(-)tial. Aunque de por sí 8,3 no determina el tiempo del sacrificio de Jesús, si el sacrificio está ya terminado, hay que sacar una de estas dos conclusiones igualmente inaceptables: o el autor quiere decir que el sacrificio terminó tras alcanzar su momento culminante, o quie(-)re decir que no fue un acontecimiento celes(-)tial. En el primer caso se atribuiría al cielo la secuencia temporal de la tierra; en el segundo, Jesús sería el sumo sacerdote celestial con res(-)pecto a todo salvo al acto específicamente sa(-)cerdotal (carece de base la postura de F. Schierse de que la muerte de Jesús en la cruz fue un acontecimiento celestial
[Verheissung und Heilsvollendung (--> 12 supra) 160 n. 73]; de manera parecida Peterson
[Hebrews and Perfection (-->15 supra) 192]). La comparación que el autor establecerá en el cap. 9 entre el sacrificio de Jesús y el del sumo sacerdote ju(-)dío el día de la expiación indicará detallada(-)mente cómo concibe él la relación entre la ofrenda iniciada en la cruz y su terminación celestial.
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si estuviera en la tierra, no sería sacerdote: El sacerdocio terreno es el levítico; Jesús no es un sacerdote de ese tipo. 5.
que dan culto en una copia y sombra del [santua(-)rio] celestial: El hecho de que del culto sacer(-)dotal del AT se hable en tiempo pres. no signi(-)fica necesariamente que Heb fuera escrita antes de la destrucción del templo, pues el santuario terreno al que se refiere siempre el autor es el tabernáculo mosaico. Puesto que no encuentra dificultad en aplicar el tiempo pres. al ministerio sacerdotal en el tabernácu(-)lo, que ciertamente ya no existía, está claro que su descripción es conceptual, no histórica.
6.
ha obtenido un ministerio tan superior [al antiguo] como mejor es la alianza: La conexión íntima entre sacerdocio y alianza es semejan(-)te a la mencionada en 7,12 entre sacerdocio y ley. La antigua alianza tenía su propio sacer(-)docio; el sacerdocio de Jesús es un elemento de la alianza nueva y mejor de la cual es mediador. El título «mediador» le pertenece por(-)que su sacrificio ha sido el medio de unión en(-)tre Dios y los seres humanos; ha quitado el pecado, el obstáculo para esa unión, y así ha hecho posible la relación de nueva alianza (9,15). En 7,22, la superioridad de la nueva alianza se veía en la permanencia de su sacerdocio; en esta ocasión, la superioridad se basa en unas promesas mejores. Cuáles sean éstas se hace explícito en la cita de Jr 31 (LXX 38),31-34.
47 (ii) La antigua alianza contrastada con la nueva (8,7-13). 7-8.
si la primera hubiera si(-)do irreprochable... dice: El autor considera que las faltas del pueblo se deben en última ins(-)tancia a la deficiencia de la alianza misma, es decir, a la incapacidad de ésta para darles la fuerza para observar sus leyes. Su opinión es semejante a la de Pablo en Rom 7,11-24. 8-12. La cita de Jr sigue a los LXX en todo salvo en unos pocos puntos. En los w. 8-9 el gr.
diatithémi, «disponer», que los LXX aplican al es(-)tablecimiento por parte de Dios de las alianzas nueva y antigua, es reemplazado, respectiva(-)mente, por
synteleó, «concluir», y
poieó, «ha(-)cer». J. Swetnam ha sostenido
(CBQ 27 [1965] 373-90) que éste es un cambio significativo y que arroja luz sobre la controvertida cuestión de si en 9,15-18 el autor, como cree la mayoría, utiliza acepciones diferentes de
diathéké: «alian(-)za» (en los w. 15.18) y «testamento» (en los vv. 16-17). La postura de Swetnam es discutible, como se verá en el análisis de esos versículos. Además, el cambio de
diatithémi por
synteleo se da en el v. 8, donde el profeta habla de la nue(-)va alianza, en la cual, según sostiene Swetnam, Dios es el que «dispone», y donde el vb. de los LXX habría resultado muy adecuado para la argumentación del autor. Este cambio, pues, tenía muy poca importancia, lo cual hace pen(-)sar que tal vez el cambio por
poieó tampoco fuera significativo. Ése sería particularmente el caso si las diferencias respecto a los LXX re(-)cogidas en la cita hecha por Heb no se deben al autor de Heb, sino que se encontraban ya en el texto del AT por él utilizado. 10.
con la casa de Israel: Para el autor, el Israel con el cual se establecerá la nueva alianza es la comunidad cristiana, yo
seré su Dios... mi pueblo: Esta re(-)lación no constituye la novedad de la alianza, pues existía incluso bajo la antigua (Dt 7,6). Su novedad radica más bien en su interioridad (las leyes de Dios se convertirán en parte del ser mismo del pueblo de la alianza), en la in(-)mediatez del conocimiento que el pueblo tiene de Dios (v. 11) y en el perdón de los pecados (v. 12) . Éstas son las «promesas mejores» (v. 6) en que se basa la alianza. 13.
lo que se vuelve in(-)servible... a punto de desaparecer: El comenta(-)rio del autor fue escrito desde la perspectiva del profeta, no desde la suya propia; él sabía que la antigua alianza había desaparecido ya (v. 6).