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Jonatán regresó a Jerusalén con paz y alegría.
(I Macabeos 10, 66) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Jonatán halagado por Demetrio (10:1-6).
1 El año 160, Alejandro, hijo de Antíoco Epifanes, se alzó en armas y se apoderó de Tolemaida, siendo bien acogido y reconocido como rey. 2Informado de ello el rey Demetrio, juntó muchas tropas y salió a campaña contra él. 3 Al mismo tiempo envió Demetrio a Jonatán cartas amistosas con promesas de engrandecimiento, 4 porque se decía: Apresurémonos a hacer las paces con él antes de que las haga con Alejandro contra nosotros, 5 acordándose de todos los males que le hemos hecho a él, a sus hermanos y a su pueblo. 6 Le dio autoridad para juntar ejército, fabricar armas; le prometió que le contaría entre sus aliados y le devolvería los rehenes que tenía en la ciudadela

La política interna de los seléucidas contribuiría en adelante a afianzar en el poder a Jonatán. No estaba el pueblo contento con el carácter misántropo y despótico del rey; tampoco los romanos veían con agrado los éxitos militares de Demetrio. En su victorioso trono debía experimentar la sacudida de la rebelión desencadenada por Alejandro Bala.
Este, que por su parecido físico hacíase pasar por hijo de Antíoco - el autor sagrado no quiere dirimir la cuestión de su origen -, fue el instrumento de que se sirvieron los romanos y los soberanos enemigos Tolomeo VI, Attalo II de Pérgamo y Mitrídates V de Capadocia, para derrocar a Demetrio. Alejandro era natural de Esmirna, desconocido y de estirpe incierta !; hombre de ascendencia humilde 2. Por su temperamento aventurero, el rey Attalo II le revistió de las insignias reales y lo envió a Cilicia, para que fuera allí una amenaza constante para Demetrio. En este tiempo, Heráclides, antiguo ministro de Hacienda de Epifanes, queriendo vengar la muerte de su hermano Timarco por parte de Demetrio, logró, durante el invierno del 153-152 antes de Cristo, que el senado romano reconociera las pretensiones de Alejandro Bala sobre el trono de Siria. El aventurero Bala llegó a las costas de Siria protegido por la flota egipcia, desembarcando en Tolemaida y adueñándose de ella por sorpresa. Corría el año 160 de la era seléucida, 152 antes de Cristo.
Tolemaida era una plaza importante que dominaba toda Palestina, y era la base principal del sistema defensivo de la Fenicia. Podía, además, recibir la ciudad ayuda militar de Egipto, cuyo rey, Tolomeo VI, veía con buenos ojos el amotinamiento de Alejandro. Demetrio reaccionó como guerrero y como diplomático. En una carta a Jonatán trata de atraérselo a su causa con promesas zalameras, convencido de la necesidad que tenía ahora de un aliado al sur del imperio.

Jonatán en Jerusalén (10:7-14).
7 Vino Jonatán y leyó las cartas en presencia del pueblo y de los que se hallaban en la ciudadela. 8 Un gran temor se apoderó de todos cuantos oyeron que el rey le daba autoridad para juntar el ejército. 9 Los de la ciudadela le devolvieron los rehenes, que él entregó luego a los padres de éstos; 10 y estableciendo su residencia en Jerusalén, comenzó luego a restaurarla y renovarla. 11 Mandó a los obreros construir los muros y rodear el monte de Sión de un muro de sillares, para mayor fortaleza, como se hizo. 12 Huyeron todos los extranjeros que había en la fortaleza edificada por Báquides, 13 y abandonó cada uno el lugar en que vivía para irse a su tierra. 14 Sólo en Betsur quedaron algunos de los que habían abandonado la Ley y los preceptos, porque les servía de refugio.

Jonatán sacó provecho de las cartas reales, que leyó en Jerusalén en presencia de amigos y de enemigos. Tan pronto como recibió las epístolas de Demetrio, abandonó Maj mas y se apoderó de Jerusalén, que convirtió en baluarte de la resistencia judía. Los sirios de la ciudadela escucharon aterrados el contenido del mensaje real. A los enemigos de Jonatán sólo les quedaba una salida: huir. Y así lo hicieron. Quedaron en Betsur algunos de ellos, confiados en los recios muros de la fortaleza y en un cambio de rumbo de la situación política. Las obras de fortificación se emprendieron rápidamente en Jerusalén. Convenía trabajar a destajo, por cuanto Jonatán había ido más allá de las atribuciones que le concedía Demetrio.

Proposiciones de Alejandro (10:15-21).
15 Pero al saber el rey Alejandro las promesas que Demetrio había hecho a Jonatán, y asimismo las guerras, las hazañas que éste y sus hermanos habían realizado y los trabajos que habían pasado, 16 se dijo: ¿Podremos encontrar otro hombre como éste? Hagámosle nuestro amigo y aliado. 17 Y le escribió una carta, cuyo tenor era el siguiente: 18 El rey Alejandro, a nuestro hermano Jonatán, salud. 19 Hemos oído de ti que eres hombre de valor y muy digno de ser amigo nuestro. 20 Hoy te constituímos, pues, sumo sacerdote de tu nación y te concedemos el título de amigo del rey - y le envió un vestido de púrpura y una corona de oro - para que mires por nuestros negocios y guardes nuestra amistad. 21 Vistióse Jonatán la túnica santa en el mes séptimo del año ciento sesenta, en la fiesta de los Tabernáculos; alistó tropas y fabricó armas en gran cantidad.

Alejandro no quiso quedarse corto; a las promesas acompañó las obras. En una carta le hace saber que le concede la dignidad de sumo sacerdote, reconociéndolo con ello jefe supremo religioso del judaísmo. Desde la muerte de Alcimo, este cargo estaba vacante. ¿Podía un monarca sirio conceder tal dignidad? Algunos sumos sacerdotes lo fueron por nombramiento de los seléucidas (Jasón, Menelao, Alcimo), precedente que Alejandro quiso ahora explotar.
Además, Alejandro le nombró rey aliado suyo. Quizá la mención de las insignias reales (v.20) sea una glosa. El 15 del mes séptimo se celebraba la fiesta de los Tabernáculos (Lev_23:33-43) Deu_16:13), en la cual inauguró Jonatán su dignidad de sumo sacerdote. De esta manera llegó un miembro de la familia macabea a la más alta dignidad de la nación. Faltábale que la misma fuera hereditaria en la familia y que los sirios reconocieran al sumo sacerdote como jefe, lo que se consiguió bajo Simón (Deu_14:41).

Contraofertas de Demetrio (Deu_10:22-45).
22 Oído esto por Demetrio, se entristeció mucho y dijo: 23 ¿Qué es lo que hemos hecho, que Alejandro se nos ha anticipado en hacer amistad con los judíos para ganarse su apoyo? 24Les escribiré yo con palabras persuasivas, ofreciéndoles ventajas y mercedes para que se hagan auxiliares míos. 25 Efectivamente, les envió una carta del tenor siguiente: El rey Demetrio, al pueblo de los judíos, salud. 26 Con gran alegría hemos sabido que os habéis mantenido fieles a nuestra alianza y habéis perseverado en nuestra amistad y no os habéis unido a nuestros enemigos. 27 Perseverad, pues, en vuestra fidelidad a nosotros, y os recompensaremos con grandes mercedes por lo que hiciereis en favor nuestro. 28 Os condonaremos las deudas y os haremos muchas mercedes. 29 Desde luego, declaro a todos los judíos exentos de tributos y del impuesto de la sal y del tributo de las coronas. 30 El tercio de la cosecha y la mitad de la de los árboles frutales, que a mí me toca percibir, renuncio de hoy en adelante a percibirlo en la tierra de Judá y en los tres distritos a ella anejos, tomados de Samaría y de Galilea, desde hoy para siempre. 31 Jerusalén será ciudad santa y exenta, igual que su territorio, de diezmos y tributos. 32 Renuncio también a la autoridad sobre la ciudadela de Jerusalén y hago de ella entrega al sumo sacerdote, que pondrá allí los hombres que él escogiere para su guarnición. 33 Todos los judíos que hayan sido llevados cautivos de tierra de Judá a cualquier parte de mi reino, los doy por libres gratuitamente, y todos quedarán exentos de tributos, aun de los de ganados. 34 Todas las fiestas, los sábados, las neomenias, los días señalados y los tres días que preceden y siguen a las fiestas, serán días de exención y de franquicia para todos los judíos de mi reino. 35 Nadie tendrá autoridad para intentar contra ellos acción judicial ni molestarlos en cualquier negocio. 36 De los judíos serán incorporados al ejército del rey hasta treinta mil hombres, dándoseles el sueldo como a todas las demás tropas del rey, 37 y de ellos serán puestos en las grandes fortalezas del rey, y asimismo nombrados para los negocios del reino que exigen confianza. De ellos serán sus jefes y vivirán según sus leyes, como lo ha dispuesto el rey en la tierra de Judá. 38 y los tres distritos tomados a las regiones de Samaría e incorporados a Judea lo serán de modo que formen una sola circunscripción y no obedezcan a otra autoridad que a la del sumo sacerdote. 39 De Tolemaida y su distrito hago obsequio al santuario de Jerusalén para sufragar los gastos del mismo. 40 Doy cada año veinte mil siclos de plata, pagaderos de los derechos del rey en los lugares que nos pertenecen. 41 Todo el sobrante que los empleados del fisco no hayan entregado, como en los años anteriores, desde ahora lo destino a las obras del templo. 42 Y los cinco mil siclos de plata que cada año percibíamos de los tributos del templo, también los condonamos, y se los damos a los sacerdotes que ejercen las funciones sagradas. 43 Cuantos se acojan al templo de Jerusalén y a todo su recinto, deudores de los impuestos reales o de cualquier otra deuda, quedarán libres, y también cuanto tenga en mi reino. 44 Los gastos para edificar y restaurar el templo serán pagados de la hacienda real. 45Los gastos para la edificación de los muros de Jerusalén y las fortificaciones de su recinto correrán también por cuenta del rey, y asimismo la edificación de las murallas en Judea.

A oídos de Demetrio llegaron las propuestas que Alejandro Bala hizo a Jonatán, y, en un alarde de generosidad, quiso superarlas. Por aquello de que nunca segundas partes fueron buenas, comprendió Jonatán que no eran sinceros los sentimientos de Demetrio, sino dictados por las necesidades del momento.
La sal que se sacaba del mar Muerto era propiedad del Estado sirio. El tributo de las coronas de oro tiene su origen en la costumbre entre los griegos y romanos de enviar cada provincia una corona de oro al general que ganara una batalla. Más tarde, cada año se enviaba lo equivalente en dinero (aurum coronarium) 3. Debían los judíos pagar al rey el tercio de las cosechas y la mitad de la de los árboles frutales. A todo ello renuncia ahora Demetrio con tal de que los judíos pacten con él. La exención se extiende a Judea, Samaría. Los tres distritos de que habla el v.30 eran Aferema, Lida y Ramata (Deu_11:34).
Demetrio promete la inmunidad de franquicia en las fiestas judías, tales como Pascua, Pentecostés, fiesta de los Tabernáculos, días en que cada israelita adulto tenía la obligación de ir al templo (Exo_23:14-17). Serán también conceptuados como festivos los tres días que se calculaban como necesarios para el viaje de ida y vuelta.
Para subvencionar los gastos del templo les entregará Demetrio la ciudad de Tolemaida y distrito, con sus derechos aduaneros, además de una suma de quince mil siclos de plata, o sea unas trescientas mil pesetas. Reconoce el rey el derecho de asilo en el templo, en sentido más amplio del que entendía la Ley (Exo_21:13-14; Num_35:9-28). En un exceso de liberalidad sospechosa, llega incluso a conceder al pueblo judío el derecho de reedificar los muros de Jerusalén, las fortificaciones de su recinto y las murallas deterioradas de las ciudades fuertes de Judea con el dinero del rey.

Suspicacia de Jonatán (Num_10:46-47).
46 Cuando Jonatán y el pueblo oyeron estas palabras, no las creyeron ni las aceptaron, acordándose de los grandes males que había causado en Israel y cuánto los había atribulado, 47 y se decidieron en favor de Alejandro, que les había hecho proposiciones de paz, y así le prestaron auxilio todo el tiempo.

Se había excedido Demetrio en su liberalidad para que los judíos le prestaran fe. Jonatán no cayó en la trampa, adhiriéndose por el momento a la causa de Alejandro, a quien nada tenían que objetar los judíos. Además, la estrella de Demetrio empezaba a palidecer al perder la amistad de los romanos y la estima del pueblo.

Derrota de Demetrio (Num_10:48-50).
48 Reunió el rey Alejandro grandes fuerzas y asentó su campo enfrente del de Demetrio. 49 Trabaron la batalla los dos reyes, y huyó el ejército de Demetrio perseguido por Alejandro, que quedó vencedor. 50 La batalla fue encarnizada y duró hasta la puesta del sol, cayendo en aquel día el rey Demetrio.

Lacónico es el relato del encuentro de los dos ejércitos. Parece que el de Alejandro contaba con el apoyo de Jonatán. No se especifica el lugar del encuentro. En el primer encuentro tuvo que huir el ejército de Alejandro perseguido de cerca por Demetrio. En un segundo combate, que duró un día entero, Alejandro prevaleció sobre su enemigo, que quedó en el campo de batalla. ¿Cuánto tiempo transcurrió entre el primero y el segundo encuentro? Bévenot calcula un año.

Preparativos de boda (Num_10:51-56).
51 Después de esto, Alejandro envió mensajeros a Tolomeo, rey de Egipto, diciéndole: 52 Vuelvo a mi reino, he logrado sentarme en el trono de mis padres y recuperar el gobierno después de derrotar a Demetrio y apoderarme de nuestra tierra. 53 Trabada la batalla, fue vencido él y su ejército, y nos hemos sentado en el trono de su reino. 54 Hagamos, pues, alianza; dame tu hija por mujer, y seré tu yerno, y tanto a ti como a ella os daré presentes dignos de ti. 55 El rey Tolomeo le respondió diciendo: Dichoso el día en que has vuelto a la tierra de tus padres y te sentaste en el trono real. 56 Con gusto haré lo que me dices. Ven a mi encuentro a Tolemaida, para que nos veamos y te haga yerno mío, según deseas.

Tolomeo VI Filometor ocupaba el trono de Egipto. A él acude Alejandro en calidad de rey aliado para pedirle la mano de su hija Cleopatra. Con este matrimonio pretendía Alejandro borrar la mancha de su oscuro origen, emparentándose con familias reales. Por su parte, Tolomeo veía con buenos ojos esta decisión de Alejandro, por creer que de esta manera le serían reconocidos sus derechos sobre la provincia de Celesiria y regiones adyacentes. Tolomeo señaló a Tolemaida como lugar de entrevista para ultimar los preparativos de boda.

Bodas en Tolemaida (Num_10:57-60).
57 Partió de Egipto Tolomeo con su hija Cleopatra, y llegaron a Tolemaida el año ciento sesenta y dos. 58 El rey Alejandro le salió al encuentro, Tolomeo le dio su hija Cleopatra, y celebraron en Tolemaida las bodas con gran magnificencia, como de reyes. 59 El rey Alejandro escribió a Jonatán que viniese a su encuentro. 60 Vino con grande pompa a Tolemaida, se entrevisto con los dos reyes y les hizo obsequios de oro y plata; también a sus cortesanos les hizo muchos regalos, ganándose con ello su favor.

A Tolemaida habían llegado las naves de Tolomeo en apoyo de las pretensiones del aventurero Bala. Al llegar el rey a esta ciudad le pareció encontrarse en su propia casa, calculando que muy pronto volvería ella a formar parte integrante de Egipto. La boda celebróse con gran boato, como de reyes, con una semana de duración. No podía faltar en la misma el rey amigo Jonatán, que le ayudó en la lucha contra Demetrio.

Los aguafiestas y reacción de Alejandro (Num_10:61-66).
61 Vinieron apóstatas, mandados de Israel, para acusarle; pero el rey no los atendió, 62 antes mandó quitar a Jonatán sus vestidos y vestirle de púrpura, como se hizo. Le sentó el rey a su lado 63 y dijo a sus grandes: Salid con él por medio de la ciudad y pregonad que nadie se atreva a acusarle sobre ningún negocio y que nadie por ninguna causa le moleste. 64 Cuando sus acusadores vieron los honores públicos que se le hacían y le vieron vestido de púrpura, huyeron todos. 65 Le honró mucho el rey y le inscribió en el número de sus primeros amigos, y le nombró general y gobernador de provincia. 66 Después de lo cual volvió Jonatán a Jerusalén en paz y contento.

Creían los apóstatas judíos encontrar en Alejandro el mismo favor que sus partidarios hallaron en la corte de Demetrio. Pero las cosas habían cambiado mucho. ¿Cómo podía Alejandro volver la espalda a un amigo y compañero de armas? Que en Palestina no gozara Jonatán del favor de todos, no interesaba grandemente al monarca sirio; a él le bastaba saber que Jonatán rechazó las ofertas de Demetrio y se adhirió a su causa. Antes de partir Jonatán para Jerusalén recibió de Alejandro los títulos de estratega y meridarca. Por el primero le constituía generalísimo de las tropas de Judea; por el segundo le nombraba gobernador supremo de Judea, dependiendo, por descontado, del rey de Siria. En la persona de Jonatán se unían el poder religioso, militar y civil.

Bravatas de Apolonio (Num_10:67-73).
67 El año ciento sesenta y cinco, Demetrio, hijo de Demetrio, vino de Creta a la tierra de sus padres. 68 En cuanto Alejandro lo supo, se volvió a Antioquía muy contrariado. 69 Demetrio nombró gobernador de la Celesiria a Apolonio, que juntó un poderoso ejército y vino a acampar en Jamnia, desde donde envió recado a Jonatán, diciéndole: 70 ¿Vas a ser tú el único que te levantas contra nosotros y voy a ser yo objeto de risa y burla por causa tuya? ¿Por qué presumes hacerte fuerte en los montes contra nosotros? 71 Si tanto confías en tus fuerzas, desciende al llano y midamos las armas, que conmigo está la fuerza de las ciudades. 72 Pregunta y sabrás quién soy yo y quiénes los que me prestan auxilio, los cuales dicen que no podrás mantenerte a pie firme entre nosotros, y que por dos veces fueron vencidos tus padres en esta tierra. 73 No podrás sostener el empuje de mi caballería y de mi ejército en campo abierto, donde no hay piedras, ni guijarros, ni lugar a donde huir.

Alejandro llevó una vida licenciosa y orgiástica 4, despreocupado de las cosas del reino, atrayéndose sobre sí la aversión de todos. La política de su favorito Ammonio de perseguir y matar a todos los amigos de Demetrio, principalmente sus familiares, indujo al hijo mayor de Demetrio a derrocar al intruso y restablecer en el trono a los seléucidas. Amparado por veteranos generales, Demetrio II Nicator partió de Cnido, capital de Caria, y marchóse a Creta con ánimo de reclutar tropas mercenarias para oponerse al usurpador Alejandro. Logrado su intento, puso al frente de las mismas al fiel Lestene, desembarcando en las costas de Cilicia, probablemente en Seleucia, enarbolando la bandera de la rebelión. A Tolemaida, donde residía de ordinario Alejandro, llegó la noticia del levantamiento de Demetrio II y de su desembarco en Cilicia. Sin perder tiempo, Alejandro corrió a Antioquía, confiada al gobierno de Jera-ce y Diodoro, para defender la capital de las tropas del invasor. Mientras el nuevo pretendiente combatía a Alejandro en la parte septentrional del imperio, Apolonio marchó contra su aliado del sur, Jonatán. Con esta maniobra, al mismo tiempo que imponía silencio al general judío, cortaba el paso a Tolomeo, rey de Egipto, en caso de que intentara acudir en ayuda de su yerno.

Jonatán y Simón en lucha con Apolonio (Num_10:74-85).
74 Cuando Jonatán oyó las bravatas de Apolonio, se llenó de indignación y, escogiendo diez mil hombres, salió de Jerusalén, llevando consigo a Simón, su hermano. 75 Acampó frente a Jope, que le cerró las puertas, porque había en ella una guarnición de Apolonio. Pero la atacaron, 76 y, atemorizados los ciudadanos, le abrieron las puertas, quedando Jonatán dueño de Jope. 77 Así que Apolonio tuvo noticia del suceso, sacó al campo tres mil caballos y una poderosa fuerza de infantería 78 y siguió el camino de Azoto, fingiendo pasar de largo frente a Jope; pero se volvió en seguida a la llanura, muy confiado en la numerosa caballería que tenía. Jonatán salió contra él hacia Azoto, y se trabó la lucha. 79 Apolonio había dejado emboscados mil caballos. 80 Supo Jonatán la asechanza que detrás de sí tenía, y, aunque unos y otros cercaron el campo y estuvieron lanzando flechas contra el pueblo desde la mañana hasta la noche, 81 el pueblo se mantuvo firme, según las órdenes de Jonatán, hasta que la caballería se fatigó. 82 Luego movió Simón sus fuerzas y atacó a la falange, y, como la caballería estaba ya agotada, los derrotaron y pusieron en fuga. 83 La caballería se dispersó por la llanura, huyendo hacia Azoto, y se refugiaron en el templo de Dagón, su ídolo, para salvarse. 84 Jonatán prendió fuego a Azoto y a las ciudades cercanas, se apoderó de sus despojos y dio a las llamas el templo de Dagón, abrasando a los que en él se habían refugiado. 85 El número de los que perecieron por la espada y por el incendio subió a ocho mil.

Jonatán acepta el desafío y quiere probar que también en la llanura su ejército es superior. Indignado por las bravatas de Apolonio, salió de Jerusalén al frente de su ejército y marchó contra Jope. La ciudad filistea resistióse al principio, pero tuvo que rendirse a Jonatán y a su hermano Simón. En Jamnia, situada a veinte kilómetros al sur, se encontraba Apolonio. Al tener éste noticia de la toma de Jope por parte de Jonatán, en vez de atacarle fingió huir hacia el sur, en dirección a Azoto, a quince kilómetros de Jamnia, con el intento de atraer al Macabeo hacia la llanura, donde la caballería podía maniobrar a su gusto. Pero el astuto Apolonio había dejado emboscados mil caballos para que se abalanzaran contra el ejército judío, de camino para Azoto, en busca del enemigo. El lugar donde se agazapó la caballería de Apolonio fue acaso el valle Qatra o el Nahr Skreir, al norte de Azoto. No cayó Jonatán en la trampa, que descubrió a tiempo. Se entabló la lucha, logrando Jonatán dar largas a la batalla con el fin de cansar a la caballería. Por su parte, Simón pudo contra la infantería de Apolonio, que se refugió en Azoto, en el recinto del templo dedicado a Dagón, confiado en que Jonatán respetaría este lugar sagrado. Era Dagón el dios de los filisteos, al que representaban con el cuerpo de pez y cabeza de hombre. ¿Cómo podía detenerse Jonatán ante un lugar sacrilego, donde en otros tiempos fue profanada el arca de la alianza? (1Sa_5:2). Sin vacilar un momento, arrimó leña a los muros y dio el templo a las llamas, abrasando a los que en él se habían refugiado. La mortandad fue espantosa.

Jonatán regresa victorioso (1Sa_10:86-89).
86 De allí levantó el campo Jonatán y se vino hacia Ascalón, cuyos moradores salieron a recibirle con gran honor. 87 Jonatán se volvió a Jerusalén con los suyos, cargados de despojos. 88 Cuando estos sucesos llegaron a oídos del rey Alejandro, concedió nuevos honores a Jonatán, 89 le envió la fíbula de oro, como es costumbre darla a los parientes de los reyes, y le dio Acarón con todos sus términos en posesión.

Ascalón recibió entusiásticamente al vencedor de Jope y Azoto. Alejandro premió el valor y fidelidad de su aliado regalándole una hebilla de oro para su manto de púrpura. Le nombró pariente del rey y añadió a su jurisdicción la ciudad filistea de Acarón, entre Jamnia y Gezer. De esta manera calculaba Alejandro que su frontera meridional estaba en buenas manos, en el caso de que su suegro Tolomeo intentara un ataque, que no se hizo esperar.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter X.

1 Demetrius maketh large offers to haue peace with Ionathan. 25 His letters to the Iewes. 47 Ionathan maketh peace with Alexander, 50 Who killeth Demetrius, 58 and marieth the daughter of Ptolomeus. 62 Ionathan is sent for by him, and much honoured, 75 and preuaileth against the forces of Demetrius the yonger, 84 & burneth the temple of Dagon.
1 In the hundreth & sixtieth yere, Alexander the [ Ios. the sonne of Antiochus Epiphanes.] sonne of Antiochus surnamed Epiphanes, went vp and tooke Ptolemais: for the people had receiued him, by meanes whereof he reigned there.
2 Now when king Demetrius heard thereof, he gathered together an exceeding great host, and went foorth against him to fight.
3 Moreouer Demetrius sent letters vnto Ionathan with louing wordes, so as he magnified him.
4 For, said hee, Let vs first make peace with him before he ioyne with Alexander against vs.
5 Else he wil remember all the euils that we haue done against him, and against his brethren and his people.
6 Wherefore he gaue him authority to gather together an host, and to prouide weapons that hee might aide him in battell: he commaunded also that the hostages that were in the towre, should be deliuered him.
7 Then came Ionathan to Ierusalem, and read the letters in the audience of all the people, and of them that were in the towre.
8 Who were sore afraid when they heard that the king had giuen him authoritie to gather together an host.
9 Whereupon they of the towre deliuered their hostages vnto Ionathan, & he deliuered them vnto their parents.
10 This done, Ionathan setled himselfe in Ierusalem, and began to build and repaire the citie.
11 And he commaunded the workemen to build the wals, and the mount Sion round about with square stones, for fortification, and they did so.
12 Then the strangers that were in the fortresses which Bacchides had built, fled away:
13 Insomuch as euery man left his place, and went into his owne country.
14 Onely at Bethsura certaine of those that had forsaken the law, and the commaundements remained still: for it was their place of refuge.
15 Now when king Alexander had heard what promises Demetrius had sent vnto Ionathan: when also it was told him of the battels and noble acts which he & his brethren had done, and of the paines that they had indured,
16 He said, Shal we find such another man? Now therefore we will make him our friend, and confederate.
17 Upon this he wrote a letter and sent it vnto him according to these words, saying:
18 King Alexander to his brother Ionathan, sendeth greeting:
19 We haue heard of thee, that thou art a man of great power, and meete to be our friend.
20 Wherefore now this day we ordaine thee to bee the high priest of thy nation, and to be called the kings friend, (and there withall he sent him a purple robe and a crowne of gold)[and require thee.] to take our part, and keepe friendship with vs.
21 So in the seuenth moneth of the hundreth and sixtieth yere, at the feast of the Tabernacles, Ionathan put on the holy robe, and gathered together forces, and prouided much armour.
22 Wherof when Demetrius heard, he was very sory, and said,
23 What haue we done that Alexander hath preuented vs, in making amity with the Iewes to strengthen himself?
24 I also will write vnto them words of encouragement [and promise them.] dignities and gifts, that I may haue their ayde.
25 He sent vnto him therefore, to this effect: King Demetrius vnto the people of the Iewes, sendeth greeting:
26 Whereas you haue kept couenants with vs, & continued in our friendship, not ioyning your selues with our enemies, we haue heard hereof, & are glad:
27 Wherefore now continue yee still to be faithful vnto vs, and we will well recompence you for the things you doe in our behalfe,
28 And will grant you many immunities, and giue you rewards.
29 And now I doe free you, and for your sake I release all the Iewes from tributes, and from the customes of salt, and from crowne taxes,
30 And fro that which appertaineth vnto me to receiue for the third part of the seed, and the halfe of the fruit of the trees, I release it from this day forth, so that they shall not be taken of the land of Iudea, nor of the three gouernments which are added thereunto out of the country of Samaria and Galile, from this day forth for euermore.
31 Let Ierusalem also bee holy and free, with the borders thereof,
both from tenths and tributes.
32 And as for the towre which is at Ierusalem, I yeeld vp my authoritie ouer it, and giue it to the high Priest, that he may set in it such men as he shall choose to keepe it.
33 Moreouer I freely set at libertie euery one of the Iewes that were carried captiues out of the land of Iudea, into any part of my kingdome, and I will that all my officers remit the tributes, euen of their cattell.
34 Furthermore, I will that all the Feasts and Sabbaths, & New moones and solemne dayes, and the three dayes before the Feast, and the three dayes after the Feast, shall be all dayes of immunitie and freedom for all the Iewes in my realme.
35 Also no man shall haue authoritie to meddle with them, or to molest any of them in any matter.
36 [I will further.] that there be enrolled amongst the kings forces about thirtie thousand men of the Iewes, vnto whom pay shall be giuen as belongeth to all the kings forces.
37 And of them some shalbe placed in the kings strong holds, of whom also some shall be set ouer the affaires of the kingdome, which are of trust: and I will that their ouerseers and gouernours be of themselues, and that they [ Greek: walke.] liue after their owne lawes, euen as the King hath commanded in the land of Iudea.
38 And concerning the three gouernments that are added to Iudea from the countrey of Samaria, let them be ioyned with Iudea, that they may be reckoned to be vnder one, nor bound to obey other authoritie then ye high priests
39 As for Ptolemais and the land pertaining thereto, I giue it as a free gift to the Sanctuary at Ierusalem, for the necessary expences [ Or, of the holy things.] of the Sanctuary.
40 Moreouer, I giue euery yeere fifteene thousand shekels of siluer, out of the Kings accompts from the places appertaining.
41 And all the ouerplus which the officers payed not in as in former time, from henceforth shalbe giuen towards the workes of the Temple.
42 And besides this, the fiue thousand shekels of siluer, which they tooke from the vses of the Temple out of the accompts yeere by yeere, euen those things shall be released, because they appertaine to the Priests that minister.
43 And whosoeuer they be that flee vnto the Temple at Ierusalem, or be within the liberties thereof, being indebted vnto the King, or for any other matter, let them be at libertie, and all that they haue in my realme.
44 For the building also and repairing of the workes of the Sanctuary, expences shalbe giuen of the Kings accompts.
45 Yea, and for the building of the walles of Ierusalem, and the fortifying thereof round about, expences shall bee giuen out of the Kings accompts, as also for building of the walles in Iudea.
46 Now when Ionathan and the people heard these words, they gaue no credite vnto them, nor receiued them, because they remembred the great euill that he had done in Israel; for hee had afflicted them very sore.
47 But with Alexander they were well pleased, because hee was the first that entreated of [ True.] peace with them, and they were confederate with him alwayes.
48 Then gathered king Alexander great forces, and camped ouer against Demetrius.
49 And after the two Kings had ioyned battell, Demetrius hoste fled: but Alexander followed after him, and preuailed against them.
50 And he continued the battell very sore vntill the Sunne went downe, and that day was Demetrius slaine.
51 Afterward Alexander sent Embassadors to Ptoleme king of Egypt, with a message to this effect;
52 Forsomuch as I am come againe to my realme, and am set in the throne of my progenitors, and haue gotten the dominion, and ouerthrowen Demetrius, and recouered our countrey,
53 (For after I had ioyned battell with him, both he, and his hoste was discomfited by vs, so that we sit in the throne of his kingdome)
54 Now therefore let vs make a league of amitie together, and giue me now thy daughter to wife: & I will be thy son in law, and will giue both thee and her, gifts according to thy dignity.
55 Then Ptoleme the king gaue answere, saying, Happy be the day wherein thou diddest returne into the land of
thy fathers, and satest in the throne of their kingdome.
56 And now will I doe to thee, as thou hast written: meet me therefore at Ptolemais, that wee may see one another, for I will marry my daughter to thee according to thy desire.
57 So Ptolome went out of Egypt with his daughter Cleopatra, and they came vnto Ptolemais in the hundred threescore and second yeere.
58 Where king Alexander meeting him, gaue vnto him his daughter Cleopatra, and celebrated her marriage at Ptolemais with great glory, as the maner of kings is.
59 Now king Alexander had written vnto Ionathan, that hee should come and meete him.
60 Who thereupon went honourably to Ptolemais, where he met the two kings, and gaue them and their friends siluer and golde, and many presents, and found fauour in their sight.
61 At that time certaine pestilent fellowes of Israel, men of a wicked life, assembled themselues against him, to accuse him: but the king would not heare them.
62 Yea more then that, the king commanded to take off his garments, and clothe him in purple: and they did so.
63 Also he made him sit by himselfe, and said vnto his princes, Goe with him into the midst of the city, and make proclamation, that no man complaine against him of any matter, and that no man troble him for any maner of cause.
64 Now when his accusers sawe that he was honoured according to the proclamation, and clothed in purple, they fled all away.
65 So the king honoured him, and wrote him amongst his chiefe friends, and made him a duke, and [ Or, gouernor of a prouince.] partaker of his dominion.
66 Afterward Ionathan returned to Ierusalem with peace and gladnes.
67 Furthermore, in the hundreth threescore and fifth yeere, came Demetrius sonne of Demetrius, out of Crete into the land of his fathers.
68 Whereof when king Alexander heard tell, he was right sory, and returned into Antioch.
69 Then Demetrius made Apollonius the gouernour of Coelosyria his general, who gathered together a great hoste, and camped in Iamnia and sent vnto Ionathan the high Priest, saying,
70 Thou alone liftest vp thy selfe against vs, and I am laughed to scorne for thy sake, and reproched, and why doest thou vaunt thy power against vs in the mountaines?
71 Now therefore if thou trustest in thine owne strength, come downe to vs into the plaine field, and there let vs trie the matter together, for with me is the power of the cities.
72 Aske and learne who I am, and the rest that take our part, and they shal tel thee that thy foot is not able to stand before our face; for thy fathers haue bene twice put to flight in their owne land.
73 Wherefore now thou shalt not be able to abide the horsemen and so great a power in the plaine, where is neither stone nor flint, nor place to flee vnto.
74 So when Ionathan heard these words of Apollonius, he was moued in his mind, & choosing ten thousand men, he went out of Ierusale, where Simon his brother met him for to helpe him.
75 And hee pitched his tents against Ioppe: but they of Ioppe shut him out of the citie, because Apollonius had a garison there.
76 Then Ionathan laid siege vnto it: whereupon they of the city let him in for feare: & so Ionathan wan Ioppe.
77 Whereof when Apollonius heard, he tooke three thousand horsemen with a great hoste of footmen, and went to Azotus [ Or, as thogh he would passe thorow it.] as one that iourneyed, & therewithal [ Or, led his company.] drew him forth into the plaine, because he had a great number of horsemen, in whom he put his trust.
78 Then Ionathan followed after him to Azotus, where the armies ioyned battell.
79 Now Apollonius had left a thousand horsemen in ambush.
80 And Ionathan knew that there was an ambushment behinde him; for they had compassed in his host, and cast darts at the people, from morning till euening.
81 But the people stood still, as Ionathan had commanded them: and so the [ Ios. Antiq. lib.13.c.8.] enemies horses were tired.
82 Then brought Simon forth his hoste, and set them against the footmen, (for the horsmen were spent) who were discomfited by him, and fled.
83 The horsemen also being scattered in the field, fled to Azotus, and went into Bethdago their idols temple for safety.
84 But Ionathan set fire on Azotus, and the cities round about it, and tooke their spoiles, and the temple of Dagon, with them that were fled into it, he burnt with fire.
85 Thus there were burnt and slaine with the sword, well nigh eight thousand men.
86 And from thence Ionathan remoued his hoste, and camped against Ascalon, where the men of the city came forth, and met him with great pompe.
87 After this, returned Ionathan and his hoste vnto Ierusalem, hauing many spoiles.
88 Now when king Alexander heard these things, he honoured Ionathan yet more,
89 And sent him a buckle of golde, as the vse is to be giuen to such as are of the kings blood: he gaue him also Accaron with the borders thereof in possession.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*10:1-11:19 En este segundo tiempo, Jonatán se encuentra en medio de las rivalidades de Demetrio I, ya reinante, y Alejandro Balas, que se denominaba Epífanes y se hacía pasar por hijo de Antíoco IV; había conquistado la amistad de Roma. Demetrio (1Ma 10:3; 1Ma 10:6; 1Ma 10:25-45) y Alejandro (1Ma 10:18) ofrecían a Jonatán sus favores. Jonatán optó por Alejandro. Muerto Demetrio I (1Ma 10:50), su hijo Demetrio II, hizo valer sus derechos al trono. Envió a su general Apolonio, que se enfrentó a Jonatán (1Ma 10:67-75). La victoria de Jonatán (1Ma 10:74-89) le permitió aumentar su prestigio ante Alejandro (1Ma 10:88 s) y ampliar sus dominios. Antes de que Demetrio II comenzara a reinar en el 145 a.C. (1Ma 11:19), Tolomeo, enfrentado con Alejandro, se apoderó de las ciudades de la costa (1Ma 11:1-8). Jonatán salió a Jafa para ofrecer los honores a Tolomeo (1Ma 11:6 s). Tolomeo ganó la amistad de Demetrio II y acabó por ceñirse también la corona de Asia (1Ma 11:9-13). Tolomeo venció a Alejandro y, poco después, ambos murieron (1Ma 11:15-18).

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Alejandro, Tolomeo y Jonatán. Reaparecen los judíos «renegados» en un intento vano por indisponer a Alejandro contra Jonatán. Sin embargo, las relaciones entre estos se fortalecen. Jonatán no solo es invitado a Tolemaida para presenciar la boda de Alejandro con Cleopatra, hija del rey Tolomeo de Egipto, sino que es revestido de más poder político y militar. El autor sigue obsesionado en mostrar el poder que va acumulando Jonatán. Nada se dice de la situación del pueblo.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



1. "El año ciento sesenta", es decir, entre el 153 y el 152 a.C.

57. La partida de "Tolomeo" tuvo lugar en el otoño del 150 a.C.

67. Esta fecha corresponde al 147 a.C.

69. En la época helenística, se daba el nombre de "Celesiria" a la parte sur del reino de los Seléucidas.