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«Jonatán, sumo sacerdote, el senado de la nación, los sacerdotes y el resto del pueblo judío saludan a sus hermanos los espartanos. (I Macabeos 12, 6) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Embajada a Roma (12:1-4).
1 Viendo Jonatán que las circunstancias le eran favorables, escogió algunos hombres y los envió a Roma para concertar y renovar la alianza de amistad con los romanos. 2 Y a los espartaños y a otros pueblos envió también cartas sobre lo mismo. 3 Partiendo para Roma y entrando en el senado, dijeron: Jo-natán, sumo sacerdote, y la nación de los judíos nos envían para renovar con vosotros la antigua amistad y alianza. 4 Y les fueron entregadas cartas para las autoridades de cada lugar, a fin de que pudieran volver en paz a la tierra de Judá.

En Siria sucedíanse los reyes, y de la mentalidad de cada uno dependía la paz o agitación en Palestina. Judas había solicitado en otra ocasión la amistad de los romanos (8:17-55); Jonatán intenta ahora nuevamente llamar su atención para que se acuerden de Palestina. A este fin mandó dos embajadores, Numenio y Antípatro (v.16), a Roma para concertar y renovar la amistad. Su éxito no fue mayor que el de los primeros mensajeros.

Embajada a Esparta (12:5-18).
5 He aquí la copia de las cartas que Jonatán escribió a los espartanos: 6 Jonatán, sumo sacerdote, y el senado de la nación, y los sacerdotes, y todo el pueblo de los judíos, a los de Esparta, sus hermanos, salud. 7 Ya antes recibió Onías, sumo sacerdote, de Ario, vuestro rey, cartas en que decía que sois hermanos nuestros, como lo certifica la adjunta copia. 8 Onías acogió con gran honor al mensajero, y recibió letras en las que claramente se hablaba de alianza y amistad. 9 Nosotros, aunque nada necesitamos, pues tenemos nuestra confianza en las Escrituras santas que poseemos, 10 hemos resuelto enviaros quien renueve con vosotros la fraternidad y amistad, a fin de no hacernos extraños a vosotros, pues han transcurrido ya muchos años desde vuestra embajada, 11 En todo tiempo, en las solemnidades y en los restantes días no hemos cesado de hacer memoria continua de vosotros en los sacrificios que ofrecemos y en nuestras oraciones, pues es justo y razonable acordarse de los hermanos. 12 Nos alegramos de vuestra prosperidad. 13 Cuanto a nosotros, han sido muchas las tribulaciones que nos han sobrevenido y muchas las guerras que nos han hecho los reyes vecinos. 14 No quisimos en ellas molestaros ni a los demás aliados y amigos, 15 porque contamos con la ayuda que nos viene del cielo, y con ella nos hemos librado de nuestros enemigos, y éstos fueron humillados. 16 Hemos elegido a Numenio, hijo de Antíoco, y Antípatro, hijo de Jasón, a quienes enviamos a los romanos para renovar la antigua amistad y alianza, 17 y les hemos dado el encargo de acercarse a vosotros y saludaros y entregaros nuestras letras, para renovar la alianza y fraternidad. 18 Esperamos que nos contestéis favorablemente.

Ninguna dificultad opusieron los romanos a un posible contacto diplomático entre Judea y Esparta. Al deshacer Roma la liga de Acaya (146 a.C.) convirtió a Grecia en provincia romana, dándole el nombre de Acaya. El rey Ario había escrito antes cartas a Onías, en las que decía que los judíos eran hermanos de los espartanos. Ario II murió, a los ocho años de edad, en el año 257 antes de Cristo. De ahí que la mayoría de los exegetas suponen que el autor de la carta fue Ario I (301-265), y el destinatario, el sumo pontífice Onías I, hijo de Jadúa, que ejerció su cargo en 323 antes de Cristo. Su contenido se reproduce más adelante (v. 19-23). Jonatán responde ahora a una carta escrita hacía siglo y medio. Pero, aunque los judíos no respondieran a la carta que les habían mandado los espartanos, sin embargo, nunca les olvidaron en sus oraciones (Bar_1:11). Celebra Jonatán la prosperidad de Esparta. No puede decirse lo mismo de los judíos, que han sido oprimidos durante años por los reyes vecinos.

Carta del rey Ario (Bar_12:19-23).
19 La carta enviada por vosotros era del tenor siguiente: 20 Ario, rey de los espartanos, a Onías, sumo sacerdote, salud. 21 Hemos hallado en documentos escritos que los espartanos y los judíos son hermanos, unos y otros del mismo linaje de Abraham. 22 Desde que esto supimos, juzgamos que hacéis bien en darnos cuenta de vuestra prosperidad. 23 Nosotros, a la vez, os correspondemos. Vuestros ganados, vuestra hacienda, es nuestra, y la nuestra, vuestra es. Por eso he dado orden de comunicaros esto.

Yacía esta carta en los archivos de la nación o del templo. Supone la carta que entre ambos pueblos hubo en un tiempo relaciones económicas y comerciales. La amistad debe continuar, idea que se expresa con frases típicamente orientales (1Re_20:4; 1Re_22:4; 2Re_3:7).
La crítica se ha ocupado extensamente del intercambio de cartas entre Jonatán y los espartanos. Un resumen de la cuestión en Penna, 146-149; Abel, 231-233. ¿Son auténticas estas cartas? Momigliano, entre otros, lo niega 1. Sus argumentos no resuelven la cuestión. En cuanto al contenido de los mensajes, el autor sagrado no garantiza la verdad de las opiniones que se expresan en los mismos. El hecho de haber dejado sin contestación la carta del rey Ario en la que el monarca contaba su hallazgo, demuestra que los judíos acogieron la noticia con escepticismo o con ironía. Por su parte, el autor sagrado deja a los autores de la carta la responsabilidad sobre el carácter legendario o histórico del parentesco que, según Ario, existía entre ambos pueblos.

De nuevo en lucha con Demetrio (2Re_12:24-32).
24 Tuvo Jonatán noticia de que los capitanes de Demetrio habían vuelto contra él con fuerzas mayores que antes, 25 y salió de Jerusalén a su encuentro, a la región de Hamat, porque no quiso darles lugar a que invadiesen la tierra. 26 Los exploradores enviados a espiar el ejército enemigo volvieron con la noticia de que tenían orden de caer sobre ellos aquella noche. 27 Así que se puso el sol, ordenó Jonatán a los suyos velar y estar sobre las armas, prontos a entrar en batalla durante la noche, y puso centinelas alrededor del campo. 28Cuando los contrarios se dieron cuenta de que Jonatán y los suyos estaban preparados para la lucha, temieron, perdieron el ánimo, encendieron fuego en su campamento y se retiraron. 29 no lo advirtieron Jonatán y los suyos hasta la madrugada, engañados con la vista de los fuegos encendidos. 30 Los persiguió Jonatán, pero no les dio alcance, porque había atravesado el río Eleutero. 31 Entonces se volvió contra los árabes llamados zabadeos, a los que derrotó, tomándoles despojos. 32 Poniéndose de nuevo en marcha, vino a Damasco, atravesando todo el territorio.

La noticia de los contactos diplomáticos de Jonatán con los romanos y espartanos puede desaparecer del texto sagrado sin que el contexto sufra menoscabo. De ahí que el v.24 se conecta con los hechos que se refieren al final del c. 11. En la batalla de Azor logró Jonatán poner en fuga a las tropas de Demetrio. Pero no cejó éste en su idea de humillar a los judíos. No debe extrañar que Jonatán se aventurase a detener al enemigo en la planicie entre Baalbeck y Hamat, a orillas del río Orontes, por cuanto se le había confiado la custodia de los territorios del lado de acá del río (2Re_11:60). Fracasados los planes de Demetrio de un asalto por sorpresa, sus oficiales renunciaron al combate y se retiraron. Pero podía atacar Jonatán la retaguardia; por este temor idearon la estratagema de encender fuegos para despistarle. A la mañana siguiente comprobó Jonatán que el enemigo había huido; quiso salir en su persecución; pero, en las seis o siete horas de que dispuso el ejército sirio para retirarse, se alejó lo suficiente para no poder darle alcance, habiéndose internado en los dominios de Demetrio II, más allá del río Eleutero.
Es posible que Jonatán atacara a los árabes zabadeos por ser aliados de los generales de Demetrio o para vengar la muerte de Alejandro Bala por parte de Zabdiel (2Re_11:17).

Obras de fortificación (2Re_12:33-38).
33 Simón, entre tanto, se había puesto en marcha, llegando hasta Ascalón y a las próximas fortalezas; se volvió luego hacia Jope y la tomó, 34 porque había oído que querían entregar la fortaleza a los parciales de Demetrio, y puso allí guarnición para conservarla en su poder. 35 Vuelto Jonatán, convocó a los ancianos del pueblo y tomó con ellos la resolución de edificar fortalezas en Judea, 36 de levantar los muros de Jerusalén, de erigir un muro fuerte entre la ciudadela y la ciudad, a fin de separar aquélla de ésta y aislarla, para que los de allí no pudiesen comprar ni vender en ésta. 37 Reunidos los obreros para edificar la ciudad, se vino al suelo un trozo de muralla que da al valle del este, y lo restauraron, dándole el nombre de Cafenata. 38 Simón edificó también Adida, en la Sefela, y la fortificó y puso puertas y cerrojos.

Confiaba Jonatán en la pericia y energía de Simón, su hermano, hasta permitirle el lujo de alejarse por mucho tiempo y a vanos kilómetros de Jerusalén. Mientras estaba en tierras de Siria, tuvo que acudir Simón a las ciudades de Ascalón y Jope y aplastar el complot tramado para entregarlas a los soldados de Demetrio. Hechas las paces, humillado el enemigo, comprendió Jonatán la necesidad de levantar fortalezas en Judea. De los proyectos pasó a la obra. Mientras en Jerusalén se levantaba el muro del sector oriental, entre el Ofel y el torrente Cedrón, un trozo del mismo se derrumbó. A este lienzo de muro le pusieron el mote de Cafenata, del aramaico kaflata, de kefelata, la doble, por haberse levantado dos veces. Esta parece ser la interpretación más obvia de la palabra misteriosa Cafenata. Simón llevó a cabo el mismo plan de obras en la Sefela, en donde edificó la fortaleza de Adida, entre Lida y Ono (Esd_2:33; Neh_7:37; Neh_11:34).

Traición de Trifón (Neh_12:39-47).
39 Trataba Trifón de apoderarse del reino de Asia y ceñirse la diadema, quitando de en medio al rey Antíoco. 40 Pero, temiendo que se le opusiera Jonatán y le hiciera la guerra, buscaba un medio de apoderarse de él y darle muerte. Con este propósito se puso en camino de Betsán. 41 Salióle al encuentro Jonatán con cuarenta mil hombres escogidos para la lucha, y llegó a Betsán. 42 Cuando Trifón vio que Jonatán venía con tanta fuerza, temió poner manos en él, 43 le acogió muy honrosamente, le presentó a todos sus amigos y le hizo muchos obsequios, ordenando a su ejército que le obedeciese como a él mismo. 44 Dijo luego a Jonatán: ¿Por qué molestar a todo el pueblo, no habiendo guerra entre nosotros ? 45 Mándalos a sus casas, dejando contigo unos cuantos que te acompañen, y vente conmigo a Tolemaida. Te la entregaré con las demás fortalezas y pondré a tus órdenes el resto del ejército y los oficiales del rey. Hecho esto, yo me volveré, que sólo para eso he venido. 46 Dióle fe Jonatán e hizo según le decía, licenciando su ejército, que se volvió a la tierra de Judá. 47 Sólo se reservó tres mil hombres, de los que dejó dos mil en Galilea, llevándose consigo sólo mil.

El ambicioso Trifón quiso a todo trance escalar el trono de Siria. La personalidad relevante de Jonatán le era un estorbo serio para realizar sus sueños de grandeza. Maquinó entonces la manera de quitarlo de en medio. De Siria bajó a Galilea y acampó en Betsán (Neh_5:52). A la noticia de la llegada de Trifón, salióle Jonatán al encuentro llevando un numeroso ejército, que redujo a petición de Trifón. Jonatán cayó en la trampa, halagado, además, por la promesa de Trifón de entregarle Tolemaida y otras plazas fuertes de Galilea.

Tolemaida, tumba de Jonatán (Neh_12:48-53).
48 En cuanto Jonatán entró en Tolemaida, los tolemenses cerraron las puertas, le prendieron a él, y a los que le acompañaban los asesinaron. 49 Luego Trifón envió su ejército y su caballería a la Galilea y a la gran llanura para aniquilar a todos los parciales de Jonatán. 50 Supieron que había sido preso y muerto Jonatán y los que le acompañaban, y unos a otros se animaron para salir a campaña para combatir. 51 Al ver sus perseguidores cuan resueltos estaban a luchar por su vida, se volvieron. 52 Se fueron sin ser molestados a la tierra de Judá y lloraron a Jonatán y a los suyos, temiendo mucho por sí. Todo Israel hizo gran duelo. 53 Entonces todas las naciones vecinas se propusieron aniquilarlos, diciéndose: Ya no tienen caudillo que los proteja; luchemos, pues, contra ellos y borremos su memoria de entre los hombres.

Tolemaida era ambicionada por los judíos a causa de su posición y como puerto de mar. Demetrio se lo había prometido antes (Neh_10:39), por lo que Jonatán veía ahora realizados los sueños de sus connacionales. Penetró en la ciudad, y las puertas de la misma cerráronse a sus espaldas. Tropas apostadas estratégicamente cayeron sobre el valiente caudillo judío y le prendieron. Sus soldados, embotellados en un lugar donde no era posible moverse, fueron asesinados. A la noticia de la desaparición de Jonatán levantaron cabeza los enemigos, que pensaban acabar con Israel. Pero quedaba todavía un caudillo de la madera de los Macabeos: Simón.

1 Véase Zeitschrift für alttestamentliche Wissenschaft, 41 (1931) 35-42.
2 Ant. lud. 13:28.
1 tito livio, Epit. 52.
2 justino, 35:1.6.
3 Cicerón, Pro lege agraria 22Cr_12:59.
4 tito livio, Epist. 50; justino, 352Cr_2:2.
1 Dlodoro,2Cr_33:4.
2 justino, 35:2:3.
3 Diodoro, 33:4; justino, 36:1.
4 Dlodoro, 33:4.
1 Prime linee di storia della tradizione maccabaica (Roma 1930) 141-151.


King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XII.

1 Ionathan reneweth his league with the Romanes and Lacedemonians. 28 The forces of Demetrius thinking to surprise Ionathan, flee away for feare. 35 Ionathan fortifieth the castles in Iudea, 48 and is shut vp by the fraud of Tryphon in Ptolemais.
1 Nowe when Ionathan saw that the time serued him, he chose certaine men and sent them to Rome, for to confirme and renew the friendship that they had with them.
2 He sent letters also to the Lacedemonians, and to other places, for the same purpose.
3 So they went vnto Rome, and entred into the Senate, and said, Ionathan the high Priest, and the people of the Iewes sent vs vnto you, to the end you should renew the friendship which you had with them, and league, as in former time.
4 Upon this the Romanes gaue them letters vnto the gouernours of euery place, that they should bring them into the land of Iudea peaceably.
5 And this is the copy of the letters which Ionathan wrote to the Lacedemonians:
6 Ionathan the hie Priest, and the Elders of the nation, and the Priestes and the other people of the Iewes, vnto the Lacedemonians their brethren, send greeting.
7 There were letters sent in times past vnto Onias the high Priest from [ Anew: booke Ioseph. Ant.lib.13.cap.8.] Darius, who reigned then among you, to signifie that you are our brethren, as the copy here vnder-written doeth specifie.
8 At which time Onias intreated the Embassador that was sent, honourably, and receiued the letters, wherein declaration was made of the [ Or, kinred, Ios. Aur.] league and friendship.
9 Therefore we also, albeit we need none of these things, for that wee haue the holy bookes of Scripture in our hands to comfort vs,
10 Haue neuerthelesse attempted to send vnto you, for the renewing of brotherhood and friendship, lest we should become strangers vnto you altogether: for there is a long time passed since you sent vnto vs.
11 We therefore at all times without ceasing, both in our Feasts, and other conuenient dayes, doe remember you in the sacrifices which we offer, and in our prayers, as reason is, and as it becommeth vs to thinke vpon our brethren:
12 And wee are right glad of your honour.
13 As for our selues, wee haue had great troubles and warres on euery side, forsomuch as the kings that are round about vs haue fought against vs.
14 Howbeit wee would not be troublesome vnto you, nor to others of our confederates & friends in these warres:
15 For wee haue helpe from heauen that succoureth vs, so as we are deliuered from our enemies, and our enemies are brought vnder foote.
16 For this cause we chose Numenius the son of Antiochus, and Antipater the sonne of Iason, and sent them vnto the Romanes, to renew the amitie that we had with them, and the former league.
17 We commanded them also to goe vnto you, and to salute you, and to deliuer you our letters, concerning the renewing of our brotherhood.
18 Wherefore now ye shall doe well to giue vs an answere thereto.
19 And this is the copy of the letters which [ Read out of Ios. which Areus sent to Onias.] Omiares sent:
20 Areus king of the Lacedemonians, to Onias the hie Priest, greeting.
21 It is found in writing, that the Lacedemonians and Iewes are brethren, and that they are of the stocke of Abraham:
22 Now therefore, since this is come to our knowledge, you shall doe well to write vnto vs of your [ Greek: peace.] prosperitie.
23 We doe write backe againe to you, that your cattell and goods are ours, and ours are yours. We doe command therefore [our Embassadours.] to make report vnto you on this wise.
24 Now when Ionathan heard that Demetrius princes were come to fight against him with a greater hoste then afore,
25 Hee remooued from Ierusalem, and met them in the land of Amathis: for he gaue them no respite [ Or, to set foote in his countrey: or, to inuade his countrey.] to enter his countrey.
26 He sent spies also vnto their tents, who came againe, and tolde him, that they were appointed to come vpon them in the night season.
27 Wherefore so soone as the Sunne was downe, Ionathan commaunded his men to watch, and to be in armes,
that all the night long they might bee ready to fight: Also he sent foorth sentinels round about the hoste.
28 But when the aduersaries heard that Ionathan and his men were ready for battell, they feared, and trembled in their hearts, and [ Ioseph. lib. ant.13.9.they went away.] they kindled fires in their campe.
29 Howbeit Ionathan and his company knew it not till the morning: for they saw the lights burning.
30 Then Ionathan pursued after them, but ouertooke them not: for they were gone ouer the riuer Eleutherus.
31 Wherefore Ionathan turned to the Arabians, who were called [ Ios. Greek: Nabatheans, or Zabatheans.] Zabadeans, and smote them, and tooke their spoiles.
32 And remouing thence, he came to Damascus, and so passed through all the countrey.
33 Simon also went foorth, and passed through the countrey vnto Ascalon, and the holds there adioyning, from whence he turned aside to Ioppe, and wanne it.
34 For he had heard that they would deliuer the hold vnto them that tooke Demetrius part, wherefore he set a garison there to keepe it.
35 After this came Ionathan home againe, and calling the Elders of the people together, hee consulted with them about building strong holdes in Iudea,
36 And making the walles of Ierusalem higher, and raising a great mount betweene the towre and the city, for to separate it from the city, that so it might be alone, that men might neither sell nor buy in it.
37 Upon this they came together, to build vp the citie [ Or, according to the Romane reading, and he came neere to the wall of the brooke toward the East.] forasmuch as [part of.] the wall toward the brooke on the East side was fallen down, & they repaired that which was called Caphenatha
38 Simon also set vp Adida, in Sephela, and made it strong with gates and barres.
39 Now Tryphon went about to get the kingdome of Asia, and to kill Antiochus the king, that hee might set the crowne vpon his owne head.
40 Howbeit, he was afraid that Ionathan would not suffer him, and that he would fight against him, wherefore he sought a way, howe to take Ionathan, that he might kill him. So he remoued, and came to Bethsan.
41 Then Ionathan went out to meet him with fourtie thousand men, chosen for the battell, and came to Bethsan.
42 Now when Tryphon saw that Ionathan came with so great a force, hee durst not stretch his hande against him,
43 But receiued him honourably, and comended him vnto all his friends, and gaue him gifts, and commaunded his men of warre to be as obedient vnto him, as to himselfe.
44 Unto Ionathan also hee said, Why hast thou put all this people to so great trouble, seeing there is no warre betwixt vs?
45 Therefore send them now home againe, and chuse a few men to waite on thee, and come thou with me to Ptolemais, for I will giue it thee and the rest of the strong holds and forces, and all that haue any charge: as for me, I will returne and depart: for this is the cause of my comming.
46 So Ionathan beleeuing him, did as he bade him, and sent away his host, who went into the land of Iudea.
47 And with himselfe hee retained but three thousand men, of whome he [ Greek: left two thousand in Galile.] sent two thousand into Galile, and one thousand went with him.
48 Now assoone as Ionathan entred into Ptolemais, they of Ptolemais shut the gates, and tooke him, and all them that came with him, they shewe with the sword.
49 Then sent Tryphon an hoste of footmen, and horsemen into Galile, and into the great plaine, to destroy all Ionathans company.
50 But when they knew that Ionathan and they that were with him were taken and slaine, they encouraged one another, and went close together, prepared to fight.
51 They therfore that followed vpon them, perceiuing yt they were ready to fight for their liues, turned back againe.
52 Whereupon they all came into the land of Iudea peaceably, and there they bewailed Ionathan & them that were with him, & they were sore afraid, wherfore all Israel made great lamentation.
53 Then all the heathen that were round about them, sought to destroy them. For, said they, they haue no captaine, nor any to helpe them. Now therfore let vs make war vpon them, & take away their memorial fro amongst men.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Embajada a Roma. Después de la victoria militar, el autor presenta la victoria diplomática de Jonatán al enviar una comisión para ratificar con los romanos y con los espartanos pactos firmados anteriormente por su hermano Judas (1Ma_8:17) y por el sumo sacerdote Onías. La verdad es que los romanos hasta ahora no han sido mencionados, tampoco los espartanos. A los romanos poco les interesa intervenir como mediadores, prefieren la agudización del conflicto entre los países hermanos para aprovechar la división en su propio beneficio. De otra parte, dice el autor que los judíos tampoco solicitaron el apoyo de sus aliados por una razón eminentemente teológica: para qué importunar, si con la ayuda de Dios como aliado mayor, pueden derrotar a sus enemigos. Por primera vez se menciona un «consejo de la nación» (6) que luego se convertirá en el Sanedrín. En 12,9 se habla de los «libros santos», para referirse a los libros de la Ley, los Profetas y otros Escritos. Por esta época las autoridades religiosas judías están fijando el canon o lista de los libros considerados inspirados.
El autor cierra el paréntesis sobre la acción diplomática, para continuar con el relato del capítulo 11 que involucra la hostilidad permanente de los sirios. De nuevo el ejército de Demetrio huye ante la presencia del ejército judío. La intención del autor en este caso, no busca mostrar la dimensión militar de los hermanos Jonatán y Simón, sino su liderazgo en la construcción y reconstrucción de Judá y Jerusalén (35-38), tras un ejercicio democrático que involucró «la asamblea de los ancianos». Lástima que las construcciones se reduzcan a fuertes militares, murallas y barreras de separación, y no se mencione soluciones concretas para los más pobres de la población. Un ejemplo de cómo los gobiernos con el discurso de la guerra invierten los recursos en armas antes que en inversión social.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*11:20-12:53 En este tercer tiempo de Jonatán hay varias fases. En la primera, buscan su amistad y apoyo los dos contendientes al poder seléucida: Demetrio II (1Ma 11:20-52) y Antíoco VI (1Ma 11:39 s. 1Ma 11:54-59); singular paradoja: los Macabeos son buscados como salvadores del reino seléucida. En la segunda fase, Jonatán y su hermano Simón, ganados por los favores de Antíoco VI, se enfrentan a los ejércitos de Demetrio II y acaban venciéndolos (1Ma 11:63-74). En un tercer tiempo, se refiere la captura de Jonatán por parte de Trifón (1Ma 12:39-53). Trifón, intrigante y ambicioso, quiere arrebatar el reino a su anterior protegido, Antíoco VI; viendo en Jonatán un adversario para sus pretensiones, lo captura con engaño en Tolemaida (1Ma 12:39-50). Final triste: duelo en Israel y propuesta de exterminio (1Ma 12:52 s).

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



1. Ver 8. 17-32.

21. Este parentesco ficticio entre judíos y espartanos estaba fundado sin duda en ciertas afinidades entre los dos pueblos. Los espartanos eran famosos por su vida austera y por la legislación de Licurgo, comparable en algunos aspectos a la Ley de Moisés. La leyenda pudo haber surgido en Egipto, que mantenía estrecho contacto con los espartanos y donde había una numerosa comunidad judía.

Torres Amat (1825)



[7] En el texto griego se lee Darío.

[23] Esto es una fórmula usada por los pueblos antiguos para expresar la perfecta amistad.

[49] En el amplio valle de Jezrael oEsdrelón.

Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)



[=] *Lc 6:35 *Mt 5:45