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y Simón le respondió con estas palabras: «Ni nos hemos apoderado de tierras ajenas ni nos hemos apropiado bienes de otros, sino de la heredad de nuestros padres. Por algún tiempo la poseyeron injustamente nuestros enemigos, (I Macabeos 15, 33) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Antíoco VIl pacta con Simón (15:1-9).
1 Antíoco, hijo del rey Demetrio, envió desde las islas del mar cartas a Simón, sumo sacerdote y jefe de los judíos, y a toda la nación. 2 Era el contenido de las cartas del tenor siguiente: El rey Antíoco a Simón, sumo sacerdote y jefe de la nación judía, salud. 3 Como quiera que hombres malvados se hayan apoderado del reino de nuestros padres, es mi voluntad recobrarlo y restablecerlo en su forma antigua, para lo cual he reunido un ejército numeroso y equipado de naves de guerra. 4 Me propongo desembarcar y perseguir a los que han arruinado el reino y asolado sus ciudades. 5 Te ratifico, pues, todas las exenciones que te han hecho los reyes mis predecesores y todas las mercedes que te han otorgado. 6 Te permito acuñar moneda propia para tu tierra. 7 Que Jerusalén y su santuario sean libres; que cuantas armas has fabricado y cuantas fortalezas has levantado y posees, queden en tu poder; 8 que todas las deudas al tesoro real y cuanto en adelante hubiere de percibir el rey te sea por siempre condonado. 9 Y cuando nos hubiéremos apoderado del reino, os honraremos, a ti y a tu nación y al templo, tan magníficamente, que vuestra gloria se extenderá por toda la tierra.

La situación política de Siria favorecía la casi total independencia de Israel. Vimos que Demetrio II fue hecho prisionero por Arsaces (14:3). La noticia llegó a oídos de su hermano menor e hijo de Demetrio I, Antíoco, que se encontraba en la isla de Rodas. Inmediatamente concibió éste la idea de conservar a su hermano en el trono y sucederle, en caso de que lo primero no fuera posible. Reunió mucha tropa, escribió aquí y allá en busca de aliados para derrocar al intruso Trifón. Desembarcó Antíoco en Asia Menor, siendo proclamado rey en Sides, lo que le valió el sobrenombre de Sidetes. En sus monedas se complace él en llamarse Evergetes, bienhechor, en tanto que Flavio Josefo le conoce por el título de Ensebes, piadoso. Con el fin de juntar otros títulos para ocupar el trono de Siria, aceptó la mano de su cuñada Cleopatra, refugiada en Seleucia, que había sido, sucesivamente, esposa de Alejandro Bala y de Demetrio II, todavía en vida cuando se celebró la boda ! Como vimos, Demetrio II en el destierro tomó por esposa a Radoguna. Entre los posibles aliados de sus planes contaba Antíoco en primer lugar con el pueblo judío, que tanto odio profesaba a su rival Trifón. En la carta que hemos reproducido se le reconocen a Simón los títulos de sumo sacerdote y de etnarca. Concediósele el poder acuñar moneda propia, a lo que se había anticipado Simón. Las pocas monedas conservadas llevan la inscripción Ligullath Sion, la redención de Sión, con figuras de palmeras entre dos cestas.

Antíoco en el continente (15:10-14).
10 El año ciento setenta y cuatro, Antíoco se puso en marcha hacia su reino, y todas las tropas se declararon por él, de suerte que muy pocas fueron las que le quedaron a Trifón. 11 Perseguido por el rey Antíoco, vino huyendo hasta Dora del Mar. 12 Vio entonces cuántos males se le venían encima, pues las tropas le habían abandonado. 13 Acampó el rey Antíoco contra Dora, con ciento veinte mil hombres y ocho mil caballos. 14 Cercaron la ciudad por mar y por tierra, y la estrecharon, de suerte que nadie podía salir ni entrar en ella.

Cleopatra Tea llamó a Antíoco Sidetes para que desembarcara en Seleucia y la pusiera al abrigo de las amenazas de Trifón. El año 174, el 138 antes de Cristo, efectuóse el desembarco. A esta noticia siguió la deserción de muchos soldados del perverso Trifón, que se pasaron al ejército de Antíoco. La guerra entre los dos rivales se enconó. Perseguido por Antíoco, Trifón rehuía el combate marchando en dirección al sur del imperio. Pero aquí le esperaba Simón con su ejército, dispuesto a interceptarle el paso. Cercado entre dos fuegos, se refugió en Dora del Mar (Jos_11:1), a nueve kilómetros al norte de Cesárea y a igual distancia del promontorio del Carmelo, al norte. Por tierra y por mar, la ciudad quedó cercada. ¿Cuál fue su suerte? El autor deja la respuesta para después.

Un mensaje de Roma (Jos_15:15-21).
15 En esto llegó de Roma Numenio y los que con él habían ido, trayendo copia de cartas escritas a los reyes y a las naciones, del tenor siguiente: 16 Lucio, cónsul de los romanos, a Tolomeo, salud. 17 Han venido a nosotros embajadores de los judíos, aliados y amigos nuestros, enviados por Simón, sumo sacerdote, y por la nación de los judíos, para renovar la antigua amistad y alianza, 18 y han sido portadores de un escudo de oro de mil minas de peso. 19 En virtud de esto nos ha parecido bien escribir a* reyes y naciones que no les causen ningún mal ni les hagan la guerra, ni a sus ciudades ni a su tierra, ni presten auxilio a quienes los combatan. 20 Nos pareció igualmente bien recibir de ellos el escudo. 21 Si, pues, hombres malhechores, huyendo de ellos, se refugiaran entre vosotros, entregadlos a Simón, sumo sacerdote, para que los castigue según la ley.

Una carta de recomendación de Roma era un buen antídoto contra la tentación que podía asaltar a Antíoco de mover su ejercito contra Simón una vez derrotado Trifón. El firmante del mensaje es Lucio, que se ha identificado con Lucio Furio Filón, Lucio Cecilio Metello y Lucio Calpurnio Pisón. Por los datos cronológicos contenidos en 14:1; 24; 27; 15:10, parece que debe identificarse con el tercero, Lucio Calpurnio Pisón (Abel, Bébenot, Knabenbauer, Vaccari), que fue cónsul con Popilio Lenas el año 615 de la fundación de Roma, correspondiente al 173 de la era seléucida.
Del contenido de la carta, muy favorable a los judíos, se deduce que Simón había pedido a los romanos el derecho de poder reclamar a los malhechores refugiados en el extranjero. Los romanos acceden a la petición, pero no señalan concretamente las medidas que debían tomarse para que se cumpliera la orden. Un derecho análogo otorgaron los romanos a Herodes 2.

Otros mensajes (15:22-24).
22 En la misma forma escribieron al rey Demetrio, a Átalo, a Ariarates, a Arsaces 23 y a todas las naciones: a Sampsaco, a los espartanos, a Délos y a Mindo, a Sición, a Caria, a Samos, a Panfilia, a Licia, a Halicarnaso, a Rodas, a Fasélida, a Cos, a Side, a Arados, a Cortina, a Gnido, a Chipre y a Cirene. 24 Y copia de estas cartas se la enviaron a Simón, sumo sacerdote.

Entre los destinatarios figura Demetrio II, del cual ignoraban todavía los romanos su encarcelamiento en Persia. Átalo II, de Pérgamo (159-138), hijo de Eumenio, era prácticamente un vasallo de Roma. Ariarates V, rey de Capadocia (162-131), conocido también con el nombre de Mitrídates V Filopator 3, fue educado en Roma y seguía en buenas relaciones con los romanos 4. Arsaces era rey de los partos (14:2). Las islas del Egeo, Délos, Cos, Samos, Rodas, Chipre y Creta se encontraban más o menos bajo control romano. Se mencionan las ciudades costeras del Asia Menor en la Caria: Mindo, Halicarnaso y Gnido. En la costa sur del Asia Menor se hallaba la Licia, con la ciudad de Fasélida; la Panfilia, con Side; Siro fenicia y la villa de Arados. Cirene está en la costa septentrional de África. En su enumeración no se sigue el orden geográfico.

Capitulación de Dora (15:25-27).
25 El rey Antíoco acampó enfrente de Dora la Nueva, la estrechó y construyó máquinas de guerra, quedando Trifón cercado, sin poder entrar ni salir 26 Simón envió en ayuda del rey dos mil hombres escogidos y plata y oro y mucho material de guerra. 27 No quiso él recibirlos, antes bien revocó cuanto había pactado antes y rompió con él.

Vuelve el autor a ocuparse del cerco de Dora. En el hebraico se leía la expresión en te dentera, que se ha traducido en griego por en el segundo día (Vaccari), o segunda vez, como si Antíoco hubiera abandonado el cerco y lo reanudara. Abel supone que la expresión Dora la Nueva se refiere a un suburbio de la ciudad.

Antíoco recrimina a los Macabeos (15:28-31).
28 Mandó a Atenobio, uno de sus amigos, para tratar con él y decirle: Vosotros retenéis a Jope y a Gazer y la fortaleza de Jerusalén, ciudades de mi reino; 29 habéis devastado sus territorios y causado grandes daños a la tierra, y os habéis adueñado de muchos lugares de mi reino. 30 Entregad, pues, luego las ciudades que habéis ocupado y los tributos de que os habéis apoderado fuera de los confines de la Judea; 31 de no hacerlo, pagaréis por ello quinientos talentos de plata, y por los perjuicios causados y por los tributos de las ciudades percibidos, otros quinientos talentos; y si no, iré y os haremos la guerra.

Atenobio es enviado a Simón para exigirle cuentas. Los judíos, que habían celebrado solemnemente su independencia, se ven forzados a reconocer que Israel era todavía un país sometido a Siria, con gran autonomía en los momentos en que su amistad favorecía los intereses de Siria.

Se reanudan las hostilidades (15:32-41).
32 Llegado Atenobio, amigo del rey, a Jerusalén, vio la magnificencia de Simón, su vajilla de oro y plata y la numerosa servidumbre, y quedó maravillado. Oído el mensaje del rey, 33 respondió Simón: No hemos tomado tierra ajena, ni de bienes ajenos nos hemos apoderado, sino de la heredad de nuestros padres, de la que sin justicia nuestros enemigos se habían adueñado. 34 Aprovechando la ocasión, hemos recobrado la heredad de nuestros padres. 35 Cuanto a Jope y a Gazer, que reclamáis, hacían a nuestro pueblo grandes males y asolaban la tierra; por ellas daremos cien talentos. Atenobio no le respondió palabra, 36 pero se volvió furioso al rey y le comunicó las palabras de Simón, su magnificencia y todo cuanto había visto. Airóse el rey con gran ira. 37 Entre tanto, Trifón, embarcado en una nave, huyó a Ortosiada. 38 El rey instituyó a Cendebeo general de la costa, poniendo en su mano fuerzas de infantería y caballería, 39 COn el encargo de acampar frente a Judea y edificar a Cedrón y fortificar sus puertas, a fin de hostigar al pueblo de Israel. El rey se fue en persecución de Trifón. 40 En cuanto Cendebeo llegó a Jamnia, comenzó a molestar al pueblo, invadiendo la Judea, haciendo cautivos y muertos. Edificó a Cedrón, 41 y en ella colocó caballería e infantería, para hacer incursiones por Judea, como se lo había ordenado el rey.

Atenobio no estaba familiarizado con los suntuosos palacios de los reyes y con los muebles y vajillas que en ellos se usan. No esperaba Antíoco la respuesta arrogante y autoritativa de Simón. Su deseo hubiera sido ir él en persona a Jerusalén al frente de un ejército y dar el golpe definitivo, pero estaba empeñado en perseguir a Trifon, que por mar había huido de Dora y se había refugiado en Ortosiada, al norte de Trípolis. Alcanzado por el rey Antíoco, se le invitó a que se suicidara 5. Cendebeo fue nombrado generalísimo (epistrategós) de las tropas de la costa, con lo cual pasaba a depender de él el propio Simón, que en otro tiempo fue jefe del mismo sector (11:59).

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XV.

4 Antiochus desireth leaue to passe through Iudea, & granteth great honours to Simon and the Iewes. 16 The Romanes write to diuerse kings & nations to fauour the Iewes. 27 Antiochus quarrelleth with Simon, 38 and sendeth some to annoy Iudea.
1 Moreouer Antiochus sonne of Demetrius the king, sent letters from the isles of the Sea, vnto Simon the priest, and prince of the Iewes, and to all the people.
2 The contents whereof were these: King Antiochus, to Simon the high Priest, and prince of his nation, and to the people of the Iewes, greeting,
3 For as much as certaine pestilent men, haue vsurped the kingdome of our fathers, and my purpose is to chalenge it againe, that I may restore it to the old estate, and to that end haue gathered a multitude of forraine souldiers together, and prepared shippes of warre,
4 My meaning also being to goe through the countrey, that I may be auenged of them that haue destroyed it, and made many cities in the kingdome desolate:
5 Now therefore I confirme vnto thee, all the oblations which the kings before me granted thee, and whatsoeuer gifts besides they granted.
6 I giue thee leaue also to coine money for thy countrey with thine owne stampe.
7 And as concerning Ierusalem, and the Sanctuarie, let them be free, and al the armour that thou hast made, and fortresses that thou hast built, and keepest in thy hands, let them remaine vnto thee.
8 And if any thing bee, or shall be owing to the king, let it be forgiuen thee, from this time forth for euermore.
9 Furthermore, when we haue obtained our kingdome, we will honour thee, and thy nation, and thy temple with great honour, so that your honour shall bee knowen throughout the world.
10 In the hundred threescore and fourteenth yeere, went Antiochus into the land of his fathers, at which time all the forces came together vnto him, so that few were left with Tryphon.
11 Wherefore being pursued by king Antiochus, he fled vnto Dora, which lieth by the Seaside.
12 For he saw, that troubles came vpon him all at once, and that his forces had forsaken him.
13 Then camped Antiochus against Dora, hauing with him, an hundred and twentie thousand men of warre, and eight thousand horsemen.
14 And when he had compassed the citie round about, and ioyned ships close to the towne on the Sea side, hee vexed the citie by land, and by Sea, neither suffered he any to goe out or in.
15 In the meane season came Numenius, & his company from Rome hauing letters to the kings and countries, wherein were written these things.
16 Lucius, Consul of the Romanes, vnto king Ptolomee greeting.
17 The Iewes Embassadors our friends and confederates, came vnto vs to renew the old friendship and league, being sent from Simon the high Priest, and from the people of the Iewes.
18 And they brought a shield of gold, of a thousand pound:
19 We thought it good therefore, to write vnto the kings and countries, that they should doe them no harme, nor fight against them, their cities, or countries, nor yet aide their enemies against them.
20 It seemed also good to vs, to receiue the shield of them.
21 If therefore there be any pestilent fellowes, that haue fled from their countrie vnto you, deliuer them vnto Simon the high priest, that hee may punish them according to their owne lawe.
22 The same thing wrote hee likewise vnto Demetrius the king, and Attalus, to [ Or, Arathes.] Ariarathes, and Arsaces,
23 And to all the countries, and to [ Or, Sampsaces.] Sampsames, & the Lacedemonians, and to Delus, and Myndus, and Sycion, and Caria, and Samos, and Pamphylia, and Lycia, and Halicarnassus, and Rhodus, and [ Or, Basilis.] Phaseilis, and Cos, and Sidee, and Aradus, and Gortina, and Cnidus, and Cyprus, and Cyrene.
24 And the copy heereof they wrote, to Simon the high Priest.
25 So Antiochus the king camped against Dora, the second day, [ Greek: bringing his forces to it.] assaulting it continually, and making engins, by which meanes he shut vp Tryphon, that he could neither goe out nor in.
26 At that time Simon sent him two thousand chosen men to aide him: siluer also, and gold, and much armour.
27 Neuerthelesse, he would not receiue them, but brake all the couenants which he had made with him afore, and became strange vnto him.
28 Furthermore hee sent vnto him Athenobius, one of his friends to commune with him and say: you withhold Ioppe and Gazara with the towre that is in Ierusalem, which are cities of my realme.
29 The borders thereof yee haue wasted and done great hurt in the land, and got the dominion of many places within my kingdome.
30 Now therefore deliuer the cities which ye haue taken, and the tributes of the places whereof yee haue gotten dominion [ Or, except the borders, etc.] without the borders of Iudea.
31 Or else giue me for them fiue hundred talents of siluer, and for the harme that you haue done, and the tributes of the cities other fiue hundred talents: if not, we wil come and [ Or, subdue you in fight.] fight against you.
32 So Athenobius the kings friend came to Ierusalem, and when hee saw the glory of Simon, and the cupboard of gold, and siluer plate, and his great attendance, he was astonished and told him the kings message.
33 Then answered Simon, and said vnto him, We haue neither taken other mens land, nor holden that which apperteineth to others, but the inheritance of our fathers, which our enemies had wrongfully in possession a certaine time.
34 Wherefore we hauing opportunitie, hold the inheritance of our fathers.
35 And whereas thou demaundest Ioppe and Gazara; albeit they did great harme vnto the people in our countrey, yet will we giue an hundred talents for them. Hereunto Athenobius answered him not a word,
36 But returned in a rage to the king, and made report vnto him of these speaches, and of the glory of Simon, and of all that hee had seene: whereupon the king was exceeding wroth.
37 In the meane time fled Tryphon by ship vnto Orthosias.
38 Then the king made Cendebeus captaine of the sea coast, and gaue him an hoste of footmen and horsemen,
39 And commanded him to remoue his hoste toward Iudea: also hee commanded him to build vp Cedron, and to fortifie the gates, & to warre against the people, but as for the king [himselfe.] he pursued Tryphon.
40 So Cendebeus came to Iamnia, and began to prouoke the people, and to inuade Iudea, and to take the people prisoners, and slay them.
41 And when hee had built vp Cedron, he set horsemen there, and an host [of footmen.] to the end that issuing out, they might make outroades vpon the wayes of Iudea, as the king had commanded him.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Antíoco y Simón. Entra en acción Antíoco VII repitiendo el proceso utilizado por sus antecesores: deseos de recuperar el poder ante el usurpador, constitución de un ejército, búsqueda de aliados a través de concesiones de todo tipo, ataques al enemigo, triunfo, traición a los aliados, etc. En este contexto se entiende la iniciativa de Antíoco VII de enviar una carta a Simón para ratificar los privilegios otorgados por sus antecesores, pero también, para recordarle, sutilmente, su condición de vasallo. En el año 138 a.C. Antíoco lanza su ataque contra Trifón que se ve obligado a huir y refugiarse en Dor.
Los versículos 15-24 cierran a manera de inclusión, un tema planteado desde el primer capítulo (1,1), y que ha sido recurrente a lo largo del libro: la presencia de los llamados «renegados» (6,18; 7,4; 9,23.58.69; 11,21.25) o «judíos traidores» (21), constituido por judíos que optaron por el helenismo, abandonando algunas de sus tradiciones culturales y religiosas. El grupo contrario es el de los judíos tradicionalistas liderado por la familia de los macabeos. Uno de los objetivos del libro es resaltar el proyecto macabeo y señalar al grupo de los «renegados» como traidores y responsables del sufrimiento del pueblo judío. Sin demeritar la gesta macabea, muchos de sus relatos son ambiguos o contradictorios, lo que no obsta para encontrar una enseñanza de parte de Dios. Veamos un ejemplo. ¿No es contradictorio, que el proyecto macabeo establezca alianzas con los poderosos y no sea capaz de al menos establecer un diálogo con sus propios hermanos judíos «renegados»? ¿No son más apóstatas y traidores los emperadores? ¿Por qué se envían comisiones donde los emperadores con regalos de oro y plata, mientras a los hermanos judíos «renegados» que se encuentran en el exilio, se les persigue sin descanso? De los macabeos aprendemos que hay que luchar por la libertad y conservación de la cultura, pero también hay que desaprender la tarea de eliminar a quienes piensan diferente, buscando más bien el camino del diálogo tal como lo enseñó Jesús.
Pareciera propio de los emperadores-faraones, que cuando alcanzan el poder son seducidos por la ambición de tener más y más poder, olvidando los pactos y arremetiendo militarmente contra otros pueblos soberanos. Siguiendo esta lógica, Antíoco VII rompe sus relaciones con Simón y lo acusa entre otras cosas de ocupar territorios extranjeros, cosa que no es cierta, porque el territorio recuperado es la herencia de los antepasados (Éxo_23:31; Deu_11:24; Jos_11:23).
La reacción de Atenobio ante el «esplendor de Simón, sus aparadores repletos de vajillas de oro y plata...», recuerda las riquezas de Salomón (1Re_10:14-29), pero también recuerda, que fueron riquezas logradas a costa de esclavizar a su pueblo (1Re_12:4). El énfasis que hace el autor en la riqueza de Simón Macabeo hay que entenderlo como una manera de demostrar no sólo la soberanía sino también el potencial económico alcanzado. Queda una pregunta por resolver, ¿hasta qué punto el pueblo pobre participa de esta riqueza? Desde la perspectiva de Jesús, es preferible que Atenobio se hubiera asombrado no por el lujo del palacio de Simón, sino por ver un pueblo con sus necesidades básicas satisfechas.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*13-16 Comienza la quinta parte del libro que, teniendo a Simón como figura central, enlaza con el pasado inmediato y pone las bases para la continuidad macabea en la dinastía asmonea. Se distinguen tres unidades: 1Ma 13:13-14 y 1Ma 13:15-16.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



1. "Desde las islas": alusión a la isla de Rodas, donde se encontraba Antíoco VII Sidetes (138-129) cuando su hermano Demetrio II fue tomado prisionero (14. 1-3).

10. La llegada de Antíoco VII tuvo lugar en el 139 a.C.