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Recorrió las ciudades de Judá,
exterminó de ellas a los impíos
y apartó de Israel la Cólera.
(I Macabeos 3, 8) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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2. La Guerra de la Independencia Bajo Judas Macabeo (3:1-9:22).

Elogio del nuevo jefe (3:1-9).
1 Le sucedió Judas, apellidado Macabeo, 2 a quien apoyaron sus hermanos y cuantos habían seguido a su padre, y combatían alegremente los combates de Israel. 3 Y dilató la gloria de su pueblo y, como héroe, se vistió la coraza, y se ciñó sus armas para guerrear, y trabó batallas, protegiendo con su espada el campamento. 4 Por sus hazañas se pareció al león y al cachorro que ruge en busca de la presa. 5 Persiguió a los impíos, despintándoles, y entregó a las llamas a los perturbadores de su pueblo. 6 Los impíos se sobrecogieron de miedo ante él; los obradores de la iniquidad se turbaron. En sus manos llegó a buen término la salvación. 7 Dio en qué entender a muchos reyes y fue el regocijo de Jacob con sus hazañas. Por los siglos perdurará su memoria en bendición. 8 Recorrió las ciudades de Judá, exterminó a los impíos de ellas y alejó de Israel la ira. 9 Llegó su nombre hasta los confines de la tierra y reunió a los dispersos.

Judas Macabeo sucede a su padre. Los guerreros que antes se habían puesto incondicionalmente a las órdenes de Matatías (2:28-45) apoyaron con alegría las empresas del nuevo jefe. El chispazo producido en Modín llevaba trazas de convertirse en una hoguera de entusiasmo que debía tener en jaque a los jefes del helenismo.
El autor sagrado teje un elogio del nuevo héroe del yahvismo. Por él la fama de Israel traspasó las fronteras, que su hermano Simón ensanchará (14:6). Su figura es como la de un gigante. Marcha a la cabeza de sus tropas. Es intrépido y arrojado como un león (Gen_49:9; Num_23:24; Num_24:9; 2Ma_11:11), como un cachorro de león ruge por la presa, pidiendo así a Dios su alimento (Sal_104:21). Como el león (Gen_49:9), Judas y sus hombres habitan en las montañas, se guarecen en los antros de las peñas, acechan desde allí al enemigo y se lanzan de improviso sobre su víctima. Sus connacionales afiliados al helenismo eran la mira de sus pesquisas, entregando a la hoguera los culpables (Gen_5:5; Gen_5:44; 2Ma_8:33). Los enemigos asombrábanse de la valentía del nuevo jefe y temblaban en su presencia. Combatió victoriosamente contra Antíoco Epifanes, Antíoco Eupator y Demetrio I. Sus victorias elevaron la moral del pueblo y eran celebradas con cánticos y odas en toda la nación.

Derrota de Apolonio (2Ma_3:10-12).
10 Apolonio movilizó a los gentiles y a un fuerte ejército de Samaría para hacer la guerra contra Israel. 11 Así que lo supo Judas, le salió al encuentro, derrotóle y le dio muerte. Muchos cayeron gravemente heridos y huyeron los demás. 12 Se apoderó de sus despojos y de la espada de Apolonio, de la cual se sirvió en la guerra todos los días de su vida.

Las gentes que se apiñaron en torno a Judas Macabeo crecían en número de día en día. Las autoridades de Jerusalén calcularon que para infligirles una derrota definitiva necesitaban refuerzos de fuera, buscándolos en Samaría. Apolonio (tes samar eías strategós) estaba al frente de las tropas apostadas en Samaría, distrito de la Celesiria. Apolonio vio en ello una ocasión propicia para descargar su saña contra los odiados judíos. Pero el Macabeo no estaba desprevenido; le atacó de improviso, dejando muchos muertos sobre el campo, entre los cuales figuraba el mismo Apolonio l. ¿Dónde se produjo este encuentro? No lo declara el texto. Cabe suponer que el teatro de la lucha fue en un lugar entre Jerusalén y Samaría, al descamoado.

Ilusiones de Serón (2Ma_3:3-17).
13 Cuando llegó a oídos de Serón, jefe del ejército de Siria, que Judas había juntado gente y que una muchedumbre de fieles a la Ley combatía a su lado, 14se dijo: Me haré famoso y ganaré gloria en el reino combatiendo a Judas y a los suyos, que desprecian los decretos del rey. 15Y, preparada la segunda expedición, salió y subió con poderoso ejército, al cual se unieron los impíos para apoyarle y tomar venganza de los hijos de Israel. 16 Cuando llegaban a la subida de Betorón, les salió al paso Judas con un puñado de hombres. 17 Estos, viendo el ejército que venía contra ellos, dijeron a Judas: ¿Cómo podremos nosotros, tan pocos, luchar contra tan poderosa muchedumbre, y menos estando, como estamos hoy, extenuados por el ayuno?

La derrota de Apolonio tuvo repercusiones en el reino seléucida. Un general del cuerpo de ejército regular de Celesiria quiso borrar la ignominia del ejército sirio con una expedición de castigo y aprovechar la acción para cubrirse de gloria ante el soberano. A los soldados que reclutó en Siria se les juntaron algunos judíos apóstatas (2Ma_2:44). Los impíos, como los llama el texto, más que en cubrirse de gloria, soñaban en la posibilidad de regresar a sus hogares, recobrar sus posesiones y vengarse de aquellos que les constreñían a expatriarse.
El camino que siguió el ejército de Serón fue probablemente el de la costa. Al llegar a la altura de Modín no vislumbró Serón trazas del enemigo. Con precaución internóse hasta Betorón Bajo, donde acampó con su ejército 2. Más tarde continuó su avance hacia la subida de Betorón, con ánimo de proseguir su camino hacia el este. Pero Judas, apostado en la cima de la subida empinada y rocosa, le cortó el paso. Según los cálculos humanos, era tanta la desproporción numérica, que la derrota se mascaba. A ello se agregaba la circunstancia de estar extenuados por el hambre, provocada, o bien por un ayuno legal, o por la misma condición de guerreros errantes Que 8:15; 2Sa_16:2-14). La única ventaja del ejército de Judas, aparte de la invisible ayuda del cielo, era la situación estratégica.

Judas arenga a sus tropas (2Sa_3:18-22).
18 Pero Judas les contestó: Fácil cosa es entregar una muchedumbre en manos de pocos, que para el Dios del cielo no hay diferencia entre salvar con muchos o con pocos; 19 y no está en la muchedumbre la victoria en la guerra: del cielo viene la fuerza. 20 Estos llegan a nosotros llenos de orgullo e impiedad, para apoderarse de nosotros, de nuestras mujeres e hijos, y saquearnos, 21 mientras que nosotros luchamos por nuestras vidas y por nuestras leyes. 22 El los aplastará a nuestros ojos; no tengáis miedo de ellos.

La idea que desarrolló Jonatás para infundir ánimo a su escudero (1Sa_14:6) sirve ahora a Judas para levantar la moral de los suyos. Dios luchará con Judas y su ejército. Tener miedo significa no tener fe.

Derrota de Serón (1Sa_3:23-26).
23 Así que acabó de hablar, los acometió con decisión, derrotando a Serón y a su ejército. 24 Los persiguió Judas por la bajada de Betorón hasta el llano, quedando en el campo unos ochocientos hombres y huyendo los demás a tierra de los filisteos. 25 Con esto, el espanto y el miedo a Judas y a sus hermanos se apoderó de las naciones vecinas. 26 La fama de su nombre llegó hasta el rey, y en todas las naciones se contaban sus batallas.

Es célebre en la historia de Israel la subida de Betorón. Allí derrotó Josué a los amorreos (Jos_10:10); por la misma escaparon los filisteos expulsados de Micmas (1Sa_14:39). Una vez enardecidos los ánimos con las palabras de Judas, el diminuto ejército se lanzó contra el enemigo, que, imposibilitado de maniobrar por la estrechez del terreno, se replegó hacia la llanura, perseguido por Judas. Después de esta batalla comenzó a tomarse en serio la existencia de Judas y de su ejército. No se trataba de vulgares bandas de rebeldes y de descontentos, sino de un ejército bien disciplinado. Sin embargo, es prematuro decir que la fama de Judas corría por las naciones. Estas escaramuzas y victorias sobre el ejército sirio levantaron la moral de los judíos ortodoxos; los débiles en la fe se reafirmaban en sus creencias; los apóstatas temían por su porvenir; las autoridades civiles y el ejército sirio perdían prestigio a los ojos de sus simpatizantes. El mismo rey se enteró de la hombrada de Serón, que terminó con un resonante descalabro militar.

Movilización general (1Sa_3:27-31).
27 El rey Antíoeo, en teniendo noticia de estos sucesos, se encendió en ira, y dio orden de juntar todas las fuerzas del reino, un ejército poderosísimo. 28 Abrió sus tesoros y pagó la soldada a su ejército por un año, ordenando que estuviesen preparados para todo evento. 29 Viendo el rey que sus tesoros habían quedado exhaustos y que los tributos eran escasos por las disensiones y calamidades que él había traído sobre la tierra, en su empeño de suprimir las leyes que habían estado en uso desde los días antiguos, 30 temió no tener, como otras veces le había sucedido, para los gastos y los donativos, que solía repartir con más larga mano y mayor prodigalidad que sus antecesores. 31 En este grave aprieto, resolvió ir a Persia a cobrar los tributos de las provincias y reunir mucho dinero.

A un jefe de distrito, Apolonio, siguió un general de provincia, Serón, y, finalmente, el mismo rey. En los días en que el monarca se enteró de que las cosas de Palestina marchaban mal, estaba planeando una expedición a Oriente con el fin de castigar al rey de los partos. No le era posible de momento dirigir la campaña de Palestina. Pero pensaba que la victoria sobre el rey Arsaces VI aseguraría la paz en Oriente y llenaría las arcas reales para hacer frente a los gastos militares. De momento, y para asegurarse la fidelidad de las tropas, les pagó el sueldo de un año, prometiendo ser más generoso de regreso de Persia. Tácito afirma que el motivo que impidió a Antíoeo helenizar todo el imperio fue la guerra contra los partos 3. Nada Tácito dice sobre el proyecto del rey de ir en busca de dinero, pero no lo excluye. Sabido es que los seléucidas andaban siempre escasos de él después de la derrota sufrida en Magnesia (190 a.C.). No cabe duda que el autor sagrado contempla el curso de la historia desde el punto de vista judío y centra los acontecimientos en el diminuto territorio de Palestina, hacia donde, según él, convergen las miradas de todo el mundo.

Antíoeo delega a Lisias (1Sa_3:32-37).
32 Dejó a Lisias, hombre ilustre y de linaje real, al frente de los negocios del reino desde el Eufrates hasta los confines de Egipto 33 y con el cargo de velar por su hijo Antíoeo hasta su vuelta. 34 Puso a su disposición la mitad de su ejército y los elefantes, encomendándole la ejecución de sus planes, y sobre todo lo de Judea y Jerusalén. 35 Debía enviar contra ellos el ejército, aplastar y destruir la fuerza de Israel y las reliquias de Jerusalén, hasta borrar de la tierra su memoria, 36 e instalar extranjeros en sus confines, distribuyéndoles la tierra por suerte. 37 La otra mitad del ejército la llevó consigo el rey, que partió de Antio-quía, la capital de su reino, el año 147, y, atravesando el Eufrates, se dirigió hacia las regiones altas.

Era Lisias hombre ilustre (éndoxos) y pariente del rey (2Ma_11:1; Jer_41:1), sin que podamos precisar el grado de este parentesco. Acaso se trata más bien de un título honorífico que se concedía para premiar los méritos de algún personaje. A Lisias dejó Antíoeo el cuidado de la parte occidental del reino, a saber, todo el territorio comprendido entre el Eufrates y Egipto, excepto Chipre Nombróle además tutor de su hijo Antíoco Eupator, que contaba entonces nueve años de edad. Una parte del ejército fue puesta a disposición de Lisias, así como los elefantes, que de nada servirían al rey en su campaña por regiones montañosas. Las órdenes reales eran severí simas: liquidación total del judaismo. Dadas las órdenes pertinentes al regente Lisias, el rey se marchó hacia las regiones altas, esto es, tomó la dirección nordeste. La fecha de partida fue el año 147 de la era seléucida, que corresponde al año 165 antes de Jesucristo. De esta expedición real se ocupará más tarde nuestro libro (Jer_6:1-16).

Soldados sirios en Emaús (Jer_3:38-41).
38 Escogió Lisias a Tolomeo, hijo de Dorimeno; a Nicanor y a Gorgias, varones valerosos de entre los amigos del rey; 39 y envió con ellos cuarenta mil hombres y siete mil caballos para invadir la Judea y arrasarla, según el mandato del rey. 40 Partieron con todo su ejército y vinieron a acampar cerca de Emaús, en la llanura. 41 Cuando los mercaderes de la región tuvieron noticia de su llegada, tomaron muchísima plata, oro y cadenas para comprar los hijos de Israel como esclavos. A ellos se agregaron fuerzas de Idumea y del país de los filisteos.

No podía Lisias abandonar la capital del imperio, por lo que encargó a Tolomeo, hijo de Dorimeno, organizara y dirigiera la campaña contra Palestina. Tolomeo, que en otro tiempo favoreció la causa de Menelao (2Ma_4:45), era gobernador de Celesiria y Fenicia. De momento envió un ejército de cuarenta mil hombres y siete mil caballos a las órdenes de Nicanor, hijo de Patroclo (2Ma_8:9), y de Gorgias, todos ellos amigos del rey. Entre estos personajes existía una graduación. Unos eran simples amigos del rey; otros, amigos predilectos y primeros amigos (2Ma_10:16-202Ma_10:-60-65; 2Ma_11:27)4.
Sólo Nicanor y Gorgias siguieron de cerca a las tropas. Los mercaderes acompañaron al ejército basados en las promesas hechas por Nicanor de cederles noventa esclavos judíos por un talento, es decir, a setenta francos oro cada uno. El tráfico de esclavos era corriente en el Próximo Oriente. En Amo_1:6-9 se acusa a Gaza y a Tiro de haber entregado muchedumbres enteras de esclavos a Edom. El ejército expedicionario siguió en su avance la ruta de la costa mediterránea hasta llegar a la altura de Amuás (Emaús), a treinta kilómetros al este de Jerusalén, punto estratégico situado en la Sefela, desde donde podíanse dominar los accesos de Betorón y de Ayalón, el camino de Jerusalén y los territorios del sudeste.

Consejo de los Macabeos (Amo_3:42-45).
42 Viendo Judas y sus hermanos que las cosas iban de mal en peor y que los ejércitos acampaban en sus confines, y conocedores de las órdenes dadas por el rey de destruir y exterminar al pueblo, 43 se dijeron unos a otros: Salvemos a nuestra nación de su ruina y combatamos por nuestro pueblo y por el santuario. 44 Y convocaron la asamblea para disponerse a la guerra, orando e implorando clemencia y misericordia. 45 Jerusalén estaba despoblada como un desierto; no había quien de sus hijos entrase o saliese. Su santuario estaba conculcado, y los hijos de los extranjeros moraban en la ciudadela. Era ésta albergue de los gentiles; el gozo de Jacob había desaparecido, y habían enmudecido la flauta y la cítara.

Los Macabeos se percataron de la gravedad de la situación. Pero la suerte estaba echada; volver atrás era tanto como cavar la propia sepultura. Donde no llegaban sus fuerzas supliría Dios, apiadándose de los que luchaban por su pueblo escogido y por su casa, el templo.

Reunión en Masía (Amo_3:46-54).
46 Se reunieron y vinieron a Masfa, frente a Jerusalén, pues en otro tiempo había sido Masfa un lugar de oración para Israel. 47 Ayunaron aquel día, se vistieron de saco, pusieron ceniza sobre sus cabezas, rasgaron sus vestiduras 48 y extendieron el libro de la Ley, buscando en él lo que los gentiles preguntan a las imágenes de sus ídolos. 49 Trajeron los vestidos sacerdotales, las primicias y los diezmos, e hicieron venir a nazarees que habían cumplido los días de su consagración; 50 y a voces clamaron al cielo, diciendo: ¿Qué vamos a hacer con éstos y adonde vamos a llevarlos? 51 Porque tu santuario está hollado y profanado; tus sacerdotes, en luto y humillación, 52 y ahora los gentiles se han reunido contra nosotros para destruirnos. Tú sabes las cuentas que echan sobre nosotros. 53 ¿Cómo podremos hacerles frente si tú no nos ayudas? 54 Y tocaron las trompetas y clamaron a grandes voces.

No era posible acudir al templo, conculcado y desierto (v.45), por lo que se reunieron en Masfa, en el actual Tell en Nasbet, a trece kilómetros al norte de Jerusalén Que 20:1; 1Sa_7:5; 1Sa_10:17; Ose_5:1). Durante un día entero se entregaron a la oración y a la penitencia. El v.48 es interpretado diversamente (Abel, Knabenbauer). Su sentido parece ser el siguiente: Tienen el libro abierto para leer en él. Dada la incertidumbre del momento, se necesitan las luces de lo alto para conocer lo que debe hacerse. A falta de profeta o de sacerdote que consulte al Señor por los urim y tummim, emplean el texto de la Escritura. Al abrir el libro les salió un pasaje en el que se hablaba de la ayuda divina. Por lo mismo, su contraseña será: De Dios la ayuda (2Ma_8:23). Los campeones de la fe han buscado en el libro de la Ley lo que los gentiles interrogaban a sus dioses. San Agustín 5 conocía esta práctica de inquirir la voluntad de Dios mediante la apertura al azar de las Sagradas Escrituras. San Francisco buscó en el Evangelio el género de vida que tenían que seguir él y sus frailes.
Masfa era la prolongación del templo de Jerusalén. Allí se montó una exposición de vestidos sacerdotales (Exo_28:4-42) que sólo se llevaban en el templo; se trajeron primicias (Exo_23:19) y los diezmos con el fin de mover a Dios a velar por su honor. Los nazarenos, que se obligaban a no beber bebidas alcohólicas y a dejar su cabellera intacta hasta haber cumplido su voto, fueron llamados para someterse a los ritos y ceremonias que señalaban el fin del mismo (Num_6:13-19). Todo ello era una muestra de la fidelidad a la Ley. Dios se apiadará de su pueblo y hará de manera que en un tiempo no lejano se realice en el templo de Jerusalén lo que ahora se hace en Masfa. Los que están presentes no dudan de que será así. Por lo mismo tocan las trompetas, conforme a Num_10:9. Estos gritos y toques de trompeta eran a la vez grito de guerra e invocación a Yahvé antes del combate (Jos_6:33; Jos_7:45; Jos_9:12; Jos_16:8).

Medidas militares (Jos_3:55-60).
55 Después de esto instituyó Judas jefes del pueblo, de millares, centenas, cincuentenas y decenas, 56 y dijeron a los que edificaban casas, a los que habían tomado mujer, a los que habían plantado una viña y a los tímidos, que se volvieran cada uno a su casa, conforme a la prescripción de la Ley, 57 y, levantando el campo, vinieron a ponerse al sur de Emaús. 58 Dijo Judas a los suyos: Preparaos y portaos como valientes, prontos a luchar mañana temprano contra estas gentes que se han reunido contra nosotros para destruirnos y destruir nuestro santuario. 59 Mejor es morir combatiendo que contemplar las calamidades de nuestro pueblo y del santuario. 60 En todo caso, hágase la voluntad del cielo.

Judas se apresta a la lucha, imponiendo una sólida organización a sus tropas. Los hermanos de Judas estaban al frente de los principales destacamentos (2Ma_8:22). Conforme a la Ley (Deu_20:5-8), mandó a sus casas a los que podían entorpecer el entusiasmo y arrojo de los combatientes. Seleccionados los combatientes, Judas les dirige las últimas recomendaciones: ceñirse bien la cintura para poder correr más y mejor (Exo_12:11); pensar que es mejor morir combatiendo que vivir como esclavos de un pueblo gentil. Mucha confianza en Dios, que es, en último término, el que decide el éxito o fracaso de la batalla.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter III.

1 The valour and fame of Iudas Maccabeus. 10 He ouerthroweth the forces of Samaria and Syria. 27 Antiochus sendeth a great power against him. 44 He and his fall to fasting and prayer, 58 and are encouraged.
1 Then his sonne Iudas, called Maccabeus, rose vp in his stead.
2 And all his brethren helped him, and so did all they that held with his father, and they fought with cheerefulnesse, the battaile of Israel.
3 So he gate his people great honor, and put on a brestplate as a giant, and girt his warlike harnesse about him, and he made battels, protecting the host with his sword.
4 In his acts he was like a lyon, and like a lyons whelp roaring for his pray.
5 For hee pursued the wicked, and sought them out, and burnt vp those that vexed his people.
6 Wherefore the wicked shrunke for feare of him, and all the workers of iniquity were troubled, because saluation prospered in his hand.
7 He grieued also many kings, and made Iacob glad with his acts, and his memoriall is blessed for euer.
8 Moreouer he went through the citties of Iuda, destroying the vngodly out of them, and turning away wrath from Israel.
9 So that he was renowned vnto the vtmost part of the earth, & he [ Greek: gathered together.] receiued vnto him such as were ready to perish.
10 Then Apollonius gathered the Gentiles together, and a great host out of Samaria to fight against Israel.
11 Which thing when Iudas perceiued he went forth to meete him, and so he smote him, and slew him, many also fell downe slaine, but the rest fled.
12 Wherefore Iudas tooke their spoiles, and Apollonius sword also, and therewith he fought, all his life long.
13 Now when Seron a prince of the armie of Syria, heard say that Iudas had gathered vnto him a multitude and company of the faithfull, to goe out with him to warre.
14 He said, I will get me a name and honour in the kingdome, for I will goe fight with Iudas, and them that are with him, who despise the kings commandement.
15 So he made him ready to goe vp, and there went with him a mighty host of the vngodly to helpe him, and to be auenged of the children of Israel.
16 And when hee came neere to the going vp of Bethoron, Iudas went forth to meet him with a smal company.
17 Who when they saw the host comming to meet them, said vnto Iudas; How shall wee be able, being so few to fight against so great a multitude, and so strong, seeing wee are ready to faint with fasting all this day?
18 Unto whom Iudas answered: [ 1Sa_14:6; 2Ch_14:11.] It is no hard matter for many to bee shut vp in the hands of a few; and with the God of heauen it is all one, to deliuer with a great multitude, or a small company:
19 For the victory of battell standeth not in the multitude of an hoste, but strength commeth from heauen.
20 They come [ Or, vnto vs.] against vs [ Greek in multitude of pride, or enuie, and iniquitie.] in much pride and iniquitie to destroy vs, and our wiues & children, and to spoile vs:
21 But wee fight for our liues, and our Lawes.
22 Wherefore the Lord himselfe will ouerthrow them before our face: and as for you, be ye not afraid of them.
23 Now as soone as hee had left off speaking, he lept suddenly vpon them, and so Seron and his host was ouerthrowen before him.
24 And they pursued them [ Greek: in the going downe.] from the going downe of Bethoron, vnto the plaine, where were slaine about eight hundred men of them; and the residue fledde into the land of the Philistines.
25 Then began the feare of Iudas and his brethren, & an exceeding great dread to fall vpon the nations round about them:
26 In so much, as his fame came vnto the king, and all nations talked of the battels of Iudas.
27 Now when King Antiochus heard these things, he was full of indignation: wherefore hee sent and gathered together all the forces of his realme [euen.] a very strong armie.
28 He opened also his treasure, and gaue his souldiers pay for a yeere, commanding them to be ready, [ Greek: or at euery need.] whensoeuer he should need them.
29 Neuerthelesse, when he saw that the money of his treasures failed, and [ Greek: that the collectors of tribute in the countrey were few.] that the tributes in the countrey were small, because of the dissention, and plague which he had brought vpon the land, [ Or, for the taking away of the Lawes.] in taking away the Lawes which had bene of old time,
30 Hee feared [ Greek: that he should not haue.] that he should not be able to beare the charges any longer, nor to haue such gifts to giue so liberally, as he did before: for hee had abounded aboue the Kings that were before him.
31 Wherefore, being greatly perplexed in his minde, hee determined to goe into Persia, there to take the tributes of the countreys, and to gather much money.
32 So hee left Lysias a noble man, and one of the blood royall, to ouersee the affaires of the King, from the riuer Euphrates, vnto the borders of Egypt:
33 And to bring vp his sonne Antiochus, vntill he came againe.
34 Moreouer he deliuered vnto him the halfe of his forces, and the Elephants, and gaue him charge of all things that he would haue done, as also concerning them that dwelt in Iuda and Ierusalem.
35 To wit, that he should send an armie against them, to destroy and root out the strength of Israel, and the remnant of Ierusalem, and to take away their memoriall from that place:
36 And that he should place strangers in all their quarters, and diuide their land by lot.
37 So the king tooke the halfe of the forces that remained, and departed from Antioch [ Greek: a citie of his kingdome.] his royall city, the hundreth fourtie and seuenth yeere, and hauing passed the riuer Euphrates, hee went through the high countreys.
38 Then Lysias chose Ptoleme, the son of Dorymenes and Nicanor, & Gorgias, mighty men of the kings friends:
39 And with them hee sent fourtie thousand footmen, and seuen thousand horsemen to goe into the land of Iuda, and to destroy it as the king comanded.
40 So they went forth with all their power, and came and pitched by Emmaus in the plaine countrey.
41 And the merchants of the countrey, hearing the fame of them, tooke siluer, & gold very much, with [ Or, fetters.] seruants, and came into the campe to buy the children of Israel for slaues; A power also of Syria, and of the land [ Or, of strangers.] of the Philistines, ioyned themselues vnto them.
42 Now when Iudas and his brethren saw that miseries were multiplied, & that the forces did encampe themselues in their borders, (for they knewe how the king had giuen commaundement to destroy the people, and vtterly abolish them.)
43 They said one to another, Let vs restore the decayed estate of our people, and let vs fight for our people and the Sanctuarie.
44 Then was the Congregation gathered together, that they might be ready for battell, and that they might pray, and aske mercy and compassion.
45 Now Ierusalem lay voide as a wildernesse, there was none of her children that went in or out: the Sanctuarie also was troden downe, and aliens kept the strong holde: the heathen had their habitation in that place, and ioy was taken from Iacob, and the pipe with the harpe ceased.
46 Wherefore the Israelites assembled themselues together, and came to [ Or, Muspa.] Maspha ouer-against Ierusalem; for in Maspha was the place where they prayed aforetime in Israel.
47 Then they fasted that day, and put on sackecloth, and cast ashes vpon their heads, and rent their clothes:
48 And laide open the booke of the Law, [ Or, for the which the heathen had made diligent search that they might paint therein the likenesse of their idols.] wherein ye heathen had sought to paint the likenesse of their images.
49 They brought also the Priestes garments, and the first fruits, and the tithes, and the [ Num_6:2.] Nazarites they stirred vp, who had accomplished their dayes.
50 Then cried they with a loud voice toward heauen, saying, What shall we doe with these, and whither shall wee cary them away?
51 For thy Sanctuarie is troden downe and profaned, and thy Priestes are in heauinesse, and brought low.
52 And loe, the heathen are assembled together against vs, to destroy vs: what things they imagine against vs, thou knowest.
53 How shall wee be able to stand against them, except thou (O God) be our helpe?
54 Then sounded they with trumpets, and cryed with a loude voice.
55 And after this, Iudas ordained captains ouer the people, euen captains ouer thousands, and ouer hundreds, and ouer fifties, and ouer tennes.
56 But as for such as [ Deu_20:5.] were building houses, or had betrothed wiues, or were planting vineyards, or [ Jdg_7:3.] were fearefull, those hee commanded that they should returne, euery man to his owne house, according to the Law.
57 So the campe remooued, and pitched vpon the South side of Emmaus.
58 And Iudas sayde, Arme your selues, and be valiant men, and see that ye be in readinesse against the morning, that yee may fight with these nations, that are assembled together against vs, to destroy vs and our Sanctuarie.
59 For it is better for vs to die in battell, then to behold the calamities of our people, and our Sanctuarie.
60 Neuerthelesse, as the will [of God.] is in heauen, so let him doe.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Actividad de Judas en Judea. Con un canto para exaltar su misión guerrera, comienza el ciclo de Judas (3,1-9,22). Se apoda «Macabeo» -nombre que asumirán los libros sagrados-, que significa «martillo» porque golpea con fuerza y sin descanso a sus enemigos. Cuenta con el apoyo de todos. Es presentado como un hombre sabio, valiente y de fe. Sus acciones y hazañas recuerdan al patriarca Judá, a Saúl y Jonatán por la metáfora del León (Gn 49; 2Sa_1:23); a Moisés y los jueces en su liderazgo liberador; a David en sus hazañas militares. Judas Macabeo está convencido de ser un instrumento en las manos del Señor.
En el año 166 a.C., Apolonio, gobernador de Samaría y responsable del saqueo de Jerusalén, es el primero en salir derrotado a manos del ejército de Judas Macabeo. Después de su muerte, Judas le arrebata la espada, tal como hizo David con Goliat (1Sa_21:9). Serón, general del ejército sirio, animado por el deseo de fama y poder, será el segundo en la lista de derrotados. La batalla se desarrolló en Bet-Jorón (16), un lugar famoso en la conquista de la tierra prometida (Jos_10:10). El miedo de Judas ante una derrota militar por inferioridad numérica, es superado por la fe en el Dios de los «débiles», que da la cara por su pueblo en cada batalla y apoya a los que luchan por la vida y la Ley (21). La Ley, promulgada como un conjunto de señales que indicaban el camino correcto para una convivencia justa, fraterna y en paz (Éxo_20:1-17), se convirtió con el tiempo en un instrumento de poder que las autoridades religiosas utilizaban para imponer al pueblo «duras cargas» (Luc_11:46), situación que permite entender la postura crítica de Jesús (Mat_23:23). En la victoria de Judas, además de la fe cuenta su genialidad estratégica, al acomodar su pequeño ejército en la cima de la montaña, desde donde con sorpresa lanza su ataque. A partir de esta victoria Judas y su proyecto político, militar y religioso comienza a ser tomados en serio.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*3:1-9:22 Esta parte ocupa la mitad del libro y está dedicada a la gesta de Judas Macabeo. A través de sucesivas batallas, va alcanzando las metas de la liberación deseada: primero la recuperación de Jerusalén con su templo, que permite la purificación y la nueva solemne dedicación del mismo (1Ma 3:1-60; 1Ma 4:1-61); en segundo lugar, después de la muerte de Antíoco IV, logra un compromiso de paz con su hijo Antíoco V, junto con una autonomía todavía imperfecta y tolerancia religiosa para la nación judía (1Ma 5:1-68; 1Ma 6:1-63); finalmente, la firma de un pacto con Roma, en tiempos de Demetrio I, ante quien Judas sucumbe en la batalla (1Ma 7:1-50; 1Ma 8:1-32; 1Ma 9:1-22).

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



10. La campaña de "Apolonio", y la de "Serón", que se menciona más adelante (v. 13), tuvieron lugar en la primavera y el verano del 166 a. C.

33. Este "Antíoco" ocupará más tarde el trono con el nombre de Antioco V Eupátor y será asesinado en el 161 a.C., después de dos años de reinado (7. 1-4).

37. La indicación cronológica corresponde al 165 a.C.

Torres Amat (1825)



[38] 2 Mac 8, 8.

[41] El precio era de un talento por 90 esclavos y la mitad en Grecia. 2 Mac 8, 11.

[56] Deut 20, 5; Jue 7, 3.

Jünemann (1992)


8 a. Cada ciudad.