Ver contexto
Clamemos ahora al Cielo, a ver si tiene piedad de nosotros, si recuerda la alianza de nuestros padres y destruye hoy este ejército a nuestro favor. (I Macabeos 4, 10) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

;;

En busca del enemigo (4:1-11).
1 Gorgias, tomando cinco mil infantes y mil jinetes escogidos, levantó el campo por la noche, 2 con el propósito de atacar al ejército judío y derrotarlo por sorpresa. Llevaban por guías hombres de la ciudadela. 3 Tuvo de ello noticias Judas, y con sus valientes movió también el campo para atacar a los del rey que estaban junto a Emaús, 4 en tanto que el grueso del ejército andaba aún disperso, lejos del campamento. 5 Llegó Gorgias al campo de Judas por la noche, y, no hallando a nadie, los buscaba por los montes, diciendo: Estos han huido de nosotros. 6 En cuanto fue de día apareció Judas en el llano con tres mil hombres, que no tenían los escudos ni las espadas que deseaban. 7 Vieron el campamento de los gentiles, fuerte, atrincherado, rodeado de la caballería, formado por nombres diestros en la guerra. 8 Dijo Judas a los que le acompañaban: No temáis a esa muchedumbre ni su ímpetu os acobarde. 9 Recordad cómo fueron salvados vuestros padres en el mar Rojo cuando el faraón los perseguía con su ejército. 10 Levantemos al cielo nuestra voz, en la esperanza de que se compadezca de nosotros y, acordándose de la alianza con nuestros padres, aplaste hoy ante nuestros ojos este campamento, y 11 conocerán todas las gentes que hay quien rescata y salva a Israel.

Los sirios tuvieron noticia de los desplazamientos del diminuto ejército judío. Gorgias marchó a su encuentro con la intención de sorprender a Judas en algún sitio y obligarle a presentar batalla. Hombres de la ciudadela (literalmente: los hijos de la ciudadela), entre los cuales había judíos apóstatas 6, guiaron a Gorgias por el quebrado terreno. Supo Judas el itinerario del ejército de Gorgias y se desplazó a su vez, presentándosele la magnífica ocasión de atacar a los dos cuerpos de ejército por separado. Burlando la búsqueda de Gorgias, dirigióse muy de mañana al campamento de Amuás (Emaús). Desde su escondite examinó Judas de cerca el campamento general de los sirios y estudió las posibilidades de asaltarlo. La ocasión era propicia, porque parte del ejército andaba errante por la montaña en su busca. Además, el campamento hallábase en período de consolidación, de manera que muchos soldados vivaqueaban fuera del mismo, en completo desorden y con una disciplina militar relajada.

Asalto al campamento (4:12-18).
12 Los extranjeros alzaron sus ojos, vieron que venían a atacarles 13 y salieron al campo para combatirlos. Los soldados de Judas tocaron las trompetas, 14 y se trabó la lucha, siendo derrotados los gentiles, que luego se dieron a huir por el llano. 15 Fueron perseguidos hasta Guezer, los llanos de Idumea, de Azoto y de Jamnia; los rezagados cayeron todos al filo de la espada, quedando en el campo hasta tres mil de ellos. 16 Volviendo Judas con su ejército de perseguirlos, dijo a los suyos: 17 No codiciéis los despojos, que tenernos ante nosotros el peligro, 18 pues Gorgias está con su ejército en los montes próximos. Por el momento haced frente a los enemigos; después ya podréis tomar los despojos con seguridad.

Los soldados de Nicanor trataron de hacer frente a los asaltantes, pero en vano. Acaso sus generales descansaban, despreocupados, en sus tiendas. Los sirios diéronse a la fuga por la llanura, buscando asilo en Guezer; otros iban errantes por la llanura de Idumea (según una variante textual, llanura de Judea), entre Azoto y Jamnia, o se encerraron dentro de estas dos ciudades costeras. Las gentes de Idumea aprovecharon la deportación de los judíos a Babilonia para abandonar las áridas tierras de Idumea y establecerse en esta zona fértil de la costa. Hubiera sido contraproducente detenerse en desalojar a los fugitivos de las ciudades en que se habían refugiado, porque Gorgias merodeaba por los montes vecinos. Hubiera sido también fatal para los judíos dejarse llevar de la codicia ante los despojos del campamento asirio, olvidando que un cuerpo de ejército, todavía intacto, podía caer de un momento a otro sobre ellos. Contra estos peligros les previene Judas.

Huida de Gorgias (4:19-25).
19 Estaba aún Judas diciendo esto, cuando apareció, saliendo del monte, una división de Gorgias, 20 la cual, al ver cómo los suyos habían vuelto las espaldas y ardía en llamas el campamento, porque el humo que se veía daba bien a entender lo sucedido, 21 se llenó de miedo, y más viendo al ejército de Judas en el llano en orden de batalla. 22 Todos se dieron a huir hacia la tierra de los filisteos. 23 Judas entonces se volvió y recogió el botín del campamento, donde tomaron mucho oro y plata, y telas de jacinto y de púrpura marina, y grandes riquezas. 24 A su vuelta elevaban al cielo cánticos y bendiciones: Porque es bueno, porque es eterna su misericordia. 25 En aquel día obtuvo Israel una gran victoria.

Judas no se equivocaba: Gorgias hacía en aquellos momentos su aparición en los montes. La imponente humareda que salía del antiguo campamento situado en las inmediaciones de Amuás le indicaba claramente que algo anormal sucedía allí. Sus presentimientos fueron confirmados por la visión del ejército de Judas en pie de guerra. Gorgias no intentó presentar batalla, sino retirarse hacia la tierra de los filisteos, en busca del deshecho cuerpo de ejército al mando de Nicanor.

Derrota de Lisias (4:26-35).
16 Cuantos extranjeros se salvaron llegaron a anunciar a Lisias lo sucedido, 27 y éste, al oír las noticias, se quedó consternado y abatido, porque las cosas no habían sucedido en Israel como el rey se lo había ordenado. 28 Al año siguiente organizó un ejército de sesenta mil hombres y cinco mil caballos para acabar totalmente con los judíos. 29 Vino por Idumea y acampó en Betsur. Para hacerles frente sólo disponía Judas de diez mil hombres. 30 A la vista de tan fuerte ejército, oró, diciendo: ¡Bendito seas, Salvador de Israel, que quebrantaste el ímpetu del gigante por mano de tu siervo David y entregaste el campamento de los filisteos en poder de Jonatán, hijo de Saúl, y de su escudero! 31 Da este campo a manos de tu pueblo de Israel y queden avergonzados su ejército y su caballería. 32 Infúndeles miedo, abate la presuntuosa confianza en su fortaleza y avergüéncense de su derrota. 33 Derrótalos por la espada de los que te aman, y entonen cánticos de loor todos los que conocen tu nombre. 34 Vinieron a las manos, cayeron del ejército de Lisias cinco mil hombres. 35 Al ver Lisias la derrota de su ejército y la audacia del de Judas y cómo estaban dispuestos a vivir o morir gloriosamente, partió para Antioquía y reclutó mercenarios para acrecentar su ejército, con el propósito de volver contra Judas.

La derrota de Lisias tuvo lugar viviendo todavía Antíoco Epifanes (2Ma_11:1-12). Tenía Lisias suficiente amor propio para organizar otra expedición de castigo contra Judas. El año de los seléucidas 148, el 164 antes de Jesucristo, reclutó un imponente ejército, capaz, según sus cálculos, de aplastar a los judíos. Judas Macabeo, una vez liquidado el ejército de Gorgias, quiso castigar la insolencia de los idumeos, que molestaban a los judíos ortodoxos y acogían a los que desertaban de su ejército (2Ma_10:10ss). Por motivos de seguridad pensó en aprovechar el descanso para arrebatar algunas plazas fuertes a los idumeos. Lisias corrió en ayuda de sus fieles aliados, y fijó su tienda en Betsur, plaza fuerte que dominaba el camino de Hebrón a Jerusalén, distante veintiocho kilómetros de esta última. En su oración hace notar Judas que la actual desproporción de fuerzas existía también entre Jonatás y los filisteos (1Sa_14:1-23), entre David y Goliat (ibid.,1Sa_17:38-51); pero Dios entrego a los filisteos en poder de uno y otro. Dios y Judas derrotaron al regente Lisias, que, avergonzado, se retiró a Antioquía, queriendo zafar su derrota con el reclutamiento de nuevos mercenarios. Pero razones diplomáticas aconsejaban no azuzar al león de Judá, sino más bien amansarlo con medidas de libertad para el judaísmo.

Duelo por el templo (1Sa_4:36-40).
36 Judas y sus hermanos se dijeron: Nuestros enemigos están derrotados; subamos, pues, y purifiquemos el santuario y restablezcamos el culto. 37 Y, juntando el ejército, subieron al monte de Sión. 38 Al ver el santuario desolado, profanado el altar, quemadas las puertas, la hierba crecida en los atrios como en un bosque o en un monte y las habitaciones destruidas, 39 rasgaron sus vestiduras y alzaron gran llanto, se pusieron ceniza sobre su cabeza, 40 se postraron en tierra, tocaron las trompetas de señales y clamaron al cielo.

Las fuerzas del regente Lisias habían evacuado Palestina; los idumeos habían sido humillados; los sirios de Jerusalén, sitiados en el Acra. Había llegado la ocasión propicia para purificar el templo y restablecer el culto legítimo. Los hermanos Macabeos subieron con el ejército a fin de tener a raya la guarnición de la ciudadela (1Sa_1:35-36). La vista del templo arrancó lágrimas a sus ojos.

Acción de los sacerdotes (1Sa_4:41-50).
41 Luego ordenó Judas que algunos tuvieran en jaque a los de la ciudadela mientras purificaban el santuario. 42 Eligieron sacerdotes irreprochables, amantes de la Ley, 43 los cuales purificaron el templo y echaron las piedras del altar idolátrico en lugar inmundo. 44 Deliberaron qué harían del altar de los holocaustos, que había sido profanado, 45 y les pareció buen consejo destruirlo, por cuanto los gentiles lo habían profanado, 46 y depositar las piedras en el monte del templo, en lugar conveniente hasta que viniese un profeta que diese oráculo sobre ellas. 47 Tomaron luego piedras sin labrar, conforme prescribe la Ley; repararon el santuario y el interior del templo, purificaron los atrios, 48 hicieron nuevos vasos sagrados, e introdujeron el candelabro, el altar de los perfumes y la mesa del templo. 49 Quemaron incienso en el altar, encendieron las lámparas del candelabro que lucían en el templo, 50 colocaron los panes sobre la mesa y colgaron las cortinas. De esta manera dieron fin a la obra.

Con un piquete de soldados que vigilaban los movimientos de la guarnición del Acra, procedieron los sacerdotes a la purificación del templo. Se eligieron aquellos ministros sagrados que no tuvieran mancha alguna que les inhabilitara para ejercer su oficio pastoral (Lev_21:17-21; Lev_22:3). Las piedras del altar de Júpiter Olímpico (Lev_1:54-59) se arrumbaron a un lugar impuro, que acaso fueran las pendientes del Cedrón en donde se encontraba el cementerio, el Tofet (Jer_19:13). ¿Qué destino debía darse a las piedras centenarias del altar de los holocaustos? (Exo_29:25; Lev_4:34). Por muchos años fueron inmoladas víctimas al Señor sobre las mismas; por su origen no cabe dudar de que eran santas. Pero las mismas fueron el soporte de un altar idolátrico; la sangre de los cerdos inmolados contaminó lo que era santo. Por el momento resolvieron demoler el altar, pero pusieron las piedras a buen recaudo hasta el advenimiento de un profeta que decidiera del destino de las mismas. Después de Zacarías y Malaquías no surgió ningún otro profeta (Lev_9:27; Lev_14:41). La decisión fue sabia, por cuanto, no existiendo unanimidad de pareceres, convenía no exacerbar el espíritu de los que defendían una posición más rígida. El resultado de las deliberaciones se concretó en la construcción de un nuevo altar con piedras sin labrar, tal como prescribía la Ley (Exo_20:25; Deu_27:5-6). Puesto que en el recinto del templo tuvieron lugar orgías y bacanales, se procedió a purificar incluso el pavimento (2Ma_6:4).

Fiesta de la dedicación (2Ma_4:51-56).
51 En la mañana del día veinticinco del mes noveno, que es el de Casleu, del año 148, se levantaron de madrugada 52 y ofrecieron el sacrificio prescrito por la Ley en el nuevo altar de los holocaustos que habían construido. 52 Precisamente en la misma hora y día en que lo habían profanado los gentiles fue de nuevo renovado con cánticos, cítaras, arpas y címbalos. 54 Todo el pueblo se postró sobre su rostro, adorando y elevando sus bendiciones al cielo, que les había dado tan feliz suceso. 55 Durante ocho días celebraron la renovación del altar, y con alegría ofrecieron los holocaustos y sacrificios de acción de gracias y alabanza. 56 Adornaron la fachada del templo con coronas de oro y escudos y restauraron las portadas y las cámaras y les pusieron puertas.

El día 25 del mes de Casleu del año 167 antes de Jesucristo sacrificaron los gentiles la primera víctima, probablemente un cerdo, sobre el altar asentado sobre el antiguo de los holocaustos; el mismo día del año 164 se ofreció el sacrificio prescrito por la Ley en el nuevo altar. Al rayar el alba, los sacerdotes ofrecieron un cordero de un año, recogiendo su sangre y rociando con ella el altar (Num_28:3). Por ser el primer sacrificio en el nuevo altar, la ceremonia revistió gran solemnidad, con acompañamiento de instrumentos músicos (1Cr_7:4; 1Cr_16:42). Las fiestas duraron ocho días (1 Re 8-66; 2Cr_7:8), durante los cuales el público ofreció holocaustos y sacrificios pacíficos (Lev_7:11-12-16). En señal de fiesta se adornó la parte frontal del templo con guirnaldas y coronas.

Fiesta de las Encenias (Lev_4:57-60).
57 Fue muy grande la alegría del pueblo por haber borrado el oprobio de los gentiles. 58 Mandaron Judas y sus hermanos y toda la asamblea de Israel celebrar los días de la renovación del altar a su tiempo, de año en año, por ocho días, desde el veinticinco del mes de Casleu, con alegría y regocijo. 59 Por aquel mismo tiempo levantaron en torno del monte Sión muros altos y torres fuertes, para que no pudieran los gentiles hollarlo como habían hecho antes; 60 pusieron en él una guarnición que lo defendiera. Fortificaron asimismo a Betsur, para protegerla y para que el pueblo tuviera una defensa por el lado de Idumea.

Señala bien el texto el origen de la fiesta de la hanukkah, que en griego se llama enkaimá (Luc_10:22), dedicatio en latín. Los judíos modernos celebran la fiesta. Cada día, a partir del 25 de Casleu, se recita el Hallel (Sal 113-118) y se lee una parte del Pentateuco. El sábado se lee el capítulo del libro de los Números referente al candelabro de oro, y como haptarah el pasaje de Zach (2:14-4:8). La primera noche se enciende una luz, dos en la segunda, y así sucesivamente (Bévenqt, Abel)1.
Para impedir que la guarnición de la ciudadela o cualquiera otro pagano pisara el lugar santo, se construyeron muros y torres de protección alrededor del templo. La plaza fuerte de Betsur fue asimismo fortificada con el fin de prevenir cualquier sorpresa de parte de los idumeos.


King James Version (KJVO) (1611)



Chapter IIII.

6 Iudas defeateth the plot 14 and forces of Gorgias, 23 and spoileth their tents, 34 and ouerthroweth Lysias. 45 He pulleth downe the Altar which the heathen had prophaned, and setteth vp a newe, 60 and maketh a wall about Sion.
1 Then tooke Gorgias fiue thousand footmen, and a thousand of the best horsemen, and remooued out of the campe by night:
2 To the end he might rush in vpon the camp of the Iewes, and smite them suddenly. And the men of the fortresse were his guides.
3 Now when Iudas heard thereof, hee himselfe remooued, and the valiant men with him, that hee might smite the Kings armie which was at Emmaus,
4 While as yet the forces were dispersed from the campe.
5 In the meane season came Gorgias by night into the campe of Iudas: and when hee found no man there, hee sought them in the mountaines: for said hee, these fellowes flee from vs.
6 But assoone as it was day, Iudas shewed himselfe in the plaine with three thousand men, who neuerthelesse had neither [ Or, targets.] armour, nor swordes to their mindes.
7 And they sawe the campe of the heathen, that it was strong, and well harnessed, and compassed round about with horsemen; and these were expert of warre.
8 Then said Iudas to the men that
were with him: feare ye not their multitude, neither be ye afraid of their assault
9 Remember how our fathers were deliuered in the red Sea, when Pharao pursued them with an armie.
10 Now therfore let vs crie vnto heauen, if peraduenture the Lord wil haue mercie vpon vs, and remember the couenant of our fathers, and destroy this hoste before our face this day.
11 That so all the heathen may know that there is one, who deliuereth and saueth Israel.
12 Then the strangers lift vp their eyes, & saw them comming ouer against them.
13 Wherefore they went out of the campe to battell, but they that were with Iudas sounded their trumpets.
14 So they ioyned battell, and the heathen being discomfited, fled into the plaine.
15 Howbeit all the hindmost of them were slaine with the sword: for they pursued them vnto Gazera, and vnto the plaines of Idumea, and Azotus, and Iamnia, so that there were slaine of them, vpon a three thousand men.
16 This done, Iudas returned againe with his hoste fro pursuing them,
17 And said to the people, Bee not greedie of the spoiles, in as much as there is a battell before vs,
18 And Gorgias and his hoste are here by vs in the mountaine, but stand ye now against your enemies, and ouercome them, & after this you may boldly take the spoiles.
19 As Iudas was yet speaking these words, there appeared apart of them looking out of the mountaine.
20 Who when they perceiued that the Iewes had put their hoste to flight, and were burning the tents: (for the smoke that was seene declared what was done)
21 When therefore they perceiued these things, they were sore afraid, and seeing also the hoste of Iudas in the plaine ready to fight:
22 They fled euery one into the land of strangers.
23 Then Iudas returned to spoile the tents, where they got much golde, and siluer, and blew silke, and purple of the sea, and great riches.
24 After this, they went home, and sung a song of thankesgiuing, & praised the Lord in heauen: because it is good, because his mercie endureth for euer.
25 Thus Israel had a great deliuerance that day.
26 Now all the strangers that had escaped, came and told Lysias what had happened.
27 Who when hee heard thereof, was confounded, and discouraged, because neither such things as he would, were done vnto Israel, nor such things as the king commanded him were come to passe.
28 The next yeere therefore following, Lysias gathered together threescore thousand choice men of foote, and fiue thousand horsemen, that he might subdue them.
29 So they came into Idumea, and pitched their tents at Bethsura, and Iudas met with them ten thousand men.
30 And when he saw that mighty armie, he prayed, and said, Blessed art thou, O sauiour of Israel, [ 1Sa_17:50-51.] who diddest quaile the violence of the mighty man by the hand of thy seruant Dauid, and gauest, the host of [ Or, Philistines,] strangers into the hands of [ 1Sa_14:13-14.] Ionathan the sonne of Saul, and his armour bearer.
31 Shut vp this armie in the hand of thy people Israel, and let them be confounded in their power and horsemen.
32 Make them to be of no courage, and cause the boldnesse of their strength to [ Greek: melt.] fall away, & let them quake at their destruction.
33 Cast them downe with the sword of them that loue thee, and let all those that know thy name, praise thee with thanksgiuing.
34 So they ioyned battaile, and there were slaine of the host of Lysias about fiue thousand men, euen before them were they slaine.
35 Now when Lysias saw his armie put to flight, and the manlinesse of Iudas souldiers, and how they were ready, either to liue or die valiantly, he went into Antiochia, and gathered together a company of strangers, and hauing made his armie greater then it was, he purposed to come againe into Iudea.
36 Then saide Iudas and his brethren, behold our enemies are discomfited: let vs goe vp to cleanse, and [ Or, repaire.] dedicate the Sanctuarie.
37 Upon this all the host assembled themselues together, and went vp into mount Sion.
38 And when they saw the sanctuarie desolate, and the altar prophaned, and the gates burnt vp, and shrubs growing in the courts, as in a forrest, or in one of the mountaines, yea and the priests chambers pulled downe,
39 They rent their clothes, and made great lamentation, and cast ashes vpon their heads,
40 And fell downe flat to the ground vpon their faces, and blew an alarme with the trumpets, and cried towards heauen.
41 Then Iudas appointed certaine men to fight against those that were in the fortresse, vntill he had clensed the Sanctuarie.
42 So he chose priests of blamelesse conuersation, such as had pleasure in the law.
43 Who cleansed the Sanctuarie, and bare out the defiled stones into an vncleane place.
44 And when as they consulted what to doe with the altar of burnt offrings which was prophaned,
45 They thought it best to pull it downe, lest it should be a reproch to them, because the heathen had defiled it; wherefore they pulled it downe,
46 And laide vp the stones in the mountaine of the temple in a conuenient place, vntill there should come a Prophet, to shew what should be done with them.
47 Then they tooke whole stones [ Exo_20:25; Deu_27:5; Jos_8:] according to the law, and built a new altar, according to the former:
48 And made vp the Sanctuarie, and the things that were within the temple, and hallowed the courts.
49 They made also new holy vessels, and into the temple they brought the candlesticke, and the altar of burnt offerings, and of incense, and the table.
50 And vpon the altar they burnt incense, and the lamps that were vpon the candlesticke they lighted, that they might giue light in the temple.
51 Furthermore they set the loaues vpon the table, and [ Or, spread abroad the hangings, or hanged vp the uailes.] spread out the veiles, and finished all the workes which they had begunne to make.
52 Now on the fiue and twentieth day of the ninth moneth, (which is called the moneth Casleu) in the hundreth fourty and eight yeere they rose vp betimes in the morning,
53 And offered sacrifice according to the law vpon the new altar of burnt offerings, which they had made.
54 Looke at what time, and what day the heathen had prophaned it, euen in that was it dedicated with songs, and cittherns, and harpes, & cimbals.
55 Then all the people fell vpon their faces, worshipping and praising the God of heauen, who had giuen them good successe.
56 And so they kept the dedication of the altar eight dayes, and offered burnt offerings with gladnesse, and sacrificed the sacrifice of [ Or, peace offerings.] deliuerance and praise.
57 They deckt also the forefront of the temple with crownes of gold; and with shields, and the gates, and the chambers they [ Or, dedicated.] renewed and [ Or, made doores for them.] hanged doores vpon them.
58 Thus was there very great gladnesse among the people, for that the reproch of the heathen was put away.
59 Moreouer Iudas and his brethren with the whole congregation of Israel ordained that the daies of the dedication of the altar, should be kept in their season from yeere to yeere by the space of eight dayes, from the fiue and twentieth day of the moneth Casleu, with mirth and gladnesse.
60 At that time also they builded vp the mount Sion with high walles, and strong towres round about, lest the Gentiles should come & tread it downe, as they had done before.
61 And they set there a garison to keepe it: and fortified Bethsura to preserue it, that the people might haue a defence against Idumea.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Batalla de Emaús. La victoria de los «débiles» pone en alerta al imperio. Antíoco se ve en la necesidad de abrir dos frentes de batalla, uno contra Persia con el fin de conseguir dinero para mantener la guerra contra quienes amenazan su poder y riqueza -Aún hoy, se siguen haciendo guerras por razones económicas sin importar las personas que mueren en ellas-; el otro frente, bajo el mando de Licias, busca aplastar la sublevación judía y borrar su nombre del lugar (3,35). El número de cuarenta mil soldados de infantería y siete mil jinetes elegidos para esta tarea, coincide con las cifras de 1Cr_19:19, dejando ver en el autor la intención de comparar a Judas con David. El ejército macabeo, conciente de su inferioridad, saca fuerzas para el combate, recordando la cruel situación que atraviesa el pueblo, la ciudad y el Templo (59), consultando la Palabra de Dios (48), haciendo ayuno y oración (47), respetando las normas para participar en el combate (56), pero sobre todo, poniendo todo en las manos del Señor (60). La lucha por la paz, con libertad, justicia y dignidad lo merece todo, aun la propia vida.
El imperio a pesar de su superioridad sigue siendo derrotado por varias razones: la inteligencia de Judas, al mejor estilo de David, en su estrategia militar; la memoria en un Dios liberador que siempre vence a cualquier faraón; y el sueño por mantener una Alianza que los hace libres e hijos predilectos de Dios. Cuando los pobres luchan con inteligencia por una liberación integral y unida al amor de Dios, no hay causa que se pierda.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*3:1-9:22 Esta parte ocupa la mitad del libro y está dedicada a la gesta de Judas Macabeo. A través de sucesivas batallas, va alcanzando las metas de la liberación deseada: primero la recuperación de Jerusalén con su templo, que permite la purificación y la nueva solemne dedicación del mismo (1Ma 3:1-60; 1Ma 4:1-61); en segundo lugar, después de la muerte de Antíoco IV, logra un compromiso de paz con su hijo Antíoco V, junto con una autonomía todavía imperfecta y tolerancia religiosa para la nación judía (1Ma 5:1-68; 1Ma 6:1-63); finalmente, la firma de un pacto con Roma, en tiempos de Demetrio I, ante quien Judas sucumbe en la batalla (1Ma 7:1-50; 1Ma 8:1-32; 1Ma 9:1-22).

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



15. "Gázara" es el nombre arameo de Guézer, situada a unos 35 kilómetros al noroeste de Jerusalén. La "Idumea" comprendia una parte del antiguo reino de Edóm, al sur de Judea.

24. Sal_106:1. Ver nota Jer_33:11.

28. "Al año siguiente", es decir, a comienzos del 164 a. C.

54. La dedicación del altar se celebr6 en el tercer aniverario de la profanación del Templo (1. 54), es decir, hacia el 14 de diciembre del 164 a.C.

59. Ver 2Ma_1:9; 2Ma_2:16; 2Ma_10:1-8.

Torres Amat (1825)



[23] Se incluye el dinero de los compradores de esclavos. 1 Mac 3, 41; 2 Mac 8, 25.

[24] Sal 136 (135).

[30] Judas Macabeo recuerda las victorias de David y Jonatás. 1 Sam 14, 13; 17, 50.

[47] Ex 20, 25; Deut 27, 5-6.

[49] El templo fue restaurado y provisto de lo necesario.

[61] Fortaleza cerca de Jerusalén.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

— Dios: Ver nota a 1Ma 3:18.

Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)



[=] *Lc 6:35 *Jn 14:21