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Nicanor llegó a Jerusalén con un ejército numeroso y envió a Judas y sus hermanos un insidioso mensaje de paz diciéndoles: (I Macabeos 7, 27) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Muerte de Antíoco V y de Lisias (7:1-4).
1 El año 151 salió de Roma Demetrio, hijo de Seleuco, con unos cuantos hombres, y desembarcó en una ciudad marítima, logrando ser en ella reconocido por rey. 2 Al entrar en el palacio real de sus padres, el ejército se apoderó de Antíoco y de Lisias para entregárselos. 3 Al saberlo, dijo: No quiero ni ver su cara. 4 Las tropas los mataron, y así se sentó Demetrio en su trono real.

Seleuco IV Filopator (187-175) duró poco en el trono. En lugar de su hermano Antíoco IV Epifanes logró que quedara prisionero de los romanos su hijo Demetrio. Pasaron los años. Al enterarse en su cautiverio de la muerte de su tío Epifanes, Demetrio pidió al senado autorización para trasladarse a Siria y hacer valer sus derechos al trono de los seléucidas. El senado, sin rechazar la petición, daba largas al asunto por interesar más a Roma mantener en el trono de Siria al regente Lisias y a un monarca menor de edad que a un hombre en la plenitud de sus facultades. El enérgico Demetrio no cejó en sus pretensiones. Un día se presentó ante él su preceptor Diodoro con la noticia de que el pueblo de Siria odiaba a Lisias y a Antíoco Eupator. Viendo Demetrio la apatía del senado, cierto día, con el apoyo del historiador Polibio, escapó de Roma, embarcó en una nave cartaginesa y desembarcó en Trípolis, en Fenicia (2Ma_14:1). Le acompañaban ocho amigos, cinco criados y tres jóvenes. El animoso Demetrio, que contaba a la sazón veintidós años de edad, puso el pie en tierras de Siria el año 151, muy probablemente durante el verano de 161 antes de Cristo, como se deduce del hecho de hacer parte de su viaje en una nave de Cartago que se dirigía a Tiro para entregar las primicias que debían ofrecerse a los dioses de esta ciudad 1. En el viaje de Trípolis a Antioquía (283 kilómetros) le comunicaron que la tropa, o más bien la oficialidad, se había apoderado de Eupator y de Lisias. Demetrio no quiso ni verlos, actitud ambigua con la que dejaba las manos libres a la oficialidad para que los ejecutaran, quedando de esta manera libre de la responsabilidad del asesinato de dos personalidades, oficialmente amigas de Roma. Esta muerte contribuyó sin duda a su reconocimiento como rey de Siria por los romanos.

Intrigas de Alcimo (2Ma_7:5-7).
5 Luego se llegaron a él todos los malvados e impíos de Israel, con Alcimo a la cabeza, que pretendía el sumo sacerdocio; 6 y presentaron al rey muchas acusaciones contra el pueblo, diciendo: Judas y sus hermanos han dado muerte a todos tus amigos, y a nosotros nos han expulsado de nuestra tierra. 7 Te rogamos envíes una persona de tu confianza que vaya y vea todos los estragos que nos han causado a nosotros y al territorio del rey, y que los castigue a ellos y a cuantos les prestan auxilio.

Tan pronto como Demetrio quedó dueño del país, una comisión de judíos helenizantes, capitaneados por Alcimo, se presentó en Antioquía, culpando a Judas y a sus hermanos de dar muerte a los amigos del rey. Como consecuencia del pacto firmado entre Lisias y Judas, tuvieron los Macabeos libertad para ajustar sus cuentas con los judíos apóstatas, que eran perseguidos, vejados y constreñidos a abandonar las tierras de Palestina. Alcimo, nombre helenizado, del hebraico laqim (1Cr_8:19), pertenecía a la estirpe sacerdotal (v.14), pero no era de la familia del sumo sacerdote Onías 2.

Proposiciones engañosas de paz (1Cr_7:8-18).
8 Eligió el rey a Báquides, uno de sus amigos, que gobernaba 1 a región del otro lado del río, hombre grande en el reino y fiel al soberano; 9 y le envió en compañía del impío Alcimo, a quien instituyó sumo sacerdote, mandándole que tomara venganza de los hijos de Israel. 10 Partieron con un gran ejército, y, llegados a la tierra de Judá, enviaron mensajeros a Judas y a sus amigos con palabras engañosas de paz, 11 a las que ellos no dieron crédito porque veían el gran ejército que traían. 12 Acudieron a Alcimo y a Báquides muchos escribas reclamando un pacto justo; 13 y los asideos fueron los primeros entre los hijos de Israel que pidieron la paz, 14 porque se decían: Es un sacerdote del linaje de Aarón el que ha llegado con las tropas; no nos engañará. 15 En efecto, les habló palabras de paz y les juró, diciendo: No os haremos mal ni a vosotros ni a vuestros amigos. 16 Con esto le creyeron; pero prendió a sesenta de ellos, y en un solo día les dio muerte, según lo que está escrito: 17 Las carnes de tus santos y su sangre derramaron en torno de Jerusalén, y no había quien los enterrase. 18 El miedo y el espanto se apoderó de todo el pueblo, porque se decían: No hay verdad ni justicia, pues han violado los compromisos y juramentos que habían hecho.

La acusación hizo mella, enviando Demetrio contra Judas al generalísimo de sus ejércitos, Báquides, sucesor del difunto Lisias, mientras él marchaba a Babilonia para atajar las pretensiones de Timarcos. Demetrio le derrotó, recibiendo, por lo mismo, de los babilonios el sobrenombre de Soter (salvador).
Alcimo acompañaba al generalísimo sirio Báquides en su viaje a Palestina. Propuesto acaso para el cargo de sumo sacerdote por Antíoco Eupator, busca ahora afanosamente la confirmación por parte del nuevo soberano, que le instituyó sumo sacerdote (v.5). Pero este nombramiento por real orden no tendría eficacia en la práctica mientras el templo y la ciudad de Jerusalén permanecieran en manos de los Macabeos y de sus amigos.
Báquides y Alcimo hacen proposiciones de paz a Judas, quien se percató de que el ofrecimiento no era sincero. Además, ¿por qué ofrecer proposiciones de paz al amparo de un ejército dispuesto a lanzarse sobre Jerusalén? No fue tan enérgica la actitud de los asideos. Los escribas cayeron en el lazo que Alcimo les tendía. Quizá estaban ellos dolidos por la conducta de Judas, que confiaba más en la eficacia de las armas que en las lucubraciones interminables de los soferim. Los asideos vieron en Alcimo a un personaje perteneciente al linaje sacerdotal. Como hemos dicho, Alcimo pertenecía a la estirpe sacerdotal, pero no a la familia del sumo sacerdote Onías. Alcimo engañó a los asideos. Parece que el v.16 debe entenderse en el sentido de que, una vez estipuladas las paces, Alcimo propuso a Báquides la idea de liquidar a aquellos asideos que se habían mostrado más reacios a sus ofrecimientos y que en tiempos pasados se distinguieron en la lucha contra los simpatizantes del helenismo. Se citan en el v.17 unas frases de Sal_79:2 según la versión de los LXX. Una opinión muy de moda entre los comentaristas (Calés, Castellino, Herkenne) data la composición del salmo de los años 587-586. Pudo el salmo recibir algunos retoques en tiempos de los Macabeos (Calés). El estilo empleado en los últimos versículos puede sugerir la idea de que son obra del traductor griego u otro autor distinto del que escribió el original hebraico.

Alcimo consolida su pontificado (Sal_7:19-25).
19 Báquides, saliendo de Jerusalén, vino a acampar en Bezeta y mandó prender a muchos de los que habían desertado de él y a algunos del pueblo, y los mató, arrojándolos a una gran cisterna. 20 Puso luego la provincia en manos de Alcimo, con tropas para auxiliarle, y se volvió al rey. 21 Alcimo luchaba por asegurarse en el pontificado, 22 juntándose a él todos los perturbadores de su pueblo, que se apoderaron de la tierra de Judea y causaron a Israel muchos daños. 23 Así que vio Judas los grandes males que Alcimo y los suyos traían sobre los hijos de Israel, mayores que los causados por los gentiles, 24 se puso en campaña, y, recorriendo toda la tierra de Judea, castigó a los apóstatas, que cesaron de andar por ella. 25 Alcimo, viendo que Judas y los suyos se hacían poderosos, y conociendo, por otra parte, que él no era capaz de hacerles frente, se volvió al rey, acusándoles de muchos crímenes.

En las cercanías de Bezeta (a seis kilómetros al norte de Betsur) había pozos y cisternas. Las represalias comenzaron tan pronto como la policía delató a los culpables. El texto puede interpretarse de dos maneras. Admitiendo la lección de Luciano (ap'autou, de él) se infiere que fueron arrojados a una cisterna algunos desertores de su ejército, probablemente judíos, que protestaron por el modo injusto de tratar Báquides a sus hermanos de raza. Otra interpretación, sostenida por Abel, se apoya en la lección met'autou (con él) y traducen: que se habían pasado a él. Según lo dicho, algunos de los que se incorporaron al partido de Báquides habíanse ensañado antes contra los helenizantes, intentando ahora borrar su pasado dudoso con alistarse al ejército sirio.
Báquides había sembrado el pánico en su alrededor. Las gentes vivían aparentemente tranquilas, por lo que juzgó innecesaria su presencia en Palestina, dejando a Alcimo el encargo de ultimar su misión. Estaba éste obsesionado por la idea de asegurar su pontificado, empleando para ello más bien métodos de captación. Pero la avalancha y presión de los helenistas y judíos renegados, que reclamaban un trato de favor, le hicieron impopular. Judas quiso terminar con las bandas de tránsfugas rencorosos y aprovechados, impidiéndoles circular por el territorio. Por falta de ejército no pudo Alcimo someter al Macabeo.

Misión y derrota de Nicanor (Sal_7:26-32).
26 Envió el rey a Nicanor, uno de sus capitanes más ilustres y enemigo jurado de Israel, encargándole la destrucción del pueblo. 27 Llegó Nicanor a Jerusalén con un poderoso ejército, y envió a Judas y a sus hermanos engañosos mensajes de amistad, 28 diciéndoles: No haya lucha entre nosotros; yo iré a ti con poca gente; nos veremos y hablaremos como amigos 29Vino, en efecto, a Judas y se saludaron amistosamente; pero los enemigos estaban dispuestos a prenderle, 30 Mas, conociendo Judas que venían a él con engaño, temió y no quiso volver a verle más. 31 Nicanor, cuando vio descubiertos sus planes, salió a combatir contra Judas cerca de Cafarsalama. 32 El resultado de la lucha fue que cayesen de las tropas de Nicanor unos cinco mil hombres, huyendo los demás a la ciudad de David.

Demetrio dio crédito a las acusaciones de Alcimo y decidió acabar de una vez con los reaccionarios judíos. Confió esta tarea a Nicanor, general valiente e incondicional del monarca a toda prueba. Fue antes amigo de Antíoco Epifanes y general de su ejército (Sal_3:38-41). Al parecer tuvo Nicanor un altercado con Lisias, circunstancia que aprovechó para huir a Roma y ponerse a las órdenes de Demetrio, pretendiente al trono real de Siria. En Roma preparó la fuga de Demetrio 3. Antes del año 162 era elefantarco, (2 Mac 14:32), comandante de la sección de los elefantes. Nicanor llegó a Jerusalén con propósitos aparentemente pacíficos. En vez de apelar a las armas, sugirió la celebración de una entrevista entre él y Judas Macabeo. A consecuencia de los combates en Betzacaría y en Jerusalén (6:32-62), Judas se había retirado a tierras de Gofna (Gifne), a unos veintidós kilómetros al norte de Jerusalén 4. Nicanor envió a Judas tres diputados, llamados Posidonio, Teódotos y Matatías. Las conversaciones tuvieron en un principio buenos resultados, firmándose un tratado de paz. Nicanor licenció a muchos soldados que le habían acompañado hasta Jerusalén, trabando amistad con Judas, cuya personalidad encontraba simpática. Pero Alcimo protestó de esta camaradería entre Nicanor y su enemigo Judas, acusando al general de obrar en contra de los intereses de la nación. Dejóse el rey impresionar por Alcimo, enviando a Nicanor la orden de entregar a Judas encadenado en Antioquía. Las intrigas de Alcimo y la orden real cogieron de sorpresa a Nicanor, que tomó medidas encaminadas a apoderarse de Judas. En un choque en el término de Cafarsalama (Deir Salam, a diez kilómetros al norte de Jerusalén) cayeron cinco mil soldados del ejército de Nicanor (según Sinaítico, Vetus Lat. y Sir., los muertos fueron quinientos).

Nicanor en el templo (7:33-38).
33 Después de estos sucesos subió Nicanor al monte de Sión, y salieron del templo los sacerdotes y los ancianos del pueblo para saludarle amigablemente y mostrarle los holocaustos que se ofrecían por el rey. 34 Pero él, burlándose de ellos, los escarneció y profanó los holocaustos con altivez, 35 y, airado, juró, diciendo: Si Judas no se me entrega y su ejército no se me rinde ahora, cuando vuelva victorioso daré al fuego este templo. Y partió lleno de cólera. 36 Salieron los sacerdotes, y de pie, frente al altar y al templo, clamaron, diciendo: 37 Tú, Señor, que has elegido esta casa para que en ella fuese invocado tu nombre y fuese casa de oración y de plegaria para tu pueblo, 38 toma venganza de este hombre y de su ejército, y caiga al filo de la espada. Acuérdate de sus blasfemias y no permitas que salgan con sus intentos.

El amor propio de Nicanor sintió al vivo la derrota de sus tropas en Cafarsalama, descargando todo su furor sobre el templo y los sacerdotes que lo servían. Aunque el texto diga que Nicanor subió al templo, en realidad salió de la ciudadela en donde se hospedaba, y descendió hacia el monte Sión, situado en un nivel inferior, al otro lado del Tiropeón. El uso del verbo subir para expresar la idea de encaminarse al templo remontaba a los tiempos en que la ciudad estaba edificada sobre el Ofel. Los sacerdotes impidieron disimuladamente que Nicanor entrara en el recinto sagrado, cumplimentándole en la misma puerta, desde la cual pudo comprobar la verdad del sacrificio por el rey. Estos holocaustos por los soberanos reinantes estuvieron en uso durante el período persa, griego y romano. Los gastos que ocasionaban eran saldados por los mismos monarcas5 (Bar_1:10-12; Esdr 6:8-10). Burlóse Nicanor de los sacerdotes y se burlo despectivamente de los holocaustos. Desató su lengua en insultos contra los ministros del altar, atreviéndose, en el paroxismo de su furor, a escupirles en la cara, lo que, además de un ultraje, constituía una impureza legal. Una idea obsesionaba al general sirio: Judas. Si al regresar de su viaje no se lo entregan, arrasará el templo.

Batalla de Adasa y muerte de Nicanor (7:39-50).
39 Partió Nicanor de Jerusalén y asentó su campo en Betorón, donde se le agregó un cuerpo de sirios. 40 En tanto, estaba Judas en Adasa con tres mil hombres, y, orando, dijo: 41 Señor, cuando los mensajeros del rey de Siria blasfemaron, un ángel tuyo vino e hirió a ciento ochenta y cinco mil de ellos. 42 Aplasta así hoy a este ejército ante nosotros, y que, al verle castigado por su maldad, reconozcan todos que fue por haber amenazado tu santuario. 43 Los ejércitos vinieron a las manos el día trece del mes de Adar, quedando derrotado el de Nicanor y cayendo él mismo el primero en la lucha. 44 Cuando el ejército se dio cuenta de que Nicanor había caído, arrojó las armas y huyó. 45 Los persiguieron una jornada de camino, desde Adasa hasta Gazer, tocando detrás de ellos las cornetas. 46 De todas las aldeas próximas de Judea salían para acosarlos, y, luchando contra ellos, los mataron al filo de la espada, sin que quedase ni uno solo. 47 Se apoderaron de sus despojos y de su botín y cortaron a Nicanor la cabeza y la mano derecha, que orgullosamente había alzado contra Jerusalén. 48 El pueblo se alegró extraordinariamente y celebraron aquel día con gran regocijo, 49 y acordaron celebrarlo cada año el mismo día trece de Adar. 50 Por algún tiempo gozó de paz la tierra de Judá.

Desde Siria llegaba un nuevo contingente de tropas para reforzar el ejército de Nicanor. Con esta ayuda creyó él acabar con los reaccionarios judíos, apoderarse de Judas y entregar el templo a las llamas. Judas siguió de lejos los pasos de Nicanor cuando éste, al frente del nuevo ejército, avanzaba en dirección a Jerusalén. Judas da por descontado que Yahvé castigará la insolencia de Nicanor, y, armado con esta confianza ciega, le presenta batalla. Colocó sus soldados en la colina de Adasa, para lanzarse sobre las tropas de Nicanor tan pronto penetraran por las pendientes que estrechan el camino en las cercanías de Jirbet Adasa. Nicanor cayó muerto en la refriega. Cortaron su cabeza y la mano derecha (1Sa_17:54; Jdt_13:15; Jdt_14:1), conforme a las costumbres militares de aquel tiempo. Más información sobre el particular en 2Ma_15:30-33. La batalla se dio el 13 del mes Adar, el último del calendario hebraico, correspondiente a febrero-marzo. Todos los años en aquel día se celebraba la fiesta de Nicanor (Megillat Taanit), que subsistía aún en el siglo VIII después de Cristo. Pero, al coincidir con la fiesta de Purim (2Ma_15:36), cayó en desuso.

1 De la expoliación de un templo por parte de Antíoco IV hablan los historiadores paganos. Appiano (Syriaca 66) alude a un saqueo del templo de Afrodites en Elimaida; Poli-bio (2Ma_31:9) y San Jerónimo (In Danielern 11:44: PL 25:573) mencionan el robo del templo Ar-temides-Diana. En 2Ma_1:13 se dice que Antíoco asaltó el templo de Nanea, la misma diosa, al parecer, que Anaites de Eliano (De natura animalium 12:23).
2 Ant. lud 12:9:1.
3 Syriaca 46.
4 Chron. Armen,
5 Bell.Jud_1:1:40.
6 Ant. lud. 12:9,3. La Biblia comentada 2
7 Hierozaicon I 2:27.
8 De officiis 1:40.
9 Véase O. Sellers, The Citadel ofBethzur (Filadelfia 1933).
10 Ant.Jud. 12:10.

1 Polibio, 31:12:12.
2 Flavio Josefo, Ant. lud. 20:10:3.
3 Polibio, 31:14.
4 Flavio Josefo, Bell, lud. 1:45.
5 Flavio Josefo, Contra Ap. 2:77.


King James Version (KJVO) (1611)



Chapter VII.

1 Antiochus is slaine, and Demetrius reigneth in his stead. 5 Alcimus would be hie Priest, and complaineth of Iudas to the king. 16 He slayeth threescore Asideans. 43 Nicanor is slaine, and the kings forces are defeated by Iudas. 49 The day of this victorie is kept holy euery yeere.
1 In the hundreth and one and fiftieth yeere, Demetrius the sonne of Seleucus departed from Rome, and came vp with a fewe men vnto a [ Tripolis: Ioseph. Ant. lib.10,12.cap.16.] citie of the Sea coast, and reigned there.
2 And as he entred into the [ Greek: house of the kingdome of his father.] palace of his ancestors, so it was, that his forces had taken Antiochus and Lysias to bring them vnto him.
3 Wherefore when he knew it, hee said; Let me not see their faces.
4 So his hoste slewe them. Now when Demetrius was set vpon the throne of his kingdome,
5 There came vnto him all the wicked and vngodly men of Israel, hauing Alcimus (who was desirous to be high Priest) for their captaine.
6 And they accused the people to the king, saying; Iudas and his brethren haue slaine all thy friends, and driuen vs out of our owne land.
7 Now therefore send some man whom thou trustest, and let him goe and see what hauocke he hath made amongst vs, and in the kings land, and let him punish them with all them that aide them.
8 Then the king chose Bacchides a friend of the king, who ruled beyond the flood, and was a great man in the kingdome, and faithfull to the king.
9 And him hee sent with that wicked Alcimus, whom hee made high Priest, and commanded that he should take vengeance of the children of Israel.
10 So they departed, and came with a great power into the land of Iudea, where they sent messengers to Iudas and his brethren with peaceable words deceitfully.
11 But they gaue no heede to their words, for they sawe that they were come with a great power.
12 Then did there assemble vnto Alcimus and Bacchides, a company of [ Or, officers. gouernment, chiefemen, or men in aythoritie.] Scribes, to require iustice.
13 Now the Assideans were the first among the children of Israel, that sought peace of them:
14 For, said they, one that is a Priest of the seede of Aaron, is come with this armie, and he will doe vs no wrong.
15 So he spake vnto them peaceably, and sware vnto them, saying; We will procure the harme neither of you nor your friends.
16 Whereupon they beleeued him: howbeit hee tooke of them threescore men, and slewe them in one day, according to the words which he wrote:
17 [ Psa_79:2-3.] The flesh of thy Saints [haue they cast out.] and their blood haue they shed round about Ierusalem, and there was none to bury them.
18 Wherefore the feare and dread of them fell vpon all the people, who said, There is neither trueth, nor [ Greek: iudgement.] righteousnesse in them; for they haue broken the couenant and othe that they made.
19 After this remooued Bacchides from Ierusalem, and pitched his tents in Bezeth, where he sent and tooke many of the men that had forsaken him, and certaine of the people also, and when he had slaine them, [he cast them.] into the great pit.
20 Then committed he the countrey to Alcimus, and left with him a power to aide him: so Bacchides went vnto the king.
21 But Alcimus [ Or, laboured to defend his high Priesthood.] contended for the high Priesthood.
22 And vnto him resorted all such as troubled the people, who after they had gotten the land of Iuda into their power, did much hurt in Israel.
23 Now when Iudas saw all the mischiefe that Alcimus and his company had done among the Israelites, euen aboue the heathen,
24 He went out into all the coast of Iudea round about, and tooke vengeance of them that had [ Or, fledde from him to the enemie.] reuolted from him, so that they durst no more [ Or, inuade the countrey.] goe foorth into the countrey.
25 On the other side, when Alcimus saw that Iudas and his company [ Or, were growen very strong.] had gotten the vpper hand, and knew that he was not able to [ Greek: to abide them.] abide their force, he went againe to the king, and said all the worst of them that he could.
26 Then the king sent Nicanor one of his honourable princes, a man that bare deadly hate vnto Israel, with commandement to destroy the people.
27 So Nicanor came to Ierusalem with a great force: and sent vnto Iudas and his brethren deceitfully with [ Greek: peaceable.] friendly words, saying,
28 Let there be no battell betweene me and you, I will come with a fewe men, that I may [ Greek: see your faces.] see you in peace.
29 He came therefore to Iudas, and they saluted one another peaceably. Howbeit the enemies were prepared to take away Iudas by violence.
30 Which thing after it was knowen to Iudas (to wit) that he came vnto him with deceit, he was sore afraid of him, and would see his face no more.
31 Nicanor also when he saw that his counsell was discouered, went out to [ Greek: meet Iudas in battell.] fight against Iudas besides [ Or, Carphasalama.] Capharsalama.
32 Where there were slaine of Nicanors side, about fiue thousand men, and [the rest.] fled into the citie of Dauid.
33 After this went Nicanor vp to mount Sion, and there came out of the Sanctuarie certaine of the priestes, and certaine of the elders of the people to salute him peaceably, and to shewe him the burnt sacrifice that was offred for the king.
34 But he mocked them, and laughed at them, and [ Greek: defiled them.] abused them shamefully, and spake proudly,
35 And swore in his wrath, saying, vnlesse Iudas and his hoste be now deliuered into my hands, if euer I come againe [ Greek: in peace.] in safetie, I will burne vp this house: and with that he went out in a great rage.
36 Then the priests entred in, and stood before the altar, and the Temple, weeping, and saying,
37 Thou O Lord didst choose this house, to be called by thy Name, and to be a house of prayer and petition for thy people.
38 Be auenged of this man and his hoste, and let them fall by the sword: Remember their blasphemies, and suffer them not to continue any longer.
39 So Nicanor went out of Ierusalem, & pitched his tents in Bethoron, where an hoste out of Syria met him.
40 But Iudas pitched in Adasa with three thousand men, and there he prayed, saying,
41 [ 2Ki_19:35; Isa_37:36; Sir_48:22; 2Ma_8:19.] O Lord, when they that were sent from the king of the Assyrians blasphemed, thine Angel went out, and smote a hundred, fourescore, and fiue thousand of them.
42 Euen so destroy thou this host before vs this day, that the rest may know that he hath spoken blasphemously against thy Sanctuary, and iudge thou him according to his wickednesse.
43 So the thirteenth day of the moneth Adar, the hostes ioyned battell, but Nicanors host was discomfited, & he himselfe was first slaine in the battell.
44 Now when Nicanors host saw that he was slaine, they cast away their weapons, and fled.
45 Then [ Or, the Iewes,] they pursued after them a dayes iourney from Adasa, vnto Gasera, sounding an alarme after them with their trumpets.
46 Whereupon they came forth out of all the townes of Iudea round about, and closed them in, so that they turning backe vpon them that pursued them, were all slaine with the sword, and not one of them was left.
47 Afterwards they tooke ye spoiles, and the pray, and smote off Nicanors head, & his right hand, which he stretched out so proudly, and brought them away; and hanged them vp, towards Ierusalem.
48 For this cause the people reioyced greatly, and they kept that day, a day of great gladnesse.
49 Moreouer they ordeined to keepe yeerely this day, being the thirteenth of Adar.
50 Thus the land of Iuda was in rest a litle while.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Derrota de Nicanor. Alcimo pide ayuda a Demetrio, quien manda a Nicanor, su mejor general, para atacar a los judíos y quitarles la poca autonomía que mantenían. La estrategia de Nicanor se basa en el engaño so pretexto de un proceso de diálogo y negociación. ¿Cómo lograr que la palabra, igual que la de Dios en el primer capítulo del Génesis o la de Jesús, sea siempre una palabra creadora de vida, sincera y confiada, y no una palabra que se utiliza para engañar y destruir la vida? Ser hombres y mujeres de palabra es un buen punto de partida para que los diálogos de las personas y los pueblos sean fructíferos y eficaces.
La batalla final sigue un esquema conocido en el Antiguo Testamento: presentación de los ejércitos, oración pidiendo la intervención de Dios, la batalla, derrota y muerte del invasor, huída del resto del ejército enemigo y fiesta de los triunfadores (cfr. 2Re_18:17-19, 37). El triunfo macabeo se convierte en una fiesta con intenciones de repetirla anualmente. Sin embargo, muy pronto dejó de celebrarse, probablemente por su proximidad con la fiesta de Purim (14 de marzo). Este final, con sabor a triunfo liberador y tiempo de paz, recuerda las gestas narradas en el libro de los Jueces.
Dos hechos para reflexionar desde una perspectiva cristiana. El primero, la actitud poco tolerante y violenta de Judas Macabeo, quien después del pacto firmado con Lisias, recorría el país matando y maltratando los judíos «desertores» (7,23). La segunda, colocar a Dios como un general del ejército que manda a sus ángeles a matar los enemigos de quienes elevan sus oraciones al cielo. Aunque Jesús es duro con los enemigos del pueblo y de los pobres, la justicia y la paz no se consiguen con la violencia, sino con la concientización y la organización de los pueblos.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*7:1-9:22 Esta última sección del caudillaje de Judas se presenta en un contexto nuevo: la subida de Demetrio I al trono seléucida, quien continúa con la política helenizante. Se manifiesta con claridad la escisión de grupos entre los judíos. 1 Macabeos comienza ahora a ocuparse del sumo sacerdocio (2 Macabeos lo hace con anterioridad). Judas y los suyos plantean su lucha y su presencia internacional en busca de mayor autonomía política. El autor separa las acciones y la muerte de Judas en 1Ma 7:1-50 y 1Ma 9:1-22, incluyendo en 1Ma 8:1-32 el tratado con Roma.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



1. La indicación cronológica corresponde al 161 a.C.

17. Sal_79:2-3.

41. Ver 2Re_19:35; Isa_37:36; 2Ma_8:19.

43. Esta batalla tuvo lugar en marzo del 160 a.C.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |2Ma_14:15-24

Torres Amat (1825)



[1] Demetrio I reinó de 161 a 150 a.C.. 2 Mac 14, 1.

[16] Sal 79 (78), 2; 2 Mac 14, 6.

[27] Nicanor quiere tender una trampa a Judas, que se da cuenta y huye. 2 Mac 14, 13.

[47] 2 Mac 15, 33-35.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |2Ma_14:15-24