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Recordaron entonces el sangriento fin de su hermano Juan y subieron a ocultarse al abrigo de la montaña. (I Macabeos 9, 38) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

Times New Roman ;;


Báquides en Judea (9:1-6).
1 Cuando Demetrio supo que Nicanor y su ejército habían caído en la batalla, volvió a enviar por segunda vez a Báquides con Alcimo a tierra de Judá, a la cabeza del ala derecha de su ejército. 2 Tomaron el camino de la oamea y acamparon en Masalot, cerca de Arbela, apoderándose de ella y matando a muchos. 3 En el mes primero del año 152 asentaron su campo enfrente de Jerusalén; 4 pero veinte mil hombres de infantería y dos mil caballos se dirigieron a Berea. 5 Entre tanto, Judas había acampado en Laisa con tres mil hombres escogidos, 6 los cuales, viendo la muchedumbre del ejército, temieron sobremanera, huyendo muchos del campo y no quedando de todos más que ochocientos.

Este capítulo enlaza con lo dicho en 7:50. El tratado entre los romanos y Judas no impide que Demetrio mande de nuevo un poderoso ejército contra Judea. Báquides y Alcimo vuelven a Palestina con el ala derecha del ejército, esto es, con las tropas más aguerridas, que solían estar a las órdenes inmediatas del rey. Desde el norte de Siria tomó la dirección de Galilea, acampando cerca de Arbela, el actual Jirbet Irbit, a la altura de Magdala y no lejos del lago de Genesaret. Masalot, del hebreo mesilloth, escaleras, no es nombre de lugar. Por el texto se deduce que Báquides marchó a Jerusalén, o porque creía encontrar allí a Judas o para entronizar a Alcimo en sus funciones sacerdotales en el templo. Al enterarse de que Judas acampaba a unos kilómetros al norte, fue en busca suya. Las tropas cansadas de Judas temblaron a la vista del numeroso ejército enemigo.

Cunde el desaliento (9:7-10).
7 Viendo Judas que su ejército se disgregaba y que, sin embargo, la batalla era inminente, se sintió aplanado, porque no le quedaba tiempo para volverlos a juntar, 8 y, sintiendo que se le rompía el corazón, dijo a los que le quedaban: Ea, vayamos al enemigo, a luchar contra él. 9 Querían ellos disuadirlo, diciendo: No podremos; mejor nos sería conservar ahora nuestra vida y volver luego con nuestros hermanos; entonces podremos combatirlos; por ahora somos muy pocos. 10 Pero Judas contestó: Lejos de mí hacer tal cosa, de huir ante ellos. Si nuestra hora ha llegado, muramos valerosamente por nuestros hermanos y no empañemos nuestro honor.

No sabemos las causas que concurrieron al relajamiento total de la moral combativa de las tropas de Judas. La superioridad numérica del enemigo fue más bien un pretexto para rehuir el combate. Unos se marcharon, otros quedaron al lado de Judas, pero con una moral muy resquebrajada. Judas midió justamente lo trágico de la situación, temiendo que su fin se acercaba. Sólo Dios, con un milagro, podía salvarle. Del pesimismo que invadía a los combatientes, y que influía extraordinariamente en sus ánimos, se hace eco el mismo autor sagrado.

Encarnizados combates (9:11-16).
11 En esto el campo enemigo se movió y ellos le hicieron frente. La caballería se dividió en dos partes: los honderos y arqueros del ejército, todos hombres valientes, se adelantaron, ocupando la primera fila. 12 Estaba Báquides en el ala derecha, e hizo al sonido de las cornetas avanzar la falange dividida en dos cuerpos. 13 Los de Judas dieron también la señal, y la tierra tembló al estruendo de los ejércitos. La batalla fue encarnizada, y duró desde la mañana hasta la tarde. 14 Vio Judas que Báquides, con el núcleo más fuerte de su ejército, estaba en el ala derecha, y, juntando a los más animosos, 15 se echó con ellos sobre el enemigo, derrotándolo y persiguiéndolos hasta el pie de la montaña. 16 Los del ala izquierda, viendo derrotada y en huida la derecha, pudieron perseguir a Judas y a los suyos por la espalda.

Fue el ejército sirio quien tomó la iniciativa. No se dice que Judas invocara a Dios al principio de la batalla; apela él al honor para no rehuir el combate, pero parece no acordarse de Dios. Acaso no quiso el autor sagrado comprometer la causa divina en una lucha que más parecía un suicidio voluntario que un combate entre dos ejércitos.

Muerte de Judas (9:17-22).
17 La lucha se agravó, cayendo muchos de una y otra parte. 18 Cayó también Judas, y los restantes huyeron. 19Jonatán y Simón tomaron a Judas, su hermano, y le dieron sepultura en el sepulcro de sus padres en Modín. 20 Le lloraron, y todo Israel hizo por él gran duelo y por muchos días hicieron luto, diciendo: 21Cómo ha caído el valiente, el salvador de Israel! 22 Por lo demás, la historia de las guerras de Judas, sus hazañas, su magnanimidad, son demasiado grandes para ser escritas.

La lucha se agravó, y de una y otra parte cayeron muchos. Entre ellos cayó también Judas. Los supervivientes de su ejército huyeron a la desbandada. Las gentes de Judas mutilaron el cadáver de Nicanor (7:47). Era de temer que la misma suerte corriera el de Judas; pero sus hermanos lograron de Báquides, no sabemos a precio de qué, la autorización de llevarse el cadáver de su hermano y sepultarlo en Modín.

1 Polibio, 32:7:13.
2 Flavio Josefo, Ant. lud. 14:10:15; niese, Festschrift für Noídefee II 81733.
3 Hállase muy difundida la opinión de los que relacionan la mencionada palabra griega con los habitantes.de la Galia y no de Galacia. Después de los estudios de Mommsen, escribe Bévenot, está fuera de duda que el término griego tois galatais no se refiere a los gálatas, que se establecieron en Asia Menor el año 240 antes de Cristo, sometidos por Manlio Vulso el 189 (Ôßôï livio, 38:17:37), sino a los galos del norte de Italia, que apoyaron a Aníbal en la segunda guerra púnica (218-201), siendo vencidos definitivamente en el año 190 antes de Cristo.
4 Plinio, Nat. Hist. 33:4:6; Estrabón, 3:3.
5 Praep. Evang. 30:34·
6 Schürer, III 474-477; Bellet, l.c., 309-
7 Véase su texto en Bévenot y en CIG, n.248s.




3. Jonatan, Sucesor de Judas (c.9:23-12:54).

Israel a la deriva (9:23-27).

23 Muerto Judas, cobraron ánimo los apóstatas en todo el territorio de Israel y levantaron cabeza los obradores de la iniquidad. 24 Hubo por aquellos días un hambre grandísima, y el pueblo se pasó a ellos. 25 Escogió entonces Báquides hombres impíos y los estableció por señores de la tierra. 26 Buscaban éstos insistentemente el paradero de los amigos de Judas y los llevaban a Báquides, que los castigaba y escarnecía. 27 Fue ésta una gran tribulación en Israel, cual no se vio desde el tiempo en que no había entre ellos profetas.

La muerte de Judas sumió a Israel en una situación muy precaria. Los que le habían seguido encerráronse en sus casas o buscaron asilo en tierras inhospitalarias para no sufrir el oprobio de su derrota ni escuchar los improperios que les echaban en cara los helenizantes. Los judíos apóstatas arreciaron en su persecución, aprovechando la coyuntura para vengarse y tomar represalias. El hambre agravó la situación de los fieles escondidos en sus casas o en los desiertos. El excesivo rigor por parte de Báquides y los excesos de los apóstatas despertaron a los judíos del sopor en que yacían y les confirmaron en la necesidad de agruparse bajo un mando y luchar por las reivindicaciones nacionales.

Elección de Jonatán y su huida al desierto (9:28-34).
28 Reuniéronse entonces todos los amigos de Judas y dijeron a Jonatán: 29 Desde que murió tu hermano Judas no apareció ninguno semejante a él, capaz de hacer frente a los enemigos, a Báquides y a los perseguidores de nuestro pueblo. 30 Pero hoy te elegimos en su lugar para que seas nuestro jefe y capitán, para que nos lleves a nuestras batallas. 31 Aceptó Jonatán el mandato y ocupó desde entonces el puesto de Judas, su hermano. 32 Cuando Báquides tuvo noticia de ello, le buscó para darle muerte. 33 Mas, sabiéndolo Jonatán, su hermano Simón y sus parciales, huyeron al desierto de Tecoa y acamparon junto a las aguas de la cisterna de Asfar. 34 Súpolo Báquides en un día de sábado, y vino con todo su ejército al otro lado del Jordán.

Jonatán era conocido por su valor y su fidelidad a la memoria de su padre. Al comunicarle los conjurados que habían pensado en elegirle por jefe (arjon) y caudillo (egoúmenos), no rehusó la oferta. Con ello se oponía al acuerdo concluido con el general sirio, por lo que tuvo que huir a uña de caballo al desierto de Tecoa. Era el desierto el único lugar no controlado por las tropas de Báquides y en donde podían fácilmente ocultarse los que vivían al margen de la ley. Ocias había hecho una gran obra en el desierto de Tecoa al construir torres y excavar muchas cisternas (2Cr_26:10) para los pastores y sus rebaños. La de Asfar se hallaba en el lugar que ocupan las ruinas de Bir-ez-Zaferán, a cinco kilómetros al sur de Tecoa. No nos explicamos el porqué Báquides, al oír que Jonatán se retiró al desierto de Tecoa, se marchase a Transjordania. Acaso nos hallamos frente a una glosa muy antigua, ya existente en el texto hebraico, y que pasó a la versión griega 1.

Traición y castigo de los nabateos (2Cr_9:35-42).
35 Envió Jonatán a su hermano por jefe de una tropa, y rogó a los nabateos, sus amigos, les permitieran dejar a su custodia el bagaje, que era mucho. 36 Pero salieron de Madaba los hijos de Jambri, y se apoderaron de Juan y de cuanto llevaba, y se partieron con ello. 37 Llegó a Jonatán y a Simón, su hermano, la nueva de que los hijos de Jambri celebraban una solemne boda con gran pompa y conducían desde Nadabat la novia, hija de uno de los magnates de Canaán. 38 Y, acordándose de su hermano Juan, salieron, se ocultaron al abrigo de un monte, 39 alzaron los ojos y vieron una caravana regocijada y numerosa. Era el novio, que con sus amigos y hermanos salían al encuentro de la novia con panderos, instrumentos músicos y muchas armas. 40 Lanzándose fuera de su escondite, los de Jonatán los atacaron, quedando heridos muchos y huyendo los restantes al monte, apoderándose los vencedores de todos los despojos. 41 Las bodas se convirtieron en llanto; el sonido de la música, en lamentaciones; 42 y, tomada venganza de la sangre de su hermano, se volvieron a la ribera pantanosa del Jordán.

Cada uno que se juntaba a Jonatán y acudía a su escondite del desierto ponía a buen recaudo todo cuanto poseía. Pensó Jonatán confiar la custodia de estos bienes a los nabateos (2Cr_5:25), de vida semi-nómada, que habitaban al sudeste del mar Muerto. Juan, hermano suyo, fue el designado para llevar el bagaje a la tierra de los nabateos y de asegurar a las mujeres e hijos de los combatientes una morada segura. Juan y su comitiva atravesaron el Jordán, llegando al país de los moabitas. En el camino les salieron al encuentro los hijos de Jambri, instalados en Madaba (Num_21:30; 1Cr_19:7), a treinta y cinco kilómetros al sur de Ammán, asaltando la caravana y matando al jefe que la conducía. Jonatán quiso vengar la afrenta, y aprovechó la ocasión de celebrarse una suntuosa boda.

Escaramuza junto al Jordán (1Cr_9:43-49).
43 Supo el suceso Báquides, y en día de sábado vino con mucha fuerza hasta las márgenes del Jordán. 44 Dijo entonces Jonatán a los suyos: Ea, luchemos por nuestra vida. No es hoy como ayer y anteayer. 45 El peligro nos acosa por delante y por detrás; ahí y allí, las aguas del Jordán, las márgenes pantanosas y el bosque; no hay escape. 46 Clamad, pues, al cíelo para que os salve de vuestros enemigos. Trabóse la batalla. 47 Alzó Jonatán para herir a Báquides; pero éste retrocedió, esquivando el golpe. 48 Salvaron Jonatán y los suyos el Jordán, pasando a nado a la ribera opuesta; pero los enemigos no atravesaron el Jordán para perseguirlos. 49 Aquel día cayeron como unos mil hombres de los de Báquides.

Llegó a Báquides la noticia del desplazamiento de Jonatán al otro lado del río Jordán y quiso cortarle la retirada. Aprovechó un sábado, por conocer la costumbre judía de no pasar a la ofensiva en día de fiesta (1Cr_2:41). Báquides vadeó el río y se camufló en los matorrales que crecen junto al mismo, en la ribera izquierda, esperando el regreso de Jonatán. Vióse Jonatán aprisionado entre el ejército sirio y el Jordán, siendo la situación desesperada. No es como ayer y anteayer (Gen_31:2; Jos_4:18; 1Sa_5:2; 2Re_13:5), queriendo decir: Jamás nos hemos encontrado en situación tan comprometida; no hay escape. Jonatán recomienda la oración, pero atacó al mismo tiempo a Báquides, haciéndole retroceder. Del ejército de Báquides cayeron unos mil hombres, cifra que Flavio Josefo hace remontar a dos mil. Duro debió de ser el golpe recibido por Báquides, el cual no se atrevió a vadear el Jordán y perseguir a Jonatán y a su ejército.

Fortificaciones de Báquides (2Re_9:50-53).
50 Vuelto éste a Jerusalén, edificó ciudades fuertes en Judea, la fortaleza de Jericó, la de Emaús, la de Betorón, la de Betel, la de Tamnata, la de Faratón y la de Tefón, con muros altos y puertas y cerrojos, 51 y poniendo en ellas guarnición para hacer la guerra a Israel. 52 Fortificó asimismo las ciudades de Betsur y Gazer y la ciudadela, y puso guarniciones y las abasteció de víveres. 53 Tomó luego a los hijos de los principales del país como rehenes y los recluyó en la ciudadela de Jerusalén.

Se alargaba desmesuradamente la estancia de Báquides fuera de Antioquía. No valía la pena seguir la vida nómada de unos pocos guerrilleros descontentos con el gobierno de la nación. Bastaba levantar sólidas fortalezas en los puntos neurálgicos del país. Jericó ocupaba un lugar clave que controlaba las rutas de Jerusalén a la TransJordania; Amuás o Emaús era como un centinela al pie de la Sefela, que guardaba los accesos a Judea y a Jerusalén. Betorón dominaba la región de Modín y los accesos a las montañas de Efraím. Betel (Beitin) defendía la capital por el septentrión. A dieciséis kilómetros al norte de Betel se encuentra Tamnata (Jirbet Tibna), en el camino que une Gofna y Birzeit con la región de Modín. Faratón y Tefón no han sido plenamente identificadas.

Muerte de Alcimo (2Re_9:54-57).
54 El año ciento cincuenta y tres, el mes segundo, ordenó Alcimo derribar el muro del atrio interior del santuario, destruyendo la obra de los profetas. Comenzó a ejecutarlo, 55 pero le sobrevino un ataque apoplético y quedaron suspendidas las obras. Se le cerró y paralizó la boca, de modo que no pudo ya hablar palabra ni disponer de su casa. Murió Alcimo en medio de grandes tormentos. 56 Luego que Báquides vio muerto a Alcimo, se volvió al rey, 57 y la tierra de Judea gozó de paz por dos años.

Había en el templo un muro de separación entre el atrio de los judíos y el de los gentiles (1Re_7:12), obra de los profetas, particularmente de Ageo y Zacarías. Que Alcimo pretendiera reemplazarlo por otro de estilo helenístico o que maquinara quitar toda la barrera entre judíos y paganos, no es fácil determinarlo. En tiempo de Herodes, la división entre un atrio y otro era señalada por el soreg, o balaustrada, cuya altura llegaba hasta el pecho.

Segunda expedición de Báquides (1Re_9:58-66).
58 Todos los apóstatas tomaron de común acuerdo esta resolución: Jonatán y los suyos viven muy tranquilos y confiados; pues bien, hagamos venir a Báquides, y en una noche los prenderemos a todos. 59 Fuéronse a Báquides y se aconsejaron con él. 60 En efecto, se dispuso a venir con mucha fuerza. En secreto envió cartas a todos sus parciales de Judea para que prendieran a Jonatán y a los suyos; lo que no pudieron hacer, por haber llegado tal designio a conocimiento de ellos. 61 Lejos de eso, tomaron ellos presos a unos cincuenta hombres de la tierra, cabecillas de aquella conjura, y les dieron muerte. 62 Luego, Jonatán y Simón, con los suyos, se retiraron a Betbasí, en el desierto; levantaron lo que estaba arruinado y la fortificaron. 63 Informado Báquides de esto, reunió toda su gente y avisó a los de Judea. 64 Vino a acampar enfrente de Betbasí, la atacó durante muchos días empleando máquinas, que construyó exprofeso. 65 Jonatán dejó en la ciudad a su hermano Simón, y él salió al campo con un puñado de hombres. 66 Derrotó a Odoaren, a sus hermanos y a los hijos de Fasirón en sus tiendas, iniciando así sus sucesos y aumentando sus fuerzas.

Los apóstatas judíos diéronse cuenta de que los años de paz eran aprovechados por Jonatán y los suyos para emprender una nueva ofensiva. La oficialidad siria que custodiaba las fortalezas levantadas por Báquides no veía mayor peligro en las actividades de los hermanos Macabeos, acantonados en Modín y pueblos de los alrededores. Los intrigantes judíos acudieron entonces al crédulo Báquides, quien, creyendo que su campaña sería un paseo triunfal, dirigióse personalmente a Judea. Sus esperanzas de apoderarse por sorpresa de los Macabeos fracasaron.

Derrota de Báquides y proposiciones de paz (1Re_9:67-73).
67 Simón y los suyos salieron de la ciudad, pusieron fuego a las máquinas 68 y atacaron a Báquides, a quien causaron una gran derrota; le pusieron en grave aprieto, haciendo fracasar con sus planes su expedición. 69 El se enfureció contra los impíos que le habían aconsejado ir a Judea, hizo dar muerte a muchos de ellos y resolvió volverse a su tierra. 70 Así que Jonatán tuvo noticia de ello, le envió embajadores para concertar la paz y hacerle entrega de los prisioneros. 71 Asintió a ello Báquides y aceptó las proposiciones, jurando no causarle mal alguno en todos los días de su vida. 72 Hízole entrega de los prisioneros que antes había tomado de la tierra de Judá y partió para su tierra, no volviendo más a los confines de Judea. 73 Cesó la guerra en Israel, y Jonatán estableció su residencia en Majmas, donde comenzó a gobernar al pueblo y exterminar a los impíos de Israel.

El sistema de los dos frentes desconcertó a Báquides. Mientras Jonatán hostigaba las tropas en torno a Betbasí, Simón aprovechó la coyuntura para hacer una salida e irrumpir sobre los asaltantes. Según Flavio Josefo 2, el ataque de Jonatán fue de noche. Al verse Báquides cercado por sus adversarios y atacado de frente y por la espalda, cayó víctima del desánimo, no acertando a idear una maniobra que le pusiera al abrigo del enemigo. A falta de otras víctimas más codiciadas, culpó a los impíos judíos de su fracaso, descargando contra ellos el peso de su ira. Humillado, resolvió regresar a su tierra, pensando que, si los judíos helenizantes tenían cuentas pendientes con Jonatán, las resolvieran ellos mismos. En este estado de ánimo aceptó sin dificultad la firma de un armisticio que le sugirió Jonatán. Este retiróse a Majmas, a unos quince kilómetros al norte de Jerusalén, alejado de las guarniciones griegas de la capital y con libertad de movimientos. El autor del libro atribuye a Jonatán las prerrogativas que tenían los antiguos jueces de Israel Que 3:10; 4:4; 1Re_3:9; 2Re_15:15). El autor sagrado no manifiesta acaso toda la verdad sobre los motivos que indujeron a los judíos de Palestina a acusar a Jonatán. Lo más probable es que éste aprovechara todas las circunstancias para humillar a estos apóstatas y dar muerte a los que se enorgullecían de sus ideales helenistas, apoderándose de sus bienes.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter IX.

1 Alcimus and Bacchides come againe with new forces into Iudea. 7 The armie of Iudas flee from him, 17 and he is slaine. 30 Ionathan is in his place, 40 and reuengeth his brother Iohns quarrell. 55 Alcimus is plagued, and dieth. 70 Bacchides maketh peace with Ionathan.
1 Furthermore, when Demetrius heard that Nicanor and his hoste were slaine in battell, [ Greek: he added or proceeded to send.] hee sent Bacchides and Alcimus into the land of Iudea the second time, and with them the [ Or, the right wing.] chiefe strength of his hoste.
2 Who went forth by the way that leadeth to [ Or, Galilea.] Galgala, and pitched their tents before Masaloth, which is in Arbela, and after they had wonne it, they slew much people.
3 Also the first moneth of the hundred fiftie and second yeere, they encamped before Ierusalem.
4 From whence they remoued and went to [ Or, Berretho. Ios.] Berea, with twentie thousand footmen, and two thousand horsemen.
5 Now Iudas had pitched his tents at Eleasa, and three thousand chosen men with him.
6 Who seeing the multitude of the other army to be so great, were sore afraide, whereupon many conueyed themselues out of the hoste, insomuch as there abode of them no moe but eight hundred men.
7 When Iudas therefore saw that his hoste slipt away, and that the battell pressed vpon him, he was sore troubled in mind, and much distressed for that he had no time to gather them together.
8 Neuerthelesse vnto them that remained, he said; Let vs arise and goe vp against our enemies, if peraduenture we may be able to fight with them.
9 But they dehorted him, saying, Wee shall neuer be able: [ We follow here the Romane copie.] Let vs now rather saue our liues, and hereafter we will returne with our brethren, and fight against them: for we are but few.
10 Then Iudas said, God forbid that I should doe this thing, and flee away from them: If our time be come, let vs die manfully for our brethren, and [ Greek: let vs not leaue any iust cause behinde vs, why our glory should be spoken against.] let vs not staine our honour.
11 With that the hoste [of Bacchides.] remoued out of their tents, and stood ouer against [ Or the Iewes.] them, their horsemen being diuided into two troupes, and their slingers and archers going before the hoste, and they that marched in the foreward were all mighty men.
12 As for Bacchides, hee was in the right wing, so the hoste drew neere on the two parts, and sounded their trumpets.
13 They also of Iudas side, euen they sounded their trumpets also, so that the earth shooke at the noise of the armies, and the battell continued from morning till night.
14 Now when Iudas perceiued that Bacchides and the strength of his armie were on the right side, he tooke with him all the hardy men,
15 Who discomfited the right wing, and pursued them vnto the mount Azotus.
16 But when they of the left wing, saw that they of the right wing were discomfited, they followed vpon Iudas and those that were with him hard at the heeles from behinde:
17 Whereupon there was a sore battell, insomuch as many were slaine on both parts.
18 Iudas also was killed, and the remnant fled.
19 Then Ionathan and Simon tooke Iudas their brother, and buried him in the sepulchre of his fathers in Modin.
20 Moreouer they bewailed him,
and all Israel made great lamentation for him, and mourned many dayes, saying;
21 How is the valiant man fallen, that deliuered Israel?
22 As for the other things concerning Iudas and his warres, and the noble actes which he did, and his greatnesse, they are not written: for they were very many.
23 Now after the death of Iudas, the wicked began to put foorth their heads in all the coasts of Israel, and there rose vp all such as wrought iniquitie.
24 In those dayes also was there a very great famine, by reason whereof the countrey reuolted, and went with [ Bacchis and his company.] them.
25 Then Bacchides chose the wicked men, and made them lordes of the countrey.
26 And they made enquirie & search for Iudas friends, and brought them vnto Bacchides, who tooke vengeance of them, and [ Greek: mocked them.] vsed them despitefully.
27 So was there a great affliction in Israel, the like whereof was not since the time that a Prophet was not seene amongst them.
28 For this cause all Iudas friends came together, & said vnto Ionathan,
29 Since thy brother Iudas died, we haue no man like him to goe foorth against our enemies, and Bacchides, and against them of our nation that are aduersaries to vs.
30 Now therefore wee haue chosen thee this day to be our prince, and captaine in his stead, that thou mayest fight our battels.
31 Upon this, Ionathan tooke the gouernance vpon him at that time, and rose vp in stead of his brother Iudas.
32 But when Bacchides gat knowledge thereof, he sought for to slay him.
33 Then Ionathan and Simon his brother, and all that were with him, perceiuing that, fled into the wildernes of Thecoe, and pitched their tents by the water of the poole Asphar.
34 [ Or, Which when Bacchides understood, or the Sabbath day he came neere.] Which when Bacchides vnderstood, he came neere to Iordan with all his hoste vpon the Sabbath day.
35 Now Ionathan had sent his brother [ [ Ios. Antiq. lib.13.c.1.] Iohn.] a captaine of the people, to pray his friendes the Nabbathites [ Greek: that he might leaue with them their cariage or stuffe.] that they might leaue with them their cariage, which was much.
36 But the children of Iambri came out of Medaba, and tooke Iohn and all that hee had, and went their way with it.
37 After this came word to Ionathan and Simon his brother, that the children of Iambri made a great mariage, and were bringing the bride from [ Or, Medaba.] Nadabatha with a great traine, as being the daughter of one of the great princes of Canaan.
38 Therfore they remembred Iohn their brother, and went vp and hidde themselues vnder the couert of the mountaine.
39 Where they lift vp their eyes, and looked, & behold, there was much adoe and great cariage: and the bridegrome came foorth, and his friends & brethren to meet them with [ Or, timbrels.] drums and [ Or, musicians.] instruments of musicke, and many weapons.
40 Then Ionathan and they that were with him, rose vp against them from the place where they lay in ambush, and made a slaughter of them in such sort, as many fell downe dead, and the remnant fledde into the mountaine, and they tooke all their spoiles.
41 Thus was the mariage turned into mourning, and the noise of their melody into lamentation.
42 So when they had auenged fully the blood of their brother, they turned againe to the marish of Iordan.
43 Now when Bacchides heard hereof, hee came on the Sabbath day vnto the banks of Iordan with a great power.
44 Then Ionathan sayde to his company, Let vs goe vp now and fight for our liues, for it standeth not with vs to day, as in time past:
45 For behold, the battell is before vs and behinde vs, and the water of Iordan on this side and that side, the marish likewise and wood, neither is there place for vs to turne aside.
46 Wherefore cry ye now vnto heauen, that ye may be deliuered from the hand of your enemies.
47 With that they ioyned battel, and Ionathan stretched foorth his hand to smite Bacchides, but hee turned backe from him.
48 Then Ionathan and they that were with him, leapt into Iordan, and swamme ouer vnto the farther banke: howbeit the other passed not ouer Iordan vnto them.
49 So there were slaine of Bacchides side that day about a [ Two thousand men. Ioseph.ant. lib. 13.cap. 1.] thousand men
50 Afterward returned [Bacchides.] to Ierusalem, and [ Or, built.] repaired the strong cities in Iudea: the fort in Iericho, and Emmaus, and Bethoron, and Bethel, and Thamnatha, Pharathoni, and [ Ioseph.Techoa.] Taphon (these did he strengthen with high wals, with gates, & with barres.)
51 And in them he set a garison, that they might worke malice vpon Israel.
52 He fortified also [ Greek: the citie in Bethsura.] the citie Bethsura, and Gazara, and the towre, and put forces in them, and prouision of victuals.
53 Besides, he tooke the chiefe mens sonnes in the country for hostages, and put them into the towre at Ierusalem to be kept.
54 Moreouer, in the hundred, fiftie and third yere, in the second moneth, Alcimus commanded that the wall of the inner court of the Sanctuarie should be pulled downe, he pulled downe also the works of the prophets.
55 And as he began to pull downe, euen at that time was Alcimus plagued, and his enterprises hindered: for his mouth was stopped, and he was taken with a palsie, so that hee could no more speake any thing, nor giue order concerning his house.
56 So Alcimus died at that time with great torment.
57 Now when Bacchides saw that Alcimus was dead, he returned to the king, wherupon the land of Iudea was in rest two yeere.
58 Then all the vngodly men held a counsell, saying, Behold, Ionathan and his companie are at ease, and dwell without care: now therefore wee will bring Bacchides hither, who shall take them all in one night.
59 So they went, and consulted with him.
60 Then remoued he, and came with a great hoste, and sent letters priuily to his adherents in Iudea, that they should take Ionathan, and those that were with him: Howbeit they could not, because their counsell was knowen vnto them.
61 Wherefore they tooke of the men of the countrey that were authours of that mischiefe, about fiftie persons, and slew them.
62 Afterward Ionathan and Simon, and they that were with him, got them away to Bethbasi, which is in the wildernesse, and they repaired the decayes thereof, and made it strong.
63 Which thing when Bacchides knew, he gathered together all his host, and sent word [ Or, to such of the countrey as were his friends to take his part.] to them that were of Iudea.
64 Then went he and laid siege against Bethbasi, & they fought against it a long season, and made engines of warre.
65 But Ionathan left his brother Simon in the citie, and went forth himselfe into the countrey, and with a certaine number went he forth.
66 And he smote [ Or, Odomarra.] Odonarkes and his brethren, and the children of Phasiron in their tent.
67 And when he began to smite them, and came vp with his forces, Simon and his company went out of the citie, and burnt vp the engines of warre,
68 And fought against Bacchides, who was discomfited by them, and they afflicted him sore. For his counsell and trauaile was in vaine.
69 Wherefore he was very wroth at the wicked men that gaue him counsell to come into the countrey, insomuch as he slew many of them, and purposed to returne into his owne countrey.
70 Whereof when Ionathan had knowledge, he sent ambassadours vnto him, to the end he should make peace with him, & deliuer them the prisoners.
71 Which thing hee accepted, and did according to his demaunds, and sware vnto him that hee would neuer doe him harme all the dayes of his life.
72 When therefore hee had restored vnto him the prisoners that he had taken aforetime out of the land of Iudea, he returned and went his way into his owne land, neither [ Greek: added he to come any more.] came he any more into their borders.
73 Thus the sword ceased from Israel: but Ionathan dwelt at Machmas, and began to [ Greek: iudge.] gouerne the people, and he destroyed the vngodly men out of Israel.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Jonatán y Báquides. Comienza el ciclo de Jonatán (9,23-12,53). El vacío dejado por Judas es aprovechado por el grupo de los «renegados» para aumentar su poder e influencia. Para eso cuentan con el apoyo de los gobernantes sirios. La situación se vuelve insoportable para los judeomacabeos, que deciden acudir a Jonatán, hermano menor de Judas Macabeo, para pedirle que se ponga al frente del ejército judío. Un mal cálculo militar de Jonatán causa la muerte de Juan, su hermano mayor (1Ma_2:8) a manos de una tribu árabe, la familia de Jambrí, por robarle todo su equipaje. La reacción de Jonatán es ejecutar una venganza que asedia, roba y mata a la familia Jambrí mientras celebraba una boda. La alegría de la boda se convirtió en luto y lamento (cfr. Amó_8:10). Una acción que hay que comprenderla dentro del contexto de la época, pero que todavía está lejos del espíritu evangélico.
El relato continúa describiendo las batalles entre Báquides, representante del imperio Sirio, apoyado por los judíos «renegados» (Amó_9:23) y Jonatán, representante del grupo judeomacabeo. La actitud de los «renegados» de acusar a sus hermanos ante los sirios y ganarse el favor del imperio, esta vez se vuelve en su contra, dado que Báquides al fracasar en su intento por derrotar a Jonatán, acusa a los «renegados» de su fracaso y humillación, hasta el punto de castigarlos y romper toda relación con ellos. Situación que aprovecha Jonatán para lograr un pacto de no agresión con Báquides. Jonatán va consolidándose como un gran comandante militar y un hábil negociador, hasta el punto que el autor lo presenta con las características de los Jueces de Israel (73). En medio del relato se cuenta la muerte del sumo sacerdote Alcima después de haber derrumbado el muro del Templo (54s) que separaba los atrios de los judíos y los gentiles (1Re_7:12; Eze_44:9). Recordemos que si un gentil, en el Templo de Jerusalén, pisaba el patio de los judíos era sometido a la pena de muerte. El autor considera la enfermedad y muerte de Alcima como un castigo por esta acción sacrílega. Respetando el contexto de la época, tendríamos que decir que la actitud reprobable de Alcima, al quitar el muro que separaba a judíos y gentiles, será por el contrario, parte de la misión de Jesús y de los cristianos de todos los tiempos. Por ejemplo, el desgarro del velo del Templo de Jerusalén al momento de la muerte de Jesús (Mar_15:38), se interpreta también como el derribamiento del muro que separaba a Dios de su pueblo.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*9:23-12:53 Jonatán, que había acompañado a Judas en otras batallas, es elegido por los amigos de Judas como jefe y caudillo (1Ma 9:29-31). Su ciclo se divide en tres tiempos: a) se comprueba su liderazgo al vencer a Báquides (1Ma 9:23-73); b) en el período contemporáneo a Alejandro Balas (1Ma 10:1-89; 1Ma 11:1-19) ejerce, con autoridad reconocida, un arbitraje práctico entre Alejandro y Demetrio I, y c) mientras prosigue el conflicto dinástico entre Antíoco VII y Demetrio II, Jonatán manifiesta también sus dotes políticas ante Roma y Esparta, hasta ser capturado por Trifón (1Ma 11:20-74; 1Ma 12:1-53) -más tarde será ejecutado (1Ma 13:19-23)-. Con Jonatán, sumo sacerdote y etnarca (jefe de la nación judía), se ponen las bases de la dinastía asmonea.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



21. Ver 2Sa_1:27.

54. "La obra de los profetas": alusión a los esfuerzos de los profetas Ageo y Zacarías para promover la reconstrucción del Templo, a la vuelta del exilio.

66. "Odomerá" y "Fasirón" eran tribus árabes, aliadas de Báquides.