Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Un profeta de Judá increpa a Jeroboam (13:1-10).
1
Llegó de Judá a Betel un hombre de Dios, por mandato de Yahvé, mientras estaba Jeroboam en el altar para sacrificar; 2
y alzando su voz contra el altar, según la palabra de Yahvé', gritó: ¡Altar,altar! Así habla Yahvé: Nacerá de la casa de David un hijo que se llamará Josías, que inmolará sobre ti a los sacerdotes de los altos que en ti sacrifican, y sobre ti quemarán huesos humanos. 3
Y dio entonces mismo una señal, diciendo: Esta es la señal que da Yahvé: el altar se quebrará y se derramará la ceniza que hay en él. 4
Al oír el rey Jeroboam las palabras del varón de Dios, lo que había gritado contra el altar de Betel, extendió su brazo desde el altar, diciendo: Prendedle; pero la mano que contra él extendió se quedó rígida y no pudo volverla a sí. 5
El altar se quebró y las cenizas que sobre él había se derramaron, según la señal que el hombre de Dios había dado, conforme a la palabra de Yahvé. 6
Entonces el rey, dirigiéndose al hombre de Dios, dijo: Implora a Yahvé, tu Dios, y ruégale por mí para que pueda volver a mí la mano. El hombre de Dios imploró a Yahvé, y el rey pudo volver a sí la mano, que quedó como estaba antes. 7
Entonces dijo el rey al hombre de Dios: Vente conmigo a mi casa para tomar algo y te haré un presente. 8
Pero el hombre de Dios dijo al rey: No iré contigo a tu casa aunque me dieras la mitad de ella, y no comeré pan ni beberé agua en este lugar, 9
porque esa orden me ha sido dada por la palabra de Yahvé: No comas pan, ni bebas agua, ni tomes para tu vuelta el camino por donde vayas. 10
Fuese, pues, por otro camino, no tomando para volver el camino por donde había venido a Betel. Todos los profetas condenan la política religiosa de Jeroboam. Aparece en escena, en primer lugar, un profeta anónimo, oriundo de Judá (hombre de Dios), que Flavio Josefo llama Jadón (
Ant. lud. 8:8-5), acaso el mismo que en
2Cr_9:29 es denominado Jeddo. El profeta increpa al rey en el momento en que éste se disponía a sacrificar en el altar de Betel. Alzando su voz, anuncia la suerte que correrá el altar en un futuro lejano. Un rey de Judá lo contaminará con la más grande de las impurezas legales (
Num_19:18) al degollar sobre el mismo a los sacerdotes que le sirven. El profeta anuncia un hecho con trescientos años de anticipación (
2Re_23:15-20) y pronuncia el nombre del monarca que llevará a cabo esta acción. Garantiza con un hecho actual lo que sucederá trescientos años más tarde; con ello conocerá el pueblo que su mensaje es verdadero. Las palabras del profeta enfurecieron al rey.
El hombre de Dios consideraba aquel altar como un bamah, un lugar alto, a estilo de los cananeos, llamando a los sacerdotes que lo servían sacerdotes de los altos. Rechazó el profeta el ofrecimiento que le hizo el rey de entrar en su casa y sentarse a su mesa, con lo cual expresa el horror que todos los hombres de Dios sienten por el santuario ilegítimo de Betel. Dios le había manifestado que ni siquiera debía regresar por el camino por el que había venido, a fin de que no trabara amistad con nadie de Israel.
Desobediencia del profeta (2Re_13:11-22).
11
Habitaba en Betel a la sazón un viejo profeta, cuyos hijos vinieron a contarle lo que el hombre de Dios había hecho aquel día en Betel y lo que había dicho al rey; 12
y su padre les dijo: ¿Por qué camino ha ido? Indicáronle sus hijos el camino por donde se volvió el hombre de Dios venido de Judá; 13
y él les dijo: Aparejadme el asno. Ellos se lo aparejaron, y él, subiendo en el asno, 14
se fue tras el hombre de Dios; y una vez que lo alcanzó, mientras estaba sentado debajo de una encina, le preguntó: ¿Eres tú el hombre de Dios que ha venido de Judá? El le respondió: Yo soy. 15
Díjole entonces el otro: Ven conmigo a casa para tomar algún alimento. 16
Pero él respondió: No puedo ir contigo ni entrar en tu casa, 17
porque la palabra de Yahvé me ha dicho: No comas pan, ni bebas agua, ni tomes para la vuelta el camino de la ida. 18
Pero él le dijo: Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado de parte de Yahvé, diciéndome: Tráele contigo a tu casa para que coma pan y beba agua. Mentía, 19
Volvióse entonces con él el hombre de Dios, y en su casa comió pan y bebió agua. 20
Pero, mientras estaban sentados a la mesa, fue palabra de Yahvé al profeta que le había hecho volver, 21
que gritó al venido de Judá: Así habla Yahvé: Por haber sido rebelde al mandato de Yahvé y no haber guardado la orden que Yahvé, tu Dios, te había dado, 22
y porque volviéndote has comido pan y bebido agua en el lugar de que te había dicho: No comas pan allí ni bebas allí agua, no entrará tu cadáver en la sepultura de tus padres. Había en Betel un viejo profeta que rechazaba el culto de este santuario, como indica el hecho de no asistir a la solemne fiesta de la dedicación del nuevo templo. Enterado de todo por sus hijos, marchó
al encuentro del profeta de Judá, rogándole que se dignara aceptar la hospitalidad que le ofrecía. Durante la refección
manifestó Dios su indignación por la desobediencia del profeta de Judá, anunciándole que, por castigo de su desobediencia, no sería enterrado en el sepulcro de sus padres (
2Sa_17:23;
Neh_2:3-5). El viejo profeta de Betel mintió formalmente;
el don de profecía es un carisma social que no supone necesariamente la santidad del sujeto.
Castigo por desobediencia (Neh_13:23-34).
23
Cuando el profeta que le había hecho volver acabó de comer pan y de beber agua, hizo que aparejaran para el otro su asno, y el hombre de Dios se fue. 24
Encontró en el camino un león, que le mató, quedando su cadáver tendido en el camino; el asno siguió junto a él, y el león junto al cadáver. 25
Los que pasaban vieron el cadáver tendido en el camino y junto a él el león, y hablaron de ello en la ciudad donde moraba el viejo profeta. 2
ó Cuando el profeta que lo había hecho volver lo supo dijo: Es el hombre de Dios, que ha sido rebelde a la orden de Yahvé, y por eso le ha entregado Yahvé al león, que le ha destrozado y muerto, conforme a la palabra que Yahvé le había dicho. 27
Después, dirigiéndose a sus hijos, dijo: Aparejadme un asno. Aparejáronlo ellos 28
y se fue. Halló el cadáver tendido en el camino, y el asno y el león, que estaban junto al cadáver. El león ni había devorado el cadáver ni había dañado al asno. 29
El profeta levantó el cadáver del hombre de Dios y, poniéndolo sobre el asno, se lo llevó, y vino con él a la ciudad, donde le lloró y le sepultó. 30
Puso su cadáver en la sepultura y le lloraba, diciendo: ¡Ay hermano mío! 31
Después que le sepultó, dijo a sus hijos: Cuando yo muera, me sepultaréis en la sepultura donde está enterrado el hombre de Dios, poniendo mis huesos junto a los suyos para que mis huesos se conserven intactos junto a los suyos, 32
porque se ha de cumplir la palabra que de parte de Yahvé gritó él contra el altar de Betel y contra todos los altares de las ciudades de Samaría. 33
A pesar de esto, no se apartó Jeroboam de su mal camino; creó nuevos sacerdotes de entre todo el pueblo para los altos. A cualquiera que quisiera serlo le consagraba él sacerdote de los altos. 34
Esto fue causa de pecado para la casa de Jeroboam, y por eso fue exterminada y borrada de sobre la haz de la tierra. La amenaza pendía sobre la cabeza
del hombre de Dios desobediente al mandato divino. En ruta le asaltó un león, que, abalanzándose sobre él, le mató, quedando su cadáver tendido sobre el camino. Había leones en el desierto de Judá (
1Sa_17:34), en cuyas cercanías caminaba el hombre de Dios. Quiso Dios que el león respetara al asno y a cuantos transitaban por el camino. A su sepulcro se alude en
2Re_23:16-18. A pesar de los avisos del profeta y de conocer el castigo que le esperaba, continuó Roboam el camino que había emprendido. A cualquiera que quisiera ser sacerdote le llenaba la mano, frase con la que se alude al rito de Moisés (
Exo_28:41;
Exo_29:9), que en la consagración sacerdotal de Aarón tomó los ácimos y algunas visceras de la víctima, colocándolo todo en manos de Aarón y de sus hijos (
Exo_29:22). ¿Se practicaba esta ceremonia en caso de conferirse la dignidad sacerdotal a personas ajenas a la familia de Aarón? Que 17:5-11;
2Cr_13:9). Nada sabemos en concreto sobre este particular.