Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Segunda aparición de Yahvé (9:1-9).
1
Cuando hubo acabado Salomón la casa de Yahvé, la casa real y todo cuanto se había propuesto hacer, 2
se apareció Yahvé por segunda vez a Salomón, como se le había aparecido en Gabaón, 3
y le dijo: He oído tu oración, el ruego que has hecho ante mí. He santificado esa casa que has edificado, para poner en ella mi nombre para siempre, y en ella estarán siempre mis ojos y mi corazón. 4
Si andas en mi presencia, como anduvo David, tu padre, en integridad de corazón y en equidad, haciendo cuanto yo te he mandado y guardando mis leyes y mandamientos, 5
yo afirmaré el trono de tu reino sobre Israel para siempre, como se lo prometí a David, tu padre, diciendo: No faltará de ti varón en el trono de Israel. 6
Pero si os apartáis de mí vosotros y vuestros hijos, si no guardáis mis mandamientos, mis leyes, las que yo os he prescrito, y os vais tras dioses ajenos para servirlos y prosternaros ante ellos, 7
yo exterminaré a Israel de la tierra que le he dado y echaré lejos de delante de mí esta casa, que he consagrado a mi nombre, e Israel será el sarcasmo y la burla de todos los pueblos. 8
Y esta casa será una ruina, y cuantos pasen cerca de ella se quedarán pasmados y silbarán. Se dirá: ¿Por qué ha tratado así Yahvé a esta tierra y esta casa? 9
Y responderán: Porque abandonaron a Yahvé, su Dios, que sacó de la tierra de Egipto a sus padres, y se ligaron a otros dioses, prosternándose ante ellos y sirviéndolos. Por eso ha hecho venir Yahvé sobre ellos todo este mal. No se indica de qué manera se apareció Yahvé a Salomón; acaso fue también en sueños, como en la aparición de Gabaón (3:4)·
El objeto de la misma
es confirmarle en sus esperanzas de que ha escuchado Yahvé su oración y sus ruegos. En el templo estarán siempre los ojos y el corazón de Dios, En cuanto a la continuidad de la descendencia en el trono, depende de la conducta de Salomón y de cada uno de los reyes. Si Salomón y sus hijos
se alejan de Dios (
Deu_28:45), no cumplen sus preceptos, van tras dioses ajenos,
entonces quedará sin efecto todo cuanto ha prometido Dios. No basta con tener un templo dedicado a Yahvé, ni su presencia sola puede asegurar la felicidad del pueblo, que depende de la fidelidad al pacto de la alianza. En caso de que Israel sea infiel a su palabra, está dispuesto Yahvé a abandonar el templo y entregar el edificio en manos de los enemigos para que no dejen de él piedra sobre piedra. En esta sección, que se inspira en
Deu_29:21-27, se ve reflejada la historia de Israel desde la salida de Egipto hasta el exilio 1.
Hiram, descontento (Deu_9:10-14).
10
Al cabo de veinte años de haber edificado Salomón las dos casas, la casa de Yahvé y la casa real, n para las cuales Hiram, rey de Tiro, había mandado a Salomón madera de cedro y de ciprés y cuanto oro quiso, dio Salomón a Hiram veinte ciudades en tierra de Galilea. 12
Salió Hiram de Tiro para ver las ciudades que le daba Salomón; y, no gustándole, 13
dijo: ¿Qué ciudades me has dado, hermano? Y las llamó tierras de Cabul, nombre que tienen todavía hoy. 14
Había mandado Hiram a Salomón ciento veinte talentos de oro. Los trabajos del templo y de la casa de Salomón duraron muchos años, no siendo posible determinar cuántos, por no saber si los trabajos de la construcción del templo efectuáronse contemporáneamente con los de ornamentación por parte de Hiram (
Deu_7:13). Tampoco es fácil determinar cuándo Hiram se quejó de las ciudades que le había entregado Salomón. Este había pagado el material que le mandó Hiram y abonado los sueldos a los obreros del rey de Tiro. Pero lo presupuestado era insuficiente, por cuanto las deudas de Salomón debían de ser muchas, y los gastos de palacio, muy subidos. Por lo mismo, un nuevo contrato se firmó entre ambos reyes: Salomón entregó a Hiram veinte aldeas de Galilea a cambio de ciento veinte talentos de oro, o sea, alrededor de cinco toneladas, y quizá más, en caso de que se acepte como medida el talento babilónico, de un peso aproximado de sesenta kilogramos. Según una costumbre existente en el Próximo Oriente, que remontaba al segundo milenio, los reyes se consideraban hermanos. El nombre de Cabul se ha conservado en una aldea que se halla a quince kilómetros al este de Acre (
Jos_19:27). Probablemente se trata de un juego de palabras:
Kabul, de
kebal, que significa como nada, aludiendo a la apreciación que hizo Hiram de las aldeas que se le habían entregado.
Salomón, constructor (Jos_9:15-28).
15
He aquí cómo se reguló el servicio personal impuesto por el rey Salomón a los hombres cuya leva hizo para edificar la casa de Yahvé y su propia casa, el terraplén y las murallas de Jerusalén, y, además, Jasor, Megiddo y Guezer. ló Había subido el Faraón, rey de Egipto, y, apoderándose de Guezer, la había incendiado, matando a los cananeos que habitaban la ciudad. Después se la dio en dote a su hija, la mujer de Salomón; 17
y Salomón edificó a Guezer, Bet-Horón de abajo, 18
Balaat y Tamar, en el desierto del mediodía; 19
todas las ciudades de almacenes, que le pertenecían, y las destinadas a los carros y a la caballería, y todo cuanto quiso Salomón edificar en Jerusalén, en el Líbano y en toda la tierra de su dominio, 20
Toda la gente que había quedado de los amorreos, de los jéteos, de los fereceos, de los jeveos y de los jebuseos, que no pertenecían al pueblo de Israel; 21
sus descendientes que habían quedado después de ellos en la tierra, y que los hijos de Israel no habían podido dar al anatema, los obligó Salomón a prestación personal como lo están hoy; 22
no empleó Salomón corno tales a los hijos de Israel, que eran sus hombres de guerra, sus servidores, sus jefes, sus oficiales y los comandantes de sus carros y su caballería. 23
Los jefes que Salomón puso al frente de las obras eran quinientos cincuenta, encargados de vigilar a los trabajadores. 24
La hija de Faraón subió de la ciudad de David a la casa que Salomón le había edificado. Entonces fue cuando se hizo el terraplén. 25
Tres veces cada año ofrecía Salomón holocaustos y sacrificios pacíficos sobre el altar que él edificó a Yahvé, y quemaba perfumes sobre el que estaba delante de Yahvé. El acabó toda la casa. 26
Construyó también Salomón naves en Asiongaber, que está junto a Elat, en la costa del mar Rojo, en la tierra de Edom; 27
y mandó Hiram para estas construcciones a sus siervos, diestros marineros, con los siervos de Salomón, 28
y fueron hasta Ofir, y trajeron de allí oro, cuatrocientos veinte talentos, que llevaron al rey Salomón. Empleó Salomón gran número de obreros en reparar y mejorar el recinto amurallado de la ciudad, ampliar las murallas existentes con el fin de encerrar dentro del casco de la población los nuevos barrios de la misma 2. Entre las obras descuella por su importancia la del Millo, palabra derivada de
male = estar lleno, de donde
millo = terraplén. Parece poder identificarse este lugar con el relleno que empezó David y acabó Salomón en el valle que separaba la colina del Ofel del monte Moría, donde estaba la era que Areuna cedió a David para levantar allí un altar a Yahvé (
2Sa_24:21-25), y en donde más tarde alzó Salomón el templo.
De la conquista de Guezer por el faraón Psusenne II hemos hablado en 3:1. De norte a sur del reino construyó algunas plazas fuertes, tales como Jasor (;
Jos_12:19), Megiddo (
Jos_4:12), Bet-Horón (
Jos_16:3;
Jos_18:13) y Guezer Que 1:29). Dos fortalezas se levantaron en el sur, Balaat y Tamar, en el desierto (
Eze_47:19;
Gen_14:7), hacia el sudeste de la punta meridional del mar Muerto, que protegían el camino del bronce. En todo el territorio estableció ciudades de almacén (
Exo_1:110), al frente de las cuales puso un prefecto, construyendo asimismo otras que guardaban los carros de guerra y las caballerías (
Exo_10:26). El peso de todos los trabajos recayó sobre los extranjeros que los judíos no habían aniquilado en la conquista de Canaán (
Deu_7:1-2;
Deu_20:17-18), y que existían en gran cantidad en el país. Los trabajadores estaban divididos en escuadrones mandados por jefes, al frente de los cuales figuraba Adoniram (
Deu_4:6). Pero llegó un tiempo en que la mano de obra extranjera no alcanzaba, empleándose entonces a obreros israelitas (
Deu_5:27-28) como leñadores en el Líbano o en las canteras de Palestina (
Deu_11:26-40).
Una fuente de riquezas para Salomón eran las minas del Araba, al sur del mar Muerto, como han puesto al descubierto las excavaciones practicadas en
tell-el-Heleifeh, la antigua Asiongaber, en el golfo de Aqaba, junto al actual puerto de Alat o Eilat. En Asiongaber construyóse una fundición de hierro y bronce, minerales que se extraían de las minas vecinas, cuyas instalaciones se protegieron contra los posibles ataques de Hadad, rey de Edom. Es ésta la más vasta y grandiosa instalación de este género que se conoce en los territorios del antiguo Oriente Medio. Con el fin de poder explotar el mineral y exportarlo, Salomón, de acuerdo con Hiram, construyó una flota, que lanzó sobre las aguas del mar Rojo hacia los países de Ofir. Las naves que hacían este servicio de exportación e importación llamábanse naves de Tarsis, esto es, naves al servicio de las fundiciones de Asiongaber (
Deu_9:26-29;
Deu_10:22;
2Cr_8:17-18;
2Cr_9:10-11). Esta flota salomónica llevó la fama del rey hebreo hasta lejanos países 3.