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II. samuel y Saúl
1. INSTITUCIÓN DE LA MONARQUÍA
El pueblo pide un rey.
Cuando samuel se hizo viejo, puso a sus hijos como jueces de Israel. (I Samuel 8, 1) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

וַ‎(וְ)

Hebrew|wa|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

יְהִ֕י‎(הָיָה)

Hebrew|yᵊhˈî|be

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: wayyiqtol
Verbal stem: qal


[H1961] [e.bf.aa] [491]
[היה] [GES1888] [BDB2113] [HAL2109]

כַּ‎(כְּ)

Hebrew|ka|as

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[k.ab.aa] [937]
[כ] [GES3392] [BDB3788] [HAL3764]

אֲשֶׁ֥ר‎(אֲשֶׁר)

Hebrew|ʔᵃšˌer|[relative]

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H834] [a.gk.aa] [184]
[אשר] [GES812] [BDB872] [HAL890]

זָקֵ֖ן‎(זָקֵן)

Hebrew|zāqˌēn|be old

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H2204] [g.cd.ac] [574]
[זקן] [GES2146] [BDB2392] [HAL2402]

שְׁמוּאֵ֑ל‎(שְׁמוּאֵל)

Hebrew|šᵊmûʔˈēl|Samuel

Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H8050] [v.dv.ae]
[שמואל] [GES8006] [BDB8807] [HAL8742]

וַ‎(וְ)

Hebrew|wa|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

יָּ֧שֶׂם‎(שִׂים)

Hebrew|yyˈāśem|put

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: wayyiqtol
Verbal stem: qal


[H7760] [u.ap.aa] [2243]
[שים] [GES7845] [BDB8634] [HAL8568]

אֶת‎(אֵת)

Hebrew|ʔeṯ-|[object marker]

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H853] [a.gm.aa] [186]
[את] [GES828] [BDB894] [HAL913]

בָּנָ֛יו‎(בֵּן)

Hebrew|bānˈāʸw|son

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1121] [b.ca.aa] [254]
[בן] [GES1052] [BDB1189] [HAL1201]

שֹׁפְטִ֖ים‎(שָׁפַט)

Hebrew|šōfᵊṭˌîm|judge

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: plural
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: qal


[H8199] [v.fg.aa] [2443]
[שפט] [GES8155] [BDB8980] [HAL8911]

לְ‎(לְ)

Hebrew|lᵊ|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

יִשְׂרָאֵֽל‎(יִשְׂרָאֵל)

Hebrew|yiśrāʔˈēl|Israel

Part-of-speech: proper noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3478] [u.ce.ab] [2287a]
[ישראל] [GES3364] [BDB3753] [HAL3730]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



2. Institución de la Monarquía (c.8-10).
H an transcurrido muchos años desde que el joven Samuel servía en el santuario de Yahvé en Silo. Su maestro y guía murió. Del santuario de Silo queda sólo un montón de ruinas; el arca de la alianza yace en casa de un particular, bajo la supervisión de los filisteos. Israel vive en medio de gentes que no conocen a Yahvé y se contamina con sus cultos sensuales. No existe santuario nacional donde pueda congregarse la asamblea de los hijos de Israel. Samuel, que tenía su residencia en Rama, se desplazaba periódicamente y visitaba Galgala, Masfa y Betel para ponerse en contacto con las gentes de las distintas regiones. Pero los años le aconsejaron limitar sus desplazamientos. De ahí que a la falta de un santuario se añadía la anarquía en el orden político y administrativo.
Por otra parte, los filisteos, a pesar de su derrota en Masfa, mantenían el control del territorio israelita. En el interior urgía cada día más la necesidad de la unión entre las tribus que gozaban de gran autonomía. El medio para aunarlas era la institución de una monarquía. Edom, Moab y Amón habían implantado el regímen monárquico. El rey era un aglutinante en el interior y un caudillo que salía al frente de sus tropas para guerrear contra los pueblos enemigos.
En Israel, desde tiempo, existieron dos corrientes, una a favor y otra en contra de la monarquía (Jue_8:22; Jue_9:1-6; Jue_9:7-20).
En los libros de Samuel se vislumbran claramente estas dos corrientes antagónicas. Algunos textos son favorables a la monarquía: 1 Sam 9:1-10:16; 11:1-11; 15; c.13-14; otros, contrarios: 1Sa_8:1-22; 1Sa_10:18-25; c.12 y 15. Según la tradición favorable, la iniciativa de la monarquía parte de Dios, qué escoge a Saúl como libertador de su pueblo (1Sa_9:16); la tesis de la segunda tradición es que la idea de la monarquía parte del pueblo, que pide un rey para ser igual que las otras naciones (1Sa_8:5-20). La evolución de la idea monárquica toma incremento con ocasión del peligro filisteo, que exigía una acción común. De esta manera se justifica la corriente favorable a la monarquía. Saúl aparece como un continuador de la obra de los jueces: como ellos, es el salvador designado por Dios (1Sa_9:16; 1Sa_10:1), recibe el espíritu de Yahvé (1Sa_10:6-10; 1Sa_11:6), libertando, como ellos, a su pueblo (1Sa_11:1-11; c. 13-14). Pero a esta elección divina corresponde, por primera vez, una aclamación popular después de la victoria sobre los amonitas (1Sa_11:15). El jefe carismático, el naguid, 9:16; 10:1, se convierte en melek, rey, 11:15 (Les Institutions I 145).

Israel pide un rey (8:1-9).
1 Cuando envejeció Samuel, puso para juzgar a Israel a sus dos hijos; 2 el primogénito, de nombre Joel, y el segundo, de nombre Abia, y juzgaban en Berseba. 3 Pero los hijos de Samuel no siguieron los caminos de éste, sino que se apartaban de ellos por avaricia, recibiendo presentes y violando la justicia. 4 Reuniéronse todos los ancianos de Israel, y vinieron a Samuel, en Rama, 5 y le dijeron: Tú eres ya viejo y tus hijos no siguen tus caminos; danos un rey para que nos juzgue, como todos los pueblos. 6 Desagradó a Samuel que le dijeran: Danos un rey para que nos juzgue, y oró ante Yahvé; 7 pero Yahvé dijo a Samuel: Oye la voz del pueblo en cuanto te pide, pues no es a ti a quien rechazan, sino a mí, para que no reine sobre ellos. 8 Como han hecho conmigo desde que los saqué de Egipto hasta ahora, dejándome para irse a servir a otros dioses, así hacen ahora contigo. 9 Escúchalos, pues; pero da testimonio contra ellos y dales a conocer cómo los tratará el rey que reinará sobre ellos.

Samuel envejeció, y no podía cumplir con los deberes que le imponía su condición de juez de Israel. Para sustituirle nombró a sus dos hijos, Joel y Abia, que se establecieron en Berseba. Hállase la ciudad al extremo meridional de Palestina, perteneciente a Judas y Simeón (Jos_19:9) 1. Causa extrañeza que ambos hijos fijaran en Berseba sus actividades judiciales. ¿Habíase Samuel reservado los rritorios del norte? ¿Existía en el lugar un santuario al que se acudía en peregrinación? (Amo_5:5; Amo_8:14).
La corriente monárquica comenzaba a cristalizar desde el momento en que Samuel instituía como sucesores suyos en el gobierno civil y militar a sus dos hijos. Pero la conducta venal de los mismos inclinó la balanza en favor de un rey representativo de la nación. Con su proceder, los hijos de Samuel transgredían la ley del Deu_16:18-19. Como a Helí, también a Samuel faltó energía para corregirlos; pero esta debilidad debe achacarse también a la vejez.
Los pretextos invocados por los ancianos (Deu_4:3) se fundan en que Samuel está ya viejo y en que sus hijos no seguían sus caminos. Pero la razón primordial era que querían ser como los otros pueblos, al frente de los cuales había un personaje que reunía en sus manos todos los poderes. Quieren terminar con el desmembramiento de Israel; desean que haya un rey que, en un momento de peligro, agrupe al pueblo en torno suyo y le conduzca a la victoria contra los enemigos. Quieren, en fin, una autoridad estable, no de circunstancias, como sucedía en tiempos de los jueces.
Los ancianos, en esta ocasión, se conforman a las prescripciones legales; no eligen ellos un rey, sino que se limitan a presentar a Samuel las aspiraciones del pueblo, usando las mismas palabras de la Ley (Deu_17:14-15). La propuesta de los ancianos desagradó a Samuel, no tanto por ella en sí cuanto por la manera y ocasión de presentarla. Con ella los ancianos calificaban de deficiente su administración, imponiéndole casi un ultimátum. Además, Samuel interpretó aquel acto como un atentado contra las leyes de la teocracia (Jue_8:22-23). Sin embargo, manda Dios al profeta que acceda a la petición, porque el cambio en sí se ha hecho necesario para que Israel, organizado políticamente de un modo permanente, pueda hacer frente a los enemigos externos. El monarca elegido seguirá siendo el representante de Dios (Jue_12:12; Jue_8:23).

Los inconvenientes de la realeza (Jue_8:10-22).
10 Samuel transmitió al pueblo que le pedía rey todo lo que le había dicho Yahvé, 11 y les dijo: Ved cómo os tratará el rey que reinará sobre vosotros: Cogerá a vuestros hijos y los pondrá sobre sus carros y entre sus aurigas y los hará correr delante de su carro. 12 De ellos hará jefes de mil, de ciento y de cincuenta; les hará labrar sus campos, recolectar sus mieses, fabricar sus armas de guerra y el atelaje de sus carros. 13 Tomará a vuestras hijas para perfumeras, cocineras y panaderas. 14 Tomará vuestros mejores campos, viñas y olivares, y se los dará a sus servidores. 15 Diezmará vuestras cosechas y vuestros vinos para sus eunucos y servidores. 16 Cogerá vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores bueyes y asnos para emplearlos en sus obras, 17 Diezmará vuestros rebaños, y vosotros mismos seréis esclavos suyos. 18 Entonces clamaréis a Yahvé, pero Yahvé no responderá, puesto que habéis pedido un rey. 19 El pueblo desoyó a Samuel, y dijeron: No, no, que haya sobre nosotros un rey, 2° y así seremos como todos los pueblos; nos juzgará nuestro rey, y saldrá al frente de nosotros para combatir nuestros combates. 21 Samuel, después de oír las palabras del pueblo, se las repitió a Yahvé; 22 y Yahvé le dijo: Escúchalos y pon sobre ellos un rey. Entonces dijo Samuel al pueblo: Vayase cada uno a su ciudad.

No dicta Samuel un código de leyes a las cuales deberá ajustarse el futuro rey de Israel, sino que hace ver los abusos que los reyes, déspotas muchos de ellos, dueños de personas y haciendas, suelen cometer. Este es el sentido de la frase: mishpat hamelek, juicio, costumbre, derecho real (Jue_2:13). El rey necesita un ejército de criados y servidores; conductores de aurigas que precederán a las del rey (2Sa_15:1; 1Re_1:5); jefes de ejército (1Re_22:7; 2Re_1:9), jardineros, artesanos, sirvientas, etc. En una palabra, los que apoyan el advenimiento de la monarquía con el pretexto de conseguir la libertad del pueblo, caerán en un régimen de esclavitud. De nada valdrán entonces las quejas a Dios, porque tienen el régimen de gobierno que ellos anhelaban.
A pesar del cuadro tan sombrío, todos a una contestaron que preferían la monarquía. A las razones aportadas antes (v.5) añaden ahora que con la monarquía dispondrá Israel de una autoridad estable y de un caudillo para las guerras contra los enemigos. El final del v.22 es de carácter redaccional; prepara la inserción de la escena de la unción de Saúl (9:1-10:16: versión favorable a la monarquía) en el relato antimonárquico ,, que primitivamente estaba unido con el capítulo 8 (De Vaux).

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter VIII.

1 By occasion of the ill gouernment of Samuels sonnes, the Israelites aske a King. 6 Samuel praying in griefe is comforted by God. 10 Hee telleth the manner of a King. 19 God willeth Samuel to yeeld vnto the importunitie of the people.
1 And it came to passe, when Samuel was old, that he made his sonnes Iudges ouer Israel.
2 Now the name of his first borne was Ioel, and the name of his second, Abiah: they were Iudges in Beer-sheba.
3 And his sonnes walked not in his wayes, but turned aside after lucre, and [ Deu_16:19.] tooke bribes, & peruerted iudgement.
4 Then all the Elders of Israel gathered themselues together, and came to Samuel vnto Ramah,
5 And said vnto him, Behold, thou art olde, and thy sonnes walke not in thy wayes: now [ Hos_13:10 Act_13:21.] make vs a King to iudge vs, like all the nations.
6 But the thing [ Hebrew: was euill in the eyes of Samuel.] displeased Samuel, when they said, Giue vs a King to iudge vs: and Samuel prayed vnto the Lord.
7 And the Lord said vnto Samuel,

[A king described.]

Hearken vnto the voyce of the people in all that they say vnto thee: for they haue not reiected thee, but they haue reiected mee, that I should not reigne ouer them.
8 According to all the works which they haue done since the day that I brought them vp out of Egypt euen vnto this day, wherewith they haue forsaken me, and serued other gods: so doe they also vnto thee.
9 Nowe therefore [ Or, obey.] hearken vnto their voyce: [ Or, notwithstanding, when thou hast solemnly protested against them, then thou shalt shew, etc.] howbeit, yet protest solemnly vnto them, and shew them the maner of the King that shall reigne ouer them.
10 And Samuel told all the words of the Lord vnto the people, that asked of him a King.
11 And hee sayd, This will be the maner of the king that shall reigne ouer you: Hee will take your sonnes, and appoint them for himselfe for his charets, and to bee his horsemen, and some shall runne before his charets.
12 And hee will appoint him Captaines ouer thousands, and captaines ouer fifties, and will set them to eare his ground, and to reape his haruest, and to make his instruments of warre, and instruments of his charets.
13 And he will take your daughters to be confectionaries, and to be cookes, and to be bakers.
14 And he will take your fields, and your vineyards, and your oliue-yards, euen the best of them, and giue them to his seruants.
15 And he will take the tenth of your seed, and of your vineyards, and giue to his [ Hebrew: Eunuches.] officers, and to his seruants.
16 And hee will take your men seruants, and your mayd seruants, and your goodliest young men, and your asses, and put them to his worke.
17 Hee will take the tenth of your sheepe, and ye shall be his seruants.
18 And ye shall cry out in that day, because of your king which ye shall haue chosen you; and the Lord will not heare you in that day.
19 Neuerthelesse, the people refused to obey the voyce of Samuel; and they said, Nay, but we will haue a King ouer vs:
20 That we also may be like all the nations, and that our King may iudge vs, and goe out before vs, and fight our battels.

[Saul seeking asses, is by Samuel anointed king.]

21 And Samuel heard all the words of the people, and he rehearsed them in the eares of the Lord.
22 And the Lord said to Samuel, Hearken vnto their voyce, and make them a King. And Samuel said vnto the men of Israel, Goe yee euery man vnto his citie.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



La demanda por tener un rey. Los ancianos israelitas, como representantes locales de los clanes y las tribus de Israel, tenían razones valederas para sentirse ansiosos. Samuel había envejecido y no tenían un sucesor obvio que siguiera la lucha contra los filisteos. La historia se estaba repitiendo. Los pecados de los hijos de Elí habían causado un cambio de grandes proporciones en Israel; y ahora los pecados de los hijos de Samuel eran el primer paso en un cambio aun mayor. En ambos casos, los pecados eran del conocimiento público, y el público tenía derecho de protestar. Una importante diferencia es que los hijos de Samuel no estaban bajo su supervisión directa porque Beerseba estaba muy lejos hacia el sur, y ni Dios ni los hombres podían culparlo por las actividades de ellos. Hay una dramática ironía en esto. Tanto con Elí como ahora con Samuel, se hacía evidente a todos que los hombres grandes y buenos pueden tener hijos malos e inútiles; pese a ello los ancianos reaccionaron pidiendo tener un rey. Por definición, ¡un rey es un gobernante cuyo hijo automáticamente le sucede en el trono! El autor demuestra así que los argumentos de los ancianos no eran sinceros. Es hasta el v. 20 que expresan su verdadera razón.

Sin duda las demandas de los ancianos constituían un rechazo de Samuel y, naturalmente, desagradaron a éste, aunque dejaban en sus manos la elección de un rey. Las palabras de Dios en el v. 7 no niegan que Samuel hubiera sido desechado pero el énfasis es que él no era la única persona a quien estaban rechazando. Detrás del rechazo de Samuel por parte de los ancianos estaba el hecho de que estaban rechazando también la autoridad de Dios, porque había sido él quien diera a Israel un líder capaz tras otro, incluyendo a Samuel. Como nos lo recuerda el v. 8, no hay nada nuevo en que los israelitas rechazaran a Jehovah en favor de otros dioses, pero la demanda de los ancianos fue un paso más allá, rechazando sus planes políticos para su propio pueblo.

La descripción de Dios como rey de Israel aparece con mucha frecuencia en el lenguaje bíblico, encontrándose en textos tan antiguos como Exo. 15:18. La interpretamos fácilmente como una metáfora directa, una figura humana conveniente. Es probable que los israelitas hicieran lo mismo por lo que no comprendían lo que significaba e implicaba. Si Dios era realmente rey, entonces era él quien tomaba las decisiones políticas para Israel, él establecía las leyes y la constitución, él decidía ir a las guerras y formar alianzas, y hacía todo lo demás que un rey humano haría en otros países. (Es claro, Dios necesitaba sus mensajeros para anunciar sus decisiones y decretos, y los profetas, en particular, cumplían ese papel.) A menos que el rey humano de Israel fuera absolutamente obediente a las decisiones del Señor, sin duda estaría en cierta forma desplazando a Dios. Así que la demanda de los ancianos era una traición.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Los israelitas piden un rey - La monarquía. La institución de los jueces, último estadio en la vida de Israel representada por Samuel, comienza también su etapa de decadencia y desaparición. Acertadamente se describe en pocas líneas lo que originó esa decadencia y pérdida de calidad del proyecto socio-religioso: Samuel nombró jueces a sus hijos que no se comportaron como él; atentos sólo al provecho propio, aceptaban el soborno y juzgaban contra justicia (1-3). De la institución del régimen monárquico nos da el libro dos versiones discordantes: una negativa y otra positiva. Samuel se opone a la petición del pueblo. Israel debe tener al Señor por único rey, debe confiar en él en su vida política y militar, el profeta será el intermediario que hará conocer en cada caso la voluntad de Dios dirigiendo la historia. Además, la monarquía se volverá contra el pueblo por sus exigencias despóticas. Samuel recita al pueblo lo que significa tener un rey: esclavitud más que liberación. Recordemos que cuando el autor quiere hablar, lo suele hacer por boca de alguno de sus protagonistas. Pero, ¿no exagera Samuel? Un mediador humano no desbanca la soberanía del Señor. El rey es el defensor del pueblo frente a la prepotencia de los poderosos, es garante de la justicia y defensor en la guerra. Eso justifica la otra postura, y los hechos lo comprueban. El libro cuenta que Samuel lo ungió, el pueblo lo aclamó, el rey comenzó bien su tarea salvadora. Para explicar la presencia de las dos visiones opuestas en el libro, algunos proponen una sucesión temporal. En tiempo de Salomón se redactó la versión positiva, favorable a David, prolongando la conciencia «premonárquica» del final de Jueces. A medida que creció la oposición de varios profetas a varios monarcas, fue cuajando la postura hostil o crítica representada en el libro por Samuel. En el capítulo 8 asistimos, entonces, a la versión antimonárquica en forma dramática de diálogo. Para el pueblo, el rey representa gobierno firme y defensa militar; para Samuel representa impuestos y servidumbre. El drama consiste en que ambos tienen razón. La verdadera libertad y seguridad está en reconocer y servir al Señor, que libera y no esclaviza; sólo cuando el rey sea servidor del Señor al servicio de la comunidad, protegerá sin esclavizar (cfr. Deu_17:14-20). Hay que recordar la historia de José culminando en Gén_47:25 : «Nos has salvado la vida... seremos siervos del Faraón».

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

8 Nos encontramos en un punto crucial de la historia política y religiosa de Israel. El santuario del arca, en Silo, ha sido destruido y la unidad se ve amenazada ante el creciente peligro filisteo. Renovando la oferta hecha a Gedeón, Jue_8:22 s, y el intento de Abimélec, Jue_9:1 s, una parte del pueblo pide un rey «como todas las naciones», pero otra corriente de opinión se opone, dejando a Yahvé, único señor de Israel, el cuidado de suscitar los jueces que requieran las circunstancias. Ambas corrientes hallan su expresión en los relatos yuxtapuestos de la institución monárquica. Pero es exagerado hablar de una «versión antimonárquica» (8; 1Sa_10:17-24; 12) y de una «versión monárquica» (9:1—10:16; 11). Estas tradiciones diversas, que proceden de santuarios diferentes, concuerdan en lo tocante a la función histórica y religiosa de Samuel. Su importancia radica en haber hecho prevalecer una realeza que respetaba los derechos de Yahvé sobre el pueblo. Tras el fracaso del reinado de Saúl, tal ideal se conseguirá bajo David. Su gran personalidad conciliará el aspecto religioso y el aspecto profano de la monarquía en Israel, y, en su persona, el guía político no desatenderá los deberes del ungido de Yahvé. Este ideal ya no lo alcanzarán sus sucesores, y David pasará a la historia como ideal del rey futuro, por quien Yahvé obrará la salvación de su pueblo, como Ungido del Señor, como Mesías.

8:1 (a) Este relato es originario del santuario de Ramá. Samuel se opone al movimiento del pueblo que quiere un rey «como todas las naciones», ver 1Sa_8:5+, pero no está en contra de una monarquía que reconozca las prerrogativas de Yahvé.

8:1 (b) Ver nota a 1Sa_7:2.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


NOTAS

8 Nos encontramos en un punto crucial de la historia política y religiosa de Israel. El santuario del arca, en Silo, ha sido destruido y la unidad se ve amenazada ante el creciente peligro filisteo. Renovando la oferta hecha a Gedeón, Jue_8:22 s, y el intento de Abimélec, Jue_9:1 s, una parte del pueblo pide un rey «como todas las naciones», pero otra corriente de opinión se opone, dejando a Yahvé, único señor de Israel, el cuidado de suscitar los jueces que requieran las circunstancias. Ambas corrientes hallan su expresión en los relatos yuxtapuestos de la institución monárquica. Pero es exagerado hablar de una «versión antimonárquica» (8; 1Sa_10:17-24; 12) y de una «versión monárquica» (9:1—10:16; 11). Estas tradiciones diversas, que proceden de santuarios diferentes, concuerdan en lo tocante a la función histórica y religiosa de Samuel. Su importancia radica en haber hecho prevalecer una realeza que respetaba los derechos de Yahvé sobre el pueblo. Tras el fracaso del reinado de Saúl, tal ideal se conseguirá bajo David. Su gran personalidad conciliará el aspecto religioso y el aspecto profano de la monarquía en Israel, y, en su persona, el guía político no desatenderá los deberes del ungido de Yahvé. Este ideal ya no lo alcanzarán sus sucesores, y David pasará a la historia como ideal del rey futuro, por quien Yahvé obrará la salvación de su pueblo, como Ungido del Señor, como Mesías.

8:1 (a) Este relato es originario del santuario de Ramá. Samuel se opone al movimiento del pueblo que quiere un rey «como todas las naciones», ver 1Sa_8:5+, pero no está en contra de una monarquía que reconozca las prerrogativas de Yahvé.

8:1 (b) Ver nota a 1Sa_7:2.

Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)



[.] Una profunda transformación ha tenido lugar en la vida de los antiguos nómadas. Se han vuelto agricultores y habitan en aldeas y ciudades igual que los demás habitantes del país. Sus antiguas estructuras sociales, bien adaptadas en otros tiempos a la vida del desierto, ya no sirven; es lo que nos muestra constantemente tanto la historia de los pueblos como la de la Iglesia. Aparecen cambios de mentalidad, impulsados por los acontecimientos y por la evolución de las técnicas, que revelan la inadaptación de las antiguas estructuras a las nuevas situaciones. Siendo el hombre un ser vivo que no cesa de evolucionar, de interrogarse, de descubrir y de llevar a cabo cosas, se da una permanente tensión entre la vida y las instituciones. Por otra parte, las instituciones tienen por fin esencial canalizar, ordenar y organizar esa vida siempre bullente. Sin creatividad, el hombre es un cadáver ambulante; sin institución, cualquier sociedad cae en la anarquía. La tensión entre la vida y las instituciones aparece más claramente en determinados momentos, que son los períodos de crisis de una sociedad. Entonces se enfrentan corrientes conservadoras y corrientes innovadoras. Mientras las primeras consideran la vuelta firme e intransigente al pasado como el medio para restablecer el orden de las cosas, las segundas, conscientes de la necesidad de inventar estructuras nuevas, olvidan muy rápidamente lo ya adquirido y la experiencia del pasado. Los capítulos 8 al 12 del Primer libro de Samuel nos ponen en presencia de una de esas crisis y de las tensiones que se crearon. El pueblo se da cuenta de la debilidad que crean la división y la anarquía, y no basta el poder pasajero de los . Samuel, por su parte, es un defensor del pasado y sus advertencis están marcadas por su desconfianza personal. No reconoce el progreso que constituye un gobierno más fuerte, sino que denuncia los abusos del poder absoluto. El pueblo prefiere que otros se hagan responsables de su destino, pero el rey, representante de Dios en la teoría, será de hecho el opresor de la nación. Ya en aquel tiempo los grandes jefes sabían bastante de propaganda para convencer al pueblo de que eran indispensables.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*8-12 Estos capítulos abren el horizonte inédito de la institución monárquica, desde perspectivas contrapuestas acerca de su legitimidad. Por una parte, los capítulos 1Sa 8:1-22 y 1Sa 12:1-25 acaparan las reflexiones acerca de la institución; por otra, por los restantes discurre el itinerario regio de Saúl: su unción secreta, el reconocimiento público y su aclamación.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

— sus hijos jueces: Esta designación hereditaria no tiene antecedentes en las historias de los Jueces. Sólo encontramos algo parecido en la sucesión de Elí (1Sa 2:12-17), aunque limitada al ámbito cúltico.

Torres Amat (1825)



[5] El paso de los jueces a la monarquía aparece como algo deseado por Dios y por el pueblo. Samuel, después de haberse opuesto, se muestra favorable y participa en la elección y consagración del rey. Hay dos corrientes antagónicas: la monárquica, 1 Sam 9, 1-10, 16; 11, 1-5, y la antimonárquica, 1 Sam 8, 1-22; 10, 17-27; 12, 1-25.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 8.4 Los ancianos de Israel: es decir, los jefes y representantes del pueblo.

[2] 8.16 Sus mejores bueyes: según la versión griega (LXX). Heb. sus mejores jóvenes.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



7. Ver Jue_8:22-23.