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No extingáis el Espíritu; (I Tesalonicenses 5, 19) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



Incertidumbre sobre el tiempo de la parusía, 5:1-11.
1 Cuanto al tiempo y momento preciso, no hay, hermanos, por qué escribir. 2 Sabéis bien que el día del Señor llegará como ladrón en la noche. 3 Guando se dicen: Paz y seguridad, entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores del parto a la preñada, y no escaparán. 4 Cuanto a vosotros, hermanos, no viváis en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como ladrón; 5 porque todos sois hijos de la luz e hijos del día. No somos de la noche ni de las tinieblas. 6 Por consiguiente, no durmamos como los otros, antes bien, velemos y vivamos sobriamente. 7 Los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. 8 Pero nosotros, hijos del día, seamos sobrios, revestidos de la coraza de la fe y de la caridad y del yelmo de la esperanza en la salvación. 9 Que no nos destina Dios a la ira, sino a la salvación por nuestro Señor Jesucristo, 10 que murió por nosotros para que, en vida o en muerte, vivamos unidos a El. 11 Así, pues, consolaos mutuamente y edifícaos unos a otros, como ya lo hacéis.

Esta perícopa es esencialmente práctica. Es posible que los tesalonicenses, a través de Timoteo, hubiesen preguntado expresamente a Pablo sobre el tiempo de la parusía. Tal parece insinuar la fórmula cuanto al tiempo y momento preciso (v.1), muy semejante a no queremos que ignoréis, que introduce la naarracion anterior (cf. 4:13). Pablo, sin embargo, no da una respuesta directa. Afirma, sí, indirectamente que lo ignora (cf. v.2 y 10); pero en lo que directamente insiste es en la vigilancia y sobriedad con que debemos vivir, como soldados siempre en guardia, a fin de que ese día ignorado no nos coja de sorpresa. Es exactamente la misma doctrina que, referente a este punto de la parusía, había inculcado ya Jesucristo (cf. Mat_24:36-44; Mat_25:13).
La expresión cuanto al tiempo y momento preciso (???? ?? ??? ?????? ??? ??? ?????? ), con que el Apóstol introduce la cuestión (v.1), era una fórmula más o menos ya estereotipada (cf. Dan_2:21; Hec_1:7), propia de la literatura escatológica, cuando se trataba de inquirir el tiempo en que el hecho tendría lugar 316. Pablo responde que de eso no es necesario escribir, pues saben bien que el día del Señor llegará como el ladrón en la noche., como los dolores del parto a la embarazada (v.2-3). Evidentemente ese día del Señor está refiriéndose a la parusía y juicio final (cf. 1Co_1:8; 2Co_1:14; Flp_1:6; 2Te_2:2). Lo de saben bien indica que los tesalonicenses ya habían sido instruidos suficientemente en este punto durante su evangelización. En cuanto a las imágenes ladrón en la noche y dolores de parto, usadas ya por Jesús (cf. Mat_24:43; Jua_16:21), son muy frecuentes en el estilo apocalíptico, del que se consideran adorno obligado, y ciertamente muy aptas para expresar la incertidumbre y sorpresa de la venida del Señor y la necesidad de estar siempre preparados. Es posible que la segunda imagen, además de la idea de sorpresa, insinúe también la idea de dolor, con alusión a los grandes males que precederán esa venida (cf. Mat_24:8).
Claro que la sorpresa será más bien para los impíos, quienes no piensan más que en los goces materiales (v.3; cf. Mat_24:37). Respecto de los fieles, Pablo les pide que se comporten de manera que ese día no les coja de sorpresa (v.4), haciendo luego (v.5~7) una serie de consideraciones en que juega con las palabras tinieblas, luz, día, noche, dormir, velar, que de ordinario toma en sentido metafórico, pero a veces también propio, con no pequeña dificultad de interpretación concreta en algunos casos. Lo normal es que entienda por tinieblas y noche las tinieblas de la infidelidad con su cortejo obligado de vicios; y lo mismo se diga del término dormir, con referencia a la falta de fe y obras correspondientes (cf. v.6). Sin embargo, en el v.y, lo mismo el término dormir que el término noche se toman en sentido propio, aunque sobrentendiendo la misma idea moral de antes, como diciendo: aunque se puede dormir durante el día, pero la noche es su tiempo propio, lo mismo que para los excesos de la crápula; no es, pues, extraño que duerman (sentido metafórico) y se embriaguen los gentiles, pero sería extraño que lo hicieran los cristianos, que son hijos de la luz y del día. Estos términos luz y día (v.5) se contraponen a tinieblas y noche de antes, e indican la vida de fe con su floración de todas las virtudes; igual se diga del término velar (v.6), contrapuesto a dormir, y de la expresión vivir sobriamente (v.6-8), contrapuesta a embriagarse.
Para más recalcar la idea de vigilancia y sobriedad, San Pablo, valiéndose de imágenes tomadas de la vestimenta militar, describe la panoplia o armadura espiritual de que debe revestirse el cristiano (v.8). Esta misma imagen, desarrollada con más amplitud, la encontramos en Efe_6:11-17, y alusión a ella en Rom_13:12. El motivo o acicate que nos debe alentar en este combate espiritual, es el saber que Dios no nos ha destinado a la ira con que castigará a los impíos (cf. i, i o; Rom_5:3), sino que nos ha llamado a la salvación, y, consiguientemente, estará con nosotros en la adquisición de la misma (v.9). Ni se olvida el Apóstol de recordar a los tesalonicenses que, en este negocio de nuestra salvación, el mérito principal se lo hemos de agradecer a Jesucristo, que murió por nosotros para que, en vida o en muerte, vivamos unidos a El (v.10). Nótese la antítesis: murió él para que vivamos nosotros, idea muy cara al Apóstol (cf. 2Co_5:14-15; Gal_2:21). La expresión en vida o en muerte (???? ????? -????? ???? ?? &??????? ), literalmente ya velemos, ya durmamos, no parece que pueda referirse a velar o dormir en el sentido que tienen estos términos en los versículos anteriores, sino a pasar o no pasar por la muerte temporal, como en 4:16-17. San Pablo vendría a decir: lo importante no es el vivir hasta la parusía o el morir antes, sino lo importante es el que, vivos o muertos cuando venga Cristo, hemos de vivir unidos a El (cf. 4:18). Con esto, el Apóstol, en la conclusión de lo referente a la parusía, vuelve a la idea central de la narracion anterior. Y nótese que, mientras en 4:15 y 17 se había colocado en la categoría de los vivientes, aquí admite como posible, tanto para él como para sus lectores, el tránsito de la categoría de los vivientes a la de los muertos.
La conclusión final es que no hay motivos para inquietarse (v.11). Notemos la expresión edifícaos, imagen corriente en San Pablo y sumamente significativa: cada cristiano es un edificio en construcción continua (cf. Flp_3:12-16), cuyo fundamento es Cristo y cuyas piedras que se van poniendo en el muro son las obras buenas de cada uno (cf. 1Co_3:9-12; Efe_2:20-21), pudiendo no sólo contribuir a la edificación de nosotros mismos, sino también a la de los demás (cf. Efe_4:12-15). A esa edificación se opone el escándalo, con que tratamos de quitar piedras del muro del prójimo (cf. 1Co_8:8-13).

Amonestaciones varias,1Co_5:12-22.
12 Os rogarnos, hermanos, que acatéis a los que laboran con vosotros presidiéndoos en el Señor y amonestándoos, 13 y que tengáis con ellos la mayor caridad por su labor. Vivid en paz entre vosotros. 14 También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los que viven fuera de orden, alentéis a los pusilánimes, acojáis a los débiles y seáis sufridos con todos. 15 Mirad que ninguno vuelva a nadie mal por mal, sino que en todo tiempo os hagáis el bien unos a otros y a todos. Estad siempre gozosos, 17 orad sin cesar, 18 dad gracias a Dios por todo; pues tal es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto a vosotros. 19 No apaguéis al Espíritu, 20 no despreciéis las profecías; 21 pero examinadlo todo y quedaos con lo bueno. 22 Absteneos hasta de la apariencia de mal.

San Pablo termina su carta dando a los tesalonicenses una serie de consejos que podemos distinguir en tres grupos: comportamiento con los superiores jerárquicos (v.12-13), en las relaciones mutuas (v.14-18), en las asambleas litúrgicas (v. 19-22).
Respecto del primer grupo, referente a los superiores jerárquicos, pide respeto y amor para con ellos, en atención al trabajo que se toman por la comunidad (v.12-13). San Pablo habla de los superiores en general, sin especificación alguna; pero es de suponer que esos superiores se correspondan con los obispos y diáconos, de que se habla en Flp_1:1. Es importante señalar los tres términos con que designa sus funciones: trabajar (por el bien espiritual de los fieles), presidir, amonestar.
Por lo que toca a las relaciones mutuas, San Pablo recomienda sobre todo la paz y la caridad (v. 13^15), insistiendo también en la alegría, la oración y la acción de gracias (v. 17-18). Recomendaciones semejantes encontramos en otros lugares de sus cartas (cf. Rom_14:19; 2Co_13:11; Efe_5:20; Flp_4:4-7). No está claro quiénes son esos fuera de orden (???????? ), a que se alude en el v.14. San Pablo vuelve a usar la misma expresión en 2Te_3:6-7. Lo más probable es que se trate de fieles que, ante la soñada inminente parusía, no querían trabajar, llevando una vida ociosa, fuera del común orden social 317. Tampoco es claro si la expresión: tal es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto a vosotros (v.18), ha de referirse sólo a dad gracias por todo, que es lo que precede inmediatamente, o al conjunto de las tres recomendaciones: gozo-oración-acción de gracias. Quizás sea más probable esto último. Lo de en Cristo Jesús trata de señalar o que Dios nos ha manifestado su voluntad en Cristo y por medio de Cristo (así unos), o que quiere nuestra santificación, no aisladamente, sino unidos a Cristo cabeza (así otros).
Finalmente, por lo que se refiere a los consejos para las asambleas litúrgicas, San Pablo recomienda: que no impidan a los carismáticos la libre manifestación de lo que el Espíritu les inspira (v.19; cf. 1Co_12:7-11; 1Co_14:26-33); que, de modo particular, tengan en la debida estima las profecías (v.20; cf. 1Co_14:1-3), pero examinando antes todo y viendo si los que hablan son de verdad profetas o solamente ilusos (v.ai; cf. 1Co_12:3; 1Co_14:29; Gal_1:8-9); que se abstengan de todo mal y de todo lo que se le parezca (v.22; cf. 2:3; Rom_14:15; 1Co_8:13). Probablemente este último consejo, aunque enunciado en forma general, está aludiendo al justo discernimiento de los carismas, donde tan fácilmente pueden entrar las ilusiones y el error.




Epilogo,1Co_5:23-28.

Oración por los tesalonicenses,1Co_5:23-24.
23 El Dios de la paz os santifique cumplidamente, y que todo vuestro espíritu, vuestra alma y vuestro cuerpo se conserven sin mancha para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 Fiel es el que os llama, y que también lo cumplirá.

El Apóstol sabe muy bien que los tesalonicenses, con sus solas fuerzas, no podrán poner en práctica cuanto les ha venido aconsejando, pues la santificación, dejada a salvo nuestra libertad, es obra principalmente de Dios. Por eso pide para ellos que Dios los santifique cumplidamente (??????? ???? ????????? ), de modo que en todo su ser (espíritu-alma-cuerpo) se mantengan irreprochables, y así aparezcan luego cuando llegue el momento solemne de la pa-rusía o segunda venida de Jesucristo (v.23). Ni deben jamás desconfiar de Dios, pues es El quien les ha llamado a la fe y, consiguientemente, se ha como obligado a cumplir todo lo que sea necesario para llevar hasta su término esa primera llamada (v.24; cf. Rom_4:20-21; 1Co_1:9; Flp_1:6).
Aunque la idea general del pasaje, conforme acabamos de exponer, es clara, no así esa enumeración de espíritu-alma-cuerpo, en que el Apóstol descompone el ser del hombre (v.23). Es evidente que no pretende proponer ninguna teoría filosófica sobre si la constitución del ser humanoes unitaria o dicotómica o tricotómica; pero también es evidente que algo pretende indicar con esas tres palabras y que alguna diferencia establece entre el significado de cada una de ellas. La diferencia entre cuerpo y alma es fácilmente explicable; pero ¿en qué se diferencian el espíritu y el alma? Parece ser, a juzgar por el modo de hablar en otros muchos lugares de sus cartas (cf. Rom_8:1-11; 1Co_2:13-15; 1Co_15:44-46; Gal_5:16-17), que, para San Pablo, el espíritu y el alma son la misma realidad, aunque connotando aspectos diferentes. Esa parte más íntima y noble del hombre, contrapuesta al cuerpo, se llama [espíritu (?????? ) en cuanto principio motor de acciones morales y campo de acción del Espíritu Santo (cf. Rom_8:4-11) y se llama alma (???? ) en cuanto principio de vida sensitiva con su cortejo de pasiones y concupiscencias.

Ultimas recomendaciones y bendición final,Rom_5:25-28.
25 Hermanos, orad por nosotros. 26 Saludad a todos los hermanos con el ósculo santo. 27 Os conjuro por Jesucristo que esta epístola sea leída a todos los hermanos. 28 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.

Tres cosas pide San Pablo a los tesalonicenses: que rueguen por él (v.25; cf. Col_4:3; 2Te_3:1), que se saluden con el ósculo santo (v.26; cf. Rom_16:16; 1Co_16:20; 2Co_13:12), y que lean la carta públicamente (v.27). Esta última recomendación la hace con toda solemnidad y en nombre de Jesucristo. Ello es debido probablemente a que teme que surjan tergiversaciones y si dijo o dejó de decir esto o aquello. Que tenía razón en sus sospechas lo vemos por su segunda carta (cf. 2Te_2:2; 2Te_3:17).
La bendición final (v.28) es la acostumbrada en sus cartas (cf. Rom_16:20; 1Co_16:23; Col_4:18).

294 Que Timoteo, por encargo de Pablo, había realizado una visita a los tesalonicenses, no cabe duda (cf. 1Te_3:1-2). Sin embargo, no es claro si para esa visita partió de Atenas, adonde se habría juntado ya con el Apóstol, o, por el contrario, recibió el encargo estando todavía en Berea, cuando el Apóstol estaba en Atenas. De esta cuestión ya tratamos al comentar Act ? ?,? 5· 295 Cf. A. Deissmann, Licht vom Oslen (Tübingen 1909) p.279-283, donde recoge los principales textos de papiros e inscripciones en que aparece el término parusía con este sentido técnico. Sabemos que esa parusía de los soberanos helenísticos era una fiesta emi- ' nentemente popular, cuidadosamente preparada y reglamentada. He aquí cómo se describe la preparación para la parusía del rey átalo III (138-133 a. C.) en una ciudad del reino de Pérgamo: Al acercarse el soberano a la ciudad, todos los estefanóforos de los doce dioses. tomarán su corona, los sacerdotes y las sacerdotisas abrirán los templos de los dioses, esparcirán incienso, recitarán las oraciones rituales para que ahora y siempre sea dada al rey átalo. salud, victoria, poderío en la tierra y en el mar. Deben salir a su encuentro los antedichos sacerdotes y sacerdotisas, los estrategas, los arcontes y los vencedores de los juegos con las coronas que han ganado, el gimnasiarca seguido de los efebos y de los cadetes, el pedagogo a la cabeza de sus niños, luego los ciudadanos y las mujeres y las jóvenes todas y todos los habitantes con vestidos blancos y con coronas. Será un día de fiesta. (Cf. W. Dittenberger, Onentis Graeci Inscript., n.332:1:26-39). 296 Cf. L. Cerfaux, El cristiano en San Pablo (Madrid 1965) p.12. 297 Gf. J. B. Orchard, Thessaloníans and the Synoptic Gospels: Bibl. 19 (1938) 19-42; F. Spadafora, L'escatologia in San Paolo (Roma 1957); J. renié, L'eschatologie des deux építres aux Thess.: Div. Th. 40 (1937) 350-360; A. Feuillet, art. parousie: Dict. Bibl.-Suppl., vol.6, 001.1362-1366; E. Cothenet, La U ¿pitre aux Thess. et l'apocalypse synoptique: Redi. Sr. Relig. 42 (1954) 5-39- 298 Gf. Denz. n.2179-2081. 299 Refiriéndose a esta expresión paulina, dice San Agustín: lili quos hic viventes inven-turus est Christus, quorum personam in se. transfigurabat apostolus (De Civit Dei 20:20:2: PL 41:688). 300 Cf. O. Cullmann, Chríst et le temps (Neuchatel 1957) ? .6? -62; ? . ??????, ¿Resurrección al final de los tiempos o inmediatamente después de la muerte?: Goncil. (1970) IV, p. 103-105; J. Alonso Díaz, La resurrección corporal en el ? . ? .: Est. Bibl. 32 (1973) 43-56. 301 Cf. L. Cerfaux. El cristiano en San Pablo (Madrid 1965) p.ióo. 302 Cf. J. Dupont, ??? ?????? . L'unión avec le Christ suivant S. Paul (París 1952) p.iSs. Insistiendo en ese cambio que se habría operado en San Pablo, escribe M. Goguel: Si morir es para el fiel estar en Cristo, como se dice en Flp_1:21-23, no puede ser al mismo tiempo entrar en la nada provisional de la tumba, para no salir sino en la parusía. Ninguna habilidad dialéctica podrá armonizar estas dos escatologías. La primera es una herencia del apocalipsis judío, mientras que la segunda deriva de la experiencia mística del Apóstol (M. goguel, La naissance de Christianisme [París 1946] p.298). 303 A este respecto, creemos muy acertado lo que escribe Cerfaux: Eftá de moda hablar de la visión sintética que los semitas tenían del hombre. y, por tanto, que Pablo, hebreo e hijo de hebreos, no podía concebir una parte superior del hombre, distinta del cuerpo, a la que llamará inteligencia (voOs) con Platón y espíritu (?????? ) con los Estoicos. Desde luego, nadie pretende sostener que el Apóstol fuera dualista a la manera de los griegos platonizantes; pero. viviendo en un medio penetrado de las concepciones del dualismo griego, con las esperanzas del más allá que llevaban consigo, ¿cómo un espíritu tan desembarazado y que quiere ser griego con los griegos no había de experimentar su influencia?., Precisamente la línea de pensamiento platonizante que hemos ya advertido en sus confidencias sobre el hombre interior (cf. 2Co_4:16-18), le proporciona también ahora (2Co_5:6-8) las palabras necesarias para pintarse una vida futura independiente de la resurrección material. La existencia después de la muerte no depende del cuerpo: el hombre interior, la verdadera personalidad, sostenido por el amor y el poder de Cristo, subsistirá después de la muerte, aguardando todavía conscientemente la venida gloriosa. De esta manera San Pablo se desentiende de la estrechez de la concepción del judaismo para abrazar, en un momento de intensa iluminación intelectual, la perspectiva del dualismo griego. Adoptó, precisó, cristianizó la sabiduría de los antiguos (L. cerfaux, Itinerario espiritual de San Pablo [Barcelona 1968] p.111 y 115)· 304 Cf. S. Lyonnet, Les etapes de l'histoire du salut selon Vépítre aux Romains (París 1969) p.21o. Puede verse también: P. Hoffmann, Die Toten tn Chrtstus (Münster 1969) p.296-301. 305 Cf. J. Dupont, L'aprés-mort dans Voeuvre de Lúe: Rev. Theol. de Louv. 3 (1971) 3-21. 305* La exposición que acabamos de hacer trata de reflejar con la mayor fidelidad posible el pensamiento de Pablo sobre la parusía, pensamiento que evidentemente está encuelto en formas ? categorías espacio-temporales: dos venidas de Cristo, resurrección corporal al final de los tiempos, juicio universal, transformación del cosmos. Es sabido, sin embargo, que no pocos autores actuales, apoyándose en la filosofía como hermenéutica, dicen que todo ese montaje escatológico en formas espacio-temporales, que procede de la apocalíptica judía, debemos trasladarlo a nuestro lenguaje; y en nuestro lenguaje no hay razón para el desdoblamiento de un juicio particular y un juicio universal; tampoco es necesario distinguir dos venidas de Cristo al mundo. La muerte de cada hombre, lo mismo que su resurrección, serían contemporáneas en la duración crística de la muerte y resurrección del mismo Señor. Esos conceptos de venida, resurrección, glorificación, transformación del cosmos, vistos desde la perspectiva del tiempo, pueden estar separados por distancias largas de siglos o milenios; pero en el ritmo del tiempo de Cristo son momentos inmediatos en los que va desembocando la historia humana (J. Losada, Escatología y mito: Est.Bibl. 28, 1969, p.94-95). 306 Las palabras ante nuestro Dios y Padre (v.3), que en nuestra traducción hemos unido a haciendo sin cesar. memoria (??????????? ????????????? ), otros prefieren ponerlas al final del versículo, con referencia a las tres virtudes teologales ahí mencionadas, practicadas bajo la mirada de nuestro Dios y Padre. Sería un nuevo aspecto de la unión de los tesalonicenses con Dios, a que se hizo referencia en el v.1: mientras en el v.1 se consideraba a Dios como algo en que los tesalonicenses estaban sumergidos, aquí es considerado como un Padre que mira constantemente a sus hijos y les ayuda poderosamente en sus dificultades. Grama-ticalmente, ambas interpretaciones son posibles. 307 La frase no fue ???? (???? ) podría de suyo interpretarse en el sentido de que la predi -cación de Pablo en Tesalónica no había sido sin fruto (cf. 3:5); sin embargo, parece más en consonancia con el contexto darle el sentido, también posible, de desprovista de fuerza o valor (cf. 1Co_15:10). 307* claro qué quiera significar el Apóstol al decir que su predicación no procedía de concupiscencia (?? ????????? ). Bastantes autores (Buzy, Amiot, Rigaux) creen que alude a la impureza o licencia sexual, que es el significado ordinario de la palabra (cf. Rom_1:24; 2Co_12:21, Col_3:5), dando a entender que sus doctrinas no favorecían las pasiones carnales, como a veces otras religiones. Sin embargo, más bien parece (Knabenbauer, Steinmann, Toussaint) que en este contexto (cf. v.5-6) hemos de dar a la palabra concupiscencia un sentido general, significando toda clase de motivos no confesables, como lucro, ambición, vanagloria, etc. 308 En lugar de pequeñuelos (?????? ), algunos códices tienen mansos (????? ). Parece que debe preferirse la lección ?????? , más apoyada en los códices, cambiada por algún amanuense en ?????? , para evitar la incoherencia de imágenes que resulta de que el Apóstol se llame pequeñuelo y nodriza en un mismo versículo. Sin embargo, la incoherencia y cambio rápido de imágenes es muy del estilo de San Pablo. Poco después, en el v.1 i, se compara a un padre. 309 Esta última expresión alude al orgullo de los judíos, con desprecio para todos los demás, resultándoles odioso que el reino mesiánico no fuese en adelante monopolio suyo. Es la misma idea, en el fondo, que expresa también el historiador romano Tácito: Apud ipsos fides obstinata, misericordia in promptu; sed adversus omnes alios, hostile odium (Hist. 5:5). 310 Es interesante hacer notar que el verbo dirigir (v.1 i), cuyo sujeto es Dios Padre y Jesucristo, va construido en singular (????? ^???? ), teniendo aplicación también aquí lo que ya dijimos al comentar 1:1, de que ninguna manera mejor, en lo que puede hacerlo una fórmula literaria, para expresar la unidad sustancial de Padre e Hijo. 310 * Donde nosotros, siguiendo a gran número de autores (Knabenbauer, Zorell, M. Sales, Vosté), hemos traducido su mujer (v.4), traducen otros su cuerpo, con referencia a que el cristiano debe conservar puro su cuerpo, sin dejarse arrastrar por la concupiscencia. Desde luego, la expresión paulina no es clara. El Apóstol no dice mujer ni cuerpo, sino ?????? que literalmente significa vaso, instrumento. Pero ¿cuál es el sentido real? No negamos que el término ?????? es usado con frecuencia para designar el cuerpo, considerado como instrumentó o vaso que aprisiona al alma; y el mismo San Pablo parece usar este lenguaje (cf. 2Co_4:7). Sin embargo, la frase toda: adquirir su propio cuerpo (?? ??? /??? ???? /os ???? 3?? ), resultaría muy extraña. Más obvio parece darle el sentido de mujer, frecuentemente designada con este término, que corresponde al hebreo keli en la literatura rabínica. Valga este testimonio: Dixit Asuerus: vas (= uxor) quo ego utor nec medicum nec persicum est. (Me-gilla lib. Esther 1:11). También San Pedro usa el término ?????? en el mismo sentido (cf. 1Pe_3:7), De esta forma, el verbo adquirir (???? 3?? ) conservaría su propio significado: adquirir mujer, es decir, casarse. El consejo sería muy parecido al de 1Co_7:2 : para evitar la fornicación, que cada uno tenga su propia mujer, con la cual viva santa y honestamente. Tampoco es del todo clara en el texto griego la expresión del v.6: que en esta materia ninguno haga injuria a su hermano (?? ?? ??????????? ??? ??????????? ?? ?? ???????? ??? ??????? ????? ). Literalmente habría que traducir: que ninguno atrepelle ni, llevado de la codicia (para abundar más que él), engañe a su hermano en el negocio. Hay quienes creen que el Apóstol, con esta recomendación, se refiere a la probidad en los negocios, sin injusticias ni trampas, vicio que seguramente estaba bastante extendido en Tesalónica, ciudad de fuerte movimiento comercial. De suyo, ése es el sentido corriente de ??????????? , como vemos en 2Co_7:2 y 12:17, usado por San Pablo para decir que nunca, con pretexto de la predicación del Evangelio, ha tratado de enriquecerse a expensas de nadie.^ Sin embargo, en este contexto parece claro que se alude al negocio o materia de que se viene hablando, es decir, a la lujuria, dado que todo el pensamiento tiende a la impureza lujuriosa del v.7 (cf. P. rossano, De concepta p/eonexia in ? . T.: Verb. Dom. 32 (iQ54) 257-265). 312 En el texto griego, solamente en el v.16 usa San Pablo la palabra muertos (?????? ); en Jos demás versículos (13.14.15) usa siempre los que se durmieron (??? ?????????? . ??? /s ????? 3????? ). El verbo dormir, para significar la muerte, es corriente en la Escritura (cf. Gen_47:30; 2Sa_7:12; Jn ?2Sa_1:1? ; Hec_7:6o), y muy conforme con el dogma de la resurrección. Sin embargo, sería urgir demasiado las cosas querer probar el dogma de la resurrección por la sola palabra durmientes; pues esta metáfora la encontramos también en los autores paganos, sin que haya indicio alguno de que con ella intentasen expresar su esperanza en la resurrección (cf. Iliada 16:681-683; Eneida 6:278). 313 La fórmula muertos en Cristo (v.16), para indicar la muerte de los justos, unidos a Cristo por la fe y la caridad, es normal. Sin embargo, es de notar que en el v.14 literalmente no se dice los que durmieron en Jesús, sino por Jesús (??? /s ??????????? ??? ??? ????? ); Se trata de una frase elíptica, cuyo sentido, desarrollada la fórmula, sería: los muertos y resucitados por (??? ) Jesús los llevará Dios con El, es decir, con Jesús. Quiere dar a entender el Apóstol que la muerte de los justos no es algo estático, sino que Jesús seguirá actuando en ellos, como la vid en el sarmiento, hasta que los lleve a la resurrección gloriosa. Puede pues, decirse que es causa de nuestra muerte; no de la muerte en general, sino de tal muerte, a la que se debe una resurrección gloriosa, precisamente en virtud del influjo y acción de Cristo. Creemos menos probable la opinión de algunos autores, como Prat y Bover, que suprimen la dificultad uniendo ese por Jesús, no con los que se durmieron, sino con el verbo llevará. Gramaticalmente ello sería posible; pero, además de que destruiría el paralelismo con muertos en Cristo del v.16, resultaría una redundancia decir que Dios por mediación de Jesús llevará con El (con Jesús) a los justos. 314 El Apóstol lo da como palabra del Señor (?? ???? ?????? ), es decir, que no se trata de doctrina o elucubración humana, sino de algo revelado por Dios. El concretar más es difícil. Algunos autores hablan de revelación hecha por Cristo y conservada en la tradición escrita (cf. Mat_24:30; Jua_6:39-40); otros hablan de un agraphon, como en Hec_20:35; otros creen que se trata de una revelación especial hecha a Pablo, de quien sabemos que tuvo tales revelaciones (cf. 1Co_15:51; 2Co_12:4; Gal_1:12). Lo cierto es que lo da como palabra del Señor y, por tanto, perteneciente al depósito revelado (cf. 1Ti_6:20). No está claro, sin embargo, si Pablo está mirando al hecho mismo de la resurrección o incluye también directamente esa consecuencia que aquí deduce, es a saber, que los muertos no estarán en peor condición que los que se hallen en vida. 315 No se da el nombre del arcángel. Quizá se aluda al arcángel Miguel, inspirándose en Dan_12:1 (cf. Jud_1:9). Pero, como el texto griego no lleva artículo (?? ???? ?????????? ), es dudosa la identificación. 316 Como advierte F. Zorell (Lex. gracc. ? . ? ., ? . ?????? ) los términos ?????? y ?????? fere ita differunt ut locus [determinatus] a spatio [indeterminato aut inmenso]. En nuestro caso, ?????? indicaría tiempo en general (qué época o período), mientras que ?????? indicaría tiempo concreto y determinado (qué día y fecha). Añadamos, por lo que respecta a ?????? , que este término es el que suele emplearse en el uso profano para designar la ocasión particularmente propicia para una determinada empresa, lo que en lenguaje moderno llamaríamos el día J. Generalmente es en virtud de consideraciones humanas cómo un momento determinado nos parece particularmente propicio para la realización de tal o cual proyecto, convirtiéndose en un ?????? . En ese sentido dice Félix a Pablo: cuando llegue el momento (?????? ) ya te llamaré (Hec_24:26). Pues bien, con referencia a la historia de la salud, el Nuevo Testamento sigue usando este término en el mismo sentido, pero con esta diferencia: no son las apreciaciones humanas, sino un decreto divino el que hace de tal o tal fecha un ?????? , y esto en vista de la realización del plan divino de salud (cf. O. Cullmann, Christ et le temps [Neuchátel 1957] p.27-28). 317 En su origen, el término ??????? parece que fue una voz de la terminología militar, y designaba al soldado que en las filas no está en el puesto (????? ) que se le señala, manteniéndose fuera de orden. Para este pasaje paulino, la interpretación tradicional ha sido la de revoltoso ? inquieto, como traduce la Vulgata latina. Sin embargo, como resulta de los papiros griegos recientemente descubiertos, donde con frecuencia encontramos ese término, parece que en los tiempos de San Pablo más bien significaba perezoso, que no quiere trabajar, que es el sentido que le hemos dado nosotros, y que cuadra perfectamente con el que tiene en 2Te_3:7. Es probable que los pusilánimes (que se abaten fácilmente ante los contratiempos) y los débiles (flacos en la fe: cf. Rom_14:1) se refieran a los mismos fuera de orden de antes, quizá demasiado abatidos por sus muertos y por el retraso de la parusía, con peligro de flaquear en la fe. Con ello damos unidad a estas recomendaciones, que parecen tan dispares.

Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)



CAPÍTULO 5

IV. LO QUE NOS EXIGE LA INCERTIDUMBRE DE LA HORA (5/01-11).

La espera del fin constituye la melodía de fondo de toda la carta. Pero la consideración de la parusía de Cristo tiene consecuencias para la vida cristiana. En medio de toda nuestra incertidumbre en torno al fin, una cosa es cierta: nadie conoce «el día ni la hora» (Mat_25:13). Nadie puede, pues, decir: «Mi amo va a tardar» (Mat_24:48). La incertidumbre de la hora nos obliga a vigilar. Y nadie puede decir tampoco: «El día del Señor ya está ahí» (2Th_2:2). La incertidumbre de la hora nos exige que seamos sobrios.

1. 1NTRODUCCION: NADIE CONOCE EL DÍA NI LA HORA (2Th_5:1-3).

1 Acerca de los tiempos y momentos, hermanos, no necesitáis que os escribamos. 2 Vosotros mismos sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá como ladrón en la noche.

«Si el dueño de la casa hubiera sabido a qué hora iba a llegar el ladrón, no le habría dejado perforar las paredes de su casa» (/Lc/12/39). Pero ya se sabe que un ladrón llega siempre cuando menos se le espera. Así sucederá con el advenimiento de Cristo. Sobre el momento en que se producirá el fin sólo sabemos una cosa con certeza, que por desgracia es tal que fácilmente se olvida: sabemos, sin necesidad de que se nos explique nada más, que el Señor llegará de repente, cuando menos se le espere. Nadie sabe cuándo, pero puede llegar cualquier día. Toda nuestra certeza es ésta: la hora es incierta. Hemos de ser conscientes de esta incertidumbre y tomarla en serio.

3 Cuando la gente esté hablando de paz y seguridad, caerá de repente sobre ellos la calamidad, algo así como los dolores de parto sobre una mujer encinta, y no habrá manera de escapar.

El día del Señor caerá de repente, con todo su horror, sobre aquellos que viven despreocupados, en paz y seguridad. Caerá de repente sobre ellos como una gran calamidad, como un gran dolor. El Hijo del hombre vendrá cuando todos estén ocupados, como en los días de Noé, que «todos comían y bebían, tomaban marido, tomaban mujer...», y como en los días de Lot, que «comían y bebían, compraban y vendían, plantaban y edificaban...» (cf. Luk_17:26-30). Les sucederá a muchos lo que a aquel insensato que se decía a sí mismo: «Alma mía, ya tienes muchos bienes almacenados para muchos años; ahora descansa, come, bebe y pasarlo bien» (/Lc/12/16-20). Se nos advierte del peligro que representa vivir despreocupados, «en paz», y acostarnos con «seguridad». La incertidumbre incluye una gracia: la llamada a estar siempre preparados. La incertidumbre nos aconseja estar siempre preparados.

2. HIJOS DE LA LUZ (Luk_5:4-5a).

4 Vosotros, hermanos, no estáis en las tinieblas, para que el día os coja de sorpresa como un ladrón. 5a Todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día.

En el sur, la claridad del día llega de repente. Así sucederá también en el día del Señor. Ya mientras viven en la tiniebla de la tierra, los cristianos están marcados por la luz del día futuro de Cristo. Tienen ya en sí algo de esa luz de Cristo, algo de aquello que es propio del día futuro del Señor. Quien vive en la luz, es también él luz. Dios nos libertó ya «del poder de las tinieblas y nos trasladó al reino del Hijo de su amor» (Col_1:13); por eso puede Pablo decir más tarde, con toda claridad: «En otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor: proceded, pues, como hijos de la luz» (/Ef/05/08). El final no puede sorprender ni encontrar sin preparar a aquellos que, como hijos de la luz e hijos del día, están ya circuncidados por la luz del Señor futuro y viven esperando con nostalgia encontrarse con él. Vivir en la luz significa, ante todo, mantener los ojos fijos en el futuro, velar y proceder sobriamente. Sin esta luz de la esperanza, la vida queda envuelta en la tiniebla de este mundo, y el hombre sucumbe ante las «obras de las tinieblas» (Eph_5:11).

3. CONSECUENCIAS MORALES (Eph_5:5b-8).

a) Vigilancia y sobriedad (Eph_5:5b-8a).

5b No somos de la noche ni de las tinieblas. 6 Por tanto, no durmamos, como los demás, antes bien velemos y seamos sobrios.

Quien no sabe nada del día de Cristo vive en tinieblas y como quien duerme. Los infieles, dormidos y envueltos en sus sueños, pasan de largo ante la verdadera realidad. Quien no conoce nada del fin del mundo y no sabe nada de la segunda venida de Cristo, no puede tampoco conocer el mundo. Puesto que ha llegado la mañana, hemos de velar. La luz del Señor, que viene, a iluminarnos, nos despierta y nos llama a estar alerta. Quien mira con fe hacia el Señor, que viene, permanece en vela y puede mantener su sobriedad ante la realidad del mundo. Quien sabe cuál es la meta de la creación y de la historia, puede obrar como conviene a la creación y a la historia. Quien conoce cuál es la meta de su vida, puede disponer todas las cosas como es debido, porque ve con claridad cuál es el factor realmente importante a la hora de dar cuenta de su vida. La exigencia fundamental, pues, que la hora en que vivimos impone a los cristianos es ésta: estar siempre preparados, mantenerse siempre en vela, con sobriedad.

7 Porque los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. 8a Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios...

En la antigüedad, los festines eran casi siempre nocturnos; de día, no es tan fácil embriagarse 40. El día exige sobriedad: «Andemos con decencia, como durante el día: no en comilonas y borracheras, no en deshonestidades y disoluciones, no en contiendas y envidias...» (/Rm/13/13).

He aquí un retrato perfecto del desenfreno de los festines de la antigÜedad. Pero no es a esta sobriedad a la que aquí alude Pablo. Los hombres sobrios ven las cosas obJetivamente, tales como son. No persiguen fantasías ni se embriagan construyendo castillos en el aire. Quien conoce a Cristo no sucumbe a estas cosas. Está inmunizado contra ese idealismo que vuelve la espalda a la realidad, que crea una cortina de humo y de confusión en torno a la realidad del mundo. Quien conoce a Cristo, que es la realidad de todas las realidades, se mantiene siempre en una postura de sobrio realismo.

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40. Cf. Act_2:15.

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b) Estar armados (Act_5:8b).

8b ...revistiéndonos con la coraza de la fe y del amor, y con el yelmo de la esperanza de la salvación.

Cuando llega el día hemos de estar, además, vestidos como conviene: «Mirad que vengo como ladrón. Bienaventurado el que está velando y guardando sus vestidos...» (Rev_16:15). Pero no basta estar vestidos y ceñidos. Estamos en tiempo de guerra y, por tanto, hay que armarse, pues «ha pasado la noche y llega el día. Desechemos, pues, las obras de la tiniebla y vistámonos con Ias armas de la luz» (Rom_13:12). «Vestíos la armadura de Dios, para poder resistir contra las asechanzas del diablo. Porque no va nuestra lucha contra carne y sangre... Por tanto, tomad las armas de Dios para poder resistir en el día malo...» (/Ef/06/11 ss).

En tiempo de asedio hay que usar armas defensivas: coraza y yelmo. Una comunidad asediada debe defenderse. ¿Qué es lo que protege, apoya y da fuerzas a una comunidad asediada y en peligro? Ya sabemos qué es lo que Pablo considera más importante en la vida de la comunidad: fe y caridad (Rom_3:6.10.12), y sobre todo esperanza (Rom_1:10; Rom_4:13). Quien tiene una fe viva e impregnada de amor está armado con una armadura sólida, en la que rebotan todos los proyectiles. El amor es sólido (Rom_3:12 s). Quien fija su vista en el Señor y en su salvación, yergue su cabeza hacia la luz del Señor y esta luz le circunda y protege su cabeza como un yelmo. En tiempo de asedio no hay que andar buscando remedios de circunstancias; lo importante es esto: fe, caridad, esperanza (cf. 1,3).

4. FUNDAMENTO DE LA EXHORTACI6N DE PABLO (5,9-10).

9 Porque Dios no nos ha destinado a un castigo, sino a alcanzar la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, 10a que murió por nosotros...

Los cristianos no tienen que temer el castigo del final de los tiempos, porque el Señor, que ha de volver, les librará de él (1,10), arrebatándolos a su encuentro (4,17) de un modo admirable. Los cristianos saben que también a ellos puede alcanzarlos el castigo de Dios, pues «ha llegado el tiempo de comenzar el juicio por la casa de Dios» (1Pe_4:17). Sin embargo, quien vive su vida con fe amorosa y espera en el Señor no sufrirá el castigo de Dios, la reprobación eterna. Los cristianos pueden tener confianza en alcanzar la salvación final. Tienen razones para suponer que están destinados a la salvación (1Pe_1:4; 1Pe_2:12). Esto les da una enorme confianza, que ninguna desgracia terrena puede minar.

¿En qué se apoya esta confianza? No cabe duda de que está íntimamente relacionada con el hecho de vivir con fe, caridad y esperanza, de estar armados y de velar con sobriedad (1Pe_5:1-8). Pero esta confianza no se apoya en sí misma; se apoya sólo en Cristo. él es quien nos salvará en el momento de su advenimiento y quien nos trae la salvación. ¿Cómo lo sabemos? Sabemos que nos ama, pues ha entregado su vida por nosotros, ha muerto por nosotros. «¿Quién se atreverá a condenarlos? Jesucristo, que murió por nosotros, más aún, que fue resucitado y que está sentado a la derecha de Dios Padre, es el que intercede a favor nuestro» (Rom,1Pe_8:34). Nuestra confianza en alcanzar la salvación se apoya en una base sólida: en el amor de Cristo. Si ha muerto por nosotros, no hay duda de que pondrá también todo su empeño en salvarnos.

Quien ha comprendido el amor de Jesús, amor hasta la muerte, hace de él la realidad fundamental de su vida: «Lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe en el Hijo de Dios, que me ha amado y se ha entregado por mí» (Gal_2:20).

10b ...para que, ya nos coja despiertos o dormidos, lleguemos a vivir en compañía suya.

Pablo vuelve de nuevo a lo que había dicho en 4,13-18: los cristianos que ya han muerto no serán menos que los demás, ni serán excluidos de la salvación. ¿En qué consiste la salvación eterna? En vivir junto a Cristo (4,14.17), en una unión y una comunión íntimas con Cristo. él es el cielo y la vida. La bienaventuranza eterna consiste en vivir en comunión con él. A aquel cuyo amor está centrado totalmente en Cristo, no es necesario decirle nada más sobre la salvación futura...

5. EXHORTACIÓN FINAL (5,11).

11 Por lo tanto, consolaos mutuamente y edificaos unos a otros, como ya lo estáis haciendo.

En la edificación de la Iglesia, lo primordial es la palabra. «Según la gracia de Dios que me ha sido dada, yo, como buen arquitecto, he puesto el fundamento. Otro levanta sobre él el edificio. Pero mire cada cual cómo edifica... el fuego verificará la calidad de la obra de cada uno» (1Co_3:10-13). No es posible edificar la Iglesia con una palabra que es «paja» o «caña». Hay palabras vacías y discursos que destruyen y dejan tras sí un montón de escombros. La palabra debe ser de «edificación» (cf. ICor 14), aprovechar (Mat_12:36 s). Las palabras de consuelo son las que pueden edificar (cf. 3,2); son capaces de despertar la esperanza y dar confianza para la eternidad futura. Los cristianos viven de esas palabras de esperanza. Uno debe decir a otro lo que nos espera, y éste debe contárselo a los demás. Cuando en una comunidad sucede esto, se construye realmente comunidad, la cual edifica como casa de Dios. La perspectiva de la salvación futura da consuelo (cf. 4,13.18). La promesa de comunión eterna de amor con Cristo da aliento en medio de la tristeza y del cansancio. Quien, con esperanza, «tiene ánimo y levanta la cabeza» (Luk_21:28), queda a salvo de las flechas del desaliento y del veneno de la desesperanza, con los cuales el maligno intenta dañar continuamente la vida de la fe y de la caridad.

V. VIDA COMUNITARIA CRISTIANA (5/12-22).

En las Lineas siguientes muestra Pablo cómo ha de ser la comunidad. Para que la vida comunitaria se mantenga sana, hay que prestar atención a cinco puntos. El alma de la vida comunitaria es el amor fraterno (Luk_4:9 s); él es quien permite encontrar solución adecuada a todos los problemas.

1. MANTENER LA ARMONÍA CON AMOR (Luk_5:12-13).

12 Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y que, en el Señor, os gobiernan y os amonestan. 13 Tened hacia ellos el mayor afecto, por lo que están haciendo. Procurad la paz entre vosotros.

No puede haber vida comunitaria sin que haya algunos que trabajen con especial ardor y se preocupen de regular los asuntos de la comunidad. También en Tesalónica había algunos que se afanaban por los demás: se preocupaban de todo y se esforzaban ante todo por atender pastoralmente a sus hermanos, les hablaban al corazón, les amonestaban y les exhortaban. Se trataba probablemente de los dirigentes de la comunidad, constituidos por Pablo como tales antes de su huida 41, o bien puestos en tal cargo por Timoteo, por encargo de Pablo. Este trabajo comunitario encierra una gran dignidad: en esos «servicios» actúa el mismo Señor; son «dones», en los que actúa el Espíritu; «operaciones» mediante las cuales se ejerce el poder de Dios (1Co_12:4 ss). Cuando en una comunidad se dan servicios de este tipo, inspirados por la gracia y eficaces, el Señor mismo está en acción. No importa que esos hombres tengan o no un cargo oficial: en todo caso, tienen una gran autoridad, que les ha sido dada por el Señor. Hay que agradecer y apreciar esa actividad, porque es actividad «en el Señor». Debemos estar atentos para ver cuándo alguien actúa así, «en el Señor», cuándo se da un servicio, porque tenemos que apreciarlo, ya que se hace «en el Señor».

Una comunidad cristiana es una comunidad fraterna. En ella es el amor fraterno quien regula la vida (d. 3,12; 4,9s; 5,15).

El amor no ignora que debe subordinarse y a quién tiene que subordinarse. En el amor, uno está «subordinado a otro por el temor de Cristo» (Eph_5:21). De esa forma es imposible que surjan contiendas y la paz está asegurada.

Con el amor, que busca siempre la unidad, muchas cosas se resuelven por sí mismas.

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41. Cf. Phi_1:1; cf. también lo que se dice en Act_14:23 sobre el nombramiento de presbíteros en el sur de Galacia.

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2. PACIENCIA CON LOS HERMANOS DéBILES (Act_5:14).

14a Os exhortamos, hermanos, a que corrijáis a los poco dóciles, estimuléis a los pusilánimes, sostengáis a los débiles...

La exhortación del Apóstol a preocuparse pastoralmente por los poco dóciles, por los pusilánimes y por los débiles no va dirigida sólo a los dirigentes de la comunidad, sino (como 5,11) a todos los hermanos, a todos los miembros de la comunidad. La comunidad es como una familia, como círculo pastoral en el que cada uno es responsable de la salvación de los demás. Todos los servicios y actividades particulares de una comunidad deben ensamblarse en la estructura total de la vida espiritual de la comunidad, en el seno de la cual cada uno sirve y actúa a su manera...

Lo primero es hacer una llamada a la conciencia de los que son poco dóciles. En Tesalónica, como en cualquier comunidad, siempre hay algunos que no participan con celo en la vida de la comunidad y que son negligentes en su vida moral. Cuando en una comunidad reina un amor fraterno vivo, se vence al pecado gracias a la ayuda mutua (cf. el ejemplo de 2Th_3:6-15). Uno se preocupa por los demás y todos crecen juntos. Todas las prácticas penitenciales de la Iglesia se fundan en esa preocupación fraterna, se basan en esa hermandad espiritual.

La vida de los fieles, que esperan el advenimiento del Señor, es vida en el Espíritu del Señor, es vida diligente y decidida. Cuando a un hermano le falta esa decisión tranquila, alegre y esperanzada, cuando es pusilánime, es necesario estimularle. Claro está que para eso son necesarios dones del Espíritu, ya que sólo ellos pueden despertar en los corazones ese valor confiado (cf. 3,2S).

En una comunidad hay por último un tercer tipo de hermanos necesitados de ayuda: los débiles, a quienes hay que instruir, ayudar y apoyar continuamente para que puedan participar en la vida comunitaria. Hay que sostener a los débiles en la vida cotidiana, con amor continuo e incesante. Es necesario tenerlos en cuenta en todo momento; no pueden ser los «fuertes» quienes determinen el aspecto y el estilo de la comunidad. «Nosotros, como más fuertes, debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no buscar complacernos a nosotros mismos. Cada uno de vosotros procure dar gusto a su prójimo en lo que es bueno y puede edificarle» (Rom_15:1S).

14b y tengáis paciencia con todos.

Esta exhortación es una especie de resumen. En las primeras comunidades cristianas la vida comunitaria era muy intensa. Ahora bien, vivir en comunidad significa soportarse unos a otros, tener paciencia con el hermano, darle siempre nuevas posibilidades, sin impacientarse ni destruir la comunidad. Es necesario tener paciencia si se quiere convivir fraternalmente con personas poco dóciles, pusilánimes y débiles. «Con paciencia, soportaos unos a otros en caridad» (Eph_4:2). Pablo es realista y ve las cosas como son. Tratar con hombres poco dóciles, con pusilánimes, con débiles, exige paciencia. El amor es quien nos hace pacientes (1Co_13:4).

3. VENCER EL MAL CON AMOR (1Co_5:15).

13 Procurad que nadie devuelva mal por mal, sino buscad siempre lo bueno entre vosotros y con todos.

No es sólo la falta de docilidad y de ánimo, y la debilidad de los hermanos lo que pone a prueba la paciencia y el amor fraterno en la comunidad. El mal constituye un problema especial, que puede destruir el amor y acabar con la comunidad. Esta es la prueba de fuego del amor fraterno; a ello se refiere la exhortación de /Rm/12/21: «No te dejes vencer por el mal, antes procura vencer al mal con el bien», como el Señor nos ha ordenado 42. El amor, si es paciente, puede soportar todas las faltas y las flaquezas de los hermanos, pera cuando el mal se alza contra uno, no bastan la comprensión ni la paciencia. Entonces, la mejor defensa es el ataque. El amor ataca haciendo el bien. Busca siempre la que es provechoso al otro, el verdadero bien del hermano. El amor recoge el mal, lo introduce en su corazón, lo transforma, y luego reacciona bien. Sólo cuando el amor fraterno es capaz de hacer esto puede construir una comunidad fraterna y hacer realidad la unión de los hermanos.

Pero el verdadero amor no permite que se le encierre dentro de los límites de la comunidad. Es amor para todos (cf. también 3,12). En la escuela del amor fraterno se aprende el amor al prójimo. «Siempre que sea posible, y en todo lo que esté de vuestra parte, vivid en paz con todos los hombres» (Rom_12:18). Pero esto no es suficiente: debemos buscar el bien de nuestro prójimo incluso cuando no es hermano nuestro en Cristo. EI deseo de hacer el bien a los demás no ha de reducirse al simple ámbito de la comunidad. «Procurad hacer el bien ante todos los hombres» (Rom_12:17b).

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42. Cf. Luk_6:27-36.

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4. SERVIR A DIOS CONTINUAMENTE (Luk_5:16-18).

16 Estad siempre alegres. 17 No dejéis nunca de orar. 18 Dad gracias en toda circunstancia: esto es lo que Dios quiere de vosotros en Cristo Jesús.

No es casual el hecho de que estas tres exhortaciones estén tan íntimamente unidas. La alegría continua, la oración incesante y la acción de gracias en toda circunstancia son flores que nacen de una misma raíz: el Espíritu de Dios, que está en nosotros y que continuamente, sin cesar y en toda circunstancia mantiene nuestra alma junto a Dios. El mundo, con sus iniquidades, no nos permite estar siempre alegres; y luego está también el sufrimiento. Las necesidades de la vida no nos permiten orar continuamente, y los numerosos acontecimientos desagradables que encontramos en nuestra vida de cada día no favorecen precisamente que la acción de gracias brote en nuestros corazones. Pero el cristiano, que vive en el Espíritu de Dios, no vive sólo esta vida terrena; vive también una vida espiritual. Esta vida espiritual, como si fuera un fuego de holocausto, asume nuestra vida terrena y la convierte en un acto alegre de culto. ¿Qué es lo que Dios quiere ahora de los cristianos? Ya no es, como en la antigua alianza, que practiquen la ley, sino que se santifiquen (4,3). Y la vida sagrada culmina en esa vida espiritual que consiste en una acción de gracias continua y alegre. Para los hombres que se esfuerzan por alcanzar la santificación, es importante saber qué es lo que Dios quiere de ellos. Aquí se nos dice en pocas palabras: que vivamos siempre alegres, orando sin cesar y dando gracias por todo. La vida de las primitivas comunidades cristianas se manifestaba en la comunidad; se reunían por la tarde, en un ágape, escuchaban la palabra de Dios y celebraban la eucaristía, orando (Act_2:42). He aquí la raíz y la cúspide de toda la vida cristiana. En estas asambleas es donde debe manifestarse sobre todo la alegría y la «sencillez de corazón» (Act_2:46). Cuando la comunidad se reúne, una alegría sincera debe reinar mientras dure la asamblea; la oración en común, y sobre todo la acción de gracias, que culmina en la oración eucarística, deben llenar todo el tiempo. «Dejaos llenar por el Espíritu, hablándoos mutuamente con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y salmodiando al Señor en vuestros corazones, dando siempre gracias por todo a Dios Padre, en nombre de nuestro señor Jesucristo» (Eph_5:18 ss). La nueva vida, que es vida en el Espíritu Santo, mueve a los cristianos a reunirse en asamblea y actúa en ella, y, a su vez, saca de la asamblea de la comunidad nueva fuerza, como de una fuente. La asamblea es la escuela en que aprendemos a vivir en el Espíritu Santo, en alegría continua y en oración incesante y agradecida.

5. VIVIR EN EL ESPÍRITU (Eph_5:19-22).

19 No extingáis el Espíritu; 20 no despreciéis la profecía.

Contra lo que sucedía en Corinto, donde Pablo tuvo que llamar la atención sobre el exceso de carismas, parece ser que en Tesalónica no se supravaloraban precisamente los dones del Espíritu. La comunidad de Tesalónica no era fervorosa de Espíritu (Rom_12:11). Es una comunidad aún joven y la vida espiritual está aún en sus comienzos. Probablemente se daban en Tesalónica algunos carismas místicos aislados, que se manifestaban extáticamente como don de lenguas 43. Pero los cristianos recién convertidos no sabían valorar como convenía estos y otros dones del Espíritu.

Aquí Pablo habría podido escribir también: «Aspirad a los dones del Espíritu, sobre todo la profecía» (1Co_14:1). Los cristianos deben estimar, sobre todo, el don de profecía. Su objetivo no es sólo iluminar el futuro, pues «el que profetiza, edifica a la Iglesia» (1Co_14:4), «habla a los hombres palabras de edificación, consuelo y estímulo» (1Co_14:3), y lo hace movido a menudo por una revelación especial (1Co_14:30). Quien tiene este don puede, en el Espíritu Santo, convencer de su error a los pecadores, juzgarlos, hacer «patentes los sentimientos ocultos de su corazón» (1Co_14:25). La Iglesia no está construida solamente sobre los apóstoles, está construida también sobre los profetas (Eph_2:20). Hoy día ya no hay en la Iglesia apóstoles, pero sí hay «seguidores de los apóstoles». De igual manera, tampoco hoy existen ya profetas cristianos, que reciban la revelación directamente, pero sí hay cristianos que «les siguen» y que, como ellos, poseen en forma especial el Espíritu Santo. Allí donde actúa el Espíritu Santo en la forma arriba descrita se construye Iglesia en forma especialmente activa. En toda comunidad cristiana hay que tener en cuenta los dones del Espíritu.

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43. A este respecto, cf., sobre todo, 1Co_14:1-28.

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21 Examinadlo todo: quedaos con lo bueno; 22 apartaos de toda manifestación perversa.

El espíritu profético se sirve, para hablar, del espíritu del hombre. Por eso hay que examinar si todo lo que dice un profeta procede realmente de Dios, pues la comunidad debe mantenerse siempre alejada del mal, incluso cuando éste se presenta bajo la apariencia de discurso espiritual. Los cristianos poseen el don de discernimiento de espíritu 44. El Espíritu Santo da a los fieles un sentido espiritual. Lo que conserva sana la vida de fe de la Iglesia no es sólo el magisterio apostólico con sus decisiones, sino también ese sentido espiritual de los fieles que es capaz de distinguir el bien del mal. Nuestro amor debe «aumentar cada vez más en conocimiento perfecto y en sensibilidad, para poder discernir los verdaderos valores» (Phi_1:9 s) y «cuál es la voluntad de Dios» (Rom_12:2). Ese don espiritual de discernimiento no sólo nos capacita para entender teóricamente qué es lo que Dios manda; nos capacita también para conocer práctica y concretamente qué es y qué no es voluntad de Dios en cada situación concreta. El Espíritu Santo debe ayudar a los cristianos a distinguir entre la verdad y el error, y a encontrar en cada situación histórica lo que conviene y lo que Dios quiere.

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44. Cf. 1Co_12:10.

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RESUMEN FINAL (5/23-24).

23a El Dios de la paz os santifique totalmente...

Ya hemos visto (1Co_4:3; cf. 5,18) que la voluntad de Dios es nuestra santificación. La santificación es, por entero, obra de Dios. Esta obra no queda concluida con el bautismo; Pablo sabe que sus tesalonicenses no han llegado aún a la plenitud (cf. 3,10.12) y que Cristo debe seguir actuando en ellos después del bautismo, santificándolos (3,13). Dios debe completar la obra que ha comenzado, hasta que todo el hombre llegue a la pIenitud.

23b ...y todo vuestro ser -el espíritu, el alma y el cuerpo- sea mantenido irreprochable hasta el advenimiento de nuestro Señor Jesucristo.

La preocupación por la perseverancia de los tesalonicenses empapa todas y cada una de las líneas de esta carta (cf., sobre todo, 3,5-6). La santificación, que Dios ha obrado ya en los hombres, está amenazada, de forma que Dios debe custodiar su obra.

En primer lugar y ante todo, Dios debe custodiar los dones del Espíritu Santo, la nueva vida espiritual que nos ha dado. Si Dios hace esto, el hombre permanecerá irreprochable en cuerpo y alma.

El hombre, que es débil, no puede mantenerse irreprochable hasta encontrarse con el Señor, si Dios no fortalece su corazón (3,13). Pablo nos desea aquí algo que también nosotros debemos desear con todo ardor: el don de la perseverancia final.

24 Fiel es el que os llama y lo hará.

Al final, Dios nos llamará, a cada uno en particular, a su lado. Pero este final ya ha llegado; Dios nos ha llamado ya y sigue llamándonos en este momento. Precisamente por eso la hora en que vivimos es tan importante. Toda nuestra vida depende de la última llamada de Dios. Dios nos llama, por medio de sus enviados, a su reino y a su gloria (2,2). Quien ha oído esta llamada, no podrá ya cerrar nunca sus oídos a ella, no tendrá ya un momento de reposo...

Dios es fiel. Lo es, ante todo, consigo mismo. «El que comenzó en vosotros la obra buena, la irá consumando hasta el día de Jesucristo» (Phi_1:6). Esta idea nos da seguridad, confianza, una confianza que sólo puede apoyarse en Dios (cf. 4,9s). La comunidad está en peligro; por fuera está amenazada y perseguida, por dentro es débil. Sin embargo, Dios lo hará. Esta es la última palabra de la carta del Apóstol, empapada de una gran confianza desde el principio hasta el fin.

CONCLUSIÓN DE LA CARTA 5/25-28

1. PABLO SE ENCOMIENDA A LA ORACIÓN DE SUS FIELES (5,25).

25 Hermanos, orad por nosotros también.

El Apóstol les pide un favor. La comunidad debe ayudarle en su trabajo apostólico (2Th_3:1). Pablo atribuye valor al hecho de que los tesalonicenses se acuerden de él (2Th_3:6). Pero este recuerdo se consuma sólo en la oración, sobre todo en la oración comunitaria que tiene lugar en los actos de culto. En esa oración se manifiesta claramente la comunión eclesial. Por esa razón se dirige a ellos llamándolos hermanos.

2. SALUDO. LA CARTA ES PARA TODA LA COMUNIDAD (2Th_5:26-27).

26 Saludad a todos los hermanos con el ósculo santo.

En las comunidades de origen pagano de la era apostólica surgió la costumbre 45 de despedirse después del ágape con un ósculo santo 46, el «ósculo de caridad» (1Pe_5:14). Es un signo muy elocuente del amor fraterno de la comunidad.

Los cristianos lo llamaban ósculo santo para distinguirlo y también porque mediante él se comunicaban los dones del Espíritu Santo, sobre todo cuando, como aquí, se daba a cada hermano por encargo de un apóstol. Es un saludo activo, que nos trae gracia, pues cuando los cristianos están unidos entre si por auténtico amor fraterno, pueden dispensarse unos a otros diversas gracias. Cuando los cristianos forman una unidad, se establece entre ellos un contacto, a través del cual se derraman y actúan los dones de gracia del Espíritu Santo.

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45. Cf 1Co_16:20; 2Co_13:12; Rom_16:16.

46. Cuando -sobre todo los domingos- se celebraba la eucaristía después del ágape, se conservaba la costumbre de dar el ósculo santo (1Co 16 20 ss podría ser un testimonio de esto) y así no fue difícil llegar a considerarlo como una introducción a la celebración de la eucaristía. De ahí surgió la práctica del ósculo antes de la distribución de la comunión.

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27 Os conjuro por el Señor que déis a leer esta carta a todos los hermanos.

Pablo quiere que su carta sea leída públicamente en la asamblea de la comunidad. Todos deben oírla, ya que no se trata de una carta privada. Consciente de su responsabilidad apostólica, quiere que su palabra llegue a todos y cada uno, incluso hoy. Las cartas apostólicas hay que leerlas públicamente. Mediante sus escritos inspirados, los apóstoles siguen viviendo en la Iglesia. Mediante sus escritos siguen hablando a la Iglesia de todos los tiempos y a todos los hombres. A la palabra apostólica no se le puede poner nunca una mordaza en las comunidades.

3. BENDICIÓN (Rom_5:28).

28 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.

Pablo se despide con un deseo. Tal vez era esto mismo lo que les deseaba a todos al final de las asambleas cultuales de la comunidad. Pero un apóstol no sólo desea la gracia del Señor, sino que también la comunica 47. Todas las gracias espirituales que la palabra de Pablo ha comunicado quedan resumidas aquí en este deseo: la gracia de nuestro Señor Jesucristo. Podemos estar seguros de que este deseo de Pablo se extiende a todos los que lean su carta y no sólo a la comunidad de Tesalónica. Como miembros de la Iglesia sabemos que este deseo del Apóstol, que es medio eficaz de comunicarnos la gracia, se refiere también a nosotros, a los que hemos leído su carta hasta el fin.

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47. Cf. Luk_10:5 s.



Comentario de Santo Toms de Aquino


Lección 2: Tesalonicenses 5,14-28
Quiere que los prelados corrijan a los subditos; enseña igualmente cómo han de tratarse entre sí y estrechar mutuamente los lazos de la caridad en la oración; por último, según su costumbre, firma la carta.14 Os rogamos también, hermanos, que corrijáis a los inquietos, que consoléis a los pusilánimes, que soportéis a los flacos, que seáis sufridos con todos.15 Procurad que ninguno vuelva a otro mal por mal, sino tratad de hacer siempre bien unos a otros y a todo el mundo.16 Vivid siempre alegres.17 Orad sin intermisión.18 Dad gracias por todo al Señor, porqut esto es lo que quiere Dios que hagáis todos en nombre de Jesucristo.19 No apaguéis el espíritu de Dios.20 No despreciéis las profecías.21 Examinad, sí, todas las cosas, y ateneos a lo bueno.22 Apartaos de toda apariencia de mal.23 Y el Dios de la paz os haga santos en todo, a fin de que vuestro espíritu entero, con alma y cuerpo, se conserven sin culpa para cuando venga Nuestro Señor Jesucristo.24 Fiel es el que os llamó, y así lo hará, como lo ha ofrecido.25 Hermanos míos, orad por nosotros.26 Saludad a todos los hermanos con el ósculo santo.27 Os conjuro por el Señor que se lea esta carta a todos los santos hermanos.28 La gracia de Nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén.Mostró arriba cómo han de portarse los subditos cor» los prelados; aquí al contrario, y primero con sus subditos sacerdotes, y luego en general con todos. Hay que saber que el cuidado pastoral debe dirigirse a dos cosas, a saber: a apartar a otros del pecado y a guardarse a sí mismos. Cuanto a lo primero 3 cosas dice el Apóstol, pues de 3 maneras pueden los subditos incurrir en falta: en el acto, en la voluntad, en la virtud. En el acto, cuando cometen una acción pecaminosa y entonces hay que corregirlos; y, aunque de cualquier pecado, de modo especial del de inquietud. Por eso dice: "corregid a los inquietos" (2Th 3; Sir 19). - En la voluntad, cuando no acomete empresas grandes, porque la adversidad y los pecados antecedentes le quebrantan los bríos. De donde dice: "consolad a los pusilánimes". Pusilánime es el que no tiene arrestos para cosas grandes, por temor de no salir adelante con ellas. "Decid a los pusilánimes: esforzaos y no temáis" (Is 35; Job 4). Y en la virtud, o cuando pecan por debilidad, o cuando aflojan en la buena acción, y a éstos hay que darles ánimo. De donde dice: "soportad", dando aliento, con entrañas de caridad, a los flacos, cuya virtud es muelle y delicada para emprender lo bueno o para hacer rostro a lo malo (Rm XV).Por lo que toca a sí, el prelado debe cuidarse de cualquier defecto, pero mayormente de la impaciencia, porque él carga con todo el peso de la multitud (Num XI). Por eso dice: "sed sufridos con todos" (Pr 19; S. 91).Luego, al decir: "procurad que ninguno", señala en general cómo se han de portar con todos o en todas las cosas; y primero cómo se han de manejar en ciertas circunstancias; segundo qué han de hacer en todas. Cuanto a lo primero les indica cómo se han de portar con el prójimo, en las cosas que tocan a Dios y en lo que mira a sus dones. Respecto del prójimo han de haberse con él de tal manera que no ie infieran ningún mal y procuren hacerle bien. Por eso dice: arriba os exhorté en especial, pero ahora en general: "a que ninguno vuelva mal por mal" (S. 9). Pero va en contra que muchas veces se pide venganza ante el juez. Respondo: así como la moralidad de un acto se toma de la intención del fin, del mismo modo la intención puede apuntar a dos hitos: o al daño del prójimo, de modo que haga como mansión en él, y esto es ilícito, porque nace de sed de venganza; o al bien de la corrección, o de la justicia y conservación de la República, y así no devuelve mal por mal, sino bien, a saber, la corrección del prójimo.Cuanto a lo segundo dice: "sino tratad de hacer siempre bien". Y dice: "seguid", no dice haced, porque tú por ti mismo debes buscar la ocasión de hacer el bien a tu prójimo, y no esperar que él te dé la ocasión de hacérselo. "Busca la paz y sigúela" (S. 33,15). "No te dejes vencer del mal", de suerte que te arrastre para hacerlo, "mas vence al mal o al malo con el bien" (Rm 12), retrayéndolo de lo malo para que se aplique a lo bueno (Gal. 5).Al decir luego: "vivid siempre alegres", muestra cómo han de portarse con Dios, para con el cual es necesario observar 3 cosas: el alegrarse de El mismo; de donde dice: "estad siempre alegres"1, a saber, con el recuerdo de Dios; porque cualquier mal que ocurra no tiene comparación con el bien que es Dios. Por tanto, ningún mal lo interrumpa; de donde dice: "vivid siempre alegres".29 orar para recibir beneficios. "Orad sin cesar"; "es necesario orar siempre y nunca desfallecer" (Lc 18). Mas ¿cómo puede ser esto? Respondo: de 3 maneras: a) siempre ora el que a sus horas no deja de orar, b) siempre, esto es, continuamente ora; pero entonces la oración se toma por el efecto de la oración, que es la interpretación o explicación del deseo; porque cuando deseo algo lo pido orando. De donde por oración se entiende la petición de las cosas convenientes a Dios y, por tanto, el deseo tiene fuerza de oración (S. 9). Todo, pues, lo que hacemos, proviene del deseo Luego la oración permanece con su virtud en los bienes que hacemos, porque provienen del deseo. No cesa de orar -dice la Glosa- quien no cesa de hacer el bien.39 por lo que mira a la causa de la oración, a saber, haciendo limosna. En las Vidas de los Padres se dice: siempre ora el que da limosna, porque el pordiosero que la recibe ruega por ti, aun estando tú dormido.49 orar para recibir beneficios y dar gracias por los recibidos. Por eso dice: "dad gracias por todo", próspero y adverso (Rm 8; Col 2; Fil 4); "porque esto es lo que quiere Dios".Cómo hayan de haberse con los dones de Dios lo muestra diciendo: "no apaguéis el espíritu de Dios"; primero, que no les pongan impedimentos, y segundo, que no los desprecien. El Espíritu Santo es una persona divina incorruptible y eterna, de donde, cuanto a su substancia, no puede extinguirse; con todo, dícese que alguno extingue el espíritu, de un modo, apagando su fervor, o en sí, o en otro (Rm 12). Pues cuando alguno quiere hacer algo bueno, impulsado por el fervor del Espíritu Santo, o también cuando brota un movimiento bueno, y él lo impide, apaga el Espíritu Santo. "Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo" (Hch 7,51).Otro modo de apagar el espíritu es cometiendo pecado mortal; porque el Espíritu Santo en Sí siempre vive, pero en nosotros vive cuando nos hace vivir en Sí; mas, cuando uno peca mortalmente, ya no vive en él el Espíritu Santo (Sg 1). El tercer modo es ocultándolo; como si dijera: si tenéis el don del Espíritu Santo, servios de él para el provecho de los prójimos; pues ¿de qué sirve la sabiduría escondida y el tesoro enterrado? (Sir 20).-"No despreciéis las profecías"; que entre ellos había algunos con espíritu de profecía, que en opinión de éstos eran tenidos por locos. (1Co 14). O por profecía entiéndase la doctrina divina; pues los que la explican se ¡laman profetas; como si dijera: no despreciéis !as palabras y predicaciones de Dios (Jr XX).-"Examinad, sí, todas las cosas". Muestra cómo han de haberse en todo y singularmente que tengan discreción (Rm 12). En esta materia ha de aplicarse un diligente examen, elegirse lo bueno, rechazarse lo malo. Cuanto a lo primero dice: "no despreciéis las profecías; no obstante eso, examinad todas las cosas", es a saber, las dudosas; porque las claras no han menester examen. "No queráis creer a todo espíritu" (Jn 1,4,1). Cuanto a lo segundo dice: "y ateneos a lo bueno" (Gal. 4). Cuanto a lo tercero: "apartaos de toda apariencia de mal" (Is 7). Y dice apariencia, porque hemos de evitar hasta ¡o que tiene apariencia de mal, a saber, lo que sin escándalo de los hombres no pudiéramos observar en presencia suya.-"y el Dios de la paz". Es una oración que calza al pie, con la que ora por ellos y les da esperanza de ser oído, y les hace especiales advertencias. Dice pues: esto os amonesto; pero de nada sirve si Dios no ayuda con su gracia. Por eso implora: "que el Dios de la paz os haga santos" (Lv 21) "en todo", esto es, que seáis santos de pies a cabeza. Y esto, "a fin de que vuestro espíritu entero..." Con ocasión de estas palabras dijeron algunos que en el hombre una cosa es el espíritu y otra el alma, y así pusieron 2 almas en el hombre: una la que anima, otra la que razona: Pero esta doctrina está reprobada por las enseñanzas de la 1glesia. Sépase, pues, que entre ellas no hay diferencia esencial, sino potencial; porque en nuestra alma hay ciertas fuerzas, que son actos de los órganos corporales, como también potencias de la parte intelectual; hay otras fuerzas, que no son actos de tales órganos, sino están separadas de ellos, como son las potencias de la parte intelectual; y éstas llámanse espíritu, como si fuesen inmateriales y en cierto modo estuviesen separadas del cuerpo, por cuanto no son actos del cuerpo, y llámanse también mente. "Renovaos en el espíritu de vuestra mente" (Ep 4,23). Llámase alma por su función de animar, que le es propia; y habla aquí Pablo con toda propiedad; pues 3 cosas concurren para el pecado: la razón, la sensualidad y el cuerpo que ejecuta la acción. Desea, pues, que no haya pecado en ninguna de estas partes.No en la razón; de donde dice: "para que el espíritu", esto es, vuestra mente, se conserve entero; pues en todo pecado, ya que todo malo es ignorante, la razón se corrompe. Asimismo ni en la sensualidad; de donde dice: alma. Tampoco en el cuerpo; por eso dice: y el cuerpo. Y esto sucede cuando se le conserva libre de pecado.Y dice: "sin queja", no sin pecado, que es prerrogativa exclusiva de Cristo; mas llevar una vida irreprensible también pueden hacerlo otros, que, aunque cometen pecados veniales, pero no mortales y que escandalicen al prójimo (Lc 1,6). Y añade: "para cuando venga Nuestro Señor Jesucristo", a saber, que dure hasta el fin de la vida. O espíritu entero refiérese al don del Espíritu Santo, como si dijera: permanezca en su integridad el don que tenéis del Espíritu Santo.Al decir luego: "fiel es el que os llamó", da esperanza de que oirá, como si dijera: así como lo espero, así lo hará; porque El mismo que llamó lo hará, esto es, llevará a su término lo que empezó (S. 144; Rm 8).Añade por último unas amonestaciones familiares: a saber, la oración: orad; asimismo la paz entre sí: "saludad a todos los hermanos con el ósculo santo", no traicionero, como el de Judas, ni libidinoso como el de la mujer lujuriosa (Pr 7). "Os conjuro por el Ssñor que se lea esta carta a todos los santos hermanos"; pues temía que los prelados, por ciertas cosas que iban aquí escritas, la ocultasen (Pr XI). Concluye finalmente la carta con saludos.

Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Nuevo Testamento (Verbo Divino, 2004)


34 (B) Segunda revelación apocalípti(-)ca: existencia escatológica (5,1-11)La perícopa se puede dividir fácilmente en tres subunidades: (a) anuncio del tema (vv. 1-3); (b) parénesis (vv. 4-10); (c) exhortación final (v. 11). Debido a que esta perícopa parece ser un doblete de 4,13-18, si bien es cierto que desde una perspectiva algo diferente, algunos auto(-)res consideran que es una rectificación inter(-)polada en la carta por un autor posterior (? 8 supra). Es mejor interpretar la perícopa como un complemento instructivo de 4,13-18. Allí Pablo encomienda el destino de los difuntos a Dios; aquí reflexiona sobre las consecuencias del eschaton para quienes están vivos.
35 1-3. Anuncio del tema. 1. Pablo utiliza una preterición para introducir su tema: el día del Señor. 2. el día del Señor: Imagen bíblica to(-)mada de la tradición profética (Am 5,18; Jl. 2,1; Sof. 1,7) y usada en el NT (Hch. 2,20; 1 Cor. 5,5). En escritos paulinos posteriores se presenta como el día del Señor Jesús (Flp. 1,6.10). La ín(-)dole tradicional de «día del Señor» entraña que kyrios = Dios, y no Jesús. Las conjeturas acerca de la llegada de los últimos tiempos son características de una cosmovisión apocalípti(-)ca; algunos escritos apocalípticos se centran en esta llegada mediante la división de la his(-)toria humana en períodos (Dn. 9,2.24-27; 2 Esd. 14,5). un ladrón en plena noche: Esta imagen tradicional (Mt. 24,43-44; Lc. 12,39-40) simboli(-)za lo repentino del acontecimiento. 3. paz y se(-)guridad: El dicho tiene un tono proverbial (Jr. 6,14; Ez. 13,10.16) y tal vez sea un motivo apo(-)calíptico tradicional recogido por Pablo (B. Rigaux). mujer embarazada: En contraste con la autocomplacencia insinuada por el dicho, el motivo de la mujer embarazada añade a la lle(-)gada del día del Señor la dimensión de lo sú(-)bito, precario e inevitable.
36 4-10. Parénesis. 4-5. luz, tinieblas: La descripción metafórica que Pablo hace de la condición cristiana utiliza el tema de la luz v las tinieblas (común en la literatura religiosa, p.ej., Job 22,11; 1QS 3,13-14; 1QM passim, TestXIINef 2,7-10) y del día y la noche (quizás de su propia cosecha), hijos de la luz: Se usa un semitismo para separar la condición cris(-)tiana de la de los demás (hijos de las tinieblas); este lenguaje excluyente se encuentra también en la LQ (1QS 1,9-10; 3,13-22; 1QM 1). 6-8. En los vv. 6-7 Pablo echa mano de un lenguaje tí(-)picamente apocalíptico para exhortar a los cristianos a la vigilancia, los que duermen, los que se emborrachan: Metáforas tradicionales.
8. coraza, casco: Las imágenes tomadas de la panoplia del guerrero son una acomodación de Is 59,17 (cf. Sab 5,17-23; Ef. 6,14). Al carac(-)terizar la existencia cristiana por la fe, el amor y la esperanza, la imagen puede indicar que los cristianos están envueltos en una confron(-)tación definitiva, escatológica. Muchos espe(-)cialistas creen que esta exhortación (w. 4-8) refleja una catequesis bautismal cristiana. 9. nos ha destinado: En esta exposición del fun(-)damento cristológico de la existencia cristia(-)na, Pablo utiliza una expresión semítica para indicar que los cristianos están destinados (no predestinados) a la salvación (lo opuesto de la ira escatológica). La salvación es efectuada por medio del Señor Jesucristo (1,10). La es(-)pecial relación entre los cristianos y el Señor es el fundamento de su salvación. 10. Pablo utiliza otra fórmula confesional fragmentaria (véase 4,14.16-17). 11. confortaos unos a otros: La exhortación conclusiva de la perícopa es parecida a 4,18, pero añade dos cosas: una re(-)flexión (que el consuelo mutuo edifica la co(-)munidad) y una aprobación pastoral (4,1.10).
37 (V) Exhortación final (5,12-22).
(A) Primer período: llamamiento al or(-)den en la comunidad (5,12-13). 12-13. Estos versículos se relacionan con la edificación de la comunidad (v. 11). quienes trabajan (3,6), atienden (Rom. 12,8), amonestan: Aunque mu(-)chos comentaristas distinguen entre estas tres funciones y las atribuyen a los jefes de la co(-)munidad tesalonicense, J. Hainz (Ekklesia [BU
9, Múnich 1972] 37-42) sostiene que hablan acumulativamente del ministerio de cuidado de la comunidad y dan a entender que todos los miembros de la comunidad participan en dicho ministerio, en el Señor: La autoridad y norma del ministerio (4,1-2). 13. amor: Di(-)mensión de la philadelphia (véase comentario a 4,9). paz: Denota la noción bíblica de com(-)pleto bienestar, no simplemente la ausencia de disensión dentro de la comunidad.
38 (B) Segundo período: llamamiento a diversas funciones (5,14-22). Se da una serie de instrucciones en forma breve e inconexa (C. Roetzel: «parénesis apresurada»), 14. los pere(-)zosos: Un tipo genérico de conducta, más que un vicio concreto (= indisciplinados, C. Spicq). los apocados: Hapax legomenon en el NT. los dé(-)biles: Es decir, quienes necesitan firmeza en medio de las tribulaciones y son exhortados a la vigilancia en los w. 1-11 (D. A. Black). La pa(-)ciencia es fruto del Espíritu (Gál. 5,22). 15. Una exhortación parecida a no devolver mal por mal se encuentra en Rom. 12,17 (Mt. 5,44-48; Lc. 6,27-36). La caridad cristiana se ha de poner en práctica (1,3; 4,10-11); tiene como destinata(-)rios, tanto a los miembros de la comunidad, co(-)mo a los de fuera (3,12; 4,9-10). 16-18. Exhor(-)taciones genéricas sobre la vida cristiana (la voluntad de Dios, cf. 4,3). 16. estad siempre ale(-)gres: Véase Flp. 4,4; el gozo es fruto del Espíritu (Gál. 5,22; cf. Rom. 14,17). 17. orad en todo mo(-)mento: Véanse Lc. 18,1; Ef. 6,18; la oración pro(-)cede del Espíritu (Rom. 8,15-16). dad gracias: Acción de gracias y oración están estrecha(-)mente relacionadas (3,9-10); véase Flp. 4,6; cf. Col 2,7; 3,15-17. 19-22. Exhortaciones acerca de los carismas y el discernimiento. 19-20. Es(-)píritu, don de profecía: Los paralelos judíos y helenísticos indican que estas frases se refieren a la actividad carismática propia y ajena. La co(-)munidad de Tesalónica tal vez estuviera orde(-)nada «carismáticamente», pero Pablo todavía no usa el término técnico «carisma» para des(-)cribir los dones del Espíritu (1 Cor. 12,4-11). 21-22. examinad: El discernimiento de carismas es como tal una actividad carismática (1 Cor. 12,10). bueno, malo: Algunos autores inter(-)pretan los w. 21b-22 aplicándolos a la verdade(-)ra y falsa profecía, mientras que otros creen que a lo que se hace referencia es al discerni(-)miento moral (Is. 1,16.17).
39 (VI) Deseos y salutación finales (5,23-28). 23. Una segunda oración que expresa deseos (véase 3,11-13) presenta la forma de bendición homilética. Sus dos partes está ca(-)racterizadas por un paralelismo sinonímico; es decir, el contenido básico es el mismo en cada una de las dos. Dios de la paz: Epíteto tradicio(-)nal (Jue. 6,24) recogido por Pablo (Rom. 15,33; 1 Cor. 6,24). Todas las bendiciones proceden de Dios, incluida la santificación última (4,1-8). os conserve íntegros e irreprochables: La segunda parte de la oración utiliza la pasiva «teológica» (ZBG § 236) para hablar de la salvación última (es decir, en la parusía). espíritu, alma, cuerpo: Algunos comentaristas, tanto antiguos como modernos, han indicado que Pablo expresaba así una modalidad tripartita de antropología. Más corriente es la opinión de que esos tres tér(-)minos designan la totalidad de la persona hu(-)mana bajo diversos aspectos. Esto concordaría con la antropología judía habitual (véase el co(-)mentario a 3,13), donde «espíritu» presenta a la persona fundamentalmente como criatura; «alma», como ser lleno de vida; y «cuerpo», co(-)mo ser corporal y social. Otros comentaristas (p.ej., P. A. van Stempvoort, J. OCallaghan) ven a la persona humana presentada como «alma y cuerpo», y dan un matiz independiente a «espí(-)ritu».
40 24. Afirmación de la fidelidad de Dios, ya implícita en el epíteto «Dios de la paz». 25. orad por nosotros: Lo mismo que Pablo ha ora(-)do por los tesalonicenses (1,2; 3,11-13; 5,23), pide también las oraciones de éstos (Rom. 15,30-32; Flp. 1,19; Flm. 22). 26. beso santo: Véa(-)se el comentario a Rom. 16,16. todos: Tal vez es(-)to sea objeto de una atención especial si, en efecto, la comunidad estaba empezando a dividirse, como piensan algunos autores (véase el comentario sobre el entusiasmo gnóstico a propósito de 4,11). 27. os pido encarecidamen(-)te: Por tercera vez (2,18; 3,5), Pablo escribe en sg., y su modo de hablar supone autoridad. Al parecer, la lectura de un texto cristiano era una práctica nueva en la asamblea cristiana (cf. Col 4,16; véase Collins, Studies 365-70). 28. Un sa(-)ludo solemne cierra todas las cartas paulinas auténticas (? Cartas del NT, 45:8D).

[Traducido por José Pedro Tosaus Abadía]

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Instrucciones Para la Vida en la Iglesia

Hay una tercera sección de enseñanza que parece ser a primera vista una serie de instrucciones generales para la vida conjunta en la iglesia. Pablo dio una enseñanza similar a otras congregaciones (ver especialmente Rom. 12), pero aquí está dirigida particularmente a la situación en Tesalónica. La enseñanza puede ser dividida en términos gene rales en cinco secciones (12, 13, 14, 15, 16-18, 19-22) seguida por una oración (23, 24).

12, 13
La primera sección trata de la actitud en general de la iglesia para con sus líderes. Ningún título específico se usa para ellos (más tarde pala bras como ancianos, obispos y diáconos se hicieron más comunes), y se describen en función de las cosas que hacían. Estaban involucrados en lo que era trabajo duro (un término usado generalmente por Pablo mismo y por los misioneros para el trabajo cristiano, pero también por los líderes locales), presidían la congregación, una frase que puede referirse a ejercer autoridad o mostrar interés y cuidado (especialmente si eran personas más pudientes que daban de sus recursos a la congregación, cf. Rom. 16:1, 2), y advertían a las personas que necesitaban dirección. De este modo ejercían autoridad en la iglesia; y era necesa rio a aquellos sujetos a su autoridad que reconocieran la posición de los líderes y les mostraran la debida estima unida con amor. Vivid en paz puede sugerir algún peligro de división entre los líderes y otros creyentes.

14 Esto puede estar conectado con el próximo punto, la necesidad de dirección espiritual para algunas personas en la iglesia. Es digno de mención el hecho de que Pablo inste a la iglesia en general y no sólo a los líderes a cuidar del resto de la congregación. Pablo puede haber tenido especialmente en mente un grupo en la iglesia que necesitaba dirección, pero que se negaba a prestar atención. Estos eran creyentes desordenados (la palabra ge neralmente significa desordenadamente, pero puede referirse específicamente a estar desocupado y en el contexto este significado es más probable; ver 4:11; 2 Tes. 3:6-13). Los de poco ánimo o abatidos de corazón pueden ser los tristes y desalentados en el 4-13-5:11. Los débiles pueden ser aquellos que fueron atacados por la opresión y tentación y encuentran que era difícil resistir; ellos necesitaban personas que se pondrán a su lado y los sostendrán. Los que dan tal ayuda necesitan tener paciencia para tolerar a las personas y sus torpezas y aun su oposición a ser ayudados.

15 Que existía en la iglesia un espíritu de represalia se indica por el próximo mandato: no devolver mal por mal, sino mostrar siempre benevolencia aun cuando uno haya sido tratado con aspereza. Nótese que esto no era exclusivo del grupo de creyentes, sino que era para ser manifestado para con todos también. Esta actitud iba más allá de la moralidad de la época y era típicamente cristiana (Rom. 12:17, 19-21; 1 Ped. 3:9; cf. Mat. 5:38-42, 43-48).

16-18 Una serie de recomendaciones breves e incisivas indica la base del vivir cristiano. Son muy generales y podrían aplicarse a cualquier grupo de creyentes. Los cristianos tienen buena base para el gozo tanto en su experiencia de salvación como en su esperanza de lo que Dios hará en el futuro, pero necesitan expresar ese gozo. Hay un justo y adecuado lugar para la expresión de una emoción alegre. Los cristianos deben también orar; aquí proba blemente en el sentido de hacer peticiones a Dios, ya que el próximo mandato tiene que ver con la necesidad de ser agradecido. Común a los tres mandatos es el énfasis sobre el cumplimiento de ellos todo el tiempo y en todas las circunstancias; esto no quiere decir, p. ej. que uno ora ininterrumpidamente, sino que uno ora regular y frecuentemente. Tal estilo de vida es posible, Pablo agrega que es el propósito de Dios; él quiere que su pueblo esté gozoso, fiel en la adoración y agradecido, y él lo posibilita para que así sea.

19-22 Otra breve serie de declaraciones está relacionada con el Espíritu y sus dones. Lo que aparece en detalle en 1 Cor. 12-14 está declarado aquí resumidamente. El Espíritu es poderoso y activo co mo fuego en la congregación (cf. Rom. 12:11; 2 Tim. 1:6 para la metáfora). Los dones para el ministerio estaban siendo ejercitados, pero algunas personas estaban tratando de suprimirlos (no sabemos exactamente cómo), pero es malo intentarlo. En particular Pablo subrayó la necesidad de valorar las declaraciones de los profetas. Posiblemente la iglesia había tenido una mala experiencia con ellos (cf. 1 Jn. 4:1-3), y en lugar de ejercitar discernimiento entre las verdaderas y falsas profecías, estaban limitando toda la actividad. La iglesia debería más bien examinarlo todo, es decir, evaluar las declaraciones de los profetas (1 Cor. 12:10; 14:29). Se debería retener lo bueno y rechazar cualquier cosa que fuera incorrecta en las enseñanzas proféticas. (Los vv. 21, 22 se pueden entender de una manera más general, pero tienen una aplicación más estrecha en este contexto.)

23, 24 Finalmente, Pablo eleva una oración por sus lectores (cf. 3:11-13) y el mismo Dios está personalmente interesado por ellos. El es la fuente de las bendiciones espirituales, aquí resumidas como paz, y por lo tanto es correcto orar para que él capacite a los que son llamados santos a llegar a ser cada vez más santos en todo su ser. Pablo está pensando en un proceso continuo, y el resultado ideal será que en cualquier momento que el Señor regrese encontrará a su pueblo completamente sin mancha en todo vuestro ser. Tanto espíritu, como alma y cuerpo es una manera de decir completamente en referencia a los tres aspectos del ser hu mano: la vida en relación con Dios, la personalidad humana y el cuerpo a través del cual uno actúa y se expresa a sí mismo. Aunque la vida cristiana demanda un esfuerzo humano, en el análisis final todo depende de Dios mismo que es fiel. Los que confían en él están confiando en que él los preservará hasta el fin, y tienen todas las razones para creer que él es digno de confianza.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter V.

1 Hee proceedeth in the former description of Christs comming to iudgement, 16 and giueth diuers precepts, 23 and so concludeth the Epistle.
1 But of the times and the seasons, brethren, yee haue no need that I write vnto you.
2 For your selues knowe perfectly that the day of the Lord so commeth as a thiefe in the night.
3 For when they shal say, Peace and safety: then sudden destructio commeth vpon them, as trauaile vpon a woman with childe, and they shall not escape.
4 But ye, brethren, are not in darkenesse, that that day should ouertake you as a thiefe.
5 Yee are all the children of light, and the children of the day: we are not of the night, nor of darkenesse.
6 Therefore let vs not sleepe, as doe others: but let vs watch and be sober.
7 For they that sleepe, sleepe in the night, and they that bee drunken, are drunken in the night.
8 But let vs who are of the day, bee sober, putting on the brestplate of faith and loue, and for an helmet, the hope of saluation.
9 For God hath not appointed vs to wrath: but to obtaine saluation by our Lord Iesus Christ,
10 Who died for vs, that whether we wake or sleepe, we should liue together with him.
11 Wherefore, [ Or, exhort.] comfort your selues together, and edifie one another, euen as also ye doe.

[Be at peace.]

12 And we beseech you, brethren, to know them which labour among you, and are ouer you in the Lord, and admonish you:
13 And to esteeme them very highly in loue for their workes sake, and be at peace among your selues.
14 Now we [ Or, beseech.] exhort you, brethren, warne them that are [ Or, disorderly.] vnruly, comfort the feeble minded, support the weake, be patient toward all men.
15 See that none render euill for euill vnto any man: but euer follow that which is good, both among your selues and to all men.
16 Reioyce euermore:
17 Pray without ceasing:
18 In euery thing giue thankes: for this is the will of God in Christ Iesus concerning you.
19 Quench not the spirit:
20 Despise not prophecyings:
21 Proue all things: hold fast that which is good.
22 Abstaine from all appearance of euill.
23 And the very God of peace sanctifie you wholly: and I pray God your whole spirit, and soule, and body be preserued blamelesse vnto the comming of our Lord Iesus Christ.
24 Faithfull is hee that calleth you, who also will doe it.
25 Brethren, pray for vs.
26 Greete all the brethren with an holy kisse.
27 I [ Or, adiure.] charge you by the Lord, that this Epistle bee read vnto all the holy brethren.
28 The grace of our Lord Iesus Christ be with you, Amen.
The first Epistle vnto the Thessalonians, was written from Athens.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Consejos y saludos finales. Es típico de Pablo dar algunos consejos antes de terminar sus cartas (cfr. Flp_4:8s) y, como siempre, su consejo favorito es sobre la armonía interna de las comunidades. Lo interesante de este final epistolar es que esta armonía y paz comunitaria están bajo la responsabilidad «de los que trabajan entre ustedes, los gobiernan y aconsejan en nombre del Señor» (12). En la dirección de la Iglesia de Tesalónica, Pablo no está solo gobernando a distancia. La pequeña comunidad tiene ya sus líderes locales a quienes el Apóstol exige que se comporten como buenos pastores: que amonesten a los insumisos, que animen a los débiles y oprimidos, que socorran a los más necesitados. Por otra parte, pide a todos respeto para los líderes (12) y cariño y afecto por su trabajo (13).
No podía terminar sin recordarles de nuevo el don del Espíritu que está presente en toda la carta: la alegría, que debe caracterizar su vida de cristianos. Les recomienda mantener el ritmo de su oración y de sus asambleas de acción de gracias, refiriéndose probablemente a las celebraciones eucarísticas de la comunidad. Es interesante su exhortación final: «No apaguen el fuego del Espíritu, no desprecien la profecía» (19s), como animando a los tesalonicenses a poner al servicio de todos la diversidad de carismas y dones que habían recibido: «busquen siempre el bien entre ustedes y con todo el mundo» (15).
En sus palabras finales, pide al Dios de la paz que los santifique totalmente: espíritu, alma y cuerpo. Es la única vez que aparece en las cartas de Pablo tal descripción del ser humano completo. La mención del cuerpo quizás sea intencionada, como insistiendo en que el cuerpo debe ser también santificado y no considerado como algo despreciable y secundario como lo consideraba la filosofía griega. La referencia al «beso santo» puede indicar que la carta estaba destinada a leerse ante la comunidad reunida.

Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)



[.] No apaguen el Espíritu. Una comunidad como ésta, con tan pocas tradiciones y enseñanzas escritas, estaba pendiente de las intervenciones del Espíritu. Algunos de esos cristianos debieron haber tenido el carisma de profetas y haber recibido comunicaciones durante las asambleas eucarísticas. Por eso Pablo pide que se aprovechen tales mensajes espirituales, pero no sin antes haberlos examinado, como lo recordará en 1 Cor 14. Hay en esto un juego complejo, pues por un lado la comunidad se somete al Espíritu que habla por medio del profeta, y por otro debe -y también sus dirigentes- juzgar si realmente es el Espíritu de Dios. Que se digne guardarlos sin reproche, en su espíritu, su alma y su cuerpo (23). Ni los judíos, ni la mayor parte de los griegos coincidían en nuestra definición del hombre como cuerpo y alma. Hablaban a la vez del , que da la vida al cuerpo y se ocupa de las actividades materiales, y del , que vive de la verdad y de la justicia. La manera de hablar de Pablo, así como también la de los grandes espirituales cristianos, confirma esta concepción. Cuando Pablo habla de la vida profunda de los creyentes, no emplea el término sino . Y si bien cuerpo y alma son nuestros, el espíritu nuestro, en cambio, según el lenguaje bíblico, es a la vez nuestro y de Dios el aliento de Dios en nosotros. No es una parte de nosotros, sino que es más bien nuestra abertura a Dios. El hombre no está frente a Dios como ante un interlocutor que lo mira desde fuera; para comprender esta relación habría que partir de la que une a seres que se aman y que, de alguna manera, viven el uno para el otro. Nuestra alma se expresa de diversas maneras, en el sueño por ejemplo. En cambio, descubrimos nuestro espíritu a través de nuestra experiencia de Dios. Sólo cuando veamos a Dios sabremos quiénes somos.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



2. Ver Mat_24:42-44; 2Pe_3:10.

5. Ver Jua_12:36; Efe_5:8.

8. Isa_59:17. Ver Efe_6:16-17.

22. Job_1:1.

23. La división del hombre en "espíritu, alma y cuerpo" no tiene un carácter científico. El "espíritu" puede designar el principio divino de la vida en Cristo, o más bien, la parte más elevada del hombre, que está abierta a la influencia del Espíritu Santo.

26. "Beso santo": ver nota Rom_16:16.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Co 12+

NOTAS

5:19 El don del Espíritu, 1Ts_4:8, es un rasgo del tiempo mesiánico, pero el discernimiento de lo que el Espíritu inspira es uno de sus dones, 1Co_12:10; 1Co_14:29; 1Jn_4:1; ver 2Ts_2:2. Ver 1Co 12+.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Co 12+

NOTAS

5:19 El don del Espíritu, 1Ts_4:8, es un rasgo del tiempo mesiánico, pero el discernimiento de lo que el Espíritu inspira es uno de sus dones, 1Co_12:10; 1Co_14:29; 1Jn_4:1; ver 2Ts_2:2. Ver 1Co 12+.

Comentario al Nuevo Testamento (EUNSA, 2008)

De entre estas recomendaciones se puede destacar el respeto y veneración por quienes constituyen la jerarquía de la Iglesia. «Los que mandan sirven a aquellos a quienes parecen mandar. La razón es que no mandan por afán de poder, sino porque tienen el ministerio de cuidar de los demás; no son los primeros por soberbia, sino por amor, para atenderles» (S. Agustín, De civit. Dei, 19,14). La perseverancia en la oración (v. 17) mantendrá despierta la lucha por vivir las indicaciones de San Pablo. «El Apóstol nos manda orar siempre. Para los santos el mismo sueño es oración. Sin embargo, debemos tener unas horas de oración bien repartidas de modo que, si estamos absorbidos por algún trabajo, el mismo horario nos amoneste a cumplir nuestro deber» (S. Jerónimo, Epist.

22,37).


Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 5.5 Cf. Ro 13.12; Ef 5.8-9.

[2] 5.8 Ef 6.11-17.

[3] 5.20 Don de profecía: Véase 1 Co 14.1 n.

Biblia Peshitta en Español (Holman, 2015)

a Efe 4:30

Nuevo Testamento México (Centro Bíblico Hispano Americano, 1992)

Se entiende la acción del Espíritu Santo, que obra en nosotros por medio de la gracia y las virtudes.

Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)



ESPÍRITU es aquí la acción carismática del Espíritu Santo

Jünemann (1992)


19 b. No contrariéis las mociones del espíritu bueno.


Torres Amat (1825)



[5] Sino de Dios, que nos ilumina con su gracia.