Ver contexto
No permito que la mujer enseñe ni que domine al hombre. Que se mantenga en silencio. (I Timoteo 2, 12) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)



CAPÍTULO 2

Parte segunda

PROBLEMAS DE DISCIPLINA ECLESIÁSTICA 2,1-3,16

En la segunda parte de su carta, Pablo da a su discípulo y representante Timoteo instrucciones importantes para la vida comunitaria cristiana, sobre todo en lo relativo al culto (2,1-15). El Apóstol exige que la oración de los cristianos incluya a todos los hombres, especialmente a las autoridades (2,1-7). Le preocupa especialmente el buen comportamiento de los hombres y de las mujeres en los actos de culto y en la oración (2,8-15). De gran importancia para la comunidad es además el nombramiento de ministros (3,1-13). Se ponen en conocimiento de Timoteo los requisitos necesarios para el cargo de «obispo» (3,1-7) y de diácono (3,8-13). En un himno cristológico se alude a la grandeza del misterio confiado a la Iglesia como fundamento de estos preceptos (3,14-16).

1. EL CULTO (2/01-15).

a) Oración por todos, especialmente por las autoridades 2, 1-7).

1 Lo primero que te recomiendo es que se hagan peticiones, oraciones, súplicas, acciones de gracias por todos los hombres: 2 por los reyes y por todos los que están en la cumbre, para que podamos llevar una vida tranquila y pacífica con toda piedad y dignidad.

La preocupación por los actos de culto que se celebran en la comunidad ocupa el primer lugar en las instrucciones que Pablo da a su representante. Sabemos que en los comienzos de las primeras comunidades cristianas el culto estaba en íntima relación con la tradición de la sinagoga judía y se servía de las formas, estrictamente reglamentadas, de ésta. Pero sabemos también que en los territorios misionados por san Pablo se concedía un amplio margen en los actos de culto a la actividad carismática de los cristianos dotados del Espíritu, manifestada en el hablar en lenguas y en la profecía (Cf. 1Co_14:26-33). Por razón de algunos inconvenientes, que Pablo intentaba superar (Cf. 1Cor 11; 12; 14), y a causa de la disminución del número de cristianos dotados del Espíritu, surgió la necesidad de establecer un orden, «pues Dios no es un Dios de desorden, sino de paz» (1Co_14:33).

Pablo pide que en la asamblea de la comunidad, en la que los cristianos se reúnen en comunión fraterna para el culto de la palabra, se hagan oraciones públicas en común, que sean expresión de la vida cristiana palpitante de la comunidad. Probablemente esas oraciones seguían a la lectura de las Escrituras y a su interpretación. Las cuatro formas de designar la oración -peticiones, oraciones, súplicas, acciones de gracias- no quieren ser una enumeración de diversos tipos de oración, sino describir la oración cristiana bajo todos sus aspectos. Significan que hay que hacer oraciones de todas clases. Esta oración comunitaria -y en esto es en lo que insiste- se extiende a todos los hombres sin excepción ni barreras. Igual que el amor del cristiano se extiende a todos los hombres, sin conocer fronteras ni límite, su oración debe abarcarlos también a todos. No puede prescindir de nadie, y mucho menos excluir a alguien de su oración. La bondad paterna de Dios abarca a todos los hombres, «hace salir su sol sobre malos y buenos, y deja llover sobre justos e injustos» (Mat_5:45). Si quiere ser hijo de este Padre que está en el cielo, el cristiano debe orar por todos los hombres.

Se especifica un grupo de hombres por los que hay que orar públicamente: los reyes, los emperadores romanos, Nerón en aqueI entonces, y las autoridades, los altos funcionarios romanos, especialmente los gobernantes de las distintas provincias. Junto al deber de obedecer a la autoridad constituida por Dios (Cf. Rom_13:1-7; 1Pe_2:13-17) está el deber de orar por ella. Esta obligación es válida para todos los tiempos, sin tener en cuenta a qué religión pertenezca el gobernante.

En la indicación: para que podamos llevar una vida tranquila y pacífica, deben encontrar los cristianos el fundamento y la razón de ser de estas oraciones. Saben que ]a comunidad cristiana está tan alta ante los ojos de Dios y es tan querida por él que Dios, al dirigir la historia universal, tiene en cuenta su prosperidad. Saben que la protección y la bendición de Dios son prenda de la prosperidad.

De esta instrucción se deduce claramente cuál es la posición de la comunidad cristiana frente al Estado y la autoridad. La oración cristiana por la obra de Dios substituye a la adoración y a la divinización paganas del emperador y a la oración judía por la prosperidad externa del emperador. Esta obligación de orar que tiene la comunidad es independiente de la situación momentánea del cristiano y de la autoridad estatal. Este precepto de orar por las autoridades sigue siendo válido aun cuando el que ejerce la autoridad es un impío, pues, como Pablo dirá en seguida, la voluntad salvadora de Dios se extiende también a los impíos.

3 Esta oración es buena y agradable a nuestro Salvador, 4 que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.

Pablo afirma insistentemente que esta oración, que abarca a todos los hombres, incluida la autoridad civil, es agradable a Dios. Dios es eI «Salvador, que quiere que todos los hombres se salven» antes de que caiga sobre ellos el castigo de Dios. Aquí está, según él Apóstol, el fundamento último de la obligación de orar por todos: la voluntad salvífica universal de Dios, que quiere conducir a todos los hombres desde el pecado, la muerte y el juicio al conocimiento de la verdad (*) de la revelación divina, a la conversión y, por ella, a la salvación. El amor divino y la voluntad salvadora divina no tienen fronteras ni límites, tampoco la oración de la comunidad cristiana debe tener fronteras ni límites.

...............

* La misma expresión para designar la conversión al cristianismo se encuentra en 2Ti_2:25; 2Ti_3:7; Tit_1:1; Heb_10:26.

...............

5 Porque hay un solo Dios, y uno solo es también el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, 6 que se entregó él mismo como rescate para todos: tal es el testimonio dado a su debido tiempo.

Esta voluntad salvífica de Dios se expone, en forma de tríptico, con las palabras de una fórmula cristiana primitiva de profesión de fe. El Dios único es creador de todos los hombres, vela como Padre por todas sus criaturas y quiere la salvación de todos los hombres. Entre Dios y la humanidad sólo hay un mediador, que anuncia a los hombres la voluntad de Dios, los reconcilia con Dios y establece la paz entre Dios y los hombres: «el hombre Cristo Jesús». Puede ser mediador porque, como Hijo de Dios, tiene poder para desempeñar este papel de mediador y, como hombre, pertenece al género humano y puede, por tanto, mediar (Cf. Hab_8:6; Hab_9:15; Hab_12:24).

Y, ¿qué hizo este mediador? Entregó su vida, como representante, para expiar por todo el género humano, que había incurrido en la muerte. «El Hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos» (Mar_10:45). La muerte de Jesucristo en la cruz por todos los hombres es el testimonio que Dios da de que ha llegado el tiempo establecido -«cuando llegó la plenitud del tiempo» (Gal_4:4)- para el cumplimiento de sus promesas; es el mensaje que el mismo Dios manifestó a los hombres. En esta fe en el único Dios y en el único mediador Jesucristo radica el fundamento de la obligación que la comunidad cristiana tiene de hacer oración por todos los hombres, sin límites. Ahí está también el fundamento último de la esperanza y de la audaz confianza de los cristianos, que incluyen a todos los hombres en su oración para que «lleguen al conocimiento de la verdad».

7 De este testimonio he sido yo constituido heraldo y apóstol -digo la verdad, no miento-, maestro de gentiles en la fe y la verdad.

Pablo es el «heraldo» (*) de esta buena nueva de la voluntad salvífica universal de Dios y debe anunciarla por todas partes. Es el «apóstol», el enviado de Dios, encargado de manifestar a los gentiles la revelación de la voluntad de Dios y de la obra redentora del mediador Jesucristo, y de conducirlos a la fe en la verdad divina. Con una afirmación semejante a un juramento -«digo la verdad, no miento»- afirma su misión divina y da fuerza a sus palabras para rechazar todos los ataques de los falsos maestros, que ponían en duda su autoridad. Estas palabras del Apóstol, que muestran la grandeza del cargo que le ha sido confiado y la de toda predicación eclesiástica, denotan una mezcla de orgullo y alegría y, a la vez, echan sobre los cristianos una gran responsabilidad: la de escuchar con corazón bien dispuesto y abierto el mensaje que se les predica.

...............

* Una designación semejante de Pablo en 2Ti_1:11.

...............

b) Comportamiento en los actos de culto (2Ti_2:8-15).

8 Quiero, por tanto, que los hombres oren en todas partes, levantando unas manos puras, sin ira ni altercados.

El Apóstol está especialmente interesado por el modo auténtico de orar de los cristianos. Empieza dando instrucciones para la oración de los hombres. Los hombres deben orar con «unas manos puras». «Manos puras» es una metáfora para expresar el corazón sin pecado, moralmente limpio, puro, del que debe ascender la oración. Los hombres, en la oración, deben abstenerse de «ira y altercados»; deben vivir sin disputas, en paz con sus hermanos. Jesús dice en el sermón de la montaña: «Si al ir a presentar tu ofrenda ante el altar, recuerdas allí que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano; y entonces vuelve a presentar tu ofrenda» (Mat_5:23 s). ¿Cómo puede un hombre pedir a Dios que le perdone si él tiene odio en su corazón y no quiere perdonar? De ahí la exhortación de Jesús: «Cuando estéis en oración, si tenéis algo contra alguien, perdonadlo, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone vuestros pecados» (Mar_11:25). Pablo conoce el corazón de los hombres. Sabe que la ira y las disputas son los pecados que más entorpecen a los hombres en la oración y en el culto divino. De ahí su exhortación a que oren con corazón puro, sin odio ni ira: «Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores» (Mat_6:12).

9 Por su parte, las mujeres asistan a la asamblea con traje decoroso, arregladas modesta y sobriamente, sin peinados complicados, sin oro, sin joyas y sin vestidos suntuosos, 10 sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que hacen profesión de religiosidad.

También para las mujeres hay peligros específicos en las asambleas cultuales. Tal vez fueron inconvenientes que se produjeron en las comunidades cristianas los que motivaron estas instrucciones de Pablo. La mujer tiende fácilmente a turbar la dignidad de la celebración cultual adornándose excesivamente. Por eso señala el Apóstol que el adorno más precioso de una mujer temerosa de Dios no consiste en un atavío suntuoso, sino en una vida religiosa y moral y en obras que están de acuerdo con esa vida. El adorno de la mujer no ha de ser «el exterior, cabellos trenzados, anillos de oro, o los que os ponéis, sino el hombre oculto del corazón en la incorruptibilidad de su espíritu suave y tranquilo. Esto es lo precioso ante Dios» (1Pe_3:3 s).

11 La mujer debe aprender en silencio con toda sumisión. 12 No permito que la mujer enseñe ni que ejerza autoridad sobre el hombre: debe mantenerse en silencio.

Pablo prohíbe además a la mujer que se levante, enseñe y hable en las funciones religiosas. En las comunidades paulinas, por ejemplo en Corinto, había surgido la costumbre de que las mujeres que tenían el don de profecía tomaran la palabra durante los actos de culto (Cf. 1Co_11:5). Esta costumbre había tenido consecuencias peligrosas. Esas profetisas despreciaban fácilmente las faenas caseras, y probablemente surgieron tentativas de dejar de lado la sumisión al varón y colocarse por encima de él. Pablo exige que las mujeres se callen en la asamblea cultual, que no se levanten para enseñar públicamente, sino que aprendan en silencio. En las asambleas sólo el varón puede enseñar; la mujer debe dejarse enseñar. Tal vez también en este punto fueron algunos disturbios que se produjeron en la comunidad los que motivaron estas prescripciones.

13 Pues Adán fue el primero en ser creado; después Eva. 14 Y no fue Adán el seducido, sino la mujer, que, una vez seducida, incurrió en la transgresión.

Pablo ve en la tendencia de algunas mujeres a colocarse por encima del varón un atentado al orden de la creación, pues la mujer, para el Apóstol, tal como se encuentra expresado en las Escrituras del Antiguo Testamento, está subordinada al marido. Dos hechos, tal como los narra el Antiguo, Testamento (Cf. 1Co_11:3-16), le dan pie para esta afirmación. Adán, según narra la Escritura, fue creado antes que la mujer (Gen_2:22). Por eso, según la mentalidad semítica, el hombre es el más viejo, la mujer, como más joven, debe estar sometida a él. Fue a Eva además a quien la serpiente sedujo directamente, y Adán siguió a su mujer, consintiendo (Gen_3:6.17). Estos dos hechos muestran al Apóstol que hay una jerarquía en la comunidad de marido y mujer. Ciertamente el hombre y la mujer tienen la misma dignidad ante Dios como seres humanos y participan por igual de la gracia de Cristo. En eso no hay ninguna diferencia. Tampoco se puede falsear esta jerarquía poniendo un dominio absoluto del hombre sobre la mujer, que se opondría a la voluntad de Dios; antes bien, los hombres deben amar a sus mujeres como a su propio cuerpo (E£ 5,28). La sentencia de Dios después de la caída muestra que, en diversos aspectos, se dio al hombre un señorío sobre la mujer, pero muestra también que ése no fue el orden primitivo querido por Dios (Gen_3:16).

15 Pero, por su tarea maternal, se salvará, si persevera con modestia en la fe, en la caridad y en la santidad.

El orden de la creación (Gen_4:16) muestra también la tarea que Dios impuso a la mujer casada: cumplir con sus deberes de madre. Pablo señala expresamente que la mujer alcanzará la salvación cumpliendo sus deberes de madre porque se adapta así al plan de Dios. Sin duda alguna es también necesario que posea las virtudes fundamentales de la vida cristiana: fe y caridad, y que, además se esfuerce por santificar su vida y se ejercite en la modestia cristiana. Probablemente, en este pasaje (Gen_2:11-15), Pablo se define contra los falsos maestros de la comunidad, que rechazaban el matrimonio (Gen_4:3) y concebían falsamente la posición de la mujer en la comunidad cristiana (Cf. 2Ti_3:6). Al Apóstol le interesa mantener el matrimonio cristiano, probar que las obligaciones, queridas por Dios, de la mujer cristiana están ante todo en su casa, en el círculo de la familia, no en tomar la palabra en las asambleas cultuales.



Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



En las asambleas litúrgicas: oración por todos los hombres, 2:1-7.
1 Ante todo te ruego que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, 2 por los reyes y por todos los constituidos en dignidad, a fin de que gocemos de vida tranquila y quieta con toda piedad y honestidad. 3 Esto es bueno y grato ante Dios nuestro Salvador, 4 el cual quiere que todos los hombres se salven y vengan al conocimiento de la verdad. 5 Porque uno es Dios, uno también el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, 6 que se dio a sí mismo como rescate por todos; testimonio dado a su tiempo, 7 para cuya promulgación he sido yo hecho heraldo y apóstol digo verdad en Cristo, no miento , maestro de los gentiles en la fe y en la verdad.

Hasta aquí Pablo se había mantenido en recomendaciones de carácter general sobre defensa de la verdadera doctrina contra los que la desfiguraban; ahora comienzan los avisos de tipo más particular. Y, primeramente, con relación a la oración pública.
Manda el Apóstol que se hagan oraciones por todos los seres humanos (v.1), y en especial por los constituidos en dignidad, comenzando por los reyes (v.2). La razón de esta mención especial de las personas constituidas en dignidad es porque su conducta implica graves consecuencias para el bien de los demás, dependiendo de ellos en gran parte el que podamos gozar de vida tranquila y quieta con toda piedad y honestidad (v.2). Nótese que el emperador 347 era entonces Nerón y que es casi seguro que ya había tenido lugar el incendio de Roma del 64 y la subsiguiente persecución contra los cristianos, a pesar de lo cual Pablo no cambia en nada sus ideas de respeto hacia la autoridad expresadas siete u ocho años antes en Rom_13:1-7. Sin embargo, es posible que las palabras a fin de que gocemos de vida tranquila y quieta con toda piedad y honestidad sean reflejo de temores para el futuro.
La expresión con toda piedad y honestidad viene a ser equivalente a la fórmula hebrea en santidad y justicia (cf. Luc_1:75), en la que está resumido todo el ideal religioso de Israel.
A fin de dar más autoridad a su recomendación, Pablo añade que esto, es decir, el que reguemos por todos y en especial por los constituidos en dignidad, es bueno y grato ante Dios nuestro Salvador (v.3). Y da la razón: porque Dios quiere que todos los hombres se salven y vengan al conocimiento de la verdad (v.4). Es obvio, pues, que si quiere que todos se salven, nosotros, rogando por todos, hacemos una cosa grata a Dios. Enseñanza importante sobre el deber y la eficacia de la oración para cooperar a la voluntad de Dios. Es la oración algo que se introduce entre Dios y la voluntad libre del hombre, a fin de atraer sobre ésta gracias de luz y de fuerza por parte de Dios, que libremente la dobleguen a sus planes salvadores. La expresión conocimiento de la verdad viene a equivaler aquí a conocimiento de la verdadera religión, y más que concebir la verdad en un orden especulativo, al estilo de la filosofía griega, es concebida en un orden práctico, como orientación vital de toda la personalidad. Es la concepción que suele encontrarse en el Antiguo Testamento 348.
El razonamiento de San Pablo todavía no se detiene aquí. El Apóstol sigue encadenando verdades, y ahora va a explicar el porqué de esa voluntad salvífica universal de Dios 349. Dice que no puede ser de otra manera, pues Dios es uno, y uno también el mediador entre Dios y los nombres, el hombre Cristo Jesús, que se dio a sí mismo como rescate por todos (v.5-6). Lo que equivale a decir que son dos las razones del universalismo: la unicidad de Dios, primer principio y último fin de todos, y, una vez roto el orden de la creación por el pecado, la unicidad del Mediador, Dios y hombre a la vez, que por todos se dio a sí mismo en rescate 350. El que San Pablo hable de único mediador, que es Jesucristo, no excluye la mediación de los ángeles y santos, y singularmente la de la Virgen María, conforme ha sostenido siempre la Iglesia, pues esa mediación de los santos supone la mediación de Jesucristo, y en ella se funda y de ella recibe toda su fuerza. El término mediador, aparte este lugar, se aplica también a Jesucristo en Heb_8:6 y 9:15. La idea, sin embargo, es muy frecuente: por El tenemos acceso al Padre (Efe_2:18), la paz (Rom_5:1), la victoria ( 1Co_15:57), etc. La misma concepción de Cristo como nuevo Adán (cf. Rom_5:12-21) contiene implícitamente la idea de la mediación. Llama la atención el relieve que, al hablar de Cristo Jesús, da el Apóstol a la palabra hombre (v.5). Creen algunos que esa afirmación está enderezada contra las primeras manifestaciones del docetismo, el cual sostenía que Cristo había tomado sólo un cuerpo aparente y no era verdadero hombre. Sin embargo, también puede ser que se trate simplemente de hacer resaltar que Jesucristo ejerce ese poder de mediador precisamente en cuanto hombre, pues es en cuanto hombre como va a la muerte y paga a Dios el precio de nuestro rescate. Claro que, en realidad, solamente porque también era Dios pudo dar a su muerte un valor infinito, y, por tanto, es en su condición de hombre-Dios como le compete el título de mediador único.
San Pablo termina su razonamiento diciendo que la redención del mundo por la pasión y muerte de Cristo fue un testimonio o prueba manifiesta de la voluntad salvífica universal del Padre, escondida durante siglos y manifestada ahora en el tiempo por El prefijado (v.ób; cf. Gal_4:4; Efe_3:9; Col_1:26). Para promulgar o extender por el mundo ese testimonio, Pablo ha sido elegido heraldo y apóstol (v.7; cf. Gal_1:15-16; Efe_3:7-8; 2Ti_1:11).

Modo de orar,2Ti_2:8-15.
8 Así, pues, quiero que los hombres oren en todo lugar, levantando puras las manos, sin ira ni discusiones* 9 Asimismo, que las mujeres se presenten en hábito honesto, con recato y modestia, sin rizado de cabellos, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, 10 sino con obras buenas, cual conviene a mujeres que hacen profesión de piedad. 11 La mujer aprenda en silencio, con plena sumisión. 12 No consiento que la mujer enseñe ni domine al marido, sino que se mantenga en silencio, 13 pues el primero fue formado Adán, después Eva. 14 Y no fue Adán el seducido, sino Eva, que, seducida, incurrió en la transgresión. 15 Se salvará por la crianza de los hijos, con tal que permaneciere con modestia en la fe, la caridad y la santidad.

Después de aconsejar que se hagan oraciones por todos y en especial por los constituidos en dignidad, San Pablo indica ahora el modo de orar, distinguiendo entre hombres (v.8) y mujeres (v.9-15)·
Por lo que respecta a los hombres, dice que oren en todo lugar, y que lo hagan levantando puras las manos, sin ira ni discusiones (v.8). Se trata, como aparece del contexto, de las oraciones públicas. Ese en todo lugar no ha de tomarse, pues, en sentido absoluto, sino en todo lugar donde se reúnan las asambleas cristianas (cf. Rom_16:5; Gol 4:15; Hec_2:46; Hec_20:7). La costumbre de orar con las manos levantadas hacia el cielo era la ordinaria entre los judíos (cf. Exo_9:29; 1Re_8:38; Isa_1:15; Sal_134:2), y también entre los paganos, como vemos en multitud de monumentos egipcios, asirios, etc. San Pablo quiere que ésa siga siendo la costumbre entre los cristianos; pero que lo hagan con las manos puras (pureza moral) y sin ira ni discusiones, es decir, plenamente dispuestos para la oración (cf. Mat_5:23-24
Es interesante, a este respecto, la observación de Tertuliano, quien afirma que, a diferencia de los paganos que elevaban los brazos verticalmente, los cristianos los extienden a lo ancho, a imagen de Cristo crucificado 351.
En cuanto a las mujeres, que no vayan a la oración como a una exhibición de modas (v.9; cf. 1Pe_3:3), sino cual conviene a mujeres cristianas (v.10). Conoce muy bien el Apóstol la debilidad humana y la tentación que puede sentir la mujer, incluso al ir a las asambleas litúrgicas, de buscar llamar la atención con sus trajes, peinados y joyas. Y que no traten de dirigir y dar instrucciones, pues eso corresponde a los hombres (v.11-12; cf. 1Co_14:34-35). En apoyo de lo que les dice y cómo la mujer debe estar sujeta al ser humano, recurre San Pablo a la narración del Génesis, donde claramente aparece la prioridad del hombre en la creación, siendo la mujer, que vino después, ocasión de su caída (v.13-14; cf. Gen_2:7-22; Gen_3:2-6). De la misma narración del Génesis se valió también, para una argumentación semejante, en 1Co_11:7-12. A estas argumentaciones sacadas de la Biblia, muy en uso entre los judíos, no siempre se les pretendía dar carácter de estricta demostración, sino más bien de ilustración (cf. Gal_3:16), como quizás sea también en el caso presente 352.
Por su parte, las mujeres deben mostrar sus propias virtudes femeninas, y San Pablo destaca en particular la maternidad con todo lo que ella entraña de sacrificio y de expiación, como vía normal en la mujer para conseguir la salvación (v.15). Es posible que esta mención especial de la maternidad, como medio de santificación en la mujer, tenga su parte de intención contra los falsos doctores que proscribían el matrimonio (cf. 4:3). Desde luego, el que exalte la maternidad como medio de santificación no significa que aconseje que todas las mujeres sigan ese camino; hay otro, el de la virginidad por Dios, que está por encima (cf. 1Co_7:25-35). Pero eso es un don de Dios, no la vía normal (cf. 1Co_7:7). Lo que sí añade San Pablo es que esa maternidad y crianza de los hijos ha de ir acompañada de fe, caridad, santidad (?? ??????? ??? ????? ??? ??????? ), sin lo cual de nada valdría en orden a la vida eterna 353.
Exige, pues, el Apóstol como condición la perseverancia en la fe, una fe verdadera que fructifique en obras de caridad (cf. Gal_5:6) y de santidad (cf. 1Te_4:3-7).

Comentario de Santo Toms de Aquino


Lección 3: 1 Timoteo 2,11-15Que la mujer aprenda a sujetarse y a estar callada, no a enseñar ni a dominar al varón; porque esto es lo que más a pelo les viene a las mujeres por la naturaleza de ia creación.11. Mulier in silentio discat cum omni subiectione.12. Docere autem mulieri non permuto, ñeque dominan in virum, sed esse in silentio.13. Adam etiim primus formatus est, deinde Eva.14. Et Adam non est seductus, mulier autem seducta in praevaricatione fuit.15. Salvabitur autem per filiorum generationem, si permanserit in fide, et dilectione, et sanctijicalione, et cum sobrietate.Arriba puso en orden el Apóstol a las mujeres en lo tocante a la oración, aquí en lo concerniente a la doctrina y a la razón de su ordenación: "ya que Adán fue formado el primero". Responde a una tácita pregunta: "verdad es que se salvará". Muestra también qué conviene a las mujeres y qué no dice con ellas: enseñar. Tres cosas les vienen muy a cuento: el silencio, la disciplina, la sujeción, y todas 3 proceden de una raíz, a saber, de su menguada razón. Les prescribe el silencio diciendo: "las mujeres escuchen en silencio"; "las mujeres callen en las iglesias, porque no Jes está permitido hablar ahí" (1Co 14,34), llevando, como llevan, sus palabras fuego. "Su conversación quema como fuego" (Sir 9,2).2o. que aprendan; que es propio de los que son cortos de entendederas aprender. "Si desean instruirse en algún punto, pregúntenselo cuando estén en casa a sus mandos" (1Co 14,35). A éstos se permite enseñar.3o. ordénales estar sujetas, porque es natural que el alma señoree al cuerpo, y la razón a las fuerzas inferiores. Por tanto, como enseña el Filósofo, cuando dos cosas se han entre sí como el alma al cuerpo, y la razón a la sensualidad, natural es que a quien sobra inteligencia corresponda la tenencia del mando y el señorío, y aquél tiene el principado, el otro está a su mandado, por ser de razón menguado. "Estarás bajo de la potestad de tu marido" (Gen. 3,16).Excluye asimismo lo que no les toca: enseñar. Pero al contrario dice Pr 31,1: "lo instruyó su madre". Respondo: una enseñanza hay pública, y ésta no le corresponde a la mujer; por eso dice: "en la iglesia"; otra privada, y con ésta instruye la madre a su hijo. Mas, contra esto, "Débora instruyó al pueblo de 1srael" (Jueces 4). Respondo: esa instrucción no "fue de propio impulso, sino por espíritu profético, y la gracia del Espíritu Santo no hace distingos entre hombre y mujer; no obstante eso, no predicaba en público, sino aconsejaba, movida por el Espíritu Santo..Prohíbeseles en segundo lugar enseñorearse de sus maridos. "Si la mujer tiene el mando se rebela contra su marido" (Sir 25,30). Y el Filósofo dice que el señorío de las mujeres, como la del tirano en el reino, es la destrucción de la familia. Y así contrapuestos 2 contra 2, repite la prohibición del primero, a saber, que no enseñe, estése callada.-"Pues Adán". Da la razón de lo dicho, por el orden de la creación y por el orden de la culpa. Cuanto a lo primero es de saber que en el orden de las cosas el ordenamiento es distinto para lo imperfecto y lo perfecto; porque en un mismo ser lo imperfecto precede en tiempo y lo perfecto en naturaleza, porque ésta tiende a la perfección; pero en seres diversos, en tiempo y naturaleza, lo perfecto es primero, porque la naturaleza da siempre principio de lo perfecto. Y este orden se sigue aquí, porque el varón es perfecto en la naturaleza humana, la mujer ocasionalmente es varón (varona: virago, porque del varón fue sacada).De donde el primer formado fue Adán, la mujer después, como cierta cosa imperfecta originada de otra perfecta, es decir, la costilla: "que no fue el hombre formado de la hembra, sino la hembra del hombre" (1Co 2,8). De aquí que el hombre no se dice hecho por causa de la mujer, sino a semejanza de Dios. Mas la mujer es por el varón; por consiguiente a él toca ir delante.También por parte de la culpa, siendo contrario el orden de la generación al de la corrupción, porque lo que es primero en la generación es último en la corrupción. Mas el pecado es corrupción de la naturaleza, y por eso la generación comienza primero con Adán, pero la corrupción con la muJer De donde dice:-"Adán no fue engañado" primero, porque era más fuerte, sino que el tentador empezó por el más débil, para más fácilmente engañar al más fuerte. Y alude aquí a las palabras de Adán; pues, habiéndolo el Señor reprendido, respondió: "la mujer que me diste por compañera me dio". Por eso dice: "Adán no fue engañado, sino la mujer". Y el engaño o seducción es doble, a saber, en un universal y en un particular elegible, que es la ignorancia de la elección. Así pues el que peca es engañado por la ignorancia de la eLección en un particular elegible. Mas la mujer fue engañada por la ignorancia en universal, a saber, cuando creyó lo que la serpiente le dijo; pero el varón no creyó tal cosa, mas fue engañado en particular, a saber, que tenía que complacer a su mujer y debía comer con ella, y como no tenía experiencia de la severidad divina, creyó le sería fácilmente perdonada la culpa. Pero al contrario: la ignorancia es pena del pecado; luego la pena precedió a la culpa. Respondo: no precedió, porque apenas habló la serpiente, Eva se altiveció, por verse de otro con afán cuidada, y por ese engreimiento engañada fue, de donde precedió el engreimiento, la culpa.-"Verdad es que se salvará". Responde a cierta tácita pregunta: porque dijera alguno que si la mujer no es por el hombre, y de ella tuvo principio el pecado, luego es nociva para el hombre; mas si una cosa no es por otra, sino le es perjudicial, hay que quitarla; luego la mujer no debe salvarse. Digamos pues que hay doble salvación, una temporal, que es común a los brutos; otra eterna, que es propia del hombre. "Pero mi salud durará para siempre" (Is Ll,6). Y ninguna ha perdido la muJer No la temporal, pues no se ve luego privada del sexo femenino por la generación de la proie; ni la eterna, porque según el alma es capaz de gracia y gloria. Por tanto, cuanto a lo primero se dice: se salvará, esto es, no será arrancada de cuajo, y esto por medio de la buena crianza de los hijos, a la cual Dios la destinó. Cuanto a lo 2o.:-"si persevera". Mas, pues trae a cuento la causa, ¿acaso la que no perseveró no se salvará, diciendo el Apóstol que la mujer mejor hace si no se casa? Respondo: de un modo puede ser locución figurativa, y así por el varón entiéndese la razón superior, la inferior por la mujer, las buenas obras son los hijos de la razón inferior y la caridad, que concibe por el varón, y por éstas se salvará.Otra es la exposición litera!, de suerte que la preposición per no signifique causa sino repugnancia. Y éste es el sentido: la mujer se salvará, aunque eche por el camino de la generación, esto es si se casa y ya no es virgen. Y entonces per significa aumento de salvación, como si dijera que por engendrar hijos para el culto de Dios hará más segura su salvación. "¿Tienes hijos? Adoctrínalos y dómalos desde su niñez" (Sir 7,25). Con lo cual pone 3 cosas para conseguir la salvación eterna: 1) algo para el entendimiento, la fe que está en él, por la cual se sujeta a Cristo; de donde dice: en la fe. "Sin la fe es imposible agradar a Dios" (Heb XI). Y porque la fe sin el amor no tiene ningún valor; por consiguiente 2) cuanto al afecto luego añade: y en la caridad."Aun cuando tuviera toda la fe posible, de manera que trasladase de una parte a otra los montes, no teniendo caridad, soy nada" (1Co 13,2). 3) En lo exterior pone 2 cosas contra la lascivia (que consta de embriaguez y lujuria): la santificación, es decir, la castidad (1Th 4,3), y la sobriedad (Tito 2,12). Por eso dice: en la santificación y con sobriedad.

Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Nuevo Testamento (Verbo Divino, 2004)



31 (III) Culto y liderazgo en la Iglesia (2,1-3,13).
(A) La conducta de la comunidad en el culto (2,1-15).
(a) Intenciones de la oración (2,1-7). En esta sección, el acento se pone en el deseo de Dios de salvar a todo ser humano (véanse tam(-)bién 1 Tim 4,10; Tit 2,11; 3,2.8), Los vv. 5-6 aportan a esta insistencia el razonamiento teo(-)lógico, y el v. 7 indica que Pablo aceptó expre(-)samente esta misión. 1. recomiendo: Todo ser humano ha de estar incluido en las intencio(-)nes de la oración de intercesión y acción de gracias de la comunidad. 2. por los reyes: Co(-)mo los judíos, los cristianos no participaban en el culto cívico a los dioses, y por esa razón eran sospechosos. En parte para compensar tal sospecha, ambos grupos dejaban claro que oraban por el bienestar del emperador y de las demás autoridades cívicas. El autor de las pas(-)torales, sin embargo, no recomienda tal ora(-)ción por una cuestión de mero patriotismo, sino por un deseo de que esas autoridades per(-)mitan que los cristianos vivan en paz («para que podamos vivir una vida tranquila y apaci(-)ble» [v. 2]) v por una esperanza (implícita) de que dichas autoridades lleguen a un «conoci(-)miento pleno de la verdad» (w. 3-4). piedad: Véase Tit. 1,1. 4. conocimiento pleno de la ver(-)dad: Véase Tit. 1,1. 5-6. Buena parte de estos versículos, si no su totalidad, parece ser una fórmula tradicional, un solo Dios: Si Dios es uno solo, debe ocuparse de todos los pueblos, no sólo de este o aquel grupo o nación, y tam(-)bién un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también: La repetición de la expresión «uno solo» vincula a Cristo con Dios. Sin embargo, en este punto se hace hin(-)capié en su humanidad de dos maneras: mediante el uso de la palabra anthrópos, «ser humano», y mediante la designación de «me(-)diador» (aplicada a Moisés en Gál 3,19-20; cf. Filón, De vita Mos. 2.166). 6. como rescate por todos: cf. Mc 10,45. De nuevo se hace hincapié en la universalidad de la obra de Cristo, el tes(-)timonio dado en los momentos oportunos: El «testimonio» de Cristo ciertamente hace refe(-)rencia a su muerte (véase 2 Tim. 1,8), pero pro(-)bablemente también, dada la formulación plu(-)ral, «momentos oportunos», al conjunto de su actividad. Lo que Cristo hizo da testimonio del cumplimiento de la promesa de Dios (véanse Tit. 1,2-3; 2 Tim. 1,1). 7. digo la verdad, no mien(-)to: El papel esencial de Pablo en el plan de sal(-)vación de Dios (Tit. 1,3; 2 Tim. 1,11) queda re(-)calcado en el texto mediante esta fórmula de aseveración sacada de Rom. 9,1.
32 (b) Cómo han de actuar los varones (2,8). en todo lugar: Expresión formularia uti(-)lizada en la legislación cultual (cf. también Did 14.3) y sacada de Mal. 1,11. elevando... unas manos piadosas: En el primitivo arte cristiano, ésta es la postura normal de una persona en oración: de pie, con las manos extendidas y con las palmas vueltas hacia el cielo, para in(-)dicar receptividad respecto a los dones de Dios, sin ira ni discusiones: cf. Flp. 2,14. Según el autor de las pastorales, los falsos maestros se caracterizan por fomentar los debates y las discusiones (1 Tim. 6,4; 2 Tim. 2,14.23).
33 (c) Cómo han de actuar las mujeres (2,9-15). Como en 1 Cor. 11,5, se supone que tie(-)nen derecho a rezar en voz alta en el culto cris(-)tiano. Pero está claro que al autor le preocupa la conducta de las mujeres, pues algunas de ellas parecen haber ejercitado un papel de do(-)cencia y predicación (véase 1 Tim 5,13). En las Iglesias paulinas, las mujeres ocupaban pues(-)tos de responsabilidad (p.ej. Febe [Rom. 16,1-2], Prisca [Rom. 16,3; 1 Cor. 16,19], Junia. [? Rom. 16,7]) y se dice que predican (1 Cor. 11,5) y en(-)señan (Hch. 18,26; cf. HchPyT). 9-10. La preo(-)cupación por un atavío demasiado rico y artifi(-)cioso es un tópico de la filosofía grecorromana. No obstante, es de suponer que la comunidad de las pastorales contaba con miembros más ri(-)cos que podían permitirse lucir perlas, oro, jo(-)yas, etc. 11-12. 1 Cor. 14,33b-35, probablemen(-)te una antigua adición al texto original de 1 Cor. se acerca a este texto por lo que a su len(-)guaje y sentir respecta. El autor de las pastora(-)les sólo habla explícitamente de la conducta de las mujeres en el culto cristiano, pero tal vez tu(-)viera en mente una aplicación más general, ni que tenga autoridad sobre un hombre: En opi(-)nión del autor, tal cosa iría contra Gn. 3,16. 13-14. Adán: Argumento escriturístico sacado de Gn 2-3 LXX y que utiliza su lenguaje. Se afir(-)man dos cosas: el varón tiene prioridad porque fue creado primero; y, como en Gn 3,13, donde el «engaño» se predica explícitamente de la mu(-)jer, pero no del varón, es más probable que las mujeres sean llevadas por mal camino y por eso no conviene que sean maestras (véase también Eclo 25,24). Pablo como tal prefiere atribuir la culpa a Adán (como homólogo de Cristo, véan(-)se Rom. 5,12-21; 1 Cor 15,45-49; - Romanos, 51:53). 15. se salvará por su maternidad: No es un parecer puramente machista, sino que se debe leer a la luz de 1 Tim. 4,3-5: los falsos ma(-)estros prohíben el matrimonio, pero la fe ver(-)dadera insiste en la bondad de la sexualidad humana como algo creado por Dios. ¡Las mu(-)jeres se van a salvar, dice el autor de las pasto(-)rales, precisamente por eso mismo que los fal(-)sos maestros rechazan!

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Consejo a las mujeres cristianas

Ya que esta sección continúa inmediatamente después de la sección de adoración pública, se ha sugerido que la discusión acerca de las mujeres sea considerada en este contexto. Parece probable, sin embargo, que Pablo está pensando de la conducta en un contexto más amplio, pero la conexión con la sección previa no se debe pasar por alto.

Pablo primero considera el tema del vestido y ornamentos (vv. 9, 10). Parece que algunas mujeres estaban llamando la atención sobre sí mismas por la forma en que vestían. Teniendo en cuenta la gran libertad que las mujeres tuvieron como un resultado del evangelio, no había duda de que necesitaban consejo en cuanto a la forma en que se presentaban. Pablo insta a la modestia, decencia y propie dad, todas las cuales están en contra de la extravagancia. Se da consejo acerca de tales detalles prácticos como peinados, joyas y vestido. Pablo no está en contra de ninguna de estas cosas, pero insta al valor más grande de una vida piadosa. En otras palabras, las buenas obras han de ser más atrayentes y conspicuas que las apariencias externas.

El segundo tema que Pablo trata (vv. 11-15) ha despertado mucho debate, ya que algunos han sostenido que el Apóstol está en contra de las mujeres. Pero una comprensión cuidadosa de lo que él enseña no sostiene tal cosa. Si suponemos que las mujeres, recién emancipadas por la fe en Cristo, habían comenzado a dominar a los hombres y estaban en peligro de traer a la iglesia mala reputación, el consejo de Pablo se hace más comprensible. Las mujeres deben primero aprender en silencio, con toda sujeción (v. 11). ¿Había Pablo experimentado desordenadas interrupciones en la adoración pública por las mujeres? La prohibición de que las mujeres enseñaran a los hombres (v. 12) parece pertenecer al mismo contexto, aunque Pablo aquí apela más a lo que es apropiado y cita la historia de la creación del Gén.

Dos hechos se extraen de ese relato: la prioridad de Adán y la debilidad de Eva en ser engañada. El primero (v. 13) señala el acto creador de Dios en formar al hombre antes que a la mujer, aunque aquí no se hace referencia al hecho de que Eva fue destinada como ayuda del hombre y en ninguna manera inferior a él. De acuerdo al Gén. Eva fue la primera en ser tentada y caer (v. 14), pero Adán no pue de ser absuelto de toda responsabilidad. En Rom. 5 Pablo coloca la introducción del pecado en el mundo firmemente en Adán. Sin embargo, él aquí ve algo significativo en la parte que Eva jugó en la caída e implica que todas las mujeres han heredado de alguna manera esta desventaja.

Es, sin embargo, el v. 15 el que posee la mayor dificultad. Pablo transfiere su pensamiento desde Eva a las mujeres en general. Pero, ¿qué quiso decir con las palabras se salvará teniendo hijos? Si no más, significa que a pesar de la parte que Eva jugó en la caída, el tener hijos por las mujeres no será afectado adversamente, y esto se ajusta bien con el relato de Gén. Pero el agregado de las palabras si permanece en fe es entonces confuso, porque no se puede suponer que a las mujeres cristianas se les promete cualquier seguridad mayor que a las otras. Otra posibilidad es que el tener hijos se refiere al nacimiento especial de Cristo, en cuyo caso Pablo está diciendo que a través de Cristo vendrá la salvación a las mujeres. La dificultad aquí es que las mujeres no están en una posición diferente a la de los hombres en cuanto a su salvación se refiere, aunque puede ser que Pablo mencione a las mujeres aquí porque está pensando en la parte de Eva en la caída.

Vale la pena notar el enlace de fe, amor y santidad con prudencia, ya que provee un resumen conciso de la vida cristiana. Estas cualidades no están ciertamente limitadas a las mujeres. La aplicación de estas verdades bíblicas a la iglesia de hoy en día causa mucha controversia. Si decimos que Pablo estaba culturalmente condicionado, de tal modo que si él estuviera escribiendo hoy enfatizaría sólo la igualdad de los sexos, hacemos que la revelación de Dios dependa de las modas que cambian año a año. Y ¿quién puede decir lo que Pablo escribiría si estuviera aquí hoy? Si, por otro lado, insistimos en una precisa aplicación de cada característica de las prácticas del primer siglo, corremos el riesgo de ser irrelevantes a la vida moderna y aun ridículos. Nuestra tarea es cuidadosamente discernir los principios bíblicos que no cambian y aplicarlos con sentido a nuestra situación presente, teniendo en cuenta que es mejor, en última instancia, parecer ridículo que ser desobediente al propósito amoroso de Dios.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Sobre el comportamiento de los hombres y las mujeres. Lo que el autor de la carta dice ahora a propósito de las mujeres, se limita en primer lugar a las asambleas de oración; después se extiende a consideraciones más generales. El grado notable de igualdad entre hombres y mujeres que se dio en las asambleas litúrgicas de las Iglesias fundadas por Pablo, no duró mucho, por desgracia. Años más tarde, nos encontramos con la penosa realidad que nos describen las cartas pastorales: la mujer fue reducida al silencio. Un silencio que iba a durar por siglos, casi hasta nuestros días. En las Iglesias paulinas había mujeres que dirigían las asambleas de oración, mujeres profetas (cfr. 1Co_11:3-5), diaconisas (cfr. Rom_16:1), líderes femeninos capaces de explicar «con mayor exactitud el camino de Dios» (Hch_18:26), como hizo Prisca con un predicador de la talla de Apolo (cfr. 1Co_18:24-28). La doctrina y la praxis del mensaje evangélico de igualdad entre «griego y judío... hombre y mujer» (Gál_3:28), comenzaron a ir juntas.
En las generaciones posteriores a Pablo se produjo el cambio. Aunque el principio evangélico de igualdad seguía siendo afirmado, sin embargo la cultura patriarcal del tiempo y los prejuicios ancestrales contra las mujeres volvieron a hacerse patentes en la praxis diaria de las comunidades cristianas, como lo muestra la advertencia tan tajante e inadmisible de: «no acepto que la mujer dé lecciones y órdenes al varón. Quiero que permanezca callada» (12). Más inaceptable aún es que quiera reforzar su afirmación con un argumento de las Escrituras: «Adán no fue engañado, la mujer fue seducida y cometió la trasgresión» (14). ¿Qué decir de todo esto? Simplemente que el autor, en este caso, nos está transmitiendo sus prejuicios culturales y no la Palabra de Dios, gracias a la cual gran parte de ese bagaje cultural ha sido ya superado, aunque todavía quede mucho camino por recorrer para que la praxis de igualdad entre el hombre y la mujer en la Iglesia, se corresponda con la enseñanza y la praxis de Jesús de Nazaret.
De todas formas, la intención primera del autor no es definir el lugar que debían ocupar las mujeres en la comunidad, asunto, al parecer, ya zanjado y aceptado por todos, sino corregir posibles brotes de inestabilidad o llamar la atención sobre peligros que amenazaban la unidad y armonía del pequeño grupo cristiano. Es probable que las falsas doctrinas ya mencionadas, influyeran más fácilmente a las mujeres que a los hombres, quizás por la misma situación de vulnerabilidad a que estaban reducidas en aquellas sociedades de corte patriarcal.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter II.

1 That it is meete to pray and giue thanks for all men, and the reason why. 9 How women should be attired. 12 They are not permitted to teach. 15 They shalbe saued, notwithstanding the testimonies of Gods wrath, in childbirth, if they continue in faith.

[Prayers for all men.]

1 [ Or, desire.] I exhort therefore, that first of all, supplications, prayers, intercessions, and giuing of thanks be made for all men:
2 For Kings, and for all that are in [ Or, eminent place.] authoritie, that we may leade a quiet and peaceable life in all godlinesse and honestie.
3 For this is good and acceptable in the sight of God our Sauiour,
4 Who will haue all men to bee saued, and to come vnto the knowledge of the trueth.
5 For there is one God, and one Mediatour betweene God and men, the man Christ Iesus,
6 Who gaue himselfe a ransome for all, [ Or, a testimony.] to be testified in due time.
7 Whereunto I am ordained a preacher, and an Apostle (I speake the trueth in Christ, and lie not) a teacher of the Gentiles in faith and veritie.
8 I will therefore that men pray euery where, lifting vp holy handes without wrath, and doubting.
9 In like maner also, that women adorne themselues in modest apparell, with shamefastnesse and sobrietie, not with [ Or, plaited.] broided haire, or gold, or pearles, or costly aray,
10 But (which becommeth women professing godlines) with good works.
11 Let the woman learne in silence with all subiection:
12 But I suffer not a woman to teach, nor to vsurpe authoritie ouer the man, but to be in silence.
13 For Adam was first formed, then Eue:
14 And Adam was not deceiued, but the woman being deceiued was in the transgression:
15 Notwithstanding she shall be saued in child-bearing, if they continue in faith and charitie, and holinesse, with sobrietie.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



1-2. Ver Rom_13:1-7; Tit_3:1; 1Pe_2:13-17.

11-15. Ver nota 1Co_14:34.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Co_11:3, 1Co_11:8-12

Comentario al Nuevo Testamento (EUNSA, 2008)

La igualdad esencial entre el hombre y la mujer -que San Pablo proclama (cfr Ga 3,28)- no implica identidad de funciones dentro de la Iglesia. El Apóstol evoca el plan divino de la creación y la narración bíblica del pecado original, acomodándose al modo de pensar del mundo judío de su tiempo.


Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Co_11:3, 1Co_11:8-12

Greek Bible (Septuagint Alt. Versions + SBLGNT Apparatus)

διδάσκειν δὲ γυναικὶ WH Treg NA28 ] Γυναικὶ δὲ διδάσκειν RP

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 2.4 Cf. Jon 4.11; Jn 3.17; 2 P 3.9.

[2] 2.6 Rescate: Véase Ro 3.24 nota m.

[3] 2.11-12 1 Co 11.2-16; 14.34-35.

[4] 2.13 Gn 2.7,21-22; 1 Co 11.8-12.

[5] 2.14 Gn 3.1-6; cf. 2 Co 11.3.

Biblia Textual IV (Sociedad Bíblica Iberoamericana, 1999)

dominar... Gr. authentéo = ejercer despóticamente la autoridad. Hapax legomena (palabra que aparece registrada sólo una vez en el NTG).

iNT-CEVALLOS+ Interlineal Académico Del Nuevo Testamento Por Cevallos, Juan Carlos

[I γυναικὶ I] a la mujer

[I ἀνδρός I] al varón.

Nueva Versión Internacional (SBI, 1999)

[c] debe mantenerse ecuánime. Alt. debe guardar silencio.

Nueva Traducción Viviente (Tyndale House, 2009)

O enseñen a los hombres ni usurpen su autoridad.

Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)



[=] *1Cor 14:34