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está cegado por el orgullo y no sabe nada; sino que padece la enfermedad de las disputas y contiendas de palabras , de donde proceden las envidias, discordias, maledicencias, sospechas malignas, (I Timoteo 6, 4) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)



CAPÍTULO 6

5. Los ESCLAVOS (6/01-02).

Pablo concluye sus instrucciones sobre la recta gestión de los cargos con breves palabras sobre los esclavos. Junto a las viudas (5,3-16), ellos son los más pobres de la comunidad cristiana, y es significativo el hecho de que el Apóstol dé instrucciones concretas sobre ellos a su representante. Sabemos por los escritos del Nuevo Testamento que la solicitud por los esclavos, muy numerosos entonces, tenía un importante lugar en las primeras comunidades cristianas78.

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78.Cf. Eph_6:5-8; Col_3:22-25; 1Pe_2:18-25; 1Co_7:21 s; Tit_2:9 s.

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1 Los que están sometidos al yugo de la esclavitud deben considerar a sus amos dignos de todo respeto, para que no se desacrediten el nombre de Dios y nuestra doctrina.

El Apóstol está al corriente de la triste suerte de los esclavos y llama a su existencia «estar sometido al yugo». Igual que un animal de carga está bajo el yugo y debe arrastrar a la fuerza su pesada carga, estos hombres están oprimidos por su esclavitud y arrastran, como esclavos, la pesada carga de su vida. Están privados del poder de decidir libremente y sometidos siempre a la voluntad de su señor. De ahí deriva para el esclavo cristiano una tarea especialmente difícil. Si el señor es un pagano, el esclavo cristiano, a pesar de ser liberto en Cristo (1Co_7:22), a pesar de ser plenamente consciente de su alta dignidad como cristiano, no puede rebelarse contra su señor. No puede rehusarle el respeto. Pablo ve el gran peligro que amenaza al cristianismo naciente si no se hace así. El pagano hablaría despectivamente de Dios y de la doctrina cristiana, haría a la fe cristiana responsable de la rebeldía del esclavo e injuriaría a esta fe. El pagano juzga la fe cristiana por la vida de los cristianos. El cristiano esclavo debe dar testimonio de la buena nueva del cristianismo con su conducta respetuosa, con su fidelidad y con el cumplimiento concienzudo de su deber. Una vida cristiana auténtica, que brota de una fe sincera y auténtica y que sirve a los demás hombres cumpliendo fielmente sus obligaciones, es siempre la mejor defensa del cristianismo.

2 Los que tengan amos creyentes, no deben tenerlos en menos porque son sus hermanos; todo lo contrario, ejerzan su esclavitud precisamente porque los que se benefician de sus servicios son creyentes y hermanos queridos. Así deben ser tus enseñanzas y exhortaciones.

Pablo considera aún otro caso: que el señor del esclavo cristiano sea un cristiano. Entonces, el hecho de que el esclavo y el señor ocupen la misma posición ante Dios no debe ser motivo para que el esclavo tenga en menos a su señor. No puede confundir la igualdad religiosa con la social, pues aunque ante Dios él y su señor cristiano estén a la misma altura, no asciende por eso sólo en el escalafón social. Mas bien, debe poner doble celo en su servicio, porque ambos son hermanos en Cristo, porque el amor de Dios les abarca a ambos, esclavo y señor, de igual forma. Es claro que también el señor cristiano tiene obligaciones especiales frente a su esclavo cristiano: mostrarle el amor fraterno y tratarle bien. En pleno acuerdo con otros pasajes del Nuevo Testamento, Pablo no anula la relación jurídica entonces existente entre señor y esclavo79; no intenta ninguna reforma social. Pero prepara desde dentro, con la predicación de la fe cristiana y del amor auténtico, una reforma del orden social que conducirá, finalmente, a la liberación de los esclavos. Donde reinan la fe cristiana y el auténtico amor cristiano está asegurada la libertad de los individuos, el hombre está realmente libre de la esclavitud.

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79.Cf. Col_3:22-25; Eph_6:5-8; 1Pe_2:18-25; Tit_2:9 s; Flm.

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Parte quinta

VUELVE A TRATAR DE LOS FALSOS MAESTROS 6,3-19

Pablo, al final de su carta, advierte por tercera vez del extravío de los falsos maestros (6,3-10). Insta a Timoteo a permanecer firme en la fe, a vivir sin mancha y a servir fielmente (6,11-16). Por último, exhorta a los ricos a usar bien de su haber (6,17-19).

1. SOBERBIA Y AMBICIÓN DE LOS FALSOS MAESTROS (6/03-10).

Por tercera vez, el Apóstol previene contra los falsos maestros (cf. 1,3-20; 4,1-11). Debieron haber constituido una seria amenaza para la comunidad cristiana. La imagen que aquí da de ellos es muy obscura: usa varias veces las mismas ideas, e incluso a menudo las mismas expresiones, que ha usado ya en sus advertencias anteriores (cf. 1,3.7.10).

3 Los que propagan otras enseñanzas y no prestan atención a las saludables palabras de nuestro señor Jesucristo, y a la doctrina conforme con la piedad...

La razón más profunda de que estos hombres se distingan y separen de la comunidad está en el hecho de que no se atienen a las saludables palabras de nuestro Señor Jesucristo. Han abandonado la revelación del Señor. Sólo ella es saludable, porque está libre de todo germen de enfermedad espiritual y moral, y puede, por tanto, conservar a los hombres interiormente sanos. También se han separado esos hombres de la «doctrina conforme con la piedad», de la doctrina de la Iglesia. Conscientemente pone el Apóstol la doctrina de la Iglesia junto a las palabras del Señor. La doctrina de la Iglesia no difiere de la doctrina del Señor, porque éste, una vez en su gloria, permanece con su Iglesia todos los días, hasta el fin del mundo (Mat_28:20). Le ha enviado el Espíritu Santo, para que le enseñe y recuerde todo lo que el Señor ha dicho (Joh_14:26). Separarse de la doctrina de Cristo, separarse de la doctrina de la Iglesia, conduce siempre a error y a doctrina falsa. Sólo la fe inquebrantable en la palabra del Señor, tal como la enseña la Iglesia, sólo la firmeza en ella, pueden preservar del extravío y del error.

4a ...son gente fatua que no saben nada, sino que se dedican morbosamente a disquisiciones y juegos de palabras...

Esta desviación de la revelación de Cristo y de la doctrina de la Iglesia no descansa en una inteligencia más elevada de la verdad revelada, sino en envanecimiento y fatuidad, en presunción orgullosa. El afán de los falsos maestros de lucirse con sutilezas y agudezas es signo de corrupción y enfermedad interna. Los falsos maestros apelan continuamente a su visión más elevada, a su sabiduría más excelente. Pero no hay ninguna visión humana ni ninguna sabiduría humana que aventaje a las palabras de Jesús, a la doctrina de la Iglesia, porque ellas son la verdad única de Dios.

4b...que a su vez dan lugar a envidia, riñas, insultos, falsas suposiciones, 5 y altercados propios de gentes de inteligencia atrofiada, desprovistas de la verdad, que tienen la piedad por un medio de lucro.

A esta actitud orgullosa se deben también las malas consecuencias, los malos frutos que brotan de ese suelo y de esa semilla. Se destruye el amor fraterno cristiano y la comunidad de los fieles se desgarra. Brota la envidia hacia aquel que en las discusiones se muestra elocuente y bien dotado, que está más alto en la estimación de la multitud. La contienda se alimenta continuamente con nuevas sutilezas. Cuando faltan bases razonables se echa mano de injurias y sospechas. La disensión y la intranquilidad cunden, así se destruye la comunión del amor, que «no busca lo suyo, todo lo cree, todo lo espera, todo lo sufre» (cf. 1Co_13:7), por obra de aquellos cuya mente está ofuscada por la supravaloración de sí mismos y por el orgullo.

Tal actitud tiene necesariamente como consecuencia la pérdida de la verdad eterna de Dios. Con especial severidad señaIa el Apóstol que los falsos maestros hacen de la piedad un medio de lucro, transforman la religión en un negocio. Probablemente se hacían pagar caras las visiones, aparentemente elevadas, que desplegaban ante los oyentes en las asambleas y en la instrucción, y sacaban así los cuartos a sus seguidores. O aprovechaban la afluencia de oyentes a sus asambleas y la impresión que producían su vida piadosa y su predicación, para enriquecerse ellos.

6 Sí, un excelente medio de lucro es la piedad, pero con la condición de que cada cual se contente con lo que tiene. 7 Porque, al venir a este mundo, no trajimos nada con nosotros, y nada podremos sacar de él. 8 Así que, teniendo alimento y casa, con esto nos contentaremos.

Frente a esta inversión de valores pone Pablo la posición cristiana. Ya antes había dicho: «La piedad es útil para todo, ya que trae consigo la promesa de una vida aquí y en el más allá» (1Co_4:8). A ella le ha sido prometida la «vida» aquí, en este mundo, la vida verdadera, eterna, ya aquí, en la tierra, pero sobre todo para la eternidad. La religión aporta una buena ganancia para el tiempo y para la eternidad. Pero debe ir unida a la sobriedad cristiana, debe estar libre de ambición económica y contentarse con lo que Dios nos ha dado. Para valorar y explicar la posesión de bienes terrenos, enuncia Pablo una idea que ya está contenida en el Antiguo Testamento80 y en otros lugares del Nuevo81, y que estaba también muy extendida en la filosofía de la época: desnudos y sin nada entramos los hombres a este mundo y desnudos y sin nada lo abandonamos, sin llevar con nosotros nada de lo que aquí poseíamos. Los bienes terrenos tienen valor sólo para el corto espacio que dura la vida en la tierra. Por eso el hombre posee ya bastantes bienes si tiene con qué alimentarse y con qué vestirse. Pero si amontona riquezas y quiere así, sentirse seguro, Dios le dice: «¡Insensato! Esta misma noche se te va a reclamar tu alma; y todo lo que has acaparado, ¿para quién va a ser?» (Luk_12:20).

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80. Job_1:21.

81. Cf. Luk_12:16-21.

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9 Los que quieren enriquecerse caen, por ello mismo, en la tentación, en el lazo, en múltiples afanes locos y nocivos, que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. 10 Porque la raíz de todos los males es la codicia y, por haberse entregado a ella, muchos se alejaron de la fe y atormentaron su alma con incontables sufrimientos.

Su rica experiencia ha hecho a Pablo tener un conocimiento demasiado exacto de la codicia. Por eso condena a aquellos hombres que, obsesionados por el deseo de riquezas, se entregan a ellas sin tasa. Ese deseo de adquirir y amontonar posesiones, esa sed de dinero, tiene funestas consecuencias para los hombres y los precipita, finalmente, a la perdición eterna. Esa codicia hace al hombre capaz de todo. Lo rebaja, convirtiéndolo en esclavo de su pasión y lo lleva a la ruina temporal y eterna de su alma. Pablo ha pasado por la experiencia de ver que también algunos cristianos, aprisionados por la codicia del mundo, se han alejado de Cristo y han desertado de la fe. Por culpa de sus bienes terrenos sufren ahora terribles tormentos de conciencia. Para los cristianos no hay más que una decisión clara: «No podéis servir a Dios y a Mamón» (Mat_6:24). Por eso es imposible compaginar la codicia con la fe y la piedad cristiana.

2. EXHORTACIÓN A LUCHAR EN EL BUEN COMBATE (6/11-16).

11 Pero tú, hombre de Dios, huye de todo esto, y busca la justicia, la piedad, la fe, la caridad, la paciencia y la mansedumbre.

El Apóstol se dirige a Timoteo como hombre de Dios, no sólo porque, como cristiano, es siervo de Dios y está, por tanto, al lado de Dios, sino porque, como los profetas del Antiguo Testamento82, mantiene una relación especialmente estrecha con Dios, a quien por su vocación y por su cargo ha consagrado toda su vida. No puede servir a dos señores y por eso debe huir del vicio de este mundo: la codicia. Como en una competición, debe tender a otra meta, a aquellas virtudes que ordenan y regulan su relación con Dios («piedad») y con los demás hombres («justicia»), a las virtudes fundamentales cristianas: la fe, la caridad, la paciencia y mansedumbre, que, con amor dispuesto a perdonar, soportan los pecados y las deficiencias de los hermanos. Esta es, pues, la meta que Timoteo debe alcanzar: la plenitud del hombre interior en todas las virtudes humanas y cristianas.

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82. Cf. 1Ki_13:1.4.6s; Deu_33:1; Sal 90(89)1; 2Ch_8:14; Jos_14:6.

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12 Lucha en el buen combate de la fe, conquista la vida eterna, a la que fuiste convocado y cuya profesión hiciste en una hermosa confesión hecha ante muchos testigos.

La verdadera vida cristiana es un glorioso combate, que se lleva adelante con la virtud de la fe83. El premio de este combate es la vida eterna. Dios mismo, en su gran benevolencia, ha llamado a Timoteo a este combate, y Timoteo ha respondido a la llamada, haciendo una hermosa confesión de fe ante muchos testigos. No podemos determinar exactamente cuándo hizo esa profesión de fe. Tal vez fue el día de su bautismo, día en que, ya en los primeros tiempos, se hacía solemnemente una profesión de fe en la que el bautizado profesaba la vida eterna, o tal vez el día de su consagración y constitución en el cargo de presbítero, cuando Timoteo hizo profesión, públicamente, de la doctrina de Cristo 84. Todo cristiano debe responder a la llamada de Dios, haciendo profesión de fe.

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83. Cf. 1Co_9:26 s; Phi_1:30; 1Ti_1:18; 2Ti_2:5.

84. Cf. 4,14; 2Ti_2:2.

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13 Te encargo ante Dios, que da vida a todos los seres, y ante Cristo Jesús, que proclamó su hermosa confesión ante Pilato, 14 que, sin mancha, irreprensible, guardes el mandamiento hasta el advenimiento de nuestro señor Jesucristo.

En forma muy solemne, que suena como un conjuro, Pablo se dirige de nuevo a su representante. Pone como testigos a Dios, el Señor, que como creador y salvador da la vida natural y sobrenatural, y a Jesucristo, que debajo del poder de Poncio Pilato, con su sufrimiento y con su entrega a la muerte de cruz, dio testimonio glorioso de que era el Mesías e Hijo de Dios. Con una vida sin mancha y santa, Timoteo debe guardar el mandamiento, la fe cristiana, hasta la llegada de Jesucristo en el juicio final. La segunda venida de Cristo se describe como advenimiento, como aparición regia, súbita y próxima de Jesús, que sale de su escondite a la luz pública y revela así su reinado eterno. Pablo quiere grabar profundamente en el corazón de su representante aquello que constituye el gran deseo de su corazón: guardar la fe cristiana pura y sin falsificaciones hasta el día del juicio final, a pesar de todas las insidias de los falsos maestros. La primera tarea, y la más importante, de la vida de los cristianos debe ser guardar la fe, viviendo una vida sin mancha en medio de todas las amenazas.

15 Advenimiento que a su debido tiempo mostrará el bienaventurado y único soberano, el rey de los reyes y el señor de los señores, 16 el único poseedor de la inmortalidad, que habita en la región inaccesible de la luz, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver: a él honor e imperio eterno. Amén.

Los hombres no sabemos cuándo se producirá este «advenimiento de nuestro señor Jesucristo». Sólo Dios conoce el momento, el «debido tiempo», en que sucederá. Los cristianos debemos esperarlo con plena disponibilidad.

La exhortación del Apóstol termina con una oración gloriosa, íntima, con una alabanza hímnica a Dios. Dios, que tiene la plenitud del poder y que es señor de todo, está por encima de todo lo caduco. El poder de los reyes y de los señores no se le puede comparar, porque, aunque en el culto al emperador se intenta divinizarlo, sigue estando sometido a la caducidad de las cosas de este mundo. Sólo Dios, por la plenitud misma de su esencias posee inmortalidad y vive en la región inaccesible de la luz. Por eso es inalcanzable e inaccesible a todo conocimiento humano, si la gracia de Dios no eleva al hombre a la luz. La oración concluye con una alabanza en la que se ensalza el poder eterno e ilimitado de Dios. También aquí, como sucede tan a menudo en sus cartas, el pensamiento del Apóstol descansa sólo en la adoración a Dios. El corazón del Apóstol está intranquilo hasta que vuelve a encontrar de nuevo su reposo en Dios.

3. BUEN USO DE LA RIQUEZA (6/17-19).

Se podría esperar que nuestra carta terminara con la alabanza de Dios (6,15S). Pero Pablo añade aún un apéndice en el que da a Timoteo algunas instrucciones para los ricos de su comunidad.

17 A los ricos de este mundo recomiéndales que no sean altivos, y que no pongan su esperanza en una cosa tan insegura como la riqueza, sino en Dios, que nos provee de todo espléndidamente y a satisfacción.

El Apóstol acaba de prevenirnos (6,9s) contra el afán apasionado de riquezas. Ahora da instrucciones sobre la forma en que los ricos de la comunidad cristiana, que ha sido confiada a los cuidados pastorales de Timoteo, deben usar rectamente de su riqueza. También la riqueza adquirida de modo moralmente irreprensible puede estar llena de peligros para su posesor. Pablo les advierte que no deben poner su esperanza en «una cosa tan insegura como la riqueza»; les insta a que pongan toda su confianza en Dios. La riqueza y las posesiones no son más que bienes de este mundo, que pasan, que se le quitan al hombre de repente, como Jesús explica claramente en la parábola del insensato rico (Luk_12:16-21). El hombre rico corre el peligro de hacerse orgulloso y soberbio, y de poner toda su confianza en una cosa tan insegura como el poder de las riquezas y las posesiones. El cristiano debe poner toda su esperanza y su confianza en la bondad paterna de Dios, que, en su amor, dará a sus hijos todo lo que necesiten. El cristiano debe tener en cuenta la advertencia del Señor en el sermón de la montaña: «No os afanéis por vuestra vida: qué vais a comer, ni por vuestro cuerpo: cómo lo vais a vestir... que por todas estas cosas se afanan los gentiles; porque bien sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todas ellas» (Mat_6:25.32).

18 Que se dediquen a obras buenas y se enriquezcan con ellas; que sean generosos y dadivosos; 19 y atesoren así un buen capital para el futuro, hasta alcanzar la vida auténtica.

El Apóstol advierte de otro peligro de las riquezas: el rico no debe cerrarse egoístamente a las necesidades de los demás hombres, sino poner en práctica el mandamiento cristiano de amor. La verdadera riqueza del cristiano ha de ser las buenas obras. Si el cristiano obra de acuerdo con estas instrucciones del Apóstol, atesorará, con su amor operante, un «buen capital», un tesoro invisible en el cielo, que le servirá para entrar en la vida eterna, que es la única vida «auténtica». Sólo obrando así será el cristiano «rico ante Dios» (Luk_12:21), amontonará «tesoros en el cielo» (Mat_6:20) y el Padre, «que ve en lo secreto», se lo pagará (Mat_6:4). Debe seguir siendo siempre consciente de que «la auténtica vida», la salvación eterna, es un regalo de la gracia de Dios, que el hombre no puede conseguir por sí mismo, pues todas sus obras de amor son, en último término, obras de Dios, que le infundió en el corazón su propio amor.

CONCLUSIÓN DE LA CARTA 6/20-21

1. ULTIMO AVISO SOBRE LOS FALSOS MAESTROS (Mat_6:20-21a).

20 Timoteo, guarda lo que se te ha confiado, evita las palabras vacías y profanas, y las objeciones de la pretendida ciencia. 21 Algunos que la han profesado se han desviado de la fe.

En estos dos versículos finales resume Pablo de nuevo las dos ideas más importantes de su carta: guardar la fe cristiana y rechazar con energía la falsa doctrina. El Apóstol ha confiado la fe cristiana a su representante como un depósito valioso que hay que guardar con cuidado. Su tarea más importante, la propia de su cargo, es conservarla pura y sin falsificaciones, proteger y transmitir este legado valioso. Este depósito contiene las doctrinas cristianas de fe, que deben ser el hilo conductor de la vida cristiana. Para conservar y proteger este patrimonio de la fe, Timoteo debe evitar la doctrina falsa. Debe limitarse a rechazarla, sin enredarse en discusiones con ella. Esa falsa doctrina no es más que una serie de «palabras vacías y profanas»; pretende el nombre de «ciencia», pero no lo merece, porque se opone a la verdad única, que es la verdad revelada. Con apariencia de profundidad, esta «ciencia oculta» pretende dar a los hombres nuevos conocimientos sobre Dios y sobre el mundo, pero abandona el suelo sólido y seguro de la fe y cae en el error. Su propia experiencia permite a Pablo señalar las funestas consecuencias de esta falsa doctrina: algunos miembros de la comunidad cristiana han seguido ya estas «palabras vacías» y han desertado de la fe cristiana ¡He aquí una severa advertencia para Timoteo y para toda la comunidad!

2. BENDICIÓN (Mat_2:21b).

21b La gracia sea con vosotros.

El saludo final va dirigido a Timoteo y a toda la comunidad, en la que Pablo piensa continuamente al redactar su carta. El Apóstol les desea lo mejor que los cristianos pueden desearse: la gracia, la gracia de Dios, por la que hemos sido salvados, que aparecerá en toda su riqueza en los «siglos venideros» (Cf. Eph_2:5-7).



Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



Los siervos, 6:1-2.
I Los siervos que están bajo el yugo de la servidumbre, tengan a sus amos por acreedores a todo honor, para que no sea deshonrado el nombre de Dios ni su doctrina. 2 Los que tengan amos fieles no los desprecien por ser hermanos; antes sírvanles mejor, porque son fieles y amados los que reciben sus servicios. Esto es lo que debes enseñar e inculcar.

Este tema de los siervos lo ha tocado ya San Pablo en varias ocasiones (cf. 1Co_7:21-23; Efe_6:5-9; Col 3:22-4:1). Aquí insiste en la idea de que los siervos deben cumplir fielmente sus deberes para con los amos, sean éstos paganos (v.1) o cristianos (v.2).
La razón alegada, al referirse a los amos paganos, es clara: para que no sea deshonrado el nombre de Dios ni su doctrina. Es decir, para que la mala conducta de los siervos cristianos no sea ocasión de que sufra daño ante los infieles el honor de Dios y de la religión cristiana. No es ya tan clara la razón alegada al referirse a los amos cristianos: por cuanto son fieles y amados los que reciben el beneficio (oí ??? ?????????? ???????????????? ). Probablemente el Apóstol se refiere a que el hecho de que los amos sean cristianos, y, por tanto, hermanos en Cristo de sus siervos, no debe ser motivo para que éstos les tengan menos respeto que si fuesen paganos; al contrario, precisamente por ser cristianos y amados de Dios los que reciben el beneficio (= buenos servicios que prestan los siervos), deben esforzarse por servirles mejor. De la conducta de los amos para con los siervos, es decir, del otro aspecto de la cuestión, aquí no habla San Pablo.

Nueva puesta en guardia contra los falsos doctores, 6:3-19.
3 Si alguno enseña de otra manera y no presta atención a las saludables palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que se ajusta a la piedad, 4 es un orgulloso que nada sabe, que desvaría en disputas y vanidades, de donde nacen envidias, contiendas, blasfemias, suspicacias, 5 porfías de hombres de inteligencia corrompida y privados de la verdad, que tienen la piedad por materia de lucro. 6 Es, sí, gran lucro la piedad para el que se contente con lo que basta. 7 Nada trajimos al mundo y nada podemos llevarnos de él. 8 En teniendo con qué alimentarnos y con qué cubrirnos, estemos con eso contentos. 9 Los que quieren enriquecerse caen en tentaciones, en lazos y en muchas codicias locas y perniciosas, que hunden a los hombres en la perdición y en la ruina, 10 porque la raíz de todos los males es la avaricia, y muchos, por dejarse llevar de ella, se extravían en la fe y a sí mismos se atormentan con muchos dolores. 11 Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, la caridad, la paciencia, la mansedumbre. 12 Combate los buenos combates de la fe, asegúrate la vida eterna, para la cual fuiste llamado y de la cual hiciste bella profesión de fe delante de muchos testigos. 13 Te mando ante Dios, que da vida a todas las cosas, y ante Cristo Jesús, que hizo su bella confesión en presencia de Poncio Pilato, 14 que te conserves sin tacha ni culpa en el mandato hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, 15 a quien hará aparecer a su tiempo el bienaventurado y solo Monarca, Rey de reyes y Señor de los señores, el único inmortal, que habita una luz inaccesible, a quien ningún hombre vio ni puede ver, al cual el honor y el imperio eterno. Amén. 17 A los ricos de este mundo encárgales que no sean altivos ni pongan su confianza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios, que abundantemente nos provee de todo, para que lo disfrutemos, 18 practicando el bien, enriqueciéndose de buenas obras, siendo liberales y dadivosos 19 y atesorando para lo futuro con que alcanzar la verdadera vida.

Vuelve San Pablo a tocar el tema de los falsos doctores, de que ya anteriormente (cf. 1:3-4; 41-3)·Hace hincapié en que están labrando su propia ruina con ociosas disputas y especulaciones, cíe que surgen gran cantidad de males, convirtiendo la religión en materia de lucro (v.3-5; cf. 1Te_2:5; Tit_1:11).
Las expresiones saludables palabras., doctrina., piedad (v.3) son características de las Pastorales (cf. 1:10; 4:7-8), y están refiriéndose al mensaje cristiano (cf. 1Co_1:18; 1Te_1:2; 2Te_3:1).
Para contrarrestar su acción, el Apóstol hace resaltar la necesidad de proceder con espíritu desinteresado, evitando la avaricia, raíz de todos los males, por cuanto ese apego al dinero ahoga en el alma cualquier anhelo de cosas más altas (v.6-10). Las ideas sobre los bienes terrenos aquí expuestas por San Pablo son recordadas frecuentemente en la Biblia (cf. Job_1:21; Ecl_5:14; Sal_49:18; Luc_12:15), e incluso eran frecuentes en el mundo intelectual grecorromano de entonces, particularmente entre los estoicos. Entre éstos era muy ensalzada la virtud de la autarquía, término que también usa Pablo (cf. 2Co_9:8; Flp_4:11), designando aquella disposición de ánimo que hace sepamos contentarnos con lo que tenemos, sea una u otra nuestra situación.
En los v.1 1-16 se dirige en forma directa a Timoteo, exhortándole a una vida santa y valiente (v.11-12), teniendo ante la vista el ejemplo de Cristo (v.13), y pensando en la gloria que nos espera (v.14-ió). Listas de virtudes, semejantes a la que aquí presenta a Timoteo, encontramos también en otros lugares (cf. 2Ti_2:22; Tit_2:2; Gal_5:22; 1Te_1:3). No es claro a qué circunstancia de la vida de Timoteo se aluda en el v.12 al recordarle el Apóstol su bella profesión de fe delante de muchos testigos. Es probable que sea una alusión a la confesión fundamental cristiana hecha en el bautismo, proclamando que Jesús es Señor (cf. Hec_8:37; Rom_10:9), con que el ser humano responde a la llamada de Dios y entra a participar de la vida divina en Cristo (cf. Rom_1:6; 1Co_1:24-26; Efe_1:18; 2 Tes i,n). Por lo demás, también es posible que esa profesión de fe se repitiera solemnemente en la ordenación sacerdotal-episcopal, que Timoteo ciertamente tenía (cf. 4:14). Tipo de esta profesión de fe cristiana es la que hizo Jesucristo ante Pilato, proclamando su realeza mesiánica y su oficio de revelador de la Verdad (v.13; cf. Jua_18:36-37). Las frases de la doxología (v. 15-16) son de gran majestad literaria, y es posible que sean cita de alguna composición litúrgica primitiva (cf. 1:17; 3:16). Las expresiones están profundamente enraizadas en el Antiguo Testamento, y nada se opone a que pueda ser un himno de origen judío, como suponen algunos autores, adaptado luego por los cristianos.
Con un nuevo toque de alerta sobre las riquezas termina San Pablo esta narración: (v.17-19).

Epílogo:
¡Guarda el depósito! 6:20-21.
20 ¡Oh Timoteo!, guarda el depósito a ti confiado, evitando las vanidades impías y las contradicciones de la falsa ciencia, 21 que algunos profesan extraviándose de la fe.

La gracia sea con vosotros.
Breve conclusión de la carta y también resumen de sus principales ideas. Pablo supone que la Iglesia está ya constituida. A Timoteo, y lo mismo vale para los demás ministros del Evangelio, toca guardar el depósito (???? ???? ), luchando para que falsos predicadores no lo alteren. El término depósito no puede ser más expresivo: algo recibido de otros y destinado a ser fielmente transmitido a otros. Tal es, y ha sido siempre, la divisa de la tradición católica. Esta tradición (cf. 1Co_11:23; 1Co_15:1-3; Gal_1:9; 2Te_2:15) tiene su punto de partida en Cristo, culminación de la revelación divina (cf. Heb_1:1-3). Lo cual ha de entenderse, más que como referencia al conjunto de verdades y doctrinas que El enseñó, como referencia al conjunto todo de su persona y de su obra, tal como fue interpretada por los Apóstoles, bajo la luz del Espíritu Santo. Pablo mismo se halla dentro de esta corriente de tradición 356.
La bendición final, augurando la gracia sobre los destinatarios, es particularmente breve y va dirigida a toda la comunidad, lo que da a entender que la carta, no obstante estar dirigida a Timoteo, es de carácter público.

339 Cf. Hist. eccl 3:4. 340 L. Gerfaux, art. gnose: Dict. Bibl.-SuppL, col. 659-701. 341 Cf. J. Daniélou, La communauté de Qumran et l'organization de l'église ancienne: La Bible et l'Orient (París 1955) p.noss; J. colson, Les fonctions ecclésiales aux deux pre-miers siecles (París 1956); P. benoit, Les origines de l'épiscopat dans le N.T.: Exégese et théologie, II, (París 1961) p.23? 46; J. Dauvil Ier, Les temps apostoliques. i.er siécle: Hist. du Droit et des Institutions de l'église en Occident, II (París 1970); A. Lemaire, Les minis-téres aux orí gines de l'église (París 1971); A. Descamps, Aux origines du ministére. La pen-sée de Jesús: Rev. theol. de Louv. 2 (1971) 3-45 y (1972) 121-159. 342 Sobre el uso de estos títulos: apóstoles-profetas-doctores-evangelistas, cf. L. Turrado, Carisma y ministerio en San Pablo: Salmant. 19 (1972) 336-340. Es de notar que en las Pastorales no aparecen estos títulos, sino de modo muy indirecto (cf. 1Ti_1:3; 1Ti_2:7; 2 Tim 11; 1Ti_4:5); quizás se deba a que esas categorías ministeriales comenzaban ya a desaparecer. Además, tengamos en cuenta que en gran parte esas funciones son las asignadas a Tito y Timoteo, posiblemente incluidas terminológicamente en alguna o varias de dichas categorías. 343 Cf. Ign. Ant., Eph. 6:1; Magn. 2; 6:1; Trall 1:1; Philard. 4. 344 Cf. A. Javierre, Orientación en la doctrina clasica sobre la sucesión apostólica: Concil. (1968), II, p.18-30. 345 Gf. Vatic. II, Const. Lumen gentium, n.° 20. 346 Creemos muy acertado lo que escribe S. Dix: Es evidente que el episcopado, tal como es conocido en el siglo n, es un ministerio de origen complejo, cuyas funciones derivan de más de una fuente del primer siglo, y el apostolado es una de ellas. Tito en Creta y Timoteo en Asia Menor, llámense apóstoles ? no, realizan ciertas funciones específicamente apostólicas. Su autoridad cuasi-monárquica, lo mismo que el territorio delimitado en el cual ellos la ejercen, anuncian ya al obispo del siglo u (G. Dix, Le ministére dans l'Eglise ancienne [París 1955] p.20 y 73). 347 Si Pablo habla de reyes en plural, ello no significa que suponga reinando entonces en Roma varios emperadores asociados; pues, más que de personas concretas, habla de categorías. Además, el término reyes puede también designar otros personajes fuera del emperador; v.gr., todos aquellos monarcas que, estando sujetos al emperador, ejercían un poder real en las provincias. 348.Cf. J. Murphy O'connor, La verité chez S. Paul et Qumran: Rev. Bibl. 72 (1965) 29-76. 349 La frase paulina Dios quiere que todos los hombres se salven (v.4) es el texto, como con razón se ha escrito, más claramente anticalvinista de todo el Nuevo Testamento. A nadie absolutamente se excluye, sin que haya lugar para esa predestinación al infierno, anteriormente a la previsión de los deméritos, de que hablaba Calvino. 350 El término que hemos traducido por rescate es en griego ?????????? , y sólo se encuentra en este pasaje del Nuevo Testamento. La idea es prácticamente la misma que la de redención (??????????? ), y ya la explicamos ampliamente al comentar Rom_3:24. 351 Cf. Tertul., De orat. 14 y 17. 352 Comentando este pasaje, dice San Juan Crisóstomo: Ella (la mujer) enseñó una vez al hombre, y todo se perdió. Por esto Dios la sujetó, porque había usado mal de su autoridad, o por mejor decir, de su igualdad (Hom. 9:1: PG 62:542). 353 El texto griego no tiene permaneciere, en singular (v. 15), sino permanecieren (??? -????? ), por lo que algunos autores ponen como sujeto a los hijos, de cuya conducta dependería la salvación de la madre. Sin embargo, no parece probable esa interpretación, condicionando la salvación de la madre a la perseverancia de los hijos. Lo más sencillo es considerar como colectivo el nombre mujer, con lo que no ofrece ya dificultad alguna el verbo en plural, 353* Hay autores, como C. Lattey y S. Lyonnet, que interpretan de modo distinto la frase marido de una sola mujer. Pablo no estaría refiriéndose a las segundas nupcias, sino más bien a que el obispo, y lo mismo los diáconos, deben vivir castamente en el matrimonio, evitando todo lo que pueda manchar la vida conyugal. De hecho, las otras cualidades exigidas por Pablo al obispo no sobrepasan el nivel medio de la moral común, ¿a qué vendría, pues, esa condición que no exige al resto de los fieles? La interpretación tradicional, más que tener en cuenta las condiciones de vida de las comunidades cristianas del siglo i, estaría influenciada por la legislación eclesiástica posterior. Así piensa Lyonnet (cf. S. lyonnet, Uniux uxoris vir: Verb. Dom. 45, 1967, p.3-10). Sin embargo, sigo creyendo más fundada la interpretación tradicional. Si a lo que en realidad apuntaba Pablo era a la infidelidad conyugal o al divorcio ¿por qué no emplea pa labras más claras, como vemos que hace en otras ocasiones al tocar estos temas? Y en cuanto a la legislación eclesiástica, ¿no será más bien al revés, es decir, que la legislación eclesiástica está influenciada por los textos y pensamiento de Pablo? 354 Seguimos aquí la interpretación más generalizada entre los exegetas. Hay algunos autores, capitaneados por el P. Galtier, que interpretan esa imposición de manos del v.22, no con referencia a la ordenación de presbíteros, sino con referencia a la reconciliación de pecadores arrepentidos. A estos pecadores en general, no ya precisamente a los presbíteros', aludiría San Pablo a partir ya del v.20. Creemos, sin embargo, que está más en conformidad con todo el contexto la interpretación tradicional, pedida también por el paralelismo con 3:10 y 5:9. Además, en el resto de las pastorales, el rito de la imposición de manos, que ciertamente puede tener otros sentidos (cf. Mat_19:15; Hec_8:17; Hec_13:3), va siempre ligado al sacramento del orden (cf. 1Ti_4:14; 2Ti_1:6). 355 Cf. Hipocr., Vet. medie. 13. 356 Cf. S. Cipriani, La dottrina del deposifum nelle lettere pastorali: Stud. Paulin. Congr. Intern. (Roma 1963) p. 127-142.

Comentario de Santo Toms de Aquino


Lección 1: 1 Timoteo 6,1-8Que enseñe a los siervos a guardar el mayor respeto a sus amos fíeles o infieles, para que no sea blasfemado el nombre de Cristo, y cuide no se admita doctrina contraria.1. Quicumque sunt sub iugo servi, dóminos suos omni honore dignos arbitrentur, ne nomen Domini et doctrina blasphemetur.2. Qui autem fideles habent dóminos non contemnant, quia fratres sunt, sed magis serviant, quia fideles sunt et dilecti, quia beneficii participes sunt. Haec doce et exhortare.3. Si quis aliter docet et non acquiescit sanis sermonibus Domini nostri 1esu Christi, et ei quae secundum pietatem est doctrinae.4. Superbus est, nihil sciens, sed languens circa quaestiones et pugnas verborum, ex quibus oriuntur invidiae, contentiones, blasphemiae, suspiciones malae.5. Conflictationes hominum mente corruptorum, et qui a veritaie privati sunt, existimantium quaestum esse pietatem.6. Est autem quaestus magnus pietas cum sufficientia.7. Nihil enim intulimus in hunc mundum, haud dubium quia nec auferre quid possumus.8. Habentes autem alimenta et quibus tegamur, his contenti simus.Arriba instruyó el Apóstol a Timoteo sobre el uso de los manjares y acerca de las personas a quienes proveía de alimentos la 1glesia; aquí trata de otras personas pertenecientes al pueblo de la 1glesia, personas de ínfima categoría y de mayor estado. Pone la instrucción sobre los siervos y la aserción contraria: "si alguno enseña de otra manera", pero que él evite lo contrario y guarde lo antedicho; también cómo han de portarse los siervos con sus amos, ya fieles, ya infieles. Dice pues: "todos los que están debajo dei yugo de la servidumbre" por su condición servil, que por semejanza se dice yugo; porque así como a los bueyes los sujeta el yugo, para que no vayan a donde quieran, así a los siervos el amo, para que no hagan lo que les venga en gana.-"Han de considerar a sus amos como dignos de todo respeto", esto es, de la debida reverencia. "Siervos, obedeced a vuestros señores temporales con temor y respeto, con sencillo corazón, como a Cristo" (Efesios 6,5). Y la razón es: "para que el nombre del Señor y su doctrina no sea blasfemado"; porque si los amos infieles advirtiesen que sus siervos se rebelaban, como si la fe les inculcase la rebeldía, condenarían el nombre de Cristo y blasfemarían nuestra doctrina. "Vosotros sois la causa de que sea blasfemado el nombre de Dios entre los gentiles" (Rm 2,24). Así pues, los que tienen amos infieles obedézcanlos, para que no sea blasfemado el nombre de Dios. Pero ¿y con los fieles? "no les han de tener menor respeto" o no los desprecien; cosa que a veces sucede cuando, por demostrarles familiaridad, los de la hez se alzan a mayores y la soberbia los lleva tras sí. "Por 3 cosas se perturba la tierra, o más bien 4, las cuales ella no puede sufrir: por un esclavo que llega a reinar" (Pr 30,21). Y la razón, según el Filósofo, es que los hombres, en semejantes circunstancias, "paralogizan" o razonan al revés: porque, si se ven iguales en algo, creen que lo son en todo, y no quieren sujetarse a otros en algo; como en las guerras civiles, porque el pueblo no está sujeto, créense iguales a los nobles en todo. Y así pudiera suceder que, porque los siervos se ven iguales en algo a sus señores, a saber, en la fe, se juzguen simplemente iguales. Por eso dice: "no han de tenerles menor respeto". Y pone 3 motivos: lo. el don de la fe. Por eso dice: porque son fieles; don por cierto muy grande, porque el justo vive por la fe. Por ella asimismo es vencido el mundo; 2o. la dignidad de la divina elección; por eso dice: amados, a saber, de modo más excelente que las otras criaturas, porque Dios los adopta por hijos. "Mirad qué amor nos ha tenido el Padre, queriendo que nos llamemos hijos de Dios y lo seamos en efecto" (1Jn 3,1); 3o. el beneficio de la gracia; por eso dice: "como partícipes de ta! beneficio", cuanto al sacramento del Señor, ¿"el pan que partimos no es la participación del Cuerpo del Señor?" (1Co 10,16). -"Esto has de enseñar" a los ignorantes, "y a esto has de exhortarlos", para que a sabiendas lo cumplan.--"Si alguno enseña de otra manera, y no abraza las saludables palabras de Nuestro Señor Jesucristo, y la doctrina que es conforme a la piedad". Excluye la aserción contraria, con el modo de la falsa doctrina, su raíz, la soberbia y sus efectos: las envidias, contiendas, blasfemias... Por 3 capítulos demuestra, si quieres saber, qué doctrina es errónea. Lo sabrás si va contra la doctrina eclesiástica. Por eso dice: "si alguno enseña de oirá manera" diferente de como yo y los otros Apóstoles. "cualquiera que os anuncie un Evangelio diferente deí que habéis recibido, sea anatema" (Gal. L,9). Pues la doctrina de los apóstoles y de los profetas se dice canónica, porque es como la regla de nuestro entendimiento. Por tanto nadie debe enseñar cosa diferente. "No añadáis a las palabras que yo os hablo, ni quitéis nada de ellas" (Deut. 4,2; Ap 22). Cuanto a lo segundo dice: "y no abraza las saludables palabras... "; porque el Señor Jesús vino para dar testimonio de la verdad (Jn 18); y por eso lo envió el Padre como doctor y maestro (I Mac. 2). Por tanto va fuera de camino el que no abraza sus palabras (I Reyes 1 5). Y dice saludables, porque en las palabras de Cristo no hay nada corrompido, nada falso o perverso, porque son palabras de la divina Sabiduría. "Justos son todos mis discursos; no hay en ellos cosa torcida ni perversa; son rectos para aquellos que tienen inteligencia y fáciles para los que han hallado la ciencia" (Pr 8,8). Cuanto a lo tercero: "observa, hijo mío, los preceptos de tu padre, y no abandones la ley o las enseñanzas de tu madre" (Pr 6,20). Por eso dice: "y la doctrina que es conforme a la piedad". Esta piedad es por el culto que se da a Dios; "en el conocimiento de la verdad, que es según la piedad" (Tt 1,1).Y la raíz del error es doble, a saber, el afecto de soberbia y el defecto de inteligencia. Y dícese la soberbia raíz de los errores de 2 maneras. Primero, porque los soberbios quieren entrometerse en lo que no les va ni les viene; por consiguiente es fuerza que yerren y falten (Is 16). Asimismo porque no quieren dar su brazo a torcer, sino se apoyan en su prudencia y no quieren someterse a la Escritura Sagrada, que dice: "no estribes en íu prudencia" (Pr 3); "donde está la humildad, ahí la sabiduría" (Pr XI). También la falta de inteligencia; donde es de saber que, así como en el cuerpo la salud consiste en cierta igualdad de humores; así la verdad es cierta igualdad en el entendimiento, porque la verdad es la adecuación del objeto y el entendimiento. De donde así como el enfermo, cuando no tiene esa igualdad de la complexión, al menor accidente contrario padece quiebra, lo mismo en el entendimiento, cuando el hombre no se funda en la verdad ni tiene capacidad para poder juzgar la verdad, con cualquier dificultad cae en el error. "Hombre flaco y de corta edad, y poco idóneo para entender ei derecho y las leyes" (Sg 9,5). Como dice Boecio, el entendimiento se ha para con la razón como ei círculo al centro. Porque la razón discurre considerando los actos y los defectos, los respectos y relaciones de unas cosas con otras; y, mientras no las resuelva hasta entender la verdad, de nada sirve la razón. De donde, cuando capta la verdad de una cosa, la tiene como su centro; porque algunos discurren y el pesquis no les da para más. "las cuales andan siempre aprendiendo, y jamás arriban al conocimiento de la verdad" (2Tm 3,7). Por eso dice: "es un soberbio que nada sabe, sino que antes bien enloquece sobre cuestiones", esto es, que no llegan al mismo centro. Y dice cuestiones, porque en algunas cosas la duda brota de parte del objeto, en otras de parte de las palabras y de los nombres. Por eso dice: cuestiones, cuanto a lo primero, es a saber, de objetos, "que son más propias para excitar disputas que para formar por la fe el edificio de Dios" (1Tm 1,4).Cuanto a lo segundo dice: "disputas de palabras", lo cual ha de entenderse cuando sólo hay disensión de palabras; porque el Señor dice: "si el Hijo os librare, seréis verdaderamente libres" (Mateo 17). "luego son libres los hijos". Si de esto quisieren algunos concluir que todos los católicos, así como son hijos de Dios, así fuesen también libres, sería disputa de palabras, porque el Señor habla allí de la libertad espiritual, no de la carnal.-"de donde se originan envidias... " Pone el efecto del error, y primero el mismo efecto, luego manifiesta algunas cosas que había dicho: "ciertamente es un gran tesoro la piedad". Asimismo muestra qué males se siguen de la falsa doctrina y en quiénes; y entre esos males unos están dentro del corazón, otros afuera. Adentro están los movimientos desordenados respecto del mal y del bien. Respecto del bien está la envidia, que consiste en la tristeza del bien ajeno; de donde dice: envidias, que puede entenderse, o en el propósito, o universalmente, porque cuando algunos trabajan no al servicio de la verdad, sino de la palabrería, no miran con buenos ojos que alguno les ponga el pie delante. "al apocado ie quita la vida la envidia" (Jb 5,2). Lo mismo en el propósito, porque si a los siervos se les trata como libres y no subditos, los señores se dolerán y tendrán envidia de que los siervos se les equiparen. Y por la envidia el hombre se levanta contra el hombre al que le tiene envidia; y esto se llama contienda. "Honra es para el hombre el huir de contiendas" (Pr X10,2). O se subleva contra Dios, y esto es blasfemia. Respecto del mal está la sospecha; de donde se dice: "sospechas siniestras", a saber, de los señores contra los cristianos, como si hubiéramos fantaseado la libertad para sacar dinero; o como si se hubiese inventado la doctrina cristiana toda ella para el solo propósito de hacer libres a los siervos. Y de aquí se siguen alteraciones contra los fieles; aunque esto no está en el corazón de todos, sino de ciertos hombres, con estas 3 condiciones: la primera pertenece a la falta de luz natural, la segunda a falta de conocimiento, la tercera al vicio de la afición desordenada. Y así dice: "hombres de ánimo estragado", esto es, aun de la razón natural, que tienen pervertido el juicio, "se corrompieron, cometieron abominaciones" (Sal 13,1). Cuanto a lo 2o. dice: "y privados de la luz de la verdad", a saber, de su conocimiento, "nó hay verdad, ni hay misericordia, no hay conocimiento de Dios en el país" (Os. 4,1). Cuanto a lo 3o. dice: "que piensan que la piedad es una granjeria", esto es, que el culto de Dios se ordena a la granjeria y adquisición de riquezas, "y aun han creído éstos ser nuestra vida un juego, y que toda nuestra ocupación debe reducirse a amontonar riquezas, y que conviene el ganar por cualesquiera medios, aunque sean malos" (Sg 15,12). Tales hombres, con tal modo de pensar, fácilmente se hacen de la vista gorda y caen en los antedichos males.-"Y ciertamente"... declara que la piedad es un gran tesoro, y muestra cómo se han entre sí la piedad y la granjeria, que no consiste en la adquisición de riquezas exteriores; "porque los que pretenden enriquecerse caen en tentación y en el lazo del diablo... " Y da la razón: "porque nada hemos traído a este mundo". Dice pues: éstos dicen que la piedad es una granjeria; mas yo digo que es un gran tesoro la piedad; por eso añade: con suficiencia, pero de aquellas riquezas que dan la suficiencia, que consiste en 2 cosas, principalmente en la piedad, que ordena las otras cosas a Dios y al prójimo, y éstas son las virtudes y dones de la gracia; "pues es un tesoro infinito para los hombres, que, a cuantos se han valido de él, ha hecho partícipes de la amistad de Dios" (Sg 7,14). Segundo, en la sustentación de la vida; de donde dice: con suficiencia, esto es, se contenta con lo que basta para vivir.-"porque nada hemos traído a este mundo". Señala la razón, y lo. por la condición humana; 2o. por su necesidad: "teniendo qué comer... ". Y pone la condición cuanto a su principio y cuanto a su fin, como si dijera: basta la necesidad, no es conveniente la superfluidad, porque "nada hemos traído a este mundo". "Desnudo salí del vientre de mi madre" (Jb. 1 1). Lo mismo cuanto al fin, porque nada nos llevaremos. "Durmieron su sueño y nada hallaron en sus manos los varones de las riquezas" (Sal 75; Job 27). Cuanto a la necesidad dice: "teniendo, pues, qué comer y con qué cubrirnos, contentémonos con esto"; porque la necesidad es la razón de tener los bienes que ha menester el hombre o contra lo interior que lo desgasta, y para eso son los alimentos; o contra lo exterior que lo corrompe, y para eso son los vestidos que lo cubren y las casas que le dan albergue. "Sean las costumbres sin rastro de avaricia, contentándoos con lo presente" (He 13,5). "Lo esencial de la vida del hombre es agua y pan, y vestido y casa para tener cubierto aquello que no debe dejarse ver" (Sir 29,28).

Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Nuevo Testamento (Verbo Divino, 2004)



(F) Los esclavos (6,1-2). Para la perspecti(-)va general, véase Tit. 2,9-10. 1. para que no se blasfeme el nombre de Dios: Referencia a Is 52,5 tal como se cita en Rom 2,24; el autor ha añadido la expresión «y de la doctrina». 2. Aunque en la experiencia de las pastorales la mayoría de los amos de esclavos eran no cris(-)tianos (v. 1), había algunos cristianos más ri(-)cos que poseían esclavos (véase el comentario a Tit. 2,9). esto debes enseñar y recomendar: Se retoma el lenguaje de 4,11, y así concluye esta unidad de pensamiento.
40 (VI) Resumen (6,3-16).
(A) La situación de los falsos maestros (6,3-10). Gran parte del lenguaje de esta sec(-)ción, esp. la acusación de avaricia, son invec(-)tivas corrientes sacadas de los ataques lanza(-)dos por los filósofos contra sus adversarios. Como en los diálogos platónicos, dichos ad(-)versarios suelen ser presentados como «sofis(-)tas» que enseñan por dinero y prefieren com(-)placer antes que exponer la verdad. 3. Varias palabras recuerdan 1,3-4. las sanas palabras: Sobre la aplicación de las imágenes de sa(-)lud/enfermedad -nótese también el v. 4a la enseñanza, véanse Tit. 1,13; 2,1. conforme a la piedad: Véase el comentario a Tit. 1,1. 4. no sa(-)be nada: En la tradición filosófica, epistémé es la forma más alta de conocimiento, conoci(-)miento de la verdad misma. Los falsos maes(-)tros carecen totalmente de tal cosa. Cf. Tit. 1,1. envidias... discusiones: Estado de cosas diame(-)tralmente opuesto a la caridad producida por el «mandato» al que se aludía en 1,5. 6. es un gran negocio la piedad, con tal de que se con(-)tente con lo que tiene: Los falsos maestros de corte sofista, dice el autor, enseñan una su(-)puesta piedad para conseguir beneficios mo(-)netarios. Carecen de la virtud filosófica de la autarkeia, «autosuficiencia», esto es, del con(-)tentamiento con los bienes que se tienen (véa(-)se el v. 8), y por eso no obtienen verdadero be(-)neficio (a saber, espiritual). 7. Este sentir aparece en muchas fuentes antiguas (cf. Job 1,21; Filón, De spec. leg. 1.294-95; Anth. Pal. 10.58; Séneca, Ep. 102.25). 8. contentos: 2 Tim 4,13 presenta a Pablo como ejemplo de senci(-)llez en sus necesidades de vestido. 10. la raíz de todos los males es el afán de dinero: Senten(-)cia tópica de la antigüedad.
41 (B) Cómo ha de actuar Timoteo (6,11-16). El verdadero dirigente eclesial actua(-)rá de manera muy diferente de la del falso maestro. 11. hombre de Dios: El uso de un ape(-)lativo aplicado con frecuencia en el AT a los profetas (p.ej., Dt 33,1; 1 Sm 2,27) llama la aten(-)ción sobre el poder espiritual poseído por el di(-)rigente eclesial. 12. el buen combate: La propia vida de Pablo ejemplificaba cómo se debía lle(-)var a cabo este combate (2 Tim 4,7). solemne profesión: Probablemente se trata de una refe(-)rencia a la profesión de fe hecha en el bautismo, y no a la ordenación, como piensan algunos. 13. testimonio: La propia conducta de Jesús al afrontar su pasión y muerte siendo Pilato go(-)bernador ejemplifica la verdadera fidelidad. 14. el mandato: La palabra gr. entolé no se refiere en este caso, a diferencia de lo que suele ocurrir, a un «mandamiento» concreto de Dios, sino al entero «mandato» divino dado a Timoteo, has(-)ta la manifestación: Véase Tit. 2,11.13. 15-16. Doxología en alabanza de Dios que muestra cierto paralelo con la encontrada en 1,17. Es de inspiración judío-helenística y hace hincapié en la trascendencia de Dios y en su superioridad respecto a todos los soberanos terrenos.
42 (VII) Reflexión suplementaria so(-)bre el rico (6,17-19). El planteamiento del te(-)ma del dinero en 6,6-10 tal vez llevara a incluir esta digresión parenética dirigida a los miem(-)bros más prósperos de la comunidad, que al parecer no constituyen un grupo insignifican(-)te (véanse 2,9; 6,2; Tit. 2,9-10). 17. en Dios, que nos provee espléndidamente de todo para que lo disfrutemos: Siguiendo el pensamiento de 4,3-5, el dinero se incluye entre los dones creados de Dios. 18-19. El dinero ofrece incluso opor(-)tunidades espirituales a sus poseedores, si se utiliza correctamente. La creciente prosperi(-)dad de los cristianos estimulaba la aparición de tales opiniones.
43 (VIII) Exhortación final a Timoteo (6,20-21a). 20. guarda lo que se te ha confiado: La palabra gr. parathéke puede referirse a un «depósito», p.ej. de dinero, que una persona ha de devolver exactamente como lo recibió (véase el comentario a 1,18). Dado el modo di(-)námico en que las pastorales tratan la tradi(-)ción paulina, en este caso se hace hincapié en el «mantenimiento de una responsabilidad», el supuesto conocimiento: Al parecer, los falsos maestros llamaban a su enseñanza «conoci(-)miento» (gnosis), nombre que puede conectar(-)los con un gnosticismo en ciernes (? 10 su(-)pra). Para el autor de las pastorales, el verdadero cristianismo es, por contraste, «co(-)nocimiento pleno» (epignósis; cf. Tit. 1,1; 1 Tim. 2,4; 2 Tim. 2,25; 3,7).
(IX) Bendición conclusiva para la comu(-)nidad (6,21b). Bendición para un grupo más amplio de lectores; se habla a un «vosotros» (lo mismo que en Tit. 3,15 y 2 Tim. 4,22).


King James Version (KJVO) (1611)



Chapter VI.

1 Of the duetie of seruants. 3 Not to haue fellowship with newfangled teachers. 6 Godlinesse is great gaine, 10 and loue of money the roote of all euill. 11 What Timothie is to flie, and what to follow, 17 and whereof to admonish the rich. 20 To keepe the puritie of true doctrine, and to auoyd prophane ianglings.
1 Let as many seruants as are vnder the yoke, count their owne masters worthy of all honour, that the Name of God, and his doctrine be not blasphemed.
2 And they that haue beleeuing masters, let them not despise them because they are brethren: but rather doe them seruice, because they are [ Or, beleeuing.] faithfull and beloued, partakers of the benefite: These things teach and exhort.
3 If any man teach otherwise, and consent not to wholesome words, euen the wordes of our Lord Iesus Christ, and to the doctrine which is according to godlinesse:

[Godlinesse, gaine.]

4 Hee is [ Or, a foole.] proud, knowing nothing, but [ Or, sicke.] doting about questions, and strifes of wordes, whereof commeth enuie, strife, railings, euill surmisings,
5 [ Or; Gallings one of another.] Peruerse disputings of men of corrupt mindes, and destitute of the trueth, supposing that gaine is godlinesse: From such withdraw thy selfe.
6 But godlinesse with contentment is great gaine.
7 For we brought nothing into this world, and it is certaine we can cary nothing out.
8 And hauing food and raiment let vs be therewith content.
9 But they that will be rich, fall into temptation and a snare, and into many foolish & hurtfull lusts, which drowne men in destruction and perdition.
10 For the loue of money is the root of all euill, which while some coueted after, they haue [ Or, bene seduced.] erred from the faith, and pierced themselues through with many sorrowes.
11 But thou, O man of God, flie these things; and follow after righteousnesse, godlinesse, faith, loue, patience, meekenesse.
12 Fight the good fight of faith, lay hold on eternall life, whereunto thou art also called, and hast professed a good profession before many witnesses.
13 I giue thee charge in the sight of God, who quickneth all things, and before Christ Iesus, who before Pontius Pilate witnessed a good [ Or, profession.] Confession,
14 That thou keepe this commandement without spot, vnrebukeable, vntill the appearing of our Lord Iesus Christ.
15 Which in his times he shall shew, who is the blessed, and onely Potentate, the King of kings, and Lord of lords:
16 Who onely hath immortalitie, dwelling in the light, which no man can approch vnto, whom no man hath seene, nor can see: to whom be honour and power euerlasting. Amen.
17 Charge them that are rich in this world, that they bee not high minded, nor trust in [ Greek: vncertaintie of riches.] vncertaine riches, but in the liuing God, who giueth vs richly all things to enioy,
18 That they doe good, that they be rich in good works, ready to distribute, [ Or, sociable.] willing to communicate,
19 Laying vp in store for themselues a good foundation against the time to

[Vnfained faith.]

come, that they may lay holde on eternall life.
20 O Timothie, keepe that which is committed to thy trust, auoyding prophane and vaine bablings, and oppositions of science, fasly so called:
21 Which some professing, haue erred concerning the faith. Grace be with thee. Amen.

The first to Timothie was written from Laodicea, which is the chiefest citie of Phrygia Pacaciana.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Sigue la polémica contra los falsos doctores. Esta polémica, que ha aparecido a lo largo de toda la carta, se centra ahora en la raíz última de la que brota todo el comportamiento de esas «personas corrompidas mentalmente, ajenas a la verdad» (5) y que tantos problemas estaban causando en la comunidad, a saber: esos tales «piensan que la religión es una fuente de riqueza» (5). Y lo vuelve a repetir más adelante citando un proverbio de entonces y de siempre: «la raíz de todos los males es la codicia» (10). Se trata de una generalización convencional, pues otros dirán que la raíz de todos los males es la soberbia.
Con todo, el análisis es certero: el afán de lucro vicia la credibilidad del mensaje evangélico. Por algo Pablo quiso siempre demostrar explícitamente su desinterés por los bienes materiales (cfr. Flp_4:12) y su empeño en ganarse el pan con el sudor de su frente sin ser gravoso a nadie ni usar privilegios para su trabajo apostólico (cfr. 1Co_9:1-17). Este testimonio de desprendimiento y de pobreza digna, sólo es posible vivirlo por amor y por la fuerza de Jesucristo: «todo lo puedo en aquel que me da fuerzas» (Flp_4:13).
Dando probablemente por conocidos el ejemplo y las motivaciones del desprendimiento de Pablo, el autor de la carta quiere reforzar sus exhortaciones a Timoteo recordándole la tradición de realismo y sentido común que ofrece la sabiduría bíblica sobre la pobreza y la riqueza. Y así, hace eco del dicho de Job: «nada trajimos al mundo y nada podremos llevarnos» (7; cfr. Job_1:21); por tanto, contentémonos «con tener vestido y alimentos» (8), dice parafraseando el dicho de los Proverbios: «no me des riqueza ni pobreza, concédeme mi ración de pan» (Pro_30:8; cfr. Mat_6:31-33).

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Ti_1:4+

[2] Rom_1:29+

NOTAS

6:4 Lit.: «búsquedas». A la búsqueda de Dios que en el AT sintetizaba toda la actitud del fiel de Yahvé, Deu_4:29; Sal_27:8+; Jer_29:13-14; etc. , y que ha conservado su valor en el NT, Mat_6:33; Mat_7:7-8; Hch_17:27; etc. , el Apóstol contrapone aquí, ver 1Ti_1:4; 2Ti_2:16; 2Ti_2:23; Tit_3:9, las búsquedas sutiles y sin objeto, «enfermedad» fatal para la «sana» doctrina, v. 1Ti_6:3; 1Ti_1:10+, con una curiosidad que pretende superar el misterio de la fe, ver 2Jn_1:9.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Ti_1:4+

[2] Rom_1:29+

NOTAS

6:4 Lit.: «búsquedas». A la búsqueda de Dios que en el AT sintetizaba toda la actitud del fiel de Yahvé, Deu_4:29; Sal_27:8+; Jer_29:13-14; etc. , y que ha conservado su valor en el NT, Mat_6:33; Mat_7:7-8; Hch_17:27; etc. , el Apóstol contrapone aquí, ver 1Ti_1:4; 2Ti_2:16; 2Ti_2:23; Tit_3:9, las búsquedas sutiles y sin objeto, «enfermedad» fatal para la «sana» doctrina, v. 1Ti_6:3; 1Ti_1:10+, con una curiosidad que pretende superar el misterio de la fe, ver 2Jn_1:9.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



1-2. Ver Efe_6:5-9; Col. 3. 22 - 4. 1; Tit_2:9-10; Flm_5:16; 1Pe_2:18; nota 1Co_7:20-22.

12. "En presencia de numerosos testigos": se refiere a la solemne profesión de fe cristiana en el bautismo o en la ordenación para el ministerio, aunque la mención de la Vida eterna hace pensar más bien en el bautismo.

14. "La Manifestación de nuestro Señor Jesucristo": se trata de la Manifestación gloriosa que completará la que tuvo lugar en la Encarnación. Ver 2Ti_1:10.

15-16. Ver 2Ma_13:4; Deu_10:17; Sal_136:3; Apo_17:14; Exo_33:20; Jua_1:18. Esta doxología se inspira probablemente en un himno litúrgico. Ver 1. 17.

20. "El bien que te ha sido confiado" es la doctrina apostólica, norma de toda enseñanza, que la Iglesia debe conservar y transmitir con fidelidad.



Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Acerca de los falsos maestros

Pablo no puede dejar de considerar el caso de aquellos que están llevando por mal camino a otros, y regresa al tema aquí. Entiende que había una clara división entre lo que es falso y lo que es sano. Esto es saludable en cualquier época en que la comprensión de la doctrina cristiana se ha tornado confusa. Pablo no tiene lugar para negociar. Su descripción de los falsos maestros es específica: son vanidosos, les falta comprensión, tienen un malsano interés en controversias, y son completamente maliciosos en su hablar y en sus actitudes (v. 4). No pudo haber sido más devastador. Lo que dice ilustra un principio universal: maestros sin comprensión o calibre moral adecuados probablemente no mantendrán una sana doctrina. Más todavía, donde la piedad se considera como un me dio de ganancia financiera nunca conducirá a la verdad. Pero la cuestión de ganancia es un tema en sí mismo y Pablo lo trata a continuación.

Comentario al Nuevo Testamento (EUNSA, 2008)

Las amonestaciones de San Pablo reflejan la pena que le produce el daño causado por los falsos maestros. Frente a su avaricia (v. 10), los buenos maestros viven contentos aunque sólo tengan alimento y algo con que cubrirse. El desprendimiento siempre ha sido condición para la eficacia apostólica. «El Señor, al amar a los pobres, ama lógicamente a los que les aman. (...) Por lo que también nosotros esperamos que, en atención a haber amado a los pobres, llegaremos a ser amados por Dios» (S. Vicente de Paul, Epist. en Lit. Horas, Of lect. 27-IX).


Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 6.1-2 Tit 2.9-10; 1 P 2.18; cf. Ef 6.5-9; Col 3.22--4.1.

[2] 6.2 Cf. Flm 16.

[3] 6.12 Cf. 1 Ti 1.18-19; 4.14.

[4] 6.20 Lo que se te ha confiado: es decir, la verdad del evangelio y de la fe cristiana; cf. 2 Ti 1.14 y Col 4.17.

Biblia Textual IV (Sociedad Bíblica Iberoamericana, 1999)

tiene manía... Lit. está enfermo acerca de;
resulta... Lit. surge.

Torres Amat (1825)



[1] Cuando los gentiles vean lo mal que sirven sus criados cristianos.

Jünemann (1992)


4 a. Lides de (=por) palabras.