Ver contexto
Por eso os escribo esto ausente, para que, presente, no tenga que obrar con severidad conforme al poder que me otorgó el Señor para edificar y no para destruir. (II Corintios 13, 10) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)



CAPÍTULO 13

d) Exhortaciones y esperanzas (13/01-10).

1 Por tercera vez voy a ir a visitaros. «Por la palabra de dos o tres testigos se decidirá todo asunto» (Deu_19:15).

Pablo habla cordial y emotivamente. Sus palabras están cargadas de entrañable intimidad. Anuncia una vez más (véase 12,14) su tercera visita. Esta visita reviste una especial importancia y decidirá sus relaciones con la comunidad de Corinto. El apóstol encarece la importancia de esta tercera visita con una sentencia de la Escritura, lo cual le acredita de auténtico rabino. De acuerdo con la ley del Antiguo Testamento, para dirimir un juicio es decisiva, ante el tribunal, la deposición de tres testigos. Aquí los tres testigos son las tres visitas, que decidirán las relaciones entre Pablo y la Iglesia de Corinto. La tercera visita del apóstol debe amortiguar toda oposición, componer toda desavenencia y restablecer la paz definitiva.

2 Dije antes, y ahora lo repito en mi ausencia como cuando estuve presente la segunda vez, a los que antes pecaron y a todos los demás: que, de venir otra vez, ya no tendré miramientos.

Pablo llevará a cumplimiento en su tercera visita lo que anunció en la segunda. Se comportará sin miramientos contra los culpables. Acaso piensa especialmente en aquellos que provocan divisiones y discusiones (12,20) o en aquellos otros que se hicieron culpables de incontinencia sexual (12,21). Les exigirá cuentas, les obligará a tomar una decisión y expulsará de la comunidad a los que se obstinen en desobedecer.

3 Andáis buscando pruebas de que es Cristo quien habla por mí. él no se muestra débil para con vosotros, sino que en vosotros ejerce su poder.

Pablo da la razón de su amenaza de comportarse sin miramientos: son los mismos corintios quienes lo quieren así, ya que piden pruebas de que es Cristo quien habla con poder en el apóstol. Pablo dará cumplida satisfacci6n a este deseo. Aportará la prueba de que es verdaderamente Cristo quien habla en el apóstol. Pablo está, como todo cristiano, «en Cristo» (13,4). Con esta breve fórmula designa Pablo la unión íntima del cristiano con Cristo. Cristo lo abraza y contiene todo y a todos, pues él es cabeza de la Iglesia (Eph_1:22; Col_1:18), principio y resumen de la nueva humanidad (Rom_5:15), prototipo y forma de la nueva creación (Col_1:16). Así puede decir Pablo: «Vivo, pero no yo; es Cristo quien vive en mí» (Gal_2:20). Y «siento por vosotros dolores de parto hasta que Cristo esté formado en vosotros» (Gal_4:19). Pablo puede decir lo mismo: nosotros en Cristo (Gal_2:12.17 y passim), que: Cristo en nosotros (Gal_13:3.5). Por tanto, así como el apóstol habla en Cristo, también Cristo habla en el apóstol.

Esta verdad se pondrá de manifiesto en la conducta enérgica de Pablo. Ciertamente el apóstol conoce su debilidad natural, a la que se ha referido con harta frecuencia. Pero sabe también que, a pesar de esta debilidad, e incluso a través de ella, habla y actúa Cristo. Por muy débil que pueda ser el hombre Pablo, se mostrará fuerte frente a los corintios. Se manifestará con las señales, prodigios y milagros (12,12) que acompañan y respaldan e] servicio del apóstol.

4 Es cierto que fue crucificado en razón de la debilidad; pero vive por el poder de Dios. Y así también nosotros participamos de su debilidad, pero viviremos con él por el poder de Dios para con vosotros.

El apóstol se configura, en poder y debilidad, de acuerdo con la imagen de su Señor Cristo. También Cristo fue débil, cuando fue crucificado. Pero después el poder de Dios la resucitó y glorificó, y ahora vive y domina con poder como el Señor ascendió al cielo. El Apóstol está en Cristo. Estar en Cristo significa ser débil con él y participar en su pasión y muerte. Pero significa también que, por concesión divina, el apóstol participa en la vida y el poder del Resucitado. Esta vida no es sólo ni primariamente la vida futura de la eternidad. Actúa ya ahora poderosamente en el momento presente del apóstol y actuará, también con poder cuando se presente en Corinto dentro de poco.

En el Nuevo Testamento se citan con frecuencia, una junta a otro, la debilidad y el poder de Cristo, como contrastes que se complementan. Se trata de una antigua fórmula, ya acuñada con anterioridad a Pablo. Es una antigua y breve confesión con la que la fe y la predicación superaban el escándalo de la cruz 103. Nunca podía anunciarse la cruz aislada y sola. Hubiera sido únicamente el anuncio de un final horrible. Por eso debía ir siempre unida al anuncio de la resurrección, por la cual la cruz se revelaba como tránsito a la vida.

...............

103. Véase 4,10; Mar_16:6; Act_2:23 s; Act_3:15; Rom_8:34.

...............

5 Examinaos vosotros mismos a ver si estáis en la fe; poneos a prueba. ¿O acaso no os dais cuenta de que Jesucristo está entre vosotros? ¡A no ser que estéis desaprobados!

A lo largo de una serie de ideas coherentes y escalonadas (Rom_13:5-10) exhorta Pablo a la comunidad a que se examine a sí misma, para que su fe y su vida sean auténticas y el apóstol pueda ahorrarse, en su visita, la tarea de tener que montar un tribunal de castigo. En vez de querer comprobar si Cristo actúa en el apóstol (Rom_13:3), sería mejor que los corintios se probaran a sí mismos. La comunidad conoce la realidad de Cristo en la lglesia. Sabe que los cristianos están en Cristo y Cristo en los cristianos (Rom_13:3). Los corintios no pueden olvidar esta realidad, sino que la deben hacer efectiva en su vida de fe. Sólo la fe vivida y realizada es fe verdadera. Si no lo supieran y no actuaran en consecuencia, serían suspendidos y desaprobados. Y en tal caso, Pablo teme que tampoco podrían afrontar el juicio futuro.

6 Pero espero que reconozcáis que nosotros no estamos desaprobados.

En la preocupación de Pablo por la situación de la comunidad se abre paso, una vez más, la defensa que el apóstol debe hacer de su ministerio. Por eso intercala, de pasada, una pequeña observación. Al hablar de la comunidad, aprovecha la ocasión para expresar la confianza de que la comunidad debería conceder al apóstol que él al menos está aprobado y que acaso ella tenga que convencerse, por el contrario, de su propia desaprobación.

7 Y rogamos a Dios que no hagáis nada malo: no para que nosotros aparezcamos buenos, sino para que vosotros practiquéis el bien, aunque nosotros no fuéramos aprobados.

Pablo se corrige inmediatamente. Lo importante no es que él demuestre estar aprobado (Rom_13:6). Lo decisivo es que la comunidad, liberada del mal, se mantenga firme en el bien, es decir, que sea aprobada. Para esto ora el apóstol. Cierto que entonces el apóstol no tendrá ya ninguna posibilidad de demostrar su poder en Corinto y no podrá, por tanto, evidenciar que está aprobado. Pero renunciará con gusto a ello, por amor a los corintios.

8 Pues nada podemos contra la verdad, sino en favor de la verdad.

No importa absolutamente nada lo que Pablo pueda sentir personalmente, con tal de que la verdad salga triunfante. Aquí debe entenderse la palabra «verdad» en su significado bíblico. Para nosotros la verdad es una afirmación exacta, es decir, algo que una persona entienda. En la Biblia la verdad es una cosa, una realidad válida y justa, es decir, algo que existe en sí mismo y por sí mismo, no en la mente de una persona. En este sentido, Dios es la verdad, porque en él se encuentra encerrada la esencia exacta y verdadera de todas las cosas. Al revelarse Dios en el mundo se ha revelado y está presente la verdad en el mundo. Por eso puede decir Jesús en el Evangelio de Juan que él es «el camino, la verdad y la vida» (14,6). En esta perspectiva, la verdad es el recto orden de las cosas. Lo que a Pablo le importa es este recto orden de las cosas, es decir, la recta relación de Dios con el mundo y del mundo con Dios, el recto orden de la Iglesia con Dios y el recto orden dentro de la misma Iglesia: esto es, la fe, la paz, la preservación moral de la Iglesia. Todo su programa, todas sus inquietudes y trabajos se centran en hacer pública y mantener firme esta verdad en su predicación.

9 Nos alegramos cuando nosotros somos débiles y vosotros sois fuertes. Y esto es lo que pedimos: vuestra perfección completa.

Como ama la verdad, Pablo no puede sentir más que alegría cuando la iglesia de Corinto es fuerte, aunque él aparezca como débil. Las cosas deben ser tales como el mismo Pablo ha dicho: «Así la muerte opera en nosotros, y en vosotros la vida» (4,12). Pablo ruega para que así sea. él quiere entregarse como sacrificio por la comunidad (12,15). Todo debe servir para edificación y perfeccionamiento de la Iglesia.

10 Por eso escribo estas cosas estando ausente, para que, cuando me presente, no tenga que usar con rigor de la autoridad que el Señor me dio para edificar, y no para destruir.

Con este fin y para esta meta, la edificación de la Iglesia, ha escrito Pablo la presente carta. Espera que con ella no será ya necesario que en su próxima visita a Corinto tenga que portarse con rigor. Insiste, desde luego, en que, junto con la autoridad apostólica, ha recibido también del Señor la capacidad de mostrarse riguroso, si es necesario. Pero la finalidad última no es nunca la destrucción por el castigo, sino la edificación de la Iglesia.

CONCLUSIÓN DE LA CARTA: SALUDOS Y DESEOS 13/11-13

11 Por lo demás, hermanos, alegraos. Procurad vuestra perfección, daos ánimos, tened mi mismo sentir, vivid en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros.

El saludo final contiene palabras y fórmulas usuales en la conclusión de la carta. Pero, tanto en los detalles concretos corno en su conjunto, este saludo dice referencia a las especiales circunstancias de la Iglesia de Corinto. ¡Alegraos! Esto podría ser, sin más, un deseo normal al concluir la carta. Pero Pablo da, con frecuencia, a esta palabra un significado más profundo. Al principio (1,24) ha dicho de los apóstoles que «colaboramos con vuestra alegría» (causada por Dios). La alegría es alegría en Cristo (Phi_3:1), dimanante del ser en Cristo. Es, por lo mismo, algo esencial al ser cristiano. Es expresión y efecto de la salvación que le ha sido dada a la Iglesia. Así pues, junto con la alegría, Pablo les desea el don de la salvación.

Entre los saludos finales de costumbre se encuentra el saludo y el deseo de la paz. Pero en esta carta este deseo tiene una intención y un significado especial. El deseo de paz se diversifica en un buen número de vocablos de significado similar; aquí va referido a las luchas y divisiones de partidos de la comunidad corintia. El saludo se ratifica con la promesa de que el Dios de la paz habitará entre los hombres pacíficos.

12 Saludaos unos a otros con ósculo santo. Os saludan todos los fieles.

La armonía de la comunidad debe sellarse con el ósculo santo 104. Esto no era una mera fórmula: los fieles se besaban fraternalmente. En las asambleas de la comunidad fue norma y práctica demostrar, con este beso, la comunión mutua. Acaso la predicación -que formaba parte del primitivo servido litúrgico- concluyera con la exhortación al ósculo santo. Es indudable que cuando se recibía una carta apostólica, se leía ante la comunidad, en lugar de la predicación. Por eso la carta concluye, lo mismo que la predicación, con la exhortación al ósculo. Este beso significa la comunión y la paz tanto de los oyentes entre sí como con el apóstol, que se encuentra lejos. Así como el predicador presente era el que, acabada la exhortación, daba el primer ósculo, que, a partir de él, se iba extendiendo por toda la asamblea, así Pablo, por medio de la carta, da y recibe el ósculo fraterno de la Iglesia. También por este medio se restablece la unión entre el apóstol y la comunidad.

...............

104. Las cartas del Nuevo Testamento concluyen, frecuentemente, con la exhortación a que los destinatarios se besen mutuamente con el ósculo santo y fraterno: Rom_16:16; 1Co_16:20; 1Th_5:26; 1Pe_5:14.

...............

13 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros.

Este deseo de bendición del apóstol, tan rico de contenido, menciona, en íntima unión, y distingue entre sí, a Cristo, a Dios y al Espíritu, atribuyendo a cada uno de ellos, respectivamente, los bienes salvíficos de la gracia, el amor y la comunión. El eco solemne de esta fórmula suscita inmediatamente el recuerdo de las oraciones actuales con las que se venera la Santísima Trinidad.

En otros lugares emplea Pablo fórmulas de un solo miembro (Rom_16:20 : «La gracia de nuestro Señor Jesús esté con vosotros») o de dos (1Co_8:6 : «Un solo Dios, el Padre de quien todo procede... y un solo Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas»). La expresión puede tener también forma trinitaria como ésta de 13,13. Ya en 1,21s y en 3,3 advertimos la serie de nombres: Padre, Hijo y Espíritu. En Rom_15:30 estructura Pablo otra fórmula de tres miembros: «Pero os ruego, hermanos, por Jesucristo nuestro Señor y por amor del Espíritu, que luchéis juntamente conmigo, dirigiendo a Dios oraciones por mí.» El Nuevo Testamento menciona fórmulas trinitarias plenas en Mat_3:16 s; Mat_28:19; 1Co_12:4-6; Eph_4:4-6; 1Pe_1:2.

Las fórmulas trinitarias más ricas del Nuevo Testamento nacieron poco a poco, a partir de las más sencillas. Este proceso necesitó bastante tiempo para llegar a la actual serie fija de Padre, Hijo y Espíritu; al principio la fórmula variaba de acuerdo con el contexto. Aquí la secuencia Cristo, Dios y Espíritu se explica de esta forma: lo que se le ha dado primero e inmediatamente al cristiano es la gracia de Jesucristo, que es perdón de los pecados y apertura del camino hacia el Padre (Rom_5:1). La comunión del Espíritu, es decir, la comunidad creada por el Espíritu y sustentada por él, lo abarca y lo llena todo (1Co_12:11). Con todo, el orden a que nosotros estamos acostumbrados aparece ya en el mandato bautismal: «...bautizándolos en el nombre del Padre. y del Hijo, y del Espíritu Santo» (Mat_28:19). En estas frases del Nuevo Testamento se funda la posterior y ampliamente evolucionada doctrina de la Iglesia sobre la Santísima Trinidad.

MIRADA RETROSPECTlVA Y PANORÁMICA. La segunda carta a los Corintios es una epístola de lucha y controversia. Pablo lucha por su comunidad. ¿Consiguió la carta su meta y objetivo? ¿Restableció Pablo de nuevo la unidad y la paz con la Iglesia de Corinto?

En 10,15s dice Pablo que quiere llevar adelante la obra misional a partir de Corinto, si esta Iglesia queda fortalecida. En la carta a los Romanos, escrita un año después, desde Corinto, expone Pablo sus proyectos, según los cuales desea ir a Roma y, tras una corta estancia, partir hacia España, para predicar allí el Evangelio. Según una antigua tradición de la Iglesia romana, que se remonta hasta el siglo I, Pablo pudo realizar estos proyectos. Por tanto, debió cumplirse la condición que él mismo se había fijado en 10,15s. Consiguió, pues, reanudar las relaciones de confianza con Corinto, de modo que le fue posible continuar y completar sus planes misionales.

Pablo combate en la segunda a los Corintios con extremada violencia a ciertos misioneros a los que califica de falsos apóstoles y de intrusos en su campo misional. ¿Era necesaria esta batalla? Al comenzar la carta el apóstol desea siempre a sus lectores, en primer término, gracia y paz (1,2). Su más profundo anhelo es que el Dios de la paz prevalezca sobre el espíritu de división en la Iglesia ( Rom_16:20). Uno de los más hermosos pasajes de las cartas paulinas es el himno a la caridad de 1Cor 13. Y justamente en la segunda a los Corintios trabaja Pablo en pro de la comunión y la paz con la comunidad de Corinto. Con todo, el mismo Pablo juzgó necesaria aquella batalla dura y agotadora en torno a la verdad del Evangelio y la pureza y autenticidad de la doctrina y de la fe (Rom_11:4). En los siglos siguientes la Iglesia ha batallado con frecuencia en defensa de la fe recta. Se la ha acusado muchas veces de intransigencia. Pero ella tenía y sigue teniendo la convicción de que debía y debe entablar esta batalla para defensa de la verdad del Evangelio.

Además de esto, existían y siguen existiendo otras tensas realidades, de las que también nos informa el Nuevo Testamento. En todas las cartas de Pablo y en las siete cartas católicas que integran el Nuevo Testamento leemos discusiones y controversias. También los otros escritos neotestamentarios aluden a ellas. Se refieren, con frecuencia, a la pureza de la doctrina y al orden de la vida, pero también se apoyan, muchas veces, en antagonismos personales dentro de las comunidades. Aquellas comunidades apenas tenían unos decenios de vida, y ya está la Iglesia desunida y dividida por corrientes opuestas. ¿Era una realidad, siquiera entonces, la unidad de la Iglesia? ¿O ha sido siempre sólo el ideal supremo por el que suspiraban y suspiran la nostalgia y la fe?



Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



Exhortaciones varias en relación con su próxima visita, 13:1-10.
1 Por tercera vez voy a vosotros: Por el testimonio de dos o de tres es firme toda sentencia. 2 Os lo he dicho ya, y ahora de antemano lo repito ausente, como cuando por segunda vez estuve presente, y declaro a los que han pecado y a todos los demás que cuando otra vez vuelva no perdonaré; 3 puesto que buscáis experimentar que en mí habla Cristo, que no es débil para con vosotros, sino fuerte en vosotros. 4 Porque aunque fue crucificado en su debilidad, vive por el poder de Dios. Y así somos nosotros débiles en El, pero vivimos con El para vosotros por el poder de Dios. 5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿No reconocéis que Jesucristo está en vosotros? A no ser que estéis reprobados. 6 Pero confío que conoceréis que nosotros no estamos reprobados. 7 Y rogamos a Dios que no hagáis ningún mal, no para que nosotros aparezcamos aprobados, sino para que vosotros practiquéis el bien y nosotros seamos como reprobados; 8 pues nada podemos contra la verdad, sino por la verdad. 9 Nos gozamos siendo nosotros débiles y vosotros fuertes. Lo que pedimos es vuestra perfección. 10 Por eso os escribo esto ausente, para que presente, no necesite usar de la autoridad que el Señor me confirió para edificar, no para destruir.

No obstante la dificultad de interpretación de algunas expresiones, la idea fundamental de la narración es transparente: Pablo avisa a los corintios de que está dispuesto a ejercer enérgicamente su autoridad de apóstol castigando a los rebeldes, pero quiere y suplica que no le obliguen a ello.
Es la tercera vez que va a ir a Corinto (v.1a; cf. 2:1-11). Valiéndose de una sentencia de la Ley (Deu_19:15), que también había recordado Jesucristo (cf. Mat_18:16; Jua_8:17), les anuncia que piensa juzgar a los culpables con todas las formalidades legales, recogidos testimonios de la culpa y pronunciando luego la sentencia (v.1b). Hay algunos autores que, apoyados en el v.2, relacionan el texto del Deuteronomio, no con los testigos, sino con las tres visitas del propio Pablo, que constituirían otros tantos testimonios para poder proceder contra los culpables. En realidad, la idea apenas cambia; pues lo que quiere decir el Apóstol es que no procederá a la ligera, sino después de la suficiente información y llevando las cosas con todo rigor.
En los v.3-4, conforme a la idea para él tan querida de que el cristiano, y mucho más el apóstol, debe reproducir en sí mismo las vicisitudes de Cristo paciente y glorioso (cf. 1:5-7; Rom_6:3-11; Rom_8:17; Col_2:12), dice que, así como Cristo se mostró débil en su pasión y muerte, pero se mostró potente en su resurrección y gloria, así también él, que ha venido mostrándose débil (cf. 1:23), podrá usar del fuerte poder de Cristo, no sólo para obrar milagros y señales extraordinarias, como ya tiene demostrado (cf, 12:12), sino para castigar duramente a los rebeldes. Esa será la prueba que buscan experimentar (v.3). Parece que con esta expresión alude San Pablo a insinuaciones maliciosas sembradas por sus adversarios, poniendo en duda su autoridad de apóstol y pidiendo una prueba de que Cristo hablaba verdaderamente en él. San Pablo responde que, si se ve obligado, aportará esa prueba, obrando con energía en nombre de Cristo.
En relación con esa prueba han de entenderse los términos examinaos., probaos., reprobados. de los v.5-7. Dice el Apóstol que, en vez de andar pidiéndole a él pruebas, lo mejor sería que ellos mismos se pusiesen a prueba, para ver si Jesucristo está verdaderamente en ellos y son auténticos cristianos; si no lo encuentran, es señal de que están reprobados o, como hoy diríamos, descalificados, pues no han resistido la prueba (v.5). Por lo que a mí toca, añade el Apóstol, confío que con ese examen os daríais cuenta de que no estoy reprobado, es decir, descalificado, sino que soy verdadero apóstol (v.6). Y todavía añade: prefiero que os portéis bien, aunque yo tenga que aparecer reprobado, es decir, sin poder usar la prueba de mi autoridad de apóstol, castigando a los culpables (v.7); pues ciertamente yo no la podría usar, ya que nada podemos contra la verdad, o lo que es lo mismo, no tenernos poder para castigar sin motivo, simplemente para mostrar nuestra autoridad (v.8). En los v.9-10 repite prácticamente la misma idea de los v.7-8, mostrando sus deseos de que no tenga que ejercer su autoridad, pues ello es señal de que los corintios están fuertes en la vida cristiana; y lo que él quiere es que sus hijos sean perfectos, reformando lo defectuoso y caminando siempre hacia Dios. Su persona no cuenta; es el bien de sus hijos lo que le preocupa.




Epilogo, 13:11-13.
11 Por lo demás, hermanos, alegraos, perfeccionaos, anímaos, tened un mismo sentir, vivid en paz, y el Dios de la caridad y de la paz será con vosotros. 12 Saludaos mutuamente en el ósculo santo. Todos los santos os saludan. 13 La gracia del Señor Jesucristo y la caridad de Dios y la comunicación del Espíritu Santo sean con todos vosotros.

A este breve epílogo con que San Pablo termina su carta, bien pudiéramos poner por título el conocido adagio latino: Post nubila phoebusl Sin duda quiso dejar a los corintios un gusto de suavidad, después de tantas cosas fuertes y amargas como les ha dicho: que se muestren siempre alegres 212, que tiendan a la perfección, que tengan un mismo sentir, sin divisiones ni rivalidades, y Dios estará con ellos (v.11). La expresión ósculo santo (v.12), símbolo de la fraternidad cristiana, ya la explicamos al comentar 1Co_16:20. Los santos, de quienes manda saludos, son los cristianos de Macedonia, desde donde escribía la carta (cf. 9:2-4).
En el augurio final (v.13) tenemos un testimonio explícito del dogma de la Trinidad. Probablemente no hay ningún otro pasaje en las cartas paulinas donde, con la concisión y brevedad con que aquí se hace, se exprese tan claramente ese dogma. San Pablo coloca en una misma línea a Jesucristo y al Espíritu Santo con Dios Padre, contribuyendo los tres por igual, cada uno en su esfera de apropiación, a la obra común de nuestra salud. Si pone en primer lugar a Jesucristo, es debido probablemente a que lo primero que acudió a su pensamiento fue la fórmula que le era familiar: Que la gracia de Jesucristo sea con todos vosotros (cf. Rom_16:20; 1Co_16:23; Gal_6:18), pero que aquí desarrolló más, mencionando también al Padre y al Espíritu Santo. No obstante que coloque a los tres en la misma línea, no hay el menor indicio, ni aquí ni en los otros escritos de Pablo, de que esté pensando en tres dioses juntos, al estilo de las religiones paganas. Su concepción es la de un Dios, que crea y redime el mundo por Cristo en el Espíritu.

196 Algunos autores opinan que la ofensa fue dirigida a Pablo, pero más bien en la persona de alguno de sus representantes. El P. Benoit, por ejemplo, es de opinión que la ofensa tuyo lugar cuando San Pablo estaba ya de vuelta en Efeso, siendo ello ocasión de que suprimiera su anunciada próxima visita (2Co_2:1), sustituyéndola por la carta en lágrimas. Todas estas variantes no afectan a la sustancia de la tesis. Juzgamos, sin embargo, más probable que la ofensa fue hecha directamente a la persona de Pablo, como pide el sentido obvio de los textos. 197 Cf. L. Cerfaux, L'dntinomie paulinienne de la vie apostoliqué: Recueil L. Cerfaux, II (Gembloux 1954) p.455-467. 198 Cf. L. Cerfaux, £1 cristiano en San Pablo (Madrid 1965) ?·? 54· 199 Cf. J. Héring, La seconde építre de S. Paul aux Corinthiens (Neuchátel 1958) ? .45· En el mismo sentido se expresa L. Cerfaux: Las expresiones hombre interior y hombre exterior, inusitadas en la lengua paulina, son platónicas. Pablo las llevaba en sí, y la emoción las hace emerger (Itinerario espiritual de San Pablo, Barcelona 1968, p.115)· 200 En realidad, hombre interior viene a equivaler corrientemente para Pablo a hombre nuevo (= regenerado por la gracia de Cristo), de que habla en otras ocasiones (cf. Efe_2:15; Efe_4:24; Col_3:10); sin embargo, conceptualmente son nociones distintas. La idea de hombre nuevo, en contraposición a hombre viejo (cf. Efe_4:22; Col_3:9; Rom_6:6), es noción específicamente cristiana, que tiene su base y punto de arranque exclusivamente en el campo de la redención llevado a cabo por Cristo; mientras que la idea de hombre interior es más amplia y neutral, aplicable al hombre según una realidad que se da incluso en el pecador, como parece ser el caso de Rom_7:21-25. Podríamos decir que hombre nuevo es el hombre interior renovado por la acción del Espíritu. 201 Ha sido opinión bastante corriente entre los teólogos la de interpretar la suficiencia de que se habla en el v.5 como alusiva a toda la vida cristiana. El Apóstol establecería aquí un principio general: sin la ayuda de la gracia no podemos hacer ni pensar cosa alguna (ni acciones ni pensamientos) saludable en el orden sobrenatural. Es en este sentido que cita el texto paulino el concilio Arausicano II (Denz. 180). Luego, en el v.6, se haría una aplicación al caso concreto del apostolado, afirmando que es Dios quien hace a los apóstoles ministros idóneos del Evangelio, enriqueciéndolos con los dones necesarios para el desempeño de su misión. Sin embargo, dado el contexto, más bien creemos, con la mayoría de los exegetas actuales, que San Pablo se refiere a la suficiencia para el apostolado ya desde el v.s. Eso no es obstáculo para que podamos decir también lo mismo de toda la vida cristiana, como ha definido la Iglesia contra pelagianos y semipelagianos. Añadamos que donde nosotros hemos traducido poner en cuenta, muchos traducen pensar alguna cosa, como hace también la Vulgata latina (cogitare aliquid)· La traducción es posible, aunque en este contexto la juzgamos menos probable. De suyo, eso no afecta a la cuestión de si en este lugar se trata de suficiencia para el apostolado o para toda obra buena en general. 202 Cf. J. Dupont, Le chrétien miroir de la gloire divine d'aprés I1Co_3:18 : Rev. Bibl. (1949) 392-411. 203 Cf. F. Prat, La Théologie de S. Paul II (París 1937) p.522-529; C. Lattey, Dominus autem Spiritus est: Verbum Domini 20 (1940) 187-189; B. Schneider, Dominus autem spiri' tus est (Roma 1951); L. Cerfaux, Jesucristo en San Pablo (Bilbao 1963) p.246-248. 204 Cf. A. Feuillet, La demeure celeste et la destinée des Chrétiens: Rech. Se. Relig. (1956) 161-192 y 360-402. 205 Gf. L. Cerfaux, Itinerario espiritual de San Pablo (Barcelona 1968) p.iiS- 206 Cf. B. Rey, Crees dans le Christ Jesús. La creation nouvelle selon S. Pauí (París 1966). 207 Evidentemente, bajo el término Belial se designa aquí al demonio. Muchos códices tienen Beliar en vez de Belial, lección que consideran críticamente preferible bastantes autores. Desde luego, en la literatura judía extrabíblica (Testamento de los doce patriarcas, Libro de los jubileos, etc.) es corriente el nombre de Beliar para designar al jefe de los espíritus malignos. Probablemente se trata de la palabra hebrea beliyaal, usada frecuentemente en el Antiguo Testamento como nombre común en sentido de inútil o perverso (cf. Deu_13:14; 1Sa_1:16), y que luego el judaismo tardío, con la grafía Beliar, convirtió en nombre propio para designar a Satanás. 208 Ya en 1Co_3:16-17 la comunidad de Corinto es llamada templo de Dios. Tenemos una espiritualización de la idea de templo, que también encontramos en Qumrán. 209 NO es claro qué signifique la expresión ser de Cristo en boca de los adversarios de Pablo (? .?), de quienes parece que él la recoge. En realidad, todos los cristianos, en cuanto tales, somos de Cristo (cf. 1Co_3:23; Gal_3:29); pero parece que ellos le daban un sentido particular, de manera que fuese algo distintivo suyo, no nota común a todos los cristianos. Es por eso por lo que algunos autores relacionan estos agitadores judaizantes, con quienes ahora se enfrenta Pablo, con los del partido de Cristo de que habla en 1Co_1:12. Sin embargo, la cosa es dudosa. Bien puede ser que no quisieran significar sino que eran apóstoles o ministros de Cristo (cf. 11:13.23). 210 Como es opinión corriente entre los autores modernos, interpretamos la expresión preclaros apóstoles (.??? ???????? ????????? ) como alusiva irónicamente a los falsos apóstoles contra los que San Pablo viene hablando. Creemos que es ésta la interpretación más en consonancia con todo el contexto (cf. 10:12; 11:13.23)· Debemos notar, sin embargo, que en la antigüedad, empezando por San Juan Crisóstomo, se vio ahí una alusión a los Doce, afirmando Pablo que en nada era inferior a ellos. La ironía que parece llevar consigo el término preclaros, recaería, no sobre los mismos apóstoles, contra cuya conducta Pablo o tenía nada que objetar, sino contra sus adversarios de Corinto, que abusaban del nombre y autoridad de los Doce para rebajarle a él. Sería el mismo caso que en , cuando les llama los que eran algo (oi ????????? ). 211 Que San Pablo aluda a una enfermedad, fue ya opinión de algunos Padres, corno San Basilio y San Agustín. Otros, en cambio, como Teodoreto y el Crisóstomo, interpretaron las expresiones del Apóstol cual si estuviera aludiendo a las persecuciones continuas que hubo de sufrir, particularmente de parte de los judíos, sus hermanos seg''m la carne. Esta opinión la defienden todavía hoy algunos modernos (Bonnard, Andriesen, Gutiérrez). Creemos, sin embargo, que no es fácil aplicar a las persecuciones la imagen de espina en la carne, ni que sean las persecuciones lo más apto para no engreírse, sobre todo si vienen también triunfos, como acaeció a San Pablo. En la Edad Media, a partir ya de San Gregorio Magno y Casiano, prevaleció otra interpretación. Fue corriente, particularmente entre los autores espirituales, ver en las expresiones de San Pablo una alusión a la concupiscencia o tentaciones de lujuria. Creemos que esta opinión tiene todavía menos apoyo en el texto que la anterior. Parece incomprensible que San Pablo, descubriendo cosas de su intimidad, hiciese el juego a sus adversarios, que fácilmente tomarían de ahí ocasión para calumniarle; además, puesto que la espina en la carne la incluye entre sus debilidades, no es fácil que el Apóstol dijera que gustosamente se gloriaba en las tentaciones (v.g). 212 Es significativa la abundancia en los primeros siglos de nombres que indican alegría: Gaudentius, Hiíarius, lucundus, Laetus, Vt'ctorinus, etc.

Comentario de Santo Toms de Aquino


Lección 2: 1 Corintios 13,5-10
Amonesta a los Corintios para que por sí mismos vean si scu reprobos o elegidos, y lo harán si cada quien examina su propia fe y sus obras, y ora para que no sean reprobados.
5.Probaos a vosotros mismos si permanecéis en la fe: vosotros mismos examinaos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos como que Jesucristo está en vosotros? A no ser que estéis reprobados.
6.Espero conoceréis que nosotros no estamos reprobados.
7.Rogamos a Dios que no hagáis ningún mal, no para que nosotros aparezcamos aprobados, sino para que vosotros hagáis el bien, aunque nosotros pasemos por reprobos.
8.Porque nada podemos contra la verdad, sino en favor de la verdad.
9.Porque nos regocijamos por ser nosotros flacos, siendo vosotros fuertes. Por lo que oramos es por vuestra consumación.
10.Porque por eso escribo estas cosas ausente, para que presenté no sea yo más duro conforme a la potestad que el Señor me dio para edificación y no para destrucción.
Tras de la conminación del severo juicio de Dios, agrega el Apóstol una admonición como preparación para que no sufran el severo juicio; y primero pone la propia admonición, y luego indica la razón de ella: Porque por eso escribo estas cosas ausente, etc. Acerca de lo primero hace dos cosas. Primero pone la admonición; luego excluye la falsa suposición: Rogamos a Dios, etc. Acerca de lo primero hace dos cosas. La primera, amonestar, para que se examinen; la segunda, indicar a qué pueden llegar por tal examen: ¿O no os, conocéis a vosotros mismos? etc. Acerca de lo primero débese saber que quien quiera comparecer tranquilamente en juicio, debe primero examinarse en cuanto a sus acciones, y así podrá saber que comparece con seguridad. Por lo cual los amonesta el Apóstol para que antes de presentarse en juicio, lo que será al visitarlos él, se examinen, diciéndoles: Probaos a vosotros mismos, esto es, examinad y considerad vuestros actos. Examinad todas las cosas, y retened lo bueno, etc. (1Th 5,21). Ahora bien, los amonesta para que se examinen sobre dos cosas, a saber sobre la fe. Por lo cual dijo: si permancéis en la fe, la que os prediqué, y que por mí recibisteis de nuestro Señor Jesucristo, o si os olvidasteis de ella para caer redondos en otra. Y esto es necesari.o porque en 1Co 11,31 se dice: Si nosotros entrásemos en cuentas con nosotros mismos, ciertamente no seríamos juzgados. Mira tu conducta (Jerem. 2,23). Y también sobre las obras. Por lo cuaí dice: vosotros mismos examinaos, a saber, si permanecéis en el bien obrar y no os remuerde la conciencia por haber hecho algo malo. Lo cual es provechoso, porque en 1Co 1 1,28 se dice: Por lo tanto, examínese a sí mismo el hombre, etc.; y en Sálatas 6,4: Examine cada uno sus propias obras.
En seguida, al decir: O no os conocéis a vosotros mismos, etc., muestra lo que podrían encontrar mediante tal examen. Y primero lo que en sí mismos hallarían; luego, lo que en el Apóstol encontrarían: Espero conoceréis, etc. Ahora bien, en sí mismos dos cosas podrían encontrar mediante el examen, porque o sabrían que se mantienen en la fe, y así podrían descubrir y conocer que Cristo está en ellos, y esto lo expresa asir ¿O no os conocéis a vosotros mismos como que Jesucristo está en vosotros?, esto es, ¿si os examinarais sabríais que conserváis la fe y conoceríais que Cristo está en vosotros? Como si dijera: ciertamente, porque donde está la fe de Cristo, allí está Cristo. Que Cristo habite en vuestros corazones, etc. (Ep 3,17). ¿No sabéis que vuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo, que habita en vosotros? (1Co 6,19). O sabrían que no permanecen en la fe, y así descubrirían que están reprobados. Por lo cual dice: A no ser que estéis reprobados, esto es, que verdaderamente descubráis que poseéis a Cristo, a no ser que hayáis abandonado la fe y seáis reprobados por Aquel que primero poseísteis por la fe. Tú me abandonaste, dice el Señor, y me volviste las espaldas (Jerem. 15,6). No han sido consumidas las maldades de aquéllos, plata espuria, etc. (Jerem. 6,29-30).
Objeción. Pero aquí se trata literalmente de lo que dice así: ¿O no os conocéis a vosotros? etc. Porque Cristo permanece únicamente en los que poseen la caridad, como se dice en 1 Juan 4,8: Dios
es caridad, etc. Así es que si conocemos que Cristo permanece por la fe en nosotros, es forzoso que esto sea por la fe formada. Así es que conociendo de este modo que Cristo está en nosotros, sabremos que poseemos la caridad por la que se informa la fe, lo cual es contra aquello del Eclesiastés 9,1: Nadie sabe si es digno de amor o de odio.
Respuesta. Débese decir que el habitar Cristo en nosotros se puede entender de dos maneras: o bien en cuanto al entendimiento, o bien en cuanto al afecto. Si en cuanto al entendimientoA de esta manera habita 1 en nosotros por la fe inforrñe. Y de esta manera nada nos impide conocer con certeza que Cristo habita enr nosotros, sabiendo que conservamos la fe que la 1glesia Católica enseña y conserva. Mas si es en cuanto al afecto, de esta manera vive Cristo en nosotros por la fe formada, y de esta manera nadie puede saber que Cristo inhabite en nosotros, o bien que poseamos la caridad, si no es por revelación y especial gracia concedida a alguno con certeza; aunque nada nos impide poder saber por cierta conjetura que permanecemos en la caridad, a saber, cuando alguien se encuentra de tal manera preparado y dispuesto, que por nada temporal querría hacer de ninguna manera algo contra Cristo. Si nuestro corazón no nos redarguye, podemos acercarnos a Dios con confianza (1Jn 3,21). Y es claro que el Apóstol habla del primer modo. O bien se habla también del conocimiento que se tiene por cierta conjetura, como se ha dicho. Ahora bien, la prueba procede en cuanto al segundo modo, y del conocimiento que se tiene por certeza. Ahora bien, qué es lo que podrían encontrar en el Apóstol lo agrega diciendo: Espero conoceréis, etc. Porque como estos Corintios podrían decir: nosotros no estamos reprobados, y por eso no presentamos tus pruebas, porque no son rectas sino dignas de reprobación, dice en consecuencia: Sea de vosotros lo que sea, espero, sin embargo, que por nuestra vida y doctrina, que os he mostrado, conozcáis que no estamos reprobados, pues no hemos enseñado nada malo, ni hemos sido excluidos de la potestad que decimos tener. Por el semblante es conocido el hombre (Sir 19,26). Por sus frutos los conoceréis (Mt 7,16).
En seguida, cuando dice: Rogamos a Dios, etc., excluye una suposición. Porque íes había anunciado un severo juicio, mostrándoles su poder para juzgar, e indicándoles que se examinaran, si creían que Cristo estaba en ellos, a no ser que estuviesen reprobados. Sin embargo, pone en duda que Cristo esté con ellos. Y como podrían ellos mismos creer y suponer que el Apóstol se alegraba de que estuviesen reprobados, para en comparación con ellos quedar él como superior y poder ejercer sobre ellos un juicio severo, el Apóstol hace aquí a un lado tal suposición: primero, por la oración que por ellos le dirige a Dios; luego, por el gozo que por ellos experimenta: porque nos regocijamos, etc. Ahora bien, ora porque ellos resulten inocentes y no sean examinados con severidad de juicio. Por lo cual dice: Rogamos a Dios que no hagáis ningún mal; como si dijera: no creáis que deseamos que seáis reprobados, sino que oramos para que ningún mal hagáis. También ruega que él mismo aparezca flaco, con lo cual excluye el apetito de excelencia del Apóstol en comparación con ellos. Por lo cual dice: no oramos para jque nosotros aparezcamos aprobados, esto es, no para presumir de aprobados en comparación con vosotros, sino más bien para que vosotros hagáis el bien (No nos cansemos de hacer el bien: Gal. 6,9; Pórtate varonilmente y cobre aliento tu corazón: Ps. 26,14); aunque ¡nosotros pasemos por reprobos, prescindiendo de la potestad de castigar y juzgar, porque donde no hay culpa todos somos iguales, y ninguno tiene sobre los demás el poder de juzgar. Así es que más bien quiere el Apóstol que sean buenos y no que estén bajo su poder de juzgar. Y que no tenga el poder de juzgar si son buenos lo muestra diciendo: Porque nada podemos contra la verdad; como si dijera: Nosotros no trabajamos ;sino por la verdad, y por ella misma nos mantenemos. Mas es claro que si castigáramos a inocentes obraríamos contra la verdad y contra la justicia. Por lo cual como el Apóstol no podría obrar contra la verdad, sino a favor de la verdad, esto es, a favor de la justicia, claro es que no castigaría a inocentes. Débese notar (según Agustín en la Glosa) que para evitar los pecados se requieren dos cosas, a saber, el libre albedrío y la gracia de Dios. Porque si el libre albedrío no fuese necesario, jamás se le darían al hombre ni preceptos, ni prohibiciones ni exhortaciones. En vano también se fijarían penas. También la gracia es necesaria, porque si no
rigiera Dios a todos por su gracia no podría el hombre mantenerse en pie. También le pediríamos en vano que no nos deje caer en tentación. Por lo cual, mostrando el Apóstol que una y otra cosa son necesarias, ruega para obtener la gracia de Dios y amonesta para que por el libre albedrío se aparten del mal y hagan el bien. Por lo cual dice: Rogamos, en cuanto a lo primero; que no hagáis ningún mal, en cuanto a lo segundo.
En seguida, cuando dice: Nos regocijamos, etc., hace a un lado la falsa suposición por el gozo que experimenta por el bien de ellos mismos. Y primero pone el gozo que experimentó por la inocencia de ellos; luego, la oración que hace por la perfección de ellos mismos: por lo que oramos es por vuestro perfeccionamiento. Así es que dice: oramos por que aparezcáis aprobados, y nosotros flacos, y esto se ve por nuestros sentimientos, porque nos alegramos de que entre vosotros haya algunos buenos e inocentes, por lo cual no funciona en nosotros la potestad de juzgar, y aparecemos flacos. Y esto lo dice así: Nos regocijamos por ser nosotros flacos, esto es, no ejerciendo nuestra potestad siendo vosotros fuertes, esto es, de tal manera obrando el bien y venciendo a los vicios, que quedéis substraídos a nuestra potestad de juzgar. Porque cuando alguien obra mal, se somete a la potestad del juez, y en cambio obrando bien la aparta de sí. ¿Quieres no tener que temer al Poder? Pórtate bien (Rm 13,3). Nosotros flacos, vosotros fuertes (1Co 4,10). De este gozo se dice en Fil 2,17: Me gozo y me congratulo con todos vosotros. Y no sólo nos alegramos por estas cosas, sino que también, por encima de esto, oramos por vuestra consumación, esto es, por vuestro perfeccionamiento. Porque en las cosas naturales vemos que cada cosa natural tiende naturalmente a su perfección, por la q.ue tiene un deseo natural. Por lo cual a cada cosa se le da una virtud natural para que pueda alcanzar su perfección natural. Ahora bien, la gracia se le da al hombre por Dios, por la cual alcance el hombre su última y perfecta consumación, o sea, ia bienaventuranza, por la cual tiene un natural deseo. De aquí que cuando alguien no tiende a su perfección, es señal de que no tiene la suficiente gracia de Dios. Por ¡o cual, para que éstos pudieran crecer en gracia, el Apóstol ruega que sean perfeccionados. Lo que pido es que vuestra caridad crezca más y más (Ph.
1,9). Tomad las armas todas de Dios, para poder resistir en el día aciago, etc. (Ep 6,13).
Habiendo dado la admonición, indica su causa, diciendo: Porque por eso escribo estas cosas ausente. etc., esto es, por eso estando ausente os escribo estas cosas, amonestándoos, no sea que alguien me obligue a obrar contra mi voluntad, que consiste en no hacer nada con dureza contra vosotros, mientras no sea "orzado por vosotros. Por lo cual dice: para que presente no sea yo más duro contra vosotros de lo que ye quisiera o vosotros quisierais. Verdaderamente que a los unos los probaste como padre que amonesta (Sab. 1 1,2). Que no me vea obligado, cuando esté enfe vosotros, a obrar con la osadía que se me atribuye, etc. (2Co 10,2). Pero como los Corintios podrían decir: ¿Por ventura, oh Apóstol, aun cuando nos portáramos bien, no podrías obrar duramente contra nosotros?, contesta diciendo: No; porque no quiero ni puedo obrar sino conforme al poder que recibí de Dios. Y Dios me dio esta potestad, de ligar y desligar, para edificación, no para destrucción, esto es, para edificaros, no para destruiros. Y si os corrigiera duramente, no edificaría sino que destruiría. Aun cuando yo me gloriase un poco más de la potestad que el Señor nos dio para vuestra edificación, etc. (2Co 10,8). Ahora bien, fue esta potestad la que Dios le dio a Pablo (Hch 9). Separadme a Saulo y a Bernabé para la obra (Hch 13,2).

Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Nuevo Testamento (Verbo Divino, 2004)



60 13,1. por el testimonio de dos o tres testigos se zanjará todo asunto: El contexto hace improbable una alusión a las acusaciones contra Pablo (12,16). Dt 19,15 se llegaba a entender en el sentido de que los malhechores debían ser advertidos de la posibilidad de castigo (véase H. van Vliet, No Single Testimony [Studia theologica rhenotraiectina 4, Utrecht 1958] 43-62), y esto encaja perfectamente con el versículo siguiente. 2. Dos marcos temporales complican la frase. «Dije antes» va con «estando presente la segunda vez» y hace referencia a un tiempo anterior al presente. «Digo de antemano» va con «estando ahora ausente» y se refiere al presente comparado con el futuro. La idea principal es que a los corintios se les han hecho las advertencias requeridas, y en consecuencia Pablo será libre de castigarles si no han cambiado para cuando él llegue. Hoti, «que», introduce lo que Pablo dijo durante su segunda visita. 3. deseáis una prueba de que Cristo habla en mí: La pretensión de Pablo (2,17; 5,20); 12,19) quedará confirmada por el ejercicio de su autoridad para castigar. 4. Lo mismo que Cristo es a la vez débil y fuerte, según la perspectiva desde la cual se le contempla, así es también Pablo. Si los corintios están convencidos acerca de aquél (10,10b), no debieran tener dudas acerca de éste.
(Jackson, B. S., «Testes Singulares in Early Jewish Law and the New Testament», Essays in Jewish and Comparative Legal History [SJLA 10, Leiden 1975] 172-201.)
61 5. examinaos a vosotros mismos: A quienes lo examinaban, Pablo les advierte que sería más adecuado que se examinaran a sí mismos. ¿Han entendido correctamente a Cristo? Sólo cuando hayan llegado a una correcta comprensión de Cristo (véase el comentario a 1 Cor 2,8) entenderán el modo en que Pablo lleva a cabo su ministerio. 6. Pablo se aplica el mismo criterio. 7. rogamos: Lo que le interesa, no obstante, es el éxito de ellos, no el suyo propio. El enfado de Pablo ha perdido casi completamente su ímpetu. 8. la verdad: Dentro del contexto, esta máxima general (cf. 1 Esd 4,35.38) debe modificar la posibilidad del fracaso de Pablo según se indicaba en el v.7. 9. A Pablo no le importa que ellos lo consideren débil (compárese 1 Cor 4,10), siempre y cuando sean fuertes en la fe (v. 5). 10. Este resumen de la idea central de los caps. 10-13 resulta absolutamente incompatible con el contenido de los caps. 1-9, y confirma así la división de 2 Cor en dos cartas. La formulación se hace eco de 10,8.
62 (IX) Conclusión: Palabras y saludo finales (13,11-13). 11. alegraos, sed perfectos, atended a mi llamamiento, tened un mismo sentir, vivid en paz: Los impvs. dejan entrever, tanto el interés de Pablo por los corintios, como su reconocimiento del problema existente en su relación. 12a. con un beso santo: Véase el comentario a Rom 16,16. 12b. todos los santos: La mayoría de las traducciones protestantes (p.ej., RSV, NEB, NIV) numeran esta frase como v. 13. santos: Los cristianos (véase el comentario a 1 Cor 1,2) de Macedonia occidental o lliria (? 4 supra). 13. Sólo Ef 5,23 es comparable a esta bendición triádica, que no es una fórmula trinitaria en sentido dogmático, la gracia de nuestro Señor Jesucristo: Véase 1 Cor 16,23; Flp 4,23; 1 Tes 5,28; Rom 16,23. el amor de Dios: El amor que fluye de Dios se manifiesta en la gracia llena de fuerza (12,9) dada por Cristo, que crea «la común unión del Espíritu Santo». El valor del gen. es objeto de discusión, pero la comunión dada por el Espíritu debe traducirse en koinónia con el Espíritu (cf. Flp 2,1).
(Panilulam, G., Koinonia in the NT [AnBib 85, Roma 1979], Riesenfeld, H., «Was Bedeutet Gemeinschaft des heiligen Geistes? Zu 2 Kor 13:13; Phil 2:1 und Rom 8:18-30», Communio Sanctorum [Fest. J.-J. Almen, ed. A. de Pury, Ginebra 1982] 106-13. Schneider, B., «He koinónia tou hagiou pneumatos (2 Cor 13:13)», Studies Honoring /. G. Brady [ed. R. S. Almagno et al., Franciscan Inst. Pub. Theol. Series 6, Nueva York 1976] 421-47.)
[Traducido por José Pedro Tosaus Abadía]

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Pablo amenaza con tomar severas medidas

1 Pablo advierte a los corintios que si, cuando vuelva a la ciudad en su tercera visita, intentan acusarlo de alguna mala conducta, entonces por la boca de dos o tres testigos se decidirá todo asunto. El requisito de que las acusaciones fueran confirmadas por dos o tres testigos se encuentra en Deut. 19:15 y fue incorporado por Jesús en sus instrucciones a los discípulos, con respecto a la disciplina en la iglesia (Mat. 18:16; ver también Juan 8:17; 1 Tim. 5:19; Heb. 10:28; 1 Jn. 5:8).

2-4 Pablo también les advierte que, dado que están exigiendo pruebas de que Cristo habla a través de él, cuando él llegue las tendrán. No será la clase de prueba que ellos esperan (visiones y revelaciones, señales y prodigios, etc.); en cambio, será el ejercicio del poder de Cristo para disciplinar a los ofensores. Les recuerda que Cristo fue crucificado en debilidad, pero vive por el poder de Dios, y de la misma manera él mismo, aun siendo débil, obrará con ellos con el poder de Dios.

5, 6 Quizá los corintios tengan en mente lanzar acusaciones contra él y someter a comprobación sus afirmaciones de que es un apóstol genuino, pero aquí Pablo les dice que se examinen a sí mismos, para asegurarse de que están en la fe. Les recuerda que Cristo Jesús mora en ellos (con todas las implicaciones morales de este hecho: cf. 1 Cor. 3:16; 6:19, 20), ¡a menos que no aprueben el examen! Luego, Pablo dice: Pero espero que reconozcáis que nosotros no estamos reprobados (es decir, que hemos aprobado el examen). Esta afirmación es un tanto sorprendente, ya que el contexto nos lleva a pensar que la expectativa de Pablo era que los corintios serían los que debían pasar la prueba. La explicación es que al examinarse a sí mismos, y llegar a la conclusión de que sí están firmes en la fe, los corintios reconozcan, al mismo tiempo, que Pablo no reprobó el examen. Si ellos están firmes y Cristo mora en ellos, es por lo que han recibido del ministerio de Pablo, y esto, a su vez, comprueba que él es un verdadero apóstol, uno que ha aprobado el examen.

7-9 La oración de Pablo por los corintios es que no hagáis nada malo. Su preocupación es el bienestar de los corintios, no su propia reputación. Su afirmación de que no podemos nada contra la verdad, sino a favor de la verdad, puede entenderse mejor como significando que Pablo jamás podría actuar en forma contraria al evangelio o sus implicaciones morales.

10 Pablo resume el propósito de su carta: Os escribo esto estando ausente, para que estando presente no use de dureza conforme a la autoridad ... En los caps. 10-13 Pablo amenazó varias veces con hacer uso severo de la autoridad (10:5, 6, 11; 12:20; 13:1-4); sin embargo, lo que dice aquí pone en claro que todo ese tiempo estaba esperando no tener que llegar a eso (cf. 10:2; 12:19-21). Por ello podemos decir que el propósito de los caps. 10-13 es el de recordar a los corintios su debida fidelidad a Pablo y a su evangelio, y así evitar que él deba hacer uso severo de su autoridad sobre ellos.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XIII.

1 He threatneth seueritie, and the power of his Apostleship against obstinate sinners. 5 And aduising them to a triall of their faith, 7 and to a reformation of their sinnes before his comming, 11 He concludeth his Epistle with a generall exhortation and a prayer.
1 This is the third time I am comming to you: in the mouth of two or three witnesses shal euery word be established.
2 I told you before, and foretell you as if I were present the second time, and being absent, now I write to them which heretofore haue sinned, and to all other, that if I come againe I will not spare:
3 Since ye seeke a proofe of Christ, speaking in me, which to you-ward is not weake, but is mightie in you.
4 For though hee was crucified through weaknesse, yet he liueth by the power of God: for wee also are weake [ Or, with him.] in him, but wee shall liue with him by the power of God toward you.
5 Examine your selues, whether ye be in the faith: proue your owne selues. Know yee not your owne selues, how that Iesus Christ is in you, except ye be reprobates?
6 But I trust that yee shall knowe that we are not reprobates.
7 Now I pray to God, that ye doe no euill, not that we should appeare approued, but that ye should doe yt which is honest, though we be as reprobates.
8 For wee can doe nothing against the trueth, but for the trueth.
9 For wee are glad when wee are weake, and ye are strong: and this also we wish, euen your perfection.
10 Therefore I write these things being absent, lest being present I should

[Inconstancie.]

vse sharpnesse, according to the power which the Lord hath giuen me to edification, and not to destruction.
11 Finally, brethren, farewell: Bee perfect, bee of good comfort, bee of one minde, liue in peace, and the God of loue and peace shalbe with you.
12 Greet one another with an holy kisse.
13 All the Saints salute you.
14 The grace of the Lord Iesus Christ, and the loue of God, and the communion of the holy Ghost, be with you all. Amen.
The second Epistle to the Corinthians, was written from Philippos a citie of Macedonia, by Titus and Lucas.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Últimas exhortaciones. Los corintios reconocen el poder de Cristo, probablemente en los signos y prodigios realizados en su nombre. En Pablo sólo ven la debilidad: o porque desean un jefe dominador o porque se burlan de su ineficacia.
El Apóstol se verá forzado a hacer una demostración del poder de gobierno recibido que actúa en y por su aparente debilidad. Irá dispuesto a entablar un juicio. Antes, sin embargo, les ofrece la posibilidad de evitarlo haciendo un examen de conciencia y manifestando su conversión. De ese modo serán sus propios jueces. El criterio de este auto-examen deberá ser la presencia activa, experimentada, de Cristo en sus vidas (cfr. Rom_2:15-16).
Pablo aprovecha la ocasión para retomar una constante de su teología y espiritualidad: el misterio pascual de muerte y resurrección, consumado por Cristo y participado por el Apóstol. Cristo pudo sufrir en cuanto «hombre débil» (cfr. Flp,Rom_2:5-8), pero resucitó por el poder de Dios (cfr. Rom_1:4; 1Co_6:14). Si en la segunda visita el Apóstol apareció como «débil», ahora está decidido a mostrarse como «fuerte», si fuera necesario. Quiere evitarlo invitando a los corintios a examinarse sinceramente para comprobar si Jesucristo vive en ellos. Si experimentan en ellos el poder y señorío de Cristo, tendrán que reconocer su palabra eficaz en la de Pablo. Concluye reafirmando el cometido que se le ha asignado: edificar y no destruir (cfr. 10,8).

Comentario al Nuevo Testamento (EUNSA, 2008)

El Apóstol muestra cómo él actúa conforme a Cristo (vv. 1-4). El Señor, durante su vida terrena quiso mostrarse débil -especialmente al permitir su pasión y muerte-; sin embargo, en su resurrección gloriosa manifestó su poder divino, antes oculto. De manera semejante, Pablo, que ha venido mostrándose débil -soportando con paciencia a los rebeldes-, piensa utilizar ahora su autoridad apostólica, recibida de Dios. A continuación (vv. 5-10), les exhorta a corresponder a la gracia. «Para evitar los pecados son necesarias dos cosas: el libre albedrío y la gracia de Dios. (...) Por eso, mostrando que ambas cosas son necesarias, el Apóstol ruega a Dios para conseguir la gracia, y amonesta que mediante el libre albedrío se alejen del mal y hagan el bien» (S. Tomás de Aquino, Sup. epist. ad 2 Cor. in loc.).


Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Co_10:8; Jer_1:10

NOTAS

13:10 Esta recapitulación sólo es aplicable a los caps. 10-11 , y es totalmente incompatible con el contenido de los caps. 1-9 . Esto corrobora la división de 2 Co en dos epístolas.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Co_10:8; Jer_1:10

NOTAS

13:10 Esta recapitulación sólo es aplicable a los caps. 10-11 , y es totalmente incompatible con el contenido de los caps. 1-9 . Esto corrobora la división de 2 Co en dos epístolas.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



1. Deu_19:15. Ver 2. 1.

12. Ver nota Rom_16:16.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

2Co 10:8; Jer 1:10.

Greek Bible (Septuagint Alt. Versions + SBLGNT Apparatus)

ὁ κύριος ἔδωκέν μοι WH Treg NA28 ] ἔδωκέν μοι ὁ κύριος RP

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*13:1-10 Las afirmaciones sobre el anuncio de la tercera visita, difíciles de determinar concretamente en algunos casos, vuelven a mostrar la fuerte conciencia de reciprocidad que tiene Pablo respecto de sus cristianos.

Biblia Peshitta en Español (Holman, 2015)

a 2Co 10:8

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 13.2 Mi segunda visita: Véase 2.1 n.

Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)



[=] *2Cor 10:8 *Jer 1:10

Torres Amat (1825)



[1] Deut 19, 15; Mat 18, 16.