Comentario de Santo Toms de Aquino
Lección 2: 2 Corintios 2,5-11Quiere que usen de misericordia con el afligido fornicador, aun cuando pondera su culpa y su pena.
5.Si alguno me ha causado tristeza, no me la ha causado a mí, sino en parte, para cargároslo a todos vosotros.
6.Bástele al tal esta corrección aplicada por tantos.
7.Más bien debéis, pues, al contrario, perdonarlo y consolarlo, no sea que se consuma en excesiva tristeza éste tal.
8.Por lo cual os exhorto que lo confirméis en la caridad.
9.Pues por esto os escribo, a fin de conocer por vuestra prueba si en todas las cosas sois obedientes.
10.A quien vosotros perdonáis algo, yo también. Porque lo que he perdonado, si algo he perdonado, ha sido por vosotros en persona de Cristo.
11.Para que no nos sorprenda Satanás. Pues no ignoramos sus maquinaciones.
Habiendo indicado el Apóstol la causa de su demora -por no causar tristeza- y hablado de su aflicción, aquí consiguientemente habla de quien lo ha entristecido. Y acerca de esto hace tres cosas. Porque primero pondera la culpa de quien lo ha contristado; segundo, la pena que se le infligió por su culpa: Bástele al tal, etc.; tercero, los exhorta a tener misericordia de aquei infeliz: Más bien debéis, pues, aj contrario. Así es que primero dice: Os escribí por las muchas lágrimas que derramé por la tristeza que sentí y por la pena que se le debía infligir al que pecó. Pero si alguno me ha causado tristeza es aquel fornicario fuera de toda regia, del cual se dice en 1Co 5,1: Es ya del
dominio público que entre vosotros hay fornicación, y fornicación tai, cual ni siquiera entre los gentiles, etc. Y éste, digo, que ha contristado, no me ha contristado a mí sino en parte, o sea, que no me ha contristado a mí solo, sino a vosotros y a nosotros. No a todos sino en parte. Y esto lo digo para no cargároslo a todos vosotros, esto es, para no imponeros a todos vosotros esta carga hablando irrisoriamente, como si dijera: No sois de tal manera buenos ni me amáis que os doláis todos por mi tristeza y por el pecado del hermano. O bien para no cargároslo a todos vosotros, no nada más a los que no se dolieron por el pecado. O de otra manera habrá que decir, y mejor: No me contristo sino en parte, etc.
Porque hay que saber que a veces alguien se contrista totalmente y a veces no totalmente.
Totalmente se contrista alguien cuando de pura pesadumbre es absorbido por el dolor; y esta tristeza es la que produce la muerte, como se dice adelante (2Co 7,10). Lo cual, según dice el Filósofo, no ocurre en el sabio. Y no se entristece alguien totalmente cuando, a pesar de que padece algún mal o lo ve hacer, se entristece, pero por otras causas buenas se regocija, y tal tristeza es según Dios y se da en el sabio. Así es que no porque diga el Apóstol que se ha contristado se crea que ha sido absorbido totalmente por la tristeza, cosa que no es propia del sabio: dice que se ha contristado en parte, no totalmente. Y conforme a esto se lee así: Me ha causado tristeza el fornicario, por su pecado; pero no me he contristado totalmente, porque aun cuando, por lo que a él toca, por su pecado sienta yo tristeza, sin embargo, por lo que a vosotros toca, por los muchos bienes que hacéis, y también en cuanto a él mismo por la penitencia que hizo, siento gozo. Y digo que en parte, para no cargároslo todo a vosotros, esto es, para no imponeros a vosotros la carga de haberme contristado a mí. Pero para que no por la aflicción del Apóstol quieran castigar todavía más a aquel tal, les dice que ha sido suficiente su castigo, diciendo: Bástale al ta! que me contristó pecando tan gravemente la corrección aplicada por muchos, o sea, que fue tan manifiesta y pública que quedó separado de toda comunión, o sea, excomulgado por la 1glesia y entregado a Satanás como se lee en 1Co 5,5. Es pues suficiente esa pena por las causas dichas. O bien se puede decir que es suficiente, no en cuanto al juicio de Dios, sino en cuanto dejaba libre el tiempo y al individuo. Porque es mejor observar un espíritu de suavidad al corregir para que de la penitencia de la corrección se siga el fruto, que si por corregir más duramente se desespere el pecador y se hunda en mayores pecados. Y por eso se dice en el Eclesiástico,21,5: La arrogancia y las injurias reducen a humo la hacienda. Así es que habiendo sido suficiente la pena y cumplido la penitencia, consiguientemente los induce a tener misericordia de él, diciendo: Más bien debéis, pues, al contrario, etc. Y aquí hace tres cosas.
Lo primero, ordenar que al pecador se le perdone; lo segundo, indicar la razón de ello: no sea que, etc.; lo tercero, llevarlos a cumplir esta orden: por lo cual os exhorto, etc. Así es que primero dice: digo que para este tal fue suficiente la pena, al grado que deseo que al contrario más bien debéis perdonarlo. Absolved, y se os absolverá (Luc. 6,37). Perdonaos mutuamente de la misma manera que Dios os ha perdonado a vosotros en Cristo (Ep 4,32). Y no sólo perdonaos sino que, lo que es más, consolaos: y esto presentándose uno los ejemplos de los pecadores que son restituidos al estado de gracia, como se dice de David, de Pedro, de Pablo y de Magdalena, y por las palabras de Dios: No quiero la muerte del pecador, etc. (Ez. 33,1 1). Amonestad a los desordenados, alentad a los pusilánimes (1Th 5,14). Y agrega la razón de tal admonición: no sea que se consuma en excesiva tristeza este tal. Porque algunos por el pecado y por la pena del pecado se hunden a veces de tal manera en la tristeza, que se ahogan mientras no tienen quien los consuele; lo cual es malo, porque de esto no se sigue el fruto de penitencia que conviene, o sea, la corrección; sino que más bien, desesperando, se entregan a todos los pecados, como Caín cuando dijo: Mi maldad es tan grande que no puedo yo esperar perdón (Gen. 4,13); y en Efesios 4,19 leemos: No teniendo ninguna esperanza, se abandonaron a la disolución. Y por esto se dice en 2 Reyes 2,26 que es cosa peligrosa la desesperación. Y por eso decía David (Sal 68,16): Ni me trague el abismo, etc. Y para que tal cosa no ocurra dice: y consolarlo, para que abandone el pecado. Y este será su fruto, que sea borrado su pecado (Is 27,9).
Ante esto el Apóstol, no sólo por simple razón sino también por otras causas los induce a ello diciéndoles: Por lo cual os exhorto, etc. Y los induce de tres maneras. La primera, con ruegos, diciendo: Por lo cual, no sea que se consuma, os exhorto, pudiendo mandaros. Aunque tengo toda libertad en Cristo para mandarte lo que conviene, etc. (Filem. 8). Lo contrario hacen los malos prelados. Las dominabais con aspereza (Ez. 34,4). Para que lo confirmes en la caridad. Lo cual ocurrirá si lo tratáis con caridad y no abomináis de él por el pecado, ni lo despreciáis sino que por vuestra consolación hacéis que odie él su pecado y que ame la justicia. Y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos (Lc 22,32). La segunda, ordenando, al decir: Pues por esto os escribo, a fin de conocer por vuestra prueba si en todas las cosas sois obedientes. Y dice en todas las cosas, esto es, tanto en las que os agradan como en las que os desagradan. Porque primero les había mandado que lo excomulgaran, y cumplieron esta orden del Apóstol; pero lo segundo que ahora les ordena es que lo perdonen. Y por eso dice: si en todas las cosas sois obedientes. La tercera, por el recuerdo de los beneficios, diciendo: A quien vosotros perdonáis algo, yo también; como si dijera: Vosotros debéis hacer esto porque yo también hice aquello. Porque habiendo vosotros perdonado a alguno, me lo pedisteis a mí, y yo también perdoné. Y esto lo dice así: A quien vosotros perdonáis algo, yo también se lo perdoné. Y esto es innegable. Porque lo que he perdonado, etc.: donde se tocan cuatro cosas necesarias para tal perdón o remisión.
La primera es la discreción, para que no indistintamente y sin motivo se perdone. Y por eso dice: si algo, esto es, de modo debido. Adelántese tu vista a los pasos que des (Pr 4,25). La segunda es el fin, porque no se debe hacer ni por amor ni por odio sino por alguna utilidad de la 1glesia o de algunos. Y por eso dice: por vosotros. La tercera es la autoridad, porque no debe obrar por propia autoridad, sino por la de Cristo, quien perdona los pecados con autoridad; y otros con el ministerio que se les haya dado, y como miembros de Cristo. Y por eso dice: en persona de Cristo, o sea, no por mi propia autoridad. De modo que lo que se perdona lo perdona Cristo. A quienes perdonareis los pecados les quedan perdonados (Jn 20,23). La cuarta es la necesidad, por lo cual dice: para que no nos sorprenda Satanás. Porque a muchos engaña el diablo, a unos arrastrándolos a la comisión de pecados, a otros a la. excesiva rigidez contra los pecadores, con el fin de que si no puede apoderarse de ellos por la perpetración de urr delito, arruinar al menos a los que ya tiene por la rigidez de los prelados, quienes por no corregirlos con misericordia los inducen a la desesperación, y así de esta manera los arruinan, y también a ellos los incluye1 el lazo del diablo. No quieras ser demasiado justo, etc. (Eccle. 7,1 7). Vuestro adversario el diablo ronda como un feón rugiente, buscando a quien devorar (1Pe 5,8). Y esto nos ocurre si no perdonamos a los pecadores. Y por eso, para que no nos sorprenda Satanás, yo perdoné, si algo he perdonado. Pues no ignoramos sus maquinaciones, o sea, de Satanás. Lo cierto es que en genera!, porque en especial nadie puede conocer sus maquinaciones, sino sólo Dios. ¿Quién rasgó la delantera de su túnica? (Jb 41,4).
Lección 3
Indica otra causa de su demora, la cual fue la predicación del Evangelio en Tróade, donde no admite el seudo evangelio.
12.Llegado a Tróadé para predicar el Evangelio de Cristo, y habiéndoseme abierto una puerta en el Señor,
13.no hallé reposo para mi espíritu, por no haber encontrado a Tito mi hermano, y despidiéndome de ellos partí para Macedonia.
14.Pero gracias a Dios, que siempre nos hace triunfar en Cristo Jesús, y la fragancia de su conocimiento la derrama por medio de nosotros en todo lugar.
15.Porque el buen olor de Cristo somos nosotros para Dios, tanto para los que se salvan como para los que se pierden.
16.Para los unos, olor de muerte para muerte, y para los otros olor de vida para vida. Y para tales cosas ¿quién será a tal grado idóneo?
17.Pero no somos nosotros como muchísimos que adulteran la palabra de Dios, sino que con ánimo sincero, como de parte de Dios, delante de Dios, en Cristo hablamos.
Habiendo indicado la primera causa de su demora, el no ir a verlos con tristeza, aquí señala la segunda causa, que es por el fruto que en otra parte lograba. Y acerca de esto hace dos cosas. Primero indica el curso de su itinerario; segundo, el efecto de ese mismo proceso: Pero gracias a Dios, etc. Acerca de lo primero hace todavía dos cosas. La primera, mostrar el impedimento que para la obtención del fruto tuvo en Tróade; la segunda, hablar de su paso a Macedonia: y despidiéndome de ellos, etc. Así es que dice: Llegado a Tróade para predicar el Evangelio, esto es, para predicar a Cristo (Os he designado para que vayáis, etc.: Jn 15,16), y habiéndoseme abierto una puerta, o sea, las mentes de los hombres preparadas y dispuestas para recibir las palabras de la predicación y a Cristo. Porque se me ha abierto una puerta grande y eficaz (1Co 16,9). Mira que estoy a la puerta y golpeo (Ap 3,20). Pero no en cualquier cosa sino en el Señor, porque la simple disposición de la mente humana se debe a la virtud divina. Porque aun cuando la disposición con que las mentes se preparan sea la causa de la conversión, sin embargo la causa misma de la disposición y de la preparación es Dios. Conviértenos ¡oh Señor! a Ti, y nos convertiremos (Trenos
5,21). Habiéndoseme abierto, digo, una puerta en el Señor, no hallé reposo para mi espíritu, o sea, no pude hacer lo que mi espíritu quería, o sea, mandaba. Porque se dice que el espíritu descansa cuando hace lo que quiere, así como se dice que la carne reposa cuando tiene lo que desea. Alma mía, tienes cuantiosos bienes en reserva, etc. (Luc. 12,19). No dice el Apóstol: No tuve reposo para mi carne o mi cuerpo, sino para mi espíritu, o sea, para mi voluntad espiritual, la cual es como Cristo implantado en el corazón de los hombres. Y me embarazaba el ver los corazones preparados y dispuestos, sin poder predicarles. Y agrega por qué no tuvo descanso su espíritu: por no haber encontrado a Tito mi hermano, o sea, por la ausencia de Tito, y esto por una doble causa.
La una fue que aun cuando el Apóstol supiera todas las lenguas, de modo que decía: Doy gracias a Dios de que hablo todas vuestras lenguas, sin embargo, era más expedito y docto en la lengua hebrea que en la griega; hace dos cosas. Porque primero habla del orden de sus pasos adelante; segundo, excluye de este adelanto a los seudoapóstoles: Y para tales cosas ¿quién será a tal grado idóneo? Acerca de lo primero hace dos cosas. Primero indica el adelanto que obtenía; segundo, explica algo que dijera: el buen olor de Cristo, etc. Acerca de lo primero débese saber que el Apóstol no se atribuía a sí mismo ni a su propia virtud el adelanto y el fruto que lograba, sino a Dios. He trabajado más copiosamente que todos ellos; bien que no yo sino la gracia de Dios conmigo (1Co 15,10). Y por eso dice: Pero gracias a Dios doy. En todo dad gracias (1Th 5,18). Dando gracias siempre (Ep 5,20), Que siempre nos hace triunfar en Cristo Jesús, esto es, que nos hace triunfar en la predicación de Cristo contra los adversarios.
Yaquí se debe saber que dos son las cosas que los predicadores de la verdad deben hacer: exhortar con la sagrada doctrina y vencer por completo al oponente; y esto doblemente: disputando con los herejes y mediante la paciencia con los perseguidores. Por lo cual trata aquí el Apóstol estas dos cosas por orden, y dice: que nos hace triunfar, en cuanto a los contradictores. En todas estas cosas triunfamos (Rm 8,37). El triunfo no depende en los combates de la multitud de las tropas, sino del cielo (I Macab. 3,19). Y la fragancia de su conocimiento la derrama por medio de nosotros en todo lugar, en cuanto a la exhortación de la sagrada doctrina. La fragancia de su conocimiento, según la Glosa, es su Hijo; pero es mejor que esto se diga por la diferencia que hay en el conocimiento de Dios entre el que dan las otras ciencias y el que da la fe. Porque el conocimiento de Dios que se tiene por las demás ciencias ilumina únicamente el entendimiento, mostran- y Tito lo era más en la
griega. Y por eso quería tenerlo consigo para predicar en Tróade. Y por estar Tito ausente, por haberlo detenido los Corintios, dice Pablo: no hallé reposo para mi espíritu; pero como los dones de Dios no son imperfectos, y el de lenguas le fue concedido de manera especial al Apóstol para que predicara por todo el mundo (Su sonido se ha propagado por toda la tierra, etc.: Ps. 18,5), hay por esto otra causa mejor, la cual es que amenazaban en Tróade al Apóstol muchas cosas que hacer. Porque por una parte le esperaba el predicarles a los que estaban preparados para recibir a Cristo por la fe; por otra parte, el resistir a los adversarios que lo impedían; y en consecuencia, no pudiendo hacer él solo todo esto, se angustiaba por la ausencia de Tito, quien continuaría con la predicación y conversión de los buenos, mientras el Apóstol resistiría a los adversarios. Y también esto se lo escribe a ellos de manera especial para mostrar que no sólo la primera causa de su demora fue por ellos sino también la segunda. Porque él mismo por la dureza y la discordia de ellos mantenía alejado tanto tiempo a Tito, y por eso dice: Por no haber encontrado a Tito mi hermano, o bien en Cristo, o bien como coadjutor. El hermano que es ayudado de su hermano es como una plaza fuerte (Pr 18,19). Y por no haber hallado a Tito en Tróade no permanecí allí, sino que despidiéndome de ellos, que eran convertidos, y en quienes estaba abierta una puerta, partí para Macedonia, donde creía encontrarlo. Y la causa de haber ido a Macedonia se lee en Hechos 16,9, donde se dice que un hombre de Macedonia le suplicaba diciendo: Pasa a Macedonia, etc...
Consiguientemente," cuando dice: Pero gracias á Dios, etc. pone el provecho de sus pasos y acerca de esto
do que Dios es la causa primera, que es uno y sabio, etc. Pero el conocimiento de Dios que se tiene por la fe no sólo ilumina el entendimiento sino que también complace el corazón, porque no se concreta a decir que Dios es la primera causa, sino que también enseña que es nuestro Salvador y Redentor y que nos ama, que por nosotros se encarnó, cosas todas que inflaman el afecto. Por lo cual se debe decir que la fragancia de su conocimiento, esto es, el conocimiento de su suavidad, se le manifiesta al creyente por nosotros en todo lugar, porque esa fragancia se difunde a lo lejos y a todo lo ancho. Yo como la vid di pimpollos de suave olor (Sir 24,23). Bien se ve que el olor que sale de mi hijo es como ej olor de un campo florido (Gen. 27,27). Porque algunos podrían decir: ¿Qué cosa es el olor de Dios en todo lugar? porque muchos lugares hay en que no se acepta nuestra predicación; por lo cual el Apóstol se explica, diciendo: Lo importante es que, ora acepten la predicación, ora no, sin embargo el conocimiento de Dios se manifiesta en todas partes por nosotros, porque somos el buen olor de Cristo para Dsos, esto es, en honor de Dios; y se habla a semejanza de la ley, donde se dice que el sacrificio se haga en exquisito olor de suavidad para Dios; como si dijera: Nosotros somos el holocausto que se ofrece a Dios en olor de suavidad. Y tanto para los que se salvan, cosa que le deben a Dios, como para los que se pierden, lo cual se lo deben a sí mismos. De aquí que en Oseas 13,9 se dice: Tu perdición ¡oh 1srael! viene de ti mismo, etc. Pero ¿es del mismo modo el olor para los buenos y para los malos? No, sino que para los unos es olor de muerte para muerte, esto es, de envidia y de malicia que en determinado momento los conduce a la muerte eterna, a los que veían con malos ojos la buena fama del Apóstol y que impugnaban la predicación de Cristo y la conversión de los fieles. Este es puesto para ruina y para resurrección de muchos en 1sraei (Luc. 2,34).
Ypara los otros olor de vida, de amor y buena opinión conduciéndolos para vida eterna, a quienes se aleqran y se convierten por la predicación del Apóstol. La doctrina de la Cruz es, en efecto, locura para los que perecen, pero para nosotros, los que somos salvados, es fuerza de Dios (1Co
1,18). Así es que por el olor del Apóstol los buenos viven y los malos mueren, así como se lee que por la fragancia de las flores de las viñas se mueren las serpientes. Consiguientemente, cuando dice:
Ypara tales cosas ¿quién será a tal grado idóneo?, excluye de esta idoneidad a los seudoapóstoles, diciendo: ¿Quién de los seudoapóstoles es a tal grado idóneo para estas cosas que nosotros los
verdaderos Apóstoles hacemos?; como si dijera: Ninguno. Mas yo veo, Dios mío, que Tú has honrado sobremanera a tus amigos (Sal 138,17).
Objeción. En los Proverbios 27,2; se lee: La boca de otro, no la tuya, sea la que te alabe.
Respuesta. A esto responde Gregorio (sobre Ezequiel) que los santos se alaban a sí mismos por doble causa, y no por su propia gloria o por vanidad.
La primera causa es para no desesperar en la tribulación, como Job, que cuando sus amigos se esforzaban por llevarlo a la desesperación, trajo a su memoria las cosas buenas que había hecho, para confortarse así y no desesperar. Por lo cual decía: Había hecho yo un pacto con mis olos, y no miraba a ninguna doncella (Jb 31,1). Se lee también de cierto santo Padre que cuando era tentado de desesperación traía a la memoria las cosas que había hecho para confortarse; pero cuando lo tentaba la soberbia, recordaba las cosas malas para humillarse. La segunda causa es la utilidad de creer más prontamente en su doctrina por tenerlo en la mejor fama. Y por esta causa se alaba el Apóstol aquí a sí mismo. Porque los corintios preferían a los seudoapóstoles y lo condenaban a él, y por eso no lo obedecían. Así es que para que no lo despreciaran sino que lo obedecieran, se les adelanta y se alaba a sí mismo, y dice: pero ¿quién será a tal grado idóneo como nosotros? No los seudoapóstoles, porque aun cuando también ellos prediquen, sin embargo adulteran la palabra de Dios, cosa que nosotros no hacemos. Por lo cual dice: No somos nosotros como muchísimos, esto es, seudoapóstoles, que adulteran la palabra de Dios, mezclando cosas contrarias, como los herejes, que si bien es cierto que confiesan a Cristo, también ocurre que no dicen que El sea verdadero Dios. Así hacen los seudoapóstoles, que dicen que júnto con el evangelio se deben guardar los preceptos legales.
Además: No adulteramos la palabra de Dios, ni por lucro ni por ansia de aplausos. Porque se les llama adúlteras a las mujeres cuando reciben el semen de otro varón para la propagación de la prole.
Yen la predicación ese semen no es otra cosa que la finalidad o intención tuya, o el anhelo de la propia gloria. Así es que si tu finalidad es el lucro, si tu intención es el aplauso de la propia gloria, adulteras la palabra de Dios. Y esto hacían los seudoapóstoles que por la ganancia predicaban. Ni adulterando la palabra de Dios (2 Cor,4,2). Ahora bien, los Apóstoles no predicaban ni por lucro, ni por su propia gloria, sino en alabanza de Dios y por salvación del prójimo. Y por eso agrega: sino que con ánimo sincero, esto es, con sincera intención, no por el dinero y sin mezcla de corrupción. Dijo arriba: con sinceridad (2Co 1,12). E indica una triple razón de tal sinceridad. La primera está tomada de la dignidad del que envía. Porque el nuncio de la verdad no debe decir sino cosas verdaderas. Y por eso dice: de parte de Dios, o sea, con la sinceridad que es digna para anunciar a Dios. Si alguno habla, sea conforme a las palabras de Dios (1Pe 4,2). La segunda se toma de la.autoridad del que preside, al cual asiste Dios. Por lo cual dice: delante de Dios, delante del cual debemos hablar con sinceridad. Vive el Señor ante cuya mirada sirvo (3 Reyes 17,1). La tercera se toma de la dignidad de la materia de la que se habla. Porque la predicación de los Apóstoles es acerca de Cristo; por lo cual debe ser sincera, tal como lo es el mismo Dios y Cristo. Y por eso dice: En Cristo solo, no en las observancias legales, como hacen los seudoapóstoles. Me propuse no saber entre vosotros otra cosa sino a Jesucristo, y Este crucificado (1Co 2,2).