Ver contexto
Pero éstos, como animales irracionales, destinados por naturaleza a ser cazados y muertos, que injurian lo que ignoran, con muerte de animales morirán, (II Pedro  2, 12) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)



CAPÍTULO 2

Parte segunda

RESISTIR A LA NUEVA DOCTRINA (2,1-3,16)

Los fieles a quienes se dirige la segunda carta de Pedro están amenazados por falsos maestros, cuya nueva doctrina proclama la libertad de toda ley moral; los creyentes no pueden ceder a este «libertinaje» (2,1-22). Los nuevos mensajeros de la fe niegan también la parusía del Señor; los fieles no deben dejarse engañar por sus argumentos (3,1-16).

I. FALSA DOCTRINA DE LA LIBERTAD (2/1-22).

La actividad de los falsos maestros (2,1-3) no queda sin castigo (2,4-9). Se desenmascara a los falsos maestros (2,10-14a) y se muestran los castigos que les esperan (2, 14b-l9). Lo que ellos intentan es volver al paganismo (2,20-22) 25.

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25. Entre la carta de Judas y la segunda carta de Pedro se encuentran muchas coincidencias en la linea de pensamiento, en palabras y frases. Este hecho no puede explicarse sino por dependencia mutua. Una debe haber utilizado la otra. Penetrando profundamente en el texto aparece que es la segunda carta de Pedro la que ha utilizado la carta de Judas, pues la segunda carta de Pedro está más pensada, más limada y más elaborada teológicamente. Descarta todo aquello que procede de fuentes no reconocidas por el magisterio eclesiástico (Jud_1:6.9.14). Su sensibilidad pastoral utiliza lo que encuentra, pero criticándolo. Distingue entre escritos inspirados por Dios y escritos piadosos tras los cuales está sólo un testimonio humano. No intenta ser original; su deseo era servir a la salvación de los fieles.

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1. CORRUPTORES (2,1-3).

Los predicadores de la verdad enviados por Dios van acompañados de falsos profetas, falsos mesías y falsos maestros. La Iglesia debe contar con esta «ley» de la historia de la revelación. Los falsos maestros atentan contra el Señor (2,1) y contra el mismo pueblo de Dios (2,2-3); por eso la perdición pende sobre ellos.

a) Contra el Señor (2,1).

1 Hubo también falsos profetas en el pueblo, como también entre vosotros habrá falsos maestros, que introducirán herejías demoledoras y negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí rápida perdición.

Junto a los verdaderos profetas había ya en el pueblo de Israel falsos profetas que le arrastraban hacia los ídolos y los vicios paganos, le prometían paz y salvación terrena y se burlaban de las afirmaciones y amenazas de los verdaderos profetas 26. El pueblo de Dios del Nuevo Testamento corre la misma suerte. Junto a los predicadores de la verdad surgen maestros de la herejía 27. El pueblo de Dios del Nuevo Testamento corresponde al pueblo de Dios del Antiguo. El Antiguo Testamento es un precedente del Nuevo. El destino del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento ilumina los derroteros del nuevo pueblo de Dios y nos enseña a entender con mayor profundidad nuestra situación.

Los falsos maestros se introducen disimuladamente. Se presentan con apariencia de piedad y halagan los apetitos humanos, pero no han recibido misión de Dios. Dios permite que surjan falsos profetas para poner a prueba a su pueblo, para ver si ama al Señor, su Dios, con toda su alma y con todo su corazón y si sabe distinguir la verdad del error. La doctrina que propalan los falsos maestros conduce a la división; destruye la unidad de la Iglesia. El que falsea la doctrina recibida de la Iglesia y propala falsas doctrinas, que conducen a la perdición, niega a Cristo como Señor y dueño, como al único que puede disponer de los fieles. Niega a Cristo el derecho que ha adquirido a alto precio 28. Somos un pueblo propiedad de Cristo, y Cristo vela sobre nosotros como propietario. Quien atenta contra el pueblo de Cristo atenta contra Cristo y contra sus derechos. La doctrina transmitida es santa e intocable. En la doctrina se ofrece Cristo. El Espíritu de verdad que Cristo ha dado a su Iglesia y que la conduce a la verdad plena, glorifica a Cristo, pues toma de lo suyo y lo proclama (Joh_16:13s).

Los falsos maestros atraen sobre sí rápida perdición. Su destino es el de los falsos profetas, de los que se dice: «Extiendo mi mano contra los profetas... entonces conocerán que yo soy el propietario y el Señor» (Eze_13:9). Quien divide la doctrina de Cristo se juzga a sí mismo, su acción misma le condena. La verdad es un tesoro valioso que ha sido dado a la Iglesia para que lo conserve fielmente. No podemos aceptar ningún compromiso turbio. Naturalmente, nunca se puede faltar al amor ni transformar la fidelidad en intolerancia. Nosotros no tenemos ningún derecho a la verdad de Dios; al contrario, es ella quien dispone de nosotros.

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26. Cf. Deu_13:1-6; Jer_6:13 ss; Jer_14:13-16; Jer_23:9-40; 28; Jer_29:28s; Ez 13.

27. Cf. Mat_24:11-24; Act_20:30; 1Jo_2:18 ss.

28. Cf. 1Co_6:20; 1Co_7:23; 1Pe_1:18.

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b) Contra el pueblo de Dios (1Pe_2:2-3).

2 Muchos seguirán sus torpezas y por causa de ellos será maldecido el camino de la verdad. 3 En su codicia se aprovecharán de vosotros con palabras mentirosas. Su condenación hace tiempo que no está inactiva y su perdición no duerme.

Los falsos maestros practican la lujuria. Su lema se parece al de los liberales de Corinto: «Todo me está permitido» (1Co_6:12). Muchos sucumben a su influjo. El hombre es débil frente al impulso sexual, y escucha fácilmente a quien proclama que no es malo disfrutar de la vida.

Los falsos maestros pertenecen aún a la Iglesia. Su actividad es un lastre para toda la Iglesia ¡Los incrédulos son para ella un peso muerto! La doctrina de Jesús -camino de verdad- proclama una forma de vida moral que brota de la revelación divina imperecedera. Así como la vida moral de los cristianos debe ser fuerza que atraiga hacia el camino de la verdad, su actividad inmoral será motivo de que se maldiga lo santo que Dios les ha confiado. La conducta inmoral de los cristianos repercute en el camino de la verdad, en Cristo y, por último, en Dios...

Con su conducta los falsos maestros se parecen a los comerciantes. Pero toda su propaganda no es más que engaño. Hablan de la libertad moral, de la fuerza del Espíritu, del conocimiento que poseen y dan, pero tras esto acecha la perdición, que ellos introducen entre los hombres. Su celo es codicia; no son maestros y apóstoles que hablan por misión de Dios, sino mercaderes que quieren ganar dinero (2,14) 29. Su mentalidad es totalmente opuesta a la de Cristo, que dio su vida como precio para comprar a muchos (Mar_10:45).

Para los falsos maestros, hace tiempo que la condenación no está inactiva. Su conducta suscita difíciles problemas a los fieles. ¿Por qué tienen éxito los falsos maestros? ¿Por qué atraen a tantos? ¿Por qué no interviene Dios? ¿Por qué Dios no hace nada como juez? ¿Por qué duerme la mano castigadora de Dios? Dios no duerme, no está inactivo. Hace tiempo que la condenación está ya en acción; es tan actual en la historia como su misericordia.

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29. Cf. 1Th_2:5; 1Tm 6.5; Tit_1:10.

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2. JUICIO JUSTO (Tit_2:4-9).

Tres juicios de la historia primitiva que narra el libro del Génesis muestran que los impíos no quedan sin castigo y que Dios perdona a los justos. Los falsos maestros, apoyándose en la esperanza de que Dios nos perdonará, piensan haber refutado la advertencia que se nos hace mediante el juicio y la condenación; en los juicios de Dios nunca perecieron todos, siempre quedaron algunos con vida. La segunda carta de Pedro quiere refutarlos. Sólo unos pocos fueron perdonados, los justos. Pero los juicios históricos no son todavía el juicio definitivo. Los impíos que no reciben su castigo en el curso de la historia están reservados para el juicio final. Los tres juicios son: el juicio de Dios sobre los ángeles (Tit_2:4), sobre la generación del diluvio (Tit_2:5) y sobre los habitantes de Sodoma y Gomorra (Tit_2:6-8).

a) El juicio sobre los ángeles pecadores (Tit_2:4).

4 Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en el tártaro en cavernas tenebrosas, los entregó para ser custodiados para el juicio.

Los ángeles pecaron. ¿Cómo? No se nos dice nada de esto. Pero en la carta de Judas se dice: «No conservaron su primacía, sino que abandonaron su propia morada... se prostituyeron y marcharon tras carne ajena» (Jud_1:6s). Es una referencia a Gen_6:2 : «Vieron los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas y las tomaron como mujeres, a su gusto» 30. Pedro, por su parte, no dice cómo pecaron los ángeles; se limita a establecer el hecho. La Sagrada Escritura encierra enigmas que no podemos resolver satisfactoriamente.

Los ángeles son criaturas predilectas de Dios; a pesar de ello no encontraron perdón cuando pecaron. Dios, en su juicio, no atiende a la persona, sino a los hechos ( Rom_2:6, Rom_2:11). Los falsos maestros conciben el don salvífico de Dios como algo grande, tan grande que creen que pueden pecar sin incurrir, a pesar de ello, en la condenación de Dios. Con palabras semejantes se habla en la carta a los romanos de los falsos maestros, que dicen: «Permanezcamos en el pecado para que aumente la gracia» (Rom_6:1). Los dones salvadores que ya poseemos no nos desligan de la obligación de llevar una vida mora1 y temer el juicio de Dios. La sobreabundancia de la gracia debe llevarnos a la humildad, no a la temeridad.

Dios ha sepultado a los ángeles caídos en el tártaro, en cavernas tenebrosas. Tártaro es una palabra entonces usual para designar el lugar de castigo eterno. Se concebía como una caverna oscura debajo tierra. Los ángeles pecadores fueron desterrados de la faz de Dios, que es plenitud de luz y arrojados al tormento del alejamiento de Dios, a las tinieblas. Pero aún no ha caído sobre ellos la condenación definitiva de Dios. Se les guarda para el juicio definitivo, más severo, que caerá sobre ellos cuando venga Cristo 31. La parusía de Cristo trae consigo el juicio final.

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30. La exégesis judaica tardía y la exégesis cristiana primitiva pensaban que una parte de los ángeles habían abandonado antiguamente el cielo, su morada, habían olvidado su dignidad (gloria) y habían tomado mujeres humanas, con las cuales engendraron gigantes. Esta interpretación presupone que los ángeles tienen cuerpo. ¿Era intención de la segunda carta de Pedro purificar el texto de la carta de Judas ?

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b) El juicio del diluvio (Rom_2:5).

5 Y no perdonó al mundo antiguo; sólo guardó a Noé, predicador de la justicia y a otros siete, haciendo caer el diluvio sobre un mundo de impíos.

Dios no perdonó al mundo antiguo. La segunda carta de Pedro conoce tres mundos: el mundo antiguo, anterior al diluvio, el actual y el futuro (Rom_3:13). También el mundo antiguo era creación de Dios, y Dios lo amaba: «Vio que era bueno» (Gen_1:31). Amaba a los hombres que lo habitaban, porque eran imagen suya (Gen_1:27). Pero a pesar de ello no perdonó al mundo ni a los hombres cuando se separaron de él. ¡Tal es el peso del pecado! Sólo guardó a Noé y a su familia: su mujer, sus tres hijos y sus mujeres. Perdonó a Noé «y a otros siete». Por él fueron salvados los otros siete. Dios le protegió con el arca porque era predicador de la justicia. Predicaba la conversión y la penitencia (1Pe_3:20). Como predicador de la justicia de Dios caminaba delante del Dios justiciero. Los juicios de Dios no irrumpen ciegamente trayendo la perdición. Quien cumple la voluntad de Dios y permanece fiel a su servicio no será alcanzado por la condenación general, sino protegido por Dios. El diluvio lo trajo Dios. Alcanzó al mundo a causa de los hombres malos. El mundo y el hombre forman una unidad. El mundo ha sido creado en función del hombre y es partícipe de la culpa y del castigo del hombre 32. Sobre el mundo vino el juicio del diluvio, porque se había separado de su principio y se había rebelado contra la voluntad santa de Dios.

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31. Cf. Mat_8:29; Rev_20:10.

32. Cf. Gen_1:11; Rom_8:19 ss.

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c) El juicio sobre Sodoma y Gomorra (Rom_2:6-8).

6 Y condenó a la destrucción a las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a ceniza, y poniendo un ejemplo para los impíos venideros; 7 y libró al justo Lot, acosado por la conducta desenfrenada de aquellos impíos, 8 pues este justo, vivía entre ellos, día tras día, con su alma recta, torturada por las obras malas que veía y oía.

La destrucción de las ciudades de Sodoma y Gomorra por medio del fuego (Gén 19) fue un juicio aniquilador de Dios y un ejemplo terrible para los tiempos futuros. Lo que aparece en la Escritura está escrito para instruirnos 33. Sólo Lot escapó al castigo general, porque era justo y no practicaba la lujuria, como hacían los que le rodeaban. ¡Qué martirio hacer la voluntad de Dios sin fallos cuando nadie la cumple! ¡Qué heroísmo conservarse limpio en medio de los corrompidos!

El justo que vive entre lujuriosos sufre torturas en su alma. Las imágenes, las palabras y los hechos le asedian, le atormentan y quieren hacer también de él un lujurioso. Ya la colocación de las palabras en la frase refleja ese cautiverio. Al principio y al final se habla de lo que debía ver y oír y de las obras malas. En el centro vive el justo, día a día. Vive allí, como justo, con su alma recta, temerosa de Dios. Los hombres que le rodean se han entregado al cuerpo; su vida es libertinaje. Dios conoce este sufrimiento, este martirio, este heroísmo; a la hora del juicio sobre los pecadores se tiene en cuenta a aquél que permanece fuerte en medio de todas las tentaciones.

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33. Cf. Rom_15:4; 1Co_10:6; 2Ti_3:16s.

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d) Dos alternativas (2,9-lOa).

9 Sabe el Señor librar de la prueba a los piadosos y reservar a los impíos bajo castigo hasta el día del juicio, 10 sobre todo a los que caminan tras la carne en deseos de impureza y despreciando la soberanía (del Señor).

Ahora Pedro se dedica a sacar las consecuencias que se deducen de los tres juicios del Antiguo Testamento. Se dice primero: el Señor sabe. Esta es la respuesta al problema de por qué no interviene el Señor como intervino antes en los grandes juicios. Jesús es el Señor de los justos y de los impíos. Ve, oye y conoce a todo individuo y no deja las riendas de su mano.

El Señor libra de la prueba a los piadosos. Deben soportar apuros y miserias. Mediante esas pruebas Dios quiere robustecer la paciencia de los justos (Jam_1:2). Aunque el justo sufra tanto como Job, sabe que el Señor le librará de todo. Dios permite que Noé pase apuros como predicador de la justicia, y Lot debe cumplir la voluntad de Dios en medio de un ambiente lujurioso. El número y la cantidad nunca son decisivos ante Dios; lo decisivo es la pureza de vida, aun la de uno sólo...

A los impíos, que no cumplen la voluntad de Dios, se les guarda para el día del juicio. Aunque durante cierto tiempo Dios los deje hacer, no quiere decir esto que no se preocupe. Juzgará y castigará. El día del juicio pende sobre todo el quehacer humano.

La conducta lujuriosa no es moralmente indiferente. Según las fuentes bíblicas, la causa de los tres juicios es la lujuria entre los hombres. La caída de los ángeles se pone en relación con la incontinencia sexual (Jud_1:6); la introducción a la narración del diluvio muestra la desviación de la moral matrimonial (Gen_6:1 ss); la destrucción de las dos ciudades viciosas se debe a su lujuria contra naturaleza. Los lujuriosos caminan tras la inmundicia de la carne y tras sus apetitos. La lujuria semeja una señora a la que los lujuriosos siguen obedientemente, un maestro tras el que van los discípulos. En lugar de seguir al Señor, se van tras el placer. «Su Dios es el vientre» (Phi_3:19). Con su conducta desprecian la soberanía de Cristo, su Señor (Jud_1:8). Al los ha comprado y por eso le pertenecen en cuerpo y alma, pero el lujurioso usa mal de lo que es propiedad del Señor 34.

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34. Cf. 1Co_6:12-20.

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3. DESENMASCARAMIENTO DE LOS FALSOS MAESTROS (2/10b-14).

MAESTROS/FALSOS: En la conducta de los falsos maestros se manifiesta su falta de respeto (1Co_2:10b-12) y su búsqueda del goce (1Co_2:1314a). En 2,10a se ha dado ya un esquema de este pasaje.

a) Arrogantes (2,10b-12).

Los falsos maestros no respetan nada (2,10b-11). La palabra central de este pasaje es «injuriar». Se repite tres veces. Los falsos maestros no tienen ningún respeto. Son osados y arrogantes. Por eso su fin será ignominioso (2,12).

10b Osados, arrogantes, no temen injuriar a los seres gloriosos 11 cuando los ángeles, superiores en fuerza y en poder, no pronuncian contra ellos en la presencia del Señor ningún juicio injurioso.

El cristiano se inclina con respeto ante la soberanía de Cristo, mientras que estos falsos maestros niegan que Cristo sea Señor. El hombre respetuoso tiembla ante los seres gloriosos, los malos espíritus, mientras que los falsos maestros se consideran más fuertes que Satán y los malos espíritus. El hombre respetuoso se inclina ante las leyes y decisiones de Dios, mientras que los falsos maestros desprecian las leyes morales de Dios. Ni siquiera el saber que Dios nos ama y es nuestro Padre puede hacer desaparecer el santo temor ante su grandeza.

Incluso los ángeles, que superan a los hombres en fuerza y poder, se respetan entre sí, pues no osan pronunciar juicio alguno injurioso contra los ángeles caídos (Jud_1:9). Con mayor razón los que han sido comprados por Jesús deben sentir temor ante las potencias celestiales y no creerse superiores a ellas. No se ataca aquí la repulsa a las potencias diabólicas enemigas de Dios, el odio al mal, sino la arrogancia que es propia de estos extraños «cristianos», la opinión de que se puede observar todo desde una atalaya elevada sin que amenace ningún peligro. Dios nos pide humildad; en la propia sabiduría y en el propio poder no hay «nada de que gloriarse».

En estos falsos maestros la lujuria y la falta de respeto se relacionan íntimamente. Pablo refuta a los apóstoles de la incontinencia sexual recordándoles la plenitud de gracia que inunda también el cuerpo del cristiano: «¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es como un templo del Espíritu Santo, que está en vosotros y que habéis recibido de Dios? Ya no os pertenecéis a vosotros, porque habéis sido comprados a buen precio. Honrad, pues, a Dios en vuestro cuerpo» (1Co_6:19s).

12 Mas éstos, como animales irracionales, nacidos para ser presa y perecer, injurian lo que ignoran. En su corrupción serán destruidos. 13a Recibirán injusticia en pago de su injusticia.

El fin de estos impíos, que se parecen a los animales irracionales, es el mismo que el de éstos: cautiverio y perdición. Los lujuriosos traen consigo corrupción y serán aniquilados. Obran injustamente y recibirán su merecido por su injusticia. Dios les tratará sin respeto, como ellos le trataron a él y a lo suyo.

b) Sensuales (1Co_2:13-14).

Los falsos maestros se entregan a los vicios que más a menudo aparecen en los catálogos de vicios del Nuevo Testamento 35: sensualidad (1Co_2:13), lujuria (1Co_2:14a) y avaricia (1Co_2:14b).

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35. Por ejemplo Rom_1:24-32; Rom_13:13; 1Co_5:10s; 1Co_6:9s; 2Co_12:20; Gal_5:19 ss; Eph_5:3 ss; Col_3:5 ss; 1Ti_1:9s.

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13b Juzgan un placer el libertinaje en pleno día, son vergüenza y deshonor se deleitan en sus extravíos cuando banquetean con vosotros.

La ocupación diaria de estos nuevos apóstoles del desenfreno moral es el libertinaje. No celebraban los grandes banquetes por la noche, según era costumbre, sino durante el día. Comer y beber llena su vida. Incluso el ágape que va unido a la celebración de la eucaristía 36 les sirve de ocasión para satisfacer su sensualidad 37. ¡Su falta de respeto no retrocede ante lo más santo! ¡Qué inversión de valores! ¡Cuán comprensible nos parece ante tales desafueros la irritación y el juicio severo de la carta!

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36. Cf. Jud_1:12; cf. 1Co_11:17-22.33s.

37. Cf. 1Co_11:20; Eph_5:18.

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14a Tienen sus ojos cargados de pasión por la adúltera e insaciables de pecado.

Cuando se celebran banquetes suntuosos, la lujuria no anda lejos. Parece ser que incluso los ágapes eran para ellos ocasión de entregarse al adulterio con miradas y deseos. El banquete santo sirve a éstos, que el autor llama «vergüenza» y «deshonor», para satisfacer su concupiscencia.

14b Seducen las almas débiles; tienen el corazón ejercitado en la codicia; son hijos de maldición.

Su celo de apóstol se dirige a los que acaban de convertirse y no están aún enraizados en la fe y en la moral. El fundamento de su celo es la codicia. Su actividad apostólica no está dirigida por la gloria de Dios y la salvación de las almas, sino por la codicia (Eph_2:3), que envenena el apostolado.

Estos vicios se hacen más odiosos y reprobables si se realizan con vestidura religiosa. También lo sagrado es accesible a los vicios fundamentales del hombre. La maldición de Dios alcanza a la sensualidad, a la lujuria y a la codicia. Los que se entregan a estos apetitos son «hijos de maldición», incurren ya en la maldición de Dios. Se hacen públicos los desafueros que se producen en la comunidad y se descubre la actividad de algunos de sus miembros. Para eso «no hay pelos en la lengua», pues sabemos que cuanto mayor es el don, más urgente es la obligación de vivir según él. El desorden y el libertinaje en la vida de un cristiano, sobre todo si está en relación, de cualquier forma que sea, con el servicio sagrado, pesa ante Dios mucho más que el de aquellos que no conocen su voluntad.

4. ASPAVIENTOS SIN FRUTO (2/15-19).

Los falsos maestros multiplican sus esfuerzos y despliegan una actividad inmensa. ¿Qué vale eso ante Dios? Por la sagrada Escritura (Eph_2:15-16) y por la naturaleza ( Eph_2:17-19) se muestra que esa actividad es infructuosa. La Escritura y la naturaleza son fuentes de sabiduría divina, ambas son palabras de Dios: palabra en la palabra, palabra en la obra.

a) Fuera del camino recto (Eph_2:15-16).

15 Abandonando el camino recto, se extraviaron y siguieron la senda de Balaam, hijo de Bosor, quien apeteció la paga de la injusticia, 13 pero fue reprendido por su maldad: un jumento sin habla, expresándose en voz humana, impidió la insensatez del profeta.

El juicio sobre los falsos maestros suena así: abandonaron el camino recto y caminaron hacia el error, por sensualidad, lujuria y codicia. El camino recto es la verdad recibida; es el camino de Dios. Lo que los falsos maestros predican es un camino equivocado, un camino en el que son las pasiones desordenadas las que marcan la dirección.

El camino de los falsos maestros se compara con el camino de Balaam (Núm 22-24) 38. Balaam debía abominar del pueblo de Israel, pero Dios se lo prohibió. A pesar de todo, Balaam, por codicia, se dejó arrastrar fuera del camino que Dios le había marcado 39. La empresa de Balaam no tuvo éxito. Un asno parlante impidió sus propósitos.

Balaam, a quien se llama profeta porque estaba impulsado por Dios, es puesto en ridículo por un animal. Dejándose atraer por el premio de una mala acción (una injusticia) intenta una empresa alocada. Un animal de carga, sin habla-inferior al hombre, porque ni siquiera habla- le volvió a la razón. Los falsos maestros abandonan el camino de la verdad y, por tanto, el camino de Dios; obran con limitación humana, arrastrados por la pasión. El camino de Dios, su verdad iluminadora, nos revela el conocimiento exacto y refrena los apetitos, que quisieran desbordarse.

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38. El padre, según Num_22:5, se llama Beor, no Bosor (error de lectura). La segunda carta de Pedro no dice nada de la aparición del ángel; habla sólo del asno parlante. Esta forma de concebir sigue una interpretación judía, sin decir que haya que considerar cierta esta tradición popular.

39. Cf. Num_22:28; tradición judía.

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b) Fuentes sin agua (Num_2:17-19).

17 Estos son fuentes sin agua, nubes arrastradas por el viento; para ellos está reservada la oscuridad de las tinieblas.

La actividad de los falsos maestros es mucho ruido y pocas nueces. Hacen grandes promesas, pero conducen a la perdición. Las fuentes y las nubes prometen agua, refrigerio y vida. Las fuentes sin agua, que la sequía agota temporalmente, las nubes arrebatadas por el viento, decepcionan; no contienen lo que prometen. Los falsos maestros no llevan a la luz, sino a la «oscuridad de las tinieblas» a la enemistad con Dios y a la condenación. A los falsos maestros se les conoce por experiencia, como el labrador y el caminante conocen las fuentes y las nubes. Es válida la regla de Jesús: «Por sus frutos los conoceréis» (Mat_7:16).

18 profiriendo discursos ampulosos y vacíos, seducen con pasiones de la carne, con desenfreno, a los que apenas han escapado de los que viven en el error.

Los falsos maestros usan palabras ampulosas, frases biensonantes y concesiones a la sexualidad. Con este «cebo» no pueden atrapar más que a los incautos y a los inexpertos, pero no pueden atraer a quienes los conocen ni a los que se dominan. Semejan pescadores que engañan a los peces con un cebo; el cebo es perdición bajo una apariencia hermosa.

19 Les prometen libertad, cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción, pues cada uno es esclavo del que lo ha vencido.

El lema que predican los falsos maestros es: «libertad». Los cristianos se saben libres 40. Pero los falsos maestros interpretan la libertad como desenfreno, sin preocuparse por ninguna ley moral, y la usan como pretexto para la maldad. La libertad que predican los falsos maestros es, en realidad, esclavitud, pues conduce al pecado y a la perdición. Quien peca no es libre, sino esclavo 41, pues el que ha pecado no puede librarse él mismo del pecado (Joh_8:36). La verdadera libertad no es libertinaje ni desenfreno de la acción, sino libertad para el bien. Esta libertad debe ser reflejo de la libertad del Dios santo.

«Quien está sometido a uno es su esclavo»; así reza un axioma del antiguo derecho bélico. El que ha sido vencido pasa a ser propiedad del vencedor. El pecado hace la guerra al hombre. Si vence, éste es esclavo del pecado. El hombre debe ganar su libertad en lucha continua contra el pecado. Sólo quien vence en esta batalla es verdaderamente libre.

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40. Cf. 1Co_9:19; Gal_5:1.13; Jam_1:25. 41. Cf. Joh_8:34; Rom_6:16.

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5. LA APOSTASIA LLEVA A LA PERDICIÓN (2/20-22).

Los falsos maestros corren el peligro de volver al paganismo, que antes abandonaron (Rom_2:20). Mejor hubiera sido haber permanecido paganos, que volver al paganismo después de la conversión (Rom_2:21); Dios condena la apostasía (Rom_2:22).

a) Recaída (Rom_2:20).

20 Si, pues, después de haber huido de las impurezas del mundo por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredados de nuevo en ellas, son vencidos, su último estado será peor que el primero.

Los cristianos, desde el bautismo, estaban fuera del alcance de la corrupción moral que los rodeaba. Lo que los salvaba era el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo. Quien ha recibido este don reconoce a Jesucristo como Señor y Salvador, como Dios y Redentor, y el mismo Cristo le introduce en la esfera de su poder y de su redención. Pablo llama a este estado «estar en Cristo». El conocimiento coloca dentro del círculo de influencia de Jesús, pero esta inclusión debe ser ratificada continuamente con la fe.

Satán y sus potencias de corrupción no cejan después del bautismo. Buscan por todos los medios enredar de nuevo a los convertidos en la corrupción moral. Embaucan a los hombres con sus negocios (2Ti_2:4), preocupaciones y placeres, para que pierdan el conocimiento de Cristo y su libertad. Si le sale bien, el hombre se parece a una oveja que se ha enredado con la lana en las espinas.

Diariamente experimentamos cuán difícil es permanecer en la luz a la que hemos sido llamados. El estado último del que recae es peor que el primero. Este proverbio, que tiene su origen en la experiencia humana, es también válido en el cristianismo. Jesús se sirvió de él para precaver nuestra recaída 42. Pensemos que cuanto mayor sea la gracia mayor es la caída. El Señor nos da todo lo que necesitamos en la lucha por una vida auténtica y pura, en él.

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42. Mat_12:45; Luk_11:26; cf. Mat_27:64.

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b) Serias consecuencias (Mat_2:21).

21 Mejor les fuera no haber conocido el camino de la justicia, que, después de haberlo conocido, volverse atrás del santo precepto que les fue entregado.

Quien se ha apartado de la fe cristiana y ha vuelto a la vida pagana está en situación totalmente diversa de la del pagano que (tal vez sin culpa) no conoce otra cosa. La culpa crece con el conocimiento. «Aquel criado que habiendo conocido la voluntad de su señor, no preparó o no hizo nada conforme a esa voluntad, será castigado muy severamente. Pero el que no habiéndola conocido hizo cosas dignas de castigo, será castigado con menos severidad» (Luk_12:47). Si Jesús no hubiera venido y no hubiera hablado a los judíos, no tendrían pecado; pero ahora no tienen disculpa (Joh_15:22). La Iglesia antigua ha experimentado repetidas veces que los apóstatas la perjudicaban más que los paganos 43. Esto mismo se desprende de esta carta.

La fe señala el camino de la justicia, la doctrina que el hombre debe seguir, si quiere aparecer sin mácula ante Dios. El mensaje cristiano no enseña sólo verdades de fe; enseña también el camino práctico para obrar de modo agradable a Dios. Contiene doctrina de fe y doctrina de vida. Ambas están íntimamente unidas; la vida recta no es más que consecuencia y aplicación de la fe.

El camino de la justicia se conoce mediante el santo precepto entregado a los cristianos. El Señor ha dado este santo precepto y ha sido transmitido por los apóstoles. Siendo precepto santo, el cristiano se inclina con respeto ante él y no se atreve a cambiarlo ni a poner sus manos en él. Sabe que si quiere subsistir ante su Señor debe vivir conforme a ese precepto. ¿Qué otro precepto puede ser éste que el del amor, del que el mismo Jesús dijo: «Este es mi precepto: que os améis unos a otros, como yo os he amado» (Joh_15:12)?

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43. Cf. Hab_6:4-8; Hab_10:26; 1Jo_5:16s; 1Ti_6:3-5.

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c) Actividad maligna (1Ti_2:22).

22 En ellos se cumple lo del proverbio verídico: «El perro vuelve a su vómito.» Y también: «Cerda lavada vuelve a revolcarse en el cieno.»

Los proverbios son expresión drástica de la antigua experiencia y conocimiento de la vida. El proverbio del perro que vuelve a su vómito procede de la sabiduría bíblica (Pro_26:11): «Semejante a un perro que vuelve a su vómito es un tonto que repite su tontería.» En el mundo antiguo el perro y el cerdo eran considerados animales impuros y despreciables. También en el sermón de la montaña se les menciona juntos al advertir que no se debe dar lo santo a hombres que no saben apreciarlo (Mat_7:6). Las consideraciones bíblicas proceden de la palabra de Dios y de la experiencia humana.

En ambos proverbios se expresa la repugnancia del hombre mentalmente sano. Es propio de los perros volver a comer lo que han vomitado; es propio de los cerdos volver a la basura cuando se les ha limpiado. Estos duros ejemplos deben poner en claro cuán odioso es volver a la vida viciosa de la que uno había abjurado en el bautismo.

La sana sensibilidad humana es un poderoso apoyo de la vida cristiana. Cuando han desaparecido el tacto humano y la sensibilidad natural para percibir lo recto, apenas es posible mantener la ley moral cristiana. La conciencia es una facultad profundamente enraizada en el hombre. Cuando no funciona, la actividad del Espíritu Santo queda cojeante. El Espíritu despliega plenamente lo que ya está en la ley de la conciencia.



Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



Capitulo 2.



Los Falsos Doctores, 2:1-22.
El autor sagrado deja momentáneamente la cuestión de la parusía del Señor, sobre la que volverá más tarde l, y comienza una fuerte diatriba contra los falsos doctores que no creían en la parusía. El presente capítulo no tiene relación directa con lo que precede. El paralelismo de este capítulo con la epístola de Judas (v.4-16) es manifiesto. No sólo por lo que se refiere a las ideas e imágenes, sino al orden expositivo y hasta, con frecuencia, a la identidad del lenguaje empleado. Convendría leer antes la epístola de Judas para comprender mejor nuestro capítulo.



El peligro que suponen, 2:1-3.
1 Como hubo en el pueblo profetas falsos, así habrá falsos doctores, que introducirán sectas perniciosas, llegando hasta negar al Señor que los rescató, y atraerán sobre sí una repentina ruina. 2 Muchos les seguirán en sus liviandades, y, por causa de ellos, será blasfemado el camino de la verdad. 3 Llevados de la avaricia, harán de vosotros mercadería con palabras mentirosas, pero su condenación, ya antigua, no tardará, su ruina no se retrasará.

El apóstol comienza poniendo en guardia a sus lectores contra ciertos maestros engañosos, que por su mala vida y su espíritu de avaricia arrastran a otros al mal. Por lo cual serán terriblemente castigados. Del mismo modo que en Israel hubo falsos profetas 2 al lado de los auténticos profetas, así también sucederá entre los cristianos. Surgirán falsos doctores (v.1), que se esforzarán por alejar a los fieles de Cristo. Estos falsos maestros ya habían comenzado a esparcir sus errores, pero San Pedro 3 habla de ellos en futuro (= introducirán) porque sabía que pronto se lanzarían sobre el rebaño de Cristo con mayor furor. Por medios hipócritas introducirán sectas perniciosas, es decir, esparcirán falsas doctrinas para sembrar entre los fieles la confusión, y así originar partidos que se combatan entre sí. Por su escandalosa conducta moral, que va a la par de su enseñanza doctrinal, han llegado hasta negar al Señor, que los rescató (v.1) por medio de su muerte reparadora, obteniendo así sobre ellos derecho de dominio. Ahora estos ingratos se rebelan contra El y reniegan de El. Semejante revuelta atraerá sobre ellos una repentina ruina. El autor sagrado no nos dice en qué sentido niegan al Señor. Es posible se refiera a la negación de la parusía, o segunda venida de Cristo.
El mal ejemplo de los falsos doctores será contagioso. Muchos de los fieles seguirán sus liviandades (v.2). El autor sagrado, más bien que de doctrina, parece hablar de una desviación de las costumbres, como se ve por lo que dice en los v. 10-22. También la epístola de Judas denuncia la inmoralidad de los herejes 4. La mala conducta de estos cristianos será causa de escándalo para los paganos, y la doctrina cristiana, camino de verdad 5, será motivo de escarnio y blasfemia para los no cristianos, porque verán que no da los frutos que se esperaban de ella. ¡Qué obstáculo tan grande al apostolado es la corrupción de los miembros de una Iglesia para la cual la santidad de costumbres debe ser la señal auténtica de la obra de Dios! 6
El celo de estos falsos doctores es un celo interesado. Se dejan llevar de la avaricia (v.3). Con sus doctrinas tratan de explotar a los fieles y de enriquecerse a expensas de ellos. La avaricia es la nota característica de los falsos apóstoles; en cambio, el desinterés es la nota del verdadero apóstol. Este será el criterio más tarde para determinar y distinguir los verdaderos de los falsos profetas. Si pide dinero dirá la Doctrina de los doce Apóstoles , es un falso profeta 7. Sabemos con qué cuidado San Pablo evitaba todo aquello que pudiera parecer interés material y personal 8. Esa actividad de los falsos apóstoles podría hacer creer a los fieles que la justicia divina no vigila. Sin embargo, la verdad es que su condenación ya hace tiempo que está decidida, y llegará en el momento establecido 9.



Las lecciones del pasado, 2:4-10.
4 Porque, si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, precipitados en el tártaro, los entregó a las prisiones tenebrosas, reservándolos para el juicio; 5 ni perdonó tampoco al viejo mundo, sino que sólo guardó al octavo, a Noé, para pregonero de la justicia cuando trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos; 6 y a las ciudades de Sodoma y de Comorra las condenó a la destrucción, reduciéndolas a cenizas para escarmiento de los impíos venideros, 7 mientras que libró al justo Lot, acosado por la conducta de los desenfrenados en su lascivia, 8 al justo que habitaba entre ellos diariamente y sentía su alma atormentada viendo y oyendo sus obras inicuas. 9 Pues sabe el Señor librar de la tentación a los piadosos y reservar a los malvados para castigarlos en el día del juicio, 10 sobre todo a los que van en pos de la carne llevados de los deseos impuros y desprecian la autoridad del Señor. Audaces, pagados de sí mismos, no temen blasfemar de las potestades superiores.

Nuestro autor prueba ahora con tres ejemplos bíblicos que Dios no dejará de castigar severamente a esos falsos doctores. Del mismo modo que Dios castigó a los ángeles rebeldes (v.4), y a los malvados con el diluvio (v.5), y a Sodoma y Comorra con la destrucción (v.6.8), así castigará a los falsos e impúdicos apóstoles (v.9-10). La epístola de Judas (v.5-11) presenta un estrecho paralelo con nuestro texto.
El autor sagrado, lo mismo que Judas, se refiere a la antigua tradición del pueblo hebreo, que habla de un pecado de los ángeles y de su castigo. Este pecado fue una falta de soberbia y de rebelión contra Dios, como enseñan San Agustín 10. Dios, a causa de este pecado, los precipitó en el tártaro (v.4). Este nombre designaba en la mitología griega el lugar subterráneo en que' eran atormentados los titanes y los enemigos de los dioses. Después pasó a significar el lugar en donde penan los pecadores, el infierno. Los entregó a las prisiones tenebrosas (v.4) 12. Las tinieblas son el símbolo del sufrimiento y del horror; por el contrario, la luz es el símbolo de la felicidad celestial. Dios ha reservado a los ángeles malos para el día del juicio, es decir, que, si bien fueron castigados inmediatamente después de rebelarse contra su creador, su condenación solemne ante todo el mundo está reservada al juicio final. Judas, en el lugar paralelo, dice expresamente: para el juicio del gran día.
El segundo ejemplo de castigos citado por la 2 Pe (no por Judas) se refiere al diluvio (v.5). El diluvio es considerado como la transición entre el mundo antiguo, que es destruido, y la constitución del nuevo mundo. Por eso el diluvio es, en las epístolas de San Pedro, el tipo de la renovación esperada 13 y del bautismo 14. Dios salvó del diluvio sólo al pregonero de la justicia, Noé, con otras siete personas (literalmente: al octavo) . Noé era el octavo contando a su mujer, sus tres hijos y las mujeres de éstos. La bondad de Dios manifestada con Noé y los suyos hace resaltar su severidad para con el pecador impenitente. Noé es llamado pregonero, predicador de la justicia, porque tanto con su palabra como con su ejemplo y la construcción del arca habría exhortado a los hombres a la penitencia anunciando el castigo divino 15. Además, la tradición judía también nos habla de la predicación de Noé 16. La 2 Pe aludiría a un dato tomado de la Haggada, del mismo modo que Judas aludiría a la ascensión de Moisés y a Henoc 17.
El tercer ejemplo sobre la intervención de la justicia divina, que corresponde al segundo de Judas (v.7), es la destrucción de Sodoma - Comorra (Gen_19:1585). También Jesucristo, para mostrar la severidad de los juicios divinos, aduce los ejemplos del diluvio y de la destrucción de Sodoma y Comorra 18.
Los v.7-8 de 2 Pe hacen contraste con lo que precede. Muestran la misericordia divina para con el justo. La justicia de Lot se manifiesta en la aflicción que le producía la conducta impúdica y desenfrenada de los sodomitas. El sufrimiento a la vista del pecado es efectivamente lo propio del justo. La literatura rabínica no es, sin embargo, muy favorable a Lot19. Con frecuencia lo considera como un libertino y un impío a causa del hecho que nos cuenta el Gen_19:31-38. Sea lo que fuere de esto, lo cierto es que su conducta antes de la destrucción de Sodoma y Comorra fue irreprensible 20. También ciertos textos rabínicos consideran a Lot como un justo 21.
Después de la larga prótasis de los v.4-8, llegamos por fin a la apódosis. El autor sagrado termina con un principio general: Dios salva a los justos, como lo hizo con Noé y con Lot, pero se muestra severo con los impíos, como lo hizo con los malvados de la época del diluvio y con Sodoma y Comorra (v.9). De este modo, el apóstol infundía valor y confianza a sus lectores, que también vivían en medio de graves pruebas materiales y espirituales. Por otra parte, advierte que los impíos no han de hacerse ilusión. Si Dios no los castiga aquí abajo, es porque están reservados para el gran día del juicio, en que serán terriblemente castigados. Sin embargo, el castigo divino no será igual para todos. Los falsos doctores serán castigados de una manera especialísima a causa de su vida escandalosa, pues se dejan arrastrar por los placeres sensuales y la lujuria, imitando a los contemporáneos de Noé y Lot. Esclavos de la carne, desprecian la autoridad del Señor (literalmente: desprecian la soberanía divina, v.10). La soberanía de la que nos habla el texto sagrado parece ser la de Jesucristo, que es llamado con frecuencia en la epístola nuestro Señor. 22
La conducta de estos doctores licenciosos está llena de audacia, de temeridad y de arrogancia, pues no temen blasfemar de las potestades superiores (liter.: de las glorias, v.10). Las glorias (äüîáé) designarían, según algunos autores (Bigg, Calmes), personas eclesiásticas o civiles constituidas en dignidad. Mas, por el contexto (v.11) y por el lugar paralelo de la epístola de Judas (v.8), se ve que se trata de los ángeles.



El castigo futuro, 2:11-22.
11 Cuando los ángeles, aun siendo superiores en fuerza y poder, no profieren ante el Señor un juicio injurioso contra ellas. 12 Pero éstos blasfeman de lo que no conocen, como brutos irracionales, naturalmente destinados a ser presa de la corrupción, perecerán en su corrupción, 13 recibiendo con esto la justa paga de su iniquidad, pues hacen sus delicias de los placeres de cada día; hombres sucios, corrompidos, se gozan en sus extravíos, mientras banquetean con vosotros. 14 Sus ojos están llenos de adulterio, son insaciables de pecado, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón ejercitado en la avaricia, son hijos de maldición. 15 Dejando la senda recta, se extraviaron, y siguieron el camino de Balam, hijo de Beor, que, buscando el salario de la iniquidad, 16 halló la reprensión de su propia demencia cuando una muda bestia de carga, hablando con voz humana, reprimió la insensatez del profeta. 17 Son éstos fuentes sin agua, nubes empujadas por el huracán, a quienes está reservado el orco tenebroso. 18 Profiriendo palabras hinchadas de vanidad, atraen a los deseos carnales a aquellos que apenas se habían apartado de los que viven en el error, 19 prometiéndoles libertad, cuando ellos son esclavos de la corrupción, puesto que cada cual es esclavo de quien triunfó de él. 20 Si, pues, una vez retirados de las corruptelas del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, de nuevo se enredan en ellas y se dejan vencer, sus postrimerías se hacen peores que los principios. 21 Mejor les fuera no haber conocido el camino de la justicia que, después de conocerlo, abandonar los santos preceptos que les fueron dados. 22 En ellos se realiza aquel proverbio verdadero: Volvióse el perro a su vómito, y la cerda, layada, vuelve a revolcarse en el cieno.

¿De qué ángeles se trata en el í. 11? En el texto paralelo de Judas son los ángeles buenos; aquí, en cambio, el contexto parece indicar que se trata de los ángeles caídos (cf. v.4). Estos son dignos de reprobación; pero los ángeles buenos, aun siendo superiores, no se atreven a proferir injurias contra ellos. El pasaje paralelo de San Judas (v.6) nos habla del altercado entre el arcángel San Miguel y Satanás, en el cual Miguel no se atrevió a pronunciar contra el diablo ningún juicio injurioso, sino que se limitó a decir: Que el Señor te reprenda 23. Lo que no se atreven a hacer los ángeles buenos respecto de los ángeles malos, lo hacen los falsos doctores, que no temen injuriar a las glorias. Tal vez los falsos doctores negaban a los ángeles malos la capacidad de hacer mal.
El apóstol siente repugnancia de estos falsos maestros, comparables a los brutos irracionales (v.12). La vida que llevan es como la de las bestias, destinadas a ser capturadas y a perecer. Por eso también ellos terminarán en la perdición. Encenagados en los apetitos de la carne, blasfeman de todo lo que no responde a sus instintos y de todo lo que no conocen, es decir, del poder de los ángeles Y de Dios. El placer de estos falsos doctores está en los grandes banquetes 24 de cada día, que son para ellos motivo de pecado. Porque asisten a los ágapes de la comunidad con la única preocupación de engordar y extraviar a los demás (v.13).
Tammbién pecan los falsos doctores buscando y deseando la mujer adúltera (v.14). Todo lo que ven les excita a las pasiones y los lleva a cometer mayores pecados, particularmente incitando con su conducta y sus palabras al pecado a las almas más débiles. Jesús enseña en el Evangelio: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya adulteró con ella en su corazón. 25 No es éste sólo su vicio habitual, sino que también conocen todas las habilidades del avaro para amontonar riquezas. Emplean sin ningún escrúpulo todos los medios, incluso los más deshonestos. Por eso la maldición divina se desencadenará sobre ellos en el día de la parusía.
Estas ideas de avaricia y de maldición sirven para introducir muy naturalmente la historia de Balam (v. 15-16), al cual se reprochaba la codicia y había sido llamado por Balac para maldecir. Balam es el tipo de los que obran el mal por espíritu de lucro. Su pecado más conocido fue el haber aceptado maldecir a Israel para obtener del rey de Moab una buena suma de dinero 26. Pero Balam no sólo fue culpable de avaricia y de engaño, sino que también incitó a las mujeres moabitas para que tentaran a los israelitas 27. Por estos motivos la tradición judía atribuyó a Balam todas las torpezas e hizo de él el prototipo de los condenados 28. De los ejemplos de Caín, Balam y Coré aducidos por Judas (v.11), la 2 Pe sólo escoge uno: el de Balam 29.
Los falsos doctores hacen sufrir una cruel desilusión a los incautos que esperaban de ellos la verdad y la salvación. Para significar esto, el autor sagrado emplea dos imágenes, tomadas de Judas, í.12-13, con cierta libertad, que insinúan la desilusión de un peregrino sediento (v.17). Jeremías había ya comparado los falsos profetas a cisternas rotas, que no pueden contener el agua 30. Los falsos doctores, sin poder dar lo que prometen, irán a parar al orco tenebroso; en cambio, los justos resplandecerán como estrellas por toda la eternidad 31.
Los v.18-19 precisan en qué consiste la desilusión que se llevarán los secuaces de los falsos doctores. Profiriendo palabras hinchadas de vanidad (v.18), se asemejan a las nubes empujadas por el huracán, que prometen mucho y no dan nada. Sin embargo, logran seducir con el cebo de la sensualidad a los incautos y a los débiles; es decir, a los que se han convertido recientemente del paganismo y que todavía no han conseguido vencer plenamente sus anteriores errores y malos hábitos. Abusando de la predicación cristiana, prometen, bajo el nombre de libertad, una verdadera esclavitud, porque el que no observa la ley moral será esclavo de los vicios (v. 19). El vencido se convertía en esclavo del vencedor, según el antiguo derecho de guerra. Los falsos doctores han sido ya vencidos por la corrupción, porque el que comete el pecado se hace esclavo del pecado 32. Los falsos profetas se habían dejado vencer por los vicios de la carne 33.
La incorporación a Cristo mediante el bautismo y el conocimiento de la doctrina cristiana libraba a los cristianos de las corruptelas del mundo (v.20). Pero, si de nuevo se enredan en ellas y se dejan vencer, su situación se hace más crítica que antes 34, porque ya no tienen la excusa de la ignorancia. Mejor les hubiese sido no conocer la verdad cristiana que, una vez conocida, apartarse de ella (v.21); porque su pecado sería menor. Es mejor ser pagano que convertirse en apóstata. La expresión camino de la justicia designa la santidad cristiana con tocio lo que ella implica, pues esta santidad proviene del conocimiento que se tiene de Jesucristo.
El autor sagrado ilustra con dos proverbios populares lo que había dicho sobre los apóstatas. El primero está tomado de Prov 26, n: volvióse el perro a su vómito. El fiel que vuelve a su vida de pecado se hace tan abominable como el perro que vuelve de nuevo a vomitar. El segundo proverbio no es bíblico, pero se encuentra ya en la leyenda de Ahikar: la cerda lavada vuelve a revolcarse en el cieno. La comparación con el fiel se refiere al retorno a un estado inmundo del cual había salido. Jesucristo también había empleado la imagen del perro y del cerdo para designar a los adversarios incorregibles 35. Los autores paganos consideran al perro, y sobre todo al puerco, como símbolo de la mancha moral 36.

1 3:1-10. 2 Jer_7:8; Jer_14:14; Deu_13:1-6; Eze_13:9; Zac_13:23. 3 Cf. también 1Ti_3:1ss 4 Jud_1:4.7.8.13.16.18.23. 5 Cf. Hec_9:2; Hec_18:25; Hec_19:9. 6 A. Charue, o.c. p.491. 7 Doctrina de los doce Apóstoles u,6 = Didajé. Cf. D. Ruiz Bueno, Padres Apostólicos (BAC, Madrid 1950) p.89. 8 1Co_9:1-18; 2Co_12:13. El ansia de lucro personal era bastante común entre los judíos de entonces, como nos lo atestiguan diversos lugares del Nuevo Testamento (Mat_23:145; Tit_1:105; cf. Eze_34:3). 9 Cf. Jud_1:4-5 10 Pe C™ Dei 14:13-1 11 Suma Teol. é q.63 a.2. 12 seguimos, con los códices BSAC y los Padres latinos, la lección óåéñïÀ$ ï bien óéñïúò == «en los abismos», que parece ser la mejor atestiguada. 13 12:13 14 1 Pe 3 20-21. 15 Cf.Heb 11:7. 16 Wt. Josefo Flavio, Ant. 1,3,1; Oráculos sibilinos 1,129.150-198. Cf. Strack-Bil 17 Cf. J. Chaine, 6.c. p.63. 18 Cf- Luc_17:26-29. 19 Cf. Strack-Billerbeck, vol.3 p.76953. 20 Cf. Gen 18; 19; Sab_10:6. 21 S. Rappaport, Der gerechte Lot: ZNTW 29 (1930) p.299. El Gen 19,iss nos habla de su hospitalidad. 22 1:8.14.16; 2:20; 3:2.15.18; cf. Jud_1:8; Didajé 4:1. Para San Pablo (Efe_1:21; Col I:l6) soberanía = êõñéüôçâ designa un determinado coro de ángeles. 23 Esta disputa entre Miguel y Satanás estaría tomada, según Orígenes (De principiis 3:2,i: PG 11:303), del apócrifo Asunción de Moisés, el cual sólo ha llegado a nosotros fragmentariamente. La 2 Pe la sustituye por una afirmación de carácter general. 24 La lección ÜãÜðáéâ de BA2C2 Vgta. parece preferible a cnrórrats de SAKLP, ya e en el texto paralelo de Judas (v. 10-12), del que depende 2 Pe, son los falsos doctores Participan en los banquetes de la comunidad. La Asunción de Moisés 4:4 también nos ibla de los que buscan los convites a cualquier hora del día. 25 Mat_5:28. 26 Cf. Núm 22-24. 27 Cf. Num_25:1-3; Deu_31:16. 28 Cf. G. H. Guyot, Baíaam: CBQ.3 (1941) 235-242. 29 Parece como si la 2 Pe supusiera conocido el texto de Judas. 30 Jer_2:13. 31 Dan_12:3. 32Jn_1:8 :34- San Pablo, en su epístola a los Rom_8:21, pone en contraste la libertad de los hijos de Dios con la servidumbre de la corrupción de las criaturas, lo mismo que hace aquí la 2 Pe. Y en la epístola a los Calatas 5:13 exhorta a no tomar la libertad como pretexto para servir a la carne. Epicteto ('Platicas 1.2:2Cr_20:3; 2Cr_22:31) también llama siervo de sus excesos al hombre vicioso. Cf. Cicerón, Verr. 3:22. 33 Cf. Rom_6:16. Y, sin embargo, los gnósticos afirmaban que para los espirituales, como ellos se creían, no era posible la corrupción (San Ireneo, Adv. haer. 1:6:2). 34 Cf. Mat_12:45; Lev_11:26. El í. Ô. recalca siempre la gravedad del pecado de apostasia: Luc_9:62; Heb_6:4ss; Heb_10:26; 1Jn_5:16s. 35 Mat_7:6. 36 Cf. Horacio, Epist. 1:2:26; Cicerón, Verr. 4:24; Varrón, Res rusíicae 2.


Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Nuevo Testamento (Verbo Divino, 2004)



(A) El juicio cierto de Dios (2,1-11). 1. fal(-)sos maestros: Tras defenderse, el autor con(-)trasta su legitimidad con la de los falsos maes(-)tros que perturban a la Iglesia. Los compara con los falsos profetas, que según Jeremías y Ezequiel no estaban autorizados a hablar y que predicaban paz y seguridad cuando lo que se requería era reforma y arrepentimiento (Jr 5,12; 6,14; Ez 13,10). niegan al Señor: El autor no quiere decir que estos miembros de la Igle(-)sia sean ateos, sino más bien que rechazan el juicio de Dios. Los salmos indican que los pe(-)cadores rechazan el conocimiento que Dios tiene de sus obras y por tanto el juicio sobre ellas
(Sal 10,11.13; 14,1; 73,11). Según Tit 1,16, el rechazo de la ley de Dios implica re(-)chazo del legislador. El v. 1 amplía la acusa(-)ción que en 1,16-19 hizo el autor, de que algu(-)nos niegan la tradición de la parusía de Cristo y del justo juicio de Dios, sectas: Estos falsos maestros están escandalizando a la Iglesia, maldad condenada en Mc 9,42 y 1 Cor 8,11-13. 2. lascivia: Una mala teología sólo puede conducir a una mala moralidad, en este caso a la «lascivia», el peor vicio según esta cultura (véase Rom 1,26-27). Destruyéndose a sí mis(-)mos, deshonran el «camino de la verdad» cris(-)tiano (Hch 18,25-26), tanto al Dios verdadero como los medios éticos de honrar a ese Dios, y de ese modo desacreditan el cristianismo ante el mundo (véanse 1 Tes 4,12; 1 Cor 14,23; Col 4,5). 3. palabras mentirosas: El autor llama la atención sobre la falsa doctrina; como sus ad(-)versarios le acusaban de «inventarse mitos» (1,16), él les devuelve el favor criticando sus «argumentos artificiosos», imputándoles co(-)mo motivación básica la codicia, un ataque corriente contra los falsos filósofos y predica(-)dores (1 Tim 6,5; Tit 1,11; R. J. Karris, JBL 92 [1973] 549-64). dormita: El autor les cita a sus adversarios su propia consigna (« ¡El juicio es(-)tá ocioso! ¡La perdición duerme!»), pero la niega. Era corriente entre los difamadores de la providencia de Dios comentar con sorna que «Dios duerme» (1 Re 18,27); entre los cre(-)yentes, en cambio, lo era insistir en que Dios no duerme (Sal 121,4) y en que se levantará para ejecutar el juicio (Sal 9,19; 68,1; 74,22). Tras acusar a los herejes de maldad (v. 3a), el autor dicta condena contra ellos (v. 3b).
17 4. Dios no perdonó: Si el v. 3 afirma que el juicio divino no está dormido, es nece(-)sario probarlo. Para ello se recurre a ejemplos clásicos de juicio divino en el pasado: si Dios no perdonó a estas figuras en el pasado, sólo cabe esperar el juicio en el presente. En los v.4-9 el autor toma material de Jds 5-7, cam(-)biando el orden y la importancia de los ejem(-)plos:

Jds 5-7 2 Pe 2,4-8
generación del desierto ángeles
ángeles Noé y su generación
Sodoma y Gomorra Lot y Sodoma y Gomorra
2 Pe los dispone cronológicamente de acuerdo con las Escrituras; sustituye el juicio sobre los peregrinos del éxodo por la salvación de Noé, y añade la nota acerca del rescate de Lot del juicio de Sodoma. Mientras que Jds subrayaba que los bendecidos por Dios cayeron en des(-)gracia y afrontaron el juicio (véase 1 Cor 10,5-13), 2 Pe hace hincapié en la providencia de Dios, tanto para premiar a los justos (Noé, Lot), como para castigar a los malvados (án(-)geles, Sodoma). Quienes «niegan al Señor», es decir, niegan el juicio de Dios, simplemente es(-)tán equivocados. El v. 9 compendia los tres ejemplos, afirmando la creencia tradicional de que Dios rescata a los justos justamente, pero reserva a los malvados para el juicio, aun cuando ese ajuste de cuentas no sea evidente en la tierra.
18 4. en el Tártaro: Los ejemplos del juicio de Dios tienen atractivo universal, igual para judíos que para griegos. Los ángeles fueron «arrojados en el Tártaro», lo cual recuerda Gn 6,3 y el mito pagano de los titanes; la salvación del diluvio alcanzada por Noé es paralela a la de Deucalión; el juicio realizado contra Sodo(-)ma mediante el fuego se parece al castigo de Faetón. Los escritores judíos señalaban estas semejanzas, que presentaban como un argu(-)mento a favor de la antigüedad, veracidad y universalidad de las Escrituras (Filón, De praem. 23; Josefo, Ant. 1.3.1 § 73). Al usar ejemplos comunes, el autor prolonga un argu(-)mento católico en defensa de una tradición aceptada por todos los pueblos en todos los tiempos.

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9. el Señor sabe cómo: El autor alude a la difícil situación presente insistiendo en que Dios juzga especialmente a los pecadores del ti(-)po de ésos que ahora perturban a la Iglesia. 10. niegan la autoridad: Con esto se reitera básica(-)mente el modo en que el autor entiende los erro(-)res de los falsos maestros: desprecian la autori(-)dad, esp. el justo juicio de Dios (véase 2,1), pero también la autoridad eclesial como es el caso de Pedro. La tradición indica que quienes rechazan al representante de Dios rechazan también a Dios (Jn 12,48; 1 Tes 4,8). apetencias impuras: Siguen una senda carnal que desemboca en el deseo y el placer (2,2.13), dos de los cuatro fa(-)mosos vicios contra los que habitualmente cla(-)maban los predicadores (Diógenes Laercio 7.110-115). corrupción: Una mala teología con(-)duce a una mala moralidad y a la corrupción; los cristianos están llamados a la santidad («Sed santos como yo soy santo», 1 Pe 1,16; 1 Tes 4,3- , que entraña una separación completa y per(-)manente respecto a todo pecado y maldad ante(-)rior (véase 1 Cor 5,8; 1 Pe 4,1-6). Si por sus frutos se les ha de conocer, estos herejes están ciertamente equivocados porque sus errores conducen a vicios y corrupción. El argumento es tradicional: quienes niegan el juicio de Dios utilizan tal negativa como pretexto para la ini(-)quidad y la inmoralidad (Sal 14,1-4; 64,6-7). 11. cuando los ángeles: Otro aspecto de la doctrina de los falsos maestros: niegan que los ángeles de Dios actúen como representantes del juicio de Dios (véanse Mt 13,41-42; 24,31; Ap 8,6-12).

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(B) El error conduce al vicio (2,12-16). El ataque contra los falsos maestros conti(-)núa en términos genéricos. La invectiva em(-)pieza y termina con referencia a su paga venidera por hacer el mal (2,12.15), insistiendo sobre el juicio que niegan. 12. brutos animales: Se compara a los falsos maestros con animales debido a su ignorancia; no son más que criatu(-)ras de naturaleza corruptible, no comparten la naturaleza imperecedera de Dios, a diferencia de los verdaderos creyentes (1,4); como los ani(-)males, están destinados por naturaleza a ser cazados y muertos. Por hacer el mal sufrirán el mal. 13. manchados e infames: Habitualmente los pecadores se avergüenzan de sus pecados y los cometen al amparo de la noche, pero éstos hacen alarde de su maldad a plena luz del día. El autor los llama corrupción (2,10), mancha e infamia que corrompe las reuniones santas de los santos de Dios (véase 1 Cor 5,7-8), y por tanto deben ser desenmascarados como im(-)postores y juzgados (1 Cor 5,11). 14. ojos llenos de adulterio: Se demuestra que su falsa doctri(-)na conduce a la inmoralidad, el adulterio, el pecar incesante y la codicia, lo que indica una corrupción total del corazón. 16. una muda bestia de carga: Se cita a Balaán como ejemplo, pues fue codicioso, falso profeta, reprendido por una burra a causa de su malevolencia y también castigado por Dios a causa de su mal(-)dad; sirve de ejemplo más tradicional del justo juicio de Dios sobre los pecadores (véanse Jds 11; Nm 22-24; 31,16).
(C) Falsas promesas (2,17-19). 17.
cisternas... nieblas: Los herejes son compara(-)dos con cisternas vacías, que prometen algo que no tienen
(Jr 2,13; 14,3), o nieblas incon(-)sistentes empujadas atropelladamente por la pasión y la codicia. Para ésos está reservado el juicio. ¿Su delito? Palabras falsas, negación de la tradición (1,16; 2,1; 3,3-4) y propagación de falsa doctrina. 19. libertad: Prometen libertad: libertad de la ley, de la autoridad y del juicio. En esto se comparan con los inicuos (2,8) y son acusados de iniquidad (2,10.21), maldad singular condenada tanto por los evangelios (Mt 7,23; 13,41) como por Pablo (Rom 2,12; . esclavos de la corrupción: El autor des(-)cribe sarcásticamente cómo las promesas de libertad de los herejes conducen, en cambio, a la esclavitud, a la servidumbre de la corrup(-)ción y a la destrucción. Por el contrario, las promesas suyas (1,4; 3,9) enseñan a escapar de la corrupción y la destrucción por la fideli(-)dad a la ley de Dios y la esperanza del justo jui(-)cio de Dios. El resultado de las promesas de los herejes es un regreso a un mundo de carne, no a la inmaculada naturaleza de Dios.
(D) Caída en desgracia (2,20-22). habiendo escapado: La conversión significa una ruptura definitiva con el pecado (véase 1 Pe 4,1-2), un tránsito del pecado a la gracia, de la muerte a la vida, de la tiniebla a la luz. Lo peor que podría suceder sería pasarse de nue(-)vo a la esfera anterior, horror contra el que se advierte en el evangelio (Mt 12,43-45), en Pa(-)blo (Rom 6,6-11) y en otros escritos cristianos (Heb 6,1-6; 10,38). 22. perro... puerca: Esta caí(-)da se compara con la vuelta de un perro a su vómito (Prov 26,11) y de una puerca a su cie(-)no, confirmando la denigración de 2,12 de que los herejes son «animales», no partícipes de la naturaleza divina. Como dice Mc 14,21, mejor que no hubieran sido salvados.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Su carácter. El Apóstol enfatiza ahora la peligrosa influencia de esta gente describiendo más plenamente su naturaleza. Son arrogantes (10-12), licenciosos (13), inmorales (14) y avaros (14b-16). Entonces los condena sobre una triple base: lo que ellos ofrecen puede sonar atractivo, pero carece de sustancia (17); su enfoque usa el patrón del placer sensual para atraer a los nuevos cristianos para que vuelvan al mundo (18) y es totalmente engañoso, porque la libertad que ofrece lleva sólo a la esclavitud del pecado (19). En este pasaje, el lenguaje es complejo y poco común, ya que el autor acumula palabra tras palabra para destacar la enormidad de la conducta de ellos. En el mundo contemporáneo este tipo de enseñanza se ha hecho común bajo la cobertura del título de Nueva Era.

Notas. 10b Atrevidos son los espíritus que no se preocupan por las consecuencias para sí mismos o los demás. Arrogantes (lit. autocomplacientes) describe la actitud de estar tan obsesionado con los propios deseos que nada más puede ser considerado. Potestades superiores puede referirse a los ángeles (ver la nota anterior sobre 10a), caso en el cual los falsos profetas pueden estar engañando de la manera que los hombres de Sodoma se burlaron de los ángeles que vinieron a la casa de Lot (Gén. 19:1-26). Por el otro lado, puede ser que usaron la conducta de los ángeles caídos de Gén. 6:1-4 como una justificación para su propia inmoralidad, y menospreciaron a los ángeles caídos al sostener que esa conducta era típica de todos los ángeles.11 Los ángeles tienen el derecho de quejarse ante Dios por la conducta de estos mortales arrogantes, pero se niegan a hacerlo. Esto puede ser una referencia al tipo de incidente descripto en Judas 9. 12 Como esa conducta es irracional (lit. bruta), como es la de los animales, entonces el destino de estos hombres se parecerá al de las bestias, pues han sido creados para presa y destrucción (ver Jud. 10). Pe dro subraya la ignorancia de los que critican el estilo de vida cristiano. Perecerán (lit. serán destruidos en su destrucción) puede tener esta traducción o puede describir las consecuencias finales de la corrupción que han permitido en sus propias vidas. 13 Recibirán injusticia como pago de la injusticia es un juego de palabras. Green sugiere que la metáfora exacta sería serán defraudados con la retribución del fraude. El pecado atrae con su oferta de placer, pero al fin aquellos que se lo permiten no encuentran placer alguno. El hecho de que gocen en pleno día es para describir una disipación extrema. Para el cristiano el día es el tiempo para el trabajo (cf. Juan 9:4; Rom. 13:13; 1 Tes. 5:7, 8). Manchas implica algo que desfigura y duele. Esta palabra así como suciedad aparecen en el NT con un prefijo negativo para describir el carácter de Cristo y lo que su iglesia debe ser (ver p. ej. Ef. 5:27). Engaños (gr. apatais) tiene la idea de placeres que engañan a la gente para que caiga en pecado. Algunos mss. dicen agapais (fiestas de amor) que se usa en Jud. 12. 1 Cor. 11 nos dice que la fiesta de amor había llegado muy pronto a ser un tema de abuso.

14 Ojos llenos de adulterio es una frase concentrada para decir siempre buscan a una mujer con la cual cometer adulterio. Como no se satisfacen con pecar ellos mismos también seducen a otro, o sea que les llevan por mal camino (cf. Rom. 1:32). Hijos de maldición es una frase heb. (cf. 1 Ped. 1:14). Han rechazado a Cristo, quien es el único que puede redimirlos de la maldición. 15, 16 Balaam es el ejemplo clásico del falso maestro que desvía a la gente para tener ganancia personal. Núm. 22-24 muestra cómo Balaam trató vez tras vez de profetizar contra Israel para recibir el pago de Balac. Al final, después de no lograr destruir a Israel verbalmente, se cuenta cómo lo hizo moralmente (Núm. 31:16; cf. 25:1-9; Apoc. 2:14). Balaam es el prototipo del falso maestro que buscó la recompensa o la popularidad por medio de persuadir a la gente de que los niveles de Dios pueden ser rebajados. Aquí Pedro expande el ejemplo citado en Jud. 11. La conducta de Balaam es considerada locura porque es contraria al buen sentido.

17 Fuentes sin agua son las que no dan la satisfacción que parecen ofrecer. Nubes arrastradas puede referirse a la inestabilidad de los falsos maestros: su enseñanza varía con cada orientación del viento (cf. Ef. 4:14). La frase también puede sugerir su fracaso para dar la lluvia refrescante que prometen o algo que no produce bien, pero que sólo oscurece la luz. Profunda oscuridad es una expresión usada desde los tiempos clásicos para denominar las tinieblas de las regiones infernales (ver v. 4). 18 Arrogantes tiene la idea de algo más grande de lo que tiene derecho a ser. Seducen es la misma palabra que en el v. 14 (ver allí). Los falsos maestros a menudo trabajan con los recién convertidos, los que a duras penas se habían escapado y que no están aún arraigados en la fe. 19 Estos maestros ofrecen libertad de la obligación de servir a Cristo y crecer en él (cf. 1:3-11). Al hacerlo, pasaron por alto el hecho de que este tipo de vida licenciosa sólo es la antigua atadura del pecado una vez más (cf. Rom. 6 y Juan 8:31-36). 20 Los que puede referirse tanto a los maestros como a sus víctimas y posiblemente a ambos. Ver la nota sobre conocimiento en 1:2. Ser peor puede referirse a las palabras de Jesús en Mat. 12:45 y Luc. 11:26, aunque otros ven una relación con Luc. 12:47, 48. 21 Mejor les habría sido porque si han rechazado los caminos de Dios en Cristo, ya no hay otro camino de salvación (cf. Heb. 6:4-8; 10:26-31). Camino, ver sobre v. 2. De justicia subraya las consecuencias morales de seguir a Cristo. 22 El primer proverbio se encuentra en Prov. 26:11 y el segundo parece venir de una fuente extrabíblica, la antigua Historia de Ahikar. Quizá Pedro también tenía en mente Mat. 7:6.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter II.

1 He foretelleth them of false teachers, shewing the impietie, and punishment both of them and their followers: 7 from which the godly shall bee deliuered, as Lot was out of Sodom: 10 and more fully describeth the manners of those prophane, and blasphemous seducers, whereby they may be the better knowen, and auoided.
1 But there were false prophets also among the people, euen as there shall bee false teachers among you, who priuily shall bring in damnable heresies, euen denying the Lord that bought them, and bring vpon themselues swift destruction.
2 And many shall follow their [ Or lasciuious wayes, as some copies reade.] pernicious wayes, by reason of whom the way of trueth shall be euill spoken of:
3 And through couetousnesse shall they with fained words, make marchandise of you, whose iudgement now of a long time lingereth not, and their damnation slumbreth not.
4 For if God spared not the Angels that sinned, but cast them downe to hell, and deliuered them into chaines of darkenesse, to be reserued vnto iudgment:
5 And spared not the old world, but saued Noah the eight person a preacher of righteousnesse, bringing in the flood vpon the world of the vngodly:
6 And turning the cities of Sodom and Gomorrha into ashes, condemned them with an ouerthrowe, making them an ensample vnto those that after should liue vngodly:
7 And deliuered iust Lot, vexed

[Balaams way.]

with the filthy conuersation of the wicked:
8 (For that righteous man dwelling among them, in seeing & hearing, vexed his righteous soule from day to day, with their vnlawfull deeds.)
9 The Lord knoweth how to deliuer the godly out of temptations, and to reserue the vniust vnto the day of iudgement to be punished:
10 But chiefly them that walke after the flesh in the lust of vncleannesse, and despise [ Or, dominion.] gouernment. Presumptuous are they; selfe willed: they are not afraid to speake euill of dignities: [ Jud_1:8 .]

11 Whereas Angels which are greater in power and might, bring not railing accusation [ Some read against themselues .] against them before the Lord.
12 But these, as natural bruit beasts made to bee taken and destroyed speake euill of the things that they vnderstand not, and shall vtterly perish in their owne corruption,
13 And shall receiue the reward of vnrighteousnesse, as they that count it pleasure to riot in the day time: Spots they are and blemishes, sporting themselues with their owne deceiuings, while they feast with you:
14 Hauing eyes ful of [ Greek: an adulteresse.] adulterie and that cannot cease from sinne, beguiling vnstable soules: an heart they haue exercised with couetous practises: cursed children:
15 Which haue forsaken the right way, and are gone astray, following the way of Balaam the sonne of Bosor, who loued the wages of vnrighteousnesse,
16 But was rebuked for his iniquity: the dumbe asse speaking with mais voice, forbade the madnesse of the Prophet.
17 These are welles without water, cloudes that are caried with a tempest, to whom the mist of darkenesse is reserued for euer.
18 For when they speake great svelling words of vanitie, they alure through the lusts of the flesh, through much wantonnesse, those that were [ Or, for a litle, or a while as some read.] cleane escaped from them who liue in errour.
19 While they promise them libertie, they themselues are the seruants of corruption: for of whom a man is ouercome, of the same is he brought in bondage.
20 For if after they haue escaped the

[Reuolters. The day of the Lord.]

pollutions of the world through the knowledge of the Lord and Sauiour Iesus Christ, they are againe intangled therein, and ouercome, the latter end is worse with them then the beginning.
21 For it had bin better for them not to haue knowen the way of righteousnesse, then after they haue knowen it, to turne from the holy commandement deliuered vnto them.
22 But it is happened vnto them according to the true prouerbe: The dog is turned to his own vomit againe, and the sowe that was washed, to her wallowing in the mire.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Contra los falsos profetas y maestros. Este capítulo tiene como objetivo desenmascarar a los «falsos maestros» que arruinan la vida de las comunidades. Toma como base la carta de Judas, que a veces cita casi literalmente (cfr. 1 y Jud_1:4; 4 y Jud_1:6; 6 y Jud_1:7; 9 y Jud_1:6; 10 y Jud_1:7s; 11 y Jud_1:9; 12 y Jud_1:10; 13 y Jud_1:12; 15 y Jud_1:11; 17 y Jud_1:12s; 2 y Jud_1:16; 3 y Jud_1:12s). La doctrina de los «falsos maestros» se caracteriza por renegar del Señor (1; cfr. 1Jn_2:22s) e imponer en las comunidades un estilo de vida que privilegia el sectarismo, la idolatría, la inmoralidad, el desprestigio del camino de la verdad -la vida cristiana-, el amor al dinero con engaño, el libertinaje, el desprecio de la autoridad de Dios, las actuaciones animalescas, el insulto, la corrupción, el adulterio y la avaricia.
Para reforzar sus argumentos trae a colación tres ejemplos de castigos tomados del Antiguo Testamento: los ángeles pecadores (4; cfr. Gén_6:1-4), el diluvio (5; cfr. Gn 7-9) y Sodoma y Gomorra (6; cfr. Gén_19:1-28). Quien actúa de esta manera se contagia del síndrome de Balaán, que consiste en vivir para la codicia (15), en asumir la vida como un espejismo (16), en una enseñanza vacía y estéril que seduce a los frágiles en la fe (18) y en ser esclavos de la corrupción con señuelos de libertad (19). En medio de los castigos, el autor recuerda positivamente a personajes como Noé y Lot (5-8), hombres religiosos (9) que lograron vivir en fidelidad al proyecto de Dios, y por eso fueron liberados por el Señor.
Los versículos 20s son una dura advertencia para los que tienen una fe ambigua y débil, para quienes conociendo a Jesús, camino de justicia, se rinden fácilmente ante las «inmundicias del mundo». Las palabras del versículo 21 recuerdan la dura sentencia de Jesús contra quien habría de entregarlo: «más le valdría a ese hombre no haber nacido» (Mat_26:24).
La conclusión (22) se hace a partir de dos refranes, uno de origen sapiencial bíblico (cfr. Pro_26:11) y otro de origen helenista.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



4. Este "Juicio" ratificará la sentencia que ya fue pronunciada.

5. Ver Gn. 6 - 8.

6-8. Ver Gn. 19.

10. Probablemente, se trata de la "Soberanía" de Cristo. Ver Jud_5:8.

11. Ver Jds. vs. 9-10.

16. Ver Num_22:28-33.

22. Pro_26:11. El segundo refrán no es bíblico.

Comentario al Nuevo Testamento (EUNSA, 2008)

El texto paralelo de la carta de San Judas (vv. 8-16) ayuda a entender mejor algunas expresiones de este pasaje, en el que se describe la conducta pervertida de los falsarios.

«Los seres gloriosos» (v. 10) serían los ángeles en su conjunto o los ángeles caídos que rigen el mundo, cuya dignidad es considerada menor que la de los ángeles que sirven en presencia del Señor (cfr Judas 8-10).

Balaán había quedado como ejemplo de hombre perverso y codicioso por inducir a los israelitas a la idolatría y a la fornicación (cfr Nm 31,16; Ap 2,14), cuando antes había bendecido al pueblo de Israel (Nm 22,1-24,25).


Greek Bible (Septuagint Alt. Versions + SBLGNT Apparatus)

γεγεννημένα φυσικὰ WH Treg NA28] φυσικὰ γεγενημένα RP
  • καὶ φθαρήσονται WH Treg NA28] καταφθαρήσονται RP

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 2.1-2 Jud 4.

[2] 2.4 Véase Jud 6 n. y también 1 P 3.20 n.

[3] 2.5 Gn 6.5--7.24; 8.18; Sab 10.4. Cf. 1 P 3.20.

[4] 2.6 Jud 7.

[5] 2.7 Gn 19.1-16,29; Sab 10.6.

[6] 2.10 Jud 8.

[7] 2.11 Jud 9.

[8] 2.12 Jud 10.

[9] 2.15-16 Nm 22.4-35. Cf. Jud 11.

[10] 2.17 Jud 12-13. Probable alusión al libro de Henoc; véase Jud 12-13 n.

[11] 2.22 Pr 26.11.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_49:13-15 [Sal_49:12-14]

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_49:13-15 [Sal_49:12-14]

Torres Amat (1825)



[5] A los hombres anteriores al diluvio.

[11] A los demonios, por ser éstos criaturas de Dios. Se puede traducirno pueden resistir la horrenda condenación fulminada contra ellos.

[16] Num 22; 23; 24.

Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)



[=] *Jds 10:1 *Mt 5:16