Ver contexto
Pero que no se les pida cuentas del dinero que se les entrega, porque actúan con honestidad.»
(II Reyes  22, 7) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

אַ֚ךְ‎(אַךְ)

Hebrew|ˈʔaḵ|only

Part-of-speech: adverb
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H389] [a.da.ak] [84]
[אך] [GES379] [BDB403] [HAL419]

לֹא‎(לֹא)

Hebrew|lō-|not

Part-of-speech: negative particle
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3808] [l.ab.aa] [1064]
[לא] [GES3708] [BDB4137] [HAL4092]

יֵחָשֵׁ֣ב‎(חָשַׁב)

Hebrew|yēḥāšˈēv|account

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: nif‘al


[H2803] [h.gr.aa] [767]
[חשב] [GES2696] [BDB3038] [HAL3009]

אִתָּ֔ם‎(אֵת)

Hebrew|ʔittˈām|together with

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H854] [a.gn.aa] [187]
[את] [GES828] [BDB894] [HAL913]

הַ‎(הַ)

Hebrew|ha|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

כֶּ֖סֶף‎(כֶּסֶף)

Hebrew|kkˌesef|silver

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3701] [k.cm.ab] [1015a]
[כסף] [GES3597] [BDB4012] [HAL3977]

הַ‎(הַ)

Hebrew|ha|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

נִּתָּ֣ן‎(נָתַן)

Hebrew|nnittˈān|give

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: nif‘al


[H5414] [n.gg.aa] [1443]
[נתן] [GES5339] [BDB5941] [HAL5834]

עַל‎(עַל)

Hebrew|ʕal-|upon

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H5921] [k.bg.ac] [1624p]
[על] [GES5848] [BDB6471] [HAL6395]

יָדָ֑ם‎(יָד)

Hebrew|yāḏˈām|hand

Part-of-speech: noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3027] [j.aq.aa] [844]
[יד] [GES2931] [BDB3271] [HAL3251]

כִּ֥י‎(כִּי)

Hebrew|kˌî|that

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3588] [k.bg.aa] [976]
[כי] [GES3481] [BDB3883] [HAL3852]

בֶ‎(בְּ)

Hebrew|ve|in

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[b.ab.aa] [193]
[ב] [GES855] [BDB923] [HAL939]

אֱמוּנָ֖ה‎(אֱמוּנָה)

Hebrew|ʔᵉmûnˌā|steadiness

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H530] [a.dy.af] [116e]
[אמונה] [GES506] [BDB532] [HAL553]

הֵ֥ם‎(הֵם)

Hebrew|hˌēm|they

Part-of-speech: personal pronoun
Gender: masculine
Number: plural
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1992] [e.bs.aa] [504]
[הם] [GES1922] [BDB2147] [HAL2141]

עֹשִֽׂים‎(עָשָׂה)

Hebrew|ʕōśˈîm|make

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: plural
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: qal


[H6213] [p.fy.aa] [1708]
[עשה] [GES6129] [BDB6780] [HAL6711]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



Advenimiento de Josías (22:1-7).
1 Ocho años tenía Josías cuando comenzó a reinar, y reinó treinta y un años en Jerusalén. Su madre se llamaba Jedida, hija de Adaya, de Boscat. 2 Hizo lo que es recto a los ojos de Yahvé y siguió en todo el camino de David, su padre, sin apartarse ni a la derecha ni a la izquierda. 3 El año dieciocho del reinado de Josías mandó el rey a la casa de Yahvé a Safan, secretario, hijo de Asalía, hijo de Mesulam, diciéndole: 4 Sube a Helcías, sumo sacerdote, y que reúna el dinero que haya en la casa de Yahvé y que han recaudado del pueblo los guardias de la puerta, 5 y lo entregue a los encargados de hacer las obras en la casa de Yahvé, empleándolo en pagar a los que trabajan en las obras de reparación de la casa de Yahvé, 6 a los carpinteros, a los maestros y albañiles, y en pagar la madera y las piedras talladas para la reparación de la casa. 7 Pero que no se les exijan cuentas del dinero que se les entregue, por ser gente de probidad.

La política religiosa de Judá da un gran viraje con el nuevo monarca, que reinó durante los años 640-609. Su madre llamábase Jedida, querida, hija de Adaya, de Boscat, localidad de la Sefela, cerca de Laquis (Jos_15:39). Puede ser que ella influyese decididamente en la formación religiosa del nuevo monarca. El mejor elogio que podía hacerse de él en este sentido era compararlo al rey David, caminando por el sendero recto, sin declinar ni a la derecha ni a la izquierda (Deu_5:32; Deu_17:11; Jos_23:6). El año 622 inició la restauración del templo de Jerusalén, ya purificado con anterioridad de todos los objetos de culto pagano introducidos por Manases y Amón (2Cr_34:3). A Safan le confió la administración del dinero recaudado para las obras. En 2Cr_34:8, Safan se ve asistido por el gobernador de la ciudad y por el cronista o archivero.

Hallazgo del libro de la Ley (2Cr_22:8-13).
8 Entonces Helcías, el sumo sacerdote, dijo a Safan, secretario: He encontrado en el templo de Yahvé el libro de la Ley. Helcías dio el libro a Safan, y Safan, escriba, lo leyó; 9 y fue luego a dar cuenta al rey, y le dijo: Tus siervos han reunido el dinero'que había en el templo y se lo han entregado a los encargados de hacer las obras en la casa de Yahvé. 10 Y añadió: El sacerdote Helcías me ha entregado este libro; y lo leyó delante del rey. 11 Cuando oyó el rey las palabras del libro de la Ley, rasgó sus vestiduras, 12 y dio esta orden al sacerdote Helcías, a Ajicán, hijo de Safan; a Acbor, hijo de Miqueas; a Safan, secretario, y a Asaya, ministro del rey: 13Id a consultar a Yahvé por mí, por el pueblo y por todo Judá, respecto de las palabras del libro que se ha encontrado, porque seguro que es grande la cólera de Yahvé contra nosotros por no haber obedecido nuestros padres las palabras de este libro y no haber puesto por obra cuanto en él se nos manda.

En una de las veces en que Safan y Helcías convinieron en el templo para retirar las limosnas del cepillo, el sumo sacerdote comunicó al secretario real una noticia de gran trascendencia: He encontrado en el templo el libro de la Ley. ¿En qué lugar lo encontró? ¿En qué circunstancia? ¿Qué se entiende por libro de la Ley? ¿Cuál era su contenido? ¿Encontróse todo el Pentateuco o el código de la alianza (Lev c. 17-26), todo el Deuteronomio o parte del mismo? El laconismo del relato bíblico da pie a la formulación de todas estas preguntas, para concluir que parte de las mismas no admiten respuesta satisfactoria y definitiva.
No fueron los obreros (Naville), sino el sumo sacerdote el que, revolviendo quizá en un cuarto o departamento donde habíanse arrinconado diversos objetos de culto, topó con el rollo de la Ley 1.
En cuanto a la naturaleza del rollo encontrado discrepan los autores. Unos pocos lo entienden de todo el Pentateuco (???). La doble lectura del rollo en un solo día sugiere que se trataba de un trozo literario reducido. Unos (Fríes) lo limitan al c.34 del Deuteronomio; otros (Van Hoonacker) al código de santidad (Lev c. 17-26). Los más sostienen que Helcías encontró el Deuteronomio, todo (Ricciotti, Vaccari, Landersdorfer) o la parte legislativa del mismo (De Vaux, Dhorme, Clamer). Esta última parece ser la sentencia más probable, ya que en 23:2-21 y2Cr_34:30 se habla del libro de la alianza (Exo_24:7). Este hallazgo sirvió de base para que emprendiera el rey su reforma famosa, en la que predominan las prescripciones contenidas en el Deuteronomio c. 12-26 2.
Las características de la reforma de Josías corresponden al contenido del Deuteronomio: i) Monoteísmo absoluto, con anulación de los cultos de la gentilidad, especialmente astrales (Deu_4:19; Deu_17:3; 2Re_23:4-5). 2) Extirpación de la prostitución sagrada (Deu_23:18-19; 2Re_23:7). 3) Condenación de la magia (Deu_18:9-14; 2Re_23:24). 4) Unidad de santuario (Deu_12:5; Deu_11:21; 2Re_23:8-27). 5) Como aconseja Deu_13:3-4; Deu_13:19-91Deu_30:6-10-20, Josías renueva la alianza y la observancia de la Ley con todo su corazón y toda su alma (Deu_23:3; Mediebelle).

El oráculo de Jolda (Deu_22:14-20).
14El sacerdote Helcías, Ajicam, Acbor, Safan y Asaya fueron a la profetisa Jolda, mujer de Salum, hijo de Tecua, hijo de Jarjam, guardarropa que moraba en Jerusalén, en el otro barrio de la ciudad. Una vez que le hablaron,15 les dijo ella: Así habla Yahvé, Dios de Israel: Decid al que a mí os ha enviado: 16 Así dice Yahvé: Yo voy a hacer venir sobre este lugar y sus habitantes los males de que habla este libro que el rey de Judá ha leído; 17 porque me han dejado y han quemado perfumes a otros dioses, irritándome con la obra de sus manos, y mi cólera se ha encendido contra este lugar, y no se apagará; 18 pero diréis al rey de Judá, que os envía para consultar a Yahvé: Así dice Yahvé, Dios de Israel: Acerca de las palabras de este libro que tú has oído, 19 por haberse conmovido tu corazón y haberte humillado ante Yahvé al oír lo que yo he anunciado contra este lugar y contra sus habitantes, que serán objeto de espanto y de execración; por haber rasgado tus vestiduras y haber llorado ante mí, yo también te he oído a ti, dice Yahvé, 20 y por eso yo te recogeré a tus padres y serás sepultado en paz, y no verán tus ojos todos los males que yo haré venir sobre este lugar. Ellos llevaron al rey esta respuesta.

Eran raras en Israel las mujeres dotadas del carisma profético. María, hermana de Moisés, y Débora son llamadas profetisas en sentido amplio (Exo_15:20; Jue_4:4). Se da también el nombre de profetisa a la mujer de un profeta (Isa_8:3), pero en nuestro texto se trata de una vidente en sentido estricto. Llama la atención que se consulte a esta mujer y no a Jeremías y Sofonías, que habían empezado su ministerio antes de la reforma de Josías. Acaso fue por temor a que tales profetas confirmaran las amenazas que se hallan en sus respectivos libros, o porque Jolda habitaba cerca o gozaba de mucha popularidad. Su marido llamábase Salum, hijo de Tecua, hijo de Jarjam, sastre de la corte y posiblemente del templo. A las palabras de los enviados responde la profetisa diciendo que los males de que habla el libro vendrán sobre Jerusalén y sus habitantes en castigo de su pecado de idolatría. Josías bajará en paz al sepulcro de sus padres, no viendo sus ojos los castigos que mandará Dios contra su pueblo.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XXII.

1 Iosiah his good reigne. 3 He taketh care for the repaire of the Temple. 8 Hilkiah hauing found a booke of the Lawe, Iosiah sendeth to Huldah to enquire of the Lord. 15 Huldah prophesieth destruction of Ierusalem, but respite thereof in Iosiahs time.
1 Iosiah [ 2Ch_34:1.] was eight yeeres old when hee beganne to reigne, and hee reigned thirtie and one yeeres in Ierusalem: and his mothers name was Iedidah, the daughter of Adaiah of Boscath.
2 And he did that which was right in the sight of the Lord, and walked in all the wayes of Dauid his father, and turned not aside to the right hand, or to the left.
3 And it came to passe in the eighteenth yeere of king Iosiah, that the king sent Shaphan the sonne of Azaliah, the sonne of Meshullam the Scribe to the house of the Lord, saying,
4 Goe vp to Hilkiah the high priest, that he may summe the siluer which is brought into the house of the Lord, which the keepers of the [ Hebrew: threshold.] doore haue gathered of the people.
5 And let them deliuer it into the hand of the doers of the worke, that haue the ouersight of the house of the Lord: and let them giue it to the doers of the worke, which is in the house of the Lord, to repaire the breaches of the house,
6 Unto carpenters, and builders, and masons, and to buy timber and hewen stone, to repaire the house.
7 Howbeit, there was no reckoning made with them, of the money that was deliuered into their hand, because they dealt faithfully.

[The Law found, and read openly.]

8 And Hilkiah the high Priest said vnto Shaphan the Scribe, I haue found the booke of the Law in the house of the Lord. And Hilkiah gaue the booke to Shaphan, and he read it.
9 And Shaphan the Scribe came to the king, and brought the king word againe, and said, Thy seruants haue [ Hebrew: melted.] gathered the money that was found in the house, and haue deliuered it into the hand of them that doe the worke, that haue the ouersight of the house of the Lord.
10 And Shaphan the Scribe shewed the king, saying, Hilkiah the Priest hath deliuered mee a booke: and Shaphan read it before the king.
11 And it came to passe when the king had heard the words of the booke of the Law, that he rent his clothes.
12 And the king commanded Hilkiah the Priest, and Ahikam the sonne of Shaphan, and Achbor the sonne of Michaiah, and Shaphan the Scribe, and Asahiah a seruant of the Kings, saying,
13 Goe yee, enquire of the Lord for me, and for the people, and for all Iudah, concerning the wordes of this booke that is found: for great is the wrath of the Lord that is kindled against vs, because our fathers haue not hearkened vnto the woordes of this booke, to doe according vnto all that which is written concerning vs.
14 So Hilkiah the Priest, and Ahikam, and Achbor, and Shaphan, and Asahiah, went vnto Huldah the Prophetesse, the wife of Shallum the sonne of Tikuah, the sonne of Harhas, keeper of the [ Hebrew: garments.] wardrobe: now she dwelt in Ierusalem in [ Or, in the second part.] the colledge: And they communed with her.
15 And she said vnto them, Thus saith the Lord God of Israel, Tell the man that sent you to me;
16 Thus saith the Lord, Behold, I will bring euill vpon this place, and vpon the inhabitants thereof, euen all the words of the booke which the king of Iudah hath read.
17 Because they haue forsaken me, and haue burnt incense vnto other gods, that they might prouoke mee to anger with all the woorkes of their handes: therefore my wrath shall bee kindled against this place, and shall not be quenched.
18 But to the king of Iudah which

[The Law found, and read openly.]

sent you to enquire of the Lord, Thus shall yee say to him, Thus saith the Lord God of Israel, as touching the woordes which thou hast heard:
19 Because thine heart was tender, and thou hast humbled thy selfe before the Lord, when thou heardest what I spake against this place, and against the inhabitants thereof, that they should become a desolation and a curse, and hast rent thy cloathes, and wept before me; I also haue heard thee, saith the Lord.
20 Behold therefore, I will gather thee vnto thy fathers, and thou shalt be gathered into thy graue in peace, and thine eyes shal not see all the euil which I will bring vpon this place. And they brought the king word againe.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Josías de Judá. Junto con su bisabuelo Ezequías, Josías es el único rey de Judá que merece el calificativo de rey justo, equiparable a David. De Josías sabemos que retoma la política reformadora de su bisabuelo; según la narración, todo comienza porque Josías ordena una remodelación y reparación del edifico del Templo. En dichos trabajos, el sacerdote Jelcías encuentra una copia del libro de la Ley, el cual, después de haberlo leído, envía al rey para que también él lo lea. Una vez que ha escuchado Josías el contenido del rollo, «se rasgó las vestiduras» (22,11) en señal de humillación y de reconocimiento de que el pueblo estaba muy lejos de lo exigido por el Señor.
Consultada la profetisa Julda por orden del rey, retoma la profecía del castigo de Judá (22,16s), pero al mismo tiempo envía un mensaje de tranquilidad como respuesta del Señor a la humillación y el reconocimiento del pecado del pueblo (22,18-20). Con este trasfondo podremos entender mejor las seis grandes acciones que emprende el rey: 1. Una vez leído el rollo delante de todo el pueblo, el rey sella ante el Señor una alianza suscrita por todos (23,1-3), al igual que había hecho Josué en Siquén siglos antes (cfr. Jos_24:1-28). 2. Renovada y suscrita la alianza, Josías emprende la purificación del culto; esto implica la abolición definitiva de todos los santuarios locales y de todos los reductos de culto a otras divinidades que queden en el reino (Jos_23:4-15). 3. Centraliza definitivamente el culto en Jerusalén y hace venir a la ciudad a todos los sacerdotes que oficiaban en los santuarios locales (Jos_23:8). 4. Su acción abarca también los territorios del norte donde alcanza su reinado, pues muchos de ellos han sido recuperados por el mismo Josías para Judá; allí derriba el altar de Betel que había construido Jeroboán cuando la división del reino, así como los centros de culto en los lugares altos dispersos por toda Samaría (Jos_23:15-20). 5. Una vez realizado este trabajo, sólo queda una cosa: la celebración de la Pascua en honor del Señor, porque «no se había celebrado una Pascua semejante desde el tiempo en que los jueces gobernaban a Israel ni durante todos los reyes de Israel y Judá» (Jos_23:22). 6. Para ajustarse más todavía a las exigencias del libro de la Ley, hace desaparecer también a nigromantes, adivinos, ídolos, fetiches y todos los aborrecibles objetos de cultos extraños que aún quedaban en Judá y en Jerusalén (Jos_23:24).
Pero ni la humillación del rey, ni la renovación de la alianza, ni las reformas cultuales y religiosas logran apartar la profecía de la destrucción de Jerusalén. Desafortunadamente, en la lectura que hace el deuteronomista de los acontecimientos históricos mundiales de la época, sólo se tiene en cuenta la tesis del castigo del que se ha hecho merecedor el pueblo de Judá por sus infidelidades y rebeldías, un punto de vista muy limitado. Con ello queda en entredicho la imagen de ese Dios justo y misericordioso, lleno de bondad y de paciencia que se percibe en otros momentos de la vida del pueblo. No estamos ante el Dios que por encima de todo ama y perdona, el que siglos más tarde nos va a revelar Jesús de Nazaret y al cual nosotros debemos adherir nuestra fe.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Se halla el libro de la ley. Después de dos pésimos reyes encontramos nuevamente a un rey que está a la altura de la norma establecida por David (2).

En los vv. 3-7 vemos en curso un programa de renovación del templo evocador del que llevó a cabo Joás (2 Rey. 12). En la ocasión previa, las reparacio nes fueron necesarias porque algunas secciones del templo habían sido dedicadas a prácticas extranjeras durante el reinado de Atalía. El abuso del templo durante los reinados de Manasés y Amón ofrecen la explicación lógica para las actividades de Josías.

En el curso de las renovaciones el sumo sacerdote Hilquías descubrió el libro de la Ley en el templo (8). Cuando se leyó el libro y Josías escuchó lo que contenía su reacción fue de intensa an gustia (10, 11). Como resultado, instituyó las medidas que se describen en el cap. 23. Sin embargo, sería un error concluir por estos acontecimientos que Josías se convirtió en un reformador por razón del hallazgo del libro de la Ley en su decimoctavo año. Las reparaciones del templo sugieren que ya se estaban implementando reformas religiosas cuando se encontró el libro, y el relato del cronista lo confirma (2 Crón. 34:3-7). En vista de lo que sigue, la mayoría de los eruditos están de acuerdo en que el libro de la Ley estaba relacionado con el libro de Deut., si es que no era exactamente el mismo.

La reacción de Josías muestra que el contenido del libro, en verdad, era muy serio. Sus demandas no habían sido satisfechas y el rey temía las consecuencias (13). Cuando el rey ordenó que se consulta ra a Jehovah, el sumo sacerdote, el secretario y el ayudante consultaron a la profetisa Hulda, de la cual sólo se sabe lo que dicen estos versículos. Vivía en el Segundo Barrio de Jerusalén (14; lit. en el Misne), probablemente el área al norte de la antigua ciudad de David, un sector que había aparecido alrededor del templo de Salomón y el palacio. La ubicación y su matrimonio con un oficial del pa lacio (14) indican que ella misma era parte del sistema de la corte.

Hulda solo dio un pobre consuelo. Confirmó las conclusiones del mismo Josías de que la ira de Jehovah se había encendido contra Judá porque se habían ignorado las demandas del libro. (La defensa de que no se había obedecido el libro porque estaba perdido no hubiera sido válida, porque el libro se había perdido en primer lugar porque había dejado de tener importancia; se presume que pasó durante el reinado de Manasés.) Dos veces habló de una catás trofe inminente y aparentemente inevitable (16, 20). Pero al menos Josías no la vería gracias a la devoción con la que había respondido a las demandas del libro (19, 20).

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*22:1-23:30 Josías (640-609) es el último rey importante de Judá. Durante su reinado se descubrió en el templo (621) el «libro de la doctrina» o «de la ley», llamado también «libro de la alianza» en 2Re 23:2; 2Re 23:21. Este documento constituía una forma primigenia del Deuteronomio. Sus prescripciones sirvieron de pauta para la reforma emprendida por Josías, que eliminó las prácticas de culto extranjeras introducidas por Manasés, quitó la imagen de Aserá y depuso a los sacerdotes de tales cultos. Suprimió también los santuarios yahvistas locales. Su acción en Betel (2Re 23:15) supuso el cumplimiento de la antigua profecía del hombre de Dios de Judá (1Re 13:2). Su fidelidad al yahvismo no pudo, sin embargo, anular la sentencia divina pendiente sobre Judá (2Re 23:26).

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Reina-Valera 1995 Notes:



[1] 22.1 Ocho años: En el reino de Judá tenía plena vigencia la promesa de Jehová a David sobre la perpetuidad de su dinastía (2 S 7.16). De ahí que no se pusiera en discusión el principio de la sucesión dinástica (cf. 2 R 11.1-3,12).

[2] 22.4-7 Cf. 2 R 12.10-16.

[3] 22.8 El libro de la Ley: Cf. Dt 30.10; 31.26; Jos 1.8. Un número considerable de intérpretes sostiene que se trata de Deuteronomio , no como lo conocemos actualmente, sino en forma abreviada. Josías se inspiró en la sección legislativa de Dt para llevar a cabo su reforma religiosa.

[4] 22.11 Rasgó sus vestidos: en señal de dolor, por no haber cumplido los mandamientos de Jehová (cf. v. 13) y por temor a las amenazas proferidas contra los transgresores de la Ley (cf. Dt 27; 28.15-68). Véase 2 R 11.14 n.

[5] 22.13-14 Para preguntar a Jehová (cf. 1 R 22.8; Jer 21.1-2) no se recurrió a un profeta sino a una profetisa , quizá porque ella vivía en las cercanías del templo. En la Biblia se mencionan otras profetisas: María (Ex 15.20), Débora (Jue 4.4) y Ana (Lc 2.36). Cf. también Neh 6.14; Hch 21.9.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



8. Este "libro de la Ley" incluía los elementos esenciales del actual libro del Deuteronomio. En él se inspiró Josías para realizar su reforma religiosa, sobre todo en lo que respecta a la centralización de toda la actividad cultual en el Templo de Jerusalén.



Torres Amat (1825)



[14] En aquella parte de la ciudad que cercó con un nuevo muro Ezequías, o más bien Manasés. 2 Cro 33, 14.