Ver contexto
Él respondió: «No temas. Están más con nosotros que con ellos.» (II Reyes  6, 16) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

וַ‎(וְ)

Hebrew|wa|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

יֹּ֖אמֶר‎(אָמַר)

Hebrew|yyˌōmer|say

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: wayyiqtol
Verbal stem: qal


[H559] [a.ea.aa] [118]
[אמר] [GES535] [BDB564] [HAL587]

אַל‎(אַל)

Hebrew|ʔal-|not

Part-of-speech: negative particle
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H408] [a.dh.aa] [90]
[אל] [GES401] [BDB423] [HAL439]

תִּירָ֑א‎(יָרֵא)

Hebrew|tîrˈā|fear

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: second person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: qal


[H3372] [j.df.aa] [907]
[ירא] [GES3257] [BDB3637] [HAL3605]

כִּ֤י‎(כִּי)

Hebrew|kˈî|that

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3588] [k.bg.aa] [976]
[כי] [GES3481] [BDB3883] [HAL3852]

רַבִּים֙‎(רַב)

Hebrew|rabbîm|much

Part-of-speech: adjective
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H7227] [t.ae.ab] [2099a]
[רב] [GES7193] [BDB7921] [HAL7838]

אֲשֶׁ֣ר‎(אֲשֶׁר)

Hebrew|ʔᵃšˈer|[relative]

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H834] [a.gk.aa] [184]
[אשר] [GES812] [BDB872] [HAL890]

אִתָּ֔נוּ‎(אֵת)

Hebrew|ʔittˈānû|together with

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H854] [a.gn.aa] [187]
[את] [GES828] [BDB894] [HAL913]

מֵ‎(מִן)

Hebrew|mē|from

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4480] [m.cl.aa] [1212]
[מן] [GES4398] [BDB4898] [HAL4822]

אֲשֶׁ֖ר‎(אֲשֶׁר)

Hebrew|ʔᵃšˌer|[relative]

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H834] [a.gk.aa] [184]
[אשר] [GES812] [BDB872] [HAL890]

אֹותָֽם‎(אֵת)

Hebrew|ʔôṯˈām|[object marker]

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H853] [H854] [a.gm.aa] [186]
[את] [GES828] [BDB894] [HAL913]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



El hacha flotante (6:1-7).
1 Los hijos de los profetas dijeron a Elíseo: El lugar en que moramos contigo nos es demasiado estrecho. 2 Vamos a ir al Jordán, y tomaremos de allí una viga cada uno para hacernos una habitación. Elíseo les respondió: Id. 3 Uno de ellos le dijo: Ven tú también con nosotros. El dijo: Iré; 4 y partió con ellos. Llegados al Jordán, cortaron los árboles, 5y mientras uno estaba cortándolos, el hierro fue a caer en las aguas. Se puso a clamar: ¡Ah, mi señor! Era prestado. 6 Y el hombre de Dios le preguntó: ¿Dónde ha caído? El le indicó el lugar, y Elíseo, cortando un trozo de madera, lo arrojó al mismo lugar, y el hierro sobrenadó. 7Entonces le dijo: Cógelo; y él tendió la mano y lo cogió.

Había en Caígala muchos profetas un centenar (4:43) , y el espacio en que habitaban resultaba insuficiente. Por lo mismo, la mayoría propuso trasladarse a orillas del Jordán, donde había abundancia de árboles, lugar muy a propósito para levantar sus cabanas. Llegados a las orillas del río, empezaron a talar árboles. Al golpear uno de ellos con el hacha, se le cayó el hierro al agua, quedando con el mango en la mano. A los gritos del leñador acudió Elíseo, que, cerciorado del accidente, cortó una rama y la introdujo en el agua, logrando sacar a flote el hierro. A este episodio anota San Jerónimo que estos profetas de las orillas del Jordán fueron los precursores de los monjes y anacoretas cristianos 1. Aunque algunos de los hijos de los profetas contrajeran matrimonio (5:1), la mayoría vivían célibes. Llevaban los profetas una vida pobre y fatigosa; sus vestidos estaban tejidos con pieles; comían en común (4:38.42), oraban juntos (1Sa_10:10; 1Sa_19:19-24) y obedecían a un superior (2Re_9:1-10).

Fracasan los planes de los árameos (2Re_6:8-23).
8 El rey de Siria estaba en guerra con Israel, y en un consejo que tuvo con sus servidores, dijo: En tal y en cual lugar acamparemos. 9 El hombre de Dios mandó a decir al rey de Israel: Guárdate de ir a tal lugar, porque los sirios bajarán allá. 10 El rey de Israel mandó gentes al lugar que el hombre de Dios había señalado, para que estuvieran al acecho. Y esto sucedió no una ni dos veces solamente. ? El de Siria se inquietó con esto, y preguntó a sus servidores: ¿No me diréis vosotros quién nos traiciona ante el rey de Israel? 12 Uno de los servidores le dijo: Nadie. ¡Oh rey, mi señor! Es Elíseo, el profeta que hay en Israel, que lleva al rey de Israel las palabras que tú pronuncias en tu misma alcoba. 13 El rey le dijo: Id y ved dónde está, y yo le haré prender. Vinieron, pues, a decirle: Está en Dotan. 14 Mandó él entonces caballos y carros, una gran tropa, que llegaron de noche y cercaron la ciudad. 15 El siervo del hombre de Dios se levantó muy de mañana y vio que la ciudad estaba cercada por una tropa con caballos y carros, y dijo al hombre de Dios: ¡Ah, mi señor! ¿qué haremos? 16 El le respondió: Nada temas, que los que están con nosotros son más que los que están con ellos. 17 Elíseo oró y dijo: ¡Oh Yahvé! ábrele los ojos para que vea. Y Yahvé abrió los ojos del siervo, y vio éste la montaña llena de caballos y carros de fuego que rodeaban a Elíseo. 1S Los sirios bajaron al valle en busca de Elíseo, y éste dirigió entonces a Yahvé esta súplica: Dígnate herir de ceguera a esta gente, Y Yahvé los hirió de ceguera, conforme a la súplica de Elíseo. 19 Elíseo les dijo: No es éste el camino ni ésta la ciudad. Seguidme y yo os llevaré a donde está el hombre a quien buscáis; y los condujo a Samaría. 20 Entrados en Samaría, dijo Elíseo: ¡Oh Yahvé! Abre los ojos de esta gente para que vea; y Yahvé les abrió los ojos, y vieron que estaban en medio de Samaría. 21 El rey de Israel, viéndolos, preguntó a Elíseo: ¿Los hiero, padre mío? 22 Y Elíseo respondió: No los hieras, que no los has hecho tú prisioneros con tu espada y tu arco. Dales pan y agua, para que coman y beban, y que se vayan a su señor. 23 El rey de Israel hizo que les sirvieran una gran comida, y ellos comieron y bebieron; luego los despidió para que fueran a su señor. Las tropas sirias no volvieron más a la tierra de Israel.

No es posible determinar en qué momento histórico se desarrollaron los hechos que se refieren en el texto. Puede ser que remonten a los reinados de Joás (798-783), rey de Israel, y de Ben Hadad III (797-773), hijo de Jazael (2Re_13:3; 2Re_13:19-24), rey de Siria. En guerra con Joás fue vencido Ben Hadad tres veces (c.790), perdiendo todas las ciudades que Jazael había arrebatado a Joacaz (814-798). El rey de Siria puso asechanzas al de Israel, planeando incursiones contra esta o aquella ciudad. Pero todas las veces fracasaron, porque, al presentarse los sirios, estaban ya al acecho las tropas de Israel, prontas para rechazar el ataque. En un principio creyó Ben Hadad que existían traidores en su ejército, pero pronto le enteraron de que en Israel había un profeta que comunicaba al rey lo que Ben Hadad hablaba en la intimidad de su alcoba (Exo_7:28; 2Sa_4:7). Quiso entonces el rey de Siria apoderarse de Elíseo, que habitaba en Dotan, o Dotáin, a unos dieciséis kilómetros al norte de Siquem (Gen_37:17; Jdt_4:6; Jdt_7:18). A este fin mandó tropa con carros y caballos para que cercaran la ciudad de Dotan. Invocado el auxilio divino, logró Elíseo quitar a la tropa enemiga el sentido de la orientación y del discernimiento, dejándose llevar incautamente a Samaría. El rey de Israel quería matar a los que no había hecho prisioneros con su valor, a lo que se opuso Elíseo alegando que los soldados enemigos eran botín suyo y no del rey.

Sitio de Samaría (Jdt_6:24-30).
24 Después de esto, Ben Hadad, rey de Siria, reunió todo su ejército y, subiendo, puso cerco a Samaría. 25 Hubo en Samaría mucha hambre, y de tal modo la apretaron, que una cabeza de asno valía ochenta siclos de plata, y el cuarto de un cab de palomina cinco siclos de plata. 26 Pasando el rey por la muralla, le gritó una mujer: ¡Sálvame, oh rey, mi señor! 27 Y el rey respondió: Si Yahvé no te salva, ¿cómo voy a salvarte yo? ¿Con algo de la era o con algo del lagar? 28 Preguntóle luego el rey: ¿Qué te pasa? Y ella respondió: Esta mujer me dijo: Trae a tu hijo y lo comeremos hoy, y mañana comeremos el mío. 29 Cocimos, pues, mi hijo y lo comimos, y al día siguiente yo le dije: Trae a tu hijo para que lo comamos, pero ella ha escondido a su hijo. 30 Cuando oyó el rey las palabras de esta mujer, rasgó sus vestiduras mientras iba por la muralla, y la gente vio que por dentro estaba vestido de saco.

Quizá el hecho tuvo lugar en el reinado de Ben Hadad III· El sitio a Samaría duró mucho tiempo, a consecuencia de lo cual escasearon los alimentos, hasta el punto de desencadenarse un hambre espantosa. Era tal la escasez, que una cabeza de asno se cotizaba a ochenta siclos de plata, y un cuarto de cab, o sea, medio litro de palomina (harey yonim), a cinco siclos de plata, equivalente a unas quince pesetas. Algunos cambian las palabras rosh hamor = cabeza de asno, por estas otras: homer tirosh = un jomer de mosto. Pero cuenta Plutarco en la Vita Artaxersis, 24, que en la guerra contra los cadusianos fue tanta la escasez de víveres, que la cabeza de asno se vendía a sesenta dracmas. Al 'decir el texto cabeza de asno, es verosímil que tome la parte por el todo, refiriéndose a todo el animal, cuyas carnes en tiempos normales eran arrojadas en los muladares. Más barato resultaba el cuarto de un cab de palomina. Según Isa_36:12, Rabsaces amenazó a Jerusalén con un asedio tal que los sitiados fueran constreñidos a comerse sus excrementos y beberse sus orines. Muchos exegetas, por creer poco probable la lectura actual del texto masorético, cambian las palabras harey yonim en estas otras: harsonim = ajos silvestres, o sea, bulbos de una liliácea (ornithogalum umbellatum), muy común en Palestina 2. Según Dhorme, harey yonim es una denominación conservada también en árabe para designar una especie de guisante. El hambre llevó a la antropofagia materna, tan prohibida por la Ley (Lev_26:29; Deu_28:4355; Eze_5:10). Alusiones a las madres que cocinan y comen las carnes de sus hijos se hallan en Lam_2:20; Lam_4:10. El rey vestía de saco debajo del vestido exterior (1Re_21:27).

Amenazas del rey a Elíseo (1Re_6:31-33).
31 El rey dijo: Que esto me haga Yahvé y esto me añada si la cabeza de Elíseo, hijo de Safat, quedare hoy sobre los hombros. 32 Estando, pues, Elíseo sentado en casa, rodeado de los ancianos que se sentaban con él, mandó el rey a uno delante de él, y antes que el mensajero llegara dijo Elíseo a los ancianos: ¿No veis cómo ese hijo de asesino manda a que me quiten la cabeza? Estad atentos: cuando llegue el mensajero, cerrad y rechazadle con la puerta; ¿no se oye ya tras él el ruido de los pasos de su amo? 33 Todavía estaba hablándoles, cuando ya el rey llegó a él y le dijo: De Yahvé ciertamente nos ha venido este mal. ¿Tendré yo todavía que esperar más de Yahvé?

El monarca culpa a Elíseo del desastre, ya que, a una simple intervención suya, podía desbaratar al ejército sirio. No era imposible esto al profeta, que solamente esperaba un acto de arrepentimiento de parte del rey. El hambre que se atribuye a los efectos de un prolongado cerco de Samaría se debe, según 7:2, a una tenaz sequía. No puede determinarse el lugar donde residía Elíseo, ni saber a dónde fue a encontrarle el rey. El cerco de Samaría se relaciona con ios acontecimientos de que se hablará en el capítulo 13.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter VI.

1 Elisha giuing leaue to the yong Prophets to inlarge their dwellings, causeth yron to swim. 8 Hee discloseth the king of Syria his counsell. 13 The armie which was sent to Dothan to apprehend Elisha, is smitten with blindnesse: 19 Being brought into Samaria, they are dismissed in peace. 24 The famine in Samaria, causeth women to eate their owne children. 30 The king sendeth to slay Elisha.
1 And the sonnes of the Prophets saide vnto Elisha, Beholde now, the place where wee dwell with thee, is too strait for vs:
2 Let vs goe, wee pray thee, vnto Iordane, and take thence euery man a beame, and let vs make vs a place there where we may dwell. And hee answered, Goe ye.
3 And one said, Be content, I pray thee, and goe with thy seruants. And he answered, I will goe.
4 So hee went with them: and

[Iron swimmeth.]

when they came to Iordane, they cut downe wood.
5 But as one was felling a beame, the [ Hebrew: yron.] axe head fell into the water: and hee cryed, and sayd, Alas master, for it was borrowed.
6 And the man of God said, Where fell it? and hee shewed him the place: and he cut downe a sticke, and cast it in thither, and the yron did swimme.
7 Therefore said he, Take it vp to thee: And hee put out his hand, and tooke it.
8 Then the king of Syria warred against Israel, and tooke counsell with his seruants, saying, In such and such a place shall be my [ Or, encamping.] campe.
9 And the man of God sent vnto the king of Israel, saying, Beware that thou passe not such a place; for thither the Syrians are come downe.
10 And the king of Israel sent to the place which the man of God tolde him, and warned him of, and saued himselfe there, not once nor twise.
11 Therefore the heart of the king of Syria was sore troubled for this thing, and he called his seruants, and said vnto them, Will ye not shewe me which of vs is for the king of Israel?
12 And one of his seruants sayde, [ Hebrew: No.] None, my lord O king; but Elisha the Prophet, that is in Israel, telleth the king of Israel, the wordes that thou speakest in thy bed-chamber.
13 And he said, Goe and spie where he is, that I may send and fetch him. And it was tolde him, saying, Behold, he is in Dothan.
14 Therefore sent he thither horses, and charets, and a [ Hebrew: heauie.] great hoste: and they came by night, and compassed the citie about.
15 And when the [ Or, minister.] seruant of the man of God was risen early and gone forth, behold, an host compassed the citie, both with horses and charets: and his seruant said vnto him, Alas my master, how shall we doe?
16 And he answered, Feare not: for [ 2Ch_32:7 .] they that be with vs, are moe then they that be with them.
17 And Elisha prayed, and sayde, Lord, I pray thee, open his eyes that he may see. And the Lord opened the eyes of the young man, and hee saw: and behold, the mountaine was full of horses, and charets of fire round about Elisha.

[A great famine.]

18 And when they came downe to him, Elisha prayed vnto the Lord, and said, Smite this people, I pray thee, with blindnesse. And hee smote them with blindnesse, according to the word of Elisha.
19 And Elisha saide vnto them, This is not the way, neither is this the citie: [ Hebrew: come ye after me.] follow me, and I will bring you to the man whom ye seeke. But hee led them to Samaria.
20 And it came to passe when they were come into Samaria, that Elisha said, Lord, open the eyes of these men, that they may see. And the Lord opened their eyes, and they saw, and beholde, they were in the mids of Samaria.
21 And the king of Israel saide vnto Elisha, when he saw them, My father, shall I smite them? shall I smite them?
22 And he answered, Thou shalt not smite them: wouldest thou smite those whom thou hast taken captiue with thy sword, and with thy bow? set bread and water before them, that they may eate, and drinke, and go to their master.
23 And hee prepared great prouision for them, and when they had eaten and drunke, hee sent them away, and they went to their master: so the bands of Syria came no more into the lande of Israel.
24 And it came to passe after this, that Benhadad king of Syria gathered all his hoste, and went vp, and besieged Samaria.
25 And there was a great famine in Samaria: and behold, they besieged it, vntill an asses head was solde for fourescore pieces of siluer, and the fourth part of a kab of doues doung for fiue pieces of siluer.
26 And as the king of Israel was passing by vpon the wall, there cried a woman vnto him, saying, Helpe, my lord, O king.
27 And he said, [ Or, Let not the Lord saue thee.] If the Lord do not helpe thee, whence shall I helpe thee? out of the barne floore, or out of the wine presse?
28 And the king said vnto her, What aileth thee? And shee answered, This woman said vnto me, Giue thy sonne, that we may eate him to day, and wee will eate my sonne to morrow.
29 So [ Deu_28:53 .] we boyled my sonne, and did eate him: and I saide vnto her on the [ Hebrew: other.] next day, Giue thy sonne, that we may

[Plenty foretold.]

eate him: and she hath hid her sonne.
30 And it came to passe when the king heard the words of the woman, that he rent his clothes, and hee passed by vpon the wall, and the people looked, and behold, hee had sackcloth within, vpon his flesh.
31 Then he said, God doe so, and more also to mee, if the head of Elisha the sonne of Shaphat, shall stand on him this day.
32 But Elisha sate in his house (and the elders sate with him) and the king sent a man from before him: but yer the messenger came to him, hee said to the Elders, See yee how this sonne of a murderer hath sent to take away mine head? Looke when the messenger commeth, shut the doore, and hold him fast at the doore: Is not the sound of his masters feete behind him?
33 And while hee yet talked with them, beholde, the messenger came downe vnto him: and he said, Behold, this euill is of the Lord, what should I waite for the Lord any longer?

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Eliseo y los sirios. Esta historia provee un alivio cómico antes de la tensión y tragedia que vienen a continuación. Cuando el rey de Siria quiso capturar a Eliseo debido a su habilidad de prevenir al rey de Israel cada vez que planeaban un ataque por sorpresa, el plan estaba condenado al fracaso ¡porque si Eliseo sabía los planes de Siria de antemano, se supone que también supo acerca de éste! La frustración del rey de Siria en los vv. 11-13 tiene mucho humor.

Eliseo no realiza acciones evasivas sino que se queda en Dotán mientras que las numerosas fuerzas sirias rodeaban la ciudad. En el v. 17 el criado ve la razón por la calma confianza de Eliseo: Los caballos y carros de fuego (nos recuerdan a 2 Rey. 2:11, 12) eran muchísimos más que las tropas sirias. Se nota el balance entre la vista espiritual que él recibió cuando Eliseo oró y la ceguera con la que se hiere a los sirios cuando ora por segunda vez. El humor se torna en farsa cuando Eliseo mismo lleva a las confundidas tropas a Samaria. Allí ora para que se les abran los ojos con las mismas palabras que usó para que su criado recibiera la vista especial. Pero lo que ven no es tan tranquilizador: Se encuentran en la capital de Israel donde se presume que las tropas israelitas los superaban en número.

El rey de Israel reconoció que la autoridad de Eliseo era más alta que la de él. En vista de 1 Rey. 20:35-43 es sorprendente que Eliseo prohibiera que mataran a las tropas enemigas. La razón no se aclara, excepto que parece que en esta situación estaban en vigencia diferentes reglas de guerra (22). En cambio, el enemigo fue agasajado con un banquete real y después los regresaron a su rey. Se sintieron tan incómodos que no hicieron más incursiones en Israel.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Reina-Valera 1995 Notes:



[1] 6.8-23 Es muy difícil determinar la fecha de los episodios aquí relatados, pues no se mencionan los nombres de los reyes de Israel y de Siria o Aram.

[2] 6.8 Véase 2 R 5.1 n.

[3] 6.12 Véase 2 R 5.26 n.

[4] 6.13 Dotán estaba a unos 22 km de Samaria, la capital del reino (cf. v. 19-20). Véase Gn 37.17 n.

[5] 6.17 La gente de a caballo y los carros de fuego simbolizaban el poder con que Jehová protegía a su profeta. Véase 2 R 2.11 n.; cf. Sal 68.17.

[6] 6.18 Los hirió con ceguera: Cf. Gn 19.10-11.

[7] 6.20 Jehová les abrió los ojos y vieron: Cf. Gn 3.7.

[8] 6.21 Padre mío: Esta es una forma respetuosa de dirigirse a un profeta del Señor (cf. 2 R 2.12; 13.14).

[9] 6.24 Podría tratarse de Ben-adad II, que ya antes había sitiado Samaria (1 R 20.1), o de Ben-adad III, hijo de Hazael. Rey de Siria: Véase 2 R 5.1 n.

[10] 6.29 Esta práctica atroz, motivada por la total falta de alimentos, era frecuente cuando un ejército enemigo sitiaba las ciudades amuralladas (cf. Lv 26.29; Dt 28.53-57; Jer 19.9; Lm 2.20; 4.10).

[11] 6.30 Las ropas ásperas: Véase Is 37.1 n.

[12] 6.31 El texto no explica por qué el rey de Israel estaba irritado contra Eliseo; sin duda, lo consideraba responsable de la desgracia que se había desatado sobre la ciudad.

[13] 6.32 Estos ancianos habían ido a consultar al profeta en aquel momento crítico (cf. Ez 8.1; 14.1).

[14] 6.32 Este hijo de homicida: probable alusión al rey Acab, que había tolerado el asesinato de los profetas de Jehová y de Nabot, el dueño de la viña (1 R 18.4; 21.13,17-19). En tal caso, este rey de Israel habría sido Joram, el hijo de Acab.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Guerra con Siria. Los enfrentamientos históricos entre Siria e Israel sirven de marco para esta nueva leyenda sobre Eliseo, donde los únicos que se dan cuenta de lo sucedido son el profeta, algunos soldados asirios, el rey de Siria, el piquete de soldados que va a capturar a Eliseo y el rey de Israel. El rey de Siria no ha conseguido asestar un solo golpe a Israel mediante la emboscada, gracias a que Eliseo, sin que se sepa cómo, mantiene informado de las estratagemas sirias al rey de Israel. Al indagar sobre los motivos por los cuales los israelitas no han podido ser sorprendidos, el rey sirio descubre que se debe a un espía que trabaja a favor de los israelitas. Envía una tropa con la misión de capturarle, pero Eliseo la domina de un modo pacífico, recurriendo a la oración: pide a Dios que haga lo necesario para poner a estos hombres en la misma capital de Samaría, en manos del rey de Israel. El desenlace es inesperado; si Eliseo hubiera estado trabajando realmente para el rey israelita, ésta hubiera sido la ocasión para destruir al menos parte del ejército enemigo. Pero el profeta no está interesado en que se derrame sangre; contra todo pronóstico, ordena al rey que dé de comer a estos hombres para que regresen a su país, y así lo hace el monarca israelita. Eliseo no trabaja para el rey, sino para la paz. Mientras los reyes se enfrentan con sus ejércitos, el profeta los enfrenta a ambos con una sola arma, la fe, con la convicción de que sólo en Dios y por Dios es posible superar los conflictos.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



8-9 . Los relatos anteriores destacaban, sobre todo, la actividad de Eliseo como taumaturgo. A partir de ahora, en cambio, se lo ve participar decisivamente en la vida política de Israel. La cronología de los hechos y la identidad de algunos personajes, en particular de los reyes arameos, resultan en muchos casos inciertas.

13. "Dotán" se encontraba a unos veinte kilómetros al norte de Samaría.

28-29. Ver Lev_26:29; Deu_28:53-57; Jer_19:9; Eze_5:10; Lam_2:20; Lam_4:10.

31. Es probable que Eliseo haya aconsejado resistir hasta el final, contando con el apoyo divino. Ahora el rey de Israel se encuentra en una situación desesperada, y por eso pronuncia este juramento contra el profeta. La desesperación del rey contrasta con la serenidad de Eliseo, que preanuncia la inminente liberación (7. 1-2).

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*2-13 Los relatos proféticos recogidos en 2Re 2:1-25; 2Re 3:1-27; 2Re 4:1-44; 2Re 5:1-27; 2Re 6:1-33; 2Re 7:1-20; 2Re 8:1-29 concluyen con los referentes a la revuelta de Jehú (2Re 2:9-10) y a la muerte de Eliseo (2Re 13:4-21). La redacción deuteronomista incluyó este ciclo en el libro de los Reyes para mostrar que la palabra profética dirige la historia secular.

Biblia Peshitta en Español (Holman, 2015)

a 2Cr 32:7-8; Rom 8:31; 1Jn 4:4

Torres Amat (1825)



[33] En seguida llegó el rey, arrepentido de la orden dada.