Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Traslado del arca (6:1-8).
1
Volvió a reunir David a los selectos de Israel, treinta mil hombres, 2
y, acompañado de todo el pueblo congregado tras él, se puso en marcha desde Baalat Judá, para subir el arca de Dios, sobre la cual se invoca el nombre de Yahvé Sebaot, sentado entre los querubines. 3
Pusieron sobre un carro nuevo el arca de Dios y la sacaron de la casa de Abinadab, que está sobre la colina. Oza y Ajio, hijos de Abinadab, guiaban el carro. 4
Iba Oza al lado del arca de Dios, y Ajio iba delante; 5
David y toda la casa de Israel iban danzando delante de Yahvé con todas sus fuerzas, con arpas, salterios, adufes, flautas y címbalos. 6
Cuando llegaron a la era de Nacón, tendió Oza la mano hacia el arca de Dios y la tomo, porque los bueyes daban sacudidas. 7
Encendióse de pronto contra Oza la cólera de Yahvé, y cayó allí muerto, junto al arca de Dios. 8
Entristecióse David de que hubiese herido Yahvé a Oza, y fue llamado aquel lugar Peres Oza, hasta hoy.
En la primera mitad de sus treinta años de reinado decidió David trasladar el arca de la alianza a la capital de la nación. No se puede precisar más concretamente el tiempo del traslado; sabemos que se encontraba en Jerusalén durante el sitio de Rabat Amon (11:11). Jerusalén había perdido su carácter pagano para convertirse en capital del reino unido. A la centralización política, administrativa y militar convenía añadir la religiosa. La idea era revolucionaria, opuesta en cierta manera al concepto tradicional de no rendir culto a Yahvé fuera de aquellos lugares en que El se había manifestado en tiempos de los patriarcas, Moisés y Josué; pero David encontró la manera de llevarla a cabo.
El proyecto de David de trasladar el arca no encontró el eco unánime que esperaba. Los jefes no pusieron dificultad alguna, pero los sacerdotes y levitas de Gabaón (1 Crón c. 13; 15; 17) no secundaron su invitación. Temían que, con esta centralización del culto, el santuario de Gabaón perdiera importancia y que el nuevo templo de Jerusalén oscureciese su lugar sagrado.
En contra y a pesar de ellos, David llevó a término su proyecto.
Para dar realce a la ceremonia, impresionar a los recalcitrantes de Israel y atemorizar a los filisteos,
reunió David a los selectos de Israel. Al decir el texto volvió a reunir (v.1), hace referencia a la reunión plenaria que tuvo lugar en Hebrón (5:1-3) con motivo de su proclamación por rey de Judá y de Israel. Parece, sin embargo, que la cifra de treinta mil (
setenta mil según los LXX) sea exagerada aun en el supuesto de que acudieran al llamamiento e invitación de David todo el pueblo, desde el Sijor de Egipto hasta el camino de Jamat (
1Cr_13:5). La tradición manuscrita respecto a los números se ha conservado muy mal. Toda la muchedumbre se dirigió hacia Quiriat Jearim (
1Sa_6:21;
1Sa_7:1), llamada en el texto Baalat Judá (
Jos_15:11;
1Cr_13:16), nombre antiguo de aquella ciudad, conocida también por Quiriat-Baal (
Jos_15:60;
Jos_15:18.14). Se añade el calificativo
de Judá para distinguir la ciudad de otras homónimas (
Jos_15:11-29;
Jos_19:44). Esta diversidad de nombres prueba que la relación de nuestro autor se inspira en una tradición distinta de la de 1 Sam 7:1ss.
Sacaron el arca de casa de Aminadab (
1Sa_7:1ss), donde había permanecido muchos años, casi olvidada y bajo el control y supervisión de los filisteos. Dos son las características que se mencionan de las relaciones de Yahvé con el arca. El es Yahvé de los ejércitos Que da la victoria por medio del arca (
1Sa_4:34); Yahvé está sentado entre los querubines, cuyas alas le sirven de trono, que Yahvé cupa de manera permanente, estando, por lo mismo, allí presente manera particular (
Exo_25:18-22). A falta de sacerdotes y levitas (
Num_4:5-6), la custodia del arca fue confiada a dos laicos, Oza y En contra de la prohibición de
Num_4:15, Oza, con la mejor intención sin duda, tocó el arca con su mano, quedando fulminado en e1 acto. Quiso con esto demostrar Yahvé a su pueblo que, si el arca es terrible para los enemigos (1 Sam c.6)
?
para los que se mofan de ella (
1Sa_6:19), no lo es menos para sus fieles servidores desde el momento en que no la tratan con el debido respeto.
Ella es el trono de Dios; allí habita de una manera estable. Por lo mismo, tocarla equivale a que el hombre profano
ponga las manos sobre el mismo Dios. Sin duda que los sacerdotes y levitas comentaron lo sucedido con satisfacción.
El arca, camino de Jerusalén (1Sa_6:9-15).
9
Atemorizóse entonces David de Yahvé y dijo: ¿Corno voy a llevar a mí el arca de Yahvé? 10
Y desistió ya de llevar a sí el arca de Yahvé a la ciudad de David, y la hizo llevar a la casa de Obededom de Gat. 11
Tres meses estuvo el arca de Yahvé en casa de Obededom de Gat, y Yahvé le bendijo a él y a toda su casa. 12
Dijéronle a David: Yahvé ha bendecido a la casa de Obededom y a cuanto tiene con él por causa del arca de Dios; y poniéndose David en camino, subió el arca de Dios de la casa de Obededom a la ciudad de David, con un jubiloso cortejo. 13
Como los que llevaban el arca de Yahvé hubieron andado seis pasos, sacrificaba un buey y un carnero cebado. 14
David danzaba con toda su fuerza delante de Yahvé y vestía un efod de lino. 15
Así subieron David y toda la casa de Israel, entre gritos de júbilo y sonar de trompetas.
El incidente de Oza atemorizó a todos los presentes. David, que pensaba llevar el arca a su palacio, desistió de ello por temor a que le sucediese alguna desgracia; los acompañantes renunciaron también a alojarla en sus casas. Ocurriósele entonces a David colocarla en casa de un extranjero, de nombre Obededom, quizá originario de Edom, habitante en Gat (
1Sa_1:20). Pensó David que, en caso de sobrevenir algo desagradable por causa del arca, fuera un pagano la víctima y no un israelita. Probablemente estaba Obededom al servicio de David. Dios bendijo profusamente su casa. Al enterarse David,
revolvió de nuevo el proyecto de llevarla a Jerusalén. Esta segunda etapa se describe con muchos pormenores en 1 Crón 15:1-16:42. Del mencionado texto y de lo que dice sumariamente nuestra perícopa, aparece que David llegó a un acuerdo con los sacerdotes, que decidieron colaborar en la ceremonia, poniéndose al servicio del arca y dando al cortejo un carácter más religioso.
Comprendió David que la colaboración de los sacerdotes le era necesaria; su ausencia había provocado la vez anterior las iras de Yahvé por no observarse el ceremonial sagrado. Los mismos levitas no podían acercarse al arca sin peligro antes de que los sacerdotes no la tapasen (Núm 4; 5; 15). Con el fin de tenerlos propicios,
renunció David a su ideal de un santuario único en Jerusalén, admitiendo con carácter oficial también el de Gabaón, concediendo igual o más categoría a Sadoc, sacerdote de Gabaón, que a Abiatar, de Jerusalén. Sea que los sacerdotes aceptasen estas condiciones o que David les obligase a hacerse cargo del arca, dos sacerdotes y sus levitas encargáronse de llevar el mueble sagrado 1.
El arca salió de casa de Obededom. Después de dar seis pasos y al comprobar David que esta vez no sucedía nada anormal, ofreció o hizo ofrecer un sacrificio. El texto debe entenderse en el sentido de que el sacrificio tuvo lugar después de los primeros seis pasos, no repitiéndose durante el trayecto, y menos después de cada seis pasos. Durante el trayecto repetíanse las danzas sin cesar, que formaban parte del culto de Yahvé (
Sal_149:3; I50:4)· Tenían estas en los tiempos primitivos
un sentido religioso y en muchos cultos orientales eran actos rituales.
David llevaba un vestido sacerdotal, por ejercer las funciones sacerdotales (
1Re_8:22-54;
1Sa_2:18).
Incidente con Micol (1Sa_6:16-23).
16
Cuando el arca de Yahvé llegó a la ciudad de David, Micol, hija de Saúl, miró por la ventana; y al ver al rey David saltando y danzando delante de Yahvé, le menospreció en su corazón. 17
Una vez que el arca de Yahvé fue introducida y puesta en su lugar, en medio del tabernáculo que David había alzado para ella, David ofreció a Yahvé holocaustos y sacrificios eucarísticos. 18
Acabado que hubo de ofrecer los holocaustos y los sacrificios eucarísticos, bendijo al pueblo en nombre de Yahvé Sebaot. 19
Repartió a todo el pueblo, a toda la muchedumbre de Israel, hombres y mujeres, a cada uno una torta, un pedazo de carne y un racimo de uvas, y el pueblo se fue cada uno a su casa. 20
Cuando se volvió David a la suya para bendecirla, Micol, la hija de Saúl, le salió al encuentro, diciendo: ¡Qué gloria hoy para el rey de Israel haberse desnudado a los ojos de las siervas de sus siervos como se desnuda un juglar! 21
David respondió a Micol: Delante de Yahvé, que con preferencia a tu padre y a toda su casa me eligió para hacerme jefe de su pueblo, de Israel, danzaré yo, 22
y aún más vil que esto quiero parecer todavía y rebajarme más a tus ojos, y seré así honrado a los ojos de las siervas de que tú has hablado. 23
Y ya Micol, hija de Saúl, no tuvo más hijos hasta el día de su muerte.
Era Micol esposa de David (3:13-14).
No participando de la piedad de su marido, no podía comprender que el entusiasmo de David por Yahvé le llevara a efectuar danzas frenéticas en compañía del pueblo.
El arca fue colocada provisionalmente en la tienda que le había preparado David, por encontrarse la antigua en Gabaón (
1Cr_16:39), con la esperanza de edificarle un santuario. Todo el pueblo marchó a su casa. También David fuese a la suya, donde le esperaba
la malhumorada Micol para reprocharle su conducta, poco digna, a su entender, de un monarca de Judá y de Israel.
Primitivamente el sacerdote
se presentaba desnudo ante la divinidad de donde se deriva la ley sobre las cualidades corporales que debían reunir los llamados a ejercer las funciones sacerdotales (
Lev_21:16-23). Más tarde se les obligó a llevar calzones de lino para cubrir sus desnudeces (
Exo_28:42-43). Vestía David el paño de lino, que, al evolucionar en el calor de la danza, dejaba al descubierto, por Mermitencias, partes menos honestas.