Ver contexto
En una casa grande no hay solamente utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos nobles y otros para usos viles. (II Timoteo  2, 20) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)



CAPÍTULO 2

4. EXHORTACIÓN A CUMPLIR COMO APÓSTOL (2/01-13).

a) Transmisión segura de la tradición apostólica (2, 1-2).

1 Tú, pues, hijo mío, toma fuerzas de la gracia que hay en Cristo Jesús.

Pablo se halla en el atardecer de su vida y ve a su comunidad amenazada por falsas doctrinas. Por ello se preocupa muy en particular de que Timoteo, al que, como antes (1,2), con un amor tierno, verdaderamente paternal, designa como su «hijo», se mantenga firme y fiel en la fe. Por esto le exhorta a ser fuerte, a no perder los ánimos, a no dejarse llevar de la timidez, a la que de suyo propendía ya Timoteo (cf. 1,6-8.13). La fuente de su valor y de su fuerza es la gracia, que tiene sus raíces en Jesucristo. Este la mereció para su redención y se la otorgó (1,6.14). Por ella está Timoteo ligado con él como con la fuente de su fuerza.

2 Y lo que escuchaste de mí en presencia de muchos testigos, deposítalo en hombres de confianza, los cuales a su vez estarán capacitados para enseñar a otros.

El Apóstol tiene otra preocupación: la de que las verdades de la fe cristiana que ha recibido Timoteo y debe conservar sin alteración, las transmita a hombres de confianza, que a su vez puedan comunicar a otros ese mismo depósito de la fe. Tales personas deben ser portadoras de una tradición cristiana de fe... Pablo hace notar que Timoteo escuchó las verdades de la fe en presencia de numerosos testigos, probablemente en una determinada ocasión solemne, en la que transmitió a Timoteo dicho depósito de la fe. ¿Fue acaso en una asamblea de la comunidad, en la que Timoteo fue instituido rector de la comunidad en éfeso y se le confió el símbolo de la fe? ¿O a la sazón de la imposición de las manos (cf. 1,6; 1Ti_6:12), cuando recibió la gracia de su ministerio e hizo solemnemente la profesión de fe, mientras los presbíteros presentes confirmaban la doctrina cristiana con sus palabras llenas de fe? Esta instrucción del Apóstol es de gran importancia para la conservación y transmisión de la doctrina cristiana. Una sólida cadena de tradición enlaza nuestra fe con la predicación misma del Apóstol y consiguientemente con la palabra de Cristo.

b) Exhortación a sufrir como soldado de Cristo (2,S7).

3 Comparte conmigo los sufrimientos, como buen soldado de Cristo Jesús. 4 Un militar en activo no se enreda en los negocios de la vida, a fin de que pueda complacer al que lo reclutó. 5 Igualmente, un atleta no recibe la corona, si no ha luchado reglamentariamente. 6 El labrador que brega debe ser el primero en participar de los frutos. 7 Piensa bien lo que te estoy diciendo, pues el Señor te lo hará comprender todo.

En su primera carta había ya hecho notar Pablo a Timoteo que había entrado como militar al servicio de Jesucristo (1Ti_1:18; 1Ti_4:10). Por eso, como «buen soldado de Cristo Jesús», debe juntamente con Pablo, su maestro y modelo, no sólo luchar y vencer, sino también soportar sufrimientos. Debe compartir los sufrimientos de Jesucristo y tomar sobre sí con ánimo y valentía todas las molestias y oprobios que le origine la predicación del Evangelio. Quizá quiera con esto san Pablo traer a la memoria de su discípulo estas palabras de Jesús: «Acordaos de la palabra que os dije: El esclavo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán» (Joh_15:20). La prontitud para el sufrimiento es para todo cristiano una característica del auténtico seguimiento de Cristo. La entrega plena e incondicional para seguir de cerca a Cristo, juntamente con el ánimo de soportar todo lo duro y difícil, es lo único que conduce a la meta. Con tres imágenes 15 inculca Pablo esta verdad a su discípulo.

Un soldado que está en servicio activo debe entregarse por entero, con todas sus fuerzas, al cumplimiento de su deber. Para ello debe desentenderse de todos los negocios relacionados con el sustento de la vida y que le distraen de su verdadero quehacer. Sólo de esta manera podrá complacer al jefe a cuyo servicio está. De esta manera debe también Timoteo dedicarse por entero y sin dispersarse al servicio del Evangelio. No debe entregarse a otros quehaceres que puedan desviarle o distraerle de este quehacer más importante. Sólo así gozará de la complacencia de su señor celestial, Jesucristo. Segunda imagen: el luchador que combate en la arena sólo recibirá de manos del juez de la competición la corona de laurel del vencedor si observa rigurosamente las reglas de la lucha sin transgredirlas en absoluto. Así tampoco Timoteo debe ir por sus propios caminos en la predicación del Evangelio. No debe introducir la mínima modificación en el depósito de la fe que le ha sido confiado; no debe facilitarse su encargo haciendo concesiones a los hombres, sino que debe atenerse fielmente a la voluntad y a las instrucciones de Jesucristo.

Tercera imagen: el labrador debe trabajar rudamente y bregar si quiere cosechar los frutos del campo. Nada le cae como llovido del cielo sin duro trabajo. Así Timoteo, que trabaja al servicio de Dios, no debe temer esfuerzos y fatigas, sino que debe entregarse totalmente, con todas sus fuerzas, a su quehacer apostólico. Sólo así podrá aspirar a recibir los frutos materiales aquí en la tierra, es decir, su sustento por parte de la comunidad (cf. 1Co_9:7), pero sobre todo el fruto espiritual, celestial en el gran día de la recolección de Dios, el día de la venida de Jesucristo. Porque el obrero apostólico que se entrega totalmente al Evangelio goza de especial amor de Jesucristo, que lo recompensará por todo su trabajo.

Pablo esboza sucintamente las imágenes. No las expone detalladamente ni hace aplicaciones. ¿Lo hace por delicadeza al no formular más claramente sus ruegos y exhortaciones? Las conclusiones las deja a la consideración y a la meditación de Timoteo. La gracia de Dios le iluminará y le hará comprender lo que se le exija en los casos concretos...

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15.Cf. las imágenes en 1Co_9:7.24; Phi_3:14.

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c) Ejemplo de Cristo (Phi_2:8-13).

8 Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, descendiente de David. Este es mi Evangelio. 9 Por él soporto el sufrimiento, incluso el de las cadenas, como si fuera un malhechor. Pero la palabra de Dios no está encadenada.

Pero más que ninguna imagen ni ninguna comparación tomada de la vida de los hombres, influirá en el ánimo de Timoteo el recuerdo de Jesucristo. Por esto dirige Pablo su mirada a «Jesucristo, resucitado de entre los muertos, descendiente de David». Estas palabras suenan como una fórmula fija y proceden, probablemente, de alguna profesión de fe del cristianismo primitivo o, quizá de algún himno bautismal. En efecto, en el centro de la buena nueva del Apóstol está Jesucristo según su descendencia humana del linaje de David, como se había predicho ya en el Antiguo Testamento 16. Lo más importante es el inciso resucitado de entre los muertos. El centro del pensamiento y de la vida de Timoteo debe ocuparlo el Mesías que, resucitado por Dios de entre los muertos después de sus tremendos sufrimientos y de su muerte en cruz como un malhechor, fue así acreditado como portador de la vida eterna y de la dignidad mesiánica de soberano y Señor. Cristo debió, en efecto, entrar en la gloria eterna a través de su pasión y de su cruz. Y éste es también el camino que se indica a Timoteo. El recuerdo de Jesús en su pasión y en su muerte, pero también de Jesús en su resurrección y gloria da a todo cristiano el sólido apoyo y la base inquebrantable que necesita en todas las situaciones de la vida humana. Pablo ha anunciado el Evangelio, y ésta es la causa de sus sufrimientos actuales, encerrado en la cárcel y soportando oprobios como un malhechor. Aquí, en sus horas solitarias de abandono está también ante sus ojos la imagen del Mesías crucificado, que por la virtud de Dios pasó del reino de los muertos a la resurrección y a la gloria, y que es la fuente de toda esperanza y de toda perseverancia.

Aun cuando tenga ahora que arrastrar cadenas, aun cuando se vea amarrado en la cárcel contra su voluntad, del corazón del Apóstol brota, como un grito de victoria, la confesión, la buena nueva: La palabra de Dios no está encadenada. Esta sigue propagándose por el mundo, ningún poder humano la puede detener (cf. 4,17). Ya en la primera prisión había escrito el Apóstol: «La mayor parte de los hermanos, cobrando confianza en el Señor a causa de mis cadenas, han redoblado su audacia para predicar sin miedo la palabra de Dios» (Phi_1:14). Quizá piensa Pablo ahora en la predicación impertérrita de sus colaboradores en las Galias y en Dalmacia (Phi_4:10), pero quizá piensa también en sus propios sufrimientos por el Evangelio ahora en la cárcel, que son servicio de la palabra de Dios, del Evangelio.

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16.Cf. la analogía con Rom_1:3 s.

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10 Por eso, todo lo sufro por amor a los elegidos, para que también ellos alcancen la salvación que está en Cristo Jesús con gloria eterna.

Aunque ahora no puede ya actuar en las comunidades con sus palabras apostólicas, aunque ahora se le han fijado límites infranqueables, sin embargo, siempre le queda todavía un medio de actuar con eficacia: sus sufrimientos. Porque también el sufrimiento forma parte de su vocación apostólica. Con él actúa en forma vicaria por todos los hombres a los que Dios llama a la salvación, a los que Dios ha elegido y llamado a la fe en su inescrutable designio. También por los que han recibido ya la fe cristiana mediante el baño de la regeneración. Y finalmente por los que todavía son llamados por Dios, para que todos logren la salud y su consumación en la vida eterna, en la gloria eterna. Cierto que la última fuente de su salvación, de su redención y de su «gloria eterna» es únicamente Jesucristo. Pablo está íntimamente convencido de que sus sufrimientos tienen valor de comunidad para toda la Iglesia, para el cuerpo de Cristo, de que el sufrimiento de un miembro aprovecha a todos los miembros del cuerpo de Cristo 17, de que todos forman la «comunión de los santos». Su sufrimiento oculto en la prisión atraviesa así los muros de la cárcel y produce su efecto para el Evangelio, para la salvación de todos los hombres.

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17.Cf. 1Co_12:12-27; 2Co_1:6; Col_1:24.

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11 He aquí una afirmación digna de crédito:

Si con él morimos,

también con él viviremos;

12 si resistimos,

también con él reinaremos;

si de él renegamos,

también él renegará de nosotros;

13 si le somos infieles,

él sigue siendo fiel,

pues no puede renegar de sí mismo.

La conclusión de la exhortación está formada por un cántico lleno de viva esperanza, quizá un fragmento de algún himno bautismal 18, introducido con una fórmula corriente 19. En los dos primeros miembros se expone la comunión con Cristo y la recompensa de esta comunión. En cambio, en los dos miembros siguientes se contrapone el alejamiento y la infidelidad con respecto a Jesucristo y las consecuencias de esta separación 20. El que entrega su vida y muere por Cristo y con Cristo, vivirá eternamente con él en la gloria. Al hablar de esta muerte en común con Cristo ¿piensa Pablo en un morir en sentido moral, en una muerte al pecado en el baño de la regeneración, en el bautismo? ¿O se ha de entender más bien literalmente de una muerte con Cristo en el sufrimiento y en el martirio? ¿Quiere con ello formular lo más profundo que hay en el martirio, a saber, que éste es un sufrir, un morir «con él», con Cristo? ¿Considera él su propia prisión y la muerte inminente mirándolas con tales ojos y sabiendo que le facilitan el ingreso en la comunidad gloriosa de vida con el Señor Jesucristo exaltado? La constancia y la paciencia en los sufrimientos garantizan la participación en la soberanía regia de Cristo 21. La muerte en común con Cristo conduce a la vida eterna con él, la comunión de sufrimientos conduce a la participación en su señorío regio.

Ahora bien, ¿qué sucede cuando falla el cristiano? ¿Si se aleja de Cristo y le abandona? Si renegamos de él en nuestra vida, en el momento de la aflicción y de la tribulación, él también renegará de nosotros en el juicio final. «A aquél que me niegue delante de los hombres, también yo lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos» (Mat_10:33), dice Jesús. Si un cristiano no tiene ánimos de confesor, si en las pruebas de la vida y de los sufrimientos se separa de su Señor, entonces tampoco Cristo conocerá a este hombre en el juicio final, cuando tanta necesidad tendrá de la misericordia de Dios. Estas palabras deben exhortarnos de una manera apremiante y hacernos conscientes de lo grave de la situación. Ahora, empero, toma el pensamiento un sesgo singular.

Si el cristiano da todavía un paso más, «si le somos infieles», entonces -y aquí se presenta el contraste en forma todavía más impresionante- Cristo sigue siendo fiel. Es que no puede otra cosa, porque no puede negarse a sí mismo, no puede renunciar a su propia palabra y a su propio ser. A la infidelidad del cristiano responde entonces Cristo con su fidelidad. ¿Quiere esto decir que frente al cristiano infiel sigue siendo Cristo el juez justo, que se mantiene fiel a su amenaza de castigo, a su amenaza de perdición eterna y la ha de ejecutar? ¿O bien -como parece más probable- quiere decirse con estas palabras que el fallo del cristiano, su infidelidad se quiebra ante la fidelidad y el amor de Cristo, que en su inconcebible amor y en su incomprensible misericordia no lo repudia, sino que con el amor del buen pastor corre tras la oveja descarriada, la busca y, cuando la ha hallado, la vuelve gozoso al redil (cf. Luk_15:4-6)? La inconstancia, la flaqueza, la infidelidad del cristiano hallan siempre un asidero en la fidelidad de su Señor Jesucristo.

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18. Cf. 1Ti_3:16, 1Ti_3:6, 1Ti_3:15.

19. Cf. 1Ti_1:15; 1Ti_3:1; 1Ti_4:9; Tit_3:8.

20. Las dos primeras aserciones son reminiscencias bastante fuertes de ideas paulinas; cf. Rom_5:17; Rom_6:5; Rom_8:17; 1Cor 15.24

21. Cf. 1Co_15:24 s; Act_1:6; Act_3:21; Act_5:10; Act_20:4; Act_22:5. ...............

Parte segunda

CONTRA LOS FALSOS MAESTROS 2,14-4,8

En la segunda parte de esta carta da el autor instrucciones sobre el recto comportamiento que debe observar Timoteo con los maestros del error. En primer lugar lo previene contra las inútiles disputas de palabras con los maestros del error y su vana palabrería. En efecto, esto sólo conduce cada vez más a la impiedad y a la pérdida de la fe. Frente a esto hace notar que el sólido cimiento establecido por Dios, la Iglesia cristiana, se mantiene inquebrantable (2,14-21).

Luego exhorta a ganar de nuevo a los cristianos extraviados, no con disputas de palabras, sino mediante una vida cristiana e instruyéndolos con amor (2,22-26). Los manejos de los maestros del error no deben desorientar a Timoteo y a los cristianos, pues con ello comienza ya la corrupción y confusión moral predicha para los últimos tiempos (3,1-9). Su misión consiste en mantenerse fiel a la doctrina y a la vida del Apóstol y en atenerse inquebrantablemente a las verdades de la Sagrada Escritura (3,10-17). Timoteo tiene el deber de trabajar sin desalentarse en la proclamación de la palabra de Dios y en entregarse plenamente al servicio de la verdad. Y esto tanto más, cuanto que es inminente la muerte del Apóstol (4,1-8).

1. PREDICACIÓN DE LA VERDAD (2/14-21).

a) Contra las disputas de palabras (2,14-15).

14 No dejes de recordarles esto, conjurándolos ante Dios a que no se metan en discusiones de palabras, que para nada sirven, sino para echar a perder a los oyentes.

Pablo inicia sus instrucciones exhortando a Timoteo a que, en su predicación, recuerde a los cristianos una y otra vez las verdades de salvación que acaba de exponer en 2,8-13. Jesucristo, que tras los oprobios de su pasión y su muerte en cruz fue resucitado de entre los muertos, y entró en la gloria, ha de ocupar el centro de su predicación. Una fidelidad inquebrantable en la vida y muerte con Cristo conducirá a los cristianos a la consumación y a la participación en la soberanía regia de Cristo. En cambio, debe prevenir a los cristianos con la mayor insistencia y seriedad contra las disputas de palabras con los falsos maestros. Este polemizar no tiene la menor utilidad, los adversarios no se convierten, y los oyentes quedan con frecuencia desorientados y confusos (cf. 1Ti_6:20 s). Tales disputas de palabras no contribuyen al amor de Dios y del prójimo, no hacen adelantar en el camino de salvación, sino que la mayoría de las veces sólo acumulan nuevos obstáculos y conducen con frecuencia a «hechar a perder a los oyentes».

15 Esfuérzate en presentarte ante Dios como trabajador acreditado, que no tiene de qué avergonzarse, que expone rectamente la palabra de la verdad.

Lo que importa no es mostrarse superiores en las discusiones de palabras con el adversario, sino la fidelidad en la predicación del Evangelio. En efecto, todo el quehacer de Timoteo es el de quien «expone rectamente la palabra de la verdad». El Evangelio es la apalabra de la verdad», porque tiene como contenido la revelación que nos fue dada por Dios en Cristo. Si desempeña este quehacer, no tiene «de qué avergonzarse». Entonces será un trabajador hábil, «acreditado», que podrá sostenerse ante el juicio de Dios.

b) Contra las vanas habladurías ( 1Ti_2:16-18).

16 Evita las palabras vanas y profanas, porque los que estén dados a ellas avanzarán cada vez más en la impiedad, 17a y su palabra cundirá como gangrena.

Todavía continúa la exhortación a evitar las palabras vanas y profanas. Todas las especulaciones humanas con pretensiones sutiles, propias de los falsos maestros, son descartadas como palabras vanas, que no presentan la «palabra de la verdad» y quieren sustituir el Evangelio de Dios por ideas humanas. Por esto son «profanas», por esto son «vanas». Y hasta todavía vendrá algo peor: ellos avanzarán más por el camino de la impiedad, se alejarán cada vez más de la revelación y así quedarán cada vez más alejados de Dios. La falsa doctrina cundirá en la comunidad como gangrena, ahogará las fuerzas vitales religiosas y morales en toda la comunidad y acabará por matar y llevar a la perdición.

17b Entre éstos están Himeneo y Fileto, 18 que se desviaron de la verdad, llegando a afirmar que la resurrección ha tenido ya lugar, y producen la ruina en la fe de algunos.

Pablo menciona por su nombre a dos de estos maestros: Himeneo, al que ya había excluido (1Ti_1:20) de la comunidad eclesial y que, en todo caso, vino a ser uno de los jefes de fila de los falsos maestros, y Fileto, del que no tenemos noticias. Pablo presenta brevemente la falsa doctrina de esos hombres. Afirman que la resurrección ha tenido ya lugar. Tales maestros entendían probablemente la resurrección en sentido puramente espiritual, negando por tanto la resurrección del cuerpo a una nueva vida incorruptible y gloriosa (cf. 1Co_15:20-24), que sólo será otorgada en el futuro cuando se realice plenamente la salvación. En cambio, quien desplaza la resurrección al pasado (en el momento de la recepción del bautismo), niega la resurrección y glorificación del cuerpo. En tal interpretación torcida de su doctrina sobre la resurrección 22, que en definitiva se basa en una falsa idea del cuerpo humano y una hostilidad contra el mismo, ve el Apóstol con razón la destrucción y ruina de la revelación cristiana 23. Podemos preguntarnos si esta falsa doctrina, apoyada en razonamientos griegos (cf. 1Cor 15; Act_17:32) había hallado ya bastante aceptación en la comunidad, puesto que la compara con un mal que cundirá como gangrena.

Aquí ve el gran peligro que se cierne sobre la fe cristiana y sobre la consistencia de la comunidad. Ya en estos primeros tiempos de la Iglesia comienza a brotar la cizaña que el enemigo había sembrado en medio del trigo (Mat_13:25 s). La falsa doctrina brota, se propaga peligrosamente y amenaza a la comunidad cristiana. Pablo lo reconoce con toda claridad y, movido por su constante solicitud por los cristianos que le están confiados, formula sus exhortaciones principalmente ahora que se halla en vísperas de la muerte.

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22. Cf. Rom_6:4; Eph_2:6 :Eph_5:14; Col_2:12; Col_3:1-4.

23. Una falsa doctrina parecida sobre la resurrección conocen más tarde también Justino (Apol. 1,26) e IRENEO (Adv. Haer. 1,23,5).

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c) El sólido cimiento de Dios (2,19-21).

19 Sin embargo, el sólido cimiento de Dios permanece firme y tiene sellada esta inscripción: El Señor conoce a los suyos (Num_16:5), y esta otra: Apártese de la injusticia todo el que invoca el nombre del Señor (Isa_26:13).

Pero por mucho que la falsa doctrina se extienda como gangrena y haga estragos, por más que algunos miembros de la comunidad cristiana apostaten de la fe, la fe cristiana no se ve por ello amenazada en su existencia, pues reposa sobre un sólido cimiento de Dios que es la Iglesia (cf. 1Ti_3:15). Pese a los manejos de los falsos maestros, seguirá existiendo. Como en la antigüedad se ponían dedicatorias en los templos y en las casas, así también san Pablo ve dos inscripciones a manera de sellos grabados en este sólido cimiento, en la Iglesia, a la que caracterizan con toda claridad.

La primera inscripción, tomada de Num_16:5, indica que el sólido cimiento, y por tanto la Iglesia, está resguardada por el amor de Dios. El Señor conoce a los suyos, que viven y habitan en este sólido cimiento. Dios los ama, los protege y los defiende. Todo el que reside en este sólido cimiento es, en efecto, propiedad de Dios y por tanto está confiado a su constante protección y a su amor.

La segunda inscripción, compuesta de palabras del Antiguo Testamento 24, se refiere a la obligación de todos los habitantes de esta casa: deben apartarse del pecado y de la injusticia. El que es cristiano y, lleno de respeto y veneración, invoca el nombre de Dios y lo confiesa, debe abstenerse de todo pecado. El sólido cimiento de Dios está caracterizado, por tanto, como la santa Iglesia de Dios, resguardada amorosamente por Dios mismo. En esta verdad consoladora debe pensar Timoteo. Nunca deben olvidar los cristianos que se hallan así resguardados por el amor y la protección de Dios, nunca deben acongojarse ni perder los ánimos aunque vean que algunos apostatan, aunque la Iglesia se vea atribulada interior o exteriormente, porque «el sólido cimiento de Dios permanece firme».

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24.Cf. Isa_52:11; Lev_24:16; Jos_23:7; Isa_26:13.

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20 En una casa grande no hay solamente vajilla de oro y de plata, sino también de madera y de barro: aquélla para usos nobles, ésta para usos viles. 21 Así pues, quien se purifique por completo de estas cosas, pertenecerá a la vajilla de uso noble, consagrada, útil para el dueño, apta para toda obra buena.

La aparición de falsos maestros y, por tanto, la contradicción del Maligno dentro de la casa de Dios, es cosa que no debe extrañar ni desorientar a Timoteo y a los cristianos en su fe. Pablo lo explica con una comparación de la Iglesia, que es la casa de Dios, con una casa grande, que contiene vajilla y utensilios de diferentes clases (cf. Rom_9:21). éstos se distinguen primeramente por el material de que están fabricados (los hay de oro, de plata, de madera y de barro), y luego también por el uso a que están destinados. Así hay vajilla que está destinada a un uso noble, y otra que está destinada a un uso menos noble.

También en la comunidad, que es la casa de Dios, los cristianos que la forman prestan variados servicios. Tal es la ordenación divina, sobre la que el cristiano no tiene que sutilizar y ergotizar, debiendo únicamente inclinarse y aceptarla con humildad (cf. Rom_9:14-30). Ahora bien, si uno se entrega a «discusiones de palabras» (Rom_2:14), a «palabras vanas y profanas» (Rom_2:16), se convierte en utensilio de uso vil y despreciable. Si, en cambio, se purifica y se libra de las taras de la falsa doctrina abandonando el camino que lleva a la impiedad (2,16), entonces viene a ser utensilio para uso noble en manos de Dios, entonces es utilizable para el Señor, es un instrumento apropiado en manos de Dios, dispuesto «para toda obra buena», que la gracia de Dios llevará a cabo con él. El quehacer más importante del cristiano será siempre el de ser un instrumento utilizable en manos de Dios, el de estar siempre disponible para la voluntad de Dios, tal como lo dijo el Señor: «Mi alimento es cumplir la voluntad del que me envió» (Joh_4:34).

2. PREDICAR CON EL EJEMPLO (2/22-26).

a) Vida cristiana (Joh_2:22-23).

22 Huye de las ambiciones juveniles; practica, en cambio, la justicia, la fidelidad, el amor, la paz con los que invocan al Señor con corazón puro. 23 Déjate de especulaciones estúpidas e incultas, que, como bien sabes, engendran disputas.

Aquí se invita a Timoteo a luchar enérgicamente contra los maestros del error, pues es preciso que se llegue a una clara división entre la comunidad cristiana y la falsa doctrina. En ello debe desempeñar papel decisivo su personal actitud cristiana. Cuanto más claramente se manifieste su personalidad marcada por el espíritu de Cristo y entregada a la proclamación del Evangelio, tanto mejor resultado se podrá esperar de tal lucha contra los maestros del error. Tanto más claramente se mostrará también a los cristianos seducidos el verdadero camino de la conversión. Por esta razón le exhorta ahora el Apóstol a huir de las ambiciones juveniles. Como sabemos por la primera carta a Timoteo (1Ti_4:12), éste fue encargado de la dirección de la comunidad de Efeso siendo todavía joven. Esto entraña cierto peligro, a saber, el de que Timoteo, en su comportamiento con los falsos maestros, se deje llevar de su impetuosidad juvenil, de las «ambiciones juveniles». Por esto intima ahora Pablo a Timoteo que se abstenga de esas faltas en que tan fácilmente incurren los jóvenes en la lucha: de toda veleidad, de todo celo excesivo y apasionado, de toda excitabilidad, de toda irreflexión, en una palabra, de todo lo que signifique apasionamiento. En cambio, debe ser modelo de todas esas virtudes que regulan el comportamiento con Dios y con los semejantes. Sólidamente fundado en una fe inquebrantable, debe aspirar a la justicia y al amor, sobre todo a vivir en paz con todos los cristianos (pues tales son «los que invocan al Señor con corazón puro»). En efecto, esta auténtica conducta cristiana es la que mantiene la cohesión de la comunidad.

Luego exhorta Pablo por tercera vez (cf. 2,14.16) a dejarse de «especulaciones estúpidas e incultas». De esta exhortación reiterada parece poder deducirse que existía este peligro de tales discusiones con el adversario. Timoteo debe mantenerse absolutamente al margen de esto. Debe sencillamente dejarse de tales especulaciones, que en realidad son causa de disputas, siempre inconciliables con una conducta cristiana que debe siempre distinguirse por el auténtico amor.

b) Instrucción de los que yerran (2,24-26)

24 Un siervo del Señor no debe disputar, sino ser afable con todos, buen maestro, tolerante, 25 suave al instruir a los contrarios, por si acaso Dios les concede convertirse al reconocimiento de la verdad, y recuperar el buen sentido, libres de las redes del diablo, que los había capturado vivos para hacer su voluntad.

Timoteo, en su calidad de cristiano y, sobre todo, de rector de la comunidad, es, en efecto, «siervo del Señor», puesto que está plenamente entregado al Señor, al que ha consagrado su vida entera 25; pero por otra parte, como los grandes hombres del pueblo israelita (Abraham, Moisés, David, Isaías 26) ha sido elegido por Dios para un servicio y misión especiales. Como tal no debe «disputar». En efecto, el camino para reducir y convertir a cristianos extraviados no es la refutación pronta e ingeniosa, sino el amor, que es afable y bondadoso con todos, que soporta con calma incluso la injusticia, trata a todos con suavidad y los instruye con bondad (cf. 1Co_13:4-7). El amor compasivo y comprensivo prepara así el camino por el que la gracia de Dios hace su entrada en el corazón de los hombres que yerran, y modifica su sentir, de modo que vuelvan «al reconocimiento de la verdad». Por eso, el comportamiento bondadoso, suave y afable de Timoteo preparará de la mejor manera el camino a la gracia de Dios.

Es que los que yerran están ahora totalmente embriagados por su presunción de saber, y así han caído en las redes del diablo, se le han entregado como instrumentos sin voluntad, como un animal cogido en la red. Así pues, san Pablo ve en los falsos maestros la obra de Satán, que siembra la cizaña en medio del trigo (cf. Mat_13:25 s). Los maestros del error son instrumentos del enemigo maligno. De ahí la exhortación a luchar enérgicamente, pero sin meterse en disputas ni en esgrima verbal, sino haciendo fuerte resistencia de obra. Personalmente, en cambio, debe preparar el camino para la acción de Dios con bondadosa y amable comprensión, con amor compasivo en el trato con los hermanos extraviados, pues sólo Dios puede mover los corazones de los hombres y hacerles «recuperar el buen sentido», para que cobren ánimos y se libren de las redes del diablo. El sacrificio y el amor del cristiano a sus semejantes son siempre el mejor medio de preparar el camino para que la gracia de Dios llegue a los corazones de hombres extraviados.

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25.Cf. Rom_1:1; Phi_1:1; Gal_1:10.

26.Cf. Isa_20:3; Amo_3:7; Jer_44:4; Dan_9:10 s.





Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



Total entrega al ministerio, 2:1-13.
1 Tú, pues, hijo mío, ten buen cuidado, confiado en la gracia de Cristo Jesús; 2 y lo que de mí oíste ante muchos testigos, encomiéndalo a hombres fieles, capaces de enseñar a otros. 3 Soporta las fatigas, como buen soldado de Cristo Jesús. 4 Ningún soldado, al emprender una campaña, se embaraza con los negocios de la vida, para complacer al que le alistó. 5 Y quienquiera que compite en el estadio, no es coronado, si no compite legítimamente. 6 El labrador que se fatiga, debe ser el primero en participar de los frutos. 7 Entiende bien lo que quiero decir, porque el Señor te dará la inteligencia de todo. 8 Acuérdate de que Jesucristo, del linaje de David, resucitó de entre los muertos, según mi evangelio, 9 por el cual sufro hasta las cadenas como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada.10 Todo lo soporto por amor de los elegidos, para que éstos alcancen la salud en Cristo Jesús y la gloría eterna. 11 Verdadero es el dicho: Si padecemos con El, también con El viviremos; 12 si sufrimos con El, con El remaremos; si le negamos, también El nos negará; 13 si le fuéremos infieles, El permanecerá fiel, que no puede negarse a sí mismo.

Pablo sigue insistiendo sobre Timoteo para que se entregue de lleno y con toda fidelidad al desempeño de su ministerio. Su fuerza le vendrá de la gracia divina, que a él y a todos se comunica mediante la unión a Cristo (v.1; cf. 2Co_3:5-6; Efe_6:10; Flp_4:13).
Apoyado en esa gracia divina, debe Timoteo preocuparse (v.2) por transmitir a otros lo que de Pablo ha oído ante muchos testigos (? ??????? ???3 ???? ??? ?????? ???????? ). Evidentemente, Pablo está refiriéndose al depósito, de que habló antes (cf. 1:14; 1Ti_6:20), conjunto de verdades que constituyen el mensaje evangélico. No es clara la expresión ante muchos testigos. Quizá Pablo se refiera a que el mensaje evangélico no es algo transmitido en secreto y entre particulares, sino algo que se hace a la luz pública (cf. Jua_18:20). Bastantes autores, sin embargo, apoyados en el significado que tiene corrientemente la preposición ??? , ven ahí una alusión al testimonio de los demás apóstoles y otras personas que vieron personalmente a Cristo (cf. 1Co_15:5-7). Pero, en este contexto, ¿cómo armonizar ese sentido con la expresión lo que de mí oíste? Más bien parece que hemos de dar a ??? el sentido de acompañamiento o ambiente circundante, como en 1Co_16:3 y 2Co_2:4.
Pablo insiste en que ese depósito sea confiado a hombres fieles (v.2). Dentro de su vaguedad, sin especificar nombres ni funciones, es éste un texto sumamente importante en orden a fundamentar bíblicamente la doctrina de la sucesión apostólica.
A continuación San Pablo, valiéndose de tres expresivas imágenes (soldado-atleta-agricultor), exhorta a Timoteo a entregarse totalmente a su ministerio (v.2-6; cf. 1Co_9:6-7.24-27). No quiere que otras preocupaciones le distraigan del apostolado. No es buen soldado, ni buen atleta, ni buen agricultor quien se dedica a otros menesteres fuera de su oficio. Así también el apóstol cristiano. Es posible, como suponen algunos autores, que haya ahí una alusión al trabajo manual con que Timoteo, a imitación de Pablo (cf. 1Co_9:6; 1Te_2:9), procuraba ganarse el sustento. Sin embargo, eso era una excepción; y Pablo sabía que, como norma, no era conveniente, pues distraería demasiado al apóstol de sus cuidados pastorales. Pero, sea de eso lo que fuere, lo que ciertamente trata de inculcar Pablo es que el apóstol debe renunciar a todo lo que pudiera ser un obstáculo a su misión.
En los v.8-13, a fin de animar más y más a Timoteo, Pablo le recuerda el ejemplo de Cristo, que, si antes hubo de padecer, luego resucitó glorioso, y es tipo y modelo de nuestra futura resurrección. Idea fecunda, que Pablo recuerda muchas veces (cf. Rom_6:5; Rom_8:17; 2Co_4:10). Para la expresión mi evangelio (v.8), véase lo dicho al comentar Gal_1:11. Las últimas frases (v. 11-13), introducidas con la fórmula ya conocida (cf. 1Ti_1:15): verdadero es el dicho, están probablemente tomadas de algún himno cristiano primitivo (cf. 1Ti_3:16), y, en el fondo, no hacen sino repetir lo dicho en Rom_6:1-22.
La insistencia sobre la filiación davídica de Jesús (v.8), de que en muchos otros textos bíblicos (cf. Rom_1:3; Hec_2:25-33; Mat_12:23; Jua_7:42), es debida probablemente al deseo de combatir cierto docetismo que ya apuntaba.

Lucha contra el peligro de los falsos doctores,Jua_2:14-26.
14 Esto has de enseñar, protestando ante Dios no ocuparte en disputas vanas, que para nada sirven, si no es para perdición de los oyentes. 15 Mira bien cómo presentarte ante Dios, probado como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que distribuye sabiamente la palabra de la verdad. 16 Evita las profanas y vanas parlerías, que fácilmente llevan a la impiedad, 17 y su palabra cunde como gangrena. De ellos son Himeneo y Fileto, 18 que, extraviándose de la verdad, dicen que la resurrección se ha realizado ya, pervirtiendo con esto la fe de algunos.19 Pero el sólido fundamento de Dios se mantiene firme con este sello: El Señor conoce a los que son suyos y Apártese de la iniquidad quien tome en sus labios el nombre del Señor. 2° En una casa grande no hay sólo vasos de oro y plata, sino también de madera y de barro; y los unos para usos de honra, los otros para usos viles. 21 Quien se mantenga puro de estos errores, será vaso de honor, santificado, idóneo para uso del Señor, dispuesto para toda obra buena. 22 Huye las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, la caridad, la paz, con todos los que invocan al Señor con puro corazón. 23 Evita también las cuestiones necias y tontas, pues siempre engendran altercados, 24 y al siervo del Señor no le conviene altercar, sino mostrarse manso con todos, pronto para enseñar, sufrido, 25 y con mansedumbre corregir a los adversarios, por si Dios les concede el arrepentimiento, y reconocer la verdad 26 y librarse del lazo del diablo, a cuya voluntad están sujetos.

Timoteo se encuentra frente a una situación muy delicada: la que provocaban las predicaciones de los falsos doctores. A ese peligro aludió ya San Pablo varias veces en su anterior carta a Timoteo (cf. 1Ti_1:4; 1Ti_4:7; 1Ti_6:4). Ahora insiste de nuevo en el mismo tema, exhortando a Timoteo a que se esfuerce por evitar las disputas vanas, a las que esos falsos doctores eran tan aficionados, acompañando su predicación de la verdadera doctrina con el ejemplo de una vida intachable.
Le pide que sea firme en enseñar la doctrina recibida y que cuide de presentarse ante Dios como obrero probado, que no tiene de qué avergonzarse ni en cuanto al trabajo ni en cuanto al modo de llevarlo a cabo (v.15). Nada de profanas y vanas parlerías, mezclando lo sagrado y lo profano, que es camino para la impiedad (? . 16), como le ha sucedido a Himeneo y a Fileto, que se han extraviado de la verdad y arrastrado consigo también a otros (v. 17-18; cf. 1Ti_1:20). San Pablo cita una verdad concreta, la de la resurrección, que esos falsos predicadores negaban, diciendo que ya se ha realizado (v.18). Sabemos que el dogma de la resurrección era particularmente difícil de aceptar al espíritu griego (cf. Hec_17:32; 1Co_15:12). Probablemente los dos cristianos citados aquí por San Pablo suponían una resurrección puramente espiritual, la resurrección mística operada en el bautismo (cf. Rom_6:4; Efe_2:6; Col_3:1), al modo como lo harán luego ciertos autores gnósticos del siglo II.
No obstante esas desviaciones, la Iglesia permanecerá firme, manteniendo incólume su doctrina (v. 19-21). Pablo contempla primeramente a la Iglesia (v.1q; cf 1Ti_3:15) como un edificio que lleva, sobre su sólido fundamento, una doble inscripción-sello: El Señor conoce a los que son suyos (Num_16:5) y Apártese de la iniquidad quien tome en sus labios el nombre del Señor (cf. Num_16:26; Isa_52:11; Sal_6:9). La imagen está tomada de la costumbre antigua de ins-culpir en los edificios, particularmente en los templos, alguna inscripción indicando su destino y su carácter. Las dos inscripciones -sellos que lleva el edificio de la Iglesia indican que ésta no desviará jamás de la recta doctrina (primera inscripción) y que es santa por naturaleza (segunda inscripción). Verdad y santidad, dos notas de la Iglesia que nadie le podrá quitar, aunque algunos de sus miembros, por debilidad o por malicia, se aparten de la verdad y de la santidad. Pablo está apuntando de modo especial a la comunidad de Efeso, pero contempla a esa comunidad dentro de la Iglesia universal, realizada y hecha presente allí en Efeso. Los v.20-21 continúan la metáfora de la Iglesia-edificio, aunque cambiando un poco la perspectiva, comparando a los fieles con las diversas vasijas usadas en una casa (cf. Rom_9:21). La aplicación es clara: en la Iglesia hay cristianos buenos y hay cristianos malos, en mayor o menor grado. Nadie, pues, se escandalice de la presencia en ella de falsos doctores y de pecadores.
Pablo torna a hablar directamente a Timoteo, exhortándole a huir las pasiones juveniles (??????????? ?????????? ) y a evitar las cuestiones necias y tontas, que engendran altercados, al mismo tiempo que le recomienda practicar las virtudes cristianas (v.22-26). Esas pasiones juveniles, en este contexto, parecen ser cierta ligereza y vanidad, un poco por afán de novedades, más corrientes en los jóvenes que en las personas maduras. A la juventud de Timoteo ya aludió Pablo en 1Ti_4:12.
Son de notar las expresiones los que invocan al Señor (v.22), para designar a los cristianos en general (cf. Rom_10:9; 1Co_12:3; Hec_9:14-21; Hec_11:20-24), y siervo del Señor (v.24), para designar a un responsable de la comunidad (cf. Tit_1:1; Rom_1:1; Col_4:12), más bien que a los cristianos en general (cf. 1Co_7:22; Efe_6:6). Lo que sobre todo resalta en esta perícopa es la insistencia de Pablo, con unas u otras palabras, a que no hagamos un apostolado agresivo como tratando de triunfar sobre quien nos contradice, sino que tratemos de llevarle a Dios y que se adhiera libremente a la verdad.

Comentario de Santo Toms de Aquino

Lección 3: 2 Timoteo 2,16-20
Le amonesta a que evite las doctrinas heréticas, por el daño que hecen, enseñándole que no por ese motivo hay que quitar de en medio la fe y muéstrale por qué permite Dios que algunos incurran en el error, 16. Profana autem et vaniloquia devito,. Multum enim proficiunt ad impietatem.17. Et sermo eorum ut cáncer serpit. Ex quihus est Hy-menaeus et Philetus.18. Qui a vertíate exciderunt, dicentes resurrectionem iam factam, et subverterunt quorumdam fidem.19. Sed ¡irmum fundamentum Dei stat, habens signaculum hoc. Cognovit Dominus qui sunt eius. Et discedat ab iniquitate oninis qui invocat nomen Domini.20. 1n magna autem domo non solum sunt vasa áurea et argéntea, sed et lignea et fictilia: et quaedam quidem in honorem, quaedam autem in contumeliam.En lo antedicho instruyó a Timoteo mostrándole el modo general de resistir a los infieles, aquí en especial muéstrale a quiénes hay que resistir, por qué y cómo. Dice pues: "evita, por tanto, los profanos y vanos discursos", donde 2 cosas muestra que hay que evitar: a saber, los profanos y vanos discursos, y refiérense a lo mismo o a cosas diversas; pues profano es, como si dijéramos, lo que está lejos del santuario, esto es, del culto divino; y eso son las enseñanzas heréticas; por eso hay que evitarlas. Así que dice: evita lo profano. Puede también decirse que son profanos y además fabulosos y vanos discursos los que se oponen a la fe. "Vanidad habla cada cual a su prójimo" (Sal 11,3).-"porque contribuyen mucho a la impiedad". Da razón de por qué han de evitarse y esto por 2 motivos: lo. por el daño que hacen; 2o. por el fruto de evitarlos. Cuanto a lo primero muestra el daño que hacen dando al traste con la fe, aunque no tan totalmente que quede del todo arruinada, porque "el fundamento de Dios se mantiene firme". Pone también la enseñanza, añade una semejanza y completa con un ejemplo. Dice pues: hay que evitar lo que impide la piedad, que se dice culto de Dios; de donde la doctrina de la fe es la doctrina de la piedad; mas la impiedad es la doctrina contra la fe. Por eso dice: "porque contribuyen mucho a la impiedad", esto es, conducen al error o a una doctrina errónea; pero este aprovechamiento es abusivo y para su mal. "Los malos hombres y los impostores irán de mal en peor, errando y haciendo errar a otros" (2Tm 3,13). Luego pone la semejanza diciendo: "y la plática de éstos cunde como gangrena"; porque los herejes al principio dicen algunas cosas verdaderas y útiles, mas cuando se les da oídos mezclan también otras cosas que vomitan mortíferas. Por eso dice que su bachillería cunde como gangrena. "Por una chispa se levanta un incendio, y por un hombre doloso se vierte mucha sangre" (Sir XI,34)-"del número de los cuales son Himeneo y Füeto". Los pone de ejemplo, ya que éstos dos en su tiempo corrompían la fe, por quienes inducidos algunos a error se han convertido en charlatanes y picoteros. De Fileto se habló en el capítulo !. De Himeneo en 1 Timoteo 1. Y dice: "que se han descarriado de la verdad". "De entre nosotros han salido, mas no eran de los nuestros" (1Jn 2,19). Y esto agrava su situación; porque "mejor les fuera no haber conocido el camino de la justicia que, después de conocido, abandonar la Ley santa que se les había dado" (2Pe 2,2 i). Su error era decir que la resurrección ya había tenido su cumplimiento, según aquello: "y ios cuerpos de muchos santos que habían muerto resucitaron" (Mt 27,52), Y decían que, si entonces resucitaron, ya no había por qué esperar otra resurrección.. De otro modo y mejor que, como hay doble muerte, así también doble resurrección, a saber, del alma y del cuerpo. De la del aima habla el Ap X10,6: "bienaventurado y santo quien tiene parte en primera resurrección". Decían pues que a esta resurrección de las almas, ya sucedida, había que referir todo lo contenido en las Escrituras. "SI habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba" (Colos. 3). Y este error persiste aun hoy entre los herejes y por él arruinan a algunos. Dice muy a propósito: "y han pervertido la fe de varios", porque destruyen el fundamento de la fe. "¡Oh hombre lleno de toda suerte de fraudes y embustes, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás nunca de trastornar los caminos rectos del Señor?" (Hch 13,10).-"Pero el fundamento de Dios se mantiene firme". Muestra cómo las herejías no echarán a pique totalmente la fe, ya que la fe de la 1glesia no puede corromperse enteramente por las doctrinas heréticas.Muestra también por qué permite Dios que algunos cometan errores, y, por el contrario, que los elegidos estén firmes en su fe como una roca. Dice pues: los herejes pervierten, "pero el fundamento de Dios se mantiene firme"; y estos fundamentos son aquellas personas que tienen la gracia de mantenerse firmes, "porque estaban fundadas sobre piedra firme" (Mateo 7,25). -Firme, porque no se puede mover. Por eso se dice antes: "cayeron las lluvias, y los ríos salieron de madre, y soplaron los vientos, y dieron con ímpetu contra la tal casa, mas no fue destruida". Esta firmeza estriba primero en la divina predestinación, segundo en nuestro albedrío. Cuanto a lo primero dice: este firme fundamento "está marcado con el seilo", esto es, ésta es la señal de su firmeza. "Quien cree lo que El atestigua testifica con su fe que Dios es verídico" (Jn 3,33). Esta es la primera parte del sello, a saber, la que depende de la divina predestinación, porque conoce el Señor quiénes son los suyos; y este conocimiento es el de la divina predestinación. "Yo conozco a mis ovejas, y tengo otras que no son de este aprisco" (Jn 10,14; Mateo 7).Cuanto a lo segundo dice: "apártese de la maldad cualquiera que invoca el nombre del Señor"; como si dijera: si están predestinados por Dios, porque por su albedrío se salvarán, sigúese de aquí que, por el hecho de no acabar alguno finalmente adherido al pecado, muestra que está predestinado. Dos elementos toca en orden a ponerse en estado de salvación: lo. que confiese la fe (Rm X); 2o. que se aparte del pecado. "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos" (Mateo 7). Por eso dice: "apártese de la maldad cualquiera que invoca el nombre del Señor". Pero eso de invocar entiéndase que no sólo de boca, sino interiormente por la fe y exteriormente por las obras.-"Y en una casa grande no sólo hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro, y de ellos unos son para usos decentes, otros para usos viles". Da la razón de por qué permite Dios que algunos yerren, aunque a todos ama. Y puede entenderse esto de 2 maneras, porque o en general, o en especial por lo que mira a uno u otro. Pues si preguntas en singular por qué a éste le da el don de la perseverancia y no al otro, no hay más razón sino porque Dios así lo quiere. Dice San Agustín: si no quieres errar, no te metas a juzgar por qué a éste lo trae a remolque y al otro no. Mas si preguntas en general por qué a unos sí y a otros no, la razón es la que señala el Apóstol en Romanos 9, y es una misma con ésta, aunque con otros ejemplos. Por eso dice: "sufre con mucha paciencia a los que son vasos de ira, dispuestos para la perdición"; porque, así como todas las cosas que Dios hizo en la naturaleza y en la gracia, las hizo para manifestar su gloria (Sir 42); así también hizo diferentes criaturas, para que la perfección de la divina bondad, que no puede manifestarse por una, se manifieste suficientemente por otra. Lo mismo pensemos, por ejemplo, de un alarife, que hace en una casa una ventana más hermosa que otra. Si alguno preguntase por qué no toda la casa es ventana, la razón es porque así sería toda la casa imperfecta. "Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído?" (!Co 12, !7). Así, por lo que mira al efecto de la gracia, dice el Apóstol, porque era menester que Dios manifestase su misericordia y su justicia; pues si a todos salvase, sólo fuese su misericordia; si a todos condenase, sólo su justicia. Por eso, queriendo Dios mostrar en unos su justo enojo y hacer patente su poder, "sufre con mucha paciencia a los que son vasos de ¡ra, dispuestos para la perdición". Semejante razón es la de la perfección de la 1glesia, que convenía fuese perfecta, (que no lo sería) si no hubiese en ella diversidad; con todo, la hay triple, a saber: de buenos y malos, de buenos y mejores, de malos y peores. Y a ésta se refiere cuando dice: "en una casa grande", esto es, la 1glesia (Baruc 3), "no sólo hay vasos de oro...", en donde los vasos de oro y de plata se distinguen de los de barro; los de plata de los de oro; los de barro de los de madera. En el primer caso se establece la comparación de los buenos con los malos; en el segundo la de los buenos con los mejores; en el tercero la de los malos con los peores; porque los dorados y los plateados son ios buenos; pero los dorados son los mejores, los plateados los menos buenos. De modo parecido, los de madera y de barro son los malos; pero los barrosos son peores, los de madera menos malos.Consiguientemente señala la diversidad cuanto al uso, de manera que los buenos sean vasos destinados para usos decentes, como vasos de honra; los malos, en cambio, como destinados al oprobio, esto es, a viles usos, sean vasos de barro y de madera. Así como entre los hombres algunos, a saber, los santos, son como vasos preciosos (Sir L); y otros, a saber, los malos, como vasos inútiles (Is 32; Sir 21). Los primeros son para honrarse con ellos y se les debe la vida eterna (Rm 2). Los segundos son para oprobio (I Reyes 2). Puede hacerse otra aplicación de la predicha diversidad a la de la 1glesia, de manera que los vasos dorados sean los prelados; los de plata, barro, madera, los correspondientes a los grados inferiores. Y lo que añade: "unos son para usos decentes, otros para usos viles", no quiere decir que todos los vasos de oro y de plata sean para honrarse con ellos y los barrosos para oprobio, porque de cualquier estado unos se salvan y otros se condenan.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Llegando a ser un obrero aprobado

La expresión esto en el v. 14 se refiere más que a la verdad del himno en los vv. 11-13. Incluye toda la enseñanza que Pablo había dado a Timoteo en esta carta. Que Pablo trata este mandato muy seriamente se percibe en las palabras delante de Dios. El Apóstol está profundamente consciente que la contienda sobre cuestiones de poca importancia son una pérdida de tiempo, y quiso advertir de ello a Timoteo. No siempre se reconoce que los debates triviales son nocivos, pero Pablo utiliza aquí una palabra fuerte (ruina), que enfatiza el efecto desastroso sobre otros. El v. 15 es una joya de consejo positivo para el creyente. El objetivo es producir un obrero aprobado (eso es, aprobado por Dios). Esto requiere esfuerzo, sin embargo, ninguno puede hacer más que lo mejor. Hay dos requeri mientos: no avergonzarse de la palabra de verdad, y un correcto manejo de ella. Lo último reforzará lo primero. El verbo gr. que se traduce que traza bien realmente significa cortar un camino recto y sugiere la realización de una exégesis correcta. Este debe ser el objetivo de todo verdadero maestro de la Palabra. Interpretar lo que en realidad no existe en el texto no es provechoso para nadie, pero es lamentablemente común.

La idea de una correcta interpretación de la palabra conduce a Pablo a reflexionar otra vez sobre aquellos que se desvían de ella (vv. 16-19). Debe ser evitada la amenazante enseñanza alternativa, descripta como profanas y vanas palabrerías y comparada en sus efectos con la gangrena. Se cita el ejemplo de Himeneo y Fileto y también el punto principal de su error: La resurrección ya ha ocu rrido. Es digno de notar como una instancia poco común en las cartas pastorales que se mencione una enseñanza falsa específica. A pesar de los efectos nocivos de esta clase de enseñanza, Pablo subraya la verdad positiva de que el sólido fundamento de Dios queda firme. Surge una pregunta en relación con la identidad del fundamento. ¿Se refiere a la iglesia como un todo, a la iglesia de Efeso en particular, o a la verdad completa de Dios que incluye su obra salvadora? La tercera posibilidad es preferible, aunque en otros lugares Pablo usa la metáfora en relación con la iglesia. Parecería que las inscripciones a las que se refiere en el v. 19 provienen de Núm. 16:5, 26, aunque la segunda no es exacta y podría provenir de Isa. 52:11. El sello lo usa Pablo a su vez como un signo de que algo es verdadero (cf. Rom. 4:11; 1 Cor. 9:2).

La ilustración en los vv. 20, 21 continúa la metáfora de construcción del v. 19, pero ahora Pablo se concentra en los utensilios usados en una gran casa. Los diversos materiales de los cuales se elaboran sirven para diferentes propósitos, algunos nobles y otros comunes. La aplicación aquí parece algo confusa, porque los vasos de madera son tan necesarios como los de oro y, de hecho, se usan más frecuentemente. Pero Pablo considera a los obreros de Jesucristo como vasos preciosos a la vista de Dios. Con todo, ¿qué quiso decir Pablo con si alguno se limpia de estas cosas? Quizá la mejor explicación sea que el Apóstol todavía tenía en mente a Himeneo y Fileto (cf. 1 Cor. 5:7 para un uso paralelo del verbo que significa purgar, limpiar). Aquí Pablo considera la situación positivamente. Nótense las descripciones consagrado, útil y preparado, las cuales muestran las características de un instrumento para uso honroso. Ciertamente Pablo tenía un concepto muy elevado del oficio ministerial.

El último párrafo de esta sección (vv. 22-26) señala la naturaleza general de la conducta del siervo del Señor. Otra vez lo negativo (Huye ... de las pasiones y evita las discusiones necias) se enlaza con lo positivo (sigue la justicia ... y las otras virtudes). Pablo ya ha hecho un contraste similar en 1 Tim. 6:11. Aquí él manifiesta un aspecto corporativo cuando dice con los que de corazón puro invocan al Señor, léase, aquellos que profesan la fe cristiana. Otra vez Pablo los insta a rechazar las contiendas (v. 24), y otra vez agrega consejos positivos que incluyen actitudes (amabilidad y falta de resentimiento) y habilidad (don de enseñar). Se aconseja un trato correctivo generoso y amable a los que se oponen a fin de producir un resultado positivo. Pablo sabe que la gentileza no puede producir arrepentimiento, pero Dios puede lograrlo si se adopta una actitud conciliadora. El expresa el resultado deseado en una forma positiva (guiarlos a comprender la verdad) y también en forma negativa (escapar de la trampa del diablo).

La declaración final (v. 26) ha producido mucha discusión. En el gr. no es claro porque se usan dos pronombres distintos que significan por él y de aquél. Si no hubo intención de hacer distinción, ambas se referirían al diablo. Pero otra interpretaci ón es posible en la que la voluntad de aquel puede referirse a la voluntad de Dios, quien a su vez se considera como haber tomado cautivos a aquellos que escapan del maligno. Pero tal interpretación es dudosa ya que implica salir de una trampa para caer en otra. Una tercera posibilidad es tomar la palabra en el sentido de ser tomado cautivo por el diablo para hacer la voluntad de Dios, y así distinguir los pronombres. Pero ello parece una idea extraña y la primera interpretación es preferible.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter II.

1 He is exhorted againe to constancie and perseuerance, and to doe the duetie of a faithfull seruant of the Lord in diuiding the word aright, and staying prophane and vaine bablings. 17 Of Hymeneus and Philetus. 19 The foundation of the Lord is sure. 22 Hee is taught whereof to beware, and what to follow after, and in what sort the seruant of the Lord ought to behaue himselfe.
1 Thou therefore, my sonne, be strong in the grace that is in Christ Iesus.
2 And the things that thou hast heard of mee [ Or, by.] among many witnesses, the same commit thou to faithfull men, who shall be able to teach others also.
3 Thou therefore indure hardnesse, as a good souldier of Iesus Christ.
4 No man that warreth, intangleth himselfe with the affaires of this life, that hee may please him who hath chosen him to be a souldJeremiah
5 And if a man also striue for masteries, yet is hee not crowned except hee striue lawfully.
6 [ Or, the husbandman labouring first, must be partaker of the fruites.] The husbandman that laboureth, must bee first partaker of the fruites.
7 Consider what I say, and the Lord giue thee vnderstanding in all things.
8 Remember that Iesus Christ of the seede of Dauid, was raised from the dead, according to my Gospel:
9 Wherein I suffer trouble as an euill doer, euen vnto bonds: but the word of God is not bound.
10 Therefore I indure all things for the elects sakes, that they may also obtaine the saluation which is in Christ Iesus, with eternall glory.
11 It is a faithfull saying: for if we bee dead with him, wee shall also liue with him.

[Of sundry vessels.]

12 If we suffer, we shall also reigne with him: if wee denie him, hee also will denie vs.
13 If we beleeue not, yet he abideth faithfull, he cannot denie himselfe.
14 Of these things put them in remembrance, charging them before the Lord, that they striue not about words to no profite, but to the subuerting of the hearers.
15 Studie to shewe thy selfe approued vnto God, a workman that needeth not to be ashamed, rightly diuiding the word of trueth.
16 But shun profane and vaine bablings, for they will increase vnto more vngodlinesse.
17 And their word will eate as doth a [ Or, gangrene.] canker: of whom is Hymeneus and Philetus.
18 Who concerning the trueth haue erred, saying that the resurrection is past alreadie, and ouerthrow the faith of some.
19 Neuerthelesse the foundation of God standeth [ Or, steady.] sure, hauing the seale, the Lord knoweth them that are his. And, let euery one that nameth the Name of Christ, depart from iniquitie.
20 But in a great house, there are not onely vessels of gold, and of siluer, but also a wood, & of earth: and some to honour, and some to dishonour.
21 If a man therefore purge himselfe from these, he shal be a vessell vnto honour, sanctified, and meete for the Masters vse, and prepared vnto euery good worke.
22 Flie also youthfull lusts: but follow righteousnesse, faith, charitie, peace with them that call on the Lord out of a pure heart.
23 But foolish and vnlearned questions auoid, knowing that they doe gender strifes.
24 And the seruant of the Lord must not striue: but bee gentle vnto all men, apt to teach, [ Or, forbearing.] patient,
25 In meekenesse instructing those that oppose themselues, if God peraduenture will giue them repentance to the acknowledging of the trueth.
26 And that they may [ Greek: awake.] recouer themselues out of the snare of the deuill, who are [ Greek: taken aliue.] taken captiue by him at his will.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



4-6. Estas tres imágenes tomadas de la vida ordinaria, significan que la corona de la gloria está reservada a los que perseveran en la lucha propia de la vida cristiana.

8. Ver nota Mat_1:1.

11. Ver nota 1Ti_1:15; Rom_6:5-11.

17-18. "Himeneo y Fileto" consideraban la resurrección como un hecho puramente espiritual, ya realizado en el bautismo. Ver Hec_17:32; 1Co_15:12.

19. Num_16:5; Isa_26:13.

Comentario al Nuevo Testamento (EUNSA, 2008)

Ante los errores o malentendidos se subraya la firmeza de la Iglesia, utilizando la imagen de la edificación. Era costumbre unir a la primera piedra un llamado «documento fundacional»; si se trataba de un templo o una edificación religiosa, el documento fundacional solía contener unas frases que indicaban el origen y la finalidad del edificio. Siguiendo este símil, San Pablo imagina dos inscripciones básicas: la primera, tomada de Nm 16,5, recuerda la elección que Dios hace y el cuidado que tiene de los suyos; la segunda, tomada de Is 26,13, afirma la necesidad de la santidad. «Tú eres Santa, Iglesia, Madre mía, porque te fundó el Hijo de Dios, Santo: eres Santa, porque así lo dispuso el Padre, fuente de toda santidad; eres Santa, porque te asiste el Espíritu Santo, que mora en el alma de los fieles» (S. Josemaría Escrivá, Lealt. Igl.). Por otra parte, lo mismo que en cualquier casa hay vasijas de todo tipo, no hay que escandalizarse de que en la Iglesia haya pecadores o quienes lleven una conducta menos noble; más bien se ha de orar por su conversión.


Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)



La inteligencia de este pasaje difícil depende del contexto. El problema principal está en si la doble categoría de objetos: unos de oro o de plata, otros de madera o de barro; unos para honor, otros para ignominia expresa simple gradación de mejor o menos bueno, o bien oposición entre bueno y malo. Lo que sigue y lo que antecede demuestra que en la mente de Pablo la doble categoría es de oposición. No se opone a esta interpretación el que en la vida real los llamados vasos de ignominia presten su utilidad, pues no enfoca Pablo la comparación desde este punto de vista. Pero hay que advertir que el ser objeto de honor, si radical y principalmente depende de la gracia de Dios, también depende secundariamente de la libre cooperación del hombre, como lo expresa el Apóstol claramente en 2Ti_2:21.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

La Iglesia, la casa grande. Con la imagen de la Iglesia como la «casa grande», imagen favorita de las cartas pastorales, el autor concluye estas primeras exhortaciones a Timoteo. Esta casa cuyo único dueño es el Señor, tiene su ajuar humano para las diversas tareas más o menos honoríficas: «recipientes de oro y plata... de madera y de loza» (20). Y todos están llamados, especialmente los responsables de la comunidad, a convertirse en «recipiente noble... útil para el dueño» (21), no a través de discusiones inútiles y peleas dialécticas, sino a través del testimonio de una vida que practica «la justicia, la fe, el amor, la paz» (22). Sólo así será posible atraer a los descarriados al arrepentimiento y a la verdad.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_29:16+; Rom_9:21

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_29:16+; Rom_9:21

Biblia Peshitta en Español (Holman, 2015)

a 2Co 4:7;b Rom 9:21

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 2.11 Ro 6.4-8; Gl 2.19-20; Col 2.12.

[2] 2.12 Ro 8.17.

[3] 2.12 Cf. Mt 10.32-33; Mc 8.38; Lc 12.9.

[4] 2.13 Ro 3.3-4; 1 Co 1.9.

[5] 2.19 Cf. Nm 16.5 (gr.); Is 52.11 (gr.).

Torres Amat (1825)



[9] Aunque estaba preso, Pablo publicó el Evangelio de palabra y por escrito.

[18] En el bautismo, cuando morimos con Cristo y resucitamos a la vida de la gracia. No hay que esperar otra resurrección.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

Rom 2:20.

Nuevo Testamento México (Centro Bíblico Hispano Americano, 1992)

San Pablo propone vasos de diferentes materias, a los que compara las diversas categorías de fieles.