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Ellos han dado testimonio de tu generosidad ante la iglesia. Harás bien en proveerlos para su viaje de manera digna de Dios. (III Juan  1, 6) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



Capitulo único.

Encabezamiento, 1-2.
1 El presbítero, al amado Gayo, a quien amo en la verdad. 2 Carísimo, deseo que en todo prosperes y goces de buena salud, así como prospera tu alma.

A diferencia de la 1 y 2 Jn, la tercera carta de San Juan muestra un carácter totalmente personal. La dirección es la más breve de todas las epístolas del Nuevo Testamento y la que más se asemeja a la de las cartas privadas de época greco-romana llegadas hasta nosotros. Contiene únicamente el nombre del que escribe y el del destinatario. Como en la 2 Jn, la epístola comienza con el título de el presbítero, autodesignación del apóstol Juan, y va dirigida al amado Gayo. No sabemos quién era ese Gayo, porque el nombre era muy común en el ambiente greco-romano de aquella época 1. En el Nuevo Testamento aparecen tres o cuatro personajes con ese nombre 2. Sin embargo, el Gayo de la 3 Jn parece que no se puede identificar con ninguno de ellos. Probablemente era un laico rico perteneciente a una iglesia del Asia Menor a la que San Juan ya había dirigido otra carta (v.9). Esta carta tal vez haya que identificarla con la 2 Jn. Gayo había permanecido fiel al apóstol (í.8), sin dejarse impresionar por la actitud del ambicioso obispo local, Diotrefes (v.9-10). Había dado generosa hospitalidad a los misioneros itinerantes enviados por San Juan (v.s-y) Su fidelidad y generosa conducta le merecieron que el apóstol le escogiese para transmitir a sus amigos fieles sus órdenes, aunque no debía ocupar ningún cargo eclesiástico. San Juan lo llama cuatro veces en una carta tan corta amado (Üãáôôçôüò). El amor del apóstol se funda en motivos de orden sobrenatural. Amaba a Gayo en la verdad (v.1), es decir, en Cristo. Este amor le lleva a interesarse vivamente por su salud y prosperidad (v.2). Le desea que su situación material y física sea tan próspera como su situación espiritual. Esto no quiere decir que Gayo estuviese enfermo. Se trata únicamente de una fórmula epistolar frecuente en los papiros de aquella época, que expresa el deseo de que le vaya bien a uno en sentido general.



Elogio de Gayo y condenación de Diotrefes, 3-12.
3 Mucho me alegraré con la venida de los hermanos y con el testimonio de tu verdad, es decir, de cómo andas en la verdad. 4 No hay para mí mayor alegría que oír de mis hijos que andan en la verdad. 5 Carísimo, bien haces en todo lo que practicas con los hermanos y aun con los peregrinos; 6 ellos hicieron el elogio de tu caridad en presencia de la iglesia. Muy bien harás en proveerlos para su viaje de manera digna de Dios, 7 pues por el nombre partieron sin recibir nada de los gentiles. 8 Por tanto, debemos nosotros acogerlos para ser cooperadores de la verdad, 9 He escrito a la iglesia; pero Diotrefes, que ambiciona la primacía entre ellos, no nos recibe. 10 Por esto, si voy allá, le recordaré las malas obras que hace, diciendo desvergonzadamente contra nosotros cosas falsas. No contento con esto, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohibe y los echa de la iglesia. 11 Carísimo, no imites lo malo, sino lo bueno. El que obra el bien, es de Dios; el que obra el mal, no ha visto a Dios. 12 De Demetrio todos dan testimonio, y lo da la misma verdad, y nosotros mismos damos testimonio, y tú sabes que nuestro testimonio es verdadero*

La fe de Gayo era viva, operosa, acompañada de la práctica de la virtud de la caridad. Su generosidad había sido proclamada ante el apóstol por los misioneros itinerantes, que habían pasado predicando por la comunidad a la que pertenecía Gayo (v.3). Habían narrado al apóstol que Gayo andaba en la verdad. Expresión que significa que Gayo posee la verdadera doctrina y la realiza en su vida. El cristiano camina en la verdad cuando profesa la doctrina ortodoxa y practica la caridad. El apóstol ha experimentado una gran alegría al oír tales noticias, pues no hay para un padre mayor alegría que oír de sus hijos que caminan en la verdad (v-4). San Juan emplea la expresión hijos para designar a todos los cristianos de las iglesias a las cuales se dirige 3. También San Pablo llamaba a Onésimo su hijo, porque lo había engendrado en la fe y tal vez lo había bautizado 4.
San Juan elogia la conducta de Gayo para con los hermanos itinerantes y forasteros (v.5). Porque, a pesar de ser desconocidos para él y de no pertenecer a su iglesia, sin embargo, los ha tratado con suma caridad y generosidad. Su proceder contrasta con el egoísmo y la poca generosidad de Diotrefes. Su comportamiento es un bello testimonio de la hospitalidad cristiana primitiva 4b.
Los misioneros han dado públicamente testimonio de la caridad de Gayo en presencia de la iglesia (v.6), o sea, durante una reunión de la comunidad, en la cual habían dado cuenta de su peregrinación apostólica, como hacían Bernabé y Pablo 5. Los misioneros itinerantes han visto que la generosidad de Gayo para con ellos procedía del amor divino que ardía en su alma. Gayo caminaba por la vía de la verdad porque su conducta manifestaba una verdadera caridad6. El amor se manifiesta con las obras. Y Gayo había atendido con premura y desvelo a los misioneros, dándoles alimentos, albergue y todo lo necesario para el viaje.
Después de elogiarlo, San Juan pide a Gayo que continúe ejerciendo su generosa caridad. De nuevo los hermanos van a pasar por el lugar donde habita Gayo, y el apóstol le pide que atienda a las necesidades de los viajeros y les provea de víveres para el viaje7. Los obreros evangélicos tienen derecho a su salario, como lo proclama el mismo Cristo 8, lo recuerda San Pablo 9 y la Iglesia primitiva lo exigía de sus fieles 10.
En el v.7 San Juan explica por qué ha de proveer generosamente a los misioneros. Los hermanos partieron por el nombre sin recibir nada de los gentiles. La expresión, un tanto misteriosa: partieron, salieron por el nombre, hay que entenderla a la luz de la costumbre judaica de no pronunciar el nombre sagrado de Dios. Llevados de la suma reverencia que profesaban al nombre de Yahvé, lo sustituían con otra expresión como el nombre, el cielo, la gloria, etc. Para los cristianos, el nombre no designa únicamente a Dios, sino también, y de una manera especial, a Dios hecho hombre, a Jesucristo, Hijo de Dios n. En el Nuevo Testamento, el nombre de Jesús está por encima de todo nombre 12, y los apóstoles llegan hasta sufrir azotes por amor de este nombre 13. En la segunda generación cristiana, los misioneros salían también, a imitación de los apóstoles, a predicar la palabra de Dios. Y debían ser recibidos como el Señor, pues eran enviados de los apóstoles y de las iglesias. Esos misioneros viajaban sin aceptar nada de los paganos, cumpliendo a la letra la recomendación del Señor: Gratis lo recibisteis, dadlo gratis14. También San Pablo y los demás apóstoles cumplían el mandato del Señor, no exigiendo nada por su predicación 15. Así podían anunciar más libremente y sin sospecha de lucro la palabra de Dios.
Por eso, San Juan, hablando en nombre de toda la Iglesia, se coloca él mismo entre los que tienen la obligación de acoger a los predicadores de la verdad: Debemos nosotros acogerlos para ser cooperadores de la verdad (v.8). El deber de predicar el Evangelio obliga a todos los cristianos. Por consiguiente, los que no puedan cumplir ese deber personalmente han de ayudar al misionero en sus necesidades especialmente materiales. En todas las épocas, los verdaderos cristianos han sentido la necesidad de la cooperación misionera, como se puede ver en nuestros días por las publicaciones anuales de Propaganda Fide y de los institutos misioneros 16. Jesucristo había prometido recompensas especiales a los que acojan y ayuden a sus enviados 17.
En la iglesia a la que pertenecía Gayo hay una gran sombra, que parece oscurecer un tanto los actos virtuosos de Gayo y de los demás fieles. Diotrefes, el obispo de aquella iglesia, no cumple con los deberes de caridad y hospitalidad para con los misioneros itinerantes. Debía de ser un hombre ambicioso, muy pagado de su autoridad y que no hacía caso de las advertencias del apóstol, pues éste le había escrito ya una carta, que no había hecho efecto alguno sobre el jefe de la comunidad. Hay bastantes autores que piensan que la carta aludida era la 2 Jn 18. Otros, por el contrario, creen que la carta a la cual se refiere el apóstol contendría reproches contra el jefe de la comunidad cristiana. Sería parecida a las que se leen en el Apocalipsis (2-3), si es que no era una de ellas 19. De Diotrefes sólo sabemos lo que nos dice San Juan. Era un hombre que ambicionaba el primer puesto entre los miembros de la iglesia. El apóstol le debió de escribir para recomendarle los misioneros, pero no había hecho caso alguno de la carta. Diotrefes se debía de oponer a mantener los misioneros ambulantes enviados por San Juan (v.9). Además, llegaba hasta prohibir que se les diese hospitalidad; siendo la hospitalidad una cualidad requerida para llegar a ser obispo 20. Y llevó su oposición hasta arrojar de la iglesia a los que, como Gayo, los recibían en su casa. Se trata, por consiguiente, de un pastor ambicioso y egoísta, que se oponía al anciano apóstol, el cual le amenaza con una pública amonestación si le obliga a trasladarse allá. El apóstol no cede ante la rebelión de un subordinado. Si es necesario, irá en persona para denunciar ante la comunidad las malas obras y palabras de Diotrefes e imponer las sanciones convenientes (v.10). Parece que dicho personaje intrigaba, escarnecía (öëõáñåÀí) al apóstol San Juan, hablando en contra de él a causa de su manera de proceder en los problemas misionales. No contento con esto, se negó a recibir y ayudar a los misioneros, a lo que estaba obligado por su puesto de obispo. Se oponía de este modo al mandato del Señor de amarse los unos a los otros21. E incluso impidió la práctica de la hospitalidad a otros cristianos que deseaban recibir a los misioneros en sus casas. Y a los que, a pesar de todo, los recibieron, los expulsó de la iglesia. Este acto de echarlos de la iglesia no parece implicar una excomunión en sentido moderno, sino que posiblemente les impedía la asistencia a las reuniones y asambleas de la comunidad.
Un tal ejemplo podía producir mucho daño viniendo del jefe de una comunidad. Por eso, San Juan exhorta a Gayo y a todos los buenos cristianos a seguir lo bueno y a no imitar lo malo, aunque sea practicado por alguien que tenga autoridad. Porque el que obra el bien es de Dios, es decir, posee en sí un germen divino, la gracia, y después la vida eterna. En cambio, el que obra el mal no ha visto a Dios (v.11), no lo ha conocido22, no vive en comunión vital con El 23. Los árboles se conocen por sus frutos; y del mismo modo los hijos de Dios y los del demonio se reconocen por sus obras buenas o malas 24. Estas mismas ideas teológico-morales se encuentran en la 1 Jn 25.
En contraste con la imagen sombría de Diotrefes aparece la simpática figura de Demetrio, que debía de ser uno de los misioneros itinerantes, tal vez el jefe de todo un grupo, o bien el portador de la carta. De todas formas era un hombre de confianza del apóstol, como se ve por las alabanzas que le dedica. San Juan dice a Gayo que de Demetrio todos dan buen testimonio, y lo da la misma verdad (v.12), es decir, Dios, que se ha manifestado en Jesucristo, y el Espíritu Santo, mediante sus carismas. Otros autores, como J. Chaine 26, creen que verdad aquí es la conformidad de la vida con los mandamientos y la doctrina de Cristo. La verdad atestigua en favor de Demetrio en el sentido de que basta contemplar su conducta intachable para ver que marcha por el buen camino. Como confirmación de los testimonios anteriores, San Juan añade el suyo propio. El apóstol predilecto gusta de apelar a la veracidad de su testimonio en los momentos más importantes de sus escritos 27. El testimonio del viejo apóstol debía de ser de gran peso en toda la Iglesia.



Epílogo, 13-15.
13 Muchas cosas tendría que escribirte, pero no quiero hacerlo con tinta y cálamo; 14 espero verte pronto, y hablaremos cara a cara.15 La paz sea contigo. Los amigos te saludan. Saluda a los amigos en particular.

La conclusión de esta epístola es muy parecida a la de la 2 Jn, lo que indica que ambas salieron de la misma mano. El apóstol afirma que muchas cosas tendrá todavía que decirle, pero como espera ver a Gayo muy pronto, entonces podrán tratar los asuntos ampliamente (v.13-14). El viaje al que alude el apóstol no sabemos si fue un viaje especial para reducir al rebelde Diotrefes o bien un viaje misionero por diversas iglesias del Asia Menor.
A la manera oriental, San Juan le desea la paz, pero una paz que implica un don que el mundo no puede dar y que proviene de la amistad y comunión con Dios 28. La expresión la paz sea contigo era el saludo propio de los judíos. Aquí, sin embargo, está ya lleno de un profundo significado cristiano. Jesucristo resucitado también saludaba a sus discípulos con la paz 29. Y en la última cena, al despedirse de sus discípulos en el cenáculo, les decía: La paz os dejo, mi paz os doy. 30
Como la carta no va dirigida a una comunidad, los saludos son personales. Gayo es encargado de transmitir los saludos del apóstol a los que reconocen su autoridad. Diotrefes no le hubiera permitido dirigirse a toda la comunidad en nombre de Juan, ni siquiera leer su carta en presencia de la iglesia reunida. Por eso, le ruega que salude a todos los amigos nominalmente, en particular.

1 Cf. Rom_16:23. Cf. Hec_19:29; Hec_20:4; 2 1Co_1:14; Rom_16:23. 3 Cf. 1Jn_2:1.12.28; 1Jn_3:7-18; 1Jn_4:4; 1Jn_1:21; 2Jn_1:1 :4. 4 Flm_1:10; cf. 1Co_4:15. 4b Para los cristianos era necesario hospedarse entre sus hermanos, como ha demostrado T. kleberg, Hotels, restaurants et cabarets dans VAntiquité romaine (Upsala 1957)· Cf. C. W. firebaugh, The Inns ofGreece and Rome (Chicago 1928). 5 Hec_14:27; Hec_15:4; Hec_15:21, Hec_15:18s. El término åêêëçóßá empleado aquí por San Juan conserva su sentido etimológico de asamblea, reunión (1Co_14:19; Heb_2:12). San Juan la emplea solamente en su tercera epístola (v.6.9.10) y en el Apocalipsis. También San Pablo emplea con frecuencia el término åêêëçóßá para designar a una comunidad local. Cf. A. wikenhauser, Die Kirche ais der Mystische Leib Christi nach dem Apostel Paulus (Münster 1937)· 6 Cf. 2 Jni; 3Jn_1:1-3 7 Cf. Hec_15:3; 1Co_16:6.11; 2Co_1:16; Tit_3:13. 8 Luc_10:7-8. 9 1Co_9:5-18; 1Ti_5:18. 10 Didajé 11:6; 13:1-14 11 Cf. 1Jn_2:12; Stg_2:7. 12 Flp_2:9. 13 Hec_5:41. 14 Mat_10:8. 15 1Te_2:9; 2Te_3:8; 1Co_9:15-18; 2Co_11:9; 2Co_12:14. Cf. Didajé 11:6. 16 Cf. J. Schmidlin, Storia deile missioni cattoliche, trad. italiana (Milán 1943). 17 Mat_10:40.42; Hec_20:35. 18 Cf. B. Bresky, Das Verhaltnis des zweiten Johannesbriefes zum dritten (Münster 1906); H. Wendt, Zum zweiten und dritten Johannesbriefes: ZNTW 23 (1924) 18-27; de Ambroggi, o.c. p.aSy. También hay otros autores, como Meinertz, Cornely-Merk, Hopfl-Gut, que piensan lo mismo. 19 Cf. A. Charue, o.c. p.s63s; J. Chaine, o.c. ñ.255§. 20 Cf. 1Ti_3:2; Tit_1:8. 21Jn_13:34-35; cf. 1Jn_2:9; 3:11:1Jn_4:11; 2Jn_1:5. 22 Cf. 1Jn_3:6. 23 l Jua_3:10; Jua_4:4; Jua_5:19 24 Mat_7:17-18; Luc_3:9; Luc_6:44. 25 1Jn_2:3.29; 1Jn_3:1-10; 1Jn_4:6-10; 1Jn_5:19. 26 O.c. q.259. 27 Cf. Jua_19:35; Jua_21:24. 28 Jua_14:27; Jua_20:19.21.26; 2Jn_1:3. 29 Jua_20:19-26. 30 Jua_14:27.

Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

Orden de ideas:

Toda la carta (incluso cuando no se dice expresamente) giraría en torno de la acogida o no acogida de los «hermanos» forasteros, es decir, de misioneros itinerantes que, evidentemente, han sido enviados por el «anciano», y por cuya actividad y posibilidad de trabajo está él muy interesado. En la primera parte se alaba a Gayo por su actitud con respecto a estos misioneros, y se le suplica que les proporcione todo lo necesario para su ulterior actividad. En la segunda parte, vemos que la actividad de estos misioneros constituye el verdadero punto de conflicto entre el «anciano» y Diotrefes. Y Demetrio, a quien se recomienda en la tercera parte, es -con toda probabilidad- uno de los predicadores itinerantes, tal vez su dirigente.

Estructura:

Aparte del conciso saludo inicial (v. 1) y de la conclusión de la carta (v. 13-15), podemos distinguir en ésta tres partes:

v. 2-8: elogio de Gayo y petición de apoyo en favor de los misioneros;

v. 9-10: conflicto con Diotrefes, y

v. 11l-12 recomendación de Demetrio.

ENCABEZAMIENTO Versículo 1

1 El anciano, al querido Gayo, a quien yo amo en la verdad.

He ahí el saludo epistolar más conciso que hallamos en el Nuevo Testamento. Corresponde al saludo profano corriente de aquella época. Lo específicamente joánico es la adición final: «a quien yo amo en la verdad».

CUERPO DE LA CARTA

Versículos 2-12

1. PETICIÓN EN FAVOR DE LOS MlSIONEROS (v. 2-8).

2 Querido hermano, deseo que en todo prosperes y que tengas salud, así como prospera tu alma. 3 Me alegré mucho con la venida de algunos hermanos y con el testimonio que dieron de tu verdad, porque realmente caminas en la verdad. 4 No tengo mayor alegría que ésta: oír que mis hijos caminan en la verdad. 5 Querido hermano, obras como creyente en todo lo que trabajas por los hermanos, incluso forasteros; 6 ellos dieron testimonio de tu amor ante la Iglesia. Harás bien en prepararles el viaje de manera digna de Dios. 7 Pues por causa del Nombre salieron sin recibir nada de los gentiles. 8 Por lo tanto, nosotros debemos acoger a tales hermanos, para ser coIaboradores en la verdad.

Versículo 2: el autor desea prosperidad a Gayo «en todo». Pero ve que su petición está ya cumplida en el punto más esencial: «... así como prospera tu alma». Con esto alude, evidentemente, a que Gayo «camina en la verdad» (v. 3 ss).

Versículos 3 y 4: a propósito del gozo de que Gayo «camine en la verdad» véase el comentario 2Jo_1:4 y principalmente a ,6.

Versículos 5-8: el comportamiento de Gayo hacia los misioneros itinerantes, comportamiento que aquí se alaba, no es sólo un caso específico del «caminar en la verdad», sino una indicación clarísima de cómo hay que entender de antemano esto de «caminar en la verdad»: "caminar en el ámbito de la realidad de Dios, que se revela (aletheia)», es algo que, en sentido joánico, no puede concebirse sin la cooperación en este proceso de la revelación, es decir, sin «ser colaboradores» en la verdad. Precisamente hacia este punto se endereza también, según lo entiende nuestro autor, el caminar individual ético en el amor 138. Es un caminar, que, incluso sin directa finalidad misionera, está al servicio de la misión encargada a los discípulos de Jesús.

Como en 2Jo_1:4s, vemos que también aquí están asociadas la alabanza y la súplica. Gayo ha hecho cosas ya en favor de los predicadores enviados por el «anciano». Pero el «anciano» quiere de él un compromiso más duradero, tal vez más intenso: debe proveer a los «hermanos» para su ulterior viaje (v. 6b). Las razones que se dan son (v. 7 y 8): los "hermanos» por el «Nombre» (de Cristo). El Nombre, aquí, como la aletheia del v. 8, es la realidad, la esencia de Dios, que en Jesús se hace nominal y puede anunciarse y ganar para su causa. «Sin recibir nada de los gentiles»: Porque no tenían nada que esperar de los gentiles (todavía no convertidos) o (más probablemente) porque, para dar más credibilidad a su mensaje, no quisieron aceptar nada de los gentiles que escuchaban el mensaje. Y, por este motivo, tienen que acudir al apoyo de los creyentes, de los cristianos que ya han creído. El v. 8 habla precisamente de la obligación de acoger a tales misioneros. La obligación nace, evidentemente, de que uno no puede ser cristiano, sin convertirse en colaborador de la verdad.

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138. Véase la importancia que, dentro de la comunidad de discípulos, tiene el amor, para la difusión de la fe en Cristo: Joh_17:20 ss.

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2. CONFLICTO CON DIOTREFES (V. 9-10).

9 Escribí algo a la Iglesia; pero Diotrefes, que ambiciona el primer puesto entre ellos, no reconoce nuestra autoridad. 10 Por eso, cuando vaya, le recordaré las cosas que hace, criticándonos con palabras llenas de malicia: no contento con eso, ni siquiera recibe a los hermanos, y a los que intentan hacerlo se lo prohíbe y trata de expulsarlos de la Iglesia.

Parece que Diotrefes es un dirigente en la comunidad a la que también pertenece Gayo. Tal vez sea el presidente mismo. El «anciano» lo considera no sólo como ambicioso (v. 9: "que ambiciona el primer puesto entre ellos»), sino también como engreído por un oficio que de hecho tiene él en sus manos. Pero el «anciano» tiene conciencia de estar sobre él. Y va a pedirle cuentas (v. 10a). Tanto la carta que el "anciano» ha escrito a la comunidad y que no es aceptada por Diotrefes (como tampoco lo es la autoridad del "anciano» en general) y las palabras injuriosas de Diotrefes contra el "anciano» deben de estar íntimamente relacionadas con la conducta de Diotrefes hacia los "hermanos». Puesto que ese hombre está poniendo obstáculos a la actividad de los misioneros itinerantes enviados por el «anciano», y trata incluso de expulsar de la comunidad a los que les dan acogida, he ahí el verdadero punto de conflicto.

3. RECOMENDACIÓN DE DEMETRIO (v. 11-12).

11 Querido hermano, no imites lo malo, sino lo bueno. El que obra el bien, es de Dios. El que obra el mal, no ha visto a Dios. 12 De Demetrio testifican todos, y hasta la misma verdad. También nosotros damos testimonio, y bien sabes que nuestro testimonio es verdadero.

El v. 11 constituye una transición: tanto lo «malo» como lo «bueno» no queda aquí en el sentido abstracto de 1Jn, sino que tiene una concreción misionera o, si queremos, «de política eclesiástica».

Versículo 12: también el tema «testificar», que conocemos ya por el Evangelio de Juan y por IJn, se concreta aquí como dar testimonio «en favor de Demetrio». En este versículo (análogamente a lo que ocurre en el v. 11) ¿hay quizás un concepto de testimonio que sea inconciliable con el concepto abstracto que hallamos en 1Jn? En efecto, aquí no se da testimonio, como en el Evangelio de Juan o en la carta 1Jn, de la obra salvífica de Jesús mismo, sino -de manera aparentemente profana- se da testimonio de un individuo particular que vive en la comunidad. Esto podría ser una indicación de que no tenemos aquí el mismo autor que en Joh_19:35, sino alguien que conoce su terminología y la maneja. Pero, a pesar de todo, no es imposible que el autor del Evangelio de Juan o de la carta 1Jn haya realizado, él mismo, la concreción que hallamos en 3Jo_1:12. Tal imposibilidad se daría únicamente, si el autor del Evangelio de Juan o, principalmente, de la carta 1Jn, no fuera capaz de abarcar con su mirada la realidad total de la vida cristiana juntamente con sus concreciones. Me refiero principalmente a las concreciones en las que la «verdad» (aletheia) actúa como Dios que se manifiesta por medio de Jesús en toda su realidad (véase Joh_14:6). En Joh_19:35, lo mismo que en 1Jo_5:7 ss, se trata de dar testimonio de la acción del Espíritu en el tiempo de la Iglesia. Y la actividad de un misionero cristiano, lo mismo que la actividad de Demetrio, pertenece verdaderamente a esa esfera. Asimismo, el testimonio de que aquí se trata, no es un testimonio que se da a partir simplemente del poder humano, sino a partir de la «verdad» misma, a partir de Jesús que actúa por medio del Espíritu Santo y que vive junto a Dios.

CONCLUSIÓN DE LA CARTA

Versículos 13-15

13 Tenía muchas cosas que escribirte, pero no quiero hacerlo con tinta y pluma. 14 Espero verte pronto y hablaremos de viva voz. 15 La paz sea contigo. Te saludan los amigos. Saluda a los amigos, a cada uno en particular.

La cercanía y calor personal, el deseo de encuentro y amistad de persona a persona no están en contra del servicio a la verdad, sino que encajan perfectamente en la escena y le dan un toque de calor humano. Así es, aun cuando las expresiones del final de esta carta son parecidas a las que encontramos en la carta 2Jn, y por tanto tienen cierto sabor a fórmula. Pero aun lo que se dice en la misma forma en dos cartas distintas, no tiene necesariamente que ser inauténtico.

Para la meditación de la carta tercera de Juan.

En suma, esta carta nos hace ver intuitivamente en qué consiste la participación, la comunión (koinonia) de 1Jo_1:3, la comunión con los testigos, por medio de la cual el cristiano tiene comunión con Jesús y con Dios. Y. así, la frase de 3Jo_1:8 de que hemos de ser «colaboradores en la verdad» es un punto de arranque, muy adecuado, para la meditación. Esta frase puede presidir toda la relación del cristiano con la tarea de la comunidad de discípulos de Jesús, comunidad de la que él es miembro. La "verdad», de la que hemos de ser "colaboradores» debe entenderse aquí, indudablemente, en el pleno sentido joánico, como la meta de Dios: la revelación vivificante de su realidad, la manifestación salvadora que Dios hace de sí mismo.

El presupuesto para poder ser «colaborador en verdad» es algo muy concreto. Podemos verlo por el contraste con el cuadro de Diotrefes: hay que hacer que pasen a segundo plano nuestra propia persona y su ambición; hay que ponerse al servicio de los otros y ayudarles en su labor; no hay que creer que sea tiempo perdido el que empleamos en ayudar a los «hermanos» que trabajan a nuestro lado en la obra en la que el amor de Dios se está comunicando a sí mismo. Precisamente así llegamos a ser «colaboradores» en la revelación del verdadero Dios, y -en último término- «colaboradores» de Jesús, que vive junto a Dios (y que vive con nosotros): de Jesús, que es la "verdad».

Esta colaboración debe hacerse magnánimamente. Nos lo está indicando la expresión un poco formal, pero llena de auténtico contenido: «de manera digna de Dios», que leemos al final del v. 6. Seguramente, el comportamiento del cristiano que es "colaborador», no se puede medir por la persona con quien colabora ni por la dignidad de ésta. Así que el único sentido que puede tener el final del v. 6 es llamar nuestra atención sobre el hecho de que Dios es distinto que cualquier hombre, y que la colaboración en la obra de Dios es muy distinta de la colaboración en la obra de cualquier hombre. El comportamiento del cristiano, en su servicio a la revelación que de sí mismo hace el amor -esa revelación que salva y rescata- debe definirse desde esta realidad misma del amor: es un servicio en favor de aquel que lo dio todo graciosamente, y a quien hay que dárselo todo en reciprocidad. Es también oportuno hacer aquí una observación con respecto al v. 11: «El que obra el bien, es de Dios. El que obra el mal, no ha visto a Dios.» Aquí se nos señala, de manera semejante a como se hizo en 1Jn, la íntima relación de dependencia que hay entre hacer el bien y conocer a Dios. Esta íntima conexión se da -en última instancia- sólo porque la gran ecuación joánica «Dios es amor» (1Jo_4:8.16) puede y debe presuponerse como realidad. Ningún esfuerzo teórico puede conducirnos, sólo por sí mismo, al conocimiento de Dios (y, por tanto, a la comunión con Dios). Sino que únicamente podrá conducirnos a ello el obrar el bien como acción de seguir donando el amor, del que hemos llegado a ser «colaboradores».

Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo. Nuevo Testamento (Verbo Divino, 2004)


41 (I) Fórmula introductoria (w. 1-2). Se trata de una carta personal dirigida a un cristiano llamado Gayo, conocido por su hos(-)pitalidad hacia los misioneros. El saludo intro(-)ductorio y la fórmula para desear la salud del destinatario responden a las convenciones pro(-)pias de las cartas privadas (? Cartas del NT, 45:6). 1. a quien amo en la verdad: La expresión podría significar simplemente «a quien amo de verdad»; sin embargo, dado el simbolismo del término «verdad» en el contexto joánico, pro(-)bablemente signifique que Gayo es un verda(-)dero «hermano cristiano» (cf. 2 Jn Ib).

42 (II) Cuerpo de la epístola (w. 3-12).
La crisis originada por la negativa de Diotrefes a ofrecer hospitalidad se contrasta con el comportamiento ejemplar de Gayo en el pasa(-)do y con la expectativa de que éste continúe comportándose de igual manera en el futuro.
(A) La hospitalidad debida a los misio(-)neros (w. 3-8). 3-4. me alegré mucho cuando vinieron unos hermanos y contaron... que mis hijos son fieles a la verdad: Acción de gracias por el informe de los misioneros itinerantes acerca de la fidelidad de Gayo a la comunidad joánica (cf. 2 Jn 4; 1 Jn 1,6-7; 2,6.11). hijos: Un término que designa a los cristianos joánicos (2 Jn 1.4; 1 Jn 2,1.12.28; 3,7.18; 4,4 5,21) y que no implica que el anciano hubiera acompaña(-)do a Gayo en el momento de su conversión. 5-6. te portas como creyente... harás bien: Gayo se ha mostrado hospitalario con los misioneros itinerantes que procedían de la comunidad del anciano. El precepto que obligaba a los misio(-)neros cristianos a depender de la hospitalidad se basa en las palabras de Jesús (p.ej., Mt 10,10; 1 Cor 9,14). Acoger a un misionero sig(-)nificaba acoger al mismo Jesús (p.ej., Mt 10,40; Jn 13,20). El elogio del anciano es una exhor(-)tación a seguir mostrando la misma generosi(-)dad. 7. sin recibir nada de los no creyentes: Los misioneros joánicos debían aceptar solamente la ayuda de los hermanos cristianos. Esta res(-)tricción probablemente refleja una novedad, puesto que los escritos anteriores no la men(-)cionan. Quizás tuviera como finalidad evitar la sospecha de que los misioneros cristianos predicaban para obtener dinero o algún otro beneficio personal. 8. para hacemos colabora(-)dores de la verdad: El término «colaborador» se utiliza para designar a los compañeros y com(-)pañeras de Pablo (cf. Rom 16,3; Flp 2,25). El que colabora en una misión participa de sus «frutos», por eso el anciano, en 2 Jn 11, prohí(-)be la hospitalidad para con los disidentes.

(B) Diotrefes niega la hospitalidad (w. 9-
10). Los «hermanos» que informaron de la hospitalidad de Gayo quizás fueran los mis(-)mos que habían sido rechazados por Diotre(-)fes, quien rechazó asimismo la carta (¿de recomendación en favor de los misioneros?) escrita por el anciano. 9. Diotrefes, que preten(-)de controlar a todos, no nos acoge: Diotrefes no reconoce la autoridad del anciano. Algunos exegetas consideran que Diotrefes es un obis(-)po local que ha decidido prescindir de la in(-)fluencia exterior representada por el anciano en nombre de la escuela joánica. Otros aso(-)cian de una manera u otra a Diotrefes con los disidentes y concluyen que está pagando al anciano con su misma moneda. Sin embargo, el tema de 3 Jn no es la doctrina, sino la hos(-)pitalidad. La forma de ejercer la autoridad que caracteriza a Diotrefes pudiera muy bien señalar el inicio de una transición del lideraz(-)go comunitario joánico al modelo de autori(-)dad local unipersonal propio de los obispos-presbíteros de otras comunidades (p.ej., 1 Tim 3,2; Tit 1,8, acerca de las obligaciones del obis(-)po con relación al tema de la hospitalidad).
10. le echaré en cara su conducta, pues está ha(-)blando neciamente de nosotros: Al rechazo de la autoridad del anciano se le añade una mur(-)muración malintencionada que probablemen(-)te hace referencia a los misioneros, a los que quieren acogerlos se lo prohíbe y los expulsa de la comunidad: Diotrefes parece adoptar contra los misioneros la misma estrategia que el an(-)ciano recomienda contra los disidentes en 2 Jn 10-11. Además, parece que expulsaba (ekballein) de la comunidad a los que desobedecían sus directrices. Jn 9,34-35 utiliza el término ekballein para referirse a la expulsión de los cris(-)tianos de las sinagogas. Parece improbable que Diotrefes pudiera tener suficiente autoridad como para llevar a cabo una expulsión formal. Probablemente se refiera al hecho de que ha(-)bía decidido eliminar las relaciones fraternas con los misioneros y con los que los acogían.
(C) Demanda de hospitalidad (w. 11-12). El autor recorre al lenguaje tradicional de la exhortación joánica. Ofrecer hospitalidad es «hacer el bien» (mostrar amor a los hermanos cristianos) y es, por tanto, un signo de la perte(-)nencia «a Dios», del hecho de proceder «de Dios», de haberlo «visto/conocido» (cf. 1 Jn 3,6.10; 4,4.6f.20). 12. todos hablan bien de De(-)metrio... nuestro testimonio es verdadero: El anciano hace una petición de hospitalidad en fa(-)vor de Demetrio (probablemente el mensajero que lleva la carta), al cual todos recomiendan. Demetrio seguramente era un miembro bien conocido del círculo misionero asociado al anciano. El comentario final del anciano invoca a la comunidad joánica en su conjunto para dar fuerza a su petición.

43 (III) Despedida (w. 13-15).
Se repite el patrón de 2 Jn 12-13. Se sustituye la referen(-)cia al «gozo del autor» ante la prespectiva de un futuro encuentro entre las partes, por la es(-)peranza de que dicho encuentro se producirá «en breve». Quizás la comunidad del anciano fuera más cercana geográficamente a la comu(-)nidad de Gayo que a la comunidad destinataria de 2 Juan, y el encuentro tuviera realmente que llevarse a cabo de forma inminente. La fórmu(-)la final añade el deseo cristiano de paz a los sa(-)ludos de parte de los cristianos («amigos», cf. Jn 15,13-15; 1 Jn 4,11) de la iglesia del anciano para los de la iglesia de Gayo.
44 La confusión causada en las comunida(-)des locales por misioneros itinerantes proceden(-)tes de facciones distintas de las iglesias joánicas pudo haber provocado la decisión de Diotrefes de negarles hospitalidad en las iglesias domés(-)ticas sobre las que ejercía su autoridad. Sin em(-)bargo, Jn 3 no hace referencia a ningún proble(-)ma de tipo doctrinal ni se nombra en ella a los disidentes. Se menciona, en cambio, el rechazo de una petición del anciano en favor de los mi(-)sioneros asociados a su círculo de maestros joá(-)nicos, la murmuración contra el anciano y la prohibición de ofrecer hospitalidad a los misio(-)neros dirigida a otros cristianos, como los tres motivos que ponen en entredicho la adhesión de Diotrefes a «la verdad» y su «amor a los hermanos». Al parecer, Gayo ha acogido a los misione(-)ros que Diotrefes había rechazado. Jn 3 le anima a seguir comportándose como lo ha hecho y ha mantenerse así en el amor y la verdad cristianos (véase K. P. Donfried, «Eclesiastical Authority in 2-3 Jn», LEvangile de Jean [ed. M. de Jonge, BETL 44, Gembloux 1977] 325-33; A. Malherbe, «The Inhospitality of Diotrephes», Gods Christ and His People [Fest. N. A. Dahl, ed. J. Jervell et al., Oslo 1977] 222-32).

[Traducido por Teresa Forcades]

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Hospitalidad

5 Comienza aquí a desarrollarse el tema principal de la carta. Refleja la costumbre de las iglesias primitivas, según la cual un cristiano que viajara ocupado en asuntos que tenían que ver con el evangelio, buscaba la hospitalidad de los cristianos locales. Probablemente eran pocos los predicadores suficientemente ricos que podrían afrontar los gastos que demandarían las casas de hospedaje, además de la mala reputación de tales sitios. Seguramente representó una gran facilidad para la difusión de la fe el que los predicadores pudieran recibir alojamiento fácil. Juan felicita a Gayo por su hospitalidad. Fielmente procedes concuerda con la fe por la cual es felicitado. En todo lo que haces a favor de los hermanos, no es específico, pero el versículo siguiente aclara que se trata de la hospitalidad. Más aún cuando son forasteros implica que Gayo ayudó a conocidos y a desconocidos. Aquí tenemos una pequeña ventana a la acción de la iglesia primitiva.

6
Esta gente habló de lo que Gayo hizo en pre-sencia de la iglesia, de modo que sus obras eran ampliamente conocidas. Juan alaba su práctica, y le anima a continuarla: Si los encaminas como es digno de Dios, harás bien. Esto parece indicar que la hospitalidad incluía hacer alguna provisión para la continuación del viaje. La Didache, un manual temprano de la iglesia, indicaba que se debía dar co mida al predicador para ayudarle a llegar a su alojamiento la noche siguiente (y agrega que si él pide dinero es un falso profeta, Didache, 11:3). Aquí se considera una práctica semejante. Como es digno de Dios establece el modelo más elevado delante de Gayo; la norma es Dios, no sus siervos (cf. Juan 13:20). 7 Era por amor del Nombre que salían los predicadores itinerantes. No hay necesidad de indicar quién es; claramente se refiere al nombre que es sobre todo nombre (Fil. 2:9). Los predicadores itinerantes no aceptaron nada de los gentiles. De haberlo aceptado comprometerían su mensaje y por ello se negaron a hacerlo. Los hacía depender más de hombres como Gayo. Esto no significa que un cristiano nunca deba recibir ayuda de un incrédulo dispuesto a ayudar. Jesús mismo en cierta ocasión cenó con los fariseos que no creían en él (p. ej. Luc. 7:36). Quiere decir que no debemos confiar en ello. El trabajo cristiano debe ser financiado por los cristianos. 8 Los creyentes tienen la obligación (debemos debe ser estamos obligados a) de sos tener a los tales. Para (gr. hina) denota propósito. El deber en cuestión no es un mero ejercicio en hospitalidad, sino para facilitar la viabilidad de los designios divinos al ser colaboradores en la verdad.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter I.

[Walking in trueth and loue.]
Hee commendeth Gaius for his pietie 5 and hospitalitie 7 to true preachers: 9 Complaining of the vnkind dealing of ambitious Diotrephes on the contrary side: 11 Whose euill example is not to bee followed: 12 And giueth speciall testimonie to the good report of Demetrius.
1 The Elder vnto the welbeloued Gaius, whom I loue [ Or, truely.] in the trueth:
2 Beloued, I [ Or, pray.] wish aboue all things that thou

[Walking in trueth and loue.]

mayest prosper and be in health, euen as thy soule prospereth.
3 For I reioyced greatly when the brethren came and testified of the truth that is in thee, euen as thou walkest in the trueth.
4 I haue no greater ioy, then to heare that my children walke in truth.
5 Beloued, thou doest faithfully whatsoeuer thou doest to the Brethren, and to strangers:
6 Which haue borne witnesse of thy charitie before the Church: whome if

[Called in Christ.]

thou bring forward on their iourney after a godly sort, thou shalt doe well:
7 Because that for his Names sake they went foorth, taking nothing of the Gentiles.
8 We therefore ought to receiue such, that we might be fellow helpers to the trueth.
9 I wrote vnto the Church, but Diotrephes, who loueth to haue the preeminence among them, receiueth vs not.
10 Wherefore if I come, I will remember his deeds which he doeth, prating against vs with malicious words: and not content therewith, neither doth hee himselfe receiue the brethren, and forbiddeth them that would, and casteth them out of the Church.
11 Beloued, follow not that which is euill, but that which is good. He that doth good, is of God: but hee that doth euill, hath not seene God.
12 Demetrius hath good report of all men, and of the trueth it selfe: yea, and we also beare record, and ye know that our record is true.
13 I had many things to write, but I will not with inke and pen write vnto thee.
14 But I trust I shall shortly see thee, and wee shall speake [ Greek: mouth to mouth.] face to face. Peace bee to thee. Our friends salute thee. Greet the friends by name.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Reina-Valera 1995 Notes:



[1] 1 El Anciano: Véase 2 Jn 1 nota a.

[2] 1 Gayo: persona importante de alguna iglesia.

[3] 3 2 Jn 4.

[4] 4 Mis hijos: Cf. 1 Co 4.15; Gl 4.19; Flm 10.

[5] 5 La hospitalidad ofrecida a cristianos que se encontraban de viaje era una práctica común (véase Ro 12.13 n.); aquí parece tratarse especialmente de los mencionados a continuación (véase 3 Jn 7 n.).

[6] 7 Por amor del nombre: véase Nombre en la Concordancia temática. Se trata de cristianos que viajaban (cf. Mt 10.5-15 y paralelos) dedicados a la predicación de la verdad (v. 8). Véase 1 Jn 1.6 nota k.

[7] 9 No se conserva la carta anterior a esta que aquí se menciona.

[8] 9 Diótrefes: dirigente de la iglesia a la que pertenecía Gayo o de una comunidad vecina; solo aquí se hace mención de su nombre en el NT.

[9] 11 Cf. Heb 13.7.

[10] 11 1 Jn 2.29; 3.9-10.

[11] 12 Demetrio: posiblemente un miembro de la misma iglesia local de Gayo, o bien, uno de los misioneros mencionados en los v. 5-8 (véase 3 Jn 7 n.); se puede suponer que este haya sido el portador de la carta.

[12] 13-14 2 Jn 12.

Comentario al Nuevo Testamento (EUNSA, 2008)

«Por el Nombre» (v. 7) significa «por Cristo» (cfr Hch 5,41; Flp 2,9-10; St 2,7).

«Cooperadores de la verdad» (v. 8). El Concilio Vaticano II aplica a los laicos estas palabras para explicar cómo se complementan mutuamente su apostolado y el ministerio propio de los pastores: «El apostolado de la Iglesia y de todos sus miembros se ordena, sobre todo, a manifestar al mundo el mensaje de Cristo mediante palabras y obras, y a comunicar su gracia. Esto se realiza principalmente mediante el ministerio de la palabra y los sacramentos, encomendado de modo especial al clero, pero en el que los laicos tienen también que cumplir un papel de gran importancia, siendo cooperadores de la verdad». (C. Vat. II, Apost. actuo. 6).


Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



1. "El Presbítero": ver nota 2Jn_5:1.

5. Los "hermanos" que estaban "de paso" eran probablemente predicadores itinerantes enviados por el Apóstol a las Iglesias de Asia Menor.

12. "Demetrio" era probablemente el portador de la Carta, que había recibido la misión de sustituir a Diótrefes en su cargo, o de poner a Gayo al frente de la comunidad.

iNT-CEVALLOS+ Interlineal Académico Del Nuevo Testamento Por Cevallos, Juan Carlos

[I προπέμψας I] proveer lo necesario para un viaje.

Biblia Textual IV (Sociedad Bíblica Iberoamericana, 1999)

viaje... Lit. enviar por delante.