Ver contexto
«¿A mí qué, tanto sacrificio vuestro?
—dice Yahvé—.
Harto estoy de holocaustos de carneros,
de sebo de cebones;
y sangre de novillos y machos cabríos no me agrada,
(Isaías 1, 11) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

לָמָּה‎(לָמָה)

Hebrew|lāmmā-|why

Part-of-speech: interrogative particle
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4100] [m.an.aa] [1149]
[למה] [GES3848] [BDB4286] [HAL4241]

לִּ֤י‎(לְ)

Hebrew|llˈî|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

רֹב‎(רֹב)

Hebrew|rōv-|multitude

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H7230] [t.ae.ae] [2099c]
[רב] [GES7194] [BDB7922] [HAL7839]

זִבְחֵיכֶם֙‎(זֶבַח)

Hebrew|zivḥêḵˌem|sacrifice

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2077] [g.ae.ab] [525a]
[זבח] [GES2020] [BDB2259] [HAL2278]

יֹאמַ֣ר‎(אָמַר)

Hebrew|yōmˈar|say

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: qal


[H559] [a.ea.aa] [118]
[אמר] [GES535] [BDB564] [HAL587]

יְהוָ֔ה‎(יהוה)

Hebrew|[yᵊhwˈāh]|YHWH

Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3068] [e.az.ae] [484a]
[יהוה] [GES2969] [BDB3312] [HAL3292]

שָׂבַ֛עְתִּי‎(שָׂבַע)

Hebrew|śāvˈaʕtî|be sated

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H7646] [u.ad.aa] [2231]
[שבע] [GES7613] [BDB8385] [HAL8304]

עֹלֹ֥ות‎(עֹלָה)

Hebrew|ʕōlˌôṯ|burnt-offering

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: plural
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H5930] [p.cs.ae] [1624c]
[עלה] [GES5860] [BDB6483] [HAL6405]

אֵילִ֖ים‎(אַיִל)

Hebrew|ʔêlˌîm|ram, despot

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H352] [a.bx.af] [45d]
[איל] [GES349] [BDB369] [HAL380]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

חֵ֣לֶב‎(חֵלֶב)

Hebrew|ḥˈēlev|fat

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2459] [h.ck.ab] [651a]
[חלב] [GES2395] [BDB2675] [HAL2673]

מְרִיאִ֑ים‎(מְרִיא)

Hebrew|mᵊrîʔˈîm|fatling

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4806] [m.di.ab] [1239a]
[מריא] [GES4718] [BDB5275] [HAL5161]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

דַ֨ם‎(דָּם)

Hebrew|ḏˌam|blood

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1818] [d.br.aa] [436]
[דם] [GES1721] [BDB1941] [HAL1952]

פָּרִ֧ים‎(פַּר)

Hebrew|pārˈîm|young bull

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H6499] [q.dn.ab] [1831a]
[פר] [GES6431] [BDB7091] [HAL7031]

וּ‎(וְ)

Hebrew|û|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

כְבָשִׂ֛ים‎(כֶּבֶשׂ)

Hebrew|ḵᵊvāśˈîm|young ram

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3532] [k.al.af] [949]
[כבש] [GES3421] [BDB3817] [HAL3792]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

עַתּוּדִ֖ים‎(עַתּוּד)

Hebrew|ʕattûḏˌîm|ram

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H6260] [p.gi.ac] [1719b]
[עתוד] [GES6170] [BDB6827] [HAL6759]

לֹ֥א‎(לֹא)

Hebrew|lˌō|not

Part-of-speech: negative particle
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3808] [l.ab.aa] [1064]
[לא] [GES3708] [BDB4137] [HAL4092]

חָפָֽצְתִּי‎(חָפֵץ)

Hebrew|ḥāfˈāṣᵊttî|desire

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H2654] [h.eq.aa] [712]
[חפץ] [GES2567] [BDB2875] [HAL2860]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



1. La Infidelidad de Israel.
El libro de Isaías se abre con un capítulo en el que encontramos los lugares comunes de la predicación profética: amargura de Yahvé por la ruptura de relaciones normales entre El y su pueblo escogido, que sustituyó el sentido verdadero ético-religioso de estas relaciones por una religión meramente ritualista y sin contenido espiritual; e invitación amorosa a que cambie de conducta, entregándose de nuevo a su Señor por una penitencia sincera y definitiva, a menos que quiera someterse a los rigores de un juicio divino devastador, que la purifique como el oro en el crisol en contra de su misma voluntad. Por eso ha sido considerado este capítulo como la introducción general a las variadas predicaciones proféticas que han llegado a nosotros, sin mayor orden lógico y cronológico, en el libro canónico de Isaías.
A pesar de la diversidad de contenido del capítulo, se ha reconocido cierta unidad fundamental en lo literario. No es fácil determinar la época en que hayan sido pronunciados estos oráculos. Algunos han querido ver en los v.7-9 una alusión a la invasión de Senaquerib en el año 701; pero en realidad pudiera aplicarse a la invasión siro-efraimita del año 734, cuando Isaías hacía sus primicias como escritor y profeta. Al menos para los v.21-31, parece excluirse esta época tardía de la invasión asiría, y las alusiones a la generalización de las prácticas idolátricas se explicaría mejor en tiempos del impío Acaz que después de la reforma religiosa del piadoso Ezequías. En realidad, este punto de la cronología del capítulo es totalmente secundario y no afecta a la interpretación del mismo.
Como en todos los libros profetices, el compilador nos hace la presentación personal del profeta, enmarcándolo en un período cronológico concreto que abarca toda su actividad profetice-literaria.

Introducción histórica (1).
1 Visión que Isaías, hijo de Amos, tuvo acerca de Judá y de Jerusalén en tiempos de Ozías, Joatam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá.

Este versículo es considerado generalmente como encabezamiento de la primera gran colección de profecías (c.1-12), sobre todo por la expresión general redundante acerca de Judá y Jerusalén. Quizá el título haya sido retocado y ampliado en su perspectiva por el compilador respecto de la primitiva redacción isaiana, que miraba sólo al oráculo que inmediatamente se inserta en el texto. La palabra visión la usa el profeta en sentido amplio, es decir, de un mensaje divino recibido de modo visual, intelectivo o imaginativo, y aquí pudiera incluso tener el sentido colectivo de conjunto de oráculos del profeta relativos a Jerusalén y Judá, refiriéndose a la primera serie los que aparecen en el actual libro de Isaías, alargándose la perspectiva histórica hasta el final de su actividad profética, en tiempos del reinado de Ezequías, en el siglo VII antes de Cristo.
Este capítulo I suele dividirse por su contenido en dos partes: a) v.2-20: recriminación por parte de Yahvé de la infidelidad de Judá; b) v.21-31: necesidad de un juicio purificador.

La infidelidad e ingratitud del pueblo elegido (2-3).
2 ¡Oíd, cielos! Apresta el oído, tierra! Que habla Yahvé: Yo he criado hijos y los he engrandecido, pero ellos se han rebelado contra mí. 3 Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo, pero Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento.

El profeta abre su oráculo con un apostrofe solemne, tomando como testigos los seres inanimados y buscando como la aprobación de lo que va a decir de la misma naturaleza muda para que se asocie al profundo dolor de Yahvé ante la lamentable conducta de su pueblo predilecto. Ya Moisés, al dar la Ley, había invocado al cielo y a la tierra, poniéndolos por testigos de que había dado la Ley a Israel y, al mismo tiempo, de las penas que irían anejas al incumplimiento de los preceptos del Señor.1 La enormidad del pecado de Israel está, sobre todo, en que Israel estaba vinculado como pueblo desde su origen a Yahvé por un pacto bilateral con condiciones y obligaciones mutuas: Yahvé, que le había escogido como pueblo entre todos los de la tierra, se había comprometido a tratarle como Padre, considerándole como reino sacerdotal y nación santa, 2 surgiendo de ello unas relaciones de paternidad y filiación que deberían respetarse a través de los siglos. 3 Yahvé era en realidad su verdadero Padre, ya que a El le debía su existencia como pueblo. Por eso, con toda propiedad puede decirse que los ha criado (v.2) como hijos y los ha protegido durante la época de crecimiento. Los adoptó como hijos en el desierto, después de haberlos sacado milagrosamente de la tierra de opresión de Egipto; les dio una constitución teocrática excepcional, por la que se convertían en algo aparte de todos los pueblos, y los fue llevando como de la mano a través del desierto, cuidando paternalmente de su formación como pueblo, y, por fin, los estableció en la tierra de Canaán, según había prometido al gran antepasado Abraham. Pero la historia de Israel es una constante decepción y alejamiento del Dios verdadero, entregándose el pueblo elegido a los cultos idolátricos.
Y esta actitud incomprensible resalta comparándola con la fidelidad y gratitud de los seres irracionales, que se muestran agradecidos con los que les procuran el sustento, a pesar de que también los someten a duro yugo y a fuertes trabajos; sin embargo, si se les separa de su dueño, instintivamente buscan el lugar donde saben encuentran su alimento.

El castigo de Israel (4-9).
4¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de iniquidad, raza malvada, hijos desnaturalizados! Se han apartado de Yahvé, han renegado del Santo de Israel, le han vuelto la espalda. 5¿A qué castigaros todavía, si aún os vais a rebelar? Toda la cabeza está enferma; el corazón todo, lánguido. 6 Desde la planta de los pies hasta la cabeza no hay en él nada sano. Heridas, hinchazones, llagas pútridas, ni curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. 7Vuestra tierra está devastada; vuestras ciudades, pasto de las llamas. A vuestros ojos los extranjeros devoran vuestra tierra, asolada como en la destrucción de Sodoma. 8Ha quedado Sión como cabaña en un viñedo, como choza en un melonar, como ciudad sitiada. 9Si Yahvé no nos hubiera dejado un resto, seríamos como Sodoma, nos asemejaríamos a Gomorra.

Yahvé, ante la conducta reiterada de Israel, se siente como cansado de castigarle para hacerle ir por el buen camino. Está tan corrompido, que es inútil hacer nuevos correctivos. Ha sido castigado con invasiones, desolaciones, en tal forma que ha quedado destruido, solitario en medio de sus ruinas, como cabaña de guardia en un viñedo (v.8). Es una situación desesperada, pues no han sido aplicadas medidas de curación a tiempo (v.6). Dios lo ha castigado reiteradamente en tal forma, que se halla llagado de pies a cabeza (v.6): la tierra de Judá había sido hollada por los ejércitos siro-efraimitas, las incursiones de los edomitas y filisteos,4 y, por fin, por la inmensa oleada del ejército de Senaquerib, si el oráculo pertenece a los últimos tiempos del ministerio profético de Isaías.
La desolación y la ruina eran la secuela de esta tragedia nacional, y sólo quedaba en medio de las ruinas Jerusalén, la hija de Sión (v.8), como torre de guardia en un viñedo y testigo mudo de tanta tragedia. La devastación ha sido tan general, que sólo puede compararse a ella la destrucción de las ciudades malditas de la Pentápolis, Sodoma y Gomorra (v.7); no obstante, el designio de Dios de salvar el resto (v.8) que fuera con el tiempo el núcleo de restauración nacional no ha permitido que la destrucción fuera exhaustiva, como en aquellas ciudades anegadas para siempre a orillas del mar Muerto, sin posibilidad de resurgimiento.
Por encima de todos los pueblos, y dirigiendo el curso de la historia, se halla siempre en la mente de los profetas el Dios de los ejércitos (v.9), es decir, el que guía como general las constelaciones de los ejércitos de los cielos, y al mismo tiempo sale fiador por los intereses de su pueblo en las batallas contra sus enemigos, que tratan de obstaculizar el curso normal de la historia de Israel5, portador del designio salvador de Dios a través de los tiempos hasta la gran manifestación del Mesías, la culminación de la hora de Dios en la historia.
Estas son ideas comunes a los grandes profetas y constituyen el nervio y la espina dorsal de la teología del Antiguo Testamento. Siempre y en todo momento la luz de la era mesiánica es la razón de la salvación del pueblo elegido en las vicisitudes de su historia, y a través de esta luz futura, los profetas interpretan la historia de Israel. Por eso, siempre se salva un resto de las grandes catástrofes nacionales. La doctrina sobre un resto, núcleo de salvación en el pueblo, aparece ya clara en el profeta Amos un cuarto de siglo antes de que Isaías iniciara su predicación, y se convirtió en lugar común en la literatura profética.

Inutilidad del culto puramente externo (10-17).
10 Oíd la palabra de Yahvé, príncipes de Sodoma; aprestad el oído a la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra. 11¿A mí qué, dice Yahvé, toda la muchedumbre de vuestros sacrificios? Harto estoy de holocaustos de carneros, del sebo de vuestros bueyes cebados. No quiero sangre de toros, ni de ovejas, ni de machos cabríos. 12¿Quién pide eso a vosotros, cuando venís a presentaros ante mí, hollando mis atrios? 13No me traigáis más esas vanas ofrendas. El incienso me es abominable; neomenias, sábados, convocaciones festivas, las fiestas con crimen me son insoportables. 14Detesto vuestros novilunios, y vuestras convocatorias me son pesadas; estoy cansado de soportarlas. 15Cuando alzáis vuestras manos, yo aparto mis ojos de vosotros; cuando multiplicáis las plegarias, no escucho. Vuestras manos están llenas de sangre. 16Lavaos, limpiaos, quitad de ante mis ojos la iniquidad de vuestras acciones. Dejad de hacer el mal, 17 aprended a hacer el bien, buscad lo justo, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.

La mención anterior de Sodoma y Gomorra del v.9 le sirve de introducción al profeta para calificar a los dirigentes del pueblo elegido, sin que esto quiera decir que entre ellos privara el vicio específico de tales ciudades malditas, la sodomía, sino más bien para resaltar el grado de corrupción a que los dirigentes de Judá habían llegado, de los que era un tradicional símbolo la conducta de las dos ciudades malditas. Y se invita a los dirigentes y pueblo de Israel a escuchar el verdadero mensaje espiritual de Dios.
La expresión ley de nuestro Dios no indica necesariamente la Ley mosaica, pues puede tener el sentido amplio de instrucción divina al pueblo; en ese caso podría ser paralela a la palabra del Señor del v.3. Se trata, pues, del oráculo profético que va a proferir Isaías 6. Lo esencial de la religión no está en los ritos meramente externos, como los sacrificios y las ofrendas. Los primeros se distinguían en holocaustos, en los que se quemaba toda la víctima; sacrificio pacífico, en los que sólo se quemaba en el altar las partes grasas de la víctima; y, por fin, las oblaciones incruentas, de las que parte se reservaba, como en los anteriores, a los oferentes, parte se quemaba ante el Señor, y parte quedaba para los sacerdotes y levitas.7 Nada de esto le interesa a Dios si los oferentes se acercan sin las disposiciones internas necesarias de compunción y arrepentimiento de sus pecados, sobre todo los cometidos contra el prójimo. En realidad, el acercarse al templo en malas disposiciones a hacer sacrificios es un insulto a Dios, y por eso no quiere verlos presentarse ante El hollando sus atrios (v.12). Todo lo que le ofrezcan en esas condiciones le resulta repugnante y lo rechaza, porque no responde a las disposiciones de sus corazones. Los sacrificios no son necesarios a Yahvé, como lo eran para los ídolos para su sustentación. En la Ley mosaica los sacrificios no tienen el valor de un do ut des, como en las otras religiones, sino un mero signo de dependencia y sumisión al Señor de todo lo creado, un tributo de piedad y acatamiento 8.
Los profetas, pues, rechazan constantemente esos sacrificios que no representan el espíritu de piedad y acatamiento.9 No es que sean opuestos por sistema a los ritos cultuales, predicando una religión carismática revolucionaria en contra de la tradición sacerdotal. Es falsa la opinión de Renán de que los profetas predicaban una religión sin culto, sin templo y sin sacerdotes. 10 No, lo que rechazaban era una religión que considerara como esencial de ella las ceremonias externas, dando de lado a todos los valores ético-religiosos. Son más bien los restauradores del primitivo yahvismo espiritualista tal como lo estableció Moisés en el desierto.
Las fiestas, si no llevan el sello de la entrega interior del alma, carecen de sentido ante Dios. El profeta enumera las distintas solemnidades religiosas entonces vigentes: los novilunios al principio de cada mes; los sábados cada siete días, y las convocatorias solemnes tres veces al año: Pascua, Pentecostés y Tabernáculos.11
El novilunio eran las fiestas de principio de mes, cuando la luna se hacía visible, en la que parece se ofrecían sobre todo sacrificios en las tribus y familias 12; las convocatorias religiosas eran las del sábado,13 y las tres grandes del año, Pascua, Pentecostés y Tabernáculos.14
Dios no soporta que le eleven en la oración sus manos, como era usual, cuando las tienen manchadas en sangre, quizá aludiendo a los sacrificios de niños inocentes a Moloc, como ocurrirá en tiempos no lejanos bajo Manases. Dios no puede soportar esta hipocresía, y por eso aparta sus ojos de ellos, es decir, les retira su gracia y benevolencia. Sólo podrán reconciliarse con él en el supuesto de que emprendan una reforma en su conducta, en la moral privada y en sus relaciones sociales, como exigía el espíritu de la Ley mosaica, que tiene un profundo respeto a la personalidad humana. Naturalmente, el profeta se dirige sobre todo a las clases directoras de la sociedad, principales responsables de la declinación ético-religiosa del pueblo.

Invitación a la reconciliación (18-20).
18 Venid y entendámonos, dice Yahvé. Aunque vuestros pecados fueran como la grana, quedarán blancos como la nieve. Aunque fuesen rojos como la púrpura, vendrían a ser como la lana. 19Si vosotros queréis, si sois dóciles, comeréis los bienes de la tierra. 20 Si no queréis y os rebeláis, seréis devorados por la espada. Lo dice la boca de Yahvé.

Dios en este litigio con su pueblo le invita a un proceso legal, en el que cada parte pueda exponer sus diferencias: Venid y entendámonos, aunque por su parte está dispuesto a retirar sus alegatos, supuesto que ellos reconozcan sus faltas para con El, y a concederles el perdón total, por grandes que hayan sido sus faltas: aunque vuestros pecados fueran como la grana, quedarían blancos como la nieve (v.18). La reconciliación obraría el milagro de borrarles todas sus manchas y dejarlos limpios ante la faz del Señor.
Algunos autores entienden la frase anterior como una ironía, haciendo resaltar la imposibilidad de que ellos por sus propias fuerzas pudieran librarse de las consecuencias de sus pecados, como si dijera: Si vuestros pecados son como la escarlata, ¿podréis hacerlos blancos como la lana?.. No obstante, parece que en el contexto predomina el sentido de perdón; por eso parece más aceptable la primera interpretación. No sabemos por qué el color escarlata era símbolo del pecado, quizá porque el rojo oscuro, como la tarde, la noche, podía ser símbolo del mal, como el color blanco es símbolo de la luz, del día, de lo bueno, la inocencia, la gloria.15
Al lado de esta oferta de perdón les pone también la alternativa contraria: si no quieren emprender el buen camino, no les queda otra cosa que perecer en la vorágine de la guerra: seréis devorados por la espada, según la expresión aún corriente entre los árabes. Al contrario, si son dóciles a los mandatos de Yahvé, disfrutarán tranquilamente de los bienes de la tierra (v. 19-20).

Elegía sobre la corrupción moral de Sión (21-23).
21 ¿Cómo te has prostituido, Sión, ciudad fiel, llena de justicia? Antes moraba en ella la equidad, y ahora los asesinos. 22 Tu plata se ha tornado escoria, tu vino generoso se ha aguado, 23tus príncipes son prevaricadores y compañeros de bandidos* Todos aman el soborno y van tras los presentes. No hacen justicia al huérfano, y la causa de la viuda no tiene acceso a ellos.

El profeta lanza una elegía en estilo rimado, como era usual entre ellos, para hacer más impresión en la psicología del pueblo sencillo, como hacían los rapsodas para divulgar sus ideas. La idea central es también un lugar común en la literatura profética: Jerusalén, personificación de Israel, es infiel en su matrimonio con Yahvé, contraído en la alianza del Sinaí, aunque no es Isaías precisamente el que más destaca este símil; pero era ya corriente desde Oseas 16, del que pueda incluso depender en algunas expresiones de la elegía. Sión es como una doncella que ha abandonado a su marido, Yahvé, entregándose a los cultos idolátricos, perdiendo así lo atractivos que le hacían amable a los ojos de Dios, ella que era antes el asiento de la justicia en los tiempos de David y fiel sólo a su Dios nacional. Ahora, en cambio, es juguete de gentes sin conciencia, los asesinos (v.21).
Antes era como un metal de buena ley por la pureza de buenas costumbres, y agradable como el vino generoso pero ahora se ha convertido en metal despreciable y en licor mistificado, que repugna al paladar de Dios (v.22).

Anuncio de un juicio purificador (24-27).
24 Por eso proclama el Señor, Yahvé de los ejércitos, el Fuerte de Israel: ¡Ay! voy a vengarme de mis adversarios y a tomar revancha de mis enemigos. 25Y volverá mi mano contra ti, y purificaré en la hornaza tus escorias, y separaré todas tus partículas de plomo. 26 Y te restituiré tus jueces como eran antes, y tus consejeros como al principio, y después serás llamada ciudad de justicia, ciudad fiel. 27Sión será redimida por la rectitud, y sus convertidos en justicia.

Dios, ante la impenitencia de Judá, va a reaccionar violentamente y someter a los principales responsables de la situación, sus adversarios, a un juicio purificador. Antes había dicho que Sión era como plata envilecida y vino mistificado, que había perdido su fuerza; ahora juega con la primera imagen, diciendo que va a acrisolar el metal para extraer lo bueno que aún pueda quedar (v.25); y para dar más fuerza a la amenaza, presenta a Dios como el Fuerte de Israel, expresión rara en la Escritura, que encontramos ya en el Génesis,17 y parece similar a la de Dios de los ejércitos que inmediatamente aparece antes en el texto, para significar el poder de Dios, capaz de hacer todo lo que anuncia.
El resultado de este juicio purificador será el restablecimiento de una administración con todas las garantías morales como antes, en la edad de oro de la época davídica. El efecto del castigo de Dios será muy saludable, y hará florecer las virtudes tradicionales, en tal forma que se la volverá a llamar ciudad de justicia, ciudad fiel, como en los tiempos antiguos. Se discute sobre el sentido de las palabras rectitud y justicia (v.27), pues lo mismo pueden significar las virtudes del pueblo, que cambiarán la vida nacional, que los atributos de Dios, juicio y justicia, que se manifestarán en la redención del pueblo, como si dijera: Sión será redimida con el juicio (purificador) de Dios, y sus cautivos volverán después de la manifestación de la justicia divina sobre ella.

Destrucción de los pecadores e idólatras (29-31).
29 Los impíos, los pecadores, todos a una serán quebrantad dos; los desertores de Yahvé serán aniquilados. 30Entonces os avergonzaréis de los árboles que tanto estimabais y seréis llenos de confusión ante los jardines que os elegisteis, pues seréis como terebinto despojado de su follaje, y como jardín que carece de agua. 31Y el robusto será como estopa, y su obra como chispa, y arderán ambos juntamente, y no habrá quien lo apague.

La idea de juicio purificador de la perícopa anterior se continúa aquí, detallando la causa principal del castigo: la idolatría reinante en el país. El castigo de Dios servirá para poner en evidencia el fundamento de aquellas locas idolatrías. Habían ido a adorar a sus dioses bajo los arboles frondosos y en los jardines llenos de vegetación exuberante, como adorando la fuerza de la naturaleza, que allí se manifestaba en toda su pujanza (v.30). Es la religión animista, que había sido importada de Siria. Aún los beduinos de las estepas siró-arábigas ven en los árboles genios protectores, a los que procuran aplacar con dádivas y exvotos. En todos estos bultos se practicaban ritos afrodisíacos y obscenos en honor de la madre de la fertilidad, Astarté. Pero llegará un momento en que los israelitas idólatras se avergonzarán de haber tenido estos cultos, pues se verán defraudados en sus esperanzas en la hora de la prueba, y los arboles bajo los cuales practicaban estos cultos, contrarios a los intereses del yahvismo, y los jardines (v.29-50), es decir, los recintos sagrados, poblados de árboles, con sus fuentes para procurar la exuberancia de la vegetación, desaparecerán y serán abandonados.18
Entonces el fuerte y su obra serán, como estopa, pasto de las llamas (v.31). Es difícil determinar el sentido de esta frase, pero el contexto parece ser que el idólatra, que se consideraba fuerte y seguro con sus prácticas, su obra, al dar culto a los múltiples dioses de la naturaleza, será en realidad víctima de su obra; es decir, ésta será ocasión de su ruina, como la chispa cebándose en la estopa. Desaparecerán el adorador y los ídolos en que confiaban cuando llegue el huracán del juicio de Dios, que se manifestará por las invasiones de los pueblos extranjeros, y nadie se atreverá a ayudarles a apagar el fuego devastador provocado por la ira divina.

1 Deu_4:26.31. - 2 Exo_19:6. - 3 Deu_32:10-18; Exo_4:22s; Deu_14:1; Ose_11:1. - 4 2 Grón 28:17. - 5 1Re_17:45; cf. Exo_7:4. - 6 Cf. Isa_8:16; Isa_30:9; Jer_2:8; Jer_8:8; Jer_18:18; Eze_7:26; Jer_31:33; Isa_42:4, etc. - 7 Cf. Leve.1-3. - 8 Véase com. a Lev c.1-3. - 9 Ose_6:6; Miq_6:6-8. - 10 Renán, Histoire du peuple d'Israel t.4:21? - 11 Véase com. a Lev 23. - 12 1Sa_20:5.24; 2Re_4:23; Amo_8:5; Ose_2:11; Num_18:11; Exo_20:8. - 13 Cf. Lev 23. - 14 1s 1.I4; 2:I5. - 15 Sal_51:7. - 16 Os c.1-3. - 17 Gen_49:24. - 18 Isa_1:17; Isa_65:3; Isa_66:17

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter I.

[Mans rebellion.]

1 Isaiah complaineth of Iudah for her rebellion. 5 He lamenteth her iudgements. 10 He vpbraideth their whole seruice. 16 He exhorteth to repentance, with promises and threatnings. 21 Bewailing their wickednesse, hee denounceth Gods iudgements. 25 Hee promiseth grace, 28 and threatneth destruction to the wicked.
1 The Uision of Isaiah the sonne of Amoz, which hee sawe concerning Iudah and Ierusalem, in the dayes of Uzziah, Iotham, Ahaz, & Hezekiah kings of Iudah.
2 Heare, O [ Deu_32:1 .] heauens, and giue eare, O earth: for the Lord hath spoken; I haue nourished and brought vp children, and they haue rebelled against me.
3 The [ Jer_8:7 .] oxe knoweth his owner, and the asse his masters cribbe: but Israel doeth not know, my people doeth not consider.
4 Ah sinnefull nation, a people [ Hebrew: of heauinesse.] laden with iniquitie, a seede of euill doers, children that are corrupters: they haue forsaken the Lord, they haue prouoked the Holy one of Israel vnto anger, they are [ Hebrew: alienated, or separated.] gone away backward.
5 Why should yee be stricken any more? yee will [ Hebrew: increase reuolt.] reuolt more and more: the whole head is sicke, and the whole heart faint.
6 From the sole of the foote, euen vnto the head, there is no soundnesse in it; but wounds, and bruises, and putrifying sores: they haue not beene closed,

[Sacrifice reiected.]

neither bound vp, neither mollified with [ Or, oyle.] oyntment.
7 Your countrey is [ Isa_5:5 ; Deu_28:51-52 .] desolate, your cities are burnt with fire: your land, strangers deuoure it in your presence, and it is desolate [ Hebrew: as the ouerthrow of strangers.] as ouerthrowen by strangers.
8 And the daughter of Zion is left as a cottage in a vineyard, as a lodge in a garden of cucumbers, as a besieged citie.
9 Except the Lord of hostes had [ Lam_3:22 Rom_9:29 .] left vnto vs a very small remnant, we should haue beene as [ Gen_19:24 .] Sodom, and we should haue bene like vnto Gomorrah.
10 Heare the word of the Lord, ye rulers of Sodom, giue eare vnto the Law of our God, yee people of Gomorrah.
11 To what purpose is the multitude of your [ Pro_15:8 ; Pro_21:7 ; Isa_66:3 ; Jer_6:20 ; Amo_5:21 .] sacrifices vnto me, sayth the Lord? I am full of the burnt offerings of rammes, and the fat of fedde beasts, and I delight not in the blood of bullockes, or of lambes, or of [ Hebrew: great hee goats.] hee goates.
12 When ye come to [ Hebrew: to be seene.] appeare before mee, who hath required this at your hand, to tread my courts?
13 Bring no more vaine oblations, incense is an abomination vnto me: the new Moones, and Sabbaths, the calling of assemblies I cannot away with; it is [ Or, griefe.] iniquitie, euen the solemne meeting.
14 Your new Moones, and your appointed Feasts my soule hateth: they are a trouble vnto me, I am weary to beare them.
15 And when ye spread foorth your [ Pro_1:28 ; Jer_14:12 ; Mic_3:4 .] handes, I will hide mine eyes from you; yea, when yee [ Hebrew: multiply prayer.] make many prayers I will not heare: your hands are full of [ Isa_59:3 .] [ Hebrew: bloods.] blood.

[Mercy promised.]

16 Wash yee, make you cleane, put away the euill of your doings from before mine eyes, [ 1Pe_3:11 .] cease to doe euill,
17 Learne to doe well, seeke iudgement, [ Or, righten.] relieue the oppressed, iudge the fatherlesse, plead for the widow.
18 Come now and let vs reason together, saith the Lord: though your sinnes be as scarlet, they shall be as white as snow; though they be red like crimsin, they shall be as wooll.
19 If yee be willing and obedient, yee shall eate the good of the land.
20 But if yee refuse and rebell, yee shalbe deuoured with the sword: for the mouth of the Lord hath spoken it.
21 Howe is the faithfull citie become an harlot? it was full of iudgement, righteousnesse lodged in it; but now murtherers.
22 Thy siluer is become drosse, thy wine mixt with water.
23 Thy princes are rebellious and companions of theeues: euery one loueth gifts, and followeth after rewards: they [ Jer_5:28 ; Zec_7:10 .] iudge not the fatherlesse, neither doth the cause of the widowe come vnto them.
24 Therefore, saith the Lord, the Lord of hostes, the mighty one of Israel; Ah, I will ease me of mine aduersaries, and auenge me of mine enemies.
25 And I will turne my hand vpon thee, and [ Hebrew: according to purenesse.] purely purge away thy drosse, and take away all thy tinne.
26 And I will restore thy iudges as at the first, and thy counsellers as at the beginning: afterward thou shalt be called the citie of righteousnesse, the faithfull citie.
27 Zion shall be redeemed with iudgement, and [ Or, they that returne of her.] her conuerts with righteousnesse.
28 And the [ Job_31:3 ; Psa_1:6 ; Psa_5:6 ; Psa_73:27 ; Psa_92:10 ; Psa_104:35 .] [ Hebrew: breaking.] destruction of the transgressours and of the sinners shall be together: and they that forsake the Lord shall be consumed.
29 For they shall be ashamed of the okes which yee haue desired, and yee shalbe confounded for the gardens that yee haue chosen.
30 For yee shall be as an oke whose leafe fadeth, and as a garden that hath no water.
31 And the strong shall be as towe, [ Or, and his worke.] and the maker of it as a sparke, and they shall both burne together, and none shall quench them.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Segunda requisitoria. El profeta llama Sodoma y Gomorra a los dirigentes y habitantes de Jerusalén (10). Sus actitudes apenas son comparables con las de aquellas dos ciudades que, según Gn 19, estaban ubicadas cerca del Mar Muerto. Ambas fueron destruidas por sus abominaciones. La comparación debió ser muy dolorosa para un pueblo que creía ser muy diferente gracias a su culto y a sus tradiciones religiosas; pero ahí radica precisamente la crítica: un culto y una religión que no se basan en la justicia con el pobre y con el oprimido resulta abominable al Señor (cfr. Amó_4:1; Amó_5:21-27; Isa_29:13s).
Hay una alusión a las antiguas fiestas de Israel (13s), cuyas connotaciones son como las paganas. Cualquier rito o práctica religiosa que no se haga con las manos limpias, es decir, libres de injusticia, es igual que mezclar la sangre de los inocentes con la de las víctimas sacrificadas. En el fondo, Dios no exige nada para sí; su exigencia real es respetar la justicia y el derecho de los más pobres. La viuda y el huérfano son el símbolo de los más pobres entre los pobres a los cuales la misma ley debía proteger: Éxo_22:21s; Deu_10:18; Deu_14:29; Deu_27:19; por ellos interceden los profetas: Jer_7:6. Viudas, huérfanos y extranjeros son esa clase de pobres que «tendrán siempre entre ustedes» (Mar_14:7), pero cuya pobreza no puede volverse permanente (Deu_15:11).
Cuando el tono del oráculo nos hace pensar en una tremenda condena, en realidad lo que Dios ofrece es la posibilidad del perdón, pero como fruto de una sincera conversión basada en la obediencia a su palabra (18-20).

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



8-9 . Estos versículos se refieren a la invasión de Senaquerib, rey de Asiria, en el 701 a. C. A causa de esta invasión, Jerusalén -"la hija de Sión"- quedó sola en medio de un país devastado.

9. "Señor de los ejércitos": ver nota Sal_24:10.

11-17. La condenación del culto puramente exterior es un tema constante de la predicación profética. Las prácticas cultuales, sin la justicia y el amor al prójimo, constituyen una verdadera blasfemia. Ver 58. 1 - 1 4; Jer_6:20; Jer_7:21-22; Jer_11:15; Ose_6:6; Ose_8:11-13; Amo_4:4-5; Amo_5:21-27; Miq_6:6-8; Sal_50:8-15; Pro_21:3, Pro_21:27; Ecli. 34. 18 - 35. 15; Mat_5:23-24.

21. Ver Ose_2:7; Jer_2:20-25; Eze_16:23-34.

29. Isaías reprueba los ritos de la fertilidad, heredados de Canaán, que se practicaban en lugares arbolados. Ver 65. 3; 66. 17.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Corrupción pietista y su limpieza

10 ss. El recibir el apelativo de Sodoma implicaba en un solo acto la acusación y la sentencia. Como lugar de desastre, Sodoma significó todo lo que Pompeya e Hiroshima nos significan a nosotros; de ahí el v. 9. Por mala reputación ocupaba un sitial destacado, hasta que Isaías anunció el v. 10. Tuvo la confirmación de Ezequiel (cf. Eze. 16:48) y de nuestro Señor (cf. Mat. 11:23), que establecieron la medida de la culpa según la oportunidad. De todos los arranques proféticos sobre la irrealidad religiosa (cf. 1 Sam. 15:22; Jer. 7:21-23; Ose. 6:6; Amós 5:21-24; Miq. 6:6-8) ésta es la más poderosa y sustentada. Su vehemencia no la supera ni siquiera Amós, y se complementa en su forma y contenido. Primero se rechazan las ofrendas y luego los oferen tes (vv. 11, 12); pero a medida que el tono de Dios se agudiza yendo del disgusto al asco, su acusación específica se retiene hasta el espeluznante final del v. 15: ¡Vuestras manos están llenas de sangre!

El reproche da paso al mandato, en ocho llamadas atronadoras, a dejar de hacer lo malo (v. 16) y aprender a hacer lo bueno (v. 17). Esto es arrepentimiento en su pleno significado, absolutamente personal y totalmente práctico (cf. Dan. 4:27; Mat. 3:8; Luc. 19:8). Estas demandas profundas nos preparan para la oferta de la salvación inmerecida que sigue inmediatamente.

18 Es notable que el gran ofrecimiento, al igual que la gran acusación de los vv. 2-4, aparezca como un eco de los tribunales de justicia: Venid ... y razonemos juntos, es decir, discutamos nuestro caso (cf. Job 23:7). Dios exige una franca confrontación; pero, dado eso, puede cambiar lo inalterable, y borrar lo imborrable (la grana y el carmesí no sólo son deslumbrantes: son colores indelebles); solamente así el llamado lavaos (16) puede ser otra cosa que una burla. 19, 20 Nos recuerda, una vez más, a Deut. 30:15-20 (cf. sobre v. 2), que casi podría denominarse el texto de la disertación.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 1.1 Los reyes mencionados reinaron sucesivamente en Judá, del 781 al 687 a.C. Ozías (también llamado Azarías): 2 R 15.1-7; 2 Cr 26.1-23 (cf. Is 6.1). Jotam: 2 R 15.32-38; 2 Cr 27.1-9. Ahaz: 2 R 16.1-20; 2 Cr 28.1-27. Ezequías: 2 R 18.1--20.21; 2 Cr 29.1--32.33.

[2] 1.4 El Dios Santo de Israel: lit. el Santo de Israel; es el título preferido de Isaías para designar al Señor (5.16,19,24; 10.20; 30.11; cf. 6.3). Por un lado, exalta la santidad de Dios, es decir, su majestad, bondad y poder infinitos, que están por encima de todo lo creado; por el otro, realza la condescendencia divina, pues se ha revelado a Israel y se hace presente en medio de él. Este Dios santo quiere para sí un pueblo santo (cf. Lv 19.2).

[3] 1.9 Ro 9.29; cf. Gn 19.1-29.

[4] 1.13 Luna nueva: fiesta celebrada el primer día de cada mes, de acuerdo con el calendario lunar hebreo (Nm 28.11-15). Cf. Sal 81.3.

[5] 1.29 Encinas y jardines: lugares dedicados al culto a los dioses paganos de la fertilidad, donde se practicaban ritos para hacer que campos y animales fueran fecundos (cf. Os 4.14).

Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)



[.] ¿Por qué tantos sacrificios en mi honor? Es característica de los profetas la condenación del culto exterior que no exprese una entrega real a Dios. Los sacrificios y las fiestas de que se habla, eran ordenados por la ley de Dios; sin embargo, Dios dice que los aborrece, porque realizados en esas condiciones son una mentira ( Sal 40,7 y 50,16; también, Mt 5,23). Den sus derechos al oprimido (17). Los mandamientos de Moisés condenaban el robo (Ex 20,14). Los profetas denuncian un sistema social que aplasta a los débiles. Algunas personas gustan de las grandes ceremonias, otras de sus propias devociones y rezos y otras de realizar obras generosas y filantrópicas. Con eso, tal vez, estamos disfrazando las injusticias que cometemos cada día.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

Amó 5:14-15; Amó 5:21-24; Sal 40:6; Sal 51:16-17.

Torres Amat (1825)



[3] No me hizo caso.

[4] Han abandonado la alianza hecha con Dios.

[8] Y entregada al pillaje.

[13] Ofrecido con un corazón desviado.

[14] Dios no pide el sacrificio exterior, sino el interior. Num 28, 11-15.

[27] Después del castigo, se anuncia la justicia como obra reconciliadora de Dios.

[29] Lugares para los sacrificios y ritos cananeos de fecundidad.

Biblia Peshitta en Español (Holman, 2015)

a Sal 50:8-15; Jer 6:20

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Amó_5:21+

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Amó_5:21+

Biblia Textual IV (Sociedad Bíblica Iberoamericana, 1999)

bueyes... TM añade y corderos. Se sigue LXX → §194.