Ver contexto
y los ídolos completamente abatidos.
(Isaías 2, 18) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

הָ‎(הַ)

Hebrew|hā|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

אֱלִילִ֖ים‎(אֱלִיל)

Hebrew|ʔᵉlîlˌîm|god

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H457] [a.dp.ac] [99a]
[אליל] [GES438] [BDB461] [HAL479]

כָּלִ֥יל‎(כָּלִיל)

Hebrew|kālˌîl|entire

Part-of-speech: adjective
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3632] [k.bn.ac] [985b]
[כליל] [GES3523] [BDB3929] [HAL3901]

יַחֲלֹֽף‎(חָלַף)

Hebrew|yaḥᵃlˈōf|come after

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: qal


[H2498] [h.cx.aa] [666]
[חלף] [GES2432] [BDB2717] [HAL2711]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



2. Sión, Centro del Reino Universal de Yahvé.
Los capítulos 2-4 parecen formar una pequeña colección de oráculos isaianos, que pudieron existir antes en una compilación separada. Encontramos al principio la frase introductoria lo que vio Isaías, hijo de Amos, acerca de Judá y Jerusalén, como en el título del capítulo 1, sin determinar la fecha de la composición, lo que parece indicar que esta sección es independiente históricamente de los oráculos del capítulo.1

Sión, centro del reino universal de Yahvé (1-5).
1 Lo que vio Isaías, hijo de Amos, acerca de Judá y Jerusalén: 2Y sucederá a lo postrero de los tiempos que el monte de la casa de Yahvé será consolidado por cabeza de los montes, y será ensalzado sobre los collados, y se apresurarán a él todas las gentes, 3y vendrán muchedumbres de pueblos, diciendo: Venid y subamos al monte de Yahvé, a la casa del Dios de Jacob, y El nos enseñará sus caminos, e iremos por sus sendas, porque de Sión ha salido la Ley, y de Jerusalén la Palabra de Yahvé. 4El juzgará a las gentes, y dictará sus amonestaciones a numerosos pueblos, que de sus espadas harán rejas de arado, y de sus lanzas, hoces. No alzarán la espada gente contra gente, ni se ejercitarán para la guerra. 5Venid, ¡oh casa de Jacob! y caminemos a la luz de Yahvé.

El profeta, en contraste con el juicio purificador del capítulo I, nos presenta un horizonte luminoso mesiánico, desbordando totalmente el contexto anterior y el siguiente. Como en otras ocasiones, los anuncios de tragedia y de gloria se entreverán alternativamente para mantener las esperanzas del pueblo en medio de las tragedias nacionales pasajeras. A sus ojos surge, deslumbradora, la ciudad de Jerusalén, centro de la soberanía de Yahvé, ocupando un puesto de preeminencia entre todos los pueblos; y aun físicamente el monte en el que se asienta la Ciudad Santa aparece elevado sobre las cimas de las demás montañas del resto del mundo. Es una idealización de los tiempos mesiánicos para hacer resaltar mejor la ascendencia religiosa y moral que sobre los otros pueblos ha de tener la nueva teocracia, con Sión como capital religiosa y espiritual de todos los pueblos.
Esta preeminencia sobre todas las gentes hará despertar las conciencias de todos los pueblos para acercarse a la Ciudad Santa y comprobar con sus propios ojos lo que la constituye en la primera ciudad del universo, de forma que todos podrán constatar que allí efectivamente está el asiento de la justicia y de la equidad; por eso se la escogerá como arbitro de todas las diferencias entre los pueblos, de modo que estarán de más los instrumentos de guerra, que en esta nueva edad de paz se convertirán en medios de trabajos pacíficos, como la labranza y la recolección de las cosechas.
El profeta se proyecta mentalmente a lo postrero de los tiempos, frase consagrada para designar la época mesiánica,1 y ve el monte de la casa de Yahvé, es decir, el monte sobre el cual se asentaba el templo de Jerusalén,2 que aparece exaltado sobre todos los otros montes; es un modo metafórico de decir que Jerusalén va a destacar por su importancia religiosa y política sobre los otros pueblos y ciudades del mundo 3, de modo que todas las gentes serán arrastradas hacia ella.
El profeta indudablemente que nos presenta el universalismo religioso en toda su amplitud, como es general en las profecías mesiánicas. Todos quieren instruirse en los caminos (v.3) de Dios, es decir, los principios ético-religiosos, base de la teocracia israelita, que resplandecerán con nuevo brillo en la gran era mesiánica. Todos se exhortan mutuamente para acercarse a la Ciudad Santa; la expresión porque de Sión puede ser, o bien de las gentes que se encaminan hacia Sión, o del profeta que da la razón de la afluencia de los pueblos, aunque quizá resulte más sencillo entenderlo en el primer sentido: Jerusalén será la admiración de todos los pueblos por sus instituciones religiosas y políticas, que traerán como consecuencia un gobierno de equidad y prosperidad general.
No se habla de que los otros pueblos que afluyen a Jerusalén hayan de quedar políticamente sometidos a la teocracia israelita, sino que querrán imitar sus instituciones y seguir sus enseñanzas para poder conseguir un estado de bienestar parecido al de la Ciudad Santa. En todo caso, la superioridad de Sión se mantendrá siempre, ya que de ella irradiarán la ley y la palabra de Yahvé, porque allí se manifestará de modo especial la voluntad divina por sus instituciones y sus profetas, en constante comunicación con Dios (v.3). En ella Yahvé tendrá su trono para dictaminar en los litigios judiciales (dictará sus amonestaciones) entre los pueblos, en cuanto que será el arbitro de todos los conflictos, y sus decisiones, llenas de equidad, serán aceptadas espontáneamente por todos los pueblos, lo que traerá como consecuencia el establecimiento de una paz total, quedando sin objeto los instrumentos de guerra (v.4.), que serán convertidos en instrumentos de paz.4 La paz universal es una idea esencialmente mesiánica.5 Miqueas, en el pasaje paralelo, completará este cuadro bucólico: Sentaráse cada uno bajo su parra y bajo su higuera, y nadie les infundirá miedo, porque lo dice la boca de Yahvé.6
Históricamente esta profecía se cumple, en sus líneas esenciales, en la Iglesia católica, el Israel de Dios, heredero de las promesas del Israel histórico. Naturalmente, la descripción de Isaías está envuelta en un ropaje poético en cuanto a sus circunstancias accidentales. Esa paz total es un desborde de imaginación oriental, como lo hará en el capítulo II, cuando nos presente al león comiendo paja como el manso buey, y al niño metiendo la mano en la madriguera del basilisco. Son imágenes para expresar la paz total, suprema ansia de todos los corazones en todos los tiempos.
Esta profecía la encontramos repetida en términos casi idénticos en Miqueas7. Esto plantea la cuestión de su origen literario, ya que no es fácilmente comprensible en el modo corriente del mecanismo de la inspiración escrituraria que Dios revelara una misma cosa en los mismos términos, ya que el Autor principal en el proceso inspirativo respeta las individualidades psicológicas del autor humano. Los críticos creen que aquí hay una fuente primera de la que depende la otra. ¿Quién depende de quién? ¿Isaías de Miqueas o viceversa? Ambos autores son contemporáneos. Cable la hipótesis de que ambos la hubieran recogido de un tercer autor más antiguo o de que un redactor posterior a ambos lo tomara de uno de ellos y lo insertara en el otro. Como las ideas de esta perícopa son muy semejantes a las que Isaías expresa en 11:1-8 y 32:1-8, parece más probable que el autor sea Isaías y que sus palabras fueran después reflejadas por Miqueas como un eco de las suyas, como también parece la profecía de Miqueas sobre el nacimiento de un Niño misterioso en Belén8 un eco de la profecía del Emmanuel de Isaías.9

Defección religiosa de Jada (6-8).
6 Ciertamente has rechazado a tu pueblo, a la casa de Jacob, por estar llena de adivinos y hechiceros, como los filisteos, y haber pactado con los extranjeros. 7Su tierra está llena de plata y oro, sus tesoros no tienen fin, llena de caballos y carros sin fin. 8Está su tierra llena de ídolos; se prosternan ante la obra de sus manos, ante lo que sus dedos fabricaron.

De nuevo el profeta proclama la apostasía general en su pueblo. Algunos creen que se ha perdido la introducción a este oráculo que aparece ex abrupto. Con amargura constata cómo los israelitas en sus problemas van a buscar la solución a los adivinos y hechiceros (v.6), en contra de lo prescrito en la Ley,10 poniéndose en el mismo plano que los filisteos e incircuncisos,11 cuando en realidad sólo Yahvé podría ayudarlos; sin embargo, prescindiendo de El, han buscado alianzas con los extranjeros (v.6). Y lo que más les ha engreído, creyéndose con aires de suficiencia para abordar sus problemas sin contar con la tradicional ayuda de Yahvé, su Dios y protector, es que la nación se halla pletórica de riquezas. Su tierra está llena de plata y oro... Efectivamente, en los reinados de Ozías y Joatán, debido al amplio desarrollo comercial, como consecuencia de haber conquistado el puerto de Elat (el actual Aqaba) en el mar Rojo,12 la nación había entrado en un período de prosperidad y opulencia, y, por otra parte, la victoria de Ozías sobre los árabes, filisteos y demás pueblos circunvecinos, había logrado que le reconocieran su soberanía, ofreciéndole sus respectivos tributos 13. Con todos esos recursos sólo se preocuparon, como Salomón, de hacerse fuertes militarmente, al estilo de los pueblos idólatras, procurándose carros y caballos (v.7), con lo que en realidad no se conseguía sino desmoralizar al pueblo, haciéndole perder la confianza en Yahvé, el único que podría ayudarles en las situaciones críticas, al confiar sólo en los medios humanos. Los profetas siempre se habían opuesto a esta acumulación de medios materiales, porque veían en ellos el peligro de la deserción religiosa del pueblo, alejándose de las cláusulas de la alianza del Sinaí.14 Los cultos orgiásticos y afrodisíacos extranjeros, por su sensualismo acentuado, habían sido un peligro constante para el pueblo israelita, que encontraba demasiado adusto al Dios del Sinaí. El contacto comercial con el extranjero y la opulencia reinante bajo Ozías hicieron que la conciencia religiosa se fuera embotando, entregándose el pueblo a los cultos del extranjero. Además, en esta época de buenas relaciones con el extranjero, se habían establecido colonias comerciales en la tierra de Israel,15 y con ellas también, indudablemente, los cultos exóticos. Esto era para el profeta una profanación de la Tierra Santa, la tierra de Yahvé; por eso se queja de esta inundación de cultos extraños en el corazón del mismo pueblo elegido: Está su tierra llena de ídolos, se prosternan ante la obra de sus manos (v.8).

El
día del Señor (9-22).
9 Todo hombre será derribado, todo mortal humillado, no los perdonarás. 10Meteos en los escondrijos de las peñas, escondeos en el polvo, ante la presencia aterradora de Yahvé, ante el fulgor de su majestad (cuando venga a castigar la tierra)16. 11Las altivas frentes de los hombres serán abatidas y será humillada la soberbia humana, y sólo Yahvé será exaltado aquel día. 12 Porque llegará el día de Yahvé de los ejércitos sobre todos los altivos y engreídos, sobre todo lo que se yergue, para humillarlo; 13sobre todos los altos y erguidos cedros del Líbano, sobre las robustas encinas de Basan, 14 sobre todos los montes altos y sobre todos los altos collados, 15sobre las altas torres y sobre toda muralla fortificada, 16sobre todas las naves de Tarsis y sobre todos los monumentos preciosos, 17y será abatida la altivez del hombre, y la soberbia humana humillada, 18y sólo Yahvé será exaltado aquel día, y desaparecerán todos los ídolos. 19Meteos en los escondrijos de las rocas, escondeos en el polvo, ante la presencia aterradora de Yahvé, ante el fulgor de su majestad, cuando venga a castigar la tierra. 20Aquel día arrojará el hombre, entre topos y murciélagos, sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que se hizo para adorarlos, 21para meterse en las hendiduras de las rocas y en las anfractuosidades de las peñas, ante la presencia aterradora de Yahvé y el fulgor de su majestad, cuando surja a castigar la tierra. 22Retiraos del hombre, cuya vida es un soplo17. ¿Qué estima podéis hacer de él?

Después de la defección general del pueblo a causa de su opulencia material, Dios va a intervenir con un castigo que los haga entrar en razón, y el profeta presenta en tonos patéticos la manifestación de la cólera divina, la cual es ya tan inminente que les urge a que busquen un refugio improvisado (v.10). La altivez va a ser probada y humillada, y es comparada a los cedros del Líbano por su altura y a las encinas de Basan por su robustez. Basan es la región de Galad al nordeste del Jordán, que pasaba por ser la región más frondosa. Sus encinas aparecen constantemente en parangón con los cedros del Líbano para destacar la altivez y la robustez.18
También serán abatidas las naves de Tarsis (v.16), las de mayor tonelaje de la época, porque hacían sus recorridos hasta el extremo occidental, España, donde generalmente se coloca, relacionándola con la Tartesos griega, en la desembocadura de Huelva, adonde iban a recoger los ricos minerales de estaño, plata y cobre, muy celebrados en la literatura clásica.19 Más tarde, la expresión naves de Tarsis llegó a designar a los barcos de gran tonelaje en general, aunque hicieran sus rutas hacia oriente, como las de Salomón, que iban hacia el mar Indico a recoger marfil y perlas. Equivalía, pues, a nuestra denominación de trasatlánticos, o buques de gran tonelaje, aunque sus viajes se desarrollen por otros océanos.20
El profeta enumera todo lo que entonces era símbolo de grandeza: cedros del Líbano, encinas de Basan, naves de Tarsis, montes elevados, fuertes amurallados, para hacer ver que todo esto desaparecerá como un soplo ante la manifestación de la cólera de Dios en el día de Yahvé, es decir, el día de la intervención del juicio purificador de Dios. La expresión día de Yahvé aparece ya en Amos21, quien le da el sentido de manifestación de un castigo general divino en contra de la opinión corriente, que esperaba en el día de Yahvé la manifestación gloriosa de Dios consumando el triunfo total sobre los enemigos de Israel. También en este pasaje de Isaías tiene este sentido conminatorio de manifestación de la justicia divina, que busca la reparación y la purificación de su pueblo por el dolor y el sufrimiento.
Consecuencia de la tragedia que se avecina será que todos abandonarán sus ídolos y lo que más querían, dejándolo a las alimañas (v. 20) como estorbo, buscando su salvación personal en los lugares más inaccesibles (v.21). Y el profeta termina con una amonestación paternal, llamándoles al buen sentido para que no confíen en lo que no tiene nada de garantía ni solidez, es decir, en el hombre, cuya vida es un soplo (v.22), y, como tal, despreciable y sin valor.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter II.

[The Gentiles called.]

1 Isaiah prophecieth the comming of Christs kingdome. 6 Wickednesse is the cause of Gods forsaking. 10 Hee exhorteth to feare, because of the powerfull effects of Gods Maiestie.
1 The word that Isaiah, the sonne of Amoz, sawe concerning Iudah and Ierusalem.
2 And it shall come to passe in the [ Mic_4:1 , etc.] last dayes, that the mountaine of the Lords house shall be [ Or, prepared.] established in the top of the mountaines, and shall be exalted aboue the hilles; and all nations shall flow vnto it.
3 And many people shall goe & say; Come yee and let vs go vp to the mountaine of the Lord, to the house of the God of Iacob, and he will teach vs of his wayes, and we will walke in his pathes: for out of Zion shall goe forth the lawe, and the word of the Lord from Ierusalem.
4 And hee shall iudge among the nations, and shall rebuke many people: and they shall beate their swords into plow-shares, and their speares into [ Or, sythes.] pruning hookes: nation shall not lift vp sword against nation, neither shall they learne warre any more.
5 O house of Iacob, come yee, and let vs walke in the light of the Lord.
6 Therefore thou hast forsaken thy people the house of Iacob; because they be replenished [ Or, more then the East .] from the East, and are soothsayers like the Philistines, and they [ Or, abound with the children, etc.] please themselues in the children of strangers.
7 Their land also is full of siluer and gold, neither is there any end of their treasures: their land is also full of horses; neither is there any end of their charets.
8 Their land also is full of idoles: they worship the worke of their owne hands, that which their owne fingers haue made.
6 And the meane man boweth downe, and the great man humbleth himselfe; therefore forgiue them not.
10 Enter into the rocke, and hide thee in the dust, for feare of the Lord, and for the glory of his Maiestie.
11 The [ Isa_5:15 .] loftie lookes of man shalbe humbled, and the hautines of men shalbe bowed downe: and the Lord alone

[Pride threatned.]

shalbe exalted in that day.
12 For the day of the Lord of hostes shall bee vpon euery one that is proud and loftie, and vpon euery one that is lifted vp, and he shalbe brought low;
13 And vpon all the Cedars of Lebanon, that are high and lifted vp; and vpon all the okes of Bashan,
14 And vpon all the high mountaines, and vpon all the hilles that are lifted vp,
15 And vpon euery high tower, and vpon euery fenced wall,
16 And vpon all the ships of Tarshish, and vpon all [ Hebrew: pictures of desire.] pleasant pictures.
17 And the loftinesse of man shall be bowed downe, and the hautinesse of men shalbe made low: and the Lord alone shalbe exalted in that day.
18 And [ Or, the idoles shall vtterly passe away.] the idoles hee shall vtterly abolish.
19 And they shall goe into the [ Hos_10:8 ; Luk_23:30 ; Rev_6:16 ; Rev_9:6 .] holes of the rocks, and into the caues of the [ Hebrew: the dust.] earth for feare of the Lord, and for the glory of his Maiestie; when hee ariseth to shake terribly the earth.
20 In that day a man shall cast [ Hebrew: the idols of his siluer, etc.] his idoles of siluer, and his idoles of golde [ Or, which they made for him.] which they made each one for himselfe to worship, to the moules and to the battes:
21 To go into the clefts of the rocks, and into the tops of the ragged rockes, for feare of the Lord, and for the glorie of his Maiestie; when hee ariseth to shake terribly the earth.
22 Cease ye from man whose breath is in his nostrels: for wherein is hee to be accounted of?

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



El terror del Señor

Los siniestros refranes (vv. 10b, 19b, 21b; 11 y 17) y la inmensidad de la escena, le dan una extraordinaria fuerza a este poema. Es la consumación de la visión inicial por Isaías del Señor alto y sublime (6:1), y establece el argumento final contra la confianza depositada en la potencia terrenal, tema constante de esta profecía. El hecho de que haya un día de Jehovah de los Ejércitos (v. 12) le da a la predicación de Isaías la misma fuerza impelente que a Pablo (cf. Hech. 17:31) -elemento que la iglesia tiende a perder- y en este pasaje la referencia es, sin duda alguna, al último día, no a una crisis interme dia. Esto lo veremos en mayor detalle en los caps. 24-27 (apocalípticos).

La seguidilla de cosas altas cubre mucho de lo que siempre hallamos como imponente en los recursos naturales (vv. 13, 14), las defensas construidas (v. 15) y las realizaciones técnicas y culturales (v. 16; ver más adelante). Y, sobre todo, en el hombre mismo y en la religión hecha por el hombre (vv. 17, 18). Pero más notable aun es el final, su escena de frenético apuro (como el de Apoc. 6:15-17) haciendo resaltar la presente paciencia de Dios, que podría reducirnos, en un instante, a una huida ignominiosa y a arrojar lo que por tanto tiempo nos ha ordenado arrojar afuera (v. 20).

16 Tarsis significa probablemente una refinería, y los barcos así denominados serían los construidos para transportar cargas de lingotes. O pudiera referirse a Tartesio, en España, y para barcos de ultramar (cf. 23:6). El extraño vocablo que se traduce barcos hace hincapié en su belleza (lujoso), más que en su tamaño. 22 No figura en la LXX pero tiene la misma importante función del v. 5 para traducir la visión en acción. La alusión hálito ... nariz se refiere a la fragilidad de la vida humana; constituye un efectivo preludio al próximo capítulo.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



2-5. Este mismo oráculo, tomado probablemente de la liturgia del Templo de Jerusalén, se vuelve a encontrar con algunas variantes en Miq_4:1-5. En los tiempos mesiánicos, la montaña de Sión será el centro de un doble movimiento: de ella saldrá la Palabra del Señor y hacia ella confluirán todas las naciones de la tierra. Ver 60. 3-17; 66. 18-23; Jer_3:17; Age_2:7; Zac_8:20-23; Zac_14:16.

6-22. En este oráculo, Isaías se refiere al reino de Samaría, que se siente orgulloso de su prosperidad precisamente cuando está a punto de ser destruido por Asiria.

16. "Las naves de Tarsis" eran los barcos de alto calado que navegaban en alta mar. Ver nota Sal_48:8.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Teofanía y juicio de Dios. Varias son las cosas por las cuales Dios rechaza a su pueblo: 1. La proliferación de adivinos y hechiceros; es un fenómeno muy común en las culturas orientales; eso es, según los profetas, dudar del poder de Dios. 2. En la abundancia y el bienestar económico el pueblo se vuelve autosuficiente y cambia la adoración debida al Señor por la adoración a todo lo que simboliza riqueza y poder.
Como más tarde proclamará María (Luc_1:52), el profeta anuncia la humillación del altanero y del soberbio. Se trata aquí del reino del Norte que está pasando por un período de abundancia y prosperidad, lo cual ha hecho a su gente soberbia y autosuficiente, llegando incluso a menospreciar a sus hermanos del Sur.
Jesús mismo enseña que el que se enaltece será humillado. Estas palabras no pueden seguir siendo un simple consuelo para los empobrecidos y humillados, sino que deben ser un mensaje lleno de esperanza activa, porque es sólo con ellos y desde ellos que Dios destruye los planes de los altivos y arrogantes.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 2.11 Aquel día: el día del Señor (también en vv. 12,17,20). Según el concepto popular de la época, Dios iba a castigar en ese día a los enemigos de Israel; sin embargo, los profetas del siglo VIII a.C. lo entendieron como el momento en que Dios juzgaría a su propio pueblo (cf. Am 5.18-20).

[2] 2.16 Naves de Tarsis: barcos grandes, de tipo fenicio, usados para el comercio en toda la región del mar Mediterráneo. La expresión se aplicó en sentido general a cualquier nave marítima grande o elegante. Cf. Sal 48.7; Jon 1.3 nota e.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_10:11; Jer_10:15

Torres Amat (1825)



[3] Jerusalén como centro de instrucción para todo el mundo.

[7] La prosperidad económica trajo magnificencia y corrupción.

[10] Ya puedes correr a meterte en las cuevas. Esto muestra el orgullo humillado.

[19] Os 10, 8; Luc 23, 30; Ap 6, 15.

[22] Judá no debe confiar en el hombre que es sólo un soplo. Job 7, 7.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_10:11; Jer_10:15

Jünemann (1992)


18 b. = Ídolos.