Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
27. La Providencia de Yahvé.
Juicio sobre los poderes del mal.
1 Aquel día castigará Yahvé 1 con su espada pesada, grande y poderosa, al leviatán serpiente huidiza; al leviatán serpiente tortuosa, y matará al monstruo que está en el mar. De nuevo el profeta acude a la mitología popular para expresar sus revelaciones e ideas. La imaginación popular había creado ciertos monstruos marinos. En
Job_40:25 se dice que Dios juega con el leviatán como un niño con un juguete. En este pasaje parece se refiere al cocodrilo; sin embargo, en 3:8 se alude a un monstruo mítico, que sólo pueden manejar los magos y encantadores. En el fragmento que comentamos parece que el profeta quiere designar a tres potencias políticas o imperios. Se suele convenir que
el monstruo que está en el mar es Egipto, cuyo río Nilo es a veces llamado mar. l
El
leviatán serpiente huidiza sería Asiría, asentada junto al Tigris, de curso muy rápido; y el
leviatán serpiente tortuosa sería Babilonia, junto al Eufrates, río muy sinuoso e irregular. Los que suponen que la profecía es de época posterior identifican esos monstruos con Persia, Siria, los partos, etc. En los
kudurrus, o mojones de límite asiro-babilónicos, se suele representar la divinidad bajo la forma de una serpiente enroscada. Quizá también esto haya dado lugar a los símiles del profeta.
Cántico a la viña (2-6).
2 En aquel día se dirá: Cantad a la viña deliciosa 2; yo, Yahvé, la guardo, 3 yo la riego a cada momento para que no falte su follaje 3, yo la guardo día y noche 4 sin enojo. ¡Quién me diera espinas y abrojos en batalla! Marcharía contra ellos y los quemaría juntamente, 5 a no ser que se pongan bajo mi protección y hagan la paz conmigo, hagan conmigo la paz. 6 Días vendrán en que Jacob echará raíces, e Israel echará flores y retoños y llenará la faz del mundo con su fruto. En el c.5 hemos visto la parábola de la
viña aplicada a Israel infructuoso; aquí será lo contrario, pues Israel dará frutos ubérrimos. Yahvé aquí se siente satisfecho y orgulloso de su
viña, Israel, y dispuesto a defenderla contra los que la quieran perjudicar. El profeta se traslada mentalmente a la época mesiánica de triunfo del pueblo elegido (
en aquel día),
e invita a cantar las glorias de la
viña deliciosa, objeto de las complacencias de Yahvé, de tal forma que se constituye en su guardián permanente, y la cuida con solicitud amorosa, sin
enojo; e.d., Yahvé tiene los mejores sentimientos para ella, porque está contento de su buen estado, al contrario de lo que dijo en 5:5s. Está tan decidido a guardarla en este buen estado, que está deseando que le vengan enemigos para probar su solicitud:
¡quién me diera espinas y abrojos en batalla! e.d., para luchar con ellos y mostrar mi cariño a la viña deliciosa. Naturalmente, todo esto tiene un sentido figurado, pues
las espinas y abrojos simbolizan a los enemigos de Israel, que intentan entrar como ladrones en su recinto para dañarla en su herencia religiosa. De este modo se comprende el v.$:
a no ser que se pongan bajo mi protección y hagan conmigo la paz. A los impíos y enemigos de Israel no les queda sino acogerse a Yahvé como a un asilo, reconciliándose con El. Por fin se identifica la
viña con Jacob o Israel, que dará copiosos frutos como consecuencia de la solicitud de Yahvé, que la limpia en el interior y la defiende contra el exterior; y por ello será tan feraz, que llenará con sus frutos
la faz del mundo. De nuevo encontramos aquí un vislumbre mesiánico, al anunciar el universalismo de Israel, pues hace partícipes de sus bienes o frutos a los demás pueblos.
Expiación de los pecados de Israel (7-11).
7 ¿Le hirió (Yahvé) como hirió a los que le herían?4 ¿Le mató como mató a los que le mataban? 8Expulsándole le ha combatido 5, echándole con su soplo impetuoso en día de viento solano. 9 Por eso, con esto se expió el crimen de Jacob, y éste es todo el fruto del alejamiento de su pecado: que ponga todas las piedras del altar como piedras calizas dispersadas, de modo que no se levanten asneras y estelas solares. 10 Pues la ciudad fuerte quedó solitaria, morada desamparada y abandonada como el desierto. Allí se apacienta el becerro, allí se echa y allí ramonea. 11Cuando sus ramas están secas, se rompen, vienen las mujeres y les prenden fuego, pues es un pueblo sin conocimiento; por eso el que lo hizo no tuvo piedad de él, el que lo formó no se compadeció de él. El profeta se complace en afirmar que, aunque Yahvé castigó a su pueblo, no usó con él el rigor que aplicó a otros pueblos que le afligieron (v.7). Dios con Israel tiene otra medida en el castigo, porque le ha hecho unas promesas, y de ahí que no le castigue hasta el exterminio total, como lo hace con otros pueblos. Por eso Israel debe tener aún esperanza en Yahvé, que tiene especiales consideraciones con él. Pero Yahvé pone una condición para otorgarle completamente el perdón, a saber, que se desentienda de todo vestigio de idolatría, derribando los altares,
de modo que no se levanten asneras (troncos sagrados)
y estelas solares (v.8) 6. El v.10 presenta una gran dificultad respecto a la identificación de la
ciudad fuerte abandonada. Por lo que se dice en el v.11 (
el que la hizo, el que la formó.,.),
parece que es Jerusalén castigada por Dios y desolada. Sin embargo, algunos autores quieren identificarla con la ciudad
Deu_25:2 y 26:5, es decir, con una gran ciudad capital de un imperio enemigo del pueblo de Dios. La descripción de su ruina es muy gráfica, pues la ciudad es comparada a un árbol seco del que las mujeres toman las ramas para encender fuego, y los animales dormitan a su sombra, alimentándose de sus ramas (v.11). Y toda esta ruina viene como consecuencia de la falta de
inteligencia de sus habitantes, que no han querido ver la mano de Dios en el castigo, orientando sus pasos de nuevo hacia
el que la formó (e.d., su Hacedor).
Retorno del exilio (12-13).
12 Y sucederá aquel día: sacudirá Yahvé espigas desde el río hasta el torrente de Egipto, y vosotros seréis recogidos uno a uno, hijos de Israel. 13 Y acontecerá aquel día: se tocará la gran trompeta, y vendrán los perdidos en la tierra de Asur y los dispersos en la tierra de Egipto, y se prosternarán ante Yahvé en el monte santo de Jerusalén.
De nuevo una profecía de consuelo sobre el retorno de los exiliados. Es ley en la literatura profética alternar los oráculos de castigo y las profecías de consuelo y esperanza. Aquí se nos presenta a los judíos de la diáspora, dispersos en Asiría y Egipto, retornando a su tierra al oír la trompeta que solemnemente los convoca.
Desde el rio: es el Eufrates (cf. 7:20) según la terminología isaiana.
El torrente de Egipto es el
wady el-Arish, en los confines de Palestina y Egipto. La frase
desde el río hasta el torrente de Egipto representaba las fronteras ideales de Tierra Santa
según las promesas divinas (
Gen_15:18). Dios, antes de inaugurar la era me-siánica, someterá a su pueblo en toda su amplitud a una prueba para separar el buen grano de la paja (v.12), e irá pacientemente recogiendo
uno a uno a los buenos; pero además llamará a los que están fuera de las fronteras de su pueblo (v.13) para que se junten en Jerusalén a darle culto 7.
1 Cf.
Isa_51:9; Hez 29:3; 32:2;
Sal_74:13. 2 El original hebreo dice viña de vino, pero el griego lee de delicias, lo que se obtiene por un ligero cambio de consonante final. 3 El t. hebreo: para que no se la dañe. 4 Otros traducen: ¿Acaso le ha herido con la herida de quien le hiere, o le ha asesinado como querían asesinarlo? (Cantera). 5 El hebreo dice literalmente: le
has combatido, en segunda persona; pero el griego traduce le
ha combatido, lo que se adapta mejor al contexto. 6 Cf.
Isa_17:8. 7 Cf.
Isa_18:3;
Zac_9:14;
Mat_24:31;
1Co_15:52;
1Te_4:16.