Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
57. Idolatrías de Israel.
Los justos, postergados (1-2).
1 El justo perece, y no hay quien pare mientes; desaparecen los piadosos, y no hay quien entienda que el justo es arrebatado ante el mal 2 para entrar en la paz. Descansan en sus lechos los que siguen su camino recto. Estos dos versículos son una continuación de la historia contra los malos pastores del capítulo anterior. Como consecuencia del abandono de los jefes,
los justos son postergados, y nadie repara en ellos, que van desapareciendo poco a poco, sin que haya nadie
que entienda (v.1), e.d., que se dé cuenta de lo que esto significa para la comunidad israelita. En realidad, lo mejor de la sociedad son estos
piadosos o
Hassidim, que centraban su vida en torno a la ley de Dios. En la época posterior al exilio se organizaron en asociaciones, dando origen a los fariseos o separados puritanos, que pretendían llevar una vida más en consonancia con las tradiciones de los padres 1.
El justo es arrebatado ante el mal (v.1), e.d., el justo se va mientras que el mal progresa y lo invade todo 2. Y el justo desaparece para
entrar en la paz (v.2) del sepulcro, donde
descansan en sus lechos mortuorios honrados con la memoria de todos. Aunque aquí no se aluda expresamente a una vida bonancible de ultratumba, sin embargo, acaso la incluya. En la época postexílica, la idea de la retribución en el más allá se fue esclareciendo, hasta culminar en la revelación del libro de la Sabiduría 3. La idea de
paz relacionada con el
sepulcro aparece en la literatura sapiencial y extrabíblica fenicia4. Un sepulcro honroso es ya, en la mentalidad del Antiguo Testamento, un premio para el justo y piadoso que
sigue su camino recto (v.2), e.d., que lleva una conducta irreprochable conforme a la ley de Dios.
Invectivas contra los idólatras (3-5).
3 Acercaos, pues, vosotros, hijos de la bruja, generación de la adúltera y de la prostituta. 4 ¿De quién os burláis, a quien hacéis muecas y sacáis la lengua? ¿No sois vosotros hijos de pecado, raza de mentira? 5 Encendidos de concupiscencia bajo el terebinto y bajo todo árbol frondoso, sacrificando niños en el lecho de los torrentes, en los huecos de las peñas? La invectiva es de lo más despiadada. ¿A quiénes se dirige? Quizá a los pastores indolentes, aunque las cosas que se afirman son demasiado fuertes aplicadas a ellos. Muchos creen que más bien se dirige a los
samaritanos, enemigos de Judá, que en su religión estaban contaminados con prácticas idolátricas. Probablemente se refiere a un sector infiel de la población que seguía prácticas licenciosas paganas, a imitación de las antiguas prácticas idolátricas de la época preexílica. Se les llama hijos
de la bruja porque se daban a prácticas supersticiosas (cf. 65:355). Y
generación de la adúltera y de la prostituta, por sus prácticas idolátricas;
la idolatría es llamada en el Antiguo Testamento adulterio. Algunos piensan que se refiere al carácter mixtificado de la religión de los samaritanos, en la que intervenían elementos yahvísticos, cananeos y asiro-babilónicos.
Parece que estos impíos despreciaban a los piadosos haciendo burla de ellos:
¿a quién hacéis muecas.? (v.4). En realidad, no tienen derecho a tomar esta actitud, pues son hijos
de pecado, raza de mentira (v.4); sus obras son pecaminosas, y ellos mismos son falsos e infieles hacia Yahvé.
Y detalla los crímenes idolátricos que han cometido:
encendidos de concupiscencia bajo el terebinto y bajo todo árbol frondoso (v.5); alusión a los cultos licenciosos que se hacían, por influencia cananea, bajo los árboles, particularmente los
terebintos, símbolos de la feracidad de la naturaleza, debido a una divinidad afrodisíaca relacionada con todo lo que fuera procreación. En esos cultos no faltaban las prostituciones sagradas aun entre personas del mismo sexo 5.
Sacrificando niños en los lechos de los torrentes (v.6):
alusión a los sacrificios humanos, que por influencia moabita estuvieron bastante extendidos en la época de Acaz y otros reyes. La Biblia nos habla del
valle de los Bene Hinnom (
gehenna de la literatura rabínica posterior, al sudoeste de Jerusalén, en el actual
Wady Ar-rababy), donde se practicaban estas abominaciones a Moloc 6. Por lo que aquí se dice, también se daban estas prácticas en otros lugares recónditos, como
en los huecos de las peñas (v.5).
Elegía profética contra la idolatría (6-9).
6 Los lisos chinarros del torrente serán tu parte: he ahí tu porción. A ellos hiciste tus libaciones y elevaste ofrendas. ¿Me voy a consolar con eso ? 7Sobre un monte alto, bien alto, pusiste tu cama; también subiste allí para sacrificar. 8 Detrás de la puerta y el umbral pusiste tu distintivo, pues, lejos de mí, te descubriste y subiste a tu lecho, lo ensanchaste y te prostituíste con aquellos cuyo comercio deseaste, compartiendo su lecho. Contemplaste la estela7, 9 corriendo a Moloc con ungüentos8, multiplicando tus unciones, enviando lejos tus embajadores, haciéndolos descender hasta el seol. La invectiva se convierte en ironía. En efecto, los dioses de estos idólatras son
los lisos chinarros del torrente, con los que forman sus estelas y monumentos. Ahí se termina la
porción o heredad de ellos, mientras que la heredad de Israel fiel es Yahvé, Dios supremo de todo, que habita en los cielos 9. A esos ídolos formados con piedra del torrente han ofrecido
libaciones y
ofrendas, y esto es un insulto contra la majestad celosa de Yahvé:
¿me voy a consolar con eso? o mejor, ¿me voy a contentar con esto, sin enviar el debido castigo?
Y sigue declarando detalladamente las abominaciones de los idólatras:
sobre un monte pusiste tu cama (v.7); alusión a los cultos en los lugares
altos, que tantas veces aparecen estigmatizados en la literatura profética10. La idolatría era comparada comúnmente a un acto de prostitución, en cuanto que
era una infidelidad con Yahvé, esposo de Israel; por eso aquí, con todo detalle realista, se la describe al modo de una casa pública. En éstas no falta el
distintivo a la
puerta (v.8), indicando que era una casa de placer para atraer las miradas de los amantes.
Después especifica el profeta, ya en lenguaje no figurado, el sentido de esta prostitución espiritual:
contemplaste la estela, e.d., dirigiste tus miradas de adoración al
masebah, o estela erigida en honor de la divinidad extraña, como ocurría en los santuarios de Canaán y Fenicia. Los israelitas paganizantes de que aquí se habla se han apresurado a ir tras Moloc 11, dios sanguinario amonita, enviando sus
embajadores, que aquí serían los niños sacrificados, enviados al
seol o región de los muertos. Moloc era una divinidad subterránea, y por eso, sus víctimas habían de penetrar en las entrañas de la tierra, y todo esto acompañado de
unciones.
Amenazas de Yahvé (10-13).
10 Por el largo viaje te fatigaste; no dijiste: Renuncio. Hallaste el vigor de tu mano; por eso no enfermaste. n ¿De quién temes, que te asustas, para renegar de mí, para no acordarte de mí ni hacerme caso? ¿No me he callado y he cerrado los ojos, y tú no me temiste? 12 Pues ahora voy a pregonar tu justicia y tus obras, que de nada te servirán. 13 Grita, que te salven tus ídolos. A todos los llevará el viento, un soplo los arrebatará. Pero el que en mí confía heredará la tierra y poseerá mi monte santo. A pesar de estar fatigados de tanto caminar tras los ídolos (v.10), los israelitas son incapaces de darse por enterados, abriendo los ojos y diciendo que van a cambiar de conducta:
Renuncio (v.10). Ese
largo viaje idolátrico son las diversas formas de culto adoptadas. La frase
hallaste el vigor de tu mano. (v.10) parece irónica: con tus adoraciones a los ídolos has obtenido de ellos vigor para tu cuerpo, y por ello no enfermaste o decaíste a pesar de tanto trajinar en ese
largo viaje de ídolo en ídolo.
El tono de Yahvé parece cambiar ante tanto extravío alocado. Quizá los fomentadores de la idolatría lo hacen por miedo a los ídolos:
¿De quién temes.? (v.11). Los ídolos no son nada, y, por tanto, no deben temerles; por otra parte, no deben interpretar el mutismo de Yahvé como impotencia. Yahvé ha
cerrado los ojos (v. 11) momentáneamente, y los paganizantes creen que es porque no puede, y no temen: 3;
tú no me temiste. La contraposición irónica está entre el
¿de quién temes? frente a los ídolos, y el
no me temiste, frente a Yahvé, quien, por tanto, ha sido postergado en el culto. Consideran como más poderosos a los ídolos que el mismo Yahvé. Pero llega la hora de la cuenta, y Yahvé va a
pregonar tu justicia (v. 12), en sentido irónico; e.d., Yahvé va a hacer públicas las obras de estos paganizantes con su pretendida conducta justa, y esas
obras, descritas en 6-10, serán para ellos un baldón, por haber confiado en lo que no tiene valor; sus obras serán inútiles a la hora de la prueba.
Cuando llegue la hora del castigo, de nada les servirá gritar (v.13). Yahvé los deja en manos de los
ídolos 12 en quienes confiaron. La ira divina los
llevara como el
viento. En contraposición a esta situación, los justos que
confían en Yahvé recibirán por
herencia la tierra, e.d., la Tierra Santa o Palestina, donde está enclavado el
monte santo de Dios, Sión, centro de la teocracia israelita. Es la suerte contrapuesta en la literatura sapiencial de los justos y los pecadores: a aquéllos se les reservará una permanencia tranquila en el país de Yahvé, mientras que éstos serán llevados como paja empujada por el viento 13.
Poema de consolación (14-21).
14 Y se dirá: Abrid, abrid camino, allanadlo, quitad los tropiezos del camino de mi pueblo; 15 porque así dice el Altísimo, cuya morada es eterna y cuyo nombre es santo: Yo habito en un lugar elevado y santo, pero también con el contrito y humillado, para hacer revivir el espíritu de los humillados y reanimar los corazones contritos. 16Pues yo no quiero estar siempre contendiendo, ni quiero estar siempre enojado, 1 porque sucumbiría ante mí todo espíritu y las almas que yo he creado. 17Por la iniquidad de su avaricia yo me irrité14, y ocultándome, le castigué sañudo, y, rebelde, marchó por los caminos de su corazón. 18Sus caminos los he visto yo, pero yo le sanaré, le conduciré15 y le consolaré a él y a sus afligidos, 19haciendo que sus labios prorrumpan en acción de gracias16: Paz, paz al que está lejos y al que está cerca, dice Yahvé; yo le curaré. 20Pero los impíos son como un mar proceloso, que no puede aquietarse y cuyas olas remueven cieno y lodo. 21No hay paz, dice Yahvé, para los impíos. A pesar de las graves acusaciones lanzadas contra los paganizantes, aquí de pronto aparece en toda su grandeza la magnanimidad divina, que quiere otorgar el perdón al
contrito y humillado. Ha enviado un castigo, y ahora quiere
curar a los que han sido afectados por él y se vuelven hacia Yahvé. Una voz anónima dará un grito de alerta
ante la manifestación misericordiosa de Dios 17. En 40:3, un enviado encargado de preparar la marcha triunfal de Yahvé invitaba a la naturaleza a convertirse en una espléndida avenida para que pasara el cortejo triunfal de Yahvé con sus repatriados de Babilonia. Aquí los
tropiezos del camino de mi pueblo (v.14) son los obstáculos
morales que se oponen a esta manifestación salvadora de Yahvé. Es una invitación a la penitencia y al retorno a Dios. El oráculo va a proclamar una era de gracia, y con todo énfasis destaca que El que otorga el perdón es el que habita en
un lugar elevado y es santo (v.15), Yahvé, que, a pesar de su trascendencia
(santo en el A.T. sustancialmente equivale a trascendente, incontaminado, aparte de todas las cosas) 18, se abaja al
contrito y humillado, porque esta atmósfera
de contrición y de humildad es la que debe respirar el hombre para acercarse a Dios. Sólo entonces
la santidad de Dios puede entrar en relaciones con el pecador. Dios conoce el fondo frágil de los seres humanos, y por eso está dispuesto a perdonarles; de ahí que no quiere
estar siempre contendiendo, ni enojado (v.16).
Una de las causas del enojo divino ha sido la desmesurada avaricia de los israelitas. Sabemos que, en la época de Nehemías y Esdras, la avaricia era el pecado más generalizado, pues hasta se escatimaban a Yahvé las víctimas de calidad para los sacrificios 19. Yahvé, por este estado de transgresión,
ocultó su rostro, retirando su protección sobre su pueblo. Pero el pueblo judío siguió,
rebelde, los caminos de su corazón (v.17), e.d., sus sendas descarriadas, sin reconocer sus yerros.
Yahvé mismo fue testigo de sus
caminos (v.18) o desvarios. Pero Dios reconoce que Israel, al obrar así, lo hace, más que por malicia, por enfermedad e inveterados usos; por eso, en vez de dejarlo abandonado a su suerte, como parece mereciera, lo
atraeré, a sí, sanándole. como enfermo lo
sanará (v.18) y como descarriado le
conducirá (v.18),
consolándole con la perspectiva de la salvación; por lo que prorrumpirá en un supremo himno de
acción de gracias (v.19), con el tradicional grito de bienvenida y de alegría:
Paz, paz (salom, salom, en lengua hebrea, que designa las palabras de saludo y al mismo tiempo refleja la máxima expresión de alegría), y esta
paz es para el
que está lejos (probablemente alusión a los que aún están exilados en Babilonia) y
al que está cerca, instalado en Palestina.
Pero esta
paz es sólo para los piadosos y rectos, ya que los impíos son por definición inquietos como
el mar proceloso, que no puede aquietarse (v.20). En 48:22 encontramos la misma expresión:
no hay paz para los malvados, que aquí encuentra su plena contraposición a la suerte de los piadosos (v.21).
1 En contraposición a los fariseos o separados estaba el vulgo, o pueblo de la tierra
('am haares). 2 Algunos creen que aquí se trata de una gracia que hace el Señor al llevarse a los justos antes de que sobrevenga una calamidad inminente; en este caso sería una amonestación para los que quedaban aún expuestos a la misma. 3 Cf. Sab3,i7. 4 Cf. Job 3,i3ss;
Eze_32:25. 5 Cf.
Ose_4:13;
Eze_6:13;
Jer_2:20;
Jer_3:6;
Deu_12:2;
1Re_14:23. 6 Cf.
2Re_16:3;
2Re_21:6;
2Re_23:10;
Jer_7:31; IQ,5;
Eze_20:25;
Deu_12:31. 7 Lit. el hebreo dice contemplaste la mano. Pero ya hemos visto que
yad (mano) puede tener el sentido de estela o monumento conmemorativo. 8 El texto masorético dice
Melec rey, pero parece una mala puntuación. Cf.
Deu_4:10;
Jer_10:16;
Sal_16:5. 10 Cf.
Lev_26:30;
Jer_19:5. 1l
Los que leen
Melec creen que alude a los
reyes extranjeros, egipcios o asirios, a los que habían enviado embajadores con perfumes para aliarse con ellos. 12 La palabra heb. que traducimos por
ídolos es oscura. Los LXX leen en tu tribulación. 13 Cf.
Sal_1:3. 14 Los LXX leen: por el crimen un momento le moleste. 15 El texto griego lee le consolaré en vez de
conduciré. 16 Lit. en hebreo dice creando
fruto de labios, que es sinónimo de cánticos de alegría y acción de gracias (cf.
Ose_14:3;
Heb_13:15)· 17 Cf.
Isa_40:3;
Isa_62:10. 18 Cf.
Isa_6:9. 19 Cf. Mal 1:
Mal_8:13-14;
Mal_3:8; Neh 5;
Age_1:2-9;
Jer_6:13;
Eze_33:31.