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Lo aplastas para siempre y se va,
lo desfiguras y luego lo olvidas.
(Job  14, 20) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

תִּתְקְפֵ֣הוּ‎(תָּקֵף)

Hebrew|tiṯqᵊfˈēhû|overpower

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: second person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: qal


[H8630] [w.bq.aa] [2542]
[תקף] [GES8596] [BDB9465] [HAL9375]

לָ֭‎(לְ)

Hebrew|ˈlā|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

נֶצַח‎(נֵצַח)

Hebrew|neṣˌaḥ|glory

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H5331] [n.et.ab] [1402a]
[נצח] [GES5249] [BDB5848] [HAL5743]

וַֽ‎(וְ)

Hebrew|wˈa|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

יַּהֲלֹ֑ךְ‎(הָלַךְ)

Hebrew|yyahᵃlˈōḵ|walk

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: wayyiqtol
Verbal stem: qal


[H1980] [e.bn.aa] [498]
[הלך] [GES1914] [BDB2139] [HAL2130]

מְשַׁנֶּ֥ה‎(שָׁנָה)

Hebrew|mᵊšannˌeh|change

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: pi“el


[H8138] [v.ek.aa] [2419]
[שנה] [GES8092] [BDB8904] [HAL8842]

פָ֝נָ֗יו‎(פָּנֶה)

Hebrew|ˈfānˈāʸw|face

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H6440] [q.bu.ab] [1782a]
[פנה] [GES6365] [BDB7019] [HAL6956]

וַֽ‎(וְ)

Hebrew|wˈa|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

תְּשַׁלְּחֵֽהוּ‎(שָׁלַח)

Hebrew|ttᵊšallᵊḥˈēhû|send

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: second person
State: not applicable
Verbal tense: wayyiqtol
Verbal stem: pi“el


[H7971] [v.dl.aa] [2394]
[שלח] [GES7935] [BDB8729] [HAL8661]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



14. La miseria de la Vida Humana.
S iguiendo la consideración de la fragilidad humana, Job destaca el carácter efímero de la vida del hombre, su propensión al mal y su fin sin esperanza. En sus ansias de pervivencia desea ir al Seol hasta que pase el furor desencadenado de Dios. Pero su destino es desaparecer para siempre. Generalizando su caso, Job traslada su perspectiva a la del hombre en general; la suerte del ser humano es peor que la del árbol, pues éste, una vez cortado, reverdece, mientras que el ser humano no vuelve a recuperar la vida.

La brevedad de la vida humana (1-6).
1 El hombre, nacido de mujer, corto de días y harto de inquietudes, 2 brota como una flor y se marchita, huye como sombra sin pararse. 3 ¿Y sobre un tal abres tus ojos y le citas a juicio contigo? 4 ¿Quién podrá sacar pureza de lo impuro? Nadie 5 Si sus días están determinados, si es conocido de ti el número de sus meses, si fijaste su límite, que no ha de traspasar, 6 aparta de él tu mirada y déjale hasta que como mercenario cumpla su jornada.

La vida del hombre es efímera y llena de miserias. Nacido de un ser frágil, la mujer 2, tiene contados los días de su existencia, y éstos están amasados en lágrimas e inquietudes (v.1). Su vida es tan inconsistente como una flor que brota tímidamente y con los primeros rayos solares se marchita y agosta; todo en él es cambio como la sombra pasajera. No pueden emplearse símiles más apropiados para reflejar el carácter efímero de la vida humana.
Supuesta esta fragilidad, resulta extraño que el Omnipotente, que permanece por siempre, ponga los ojos sobre él, citándolo a juicio (v.3). Por otra parte, el hombre, nacido de mujer, lleva ya una mácula de impureza, no sólo física, sino moral, por proceder de un ser que también lleva el sello de lo impuro. Los teólogos antiguos han visto en este versículo una alusión al pecado original, I pero nada en el contexto avala esta interpretación. En la literatura bíblica del A.T. es corriente la idea de que el hombre es propenso al mal y que recibe una naturaleza contaminada en cuanto que está inclinada desde el nacimiento al pecado 3; pero no se relaciona esto con el relato del pecado original4. La doctrina de la transmisión del pecado original encuentra su base primera en la argumentación de San Pablo en la Epístola a los Romanos 5.
Habida cuenta de la vida efímera del hombre, parece que Dios debiera dejarlo en paz para que como mercenario cumpliera su jornada, sin hacerle sufrir más de lo que implica ya su vida agitada y en constante tensión espiritual (v.6).

La suerte del hombre, peor que la del árbol (7-12).
7 Porque para el árbol hay esperanza: cortado, puede retoñar, sin que cesen sus renuevos; 8 aunque haya envejecido su raíz en la tierra y haya muerto en el suelo su tronco, 9 al olor del agua rebrota y echa follaje como planta nueva. 10 Pero el hombre, en muriendo, queda inerte, y expirando, ¿dónde está? 11 Se agotarán las aguas en el mar, secaráse un río y se consumirá; 12 pero el hombre, una vez que se acuesta, no se levantará jamás. Hasta la consumación de los cielos no se despertará, no surgirá de su sueño.

El árbol cortado vuelve a retoñar y sus renuevos surgen con nuevo vigor. En cambio, el hombre, una vez muerto, desaparece, sin volver a surgir sobre la tierra. Se secarán los ríos, desaparecerán las aguas del mar, se consumarán los cielos, pero el hombre no vuelve a aparecer, sino que seguirá en su sueño eterno. En estos versículos se echa de ver cómo en el libro de Job no hay perspectiva de supervivencia dichosa en ultratumba. La vida en el seol no merecía el nombre de tal, porque los difuntos llevan allí una existencia sin vigor ni consistencia, entregados a una especie de sopor de sombras. Sólo en el libro de la Sabiduría se encontrará la idea de la vida en Dios en un sentido más perfecto que la actual sobre la tierra 6.

Deseos de ocultarse en el seol mientras duren sus sufrimientos (13-17).
13 ¡Quién me diera que me escondieses en el seol y allí me ocultaras hasta que se aplacara tu ira, fijando un término para volver a acordarte de mí! 14 Si, muerto, el hombre reviviera, esperaría que pasara el tiempo de mi milicia hasta que llegara la hora del relevo. 15 Llamaríasme entonces, y yo te respondería, y te mostrarías propicio a la obra de tus manos. 16 Y, en vez de contar, como ahora, mis pasos, no espiarías más mis pecados. 17 Sellarías como en un saco mi transgresión y borrarías mi iniquidad.

En su deseo de supervivencia, Job ansia ser escondido temporalmente en la región de los muertos mientras se aplaca su ira. No quiere vivir en enemistad con su Dios, pues resulta insoportable su terrible cólera; sería feliz si pudiera temporalmente sustraerse a ella, aunque tuviera que vivir en la región tenebrosa de las sombras. Pero eso sólo en el supuesto de que fijara Dios un término para que de nuevo se acordara de él. Tiene ansias de vivir, pero reconciliado con Dios y disfrutando de los beneficios que otorga su amistad, como en otro tiempo de su próspera vida.
La esperanza de volver a la vida alegraría su existencia en el seol, y tomaría este lapso de tiempo en la región tenebrosa como el de su milicia, duro, pero que al fin se termina a la hora del relevo (v.14), que sería la hora de la reconciliación con Dios, El Creador volvería a recuperar su criatura y mostrarse propicio a la obra de sus manos, y entonces, en lugar de andar espiando sus pasos para castigarle, como hace ahora, se mostraría benevolente, cancelando sus transgresiones y sellando sus pecados para que no apareciesen a su vista, como cuenta ya pasada y saldada.

Pero no hay esperanza de salir del
Seol (18-22).
18 Pero ¡ay! que el monte se desmorona, y se remueve de su lugar la roca, 19 y el agua corroe las piedras, y se lleva la inundación los terrones, y por modo semejante destruyes la esperanza del hombre. 20 Tú le asaltas, y se va para siempre; cambia su rostro, y lo despachas. 21 Tengan honores sus hijos, él no lo sabe; sean despreciados, él no lo advierte; 22 sólo él siente los dolores de su carne, sólo sobre sí llora su alma.

La esperanza, antes expresada, de volver a la vida después de la muerte, es una vana ilusión, pues la vida del hombre se desgasta paulatinamente como el monte que se desmorona. Los elementos materiales más duros y estables, como los montes y las rocas, se desgastan; hasta las piedras son corroídas lentamente por la acción persistente del agua que cae. Del mismo modo, la esperanza de vivir en el hombre se va evaporando a medida que pasan los días (v.19). Por fin llega el momento en que el ser humano recibe el asalto de Dios, que le arrebata el aliento vital, y se va para siempre; se convierte en cadáver (cambia su rostro) y desaparece de la escena de este mundo para entrar en la región tenebrosa del seol. Y todo porque Dios lo ha determinado así. Después el olvido oculta su recuerdo; el difunto no sabe nada de lo que pasa sobre la tierra, ni a sus mismos hijos (v.21). En la región de los muertos, el difunto piensa sólo en su triste suerte (v.22).
Con estas palabras se cierra el primer ciclo de discursos de Job y sus amigos. Elifaz invita a Job a volver a Dios en nombre de una revelación especial que ha recibido; Bildad supone que los hijos de Job han pecado, e invita a reflexionar sobre la experiencia de las generaciones pasadas; por fin, Sofar canta la grandeza de Dios y muestra que sólo el arrepentimiento de los pecados puede hacerle recuperar la felicidad pasada, y aun sobrepasarla. Job responde a estas argumentaciones, que son puras falacias y que, lejos de reconfortarle, no han hecho más que abrirle más la herida. En vista de que no le dan luces sobre su tragedia, él mismo va a tratar de esclarecerla ante el tribunal divino.

1 Así Dhorme y Bib. de Jér. TM: que descanse*. 2 Cf. Lev 15.195; 12:28. 3 Cf. Isa_48:8 : Tu nombre es prevaricador desde el seno; Sal_58:4 : los pecadores son pervertidos desde el seno. 4 Cf. Gen 3:1s. Sobre el pecado original en estos textos véase A.-M. Dudarle, Le peché originel dans V Ecriture (París 1958) p.22s. Véanse, además, W. Eichrodt, Theologie des Alten Testament III (1935) p.81-118; Procksch, Theologie des Alten Testament (1950) p.640. 5 Cf. Rom_5:12-21. 6 Cf. Sab 3:1s.


La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Respuesta de Job a Sofar. Indiferente a la acusación de Sofar, Job se lanza a lo que será su discurso más largo, con excepción de los capítulos 29-31. El capítulo 12 abunda en ideas y terminología sapienciales; el 13, en expresiones legales; el 14, en lamentaciones.
En una cultura del honor y la vergüenza, «lo que diga la gente» es muy importante, y así, en 12,4-6 Job manifiesta cómo sus desventuras le han traído el deshonor y la desgracia al convertirse en la burla y el menosprecio de sus vecinos y allegados. En 8,8-10 Bildad había apelado a la autoridad de la tradición transmitida por los antepasados. Aquí Job hace una parodia de esta tradición, apelando a su vez a los estúpidos animales, los cuales saben muy bien lo que, por lo visto, sus amigos desconocen: que la desgracia no está siempre conectada a una mala conducta. El proverbio citado en 12,11 subraya que la sabiduría tradicional debe ser sometida a examen por la experiencia, al igual que la boca paladea el alimento.
Elifaz ha hablado antes (5,10-13) del Dios que crea. Aquí (12,13-25), Job habla del Dios que introduce el caos en el mundo natural (12,15; 19,21s), haciéndose eco de la historia del diluvio universal (Gn 6-8). También en la sociedad humana, el orden social (es decir, la justicia) depende del sabio gobierno de los reyes, consejeros y jueces (12,17; 18,20). El poder y la fuerza de Dios se conjugan con su sabiduría y su prudencia (12,13-16); el problema está en que no podemos imaginar cómo, por eso los mortales nos movemos a tientas en la oscuridad (12,24s).
De nuevo, Job quiere llevar a Dios ante los tribunales (13,3). En una cultura oral, las palabras constituyen el verdadero tejido de la sociedad y esto alcanza su máxima expresión en la formalidad de un tribunal de justicia. Ésta es la razón por la que el Antiguo Testamento hace hincapié en la obligación de dar testimonio fidedigno (Éxo_20:16) y en la necesidad de la comparecencia de dos o tres testigos para establecer legalmente una acusación (Deu_19:15).
Job tiene ciertamente tres testigos, pero su testimonio, ¡es falso! ¿Se piensan acaso que están sirviendo a Dios con su falsedad? ¿Están mintiendo para hacer un favor a Dios o para defenderse a sí mismos y a su segura teología? -He aquí una buena pregunta para los ministros de la pastoral-. Los versículos 13,9-11 anticipan lo que va a suceder en 42,7-9.
Para demostrar que las palabras de su amigo ni le han intimidado ni reducido al silencio, Job afirma que está dispuesto a defender su causa ante el mismo Dios y, ¡salir con vida! Esto demostrará que tiene razón, pues los pecadores no pueden vivir en su presencia (13,16). Job se dirige, pues, a Dios (13,20-27) y le dice con osadía que, sin condiciones, un debate con Él lo tiene ya perdido de antemano. Dios debe prometer a Job no abrumarlo con su divino poder («mano») que deja desarmado e impotente a todo aquel a quien toca (cfr. Éxo_23:27). Con esa condición Job aceptaría comparecer como acusado (Éxo_13:22a) o bien como demandante (Éxo_13:22b).
Job se da cuenta de esta insensata confianza y rápidamente vuelve a lamentarse. Se encuentra en un callejón sin salida: Dios está o demasiado lejos (Éxo_13:24a) o demasiado cerca (Éxo_13:24b). Su situación viene gráficamente expresada (en hebreo) con un juego de palabras: Dios está tratando a Job (´ivyob) como a un enemigo (óyeb), y ésta es la fuente de su pena constante.
Ciertamente no puede considerarse sin pecado ( Éxo_13:26), pero cualquiera que sea su falta, no es para merecer esto. Su lamento desvela el lado oscuro de la existencia, deteniéndose en dos aspectos: la vida humana es frágil y transitoria (Éxo_14:1-6) y no hay esperanza de vida después de la muerte (Éxo_14:7-22). Morimos, y ahí termina todo. Solamente el dolor corporal y la zozobra interna acompañan al afligido en su soledad (Éxo_14:18-22).
Con esta lúgubre nota de desesperación termina la primera serie de discursos. Para los amigos es la justicia de Dios lo que está en juego; para Job, la integridad de su experiencia. Aquellos han tomado el partido de Dios, o mejor, de sus ideas acerca de Dios, que son las que frecuentemente las «personas piadosas» confunden con el verdadero Dios. Job se aferra a su experiencia y, lo que es peor, se niega a quedarse callado.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XIIII.

1 Iob intreateth God for fauour, by the shortnes of life, and certainty of death. 7 Though life once lost be irrecouerable, yet he waiteth for his change. 16 By sinne the Creature is subiect to corruption.
1 Man that is borne of a woman, is [ Hebrew: short of dayes.] of few dayes, and full of trouble.
2 [ Psa_102:12; Psa_103:15; Psa_144:4; Job_8:9.] Hee commeth forth like a flower, and is cut downe: he fleeth also, as a shaddow and continueth not.
3 And doest thou open thine eies vpon such an one, and bringest me into iudgment with thee?
4 [ Hebrew: who will giue?] Who [ Psa_51:5.] can bring a cleane thing out of an vncleane? not one.
5 [ Job_7:1.] Seeing his daies are determined, the number of his moneths are with thee, thou hast appointed his bounds that he cannot passe.
6 Turne from him that hee may [ Hebrew: cease.] rest, till he shall accomplish, as an hircling, his day.
7 For there is hope of a tree, if it be cut downe, that it will sprout againe, and that the tender branch thereof will not cease.

[The breuitie of mans life.]

8 Though the roote thereof waxe old in the earth, and the stocke thereof die in the ground:
9 Yet through the sent of water it will bud, and bring forth boughes like a plant.
10 But man dyeth, and [ Hebrew: is weakened, or cut off.] wasteth away; yea, man giueth vp the ghost, and where is hee?
11 As the waters faile from the sea, and the floud decayeth and dryeth vp:
12 So man lyeth downe, and riseth not, till the heauens be no more, they shall not awake; nor bee raised out of their sleepe.
13 O that thou wouldest hide mee in the graue, that thou wouldest keepe me secret, vntill thy wrath bee past, that thou wouldest appoint me a set time, and remember me.
14 If a man die, shall he liue againe? All the dayes of my appointed time will I waite, till my change come.
15 Thou shalt call, and I will answer thee: thou wilt haue a desire to the worke of thine hands.
16 [ Psa_136:2 .] For nowe thou numbrest my steppes, doest thou not watch ouer my sinne?
17 My transgression is sealed vp in a bagge, and thou sowest vp mine iniquitie.
18 And surely the mountaine falling [ Hebrew: fadeth.] commeth to nought: and the rocke is remoued out of his place.
19 The waters weare the stones, thou [ Hebrew: ouerflowest.] washest away the things which growe out of the dust of the earth, and thou destroyest the hope of man.
20 Thou preuailest for euer against him, and hee passeth: thou changest his countenance, and sendest him away.
21 His sonnes come to honour, and he knoweth it not; and they are brought lowe, but he perceiueth it not of them.
22 But his flesh vpon him shall haue paine, and his soule within him shall mourne.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



El enfoque cambia aquí de Job mismo (como en 13:20-28) a la humanidad en general. Job está, por supuesto, todavía hablándose a sí mismo, pero, como lo hiciera antes, proyecta sus propios sentimientos y experiencias para incluir a toda la humanidad (cf. 3:20; 7:1-10). Lo que este capítulo puntualiza es que los seres humanos son demasiado insignificantes como para merecer la clase de escrutinio divino que Job mismo está experimentando. Dado que la vida humana es tan breve, Dios podría razonablemente pasar por alto sus pecados; difícilmente pueden éstos desafiar el orden del mundo (4).

7-12 El contraste entre la esperanza del árbol y la esperanza de la humanidad de una vida después de la muerte subraya el pensamiento del v. 5. La vida humana tiene un final fijo y no puede ser extendida. El árbol puede tener esperanza de una vida nueva (7); para los seres humanos no la hay hasta que no haya más cielos (12), lo cual significa nunca, hasta donde Job sepa. El pensamiento de Job vacila al borde de una esperanza de resurrección; si el Seol al menos pudiera ser un lugar de descanso final del cual no hay salida sino un lugar para esconderse del escrutinio y la ira de Dios (13), ¡un lugar de milicia que un día finalizaría (14)! Si al menos pudiera ser un lugar del cual Dios, complacido, trajera de vuelta a los seres humanos, habiendo dejado de buscar cualquier pecado que pudieran haber cometido, y habiendo sellado sus transgresiones en una bolsa (16, 17). Pero esa esperanza es vacía, dice Job y pregunta: Si el hombre muere, ¿volverá a vivir? (14). ¡No! Así como las montañas se erosionan y el polvo de la tierra es arrastrado por el agua, así la esperanza humana más firme es erosionada por la amarga realidad de la muerte (18, 19). Los seres humanos no tienen más esperanza que ser vencidos finalmente por Dios (20) y llevados al Seol en soledad, ni siquiera sabiendo qué está pasando sobre la tierra, ni siquiera si sus hijos alcanzan honra (21). En su aislamiento sienten sólo dolores de su propio cuerpo (22). La esperanza cristiana de la resurrección, a su manera, cumple el tembloroso deseo de Job. Aunque Job hubiera estado preparado para esperar una eternidad a fin de recibir su vindicación, en su relato, lo que sucede en esta vida es lo que cuenta.

Ha sucedido algo dramático en este discurso. Después de todas las demandas de Job de que todo terminará para él lo antes posible, y después de toda su afirmación de que es inútil disputar con Dios, hace lo peligroso e imposible. Job ahora formalmente insta a Dios a que le dé un informe de los crímenes por los cuales está siendo castigado. Y esa demanda, ahora que ha sido presentada, no puede ser retractada. Job no ha aparecido ante el tribunal para rogar por su vida o pedir misericordia, sino para demostrar su inocencia. No tiene fe en la bondad de Dios y poca fe en su justicia, pero tan seguro se siente de su inocencia que está convencido de que tarde o temprano será vindicado.

Todo este lenguaje legal es metafórico, por supuesto, pero eso no significa que sea meramente un lenguaje decorativo. Es el lenguaje del sentimiento, del sentimiento de cómo es no estar en armonía con Dios. Después de toda una vida piadosa, Job se ha visto destruido, y ha aprendido un lenguaje nuevo y más amargo para expresar la discordia en su universo. Ahora tiene que ser el lenguaje de la compulsión y división, de contención y fracaso.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 14.1-2 Cf. Sal 39.4-5; 102.11; Ec 6.12; Eclo 40.1-10.

[2] 14.12 La esperanza de una vida más allá de la muerte no aparece en Israel sino más tarde. Cf. Sal 6.5; Is 38.18. Al principio surge la idea de una vida nueva con Dios (Sal 16.10,15; Dn 12.12-13; 2 Mac 7.9,14,23; Sab 3.1-9). Esta certeza aparecerá claramente en el NT (Mt 13.43; 1 Co 15; Ap 21--22).

[3] 14.14 La primera línea de este v. (14a) interrumpe la idea. En cuanto al sentido, puede unirse al v. 12 o al 19.

Torres Amat (1825)



[4] Algunos padres de la Iglesia creen que alude al pecado original.

[12] Rom 8, 19; Hebr 1, 11; 2 Pe 3, 7.

[14] Luc 20, 27; 1 Cor 15, 42-52; 1 Tes 4, 15-16.