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Grito «Violencia» y nadie responde,
imploro «Auxilio» y no hay justicia.
(Job  19, 7) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

הֵ֤ן‎(הֵן)

Hebrew|hˈēn|behold

Part-of-speech: interjection
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2005] [e.bz.aa] [510]
[הן] [GES1941] [BDB2165] [HAL2162]

אֶצְעַ֣ק‎(צָעַק)

Hebrew|ʔeṣʕˈaq|cry

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: qal


[H6817] [r.dc.aa] [1947]
[צעק] [GES6769] [BDB7452] [HAL7388]

חָ֭מָס‎(חָמָס)

Hebrew|ˈḥāmās|violence

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2555] [h.dj.ab] [678a]
[חמס] [GES2480] [BDB2775] [HAL2766]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

לֹ֣א‎(לֹא)

Hebrew|lˈō|not

Part-of-speech: negative particle
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3808] [l.ab.aa] [1064]
[לא] [GES3708] [BDB4137] [HAL4092]

אֵעָנֶ֑ה‎(עָנָה)

Hebrew|ʔēʕānˈeh|answer

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: nif‘al


[H6030] [p.dt.aa] [1650]
[ענה] [GES5957] [BDB6584] [HAL6523]

אֲ֝שַׁוַּ֗ע‎(שָׁוַע)

Hebrew|ˈʔᵃšawwˈaʕ|cry

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: singular
Person: first person
State: not applicable
Verbal tense: imperfect
Verbal stem: pi“el


[H7768] [v.bv.aa] [2348]
[שוע] [GES7730] [BDB8513] [HAL8433]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

אֵ֣ין‎(אַיִן)

Hebrew|ʔˈên|[NEG]

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H369] [a.cz.aa] [81]
[אין] [GES364] [BDB387] [HAL401]

מִשְׁפָּֽט‎(מִשְׁפָּט)

Hebrew|mišpˈāṭ|justice

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4941] [v.fg.ae] [2443c]
[משפט] [GES4854] [BDB5433] [HAL5305]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



19. Respuesta de Job a Bildad.
L a exposición de Bildad es despiadada, ya que da a entender que el que sufre es por su maldad, y entonces Job debía su situación a su supuesta impiedad. Job le replica que, en todo caso, si hubiera pecado, debieran ser más comprensivos con él. En realidad, Dios le ha herido de muerte, desatando todos los poderes destructores contra su persona y atentando cruelmente contra su salud. Le parece que Dios le persigue sin razón. Pero, con todo, consciente de su inocencia, tiene la firme esperanza de que el Dios justo le ha de hacer justicia, rehabilitándole en la vida social después de haber recuperado su salud. Está tan firme de esta convicción, que desearía grabar sus palabras en bronce o en piedra para que quedara el recuerdo de su firme esperanza. La inocencia de Job es un mentís a la tesis tradicional sobre la ecuación entre la virtud y la felicidad, el pecado y la desgracia.

Reacción indignada de Job (1-5).
1 Respondió Job, diciendo: 2¿Hasta cuándo afligiréis mi alma y me majaréis con vanos discursos? 3 Ya me habéis afrentado diez veces, y me maltratáis sin avergonzaros. 4 Aun siendo verdad que yo haya errado, sobre mí recaería mi yerro. 5 ¿Es bien cierto que os insolentáis contra mí y que me reprocháis mi oprobio?

Las observaciones de los amigos son, en realidad, ultrajes y afrentas contra el indefenso paciente de Hus. Así, éste les apostrofa y echa en cara su falta de comprensión y caballerosidad, pues están tratando con un indefenso paciente al borde del sepulcro. La suposición de que es culpable le hiere en lo profundo del alma, ya que no tiene conciencia de pecado ante su Dios; y, por otra parte, la insinuación es más dolorosa por provenir de sus antiguos amigos, de los que podía esperar comprensión. Le han ultrajado muchas veces (diez veces, reiteración continuada), y no sienten vergüenza en atacar a un desvalido e indefenso (v.3). Aun suponiendo que hubiera errado pecando contra Dios, esto sería un negocio personal suyo, en el que no debían inmiscuirse sus amigos, y menos tomar pie de él para exponer ideas ya gastadas, sin valor real en su caso concreto (v.4). Sus falacias son una insolencia contra el desventurado Job (v.5).

Las desgracias de Job son desproporcionadas e injustas (6-12).
6 Sabed, pues, que es Dios quien me ha oprimido y me ha envuelto en sus redes. 7 Si grito: ¡Violencia! no obtengo respuesta; aunque clame, no hay equidad. 8 Ha vallado mi camino y no puedo pasar, y sobre mis senderos ha puesto tinieblas. 9 Me ha despojado de mi gloria y arrancó de mi cabeza la corona. 10 Me ha demolido en derredor, y perezco, y descuajó como árbol mi esperanza. 11Encendióse contra mí su cólera y me contó entre sus enemigos. 12 A una llegaron sus milicias, se atrincheraron contra mí en su camino y han acampado en torno de mi tienda.

Es inútil buscar causas secretas a su tragedia, pues es Dios quien le ha oprimido, sometiéndole a sufrimientos inhumanos. Son tantas las calamidades sufridas, que parece que Dios le ha envuelto en sus redes por todas partes, de forma que no puede salir de ellas. Todos los caminos le están cerrados al desventurado Job; pide equidad judicial contra la violencia injustamente sufrida, y no hay quien responda a su legítima súplica (v.7). Dios le ataca implacablemente como un enemigo que le cierra los caminos vallándolos 1, y, al mismo tiempo, sembrando oscuridad en sus senderos. El espíritu de Job está sumido en la perplejidad, pues no sabe la razón de esta despiadada conducta de Dios.
Públicamente le ha despojado de su gloria y corona, que no son otra cosa que el buen renombre que de su conducta intachable tenía en la sociedad (v.9). La vida de Job es como una casa demolida sistemáticamente hasta los cimientos o como un árbol que ha sido arrancado de cuajo. Por eso le ha quitado toda esperanza (v.10). Dios se ha declarado enemigo suyo y ha encendido su cólera contra él (v.11). Pero en el ataque no viene solo, sino que le acompañan sus milicias o tropas de choque las calamidades y aflicciones de todo género , que se atrincheran en el camino de la vida de Job, para caer después en tromba sobre su tienda, en torno a la cual han acampado. El ataque, pues, lo presenta Job como gradual y ordenadamente concebido: primero cubriendo bien las posibles salidas de Job, después cerrando el cerco hasta dar el asalto final.

Job, abandonado de todos (13-22).
13 Alejáronse de mí mis hermanos, y mis conocidos se me han hecho extraños. 14 Desaparecieron mis allegados, me han olvidado mis familiares. 15 Los huéspedes de mi casa y mis criados me consideran como extraño; soy a sus ojos un forastero. 16 Llamo a mi siervo, y no me responde, y tengo que suplicarle con mi boca. 17 Hízose mi aliento repugnante a mi mujer, y yo soy fétido a los hijos de mis entrañas, i 18 Hasta los niños me desdeñan, y murmuran contra mí cuando intento levantarme. 19 Me han aborrecido todos mis confidentes, los más caros amigos se vuelven contra mí. 20 Pégaiise a mi piel y a mi carne mis huesos, y apenas si conservo la piel junto a mis dientes. 21¡Apiadaos, apiadaos de mí siquiera vosotros, mis amigos, porque me ha herido la mano de Dios! 22 ¿Por qué, como Dios, me perseguís vosotros también, y no os hartáis de mis carnes?

Con pinceladas maestras describe Job su trágica soledad, pues ha sido abandonado de todos los parientes, criados, amigos. Sus hermanos, o próximos parientes, no le reconocen como de la familia y le tratan como a extraño. Todos los que habitaban con él en casa huéspedes, allegados, servidumbre , ahora le consideran como desconocido. Hasta su mujer huye de él. La expresión hízose mi aliento repugnante a mi mujer aparece en las Máximas de Ani el egipcio. En esta descripción da a entender Job que está morando aún en su casa con su servidumbre, y no sentado en la mazbala de las afueras de la villa. También alude aquí a sus hijos supervivientes, que se apartan de él (v.1y). Son pequeñas inconsecuencias que prueban el carácter artificial de la narración.
Los niños, que en otro tiempo le veneraban y agasajaban como a jeque poderoso que podía hacerles regalos, ahora le desdeñan y se burlan de su estado lastimoso. Y los antiguos confidentes, que le rodeaban ansiosos pidiéndole consejos, ahora se vuelven contra él (v. 19-20).
El estado físico del paciente ha llegado a un extremo tal, que, habiendo perdido toda la carne, tiene los huesos pegados a la piel, y apenas conserva la piel junto a los dientes. Demacrada y esquelética, la figura de Job es la de un espectro. Y en esa situación lanza un grito implorando compasión a sus amigos, pues Dios le ha herido (v.21). Es la víctima de la cólera divina, sin ver la razón de ello. Con todo, acata sus secretos designios; pero, al menos, pide a sus amigos que no secunden esta persecución misteriosa. Con sus declaraciones insultantes, los amigos de Job no han hecho sino perseguirle implacablemente, como la fiera que no se harta de la carne de la presa (v.22) 2.

Esperanza firme de rehabilitación (23-27).
23 ¡Quién me diera que se escribiesen mis palabras y se consignaran en un libro, 24 que con punzón de hierro y de plomo se esculpiesen para siempre en la roca! 25 Porque yo sé que mi Redentor vive, y al fin se erguirá como fiador sobre el polvo; 26 y detrás de mi piel yo me mantendré erguido, y desde mi carne yo veré a Dios 3. 27 ¡Al cual yo le veré, veránle mis ojos, y no otros! ¡Se consumen mis ríñones en mi interior!4

Después de declarar que está agotado, convertido en un esqueleto demacrado y macilento, el espíritu de Job reacciona ante el pensamiento de la muerte y expresa su deseo y confianza en que volverá a recuperar su salud y de nuevo con su carne sana volverá a ver a Dios. Las expresiones de esta sección son una continuación y confirmación de lo manifestado en 16:18-19, donde dice que su fiador está en los cielos, y por ello pide a la tierra que no cubra su sangre, que clama justicia.
En un supremo arranque de protesta, basada en un instinto de justicia elemental, se rebela contra su muerte, que considera injusta, y reacciona contra la tesis tradicional de que el que sufre es por sus pecados. Dios es justísimo y asiste como abogado y garante en los cielos a su injusta tragedia. Por tanto, ha de terminar por hacerle justicia, cambiando su situación actual por la esplendente de amistad con El, aunque esto suponga la misma aparición del Juez eterno sobre la tierra para declarar públicamente su inocencia, como realmente ocurrirá al final del drama del libro. El hagiógrafo, que ha compuesto su obra para criticar la tesis tradicional sobre la relación del sufrimiento con el pecado, tiene previsto el desenlace, y por eso pone en boca del protagonista frases de esperanza, que al fin se han de cumplir al pie de la letra. No debemos perder de vista esta escenificación literaria para comprender el alcance de las frases y contrastes de los diversos interlocutores.
Job está tan seguro de que al fin se le hará justicia, que desea poner por escrito en bronce o en piedra su íntima esperanza como desafío a las formulaciones rutinarias de sus amigos sobre su presunta culpabilidad. Al fin se le hará justicia en la tierra, incluso con la aparición de su Abogado, que está en los cielos, que, requerido en última instancia, se presentará también como juez. Las palabras que desea esculpir en bronce expresan su esperanza de rehabilitación, pero han sido muy diversamente traducidas e interpretadas 5. Las versiones antiguas trabajaban ya sobre un original oscuro; con todo, el sentido general se trasluce.
El desventurado varón de Hus tiene conciencia de que le ampara un Redentor o defensor de sus derechos. Es el goel encargado de salir por sus fueros ultrajados6. Se aplica este término en la Biblia a Dios, como defensor de los derechos de su pueblo o de los afligidos y oprimidos7. El oficio del goel es, pues, salvar, proteger, tutejar, guardar los derechos conculcados de otro, con el que tiene determinados lazos de parentesco carnal o espiritual. Precisamente este sentido específico y técnico es el que conviene al contexto que comentamos. Para Job, Dios es el abogado de sus derechos conculcados, el sostenedor de su causa, el tutor de su inocencia, el fiador, y, por tanto, el libertador de su triste situación. El desventurado varón de Hus sabe que, aunque sus mismos amigos no reconozcan su verdadera situación, tiene un vengador, un abogado que vela por sus derechos, y ante El protesta oficialmente, como juez en última instancia. En 16:19 decía que tenía un testigo y fiador insobornable en lo alto de los cielos; es justamente este go'el que al fin se erigirá como fiador sobre el polvo en la tierra. Por eso a El acude cuando le fallan todas las amistades y consuelos, pues sabe que vela por sus derechos de justicia, y con El ha tenido particulares relaciones de amistad en sus días venturosos de otro tiempo. Este su antiguo amigo, que parece ahora velar su faz ante su tragedia, no está indiferente a su situación, pues es su abogado y al fin juez insobornable y justo; es el tutor de su inocencia, y, como tal, dirá la última palabra sobre su atormentado caso. Y aunque de momento parece que se desentiende de él, esta situación es pasajera, pues llegará la hora en que hará valer sus derechos, de forma que brille su inocencia esplendorosa para confusión de tanta falsa sabiduría rutinaria; y el mismo Job será testigo de esta manifestación postuma de su vengador, Abogado y Juez.
Tiene la convicción Job de que, aunque su Vengador ahora asiste mudo a su tragedia desde lo alto de los cielos 8 y está sordo a sus súplicas, se mostrará como es, es decir, viviente y dinámico, dispuesto a intervenir, porque vela siempre por los derechos de la justicia, y no puede permitir que ésta sea ultrajada indefinidamente. Y aunque ahora parece mudo e inactivo, en realidad asiste, como viviente que es, a su tragedia personal.
Este Abogado-Juez dirá la última palabra en su causa 9, llevada ya en su última instancia 10; será el último que hable en el juicio sobre su culpabilidad ya con carácter oficial de Juez en última instancia. Y para dar fuerza a su veredicto hará su aparición sobre el polvo o la tierra n. Es un anuncio de la teofanía final del libro, en la que se hará justicia a Job y se recriminará a sus despiadados amigos 12. El go'el de Job, pues, se erguirá solemnemente sobre la tierra para declarar la inocencia de su protegido 13.
El v.26 se presta a diversas versiones, como ya hemos indicado, según el sentido que se dé al verbo heb., que en el TM es níq/ü, que puede significar rodear, como traducen la Vg y la versión siríaca, o deshacer, arrancar14. Así, se puede hablar de después que mi piel haya sido rodeada o rellenada de carne, o después que mi piel haya sido arrancada. Según la correción que hemos seguido en la traducción, el sentido es que Job espera contemplar de nuevo a Dios y ponerse de nuevo erguido revestido de su piel sana, desde la que como desde una ventana 15 le verá.
La versión de la Vg 16 es más bien una paráfrasis que una traducción del pasaje en función de la idea preconcebida de que en el texto de Job se aludiría a la esperanza de la resurrección del cuerpo después de la muerte, como se creía en los medios judíos contemporáneos a Cristo 17. La versión del texto hebreo actual no se opone en realidad a esta interpretación escatológica del fragmento, aunque se traduzca después que mi piel haya sido rellenada o deshecha (como es posible en la lección del TM), ya que puede referirse a una recuperación del cuerpo después de la destrucción en el sepulcro. Pero el contexto general del libro parece oponerse a esta interpretación. En realidad, la frase después que mis carnes hayan sido deshechas puede entenderse en sentido moral, aludiendo a la situación lamentable en que el cuerpo purulento de Job se halla actualmente. Estaba tan desfigurado, que sus amigos no lo conocían.
La afirmación solemne de Job en cualquiera de las versiones que se utilice parece aludir a su esperanza de recuperar la salud, pues tiene confianza en la justicia divina, que vela por su inocencia. Tiene el presentimiento de que al fin serán reconocidos los derechos de su inocencia. Todo volverá a ponerse en su punto, para que todos reconozcan su inocencia. Si admitimos en este fragmento la idea de la esperanza de la resurrección corporal después de la muerte, todo el libro de Job se hace ininteligible, porque abiertamente proclama Job reiteradamente que desciende a la región de los muertos, de la que no puede volver:

El hombre, muriendo, se acabó. En expirando, ¿qué es de él? Se agotarán las aguas del mar, secaráse un río y se consumirá; pero el hombre, una vez que se acuesta, no se levantará jamás. Cuanto duran los cielos, no despertará; no se levantará de su sueño 18.

Por otra parte, en los capítulos que siguen a esta sección del 19:24-27 no encontramos la esperanza de la resurrección corporal después de la muerte, lo que sería la solución definitiva al gran enigma de los sufrimientos del justo. Las argumentaciones vuelven a repetirse cansinamente, siempre reflejando la rutinaria tesis tradicional de que los sufrimientos proceden de transgresiones morales. Y es psicológicamente inconcebible que, después de haber recibido una revelación especial y definitiva sobre el problema, no la haya traído a colación Job en las discusiones que siguen. El problema de la sanción moral sigue para Job tan oscuro en los capítulos que siguen a 19:24-27 como antes. Como la discusión no avanza y parecen repetirse los mismos argumentos, aparece un nuevo interlocutor, Elihú, dando una nueva posible solución: la tribulación del justo es el medio de acrisolar y purificar la virtud, sin que tampoco aparezca la esperanza de la resurrección como solución al problema. Y, por fin, después que se han agotado todos los argumentos al alcance de los interlocutores, interviene Dios imponiendo silencio a todos, sin revelarles tampoco un horizonte luminoso de ultratumba. Al hombre que sufre no le queda sino acatar los misteriosos designios de Dios, que envía bienes y males sobre la humanidad sin dar la razón de ello.
Cuando, pues, Job afirma que espera ver a Dios en su carne, no se trata sino de la íntima convicción de que el Dios justísimo, que vela por los derechos de los inocentes y afligidos, le reintegrará a su primitivo estado de salud, y que podrá de nuevo tener relaciones de amistad con El. En efecto, la expresión ver a Dios tiene en la literatura sapiencial, principalmente salmódica, el sentido de gozar de la amistad divina. En la literatura oriental, ver la faz del rey significa sencillamente tener relaciones especiales de intimidad con él; así, los cortesanos se definen como los que ven la faz del rey 19. En los Salmos, ver la faz de Yahvé equivale a asistir a las solemnidades litúrgicas 20. Al contrario, del que pierde la gracia y protección divinas se dice que ha sido arrojado de la faz de Dios21. Job considera todos sus infortunios como una consecuencia de haber perdido la antigua amistad con Dios, y con ello su protección y benevolencia; por ello, aquí desea ver de nuevo á Dios, es decir, experimentar su amistad benevolente, su gracia, y gozar de su comunicación; y esto supone ser reintegrado a su estado de plena salud.
por eso en 42:5 cuando ve ya el fin de su desgraciada situación exclama lleno de convicción y radiante de alegría: Ahora te han visto mis ojos. Es el cumplimiento literal de su deseo y esperanza Deu_19:27 : veránlo mis ojos, y no otros.
Para calibrar bien el sentido posible de las palabras de Job en el fragmento Deu_19:24-27, debemos tener en cuenta el género literario del libro. Se trata de una composición artificial literaria, de una novela de tipo didáctico dramatizada, en las que de modo escénico y en diálogos se critican las soluciones comúnmente admitidas sobre el problema de la retribución de las acciones humanas. La situación del desventurado varón de Hus es la mejor crítica de la tesis simplista tradicional, que es unilateral e incompleta, puesto que no se puede aplicar a todas las situaciones de la vida del hombre. Y entonces, ¿dónde está la justicia divina? Hay momentos en que Job parece desesperado por lo angustioso de su situación. A través de los diversos discursos de Job podemos ver un continuo vaivén de sentimientos que se entrecruzan, en cuanto que se describen sus diversos estados psicológicos, unas veces de casi desesperación y otras de confianza ilimitada en la justicia divina, que terminará por poner las cosas en su punto. Por eso, llevado de su fe en la Providencia y en la justicia de Dios, parece esperar contra toda esperanza, y, aunque no sabe cómo se arreglará su trágica situación, tiene el presentimiento de que todo lo que le pasa será transitorio, y, puesto que el Dios justísimo está contemplando desde el cielo el curso de su tragedia, espera que al fin saldrá por sus fueros.
No debemos perder de vista que el hagiógrafo, al componer el libro, ya sabe de antemano el desenlace final del drama, y, por consiguiente, hace hablar a los protagonistas del mismo en el supuesto de que al fin se pondrán las cosas en su punto: le restituirá la salud, sus bienes, sus hijos, y será rehabilitado ante la sociedad al mostrarse públicamente su inocencia. En los últimos capítulos, Dios amonesta a los amigos de Job por haber dado un enfoque tan simplista al problema del dolor concretado en el caso de éste, y les impone una satisfacción; pero también corrige al propio Job por haber habíado demasiado a la ligera, sin tener en cuenta los misterios de la divina Providencia, y por ello sus palabras son por lo menos imprudentes y temerarias. Es el acto final que cierra el drama. Job reconoce sus temerarios juicios y se rinde a las exigencias divinas:

Sé que lo puedes todo y que no hay nada que te cohiba. Cierto que proferí lo que no sabía, cosas difíciles para mí, que no conocía. Sólo de oídas te conocía, mas ahora te han visto mis ojos. Por todo me retracto y hago penitencia entre el polvo y la ceniza 22.

No había comprendido lo que Elihú había dicho sobre los infortunios corno instrumentos de la Providencia para enseñar y probar la virtud del hombre. Pero en el epílogo no aparece para nada la idea de la resurrección corporal para solucionar el problema. El enigma queda en la penumbra, sin solución clara alguna dentro del esquema general de la teología viejotestamentaria, antes de las revelaciones del libro de la Sabiduría sobre la vida dichosa en ultratumba en unión con Dios 23 y del libro de los Macabeos sobre la resurrección 24. En el epílogo simplemente se declara que Job volvió a recobrar la salud, la familia y los bienes materiales con creces. De este modo, su virtud quedaba ampliamente recompensada en esta vida, conforme al esquema de la tesis tradicional sobre la ecuación entre la virtud y la abundancia de bienes terrenales. Las teorías de los amigos de Job han sido puestas en evidencia, ya que muchas veces el justo sufre sin haber pecado.
El deseo expresado por Job solemnemente en 19:24-27 queda así completamente cumplido, y en los diversos discursos del mismo se reflejan las distintas reacciones psicológicas, de depresión moral cuando considera únicamente su situación angustiosa sin causa justificada, y de reacción esperanzadora hasta el paroxismo cuando piensa en la justicia divina, que vela siempre por los intereses de los que han sido injustamente atormentados. Este presentimiento íntimo de que al fin se le haría justicia, se cumple en el epílogo del libro.
Por otra parte, para calibrar las expresiones de Job no hemos de olvidar que su lenguaje apasionado y descarnado se amolda al género literario hiperbólico y paradójico para impresionar al auditorio; y así, unas veces se presenta a Dios como complaciéndose en los sufrimientos del desgraciado, mientras que en otras se exalta su benevolencia y providencia sobre los hombres.
Esta perícopa (19:24-27) ha sido muy diversamente interpretada por la tradición cristiana. Clemente Romano dice que, efectivamente, aquí se trata de un presagio de la resurrección en sentido literal 25. Orígenes, en cambio, cree que aquí la idea de la resurrección está sólo en sentido alegórico 26. San Ambrosio, que tradujo en una ocasión el texto de Job suscitabis corium meum quod multa passum est 27, dice en otro lugar que en el libro de Job no se encuentra ninguna esperanza de resurrección 28. En el mismo sentido abunda San Crisóstomo 29, aunque hay textos en que duda entre el sentido de resurrección corporal o de simple restitución de la salud; pero le parece esto último más probable 30. San Jerónimo, en cambio, sostiene abiertamente el sentido de resurrección corporal, como lo prueba su traducción de la Vulgata, que él mismo comenta: resurrectionem cor por is sic prophetabat ut nullus de eo vel manifestius vel cautius scripserit 31. San Agustín sigue esta interpretación 32, y lo mismo Casiodoro 33. No citan el texto de
Job para probar la resurrección Atenágoras (a pesar de que escribió un libro sobre la resurrección), San Justino, San Ireneo y Tertuliano. No existe, pues, unanimidad moral sobre la interpretación patrística del fragmento.

Amonestación a los amigos por su ciega. obstinación (28-29).
28 Si decís: ¿Cómo le perseguiremos y qué pretexto encontraremos para acusarle? 29 temed por vosotros mismos ante la espada, cuando la cólera se inflamará contra las faltas 34, para que sepáis que hay un juicio.

Puesto que sus amigos se empeñan en buscar una razón para justificar un proceso que declare la culpabilidad de Job, éste hace apelación a la cólera divina para que les dé una lección por su obstinación en perseguirle. La espada de Dios es el instrumento de sus decisiones punitivas 35. Con ello quiere dar a entender a sus interlocutores que se han excedido en sus juicios y que Dios puede intervenir para imponerles una oportuna corrección.

1 Para el símil cf. Lam_3:7. 2 La expresión saciarse de carne en sentido de hacer daño aparece en Sal_28:2. 3 Este misterioso versículo ha sido muy diversamente traducido e interpretado. Nuestra versión es la de Dhorme, basada en una corrección (leyendo nizqaftí en lugar de niqfü-zot del TM). La Bib. de Jér.: Después de mi despertar, me levantará junto a El, y desde mi carne, yo veré a Dios. Hólscher: Después que mi piel haya sido destruida, sin mi carne veré a Dios. Así también Steinmann. 4 Lit. mis ríñones en mi seno. 5 Los LXX traducen: Yo sé que es eterno el que me ha de librar sobre la tierra para resucitar mi piel que padece esto. éstas cosas han sido hechas por el Señor, de las cuales yo soy consciente, y mi ojo verá, y no otro. Todas estas cosas se han realizado en mi seno. Versión siríaca: Yo sé que mi salvador está vivo y aparecerá al fin (de las cosas) sobre la tierra. Y estas cosas han estrechado mi piel y mi carne. Si viesen mis ojos a Dios, verían la luz. Mis ríñones han desaparecido totalmente de mi lugar. La versión árabe depende de ésta. La paráfrasis caldea, en cambio, lee: Yo sé que mi redentor vive, y después de estas cosas la redención de él se levantará sobre la tierra. Y después que haya sido rellenada m piel serán estas cosas y desde mi carne veré a Dios. Al cual yo veré, y mis ojos le verán,y no otro. Mis ríñones se han consumido en mi seno. 6 En la jurisprudencia primitiva hebrea, el go'el es el encargado de vengar una injuria hecha a un pariente, el vengador de su sangre, el que tiene ex officio el deber de velar por la fama de un pariente, incluso el vengador de su muerte (cf. Lev_25:25; Num_35:19; Deu_19:6.12); tiene que libertarle de la servidumbre (Lev_25:48); y también es el que por derecho de parentesco tiene privilegio para adquirir una cosa que se pone en venta antes de que S2 ofrezca a extraños a la familia (cf. Rut_3:13; Rut_4:4.6). 7 Cf. Lam_3:58; Sal_119:154. 8 Job_16:18. 9 La palabra heb. empleada ('ajaron) no tiene el sentido escatológico que le da la Vg (et in novissimo die), sino simplemente que es una aposición al sujeto go'elí (mi abogado o vengador); y ha de entenderse conforme a Isa_48:12, donde se dice de Dios: Yo soy el primero y el último ('ajaron); en Isa_47:6 se pone en aposición con la palabra go'el. Así. pues, en el texto de Job, la palabra 'ajaron significa simplemente que Dios será el que tome el último la palabra para defender a su protegido inocente. 10 Algunos autores germanos han querido ver en el término 'ajaron el sentido específico de Hintermann, es decir, el que carga con las responsabilidades de otro en una causa judicial, relacionándolo con el término 'ajarai (responsable) del hebreo moderno. Véase el diccionario heb. de Gessenius-Buhl, en el término 'ajaron, 11 En el libro de Job, la expresión sobre el polvo significa generalmente sobre la tierra. Cf. 41:25; 5:6; 8:19; 17:1; 6:4; 19:5.6. 12 Cf. Job_42:7. 13 San Jerónimo, para acentuar el sentido de resurrección corporal en sentido escatológico cristiano, se atrevió a cambiar la tercera persona del yerbo yaqúm (se levantará, se erguirá), atestiguada por todas las antiguas versiones, en primera: surrecturus sum. En realidad, en heb. el término yaqúm tiene el sentido específico técnico de levantarse en un acto judicial para dar testimonio como testigo, como abogado o como juez. Cf. Job_16:8 : Dios se levantó contra mí; Sal_77:10 : al levantarse (beqüm) enjuicio Dios para salvar a todos los mansos de la tierra. Cf. Sal_27:12; Sal_94:16; Deu_19:16. Este sentido se adapta bien al caso de Job: Dios se erguirá en la causa judicial que se ventila contra Job para dirimir en definitiva el litigio, haciendo brillar su inocencia. 14 Cf. Isa_19:1; Sal_48:13; Isa_10:34. 15 Cf. Can_2:9. Véase Dhorme, o.c., 258. 16 Scio quod redemptor meus vivit, et in novissimo die de térra surrecturus sum, et rursum circumdabor pelle mea, et in carne mea videbo Deum... 17 El propio San Jerónimo, en el prólogo a la versión del Pentateuco, nos dice que sacrifica algunas veces la literalidad del texto en beneficio de una inteligencia del mismo a la luz de concepciones neotestamentarias:...ellos traducían antes de la venida de Cristo, pero nosotros, que escribimos después de su pasión y resurrección, estamos escribiendo más bien una historia que una profecía. Lo que se oye, se narra de una manera, mientras lo que se ve, de otra. Luego nuestra inteligencia y exposición es mejor... Con este criterio traduce Isa_45:8 : Rorate caeli desuper et nubes pluant lustum. Aperiatur térra et germinet Salvatorem. El TM dice: abrios, cielos, que las nubes destilen la justicia, que se abra la tierra y que surja el fruto de salvación. Lo mismo en Isa_12:3 : Haurietis... de fontibus Salvatoris, en lugar de fontibus saíutis. Los textos podrían multiplicarse. Esta obsesión apologética de San Jerónimo resulta algunas veces poco científica, ya que no podemos interpretar textos del A.T. a la luz del N.T., pues corremos el riesgo de trasponer los diversos estratos históricos de la Revelación. Es necesario respetarlos en su manifestación gradual si queremos tener un sentido objetivo de los textos. 18 Job_14:10-12. 19 Cf. 2Re_25:19; Jer_52:25; Est_1:14. 20 Cf. Sal_42:3; Sal_36:9-10; Sal_13:1; Sal_13:3i.i?· 21 Sal 31:13. 22 Job 42:1-6. 23 Cf. Sab_3:1-4- 24 Cf. 2 Mac 7:9- 25 Ad Cor. c.26; PG 1:266. 26 In Matth. 22.23: PG 13:1565. 27 Jn Ps. 118 n.i8: PL 15:1336; 16:1334. 2 PL 18:804. 29 Epístola a Olimpiades: PG 52:565; 57:396- 30 Cf. Comentario a Job: PG 64:620. 31 Ep. 53 n.8: PL 22:545; 23:381. 32 PL41.799· 33 Cf. PL 70:1118. 34 Así según una corrección propuesta por Dhorme siguiendo a los LXX y aceptada por la üib. de Jér. 35 Cf. Dt32:41s; Isa_34:5-8.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XIX.

1 Iob complaining of his friends cruelty, sheweth there is miserie enough in him to feede their crueltie. 21.28 Hee craueth pitie. 23 He beleeueth the resurrection.

[Iobs miseries.]

1 Then Iob answered, and sayd,
2 How long will yee vexe my soule, and breake me in pieces with words?
3 These tenne times haue ye reproched me: you are not ashamed that you [ Or, harden your selues against me.] make your selues strange to me.
4 And be it indeed that I haue erred, mine errour remaineth with my selfe.
5 If indeed yee will magnifie your selues against me, and plead against me my reproch:
6 Know now that God hath ouerthrowen me, and hath compassed me with his net.
7 Behold, I cry out of [ Or, violence.] wrong, but I am not heard: I cry aloude, but there is no iudgement.
8 Hee hath fenced vp my way that I cannot passe; and hee hath set darkenesse in my pathes.
9 Hee hath stript me of my glory, and taken the crowne from my head.
10 He hath destroyed me on euery side, and I am gone: and mine hope hath he remooued like a tree.
11 He hath also kindled his wrath against me, and hee counteth me vnto him as one of his enemies.
12 His troupes come together, and raise vp their way against me, and encampe round about my tabernacle.
13 Hee hath put my brethren farre from me, and mine acquaintance are verely estranged from me.
14 My kinsefolke haue failed, and my familiar friends haue forgotten me.
15 They that dwell in mine house, and my maides count me for a stranger: I am an aliant in their sight.
16 I called my seruant, and he gaue me no answere: I intreated him with my mouth.
17 My breath is strange to my wife, though I entreated for the childrens sake of [ Hebrew: my belly.] mine owne body.
18 Yea, [ Or, the wicked.] yong children despised me; I arose, and they spake against me.
19 [ Psa_41:9 ; Psa_55:19 .] All [ Hebrew: the men of my secret.] my inward friends abhorred me: and they whom I loued, are turned against me.
20 My bone cleaueth to my skinne, [ Or, ac.] and to my flesh, and I am escaped with the skinne of my teeth.
21 Haue pity vpon me, haue pitie vpon me, O ye my friends; for the hand of God hath touched me.

[Iobs hope. The wickeds portion.]

22 Why doe ye persecute me as God, and are not satisfied with my flesh?
23 [ Hebrew: who will giue? etc.] Oh that my wordes were now written, oh that they were printed in a booke!
24 That they were grauen with an iron pen and lead, in the rocke for euer.
25 For I know that my Redeemer liueth, and that he shall stand at the latter day, vpon the earth:
26 [ Or, After I shall awake through this body be destroyed, yet out of my flesh shall I see God .] And though after my skin, wormes destroy this body, yet in my flesh shall I see God:
27 Whom I shal see for my selfe, and mine eyes shall beholde, and not [ Hebrew: a stranger.] another, though my reines bee consumed [ Hebrew: in my bosome.] within me.
28 But ye should say, Why persecute we him? [ Or, and what roote of matter is found in me? ] seeing the root of the matter is found in me.
29 Bee ye afraid of the sword: for wrath bringeth the punishments of the sword, that yee may know there is a iudgement.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Respuesta de Job a Bildad. Job comienza con una típica pregunta de las lamentaciones: «¿Hasta cuando?». Las «diez veces» del versículo 3 hay que tomarlas en el sentido de «a menudo y repetidamente». Aunque no muy claro textualmente, los versículos 4s implican: «aunque yo sea culpable, éste es mi problema, y ustedes no tienen derecho a alegrarse a costa del sufrimiento ajeno». Como para dejar constancia, Job afirma de nuevo que Dios le está tratando injustamente (6), mencionando las veces que se ha comportado así con él (7-14). No sólo le ha abandonado Dios, también sus amigos y familiares (13-22). Se encuentra solo y avergonzado. El exacto sentido del versículo 10 no es muy claro, pero debe significar algo así como «he sido reducido a tal extremo que apenas me mantengo vivo».
Solo y cercano a la muerte, Job se aferra a la última esperanza que le queda de reivindicar su causa (23-29). Desea que su declaración de inocencia sea esculpida en piedra para que hable por él después de su muerte (23s). Seguidamente (25-27) busca otra clase de reivindicación, pero, ¿cuál?, ¿cuándo?
Nos encontramos ante unos de los más famosos y difíciles versículos del libro (25). El «defensor» -algo así como nuestro «Defensor del Pueblo»- era un oficio de la sociedad tribal que llevaba consigo la obligación de defender y proteger a los miembros más débiles de la familia. Aunque sus funciones eran varias (cfr. Lev_25:23s; 47-55; Deu_25:5-10; Rut_4:1-6), la primera obligación del «Defensor» era mantener la unidad vital de la familia o de la tribu.
Job acaba de decir que todos sus amigos y afines le han olvidado; ahora se aferra al último hilo de esperanza: a lo mejor le queda algún familiar por ahí que aparezca, se presente en el tribunal y reivindique su inocencia.
¿Quién es ese defensor? Algunos comentaristas opinan que es Dios; otros, más convincentemente, opinan que se trata de una tercera persona que, junto a Job, pueda hacer frente al que es al mismo tiempo juez, acusador y ejecutor, es decir, a Dios. Pero, ¿cuándo ocurrirá esto?
San Jerónimo en su traducción de la Vulgata -de donde lo ha tomado Hendel para su Messiah- afirma que eso ocurrirá en el día de la resurrección, pero tal versión va en contra de la posición que se mantiene a lo largo de todo el libro: no hay vida después de la muerte (cfr. 14,10-22). Job parece que se aferra a un posible rescate de última hora, mientras está aún vivo. Éste es, al menos, su ardiente deseo (26b). Dado el estado confuso del texto cualquier interpretación es tentativa.
Job termina con una advertencia -y previsión-. Los que persisten en condenarlo serán finalmente sometidos, ellos mismos, a juicio (28s; cfr. 42,7-9).

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



El oprobio que me ha causado Dios. 7-12 Job describe el mal que Dios le ha hecho con una sorprendente variedad de imágenes que representan asaltos: El ciudadano a quien han robado pero que no encuentra a nadie que lo ayude cuando clama (7); el viajero que encuentra su camino bloqueado y cae sobre él la noche (8); el príncipe que es humillado por un rey extranjero (9); la planta arrancada de la tierra (10); la persona que descubre que su amigo se ha convertido en su enemigo (11) y el rey o ciudad sitiada por sus enemigos (12).

13-20 En los vv. 7-12 no había más que imágenes de violencia física; aquí nadie levanta una mano ni siquiera la voz. Esta es la verdad lit. de lo que Job está experimentando; los vv. 7-12 son su expresión de cómo se siente lit. esa verdad. Job mira a su alrededor, a los que lo conocen; su visión se desplaza desde sus inmediaciones, de sus familiares y conocidos (13, 14) a los siervos de su casa (15, 16) y su esposa y hermanos (17), y hacia afuera nuevamente a los niños del vecindario (18) y todos los que lo conocen (19). Dondequiera que mira se encuentra aislado y enajenado. Y es Dios quien ha causado esto, no directamente sino por medio de hacerlo sufrir. Porque el sufrimiento de Job significa para todos los que lo conocen que, a pesar de todo lo que pensaban y sabían de él, Job es un vergonzoso pecador. Es peligroso asociarse con una persona tan malvada. El resultado de todos los ataques de Dios contra él es que mis huesos se pegan a mi piel y mi carne (20). Normalmente los huesos son el armazón del cuerpo humano, y la carne y piel cuelgan de él; pero Job se encuentra tan emocionalmente debilitado que está en un estado de colapso, como si a sus huesos ya no les quedaran más fuerzas.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



25-26. Seguramente, este pasaje no afirma la fe en la resurrección personal, porque en ese caso quedaría resuelto el problema planteado en el Libro. Si Job tuviera la certeza de que sus padecimientos serían recompensados después de su muerte, no tendría nada que objetar contra la justicia de Dios. Al decir que él mismo, con su "propia carne", verá a Dios, está afirmando su esperanza en una intervención divina aquí en la tierra, que pondrá de manifiesto su inocencia.

Torres Amat (1825)



[6] La explicación no se encuentra en el hombre sino en Dios.

[9] Hijos, riquezas y honores.

[25] Sobresale esta declaración Dios está vivo y rescatará o redimirá a Job. San Jerónimo introdujo en la Vulgata la idea de la resurrección de los cuerpos.

[29] Y un juez para todos los hombres.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 19.25 Defensor: Puede referirse a Dios mismo o a ese personaje hipotético mencionado en 9.33-34; 16.19-21.

[2] 19.26 Yo, en persona: traducción probable. Otra posible traducción: yo, sin carne.

[3] 19.26-27 Job 42.5.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Lam_3:7-9

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Lam_3:7-9

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

Lam 3:8.

Biblia Textual IV (Sociedad Bíblica Iberoamericana, 1999)

Se sigue LXX.

Jünemann (1992)


7 b. Se hace juicio, se me ampara.