Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
20. Replica de Sopar.
S in aludir para nada a una supuesta idea de resurrección corporal, el diálogo continúa en los mismos términos y con los mismos tópicos manejados hasta ahora: el malvado no puede prosperar largo tiempo en la vida, porque la justicia divina se abatirá sobre él para destruirle con sus bienes y familia. Es la tesis que hemos oído repetir a Elifaz y a Bildad. Elifaz describía a un combatiente que era vencido; Bildad, a un criminal que cae presa de emboscadas nocturnas y de monstruos míticos; Sofar va a caricaturizar a un glotón a punto de vomitar.1
La felicidad del malvado es efímera (1-14).
1
Replicó Sofar de Naamat, diciendo: 2
Por esto me hacen responder mis pensamientos, a causa de la impaciencia que siento en mí. 3 ã? he oído una reprensión afrentosa para mí, y un soplo salido de mi inteligencia me hace responder: 4
¿No sabes ya de siempre, desde que el hombre fue puesto sobre la tierra, 5
que es breve la exultación del malvado y dura un instante la alegría de los perversos? 6
Si hasta el cielo subiere su arrogancia y tocare en las nubes su cabeza, 7
cual un fantasma desaparece para siempre; y los que le vieron dirán: ¿Dónde está? 8
Volará como un sueño, y no le hallarán; huirá como visión nocturna. 9
Los ojos que le vieron no le verán más, su morada no le percibirá ya más. 10
Sus hijos indemnizarán a los pobres, sus propias manos restituirán su riqueza. 11
Sus huesos, llenos aún de juvenil vigor, yacerán con él en el polvo. 12
Aunque la maldad fuera dulce a su boca y la ocultara bajo su lengua, 13
aunque la conservara y no la soltara, reteniéndola en su paladar, 14
su comida en sus entrañas se corrompería, siendo como hiél de áspides en su interior. Ante las frases arrogantes y desafiadoras de Job, el tercer amigo de turno no puede menos de replicar adecuadamente, aunque sus observaciones no añaden nada a las de los anteriores. Se ve obligado a responder, pues siente una impaciencia que le agita en su interior (v.2). Las palabras de Job resultan ultrajantes, pues son una reprensión afrentosa que le causa justa indignación. Además, los razonamientos de éste están en contra de la sabiduría tradicional, pues desde siempre está claro que la prosperidad del impío es efímera. Esto está comprobado por la experiencia de los siglos: desde que el hombre fue puesto sobre la tierra (v.4).
Aunque la situación momentánea del malvado sea próspera y vigorosa, como la de un árbol que extiende sus ramas hasta el cielo, sin embargo, inesperadamente desaparecerá súbitamente como un fantasma y se desvanecerá como un sueño (v.8). Su desaparición es total, de forma que nadie le volverá a contemplar (v.9).
El í.12 parece desplazado, y su lugar más apropiado es después del í.19. Los hijos del impío tendrán que indemnizar a los pobres a los que antes éste había expoliado. Las riquezas inicuamente acumuladas tienen que volver a los que normalmente les pertenecen. El impío ha tenido que abandonar esta vida en plena juventud (v.11), lo que es considerado como el mayor castigo de parte de Dios.
El impío se goza en la maquinación de la maldad como el sibarita glotón, que saborea despacio los manjares; pero al fin sentirá en su interior una desazón que le intoxicará como el veneno o hiél de áspides. Los antiguos creían que el veneno de los reptiles procedía de una secreción del hígado o de la vesícula biliar.
Castigo del malvado (15-29).
15
Devoró riquezas, pero las vomitará, de su vientre se las sacará Dios. 16
Chupa veneno de áspides, y la lengua de víbora le matará. 17
No verá los arroyos de aceite reciente 2
, los torrentes de miel y leche cuajada. 18
Devolverá su ganancia sin tragarla3
, ni gozará del fruto de su comercio, 19
pues oprimió y desamparó a los pobres, robando casas que no construyó; 20
puesto que no conoció hartura en su vientre, no salvará lo que tanto codició 4
. 21
Nadie escapaba a su voracidad; por eso su bienestar no será durable. 22
En el colmo de la abundancia, todo le es poco; le alcanzarán desventuras de toda suerte5
. 23
Cuando está para henchir su vientre 6
, mandará Dios contra él el ardor de su cólera, haciendo llover contra su carne sus proyectiles7
. 24 Si escapa al arma de hierro, lo traspasará el arco de bronce, 25
y un dardo sale de su espalda 8
, cual rayo de sus entrañas, llevando terrores sobre él. 26
Toda suerte de tinieblas le están reservadas 9
; le devorará un fuego no encendido (por hombre), que consumirá lo que reste en su tienda. 27 Los cielos revelarán su impiedad, y la tierra contra él se alzará. 28
Una inundación arrastrará su casa10
: (aguas) derramadas en el día de su furor. 29
Esta es la suerte que al perverso (reserva) Dios, y ésta es la dote que Dios le adjudica. De nada le servirán sus riquezas mal adquiridas, pues las tendrá que dejar de modo súbito como el que devuelve su comida. No puede digerir el malvado tanta rapiña,
y por eso Dios se la quitará violentamente (v.15). Estos mismos bienes son causa de un tormento interior que le corroe como veneno de áspides y le aguijonea como lengua de víbora (v.16). Aunque haya llegado a una situación de abundancia extrema arrobos de aceite, torrentes de miel y leche , no podrá usufructuarla (v.17). Antes de asimilar lo que tiene sin tragarla , tendrá que devolverlo (v.18). Su opulencia está amasada con las exacciones de los pobres, sin poner término a su voracidad (v.20). Llevado de su avaricia, vive en continuo sobresalto, temiendo perder sus bienes; mientras más tiene, más sufre, pues las riquezas son fuente de ansiedades y temores (v.22). Pero, además, la intervención súbita de Dios terminará por dar al traste con todas sus locas ilusiones: una serie de calamidades instrumento de la justicia divina se abatirán de improviso sobre él (v.23), y, finalmente, un fuego abrasador, encendido por el mismo Dios, terminará con todo lo que reste en su tienda. Esta descripción es justamente lo que aconteció al desventurado Job; por ello, la descripción es sangrante, con vistas a herirle en lo más vivo.
Todo esto no es sino el castigo divino contra la fortuna mal adquirida. Es la respuesta al unánime clamor de los cielos y de la tierra, que declaran las injusticias cometidas para que Dios las castigue (v.27). La conclusión de todo es que al perverso le está reservada una triste suerte, aunque de momento prospere en sus negocios.
1 J. Steinmann, o.c., p.161. 2 Asi según Dhorme y Klostermann. El TM: las corrientes, ríos de arroyos de... 3 Así Dhorme, con una ligera corrección. 4 Dhorme: a su apetito no podía sustraerse. Btb. de Jér.: sus tesoros no le salvarán. 5 Lit. el TM: todos las manos de la desventura. 6 Este hemistiquio falta en la versión sahídica y tiene asterisco en la siro-hexaplar. 7 Corrección propuesta por Dhorme, admitida por la Bib. de Jér. 8 Así siguiendo a los LXX. 9 Bib. de Jér.: Todas las tinieblas le esperan en secreto. 10 Asi según Dhorme, que se inspira en la versión de los LXX, y seguida por la Bib. de Jér.