Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
35. Tercer Discurso de Elihú.
E n esta tercera parte de sus argumentaciones, el joven interlocutor prueba a Job que Dios no saca provecho alguno de la buena o mala conducta de Job. En realidad, el efecto de las acciones del hombre lo percibe éste.
Es insensata la afirmación de Job de que no le ha reportado ningún provecho el no haber pecado.
La conducta del hombre no afecta a Dios (1-8).
1
Tomó Elihú la palabra y dijo: 2
¿Te parece juicioso decir: Tengo razón contra Dios? 3
pues dices: ¿De qué me sirve, qué ventaja he tenido por no haber pecado? 4
Voy a responderte, y a tus amigos contigo. 5
Contempla el cielo y mira; considera las nubes; son más altas que tú. 6
Si pecas tú, ¿qué le haces? Si se multiplican tus pecados, ¿qué (mal) le causas? 7
Y con ser justo, ¿qué le das o qué recibe El de tu mano? 8
A un hombre como tú (afecta) tu maldad, y a un hijo de hombre tu justicia.
Las afirmaciones de Job han sido altamente temerarias, pues ha pretendido que Dios ha obrado injustamente con él, pues por considerarse inocente cree que no ha merecido el infortunio que sufre. Otra sinrazón es afirmar que su supuesto inocencia no le ha reportado beneficio alguno (v.3). En realidad, no sabe lo que dice, pues cree empañar con sus afirmaciones al Dios que habita en los cielos. Pero está tan alto, que poco le pueden afectar las acciones de una insignificancia como es el propio Job (v.6). La argumentación se inspira en la expresada ya por Elifaz 1. Sólo el ser humano se beneficia de sus buenas acciones o se perjudica con su maldad (v.8).
Dios exige el reconocimiento de su soberanía (9-16).
9
Gritan por las muchas opresiones, claman (oprimidos) por el brazo de los grandes; 10
pero nadie dice: ¿Dónde está el Dios que nos hizo, que da en la noche cantares de júbilo, 11
que nos instruye más que a las bestias de la tierra y nos hace más sabios que las aves del cielo? 12
Entonces, aunque griten, El no responde, a causa del orgullo de los malvados. 13
Es inútil ciertamente: Dios no oye, y el Todopoderoso no lo percibe. 14
Menos todavía cuando tú dices que no lo ves, que el proceso está delante de El y que tú esperas, 15
y ahora (al afirmar) que no es su ira la que castiga y que no conoce bien la transgresión2
. 16
Job, pues, abre vanamente su boca y multiplica insensatamente las palabras. En 24:12, Job había declarado que los oprimidos gritan a Dios. Elihú recoge esta afirmación, pero declarando que, si Dios no los socorre, es porque no piden auxilio a El, reconociéndole como Hacedor y providente. Estas lamentaciones, lejos de ser una plegaria al Todopoderoso, son un mero desahogo natural del dolor. Sin embargo, la presencia de Dios es fácil descubrirla en la naturaleza, particularmente en las noches estrelladas, pues al hombre se le ha dado la inteligencia, por lo que es superior a las bestias de la tierra y a las aves del cielo (v.11).
Dios no escucha los gritos desesperados de los que sufren cuando no se dirigen a El con espíritu de plegaria (v.12); y mucho menos será escuchado Job cuando, en vez de dirigirse suplicante a Dios,
le exige su intervención como si fuera en un proceso en el que necesariamente tienen que dar el veredicto (v.14), y, por otra parte, no sabe reconocer la mano de Dios, que castiga al pecador, y cree que el impío obra impunemente, sin que Dios se preocupe de su transgresión (v.15). En realidad, sus afirmaciones son insensatas y ha hablado vanamente.
1 Cf.
Job_22:2-5. 2 Transgresión: corrección basada en Sím., Teod. y Vg.