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Entonces Yahvé ordenó al pez que vomitase a Jonás en tierra firme.
(Jonás 2, 11) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

En el vientre del gran pez. Como la cosa más normal de este mundo, la narración de la salvación de Jonás por medio del gran pez es descrita en menos de cincuenta palabras en nuestra lengua, mientras que el hebreo sólo utiliza veintitrés: Dios ordena al gran pez tragarse a Jonás (1), Dios ordena al gran pez vomitar a Jonás en tierra firme (11). Por tanto, no se trata de narrar las «aventuras de Jonás», sino de colocarlo de inmediato en el lugar donde Dios quiere, a pesar de los pesares, manifestar su voluntad y designio salvíficos. A todas luces se ve que el salmo que entona Jonás (2-10) es una adición posterior, colocado aquí para subrayar la misericordia y la pronta actitud de Dios para escuchar y actuar en favor de quien le clama.