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Nabucodonosor experimentó una gran cólera contra toda aquella tierra y juró por su trono y por su reino que tomaría venganza y pasaría a cuchillo todo el territorio de Cilicia, Damasco y Siria, y a todos los habitantes de Moab, a los amonitas, a toda la Judea y a todos los de Egipto, hasta los confines de los dos mares.
(Judith 1, 12) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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1. Antecedentes del Asedio de Betuli (c.1-7).

Dos reyes en escena (1:1-4).
1 Era el año duodécimo del reinado de Nabucodonosor, que reinó sobre los asirios en la gran ciudad de Nínive en los días de Arfacsad, rey de los medos, que reinó sobre los medos en Ecbatana, 2 a la que rodeó de un muro construido de piedras labradas, de tres codos de altura y seis de largo, siendo la altura del muro de setenta codos, y de cincuenta su anchura. 3 Levantó torres en las puertas hasta la altura de cien codos, y el ancho de sus cimientos era de sesenta codos. 4 Construyó sus puertas, que se levantaban hasta setenta codos, siendo su ancho de cuarenta, para dar paso a sus fuerzas poderosas y a la muchedumbre de sus infantes.

Por haber arrasado el país en sus incursiones bélicas, por la profanación del templo y por la humillante deportación a Babilonia fue Nabucodonosor, a juicio de los judíos, el prototipo del soberano despótico, cruel e impío. Dícese en el texto que reinó sobre los asirios, en la gran ciudad de Nínive. Por documentos cuneiformes se conoce la lista completa de los reyes de Asiría desde 930 hasta 612 antes de Cristo, fecha en que fue destruida la ciudad por Gyaxares y Nabopolasar, no figurando en los mismos ningún rey con el nombre de Nabucodonosor. ¿Cómo explicar esta anomalía histórica? Los exegetas han identificado a Nabucodonosor con Asurbanipal (669-626), Darío I (521-486), Artajerjes III Oco (358-337), etc. Con estas hipótesis no se solucionan las dificultades históricas del libro. La misma incertidumbre presenta la mención de Arfacsad, rey de los medos, cuya identificación debe ser correlativa con la de Nabucodonosor. Ningún rey lleva este nombre. Como personal figura en Gen_10:22; Gen_11:10.
Fue Ecbatana la capital del reino de los medos y más tarde residencia de verano de los monarcas persas (Esdr 6:2). Fue fundada hacia el año 700 antes de Cristo, por Deyoces, hijo de Phaortes. Situada en una región montañosa, en la encrucijada de las comunicaciones de Persia con el valle del Eufrates, tenía un comercio muy floreciente. Se habla de Ecbatana en Tob_3:7; Tob_6:7; 2Ma_9:3. Las fortificaciones de Ecbatana eran impresionantes 1, Según Heródoto (I 98-99; II 153), siete murallas concéntricas, de la misma altura, con las almenas de diversos colores, custodiaban el palacio real y sus tesoros. El codo de que habla el texto debe ser el babilónico, que equivale aproximadamente a 0:52 metros. De ahí que las medidas de las fortificaciones traducidas en metros son las siguientes: 1) piedras labradas:2Ma_3:12 metros de largo por 1:56 de ancho; 2) altura de las torres: 52 metros, con una anchura Deu_31:20; Deu_31:4) puertas: medían 36:40 metros de alto por 20:80 de anchura,

Nabucodonosor combate a Arfacsad (1:5-6).
5 En aquellos días combatió Nabucodonosor contra Arfacsad en la gran planicie, esto es, en los confines de Ragau. 6 Le habían salido al paso todos los habitantes de la montaña, todos los ribereños del Eufrates, del Tigris y del Hidaspes; y en la llanura de Arioc, el rey de los elamitas y muchísimos pueblos se juntaron para hacer frente a los hijos de Jeleal (caldeos).

La expresión en aquellos días, de sabor hebraico, debe entenderse del año 17 de Nabucodonosor, según el texto griego del v.13, o del año 12 del mismo, conforme a la Vulgata. El combate que anuncia en este versículo, y cuya descripción se hace en los v.13 y 16, tuvo lugar en la gran llanura que se extiende en los confines de Ragau. ¿En dónde emplazar esta gran planicie? En la inscripción de Bischtun de Darío I (año 520) se cita dos veces la región de Raga. El historiador Tolomeo (6:2:6) habla de una llanura de nombre Ragiana. Existe actualmente la ciudad Rai a 160 kilómetros al noroeste de Ecbatana. En resumen, se desconoce el emplazamiento exacto de la ciudad de Ragau. Entre los aliados de Arfacsad se cuentan las tribus de la meseta del Irán occidental (Zagros), los ribereños del Eufrates, del Tigris y del Hidaspes. Se ignora a qué río corresponde este último. Se descarta el Hidaspes, llamado hoy Geh-lam, en el Panjab, y que desemboca en el Indo. También son aliados los habitantes de la llanura de Arioc, rey de los elamitas o elymeos. Arioc es un personaje que se menciona en Gen 14:1 como rey de Elasar (rex Ponti, según la Vulgata). Se desconoce el emplazamiento concreto de esta llanura.
Con la frase de modo que fueron muchos los pueblos que se juntaron a las huestes de los hijos de Queleud (Yeleal) se pondera la potencia de los confederados contra Nabucodonosor. Hijos de Queleud, frase que la Vulgata omite, pueden ser, o bien los caduseos, los caldeos, o los pueblos de la región de Quilmad (Eze_27:23), que el talmudista traduce por Media y los LXX por Carmenia, que corresponde a la región llamada actualmente Kerman, al sudeste de Persia (Stummer, Vaccar1).

Mensaje de Nabucodonosor (Eze_1:7-12).
7 Después mandó Nabucodonosor, rey de los asirlos (un mensaje) a todos los habitantes de Persia, a todos los de las regiones occidentales, a Cilicia, Damasco, al Líbano y al Antelíbano, a todos los de la costa del mar, 8 a los del Carmelo, a Galaad, a Galilea la alta, a la gran llanura de Esdrelón, 9 y a los moradores de Samaría y a sus ciudades, a los del otro lado del Jordán, hasta Jerusalén, Betana, Quelos, Cades, hasta el río de Egipto; a Tafna, Rameses y a toda la tierra de Guesen, 10 hasta por encima de Tafnis y de Menfis, y a todo Egipto hasta los confines de Etiopía. 11 Despreciaron todos los moradores de la tierra el mensaje de Nabucodonosor, rey de los asirlos, y no se le asociaron para la guerra, porque no le temían, porque a sus ojos era un don nadie. 12 Enfurecióse grandemente Nabucodonosor contra todas estas gentes, y juró por su trono y por su señorío que se vengaría y devastaría con su espada todos los territorios de Cilicia y de Damasco y de Siria y a todos los moradores de Moab, a los hijos de Amón y a toda la Judea, y a todos los que moran en Egipto hasta los confines de los dos mares.

Según el texto, envió Nabucodonosor su mensaje a pueblos del este y del oeste.
En la lista del grupo extremo occidental se sigue una línea geográfica de nordeste a sudoeste: Cilicia, Damasco, Líbano, Antelíbano, la costa del Mar, con la Fenicia y territorio de los filisteos. Del territorio de Palestina cita los pueblos del Carmelo, que entran en el elenco porque el autor sagrado coloca a Betulia en el ámbito geográfico del Carmelo, hacia su extremidad sudoriental. Del Carmelo se pasa a Galaad, región situada al otro lado del Jordán, entre el Yaboc y el Yarmuc. Es la primera vez que se habla en la Biblia de la Alta Galilea como término geográfico. La extensa y fértil planicie enclavada en la Baja Galilea, delimitada al sur por el Carmelo y los montes de Samaría y al norte por los de Galilea, es llamada en el libro de Judit (Eze_1:8; Eze_3:9; Eze_4:6; Eze_7:3) llanura de Esdrelón. La expresión al otro lado del Jordán es ambigua, y puede designar la TransJordania o la Cisjordania, según el lugar en que se sitúe el historiador. Aquí el punto de referencia de Nabucodonosor es Asiria, y, por lo mismo, la frase citada se refiere a los territorios de la Cisjordania. La tierra de Guesen corresponde a la región de Gosen, en la cual moraban los israelitas durante su permanencia en Egipto.
Menfis es la antigua capital del Bajo Egipto, llamada Nof en hebreo (Isa_19:13; Jer_2:16).
Los pueblos de occidente despreciaron el mensaje de Nabuco-donosor. La Vulgata dice: Omnes uno animo contradixerunt. Todos desecharon su invitación de apoyarle en la lucha contra Arfacsad. A sus ojos, el monarca era un rey aislado políticamente, incapaz, por lo mismo, de hacer frente con las armas a todas las naciones unidas. A los mensajeros del rey se les negaron incluso los presentes de ritual.

Nabucodonosor jura vengarse (Jer_1:13-16).
13 Había puesto en movimiento sus fuerzas contra el rey Arfacsad en el año diecisiete; le venció en batalla campal y aniquiló todo el poder de Arfacsad, toda su caballería y todos los carros, 14 y se apoderó de sus ciudades, llegando hasta Ecbatana, haciéndose dueño de sus torres y devastando sus calles y convirtiendo en oprobio toda su belleza. 15 Se apoderó de Arfacsad en las montañas de Ragau, y le atravesó con sus propias armas y acabó con él. 16 Vuelto Nabucodonosor a Nínive con todo su ejército y con todos los que se le habían unido, muchedumbre incontable de guerreros, descansó allí y banqueteó con su ejército por espacio de ciento veinte días.

Nabucodonosor jura por su trono que se vengará del ultraje inferido. La expresión equivale a jurar por la divinidad, de la cual era él el representante en todo su imperio. La soberbia del rey es tanta, que no puede concebir que pueblo alguno se atreva a contradecir sus designios. Jura vengarse de Moab, de Amón (2Re_24:2; Gen_12:5) y de Judea, cuyas naciones se mencionan por el designio literario del autor de preparar la narración ulterior del libro. El amonita Aquior es una figura relevante del libro (Gen_5:1; Gen_6:20; Gen_11:9-11; Gen_14:5-10). La mención de Judea es un toque de alerta para el lector. Los pueblos se equivocaron al valorar la potencia bélica de Nabucodonosor. Solo, con su propio ejército, presentó batalla a Arfacsad, derrotándole completamente en batalla campal y aniquilando todo su ejército, compuesto de infantería, caballería y carros de combate. Los datos que anteriormente había señalado el texto (Gen_1:2-4) sobre Ecbatana daban la impresión de que era una ciudad invulnerable; pero no hay potencia humana capaz de oponerse al poder e ímpetu de Nabucodonosor.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter I.

2 Arphaxad doeth fortifie Ecbatane. 5 Nabuchodonosor maketh warre against him, 7 and craueth aide. 12 Hee threatneth those that would not aide him, 15 and killeth Arphaxad, 16 and returneth to Nineue.
1 In the twelfth yeere of ye reigne of Nabuchodonosor, who reigned in Nineue the great citie, (in the dayes of Arphaxad, which reigned ouer the Medes in Ecbatane,
2 And built in Ecbatane walles round about of stones hewen, three cubites broad, and sixe cubites long, and made the height of the wall seuenty cubites, and the breadth thereof fiftie cubites:
3 And set the towers thereof vpon the gates of it, an hundred cubites high, and the breadth thereof in the foundation threescore cubites.
4 And he made the gates thereof, euen gates that were raised to the height of seuentie cubites, & the breadth of them was fourtie cubites, for the going foorth of his mightie armies, and for the setting in aray of his footmen.)
5 Euen in those dayes, king Nabuchodonosor
made warre with king Arphaxad in the great plaine, which is the plaine in the borders of Ragau.
6 And there came vnto him, all they that dwelt in the hill countrey, and all that dwelt by Euphrates, and Tigris, and Hydaspes, and the plaine of Arioch the king of the Elimeans, and very many nations of the sonnes of Chelod, assembled themselues to the battell.
7 Then Nabuchodonosor king of the Assyrians, sent vnto all that dwelt in Persia, and to all that dwelt Westward, and to those that dwelt in Cilicia, and Damascus and Libanus, and Antilibanus, and to all that dwelt vpon the Sea coast,
8 And to those amongst the nations that were of Carmel, and Galaad, and the higher Galile, and the great plaine of Esdrelon,
9 And to all that were in Samaria, and the cities thereof: and beyond Iordan vnto Ierusalem, and Betane, and Chellus, and Kades, and the riuer of Egypt, and Taphnes, and Ramesse, and all the land of Gesem,
10 Untill you come beyond Tanis, and Memphis, and to all the inhabitants of Egypt, vntill you come to the borders of Ethiopia.
11 But all the inhabitants of the land made light of the commandement of Nabuchodonosor king of the Assyrians, neither went they with him to the battell: for they were not afraid of him: yea he was before them as one man, and they sent away his Ambassadours from them without effect, and with disgrace.
12 Therefore Nabuchodonosor was very angry with all this countrey, and sware by his throne and kingdome, that hee would surely be auenged vpon all those coasts of Cilicia, and Damascus, and Syria, and that he would slay with the sword all the inhabitants of the land of Moab, and the children of Ammon, and all Iudea, and all that were in Egypt, till you come to the borders of the two Seas.
13 Then he marched in battell aray with his power against king Arphaxad in the seuenteenth yeere, and he preuailed in his battell: for he ouerthrew all the power of Arphaxad, and all his horsemen and all his chariots,
14 And became Lord of his cities, and came vnto Ecbatane, and tooke the towers, and spoiled the streetes thereof, and turned the beauty thereof into shame.
15 Hee tooke also Arphaxad in the mountaines of Ragau, and smote him through with his dartes, and destroyed him vtterly that day.
16 So he returned afterward to Nineue, both he and all his company of sundry nations: being a very great multitude of men of warre, and there he tooke his ease and banketted, both he and his armie an hundred and twenty dayes.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

1:1-7:32 La gran amenaza. Esta primera parte del libro gira en torno a la creciente amenaza que se cierne sobre el pueblo judío. El emperador no se contenta con imponerse como mandatario único, sino, además, como dios, con todo lo que ello implica. Así pues, esta pieza literaria, aunque cargada de ficción, se convierte en una invitación a resistir a todo aquello que por encima de Dios, pretende imponerse como única alternativa de vida en el mundo. Ayer fueron emperadores y reyes, hoy son gobernantes elegidos, a veces por voto popular, sin títulos demasiado pomposos, pero con herramientas tan poderosas y mortales como las ideologías o corrientes políticas y económicas actuales... Estos imperios se presentan como única tabla de salvación en el caos mundial que ellos mismos promueven y estimulan con fines nacionalistas y particulares.

1:1:16 Planes de Nabucodonosor. Desde el primer versículo el autor está pidiendo a sus lectores que no tomen la narración como historia objetiva. Los dos nombres reales están históricamente descoyuntados, mostrando que representan una ficción. Nabucodonosor no reinó en Nínive como rey de Asiria, sino en Babilonia, como rey del imperio babilónico. Arfaxad es, según Gén_10:22.24, descendiente de Sem y, según la tradición, fue el antecesor de los caldeos, a los que perteneció Nabucodonosor. En consecuencia, el comienzo del libro nos ahorra de golpe todo trabajo de identificación histórica y nos orienta hacia una lectura de ficción cargada de simbolismo. Nótese, por ejemplo, la expresión simbólica, «convertiendo en humillación la hermosura de la ciudad» (14), que es importante en el libro. Las ciudades, especialmente las capitales, son como doncellas por la belleza; conquistarlas es un poco como violarlas, deshonrarlas. En el libro aparecerá otra mujer bella que el enemigo quiere inútilmente poseer y deshonrar (2Cr_13:16).

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

1:12 (a) Lit. «toda la tierra». La expresión, frecuente en Jdt, designa la región considerada en el contexto (= «todo el país»), o bien tiene matiz enfático.

1:12 (b) A la lista de Jdt_1:7-11 se añaden ahora Moab, Amón y Judea. -La expresión «los confines de los dos mares» es una manera de expresar un dominio universal, comp. Sal_72:8; Miq_7:12; Zac_9:10.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


NOTAS

1:12 (a) Lit. «toda la tierra». La expresión, frecuente en Jdt, designa la región considerada en el contexto (= «todo el país»), o bien tiene matiz enfático.

1:12 (b) A la lista de Jdt_1:7-11 se añaden ahora Moab, Amón y Judea. -La expresión «los confines de los dos mares» es una manera de expresar un dominio universal, comp. Sal_72:8; Miq_7:12; Zac_9:10.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

1Ma 3:27.

Torres Amat (1825)



[9] La historia se plantea en un cuadro geográfico que abarca toda la Mesopotamia occidental.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



6. "Los hijos de Jeleud" son probablemente los caldeos.