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Han decidido, igualmente, consumir las primicias del trigo y el diezmo del vino y del aceite que habían reservado, porque están consagrados a los sacerdotes responsables del servicio de nuestro Dios en Jerusalén, y que ningún laico puede ni tan siquiera tocar con la mano. (Judith 11, 13) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Entrevista con Holofernes (11:1-4).
1 Díjole Holofernes: Ten buen ánimo, mujer, y no te intimides, que yo nunca hice daño a nadie que estuviera dispuesto a servir a Nabucodonosor, rey de toda la tierra. 2 Si ese tu pueblo que habita en la montaña no me hubiera despreciado, nunca yo levantara contra ellos mi lanza; pero ellos lo han querido. 3 Ahora dime por qué has huido de ellos, viniéndote a nosotros. En verdad te has salvado. Ten ánimo, que salva serás esta noche y en lo futuro. 4 Nadie se atreverá a ofenderte; antes todos te harán bien, como se hace a los siervos de mi señor el rey Nabucodonosor.

Postróse Judit a los pies de Holofernes. Estos rasgos de femineidad desarmaron al general persa. Trata el generalísimo asirio de explicar a Judit que él y su dueño no abrigan ningún odio personal contra Israel; aún más, en contra de su voluntad, se vio obligado a declararle la guerra, por haberle menospreciado los judíos al hacerle frente y no querer someterse libremente (5:4) y por no haber salido a su encuentro, como hicieron los otros pueblos (3:1-7).

Discurso de Judit (11:5-19).

5 Judit le respondió: Oye las palabras de tu esclava y deja que te hable tu sierva, que no dirá a mi señor esta noche cosa que no sea verdad. 6 Si sigues las indicaciones de tu esclava, seguramente que Dios acabará por ti el negocio y no fracasará mi señor en su empresa. 7 Pues por la vida de Nabucodonosor, rey de toda la tierra, y por el poder de quien te ha enviado para reducir al buen camino a todos los vivientes, que no sólo los hombres serán por ti reducidos a su servidumbre, sino que aun las mismas fieras del campo y los ganados y las aves del cielo, por tu fortaleza, vivirán bajo el gobierno de Nabucodonosor y de toda su casa. 8 En verdad, a nuestros oídos ha llegado la fama de tu sabiduría y la de tu gran inteligencia, y por toda la tierra se ha corrido la noticia de que tú eres el mejor de todo el reino, el que más vale por la ciencia y el más admirable por el arte de la guerra. 9 Sabemos las palabras que Aquior habló en tu consejo y hemos oído sus dichos, pues las gentes de Betulia se apoderaron de él, y él les comunicó todo lo que había hablado en tu presencia. 10 Por esto, dueño y señor mío, no eches en olvido ninguna de sus palabras; guárdalas en tu corazón, que son verdaderas. Nunca nuestro linaje es castigado ni la espada prevalece contra ellos si no han pecado contra Dios. 11 Ahora, para que mi señor no sea rechazado y fracase, ya la muerte se abate sobre ellos y se apodera de ellos el pecado con que han irritado a su Dios. Seguramente que han cometido un gran pecado, 12 ya que se les han agotado las provisiones, el agua escasea y han resuelto matar sus ganados, y beber su sangre, y comer cuanto Dios en sus leyes les ordenó que no comieran, 13 y hasta las primicias del trigo, los diezmos del vino y del aceite, que, como cosas santas, están reservadas a los sacerdotes que en Jerusalén asisten en la presencia de nuestro Dios, a pesar de que a ninguno del pueblo le es lícito tocarlo con las manos. 14 Han enviado mensajeros a Jerusalén, donde también sus moradores han hecho lo mismo, para que obtengan el perdón del senado; 15 y sucederá que en cuanto les llegue la noticia lo harán, y entonces, para ruina suya, te serán entregados. 16 Por lo cual yo, tu sierva, sabedora de todas esas cosas, huí de ellos, y Dios me envía a ejecutar en ti una cosa de que se maravillará toda la tierra cuando la oyeren. 17 Pues tu sierva es temerosa del Dios del cielo, a quien día y noche sirve. Por ahora me quedaré aquí, señor mío, y a la noche me iré al valle a orar a mi Dios; 18 y cuando ellos hayan cometido esos pecados, él me lo dirá y yo vendré a comunicártelo. Tú entonces saldrás con tu ejército, al que nadie podrá resistir. 19 Yo misma te guiaré por en medio de Judea hasta llegar a Jerusalén, y haré que te sientes en medio de ella y los conduzcas como ovejas sin pastor. Ni un perro ladrará contra ti. Todo esto me ha sido comunicado por revelación, y para anunciártelo he sido yo enviada.

Judit confirma la tesis de Aquior de que Israel es invencible mientras no peque contra su Dios, y añade en tono de escarnio: Guárdalas en tu corazón, que son verdaderas. Hasta el momento habíase mantenido Israel fiel a su Dios; pero en la actualidad, debido a las estrecheces de la comida y bebida, corre hacia la muerte, por observarse en ellos síntomas de desorden (atopía) y de pecado (amartema). ¿En dónde está este pecado? En que, agotadas las provisiones y escaseando el agua, han resuelto abalanzarse (epibelein) sobre sus ganados (kténesin), decididos a devorar todo lo que Dios en sus leyes ha prohibido comer. El pecado no está en comer la carne de los animales, sino en beber su sangre (Lev_17:10-14; Deu_12:23-25; 1Sa_14:31-34). Tan pronto como hicieren esto, serán entregados a Holofernes, porque, habiendo pecado, Dios se desentiende de ellos.
Existe también la posibilidad de que, acuciados por el hambre y la sed, pongan en práctica su loco designio de comer y beber lo que está reservado exclusivamente a los sacerdotes, cosa que no puede hacerse ni aun contando con la autorización del consejo de ancianos de Jerusalén. Como se ve, Judit exagera el alcance de la Ley (Lev_22:1-16), que autoriza el uso de estos alimentos en casos de necesidad (1Sa_21:4-7)1. Judit asegura a Holofernes que le avisará cuando sus paisanos hayan cometido los pecados mencionados (amartémata), y se ofrece entonces a guiarle por medio de Judea hasta llegar a Jerusalén (1Sa_11:19).
Se presenta como mujer piadosa que alaba a Dios noche y día. En la Ley no se prescribía la oración durante la noche, pero solían entregarse a esta práctica las personas piadosas (Sal_42:9; Sal_119:62). Judit alega esta práctica en vistas a la consecución de sus planes. Como las noches son propicias para las comunicaciones de Dios con los hombres, Judit asegura a Holofernes que, durante la oración nocturna, Dios le anunciará el preciso momento en que los de Betulia cometerán los pecados previstos. Entonces será la hora apropiada para el ataque. Termina Judit su largo discurso diciendo que todo cuanto ha dicho le ha sido comunicado por revelación, lo cual debe decidir a Holofernes a creer en la veracidad de sus palabras.

Respuesta de Holofernes (Sal_11:20-23).

20 Mucho agradaron semejantes discursos a Holofernes y a todos sus servidores, y, maravillados de su sabiduría, decían: 21 De un extremo a otro de la tierra no hay mujer de tan hermoso rostro y de tan discreías palabras. 22 Contestóle Holofernes: Bien ha hecho Dios en enviarte delante del pueblo para entregarlo en nuestras manos y perder a los que desprecian a mi señor. 23 Cuanto a ti, muy hermosa eres y muy discreta en tus palabras. Si haces cuanto has dicho, tu Dios será mi Dios y tendrás un asiento en la casa del rey Nabucodonosor, y tu fama se extenderá por toda la tierra.

No acertó Holofernes a vislumbrar la hiel que rezumaban las palabras de Judit. Un oriental no teme anexionar un dios más a su panteón nacional. En las palabras de Holofernes hay más dosis de cortesía que de sinceridad.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XI.

3 Olofernes asketh Iudeth the cause of her comming. 6 She telleth him how, and when hee may preuaile. 20 Hee is much pleased with her wisedome and beautie.
1 Then said Olofernes vnto her, Woman, bee of good comfort, feare not in thine heart: for I neuer hurt any, that was willing to serue Nabuchodonosor the king of all the earth.
2 Now therefore if thy people that dwelleth in the mountaines, had not set light by me, I would not haue lifted vp
my speare against them: but they haue done these things to themselues.
3 But now tell me wherefore thou art fled from them, and art come vnto vs: for thou art come for safeguard, be of good comfort, thou shalt liue this night, and hereafter.
4 For none shall hurt thee, but intreat thee well, as they doe the seruants of king Nabuchodonosor my lord.
5 Then Iudeth said vnto him, Receiue the words of thy seruant, and suffer thine handmaid to speake in thy presence, and I will declare no lie to my lord this night.
6 And if thou wilt follow the words of thine handmaid, God will bring the thing perfectly to passe by thee, and my lord shall not faile of his purposes,
7 As Nabuchodonosor king of all the earth liueth, and as his power liueth, who hath sent thee for the vpholding of euery liuing thing: for not only men shall serue him by thee, but also the beasts of the field, and the cattell, and the foules of the aire shall liue by thy power, vnder Nabuchodonosor and all his house.
8 For wee haue heard of thy wisedome, and thy policies, and it is reported in all the earth, that thou onely art [ Or, in fauour.] excellent in all the kingdome, and mightie in knowledge, and wonderfull in feates of warre.
9 Now as concerning the matter which Achior did speake in thy counsell, we haue heard his words; for the men of Bethulia [ Or, gate him.] saued him, and hee declared vnto them all that hee had spoken vnto thee.
10 Therefore, O lord and gouernor, reiect not his word, but lay it vp in thine heart, for it is true, for our nation shall not be punished, neither can the sword preuaile against them, except they sinne against their God.
11 And now, that my lord be not defeated, and frustrate of his purpose, euen death is now fallen vpon them, and their sinne hath ouertaken them, wherewith they will prouoke their God to anger, whensoeuer they shall doe that which is not fit to be done.
12 For their victuals faile them, and all their water is scant, and they haue determined to lay hands vpon their cattell, and purposed to consume all those things, that God hath forbidden them to eate by his Lawes,
13 And are resolued to spend the first fruits of the corne, & the tenths of wine and oyle, which they had sanctified, and reserued for the Priests that serue in Ierusalem, before the face of our God, the which things it is not lawfull for any of the people so much as to touch with their hands.
14 For they haue sent some to Ierusalem, because they also that dwelt there haue done the like, to bring them a license from the Senate.
15 Now when they shall bring them word, they will forthwith doe it, and they shall be giuen thee to be destroyed the same day.
16 Wherefore I thine handmaide knowing all this, am fledde from their presence, & God hath sent me to worke things with thee, whereat all the earth shalbe astonished, and whosoeuer shall heare it.
17 For thy seruant is religious, and serueth the God of heauen day & night: now therefore, my lord, I will remaine with thee, and thy seruant will goe out by night into the valley, and I will pray vnto God, and he wil tel me when they haue committed their sinnes.
18 And I will come, and shew it vnto thee: then thou shalt goe forth with all thine army, and there shall be none of them that shall resist thee.
19 And I will leade thee through the midst of Iudea, vntill thou come before Ierusalem, and I will set thy throne in the midst thereof, and thou shalt driue them as sheep that haue no shepheard, and a dogge shall not so much as [ Or, barke.] open his mouth at thee: for [ Or, these things haue I spoken.] these things were tolde mee, according to my foreknowledge, and they were declared vnto me, and I am sent to tell thee.
20 Then her wordes pleased Olofernes, and all his seruants, and they marueiled at her wisedome, and said,
21 There is not such a woman from one end of the earth to the other, both for beautie of face, and wisedome of wordes.
22 Likewise Olofernes said vnto her, God hath done well to send thee before the people, that strength might be in our hands, and destruction vpon them that lightly regard my lord:
23 And now thou art both beautifull in thy countenance, and wittie in thy wordes; surely if thou doe as thou hast spoken, thy God shall be my God,
and thou shalt dwel in the house of king Nabuchodonosor, and shalt be renowmed through the whole earth.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Informe de Judit. En este encuentro se resalta la postura de Holofernes, general vanidoso y arrogante, confiado en su poder y en sus éxitos militares. Cree que lo puede tener todo: la ciudad rebelde y esta hermosa dama que ha llegado hasta su propia tienda. Judit sabrá manejar perfectamente estas debilidades del general que él a su vez considera sus fortalezas.
11,11-15 podrían ser una crítica que el autor hace a sus contemporáneos y que pone en boca de Judit: se trtaría de una corriente político-religiosa que está cobrando fuerza en Jerusalén y que se caracteriza por una cierta laxitud y descuido respecto a las tradiciones y preceptos religiosos de Israel. El autor sabe que ésta es la puerta de entrada para que los enemigos contemporáneos entren a socavar la religión, con lo cual vendrá la pérdida de identidad nacional, cultural y, por supuesto, religiosa. En el campamento asirio, Judit mantiene su identidad judía tanto en la comida como en las prácticas de piedad (12,1-9).

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*11:5-19 Las palabras de Judit están llenas de equívocos, dobles sentidos e ironía, que engañan a Holofernes, dejando entrever al lector el verdadero sentido de estas afirmaciones. También las palabras de Holofernes (Jdt 11:1-4; s) contienen falsedades y dobles sentidos.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_14:22

NOTAS

11:13 También aquí exagera el autor las exigencias de la Ley, quizá conforme a una tradición farisea.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

Lev 22:10; Núm 18:8-19.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_14:22

NOTAS

11:13 También aquí exagera el autor las exigencias de la Ley, quizá conforme a una tradición farisea.

Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)



[=] *Lv 22:10