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Nadie ya atemorizó a los israelitas mientras vivió Judit, ni en mucho tiempo después de su muerte.
(Judith 16, 25) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Cántico de Judit (16:1-4).
Es considerado como una de las mejores composiciones de la poesía hebraica, comparable a los famosos cánticos de Moisés (Exo_15:1-31) y de Débora (Jue c.5) *. Puede dividirse en tres partes. En la primera habla la heroína empleando la primera persona del singular; en la segunda, el sujeto de la oración se halla en primera persona del plural, lo que se ha interpretado como si fuera un estribillo puesto en boca del pueblo; en la última parte vuelve a emplearse el singular, siendo Judit la que habla. Este mismo cambio de sujeto se observa en el cántico de Débora (Jue_5:2-31).

Invitación a la alabanza (Jue_16:1-4).

1 Y comenzó Judit este cántico de acción de gracias, y todo Israel a una respondía: 2 Entonad a mi Dios con tímpanos. Cantad a mi Señor con címbalos, entonadle un salmo nuevo, ensalzad e invocad su nombre. 3 Porque el Señor es Dios que acaba con las guerras; 4 porque en su campamento, en medio del ejército, me libró del poder de mis perseguidores.

Como en otras situaciones bíblicas análogas (Exo_15:1; Num_21:17; Jue_5:1), Judit entonó un cántico de acción de gracias por la victoria conseguida, al cual todo Israel a una debía responder, conforme al rito antifónico de la antigüedad.

Invasión de Asar (Jue_16:5-8).

5 Vino Asur de las montañas del Norte, llegó con las miríadas de su ejército, cuya muchedumbre obstruía los valles y cuya caballería cubría los collados. 6 Pensó él que abrasaría mis términos, que daría mi juventud a la espada, que estrellaría contra el suelo mis niños de flecho, que daría en botín mis jóvenes, que repartiría mis doncellas. 7 El Señor omnipotente los aniquiló por mano de una mujer. 8 No cayó su caudillo a manos de jóvenes, ni le hicieron tajos de titanes, ni soberbios gigantes pusieron en él la mano; Judit, hija de Merarí, con la hermosura de su rostro le paralizó.

Contra el campamento de Yahvé dirigió Nabucodonosor las miríadas de su ejército. Vino del Norte, siguiendo la clásica ruta de las invasiones de Palestina, junto a la costa mediterránea, a través de los desfiladeros de las montañas. Al héroe de tantas batallas ganadas en ruta hacia Palestina no se le concedió el honor de morir herido por la espada de los gibborim, de los fuertes, como en otro tiempo murió Goliat (1Sa_17:52); ni fueron los hijos de los titanes (titánon) los que le hirieron, ni soberbios gigantes los que le abatieron, sino Judit, la hija de Merarí, que prendió al campeón del ejército en las redes de sus encantos femeninos.

Judit seduce a Holofernes (1Sa_16:9-11).

9 Se despojó del hábito de su viudez, para exaltación de los que quedaban en Israel. Se ungió el rostro con perfumes, 10º tomo sus cabellos con la mitra, se puso la túnica de lino para seducirle. 11 Sus sandalias arrebataron los ojos del asirio, y su belleza cautivó su alma, y el alfanje segó su garganta.

A partir del v.7 habla Judit en tercera persona. Se describe con orgullo y jactancia la belleza que ofuscó la mente de Holofernes. Judit era viuda; vivía alejada de la sociedad, vestía las ropas de la viudez, escondiendo bajo ellas el vestido de penitencia que mortificaba sus carnes (1Sa_8:5). Cuando sonó la hora de salvar a su pueblo, se cubre con sus mejores galas, unge su rostro, recoge sus cabellos bajo el turbante (Isa_3:2), se adorna con toda suerte de collares y brazaletes y calza las sandalias que debían arrebatar los ojos del impúdico asirio (Can_7:2). Todos estos soberbios atavíos no tenían más finalidad que servir de armas para acabar con la vida de Holofernes, No podía concebirse mayor humillación que perecer en manos de una mujer viuda.

Pánico entre los pueblos (Can_16:12-14).

12 Se estremecieron los persas de su audacia, y los medos se pasmaron de su temeridad. 13 Dieron gritos de júbilo mis humildes, y exultaron mis débiles. Mas los asirios se estremecieron de espanto, alzaron el grito y se dieron a la fuga. 14 Hijos de madres jóvenes los atravesaron, y como a siervos huidos los hirieron; perecieron de las filas de su señor.

La fama de la proeza de Judit pasó las fronteras. Todos los imperios, al tener noticia de ella, se estremecieron. Si una mujer pudo contra el mayor ejército de entonces, ¿qué sucedería si Israel emprende la ofensiva? Dios persigue al enemigo, que huye desordenadamente. Pero ni aun en la huida les fue concedido una muerte honrosa, por cuanto los atravesaron con sus lanzas hijos de sirvientas o de mujerzuelas (korasíon), hiriéndoles de muerte los hijos de los desertores. Con esto quiérese responder a las injurias proferidas por Holofernes contra Israel (Can_5:23; Can_6:5).

Grandeza y poderío del Señor (Can_16:15-19).
15 Cantaré al Señor un cántico nuevo. 16 Señor, grande eres tú y glorioso, admirable en poder, insuperable.17 A ti te sirve la creación entera, porque tú dijiste, y todo fue hecho; enviaste tu aliento, y él lo vivificó, y no hay quien resista a tu voz.18 Los montes se agitarán por las aguas en sus cimientos, las rocas se derretirán como cera ante tu rostro. A los que te temen te muestras propicio, 19 Porque es poco para ti el sacrificio de suave olor, y es nada toda la grasa para tus holocaustos. Sólo el que teme al Señor es siempre grande.

De las cosas terrenas, de casos concretos en que se manifiesta la grandeza y el poder de Dios, pasa el salmista a fijar su atención en el Todopoderoso, al que entona un cántico nuevo para celebrar su grandeza, su gloria, poderío y trascendencia. Habló el Señor, y los seres fueron hechos (egenézesan, Sal_33:9; Sal_104:30; Sal_148:5); envió su soplo, y fue construido (oicodómesen), no habiendo nadie que pueda oponerse a su mandato.
Porque Dios es el creador del universo, ejerce sobre él un dominio absoluto; todos los seres le obedecen y sirven (Sal_25:14; Sal_97:5; Sal_103:13). A la presencia de Yahvé se derrite el granito de los montes; la tierra tiembla sobre sus columnas, hundidas en las aguas del abismo (Sal_24:2); destilan los cielos, y las nubes se deshacen en agua (Jue_5:4-5).

Castigo de los enemigos (Jue_16:20-21).

20¡Av de las naciones que se levanten contra mi pueblo! El Señor omnipotente los castigará en el día del juicio, 21 dando al fuego y a los gusanos sus carnes, y gemirán de dolor para siempre.

Termina el canto con una seria amonestación a los enemigos de su pueblo. Perecerán las naciones que se atreven a levantar sus manos contra Israel.
El fuego y los gusanos en la carne de los enemigos de Israel son el símbolo de la muerte espeluznante que espera a todos sus enemigos. Antíoco Epifanes vio cómo manaban gusanos de sus carnes, que caían a pedazos, apestando a todos en derredor (2Ma_9:9). Los profetas (Joe_4:1-4; Isa_66:24; Eci 7:17) recuerdan que el castigo del impío en el día del juicio será el fuego y el gusano. Judit pide para el enemigo de su pueblo un juicio severo y la condenación eterna. Esta será también la suerte del pecador, que será arrojado a la gehenna, donde ni el gusano muere ni el fuego se apaga (Mar_12:46) y en donde será el llanto y crujir de dientes por toda una eternidad.

Sacrificio en Jerusalén (Mar_16:22-24).

22 Llegados a Jerusalén, adoraron a Dios, y, luego que el pueblo se hubo purificado, ofrecieron sus holocaustos, sus votos y sus ofrendas. 23 Ofreció Judit todos los muebles de Holofernes, que el pueblo le había regalado, y el dosel que había cogido de la tienda, y lo dio en ofrenda al Señor. 24 El pueblo pasó tres meses alegre en Jerusalén ante el santuario, permaneciendo Judit con ellos.

La procesión, que se había iniciado en el campamento asirio, llegó a Jerusalén. Era el templo de Jerusalén la meta hacia la que apuntaba directamente Holofernes con el fin de entronizar en él a Nabucodonosor. Al llegar la comitiva al templo se postraron todos ante Yahvé. Por haber contraído impurezas legales al contacto con los cadáveres enemigos (Num_19:11; Num_31:19), se purificaron antes de ofrecer a Dios sacrificios. Los que en épocas de apuro hicieron sus votos y promesas al Señor, las cumplieron, dice el texto de la Vulgata. Un sacrificio especial ofreció Judit al entregar al anatema (herem) todo el ajiur de Holofernes y el dosel de su tienda (Num_15:11). La fiesta se prolongó tres meses. Acaso haya aquí una hipérbole para expresar que a una gran victoria y a un saqueo de un mes (Num_15:11) correspondía un largo período de regocijo (Est_1:4; 2Ma_6:30-40· 7:18).

Últimos días de Judit (16:25-28).
25 Pasados aquellos días, se volvió cada uno a su heredad, y Judit partió para Betulia y moró en su posesión, y fue por toda su vida ilustre en toda la tierra. 26 Muchos la pretendieron; pero ningún varón la conoció en todos los días de su vida desde el día que murió Manases, su marido, y se reunió con su pueblo. 27 Llegó a muy anciana en la casa de su marido, 28 alcanzando la edad de ciento cinco años. A la esclava le dio la libertad. Murió Judit en Betulia y fue sepultada en la gruta de Manases, su marido.

Regresó Judit a su casa de Betulia, donde continuó el mismo género de vida que llevaba antes de realizar su hazaña (8:4-8). El tiempo corría también para Judit, que alcanzó la edad de ciento cinco años. Dios premia a sus fieles servidores con una vida larga y pacífica (Gen_23:1; Gen_25:7; Gen_35:28; Gen_35:50, Gen_35:26). Una mujer de vida ejemplar, consagrada enteramente al servicio de Dios y de su pueblo, debía gozar de una larga vida. Como los patriarcas (Gen_23:19; Gen_49:29.32), fue sepultada en una caverna excavada en la roca, descansando cabe a los restos de su marido, Manases.

Recuerdo de Judit (Gen_16:29-30).

29 La lloró la casa de Israel por espacio de siete días. Antes de morir repartió su hacienda con los más próximos parientes de su marido, Manases, y con los más próximos de su misma familia. 30 En los días de Judit, y por mucho tiempo después de su muerte, no hubo nadie que infundiera temor a los hijos de Israel.

Según la costumbre (Gen 50,10; Eci 22:10; 1Sa_31:13), el duelo duró siete días. Antes de morir quiso cumplir con el espíritu de la Ley, que mandaba conservar el patrimonio dentro de la tribu o familia (Lev_25:10; Num_27:5-11). Después de su muerte gozó Israel de paz por mucho tiempo, no osando sus enemigos levantar su mano por estar vivo en ellos el recuerdo del triunfo. Como los jueces de Israel Que 3:11; 3:30; 5:32; 8:28), también ella supo inculcar a su pueblo el cumplimiento de los deberes religiosos que impone el pacto de la alianza, por ser un valladar contra las incursiones del enemigo. En sus manos tiene Dios las riendas de la historia; los imperios son instrumentos que maneja a su libre albedrío, utilizándolos a veces para castigar a su pueblo infiel y otras para su exaltación.

1 H. L. Jansen, La Composition Du Chant Du Judit: Acta Orientalia, 15 (1936) .63-71·

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XVI.

1 The song of Iudeth. 19 She dedicateth the stuffe of Olofernes. 23 Shee died at Bethulia a widow of great honour. 24 All Israel did lament her death.
1 Then Iudeth began to sing this thankesgiuing in all Israel, and all the people sang after her [ Or, this praising.] this song of praise.
2 And Iudeth said, Begin vnto my God with timbrels, sing vnto my Lord with cymbals: tune vnto him a [ Or, Psalme and praise.] newe Psalme: exalt him, & cal vpon his name.
3 For God breaketh the battels: for amongst the campes in the midst of the people hee hath deliuered me out of the hands of them that persecuted me.
4 Assur came out of the mountains from the North, he came with ten thousands of his army, the [ Wis_2:11; Wis_2:15.] multitude wherof stopped the torrents, and their horsemen haue couered the hilles.
5 He bragged that he would burne vp my borders, and kill my young men with the sword, and dash the sucking children against the ground, and make mine infants as a pray, and my virgins as a spoile.
6 But the Almighty Lord hath disappointed them by the hand of a woman.
7 For the mighty one did not fall by the yong men, neither did the sonnes of the Titans smite him, nor high gyants set vpon him: but Iudeth the daughter of Merari weakned him with the beautie of her countenance.
8 For she put off the garment of her widowhood, for the exaltation of those that were oppressed in Israel, and anointed her face with oyntment, & bound her haire in a [ Greek: or miter.] tyre, and tooke a linnen garment to deceiue him.
9 Her sandals rauished his eyes, her beautie tooke his minde prisoner, and the fauchin passed through his necke.
10 The Persians quaked at her boldnesse, and the Medes were [ Or, confounded.] daunted at her hardinesse.
11 Then my afflicted shouted for ioy, and my weake ones cryed aloude; but [ The Assyrians.] they were astonished: these lifted vp their voices, but they were ouerthrowen.
12 The sonnes of the damosels haue pierced them through, and wounded them as fugitiues children: they perished by the battell of the Lord.
13 I will sing vnto the Lord a [ Or, a song of praise.] new song, O Lord thou art great and glorious, wonderful in strength & inuincible.
14 Let all creatures serue thee: for thou spakest, and they were made, thou didst send forth thy spirit, and it created them, and there is none that can resist thy voyce.
15 For the mountaines shall be mooued from their foundations with the waters, the rockes shall melt as waxe at thy presence: yet thou art mercifull to them that feare thee.
16 For all sacrifice is too little for a sweete sauour vnto thee, and all the fat is not sufficient, for thy burnt offering: but he that feareth the Lord is great at all times.
17 Woe to the nations that rise vp against my kinred: the Lord almighty will take vengeance of them in the day of iudgement in putting fire & wormes in their flesh, and they shall feele them and weepe for euer.
18 Now assoone as they entred into Ierusalem, they worshipped the Lord, and assoone as the people were purified, they offered their burnt offerings, and their free offerings, and their gifts.
19 Iudeth also dedicated all the stuffe of Olofernes, which the people had giuen her, and gaue the canopy which she had taken out of his bed chamber, for a gift vnto the Lord.
20 So the people continued feasting in Ierusalem before the Sanctuarie, for the space of three moneths, and Iudeth remained with them.
21 After this time, euery one returned to his owne inheritance, and Iudeth went to Bethulia, and remained in her owne possession, and was in her time honourable in all the countrey.
22 And many desired her, but none knew her all the dayes of her life, after that Manasses her husband was dead, and was gathered to his people.
23 But she encreased more and more in honour, and waxed olde in her husbands house, being an hundred and fiue yeeres olde, and made her maide free, so shee died in Bethulia: and they buried her in the [ Or, sepulchre.] caue of her husband Manasses.
24 And the house of Israel lamented her [ Gen_50:10.] seauen dayes, and before shee dyed, she did distribute her goods to all them that are neerest of kinred to Manasses her husband: and to them that were the neerest of her kinred.
25 And there was none that made the children of Israel any more afraide, in the dayes of Iudeth, nor a long time after her death.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*8-16 Judit, que es viuda, representa la inesperada e imprevisible acción de Dios cuando, según lo narrado en Jdt 1:1-16; Jdt 2:1-28; Jdt 3:1-10; Jdt 4:1-15; Jdt 5:1-24; Jdt 6:1-21; Jdt 7:1-32, no queda ninguna esperanza. La viuda es prototipo de la debilidad y símbolo del Israel sufriente. Como en el resto de la Sagrada Escritura, la debilidad del instrumento realza la intervención de Dios.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



13. "Un canto nuevo": ver Isa_42:10; Sal_33:3; Sal_40:4; Sal_96:1; Sal_98:1; Sal_144:9; Sal_149:1; Apo_5:9.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jue_3:11+

NOTAS

16:25 Este final recuerda las conclusiones del libro de los Jueces. Vulg. añade (Jdt_16:31): «El aniversario de la fiesta de esta victoria es considerada por los hebreos como día sagrado; los judíos lo celebran desde entonces hasta el día de hoy.» De hecho no poseemos ningún vestigio de esta solemnidad, pero ver Est_9:27 s; 1Ma_7:48-49.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jue_3:11+

NOTAS

16:25 Este final recuerda las conclusiones del libro de los Jueces. Vulg. añade (Jdt_16:31): «El aniversario de la fiesta de esta victoria es considerada por los hebreos como día sagrado; los judíos lo celebran desde entonces hasta el día de hoy.» De hecho no poseemos ningún vestigio de esta solemnidad, pero ver Est_9:27 s; 1Ma_7:48-49.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Conclusión. En cuanto a la fama de Judit, perdura hasta nuestros días. Quizá menos que en otros tiempos, cuando la tomaban por figura histórica, cuando excitaba los deseos de imitación. Como figura literaria, Judit conserva hoy un buen puesto, y el autor escribe una especie de firma cifrada en esa nota sobre la fama de su criatura poética.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

— nadie volvió a atemorizar a los israelitas: El libro termina al estilo del libro de los Jueces.

Torres Amat (1825)



[23] Voto de perpetua memoria.