Ver contexto
¿Quiénes sois vosotros para permitiros hoy poner a Dios a prueba y suplantar a Dios entre los hombres? (Judith 8, 12) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

Times New Roman ;;

Judit, la heroína (8:1-3).
1 Entonces lo supo Judit, hija de Merarí, hijo de Ox, hijo de José, hijo de Ociel, hijo de Helcías, hijo de Elías, hijo de Quelcías, hijo de Eliab, hijo de Natanael, hijo de Salamiel, hijo de Sarasadai, hijo de Israel. 2 Su marido, Manases, era de su misma tribu y familia y había muerto en los días de la siega de la cebada. 3 Hallándose con los atadores de haces en el campo, cogió una insolación, y cayó en el lecho, y murió en Betulia, su ciudad. Diéronle sepultura en la de sus padres, en el campo que hay entre Dotáin y Belarnón.

Cuando el pueblo pedía a gritos la rendición, en el momento crucial en que las autoridades de Betulia habían señalado un plazo de cinco días para entregarse, surge inesperadamente Judit, la heroína. No escoge Dios a un profeta, a un guerrero, sino a una viuda retirada en un cobertizo que se había fabricado en el techo de su casa. Cuanto más débil sea el instrumento, más visible será la intervención de Dios en favor de Betulia. ¿Quién es esta mujer que salva a su pueblo de una catástrofe inminente? ¿Es un personaje ideal, simbólico, creado por el autor, o una mujer de carne y hueso? Era una viuda ideal, tal como la concibiera más tarde San Pablo (1Ti_5:5). En Betulia era la única persona que confiaba ciegamente en Dios. Su mismo nombre es revelador: Judit, Yehudith, femenino de Yehudi, significa la judía, nombre que llevó una mujer de Esaú, de origen jeteo (Gen_26:34). Las dudas acerca de la existencia real de la heroína se fundan en el nombre que lleva, Yehudith, y en su propio testimonio. En efecto, el término Yehudith puede ser gentilicio y simbolizar la nación judía en su ideal de vida religiosa. En el cántico que siguió a la victoria, Judit misma se identifica con el pueblo judío (Gen_15:4-6). No existen razones poderosas para dudar de la existencia real de Judit, pero tampoco se dan argumentos ciertos que obliguen a admitirla. Lo primero que debe hacerse para resolver esta cuestión es examinar el género literario empleado por el autor en este libro. El carácter inspirado del mismo es indiferente a esta cuestión 1.

Vida ejemplar de Judit (Gen_8:4-8).
4 Vivía en su casa Judit, guardando su viudez hacía tres años y cuatro meses. 5 Habíase hecho un cobertizo en el terrado de la casa y llevaba saco a la cintura, debajo de los vestidos de su viudez. 6 Ayunaba todos los días, fuera de los sábados, novilunios, las solemnidades y días de regocijo de la casa de Israel. 7 Era bella de formas y de muy agraciada presencia. Su marido, Manases, le había dejado oro y plata, siervos y siervas, ganados y campos, que ella por sí administraba. 8 Nadie podía decir de ella una palabra mala, porque era muy temerosa de Dios.

Al morir su marido, decidió Judit vivir perpetuamente en la viudez (Gen_16:26), Teniendo en cuenta que las hebreas contraían matrimonio entre los doce y quince años y que Bagoas la llama paidiske e halé, niña hermosa, cabe suponer que quedó viuda muy joven. Al producirse la invasión de Betulia se cumplían tres años y cuatro meses de su viudez (Vulgata: tres años y seis meses). De su matrimonio con Manases no tuvo descendencia, no quejándose contra Dios de no habérsela dado, como hicieron otras mujeres hebreas menos piadosas (1Sa_1:8-20). Vivía retirada con su esclava (1Sa_16:26) en un cobertizo que se fabricó en el terrado de su casa, o sea, la alliyyah, la habitación alta (Jue_3:23-25; 2Sa_19:1; 2Re_4:10). A una mujer tan perfecta en el cumplimiento de sus deberes religiosos debía Dios mirar con ojos de complacencia. Aunque las restantes gentes de Betulia tuvieran una fe vacilante, Dios les perdonaría en atención a las virtudes heroicas de Judit, de la cual nadie podía hablar mal. Su sensibilidad religiosa y su viudez eran factores que facilitaban su cometido de intercesora delante de Dios para salvar a su pueblo elegido.

Judit se entrevista con las autoridades (2Re_8:9-10).
9 Llegaron a los oídos de Judit las desatinadas palabras que el pueblo había dirigido al jefe; vio cuan abatidos estaban por la escasez del agua y supo asimismo la respuesta de Ocias, jurando entregar la ciudad a los asirios pasados cinco días. 10 Envió a su sierva, la que tenía puesta sobre todos sus bienes, e hizo llamar a los ancianos de la ciudad Ocias, Cabris y Garmis.

La prestigiosa mujer no tomó parte en el motín del pueblo. Por la servidumbre pudo enterarse de la situación y de la decisión tomada por las autoridades. Gran prestigio debía de gozar Judit entre los dirigentes del pueblo, ya que se dirigieron obedientes a casa de Judit tan pronto como su sierva, la que tenía puesta sobre todos sus bienes (Gen_24:2), les comunicó el deseo de su ama.

Judit increpa a los dirigentes de Betulia (Gen_8:11-15).
11 Y cuando llegaron les dijo: Escuchadme, príncipes de la ciudad de Betulia: No es acertado lo que hoy habéis dicho al pueblo, como tampoco el juramento que habéis interpuesto entre Dios y vosotros, diciendo que entregaríais la ciudad a vuestros enemigos si en esos días no viniere el Señor en vuestro auxilio. 12 ¿ Quiénes sois vosotros para tentar a Dios, los que estáis constituidos en lugar de Dios, en medio de los hijos de los hombres? 13 ¿Al Dios omnipotente pretendéis poner a prueba? ¿No acabaréis de aprender? 14 Si no podéis sondear la profundidad del corazón humano ni comprender sus pensamientos, ¿cómo vais a escudriñar a Dios, el Creador de todas las cosas; a penetrar su mente y comprender sus pensamientos? De ningún modo, hermanos, irritéis al Señor, Dios nuestro, 15 que, si no quisiera ayudarnos en los cinco días, poder tiene para protegernos en el día que quisiere o para destruirnos en presencia de nuestros enemigos.

La valiente mujer se encara con los príncipes de la ciudad (Gen_6:14-15; jefes, ancianos) por haberse atrevido a fijar a Dios un plazo de cinco días dentro de los cuales debía acudir en su ayuda; pasado aquel tiempo, ya no tenían necesidad de El. El proceder de las autoridades equivalía a un ultimátum. Ellos se obligaron con juramento a entregar la ciudad a los enemigos, y este juramento debía cumplirse necesariamente. El hecho de exigir a Dios que se decida a intervenir en el plazo de cinco días, ¿no equivalía a un atentado contra su soberanía divina? Hay que esperar pacientemente y con confianza la hora de Dios. Las autoridades de Betulia hacen mal en discutir sus designios. Una sola solución es viable: humillarse ante El y callar. A diferencia de Job (Gen_38:2-40, Gen_38:2; 7; Gen_38:8; Gen_42:3), el autor de Judit pone más de relieve la confianza filial en Dios. Su concepción de la eficacia de la oración se asemeja a la cristiana.

Motivos de confianza (Gen_8:16-20).
16 No pretendáis hacer fuerza a los consejos del Señor, Dios nuestro, que no es Dios como un hombre que se mueve con amenazas, ni como un hijo del hombre que se rinde. 17 Por tanto, esperando la salud, clamemos a El que nos socorra. Si fuese su beneplácito, oirá nuestra voz. 18 Porque no hay en nuestra generación ni se conoce en nuestros días tribu, ni familia, ni región, ni ciudad que adore dioses fabricados, como sucedía en los tiempos antiguos, 19 por causa de los cuales fueron entregados nuestros padres a la espada y al saqueo y cayeron con gran estrago delante de sus enemigos. 20 Pero nosotros no conocemos otro Dios fuera de El, por donde esperamos que no nos desatenderá ni a nosotros ni a ninguno de nuestro linaje.

Por la ley de la alianza, Dios se comprometió a ayudar a Israel y defenderlo de sus enemigos con tal de que observara su Ley y permaneciera fiel a un puro monoteísmo (Lev_26:1-8; Deu_28:1-7; Jue_2:7-23; 1Sa_7:3), Tan segura está Judit de la eficacia de esta promesa, que se atrevió a decir a Holofernes: Nunca nuestro linaje es castigado, ni la espada prevalece contra ellos si no han pecado contra Dios (1Sa_11:10). La situación religiosa actual de Israel es fundamentalmente buena, porque, al revés de los tiempos antiguos, no existe en la generación actual ni se conoce familia, región ni ciudad que adore a falsos dioses. Por este pecado de idolatría, contra el cual clamaba Jeremías (1Sa_7:17-20; 1Sa_14:7-15), fueron entregados los judíos a la espada y al saqueo. En los momentos actuales no existe este funestísimo pecado en Israel; luego hay motivos de esperar la ayuda de Dios. El autor del libro de Judit considera como pecado leve el amotinamiento del pueblo, porque sus protestas están más bien dictadas por el estómago vacío que por falta de confianza en Dios. Tampoco concede excesiva gravedad a la conducta de los magistrados de Betulia, que obraron más bien por cobardía que por malicia.

Desastrosas consecuencias de una capitulación (1Sa_8:21-27).
21 Considerad que, si nosotros fuéramos tomados, toda Judea sería destruida, y nuestro santuario saqueado, y entonces Dios nos pediría cuenta de su profanación. 22 Y la matanza de nuestros hermanos, y el cautiverio de la tierra, y la desolación de nuestra heredad, la haría el Señor recaer sobre nuestras cabezas en medio de las naciones a quienes sirviéramos, siendo escarnio y ludibrio a los ojos de nuestros dueños. 23 Ni sería nuestra servidumbre para nuestro bien; antes en nuestra deshonra la volvería el Señor, Dios nuestro. 24 Y ahora, hermanos, mostremos a nuestros conciudadanos que de nosotros pende no sólo nuestra vida, sino que el santuario, el templo y el altar sobre nosotros se apoyan. 25 Demos gracias al Señor, nuestro Dios, que nos prueba igual que a nuestros padres. 26 Recordad cuanto hizo con Abraham, cómo probó a Isaac y qué cosas sucedieron a Jacob en Mesopotamia de Siria cuando apacentaba las ovejas de Labán, su tío. 27 Pues así como aquéllos no los pasó por el crisol sino para examinar su corazón, así también a nosotros nos azota, no para castigo, sino para amonestación, de los que le servimos.

La suerte de Jerusalén, del templo y de toda la nación depende de la actuación de los habitantes de Betulia. Si, para evitar una situación crítica, de momento los magistrados de Betulia se rinden al enemigo, serán responsables ante Dios de las espantosas consecuencias de su cobardía y poca fe. Judit acumula razones con el fin de elevar la moral de los ancianos de Betulia: el país sería arrasado; sus habitantes, asesinados o deportados; el templo, saqueado. El ejemplo de los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob debe estimularles a la resistencia. Dios los pasó por el crisol para examinar su corazón, no para castigarlos. De la misma manera azota a los de Betulia, no a título de castigo, sino con el fin de someter a prueba su confianza en Dios. Judit proclama que Dios castiga y azota a sus amigos con el único fin de purificarlos y santificarlos con la práctica de las virtudes (Proí 3:12; Sab_11:5-10; Eci 2:3-5). La recomendación que hace Judit de dar gracias a Dios por las pruebas a que les sujeta, es considerada por muchos como una interpolación cristiana (Rom_5:3-5; Heb_12:5-11).

Respuesta de Ocias (Heb_8:28-31).
28 Ocias le respondió: Todo cuanto has dicho es salido de un buen corazón, y no hay quien a tus palabras pueda oponerse a nada. 29 No es hoy cuando tu sabiduría se descubre; desde el principio de tus días conoció todo el pueblo tu inteligencia y tu buen corazón. 30 Pero es mucho lo que el pueblo padece por la sed, y esto nos obligó a hablar como hablamos y a hacer el juramento que no quebrantaremos. 31 Ruega por nosotros, tú que eres mujer piadosa, y el Señor enviará lluvia que llene nuestras cisternas para que no perezcamos.

Con palabras halagadoras para Judit, Ocias reconoce su clara inteligencia y su gran corazón, pero le da a entender que no puede cambiar la decisión tomada en atención a los sufrimientos del pueblo, que muere de sed, y por el juramento que hizo, y que debe cumplirse inexorablemente (Jos_9:19; Jue_11:35; 2Sa_21:1-8). La única solución está, dice Ocias, en que Dios nos mande lluvia que llene las cisternas, lo que equivale a pedir un milagro. La época de las lluvias en Palestina se extiende desde octubre hasta mayo, y sólo por un milagro (1Sa_12:17) se da una lluvia torrencial durante los meses de junio y julio (Jos_10:11). Ocias no entiende la teología de la historia de Israel, tal como se la explica y comprende Judit. Es posible que teóricamente tenga razón Judit; pero en la práctica, parece decir Ocias, no se ve que Dios se muestre solícito en cumplir su compromiso con Israel. Por lo demás, la voluntad salvífica de Dios debe manifestarse en el plazo de cinco días, porque un juramento debe cumplirse necesariamente.

Judit expone sus planes (Jos_8:32-36).
32 Díjoles Judit: Escuchadme: Yo me propongo realizar una hazaña que se recordará de generación en generación entre los hijos de nuestra raza. 33 Vosotros estaos esta noche a la puerta; yo saldré con mi sierva, y en los días que pusisteis por término para entregar la ciudad a vuestros enemigos, visitará el Señor a Israel por mi mano. 34 No tratéis de averiguar mis planes, que no os lo manifestaré mientras no haya dado remate a lo que me propongo ejecutar. 35 Y le contestaron Ocias y los jefes: Vete en paz y que el Señor vaya delante de ti para que nos vengues de nuestros enemigos. 36 Y, saliendo del cobertizo, se fueron.

De repente saca Judit a las autoridades de la situación embarazosa en que se encontraban. El plan que les propone no es improvisado; lo ha meditado bien en su soledad, porque también ella debía de tener noticia de cómo andaban las incidencias del sitio de Betulia. Sabe también que tendrá éxito el plan que ha trazado.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter VIII.

1 The state and behauiour of Iudeth a widow. 12 She blameth the gouernors for their promise to yeeld: 17 and aduiseth them to trust in God. 28 They excuse their promise. 32 She promiseth to doe something for them.
1 Now at that time Iudeth heard thereof, which was the daughter of Merari the sonne of Ox, the sonne of Ioseph, the sonne of Oziel, the sonne of Elcia, the sonne of Ananias, the sonne of Gedeon, the sonne of Raphaim, the son of Acitho, the sonne of Eliu, the sonne of Eliab, the sonne of Nathanael, the sonne of [ Or, Samaliel.] Samael, the sonne of Salasadai, the son of Israel.
2 And Manasses was her husband of her tribe and kinred, who died in the barley haruest.
3 For as hee stood ouerseeing them that bound sheaues in the field, the heat came vpon his head, and hee fell on his bed, and died in the city of Bethulia, and they buried him with his fathers, in the field betweene Dothaim and Balamo.
4 So Iudeth was a widow in her house three yeeres, and foure moneths.
5 And she made her a tent vpon the top of her house, and put on sackecloth on her loynes, and ware her widowes apparell.
6 And she fasted all the dayes of her widowhood, saue the eues of the Sabbath, and the Sabbaths, and the eues of the newe Moones, and the newe Moones, and the Feasts, and solemne dayes of the house of Israel.
7 Shee was also of a goodly countenance, and very beautifull to behold: and her husband Manasses had left her golde and siluer, and men seruants and maide seruants, and cattell, and lands, [ Or, and she kept them.] and she remained vpon them.
8 And there was none that gaue her an ill worde; for shee feared God greatly.
9 Now when shee heard the euill wordes of the people against the gouernor, that they fainted for lacke of water (for Iudeth had heard all the wordes that Ozias had spoken vnto them, and that he had [ Wis_7:26.] sworne to deliuer the citie vnto the Assyrians after fiue dayes)
10 Then shee sent her waiting woman that had the gouernment of all
things that she had, to call Ozias, and Chabris, and Charmis, the ancients of the citie.
11 And they came vnto her, and she said vnto them, Heare me now, O yee gouernours of the inhabitants of Bethulia: for your wordes that you haue spoken before the people this day are not right, touching this othe which ye made, and pronounced betweene God and you, and haue promised to deliuer the citie to our enemies, vnlesse within these daies the Lord turne to helpe you.
12 And now who are you, that haue tempted God this day, & stand in stead of God amongst the children of men?
13 And now trie the Lord Almighty, but you shall neuer know any thing.
14 For you cannot find the depth of the heart of man, neither can ye perceiue the things that he thinketh: then how can you search out God, that hath made all these things, and knowe his minde, or comprehend his purpose? Nay my brethren, prouoke not the Lord our God to anger.
15 For if he will not helpe vs within these few dayes, he hath power to defend vs when he will, euen euery day, or to destroy vs before our enemies.
16 Doe not [ Or, ingage.] binde the counsels of the Lord our God, for [ Num_23:19.] God is not as man, that he may be threatned, neither is he as the sonne of man that he should bee wauering.
17 Therefore let vs waite for saluation of him, and call vpon him to helpe vs, and he will heare our voyce if it please him.
18 For there arose none in our age, neither is there any now in these daies, neither tribe, nor familie, nor [ Or, towne.] people, nor city among vs, which worship gods made with hands, as hath bene aforetime.
19 For the which cause our fathers [ Jdg_2:11; Jdg_4:1; Jdg_6:1.] were giuen to the sword, & for a spoile, and had a great fall before our enemies.
20 But we know none other god: therefore we trust that he will not despise vs, nor any of our nation.
21 For if we be taken so, all Iudea shall lie waste, and our Sanctuarie shal be spoiled, and he will require the prophanation thereof, at our mouth.
22 And the [ Or, feare.] slaughter of our brethren, and the captiuitie of the countrey, and the desolation of our inheritance, will he turne vpon our heads among the Gentiles, wheresoeuer we shall bee in bondage, and we shall be an offence and a reproch to all them that possesse vs.
23 For our seruitude shall not be directed to fauour: but the Lord our God shall turne it to dishonour.
24 Now therefore, O brethren, let vs shew an example to our brethren, because their hearts depend vpon vs, and the Sanctuary, and the house, and the Altar rest vpon vs.
25 Moreouer, let vs giue thankes to the Lord our God, which trieth vs, euen as he did our fathers.
26 Remember what things he did to [ Gen_22:1.] Abraham, and how he tried Isaac, and what happened to [ Gen_28:7.] Iacob in Mesopotamia of Syria, when he kept the sheepe of Laban his mothers brother.
27 For, hee hath not tried vs in the fire as he did them, for the examination of their hearts, neither hath hee taken vengeance on vs: but the Lord doeth scourge them that come neere vnto him to admonish them.
28 Then said Ozias to her, All that thou hast spoken, hast thou spoken with a good heart, and there is none that may gainesay thy words.
29 For this is not the first day wherin thy wisedome is manifested, but from the beginning of thy dayes all thy people haue knowen thy vnderstanding, because the disposition of thine heart is good.
30 But the people were very thirsty, and compelled vs to doe vnto them as we haue spoken, and to bring an othe vpon our selues, which wee will not breake.
31 Therefore now pray thou for vs, because thou art a godly woman, and the Lord will send vs raine to fill our cisternes, and we shall faint no more.
32 Then said Iudeth vnto them, Heare me, and I wil doe a thing, which shall goe throughout all generations, to the children of our nation.
33 You shall stand this night in the gate, and I will goe foorth with my waiting woman: and within the dayes that you haue promised to deliuer the citie to our enemies, the Lord will visit Israel by mine hand.
34 But inquire not you of mine act: for I will not declare it vnto you, til the things be finished that I doe.
35 Then said Ozias and the princes vnto her, Goe in peace, and the Lord
God be before thee, to take vengeance on our enemies.
36 So they returned from the tent, and went to their wards.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

8:1-16:25 La gran liberación. La segunda parte del libro va a girar en torno a la gran protagonista, Judit, que apenas ahora se hace presente. Es por este lado por donde se va a romper el dilema: entrega o resistencia. Judit va a orientar la resistencia pero corrigiéndola: hay que resistir confiando no en una intervención milagrosa de parte de Dios, sino poniendo los medios que tiene a su alcance al servicio de la comunidad y al servicio de la acción divina: su belleza y su libertad, pues siendo viuda no depende de un marido y, finalmente, su sagacidad y astucia. Resistir no equivale, por tanto, a esperar intervenciones extraordinarias que muy difícilmente se van a dar. Resistir implica emprender la marcha con lo poco que se tiene, pero con la firme esperanza de que es más que suficiente para enfrentar cualquier fuerza hostil al proyecto de Dios.

8:1-36 La mujer sabia y valiente. La presentación de la protagonista del relato consta de dos partes: en primer lugar se describe su genealogía para demostrar su genuino origen israelita (1), y en segundo lugar se describen algunos aspectos personales: era viuda (2); muy hermosa (7) y practicaba un ascetismo muy particular: ayunaba todos los días excepto las principales fiestas y sus vísperas; vestía ropas ásperas, oraba permanentemente y, al mismo tiempo, manejaba una gran riqueza (7b).
Los versículos 12-27 son las palabras que Judit dirige a los ancianos, que en realidad es lo que el autor quiere enseñar a sus contemporáneos. En ellas Judit da una verdadera cátedra de sabiduría y cordura a los ancianos. Éstos no solamente representaban la autoridad, sino que de ellos se esperaban soluciones sabias en las calamidades del pueblo. Los ancianos aún no entienden nada (13b); creen ingenuamente que la resistencia que proponen consiste sólo en esperar una intervención espectacular, extraordinaria: esperan que en el plazo fijado por ellos, Dios enviará la lluvia (31).
Judit, pues, corrige esa manera de pensar subrayando que este tipo de resistencia es una forma de tentar a Dios y, por tanto, un pecado. La resistencia se tiene que dar emprendiendo acciones concretas, y eso es precisamente lo que ella va a hacer. Pero también las palabras de Judit son una forma de alertar a la otra corriente, a la que propone la sumisión y la entrega pacífica. Judit encarna, en cierta forma, la conciencia israelita que a lo largo de la historia tuvo que jugársela para sobrevivir en medio de la tensión interna, pero más aún externa. Estaba amenazada por potencias extranjeras que permanentemente tenían los ojos puestos en la tierra de Canaán por tratarse de un corredor estratégico que media entre Mesopotamia y Egipto, polos de grandes imperios en la historia.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*8:9-36 Judit se opone a la visión teológica del pueblo y de los ancianos (véase Jdt 7:25; Jdt 7:30), e invita a una confianza incondicional. El pueblo no ha pecado y Dios lo salvará (como sostenía Ajior en Jdt 5:20 s); ellos han tentado a Dios, que es libre y trascendente.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Job_38:2; Job_40:2 s; Job_40:7 s; Job_42:3

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Job_38:2; Job_40:2 s; Job_40:7 s; Job_42:3

Torres Amat (1825)



[25] Num 11, 1; 14, 12; 21, 6; 1 Cor 10, 10.