Ver contexto

Dálet.
Las calzadas de Sión están de luto,
ya nadie viene a las solemnidades.
Todas sus puertas desoladas,
sus sacerdotes gimiendo,
afligidas sus doncellas,
¡y ella misma en amargura!
(Lamentaciones  1, 4) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

דַּרְכֵ֨י‎(דֶּרֶךְ)

Hebrew|darᵊḵˌê|way

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1870] [d.ci.ab] [453a]
[דרך] [GES1783] [BDB1999] [HAL2009]

צִיֹּ֜ון‎(צִיֹּון)

Hebrew|ṣiyyˈôn|Zion

Part-of-speech: proper noun
Gender: unknown
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H6726] [r.bt.ad] [1910]
[ציון] [GES6666] [BDB7347] [HAL7279]

אֲבֵלֹ֗ות‎(אָבֵל)

Hebrew|ʔᵃvēlˈôṯ|mourning

Part-of-speech: adjective
Gender: feminine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H57] [a.ai.ad] [6b]
[אבל] [GES59] [BDB66] [HAL71]

מִ‎(מִן)

Hebrew|mi|from

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4480] [m.cl.aa] [1212]
[מן] [GES4398] [BDB4898] [HAL4822]

בְּלִי֙‎(בְּלִי)

Hebrew|bbᵊlˌî|destruction

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1097] [b.bt.af] [246e]
[בלי] [GES1029] [BDB1166] [HAL1180]

בָּאֵ֣י‎(בֹּוא)

Hebrew|bāʔˈê|come

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: plural
Person: unknown
State: construct
Verbal tense: participle
Verbal stem: qal


[H935] [b.ap.aa] [212]
[בוא] [GES919] [BDB997] [HAL1011]

מֹועֵ֔ד‎(מֹועֵד)

Hebrew|môʕˈēḏ|appointment

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4150] [j.cb.ac] [878b]
[מועד] [GES4077] [BDB4545] [HAL4479]

כָּל‎(כֹּל)

Hebrew|kol-|whole

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3605] [k.bn.ab] [985a]
[כל] [GES3499] [BDB3904] [HAL3872]

שְׁעָרֶ֨יהָ֙‎(שַׁעַר)

Hebrew|šᵊʕārˈeʸhā|gate

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H8179] [v.fa.ab] [2437a]
[שער] [GES8131] [BDB8947] [HAL8885]

שֹֽׁומֵמִ֔ין‎(שָׁמֵם)

Hebrew|šˈômēmˈîn|be desolate

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: plural
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: qal


[H8074] [v.ea.aa] [2409]
[שמם] [GES8030] [BDB8834] [HAL8770]

כֹּהֲנֶ֖יהָ‎(כֹּהֵן)

Hebrew|kōhᵃnˌeʸhā|priest

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3548] [k.as.ab] [959a]
[כהן] [GES3443] [BDB3837] [HAL3812]

נֶאֱנָחִ֑ים‎(אָנַח)

Hebrew|neʔᵉnāḥˈîm|gasp

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: plural
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: nif‘al


[H584] [a.ef.aa] [127]
[אנח] [GES563] [BDB592] [HAL615]

בְּתוּלֹתֶ֥יהָ‎(בְּתוּלָה)

Hebrew|bᵊṯûlōṯˌeʸhā|virgin

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1330] [b.dn.ab] [295a]
[בתולה] [GES1226] [BDB1412] [HAL1415]

נוּגֹ֖ות‎(יָגָה)

Hebrew|nûḡˌôṯ|grieve

Part-of-speech: verb
Gender: feminine
Number: plural
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: nif‘al


[H3013] [j.al.aa] [839]
[יגה] [GES2915] [BDB3257] [HAL3237]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

הִ֥יא‎(הִיא)

Hebrew|hˌî|she

Part-of-speech: personal pronoun
Gender: feminine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1931] [e.aw.aa] [480]
[היא] [GES1885] [BDB2109] [HAL2106]

מַר‎(מָרַר)

Hebrew|mar-|be bitter

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H4843] [H4751] [m.dq.aa] [1248]
[מרר] [GES4750] [BDB5313] [HAL5198]

לָֽהּ‎(לְ)

Hebrew|lˈāh|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



1. Primera Lamentación: Jerusalen, Desolada.
Podíamos resumir el contenido ideológico de las Lamentaciones en tres facetas: desolación de la Ciudad Santa, reconocimiento de la justicia divina y oración implorando misericordia al Señor. Estas ideas se repiten machaconamente, pero las expresiones son bellísimas y variadas. Por todo esto, las Lamentaciones pueden considerarse como una de las mejores composiciones de la Biblia desde el punto de vista lírico-afectivo. El metro poético suele ser el característico de las elegías o qinah, a base de tres dísticos cada letra del alefato. El carácter especial de las Lamentaciones excluye un desarrollo estrictamente lógico de ideas; por eso las consideraciones se repiten entrecortadas, como expresión de un alma lacerada que por encima de las leyes lógicas de la inteligencia tiene las del corazón.
Se suele dividir esta primera lamentación en dos partes: a) 1-11, en que habla el poeta (excepto en el v.8 y 11); b) 12-22: habla Sión (excepto el v.17).

1 Alef. - ¡Cómo se sienta en soledad la ciudad populosa, es como viuda la grande entre las naciones; la señora de provincias ha sido hecha tributaria!

El profeta contrapone dos situaciones de la Ciudad Santa, que es presentada como una dama o princesa que ha quedado viuda. En una medalla acuñada por Tito después de la toma de Jerusalén en el año 70 d.C. aparece una mujer llorando debajo de una palmera con esta inscripción: ludaea capta. Es el mejor comentario de estos primeros versos de las Lamentaciones. El autor 110 puede comprender el cambio de situación de la que era señora de provincias, y se ha convertido en viuda y tributaria. La primera palabra, ¡Cómo.! es característica del verso elegiaco llamado qinah l. Sión se sienta en soledad como madre que ha quedado sin hijos, como doncella que ha quedado sin amantes y como viuda que ha quedado sin marido, expuesta a la penuria sin sombra protectora2. La ciudad populosa y la señora de provincias son dos frases que han de entenderse en el horizonte relativo del hagiógrafo. Sión era la capital más poblada de Judá, y también, como capital, señora de provincias, no sólo de las tribus de Judá y de Simeón, que constituían el reino del sur, sino que en tiempos de Jeremías era aún señora de amplias zonas de TransJordania, como Edom y Moab. Pero ahora ha sido hecha tributaria, formando sólo parte de un distrito del inmenso imperio babilónico.

2 Beth. - Llora copiosamente en la noche y corre el llanto por sus mejillas; no tiene quien le consuele entre todos sus amantes; le fallaron todos sus amigos y se volvieron enemigos.

En las horas nocturnas siente más su soledad e infortunio, porque nada le distrae de su dolor. El día con su luz trae siempre impresiones optimistas y alegres, pero en la noche, el ambiente de vacío, de soledad, pesa como una fría losa sobre el alma del desgraciado; por eso, en esas horas de intimidad y de sinceridad corre el llanto por sus mejillas. Sólo el desahogo de las lágrimas puede compensar algo la tremenda tragedia interior de la dama desolada. Por otra parte, en la hora trágica del infortunio, en la hora de la verdad, le fallaron todos sus amigos. Sión había confiado en Egipto y en la alianza de otros pueblos 3; pero, cuando la ciudad ha sido convertida en un montón de ruinas, no tiene quién la consuele. Es el patrimonio de todo el que ha sido visitado por el infortunio: los que antes creía sus amigos, se le volvieron enemigos.

3 Guímel. - Emigró Judá a causa de la aflicción y de la gran servidumbre; está sentada entre las gentes sin hallar reposo; todos sus perseguidores le dieron alcance y la estrecharon.

Asolada la ciudad, los habitantes que quedaron sin ser llevados al destierro emigraron voluntariamente a causa de la aflicción y de la gran servidumbre. El yugo babilónico era demasiado pesado 5. Pero Judá tampoco encontró reposo en el exilio, sentada entre las gentes. Sus enemigos siguieron persiguiéndola en desfiladeros estrechos, según dice el texto hebreo.

4 Dálet. - Los caminos de Sión están en luto por 110 haber quien venga a las solemnidades. Todas sus puertas están desoladas, sus sacerdotes gimiendo, sus vírgenes escuálidas, y ella llena de amargura.

El estado de la ciudad no puede ser más triste: los caminos que conducían a Sión, antes rebosantes de peregrinos, ahora están en luto, desiertos: no hay quien venga a las solemnidades. Por la mente del profeta pasa el gozoso recuerdo de los millares de peregrinos que avanzaban hacia la Ciudad Santa con cantos alegres de acción de gracias por las cosechas. Ya no hay solemnidades o fiestas litúrgicas tradicionales, hitos durante el año de la vida religiosa: las tradicionales fiestas de Pascua, de Pentecostés y de Tabernáculos, en las que se presentaban las primicias de los cereales y de los frutos impetrando protección para el próximo año agrícola. Ya no salen a recibir a los peregrinos los sacerdotes, que ahora están gimiendo. Las mismas vírgenes, que en alegres danzas amenizaban la presencia de los peregrinos en estas fiestas, están ahora escuálidas o encorvadas por el dolor 6. Y las puertas de la ciudad, en otro tiempo lugar de concentración de la vida social de la ciudad, están desoladas. Ya no están allí los ancianos para juzgar, ni los mercaderes para recibir las caravanas con las mercancías, ni los niños alegrando con sus juegos la vida de la ciudad 7. Todo es atmósfera de tristeza y amargura.

5 He. - Prevalecieron sus enemigos y prosperaron los que la aborrecían, pues la afligió Yahvé por la muchedumbre de sus rebeldías; sus niños fueron a la cautividad delante del enemigo.

En la lucha han vencido los enemigos de Judá. Pero, en realidad, todos los sufrimientos de Judá vienen enviados por el mismo Dios: pues la afligió Yahvé por la muchedumbre de sus rebeldías. La conducta pecadora de Judá es la causa de su desventura. Y ni siquiera sus pequeñuelos se ven libres de la deportación.

6 Wau. - Ha desaparecido de la hija de Sión toda su gloria; sus príncipes han venido a ser como ciervos que no hallan pastos, y huyeron sin fuerzas ante el perseguidor.

En la catástrofe ha perdido la hija de Sión, es decir, Jerusalén, toda su gloria, a saber, lo que constituía su orgullo: sus príncipes y su rey, como puntualiza a continuación 8. Sus príncipes, debilitados por el hambre y la miseria, andan vagando como ciervos que no hallan pastos 9. Y huyeron agotados ante el perseguidor. En efecto, el rey Sedecías, con sus magnates, se dio a la fuga, siendo vergonzosamente capturado 10.

7 Zain. - Acordóse Jerusalén, en los días de su aflicción y de su vivir errante, de todos los bienes que de antiguo tuvo. Cuando cayó su pueblo en manos del enemigo, sin que nadie le ayudase, miráronla sus enemigos y se burlaron de su perdición.

En los días de la prueba comprendió Jerusalén los bienes que de antiguo tuvo. Pero ahora nada le queda de su antigua gloria y riqueza, y sus enemigos se alegran, burlones, ante su ruina.

8 Jet. - Muchos son los pecados de Jerusalén; por eso fue objeto de aversión; cuantos antes la honraron la desprecian viendo su desnudez, y ella misma suspira y vuelve su rostro.

Jerusalén es presentada ahora como una cortesana que por sus pecados es convertida en objeto de aversión 11, despreciada de los que antes le hacían el amor, porque vieron su desnudez 12. Jerusalén, humillada por su Dios, ha descubierto sus pecados, presentándose como una mujer pública que ha mostrado impudentemente sus atractivos sexuales 13. Y Jerusalén misma se avergüenza de su estado menstrual y vuelve el rostro.

9 Tet. - Su inmundicia manchaba sus vestiduras, y no se cuidaba de su fin, y cayó de modo sorprendente, sin que nadie la consolara. Mira, ¡oh Yahvé! mi aflicción, mira la arrogancia del enemigo.

Sigue la misma imagen. Jerusalén se halla como mujer pública en período menstrual, su inmundicia se nota en sus vestiduras 14. Aquí inmundicia tiene un sentido religioso. Sus pecados la hacen inmunda a los ojos de los demás pueblos, y son tantos, que no puede disimularlos. Y está tan ciega en sus extravíos, que no se cuida de su fin, es decir, del castigo que le espera 15. De repente, ante tanta perversidad, se escapa un grito de auxilio de Jerusalén: Mira mi aflicción. Ella es ciertamente pecadora ante los ojos de Yahvé, pero sus enemigos no lo son menos y se muestran insolentes con arrogancia insoportable 16.

10 Yod. - Echó mano el enemigo de todos sus tesoros, vio penetrar en su santuario a las gentes, a quienes prohibiste penetraran en tu congregación.

El pensamiento del profeta se vuelve a la depredación del templo de Jerusalén. Esto era el mayor crimen que debía Dios castigar, pues, aparte de la expoliación, penetraron en el santuario gentes a quienes estaba prohibido entrar en el sagrado recinto 17. En el templo construido por Herodes se puso una placa de bronce, que ahora está en el museo de Estambul, en la que se conminaba con la pena de muerte a todo gentil que osara pasar del atrio de los gentiles al de los israelitas 18. El allanamiento, pues, de la morada de Yahvé por los gentiles era para el profeta la mayor enormidad que pudiera cometerse.

11 Kaf. - Todo su pueblo va suspirando en busca de pan; han dado cuanto tenían de precioso para mantener la vida. Mira, oh Yahvé! y contempla cuan abatida estoy.

La ruina política de la ciudad ha traído la catástrofe económica. Es tal la carestía de alimentos, que los habitantes tienen que dar sus objetos más preciados para subvenir a las necesidades más elementales. Ante los ojos del profeta está el espectro del pueblo macilento en busca de pan.

12 Lamed. - ¡Oh vosotros cuantos pasáis por el camino! mirad y ved si hay dolor comparable a mi dolor, al dolor con que yo soy atormentada. Afligióme Yahvé el día de su ardiente cólera.

Sión pide comprensión para la tragedia de su pueblo, de su capital destruida, y por eso interpela a los viandantes que indiferentes contemplan las ruinas de la ciudad, sin preocuparse de su situación, siguiendo su marcha conforme a las exigencias comerciales. Cerca de la Ciudad Santa pasaba el camino hacia Egipto para unirse a la vía maris, o ruta caravanera comercial entre el país del Nilo y Mesopotamia 19. Podemos, pues, considerar la exclamación angustiada del profeta, puesta en boca de Jerusalén, como una llamada a la piedad de estos comerciantes despreocupados de su malhadada suerte. No hay dolor comparable al de la Ciudad Santa, arrasada y deshabitada. Sus ruinas son un recuerdo perenne del paso asolador de la ardiente cólera de Yahvé. La frase es un humilde reconocimiento de los pecados de Jerusalén, presa ahora de las exigencias de la justicia airada de Dios.

13 Mem. - Mandó desde lo alto un fuego que consume mis huesos 20, tendió a mis pies una red, y me hizo caer hacia atrás y me arrojó en la desolación, consumida todo el día.

La mano pesada de la justicia divina se hace sentir como un fuego que consume los huesos de Jerusalén. La metáfora puede aludir simplemente a un castigo enviado por Dios desde lo alto, el cielo donde Yahvé habita, o quizá aluda concretamente a una epidemia que siguió normalmente a la ruina política y económica de la nación, la cual se hace sentir de modo especial con manifestaciones de intensas fiebres. En este caso, la frase fuego que consume los huesos adquiere más realismo 21. Pero parece más lógico tomar fuego como instrumento de castigo en general 22. La imagen siguiente tiene también un sentido general: Jerusalén ha caído en la red que le ha tendido Yahvé. La Ciudad Santa era como una avecilla descarriada que andaba volando libremente separada de su Dios, pero Yahvé, en su amor, le ha tendido una red y ha caído en ella. Esa red que hará recapitular a Jerusalén sobre sus caminos es la desgracia y la ruina 23. Yahvé ha actuado como hábil cazador, buscando atraerla por la vía de la expiación: me arrojó en la desolación. Por todo ello se siente como consumida y agotada.

14 Nun. - El yugo de mis iniquidades pesa sobre mí 24 entretejidas por su mano. Su yugo es sobre mi cuello y ha quebrantado mis fuerzas. Me entregó Yahvé en sus manos, no puedo levantarme.

Jerusalén reconoce, humillada, sus transgresiones, que pesan sobre ella como yugo insoportable. Los crímenes de la Ciudad Santa son como las partes diversas del yugo con sus cuerdas, que han sido entretejidas por el mismo Yahvé, obligado a enviarle un castigo purificador por exigencia de su justicia. Ante el castigo enviado por Dios, Jerusalén está impotente, presa de la justicia divina, y no puede levantarse. Es la imagen de la bestia con el yugo al cuello, sin poder levantar la cabeza.

15 Sámec. - Rechazó a todos mis guerreros en medio de mí, convocó contra mí una asamblea para quebrantar a mis mancebos. Como en lagar ha pisado Yahvé a la virgen hija de Judá.

Yahvé mismo ha convocado a los enemigos de Judá a una asamblea o concentración para que se abalancen contra sus guerreros, que iban a ser sacrificados 25. Los escritores bíblicos prescinden en sus descripciones de las causas segundas, y lo atribuyen todo directamente a Dios. En toda la tragedia de Judá ha estado la mano justiciera de Yahvé como causa total. El hagiógrafo tiene una visión teológica de la historia, y lo considera todo a través de las leyes de la justicia divina ultrajada: Como en lagar ha pisado Yahvé a la virgen hija de Judá. La metáfora es atrevida y muy expresiva; ninguna mejor para indicar el rigor de la inexorable justicia divina. La hija de Judá es Jerusalén, concebida como una virgen hermosa y atractiva que ha sido mancillada y despreciada. Algunos autores creen que aquí se alude a un banquete sacrificial: Yahvé ha convocado a los enemigos de Judá a una asamblea litúrgica en la que no falta el banquete de ritual ni el vino. Este vino aquí es la sangre de la virgen de Judá, exprimida como en un lagar 26. La metáfora es posible, pero quizá el contexto no exija tanto.

16 Ayin. - Por eso lloro, y manan lágrimas mis ojos, y se alejó de mí todo consuelo que aliviase mi alma; mis hijos están desolados al triunfar el enemigo.

De nuevo la tragedia se apodera de la desconsolada Judá. Ese triunfo de sus enemigos la ha sumido en la mayor amargura. No le queda sino derramar lagrimas; se siente sola: sus amigos la han abandonado, y Yahvé no le sirve sino para mostrarle sus transgresiones, haciendo pesar sobre ella su mano vengadora.

17 Pe. - Tiende Sión sus manos, pero nadie la consuela. Dio Yahvé contra Jacob órdenes a los enemigos que la rodeaban, y Jerusalén fue para ellos objeto de abominación.

Ahora habla el profeta para contar la tragedia íntima de Sión: su soledad en la hora de la prueba es total. Jerusalén tiende sus manos en busca de auxilio 27, pero en vano. Todo lo que pasa está decretado por Yahvé, que para castigar a su pueblo convoca a sus enemigos circunvecinos, de forma que sean testigos de la humillación de Judá. Para ellos, la Ciudad Santa se ha convertido en cosa inmunda 2S, objeto de abominación y desprecio, pues en su catástrofe parece llevar la maldición de su Dios.

18 Sade. - Justo es Yahvé, pues yo fui rebelde a sus mandatos. Oíd, pueblos todos, y contemplad mi dolor: mis doncellas y mis mancebos han ido al cautiverio.

La confesión de los pecados por parte de Jerusalén es sincera, y en ella se reconoce la justicia del castigo enviado por Yahvé. Pero, como antes se había dirigido a los viandantes para que contemplaran sus ruinas y su tragedia, ahora se dirige a los pueblos todos para que piensen en la mayor tragedia de una madre: mis doncellas y mancebos han ido al cautiverio. Lejos de imprecar a las naciones que sarcásticamente contemplan su ruina, les pide compasión, apelando a los elementales sentimientos de piedad y de conmiseración.

19 Qof. - Llamé a voces a mis amigos, pero me engañaron.Mis sacerdotes y mis ancianos perecieron en la ciudad,buscando comida con qué sostener sus vidas.

De nuevo el corazón lacerado de Jerusalén piensa en la traición de los que creía sus amigos, pero que le fallaron en la hora de la prueba. Todo esto le infunde profunda amargura. Por otra parte, no puede olvidar a sus sacerdotes y ancianos, antes la clase directora de la sociedad y ahora muertos de hambre y de necesidad. Los conceptos se repiten, pero tienen siempre un acento afectivo que impresiona al lector.
20 Res. - Mira, ¡oh Yahvé! mi angustia. Mis entrañas rugen, mi corazón se revuelve dentro de mí por haber sido muy rebelde. Fuera hizo estragos la espada, dentro la mortandad.

En medio de tanta desolación y angustia no le queda a Jerusalén sino implorar a Yahvé el fin de tantos dolores. Las entrañas y el corazón - centro de las emociones - la desazonan sobremanera al contemplar en su vida tanta prevaricación y rebeldía. Sólo la misericordia divina puede llevar tranquilidad a su alma. Por otra parte, la tragedia ha sido inmensa y suficiente para calmar la justicia divina; todos sus hijos han desaparecido: los que estaban fuera de los muros, por la espada, y los que estaban asediados, por la epidemia y mortandad.

21 Sin. - Oyen mis gemidos, y nadie me consuela; todos mis enemigos han sabido mi desgracia, y se alegran de lo que has hecho. ¡Haz venir el anunciado día, y que sean como yo!

Jerusalén se vuelve a Yahvé implorando su justicia también para los que se alegran de su miseria y de su ruina y tienen una especial satisfacción en constatar que Yahvé, el Dios de que se gloriaba Judá como su protector, la ha castigado de esta manera. Esto hace despertar en la ciudad destruida un sentimiento de revancha y de venganza: Haz venir el anunciado día y sean como yo. Según las esperanzas populares, Dios se manifestaría un día (el día de Yahvé) sobre los enemigos de Israel, castigándolos por su conducta para con él. Contra esta esperanza se había levantado el profeta Amos, anunciando que el día de Yahvé sería de tinieblas, no de luz; es decir, de castigo y no de victoria para Israel, si ésta no cambiaba su mala conducta 29. Jerusalén, ahora humillada, clama a la omnipotencia divina para que descargue también su ira sobre los pueblos vecinos que hacen befa de ella.

22 Tau. - ¡Que se ponga a tus ojos toda su maldad, y trátalos como me has tratado por mis rebeldías, porque son muchos mis suspiros y está muy dolorido mi corazón!

Desarrolla los sentimientos del verso anterior: también sus enemigos deben tener una debida retribución 30. Aun reconociendo sus propios pecados, cree que ya es bastante lo que ha sufrido hasta ahora para aplacar las exigencias de la justicia divina. Es hora ya de que Yahvé la descargue sobre sus enemigos, tan culpables como ella 31.

1 Cf. Lam 2 y 4. - 2 Cf. Isa_47:8. - 3 Cf. Jer_4:30; Jer_30:14; 2Re_24:2; Sal I37:6s; Eze_26:3; Eze_29:6s; Jer_28:5. - 5 Cf. Jer_40:11; c.42-43. - 6 Cf. Exo_15:20; Jue_21:21; Sal_68:25; Jer 31:13- - 7 Cf. Pro_31:23; Jer_26:10; 1Re_22:10; 2Re_7:1; 2Cr_32:6; Job_29:7. - 8 Cf. Lam_2:1. - 9 Cf. Jer_32:7ss. - 10 Cf. Jer_39:48. - 11 Lit. el hebreo dice menstruo, considerado como de suma impureza legal (cf. Lev_15:19). - 12 Eufemismo por sus vergüenzas. - 13 Cf. Isa_47:3; Jer_13:26; Eze_16:37; Ose_2:5; Nah 3:5- - 14 Cf. Jer_2:34; Jer_13:22. - 15 Cf. Deu_32:29; Is 47:7- - 16 Cf. Jer_48:26.42. - 17 Cf. Jer_52:175; Eze_44:7. - 18 Cf. Hec_21:28-29. - 19 El TM dice No vosotros, que es ininteligible. Hemos seguido a los LXX, conforme al contexto. - 20 La Bible de Jérusalem: ha enviado fuego que ha hecho descender sobre mis huesos*. Streane: envió fuego a mis huesos y los dominó. - 21 Jeremías habla de un fuego que consume sus entrañas; es el fuego clei celo abrasador por la causa de Yahvé. Cf. Jer_20:9. - 22 Cf. Sal_18:17; Sal_102:20. - 23 Sobre esta imagen, cf. Ose_5:1; Ose_7:12; Eze_12:13; Eze_17:20; Jer_10:8; Sal_9:16; Sal_31:5. - 24 El verso es traducido de muy diversos modos: Cantera: Ha vigilado sobre mis peca- - dos, en su mano se han entretejido, gravitan sobre mi cuello. Streane: El yugo de mis transgresiones es atado por su mano. Están entretejidos sobre mi cerviz. - 25 Cf. Ose_1:7; Isa_13:3; Jer_46:10; Eze_39:17. - 26 Así Streane, o.c., 335; cf. Jer_46:10; Isa_34:6; Eze_39:175; Sof_1:7. - 27 Cf. Jer_2:3; Jer_2:4-31; Is 1:15- - 28 En hebreo, lit. menstruo. - 29 Cf. Amo_5:18; Sof_1:14. - 30 Cf. Jer_50:11-13. - 31 Cf. Deu_32:41s; Sal_58:7-12; Deu_137:7-9; Jer_18:21-23.


King James Version (KJVO) (1611)



Chapter I.

1 The miserable estate of Ierusalem by reason of her sinne, 12 Shee complaineth of her griefe, 18 and confesseth Gods iudgement to be righteous.
1 How doeth the citie sit solitarie that was full of people? how is she become as a widow? She that was great among the nations, and princesse among the prouinces, how is she become tributarie?
2 Shee [ Jer_13:17.] weepeth sore in the [ Job_7:3.] night, and her teares are on her cheekes: among all her louers she hath none to comfort her, all her friends haue dealt treacherously with her, they are become her enemies.
3 Iudah is gone into captiuitie, because of affliction, and [ Hebrew: for the greatnesse of seruitude.] because of great seruitude: she dwelleth among the heathen, she findeth no rest: all her persecutors ouertook her betweene the straits.
4 The wayes of Zion do mourne, because none come to the solemne feasts: all her gates are desolate: her priests sigh: her virgins are afflicted, and she is in bitternesse.
5 Her aduersaries [ Deu_28:13.] are the chiefe, her enemies prosper: for the Lord hath afflicted her; for the multitude of her transgressions, her [ Jer_52:28.] children are gone into captiuitie before the enemie.
6 And from the daughter of Zion all her beautie is departed: her princes are become like Harts that find no pasture, & they are gone without strength before the pursuer.
7 Ierusalem remembred in the dayes of her affliction, and of her miseries, all her [ Or, desireable.] pleasant things that she had in the dayes of old, when her people fell into the hand of the enemie, and none did helpe her, the aduersaries saw her, and did mocke at her Sabbaths.
8 Ierusalem hath grieuously sinned,

[The yoke of sinnes.]

therefore she [ Hebrew: is become a remouing or wandering.] is remoued: all that honoured her, despise her, because they haue seene her nakednesse: yea, shee sigheth and turneth backward.
9 Her filthines is in her skirts, she remembreth not her last end, therfore she came downe wonderfully: shee had no comforter: O Lord, behold my affliction: for ye enemie hath magnified himselfe.
10 The aduersarie hath spread out his hand vpon all her [ Or, desireable.] pleasant things: for she hath seene that the heathen entred into her Sanctuarie, whom thou didst command that [ Deu_23:3 .] they should not enter into thy congregation.
11 All her people sigh, they seek bread, they haue giuen their pleasant things for meate to [ Or, to make the soule to come againe.] relieue the soule: see, O Lord, & consider: for I am become vile.
12 [ Or, it is nothing.] Is it nothing to you, all ye that [ Hebrew: passe by the way.] passe by? behold and see, if there be any sorow like vnto my sorowe, which is done vnto me, wherewith the Lord hath afflicted me, in the day of his fierce anger.
13 From aboue hath he sent fire into my bones, and it preuaileth against them: he hath spread a net for my feete, he hath turned me backe: he hath made me desolate, and faint all the day.
14 The yoke of my transgressions is bound by his hand: they are wreathed, and come vp vpon my necke: he hath made my strength to fall, the Lord hath deliuered me into their hands, from whom I am not able to rise vp.
15 The Lord hath troden vnder foot all my mightie men in the midst of me: he hath called an assembly against mee, to crush my yong men. The Lord hath troden [ Or, the winepresse of the virgine, etc.] the virgine, the daughter of Iudah, as in a wine presse.
16 For these things I weepe, [ Jer_13:17 ; Jermeiah 14.17; Jer_2:18 .] mine eye, mine eye runneth downe with water, because the comforter that should [ Hebrew: bring backe.] relieue my soule is farre from me: my children are desolate, because the enemy preuailed.
17 Zion spreadeth forth her hands, and there is none to comfort her: the Lord hath commanded concerning Iacob, that his aduersaries should bee round about him: Ierusalem is as a menstruous woman among them.
18 The Lord is [ Dan_9:7 .] righteous, for I haue rebelled against his [ Hebrew: mouth.] commandement: heare, I pray you, all people, and behold my sorow: my virgins and my yong men are gone into captiuitie.

[Gods wrath.]

19 I called for my louers, but they deceiued me: my priests and mine elders gaue vp the ghost in the citie, while they sought their meat to relieue their soules
20 Behold, O Lord: for I am in distresse: my [ Isa_16:11 ; Jer_48:36 .] bowels are troubled: mine heart is turned within mee, for I haue grieuously rebelled: abroad the sword bereaueth, at home there is as death.
21 They haue heard that I sigh, there is none to comfort me: all mine enemies haue heard of my trouble, they are glad that thou hast done it: thou wilt bring the day that thou hast [ Or, proclaimed.] called, and they shall be like vnto me.
22 Let all their wickednes come before thee: and doe vnto them, as thou hast done vnto me for all my transgressions: for my sighes are many, and my heart is faint.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



La pérdida de grandeza de Jerusalén

El pensamiento central en estos versículos es que Jerusalén, una vez favorecida por el Señor, ha perdido todas las señas de ese favor. La ciudad era un símbolo de la relación especial entre Dios y su pueblo. En el contexto del pacto mosaico, Dios había hecho una promesa especial al rey David que él y sus descendientes reinarían en Jerusalén (2 Sam. 7:11-16; Sal. 2). David había engrandecido a la ciudad y a la nación (la palabra heb. para grande de hecho aparece dos veces en el v. 1, una vez traducida populosa); y Salomón la había embellecido más con el espléndido templo que edificó (1 Rey. 5-8). Ahora la ciudad yace en ruinas. Donde había habido victoria sobre los enemigos, había sólo derrota; donde había habido prosperidad, había desolación. El destino de Jerusalén en 586 a. de J.C. llegó a ser un símbolo perpetuo de la insensatez del orgullo y complacencia humanos.

En Lam. la ciudad es frecuentemente personificada como una mujer. La frase hija de Sion (6) ejemplifica esto claramente. (Sion es otro nombre para Jerusalén en Lam.). La representación femenina se utiliza en el contraste poético entre viuda y señora (1). La idea de sus amantes recuerda la disposición de Judá a ser infiel al Señor adorando los dioses de otras naciones y haciendo alianzas políticas con ellas (cf. Jer. 3:1). La personificación femenina se expresa en cuadros de dolor femenino, que evoca agudamente el del pueblo en general; de allí vírgenes (4), maternidad (5b).

El tema del exilio suena primero en estos vv. (3, 5). Los caminos de Sion (4) son aquellos de peregrinaciones para las grandes fiestas anuales (cf. Sal. 84:5). Había habido mucha religión en Judá; pero careciendo de un corazón sincero había llegado a ser odiosa a Dios (cf. Isa. 1:11-17). Un efecto del juicio de Dios sobre el pueblo había sido el poner fin a esta falsa religión.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Primera lamentación. En esta primera lamentación todo gira en torno al sentimiento de dolor que ha provocado la caída de Jerusalén. Primero es el poeta quien habla en tercera persona (1-11); luego Jerusalén, bajo la forma de una viuda solitaria y despojada, entona su canto de dolor en primera persona (12-22), imagen frecuente en el Antiguo Testamento para hablar de la relación de Dios con su pueblo (Ose_2:4.7).
El autor da a su poema un tono de uniforme y monótono lamento, como quien tiene grabado en su mente no sólo el horror que está contemplado sino también la causa que lo ha provocado: los pecados de la ciudad han desencadenado el castigo de Dios a manos de los enemigos de su pueblo.
Ha llegado «el día del Señor», el anunciado «día del incendio de su ira» contra los pecados del pueblo, pero también de exterminio contra las naciones, expresión que cristalizará posteriormente en el día del juicio final (cfr. Amó_5:18; Joe_3:4).

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*1 Lam 1:1-22 se relaciona probablemente con la primera caída de Jerusalén (año 598), cuando el rey y un grupo selecto de la población fueron deportados. Jerusalén ha pecado gravemente y sus delitos no han quedado impunes; en su desgracia, sus aliados tradicionales (amantes), no la han socorrido, el enemigo ha triunfado, Dios ha entregado a su pueblo en sus manos. No obstante, Jerusalén confía en que, frente a la mirada burlona de quienes la contemplan, Dios se fije en su dolor, se compadezca y la salve.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_14:2

[2] Isa_3:26

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jer_14:2

[2] Isa_3:26

Nueva Traducción Viviente (Tyndale House, 2009)

En hebreo Sión; también en Lam 1:17.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 1.2 Amantes: Véase Jer 22.20 n.

[2] 1.3 Sufre... cautiverio: Cf. 2 R 24.18-21.

[3] 1.10 Cf. 2 R 24.13; 25.13-17.

Torres Amat (1825)



[1] El poema acróstico del alfabeto hebreo está escrito en forma de lamentación.

[17] Lev 15, 19.

[19] A los egipcios.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

— peregrinos: Lit. los que acuden a las fiestas.