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Mem.
¿Quién dice algo y sucede?
¿No es el Señor el que decide?
(Lamentaciones  3, 37) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

מִ֣י‎(מִי)

Hebrew|mˈî|who

Part-of-speech: interrogative pronoun
Gender: unknown
Number: unknown
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4310] [m.bu.aa] [1189]
[מי] [GES4237] [BDB4722] [HAL4643]

זֶ֤ה‎(זֶה)

Hebrew|zˈeh|this

Part-of-speech: demonstrative pronoun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2088] [g.ah.aa] [528]
[זה] [GES2033] [BDB2271] [HAL2289]

אָמַר֙‎(אָמַר)

Hebrew|ʔāmˌar|say

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H559] [a.ea.aa] [118]
[אמר] [GES535] [BDB564] [HAL587]

וַ‎(וְ)

Hebrew|wa|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

תֶּ֔הִי‎(הָיָה)

Hebrew|ttˈehî|be

Part-of-speech: verb
Gender: feminine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: wayyiqtol
Verbal stem: qal


[H1961] [e.bf.aa] [491]
[היה] [GES1888] [BDB2113] [HAL2109]

אֲדֹנָ֖י‎(אֲדֹנָי)

Hebrew|ʔᵃḏōnˌāy|Lord

Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H136] [a.be.ac] [27b]
[אדני] [GES136] [BDB145] [HAL149]

לֹ֥א‎(לֹא)

Hebrew|lˌō|not

Part-of-speech: negative particle
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3808] [l.ab.aa] [1064]
[לא] [GES3708] [BDB4137] [HAL4092]

צִוָּֽה‎(צָוָה)

Hebrew|ṣiwwˈā|command

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: pi“el


[H6680] [r.az.aa] [1887]
[צוה] [GES6618] [BDB7294] [HAL7223]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



3. Tercera Lamentación: Jerusalen, Asolada.
Se suele dividir esta lamentación en tres partes: a) 1-24: de carácter personal, habla el profeta en primera persona; b) 25-39: de carácter gnómico o sentencioso, habla en tercera persona o impersonal; c) 40-47: de carácter colectivo. Característica de esta lamentación es que el sistema acróstico se acentúa, repitiéndose tres veces en cada verso la misma letra. Muchos autores han creído ver en este capítulo varias piezas independientes ensambladas por un redactor posterior, pero otros creen que se puede mantener la unidad sustancial. Los conceptos se repiten menos, pero las exigencias del alfabetismo, o disposición acróstica, repetida tres veces en cada verso, liga mucho la agilidad del pensamiento del poeta. No se menciona a Jerusalén ni tampoco el templo, sino que es un puro desahogo personal. De ahí que, para muchos críticos, este fragmento es una oración elegiaca individual de datación posterior, unida a las otras lamentaciones tradicionales por exigencias litúrgicas. En los v.1-24, el orante describe sus sufrimientos al estilo de muchos salmos, y no se vinculan esos sufrimientos personales a la catástrofe nacional. Es como un soliloquio con muchas semejanzas a fragmentos del libro de Job. Como la forma monologada no es ajena al estilo de Jeremías, muchos autores creen que es realmente del profeta de Anatot, y así lo ha mantenido la tradición judeo cristiana.

1 Alef. Yo soy el varón que ha visto la miseria bajo el látigo de su furor. 2 Alef. Llevóme y me metió en tinieblas sin luz alguna. 3 Alef. Todo el día vuelve y revuelve su mano contra mí.

El profeta Jeremías se nos presenta a veces como un varón de dolores, sin tener acceso alguno al banquete alegre de la vida ! Bien, pues, puede ser el autor de la tercera lamentación, en la que se nos presenta bajo el peso del infortunio y de la miseria. La descripción tiene mucho de paralelo con ciertos pasajes del libro de Job 2. En ambos se trata de la íntima tragedia de un ser inocente visitado por el látigo del furor de Yahvé. Las frases del desventurado varón de Hus son arrebatadoras y lacerantes:

Feliz era yo, y El me arruinó, me cogió por el cuello y me estrelló. Púsome por blanco de sus saetas, me cercaron sus arqueros, me traspasan los ríñones sin piedad. Me hace herida sobre herida y me acomete como fuerte guerrero.3 Ha cerrado mis caminos y no tengo salida, ha llenado de tinieblas mis senderos. 4

Esta lamentación, en vez de tener un carácter dramático, es un soliloquio con aire de explosión lírico-elegiaca: Dios es el que directamente envía el castigo, y trata al profeta como simple objeto de su ira5. El paciente se halla en una atmósfera de tinieblas por efecto del furor del Omnipotente.

4 Bet. Ha consumido mi carne y mi piel, ha quebrantado mis huesos. 5 Bet. Ha levantado contra mí un muro, me ha cercado de veneno y de dolor. 6 Bet. Me hace habitar en tinieblas, como los ya de mucho tiempo muertos.

El profeta detalla su miseria y, con ciertas imágenes convencionales, similares a las que encontramos en Job y los Salmos, expresa su máxima postración física y moral6. Apesadumbrado bajo el peso del dolor, se siente ya habitando en el seol, o morada tenebrosa de los muertos7. Yahvé parece perseguirle y acosarle con veneno y dolor, como si estuviera juramentado contra él y no tuviera compasión del paciente, cuya carne y piel están agotadas y sin vigor. Las metáforas son vigorosas y expresivas, según el característico realismo oriental. A nuestra sensibilidad resultan duras y casi blasfemas; pero no debemos olvidar la tendencia a las frases radicales y paradójicas en los escritores orientales.

7 Guímel. Me cercó por todos los lados, sin dejarme salida; me puso pesadas cadenas. 8 Guímel. Y aunque clamo y voceo, no se hace accesible a mi oración. 9 Guímel. Cerró mis caminos con sillares de piedra, torció todos mis senderos.

El profeta pasa ahora a otra metáfora: su situación es la de un encarcelado cargado de pesadas cadenas 8, sin que pueda disfrutar de la tan ansiada libertad. En su angustia ha buscado ayuda en Yahvé, pero se ha cerrado a admitir toda súplica. Es el tema de muchos salmos y del libro de Job 9. Todos los caminos le están cerrados, pues Dios se ha encargado de hacerle impracticables con sillares de piedra todos los senderos.

10 Dálet. Fue para mí como oso en acecho, como león en escondrijo. 11 Dálet. Me ha complicado mis caminos y me despedazó, me ha asolado por completo. 12 Dálet. Tendió su arco y me puso por blanco de sus saetas.

En la Biblia es corriente la metáfora del león en acecho para asaltar al desprevenido; la metáfora del oso con el mismo sentido está exigida por el alfabetismo, que requería una letra que comenzara por Dálet (dob: oso). Dios está al acecho del profeta, el cual, nervioso por miedo a caer en una emboscada, ha descarriado el camino. Durante los últimos años, Jerusalén ha querido seguir una política fuera de los planes de Yahvé, y por eso ha tanteado diversos caminos tortuosos, por miedo a caer en manos de Yahvé. Si el profeta simboliza aquí a la comunidad israelita, el sentido alegórico es claro. Al fin tuvo que rendirse a la realidad del castigo, ya que Yahvé tendió su arco y le puso por blanco de sus saetas 10. La mano vengadora de Dios cayó inexorablemente sobre la Ciudad Santa.

13 He. Clavó en mis lomos las flechas de su aljaba. 14 He. Soy el escarnio de los pueblos todos 11, su cantinela de todo el día. 15 He. Me hartó de amarguras, me embriagó de ajenjo.

Sigue la metáfora anterior: el paciente símbolo de la ciudad castigada por Yahvé ha sido el blanco certero de su ira. Con ello se ha convertido en escarnio de los pueblos, como ciudad maldita de su Dios 12. Todo el que ha sido castigado por Dios en la mentalidad primitiva antigua era culpable de secretos crímenes ante El13, y, por tanto, digno de ser despreciado de todos. La prueba enviada por Yahvé le ha embriagado de ajenjo, símbolo literario de la amargura 14. Todos los menosprecios fueron para el paciente como hierbas amargas.

16 Wau. Rompióme los dientes con un casquijo, cubrióme de ceniza. 17 Wau. Fue privada mi alma de paz, ya no gozo de bien alguno. 18 Wau. Y me he dicho: se acabó mi porvenir, y mi esperanza de parte de Yahvé.

Dios le ha tratado con dureza. La metáfora es muy gráfica: le rompió los dientes con un casquijo, dejándole revolcarse en la ceniza en desahogo de dolor. Como consecuencia ha desaparecido la paz y la ilusión en el paciente, el cual parece que ha perdido toda esperanza: se acabó mi porvenir, pues le falta Yahvé, que es quien pudiera ayudarle.

19 Zain. El recuerdo de mi miseria y abandono es ajenjo y veneno. 20 Zain. Cuando me acuerdo, se abate mi alma dentro de mí. 21 Zain. Quiero traer a la memoria lo que pueda darme esperanza.

No obstante, la impresión de desesperación que aparece en el verso anterior, aquí parece atenuarse con un rayo de esperanza. Pensando en su tragedia íntima, todo es ajenjo y veneno para el paciente; pero, con todo, levanta la mente hacia algo que pueda darle esperanza. Es el constante contraste de esperanza y desesperación que encontramos en el libro de Job y aun en Jeremías 15. Por encima de todas las tribulaciones, la fe en un Dios benigno le hacía sentir una íntima esperanza de salvación. Las expresiones, debidas a la imaginación ardiente poética, son muchas veces atrevidas e hiperbólicas; por eso no han de tomarse al pie de la letra.

22 Jet. No se ha agotado la misericordia de Yahvé, no ha llegado al límite su compasión. 23 Jet. Se renuevan todas las mañanas. Grande es tu fidelidad. 24 Jet. Mi porción es Yahvé, dice mi alma; por eso quiero esperar en El.

En medio de tanta desolación, el profeta siente una secreta e íntima confianza en Yahvé, porque sabe que su misericordia es infinita, y grande su fidelidad a, las promesas. Por otra parte, Yahvé es la porción o heredad del paciente. Estas frases tienen un aire claramente salmódico 16. Las expresiones son recargadas, para destacar lo profundo de la aflicción del profeta, sea que hable en nombre propio o de la comunidad desolada.

25 Tet. Bueno es Yahvé para los que en El esperan, para el alma que le busca. 26 Tet. Bueno es esperar callando el socorro de Yahvé. 27 Tet. Bueno es al hombre soportar el yugo desde su mocedad.

Estos tres versos tienen un carácter gnómico o proverbial, muy en consonancia con la literatura sapiencial. Se exalta la sumisión humilde a la voluntad divina. En el libro de Job se da la solución al problema del dolor del justo apelando a los misteriosos caminos de la Providencia. Por ellos ha de buscarse el abandono total a sus designios secretos, esperando callado el socorro de Yahvé (v.26). Por otra parte, es conveniente que el hombre se acostumbre al yugo de la Ley o del sufrimiento desde sus tiempos mozos.

28 Yod. Sentarse en soledad y en silencio, porque es Yahvé quien lo dispone. 29 Yod. Poner su boca en el polvo y no perder toda esperanza. 30 Yod. Dar la mejilla al que le hiere, hartarse de oprobios .

Como consecuencia de este confiar en los secretos caminos de Dios, lo mejor es mantener un espíritu de resignación ante la adversidad, humillándose con la boca en el polvo, manteniendo siempre^ la luz de la esperanza, y, por otra parte, conservar un completo espíritu de mansedumbre para con los demás, sin reacciones violentas ante la injuria. Este ideal parece ya del í. Ô. y refleja el profundo sentido religioso del justo en el A.T. En plena vigencia de la ley del talión, no faltan espíritus con especial sensibilidad religiosa que se acercan al ideal evangélico movidos por un secreto instinto divino.

51 Kaf. Porque el Señor no desecha para siempre. 32 Kaf. Sino que, después de afligir, se compadece según su gran misericordia. 33 Kaf. Porque no aflige por gusto, ni de grado acongoja a los hijos de los hombres.

Estos tres versos tienen un marcado carácter didáctico sapiencial al estilo del libro del Eclesiástico. En ellos se enseña la doctrina tradicional combatida en el libro de Job: el hombre sufre por sus pecados. Dios en sus acciones no se mueve arbitrariamente, sino que acomoda sus premios y castigos a la conducta humana 17.

34 Lamed. Aplastar con los pies a los cautivos todos de la tierra. 35 Lamed. Violar la justicia de un hombre a los ojos del Altísimo. 36 Lamed. Hacer entuerto a uno en su pleito, ¿no ha de verlo el Señor?

El hagiógrafo enumera varias violaciones del derecho natural que Dios no puede dejar impunes: la opresión de los pobres cautivos, la violación de la justicia social 18 y la irregularidad en los juicios con testimonios falsos. Todo esto clama justicia a Dios. Por eso no es de extrañar que de cuando en cuando castigue severamente, pues no en vano se acumulan los pecados ante El.

37 Mem. ¿Quién podrá decir una cosa sin que la disponga el Señor? 8 Mem. ¿No proceden de la boca del Altísimo los males y los bienes? 39 Mem. ¿Por qué, pues, ha de lamentarse el viviente, el hombre, de su pecado?

Existe una providencia divina sobre todo lo de este mundo, y nada pasa sin que lo haya dispuesto Dios 19. El hombre, por su parte, debe pensar en que los males que le sobrevienen es en castigo de sus pecados. En realidad, todo viene de Yahvé: bienes y males. El autor no especifica entre voluntad permisiva o positiva eficiente.

40 Nun. Escudriñemos nuestros caminos y examinémoslos, y convirtámonos a Yahvé. 41 Nun. Alcemos nuestro corazón y nuestras manos a Dios, que está en los cielos. 42 Nun. Hemos pecado, hemos sido rebeldes, y no nos perdonaste.

Ahora la lamentación tiene un carácter colectivo. El poeta ha pasado del campo individual al de la nación pecadora 20. Ante los secretos y justos caminos de la Providencia, no cabe sino hacer un claro examen de conciencia sobre las transgresiones pasadas para iniciar un retorno a Dios. Lo primero que se exige es una confesión de los pecados y el reconocimiento de que los desastres sobrevenidos a la nación fueron por estas transgresiones: no nos perdonaste.

43 Sámec. Desencadenaste tu ira y nos perseguiste, mataste sin piedad. 44 Sámec. Te has cubierto de una nube para que no llegue a ti la plegaria. 45 Sámec. Y nos hiciste oprobio y escarnio en medio de los pueblos.

Como consecuencia de los pecados de Israel, Yahvé ha desencadenado su ira, que se ha manifestado sin piedad. Por otra parte, en su justicia vengadora no ha querido escuchar las plegarias de su pueblo, ocultando su faz como tras de una nube. Por ello vino la ruina total, y el pueblo antes predilecto de Dios ha sido convertido en oprobio y escarnio en medio de todos los pueblos 21.

46 Ayin. Abren contra nosotros su boca todos cuantos nos odian. 47 Ayin. Nuestra parte es el terror y la fosa, el exterminio y la ruina. 48 Ayin. Corren de mis ojos ríos de agua por la ruina de la hija de mi pueblo.

Sigue la descripción de la tragedia de Judá: todos los enemigos les desprecian y amenazan, abriendo la boca como leones hambrientos dispuestos a saltar sobre la presa. Por todas partes no hay más que terror y fosa, es decir, peligro de muerte. La metáfora de la fosa, corriente en la Biblia 22, está tomada de la caza: a las bestias del campo se les cavan fosas para que caigan en ellas. Así el pueblo israelita se halla amenazado por doquier de muerte. Por eso, el profeta se deshace en lágrimas por la ruina de su pueblo.

49 Pe. Mis ojos derraman lágrimas sin descanso y sin cesar, 50 Pe. hasta que Yahvé mire y vea desde lo alto de los cielos. 51 Pe. Mis ojos contristan mi alma por todas las hijas de mi ciudad.

El profeta, ante tanto dolor, se constituye en un estado permanente de duelo en espera de que Yahvé, al fin, admita sus súplicas. La ruina de la Ciudad Santa le ha afectado en extremo y no puede pensar en otra cosa.

52 Sade. Me dieron caza como a un ave los que sin causa me aborrecen. 53 Sade. Han hundido mi vida en una fosa, arrojando piedras sobre mí. 54 Sade. Subieron las aguas por encima de mi cabeza, y me dije: Muerto soy.

Sigue la metáfora de la caza para expresar el estado de persecución del profeta. Ahora parece hablar en sentido personal, pero el profeta puede ser un símbolo o tipo de la colectividad judía destruida. Algunos autores creen ver en la frase Han hundido mi vida en una fosa, arrojando piedras sobre mí, una alusión a su reclusión en una cisterna 23. Pero parece explicarse mejor en sentido metafórico. La situación del profeta angustiado es como la del que ha sido encerrado en una fosa, apedreado de sus enemigos. Lo mismo parece significar el v.54: Subieron las aguas por encima de mi cabeza., muerto soy. Parece una continuación de la metáfora anterior: al ser entregado a una fosa o cisterna, ha sentido las aguas sobre él, y entonces se ha creído perdido. Es frecuente en la Biblia la metáfora de las aguas inundantes para indicar una gran angustia 24.

55 Qof. Invoqué tu nombre, ¡oh Yahvé! desde lo hondo de la fosa, 56 Qof. y oíste mi voz: No cierres tus oídos a mis suspiros. 57 Qof. Cuando te invoqué, te acercaste y dijiste: No temas.

Al fin la plegaria del profeta, en el colmo de la tribulación, es oída por Dios, recibiendo palabras de confortamiento: No temas. En medio de la casi total desesperación siempre hay un horizonte de esperanza en Yahvé, y, finalmente, Dios termina por oír a los que humildemente le buscan.

58 Res. Tú, Señor, defendiste la causa de mi alma, has rescatado mi vida. 59 Res. Tú ves, Yahvé, mi opresión; ¡hazme justicia! 60 Res. Tú ves todos sus rencores, todas sus maquinaciones contra mí.

Una vez pasado el peligro, el hagiógrafo reconoce la protección de Yahvé sobre su persona, que había estado en peligro de muerte: has rescatado mi alma (v.58). Y pide venganza para sus perseguidores 25. Las expresiones son similares a las de muchos salmos 26, pero se encuentran también en el libro de Jeremías 27. En medio de su tribulación sale un íntimo grito de su alma: hazme justicia.

61 Sin. Tú, ¡oh Yahvé! has oído sus ultrajes, todas sus tramas contra mí, 62 Sin. las palabras de mis enemigos y los proyectos que para mí trazan todo el día. 63 Sin. Tú ves cuándo se sientan, cuándo se levantan y cómo soy objeto de su satírica cantinela.

Ante Yahvé están todas las maquinaciones contra el profeta. Muchas frases tienen un aire salmódico y parecen inspirarse en la literatura sapiencial posterior. En todo caso, el vigor de expresión ha bajado de tono y las reflexiones tienen un carácter más discursivo y menos afectivo. Yahvé conoce la conducta de sus enemigos: cuando se sientan y cuando se levantan, y cómo el desventurado es objeto de la befa constante de ellos.

64 Tau. Tú les darás, ¡oh Yahvé! su merecido según las obras de sus manos. 65 Tau. Tú les darás la ceguera de corazón, tu maldición contra ellos. 66 Tau. Tú los perseguirás en tu ira y los exterminarás de debajo de los cielos, ¡oh Yahvé!

El profeta, doliente, reclama y espera la intervención de la justicia divina. Yahvé no puede pasar impune los ultrajes de sus enemigos, y el hagiógrafo está seguro de que un día la venganza divina impondrá sus fueros, dejando las cosas en su debido punto.

1 Cf. Jer_15:10; Jer_15:17; Jer_15:20, Jer_15:7. 2 Cf. Job_16:12; Job_16:19, Job_16:8.12; 30,23. 3 Cf. Job_16:12. 4 Job_19:8. 5 Cf. Sal_2:9. 6 Cf. Job_19:19; Job_30:16-18. 7 Cf. Sal_143:3; Job_10:21-22. El seol hebreo es similar al hades de los griegos y al arallu. babilónico: región de tinieblas y de tristeza, cuyos moradores llevan una vida lánguida, pero sin dolores. Cf. E. F. Sutcliffe, S.I., The Oíd Testament and the future Ufe p.36; Salman-ticensis (1954)- 8 Cf. Jer_20:2. 9 Cf. Job_19:7; Job_30:20; Sal_22:3; Sal_88:15. 10 Cf. Lam_4:12.13; Lam_2:4; Job_6:4; Job_16:125; Sal_38:3; Job_41:20. 11 Así según algunos manuscritos; el TM dice de mi pueblo. 12 Cf. Jer_20:7; Job_12:4. 13 Cf. Job_4:7; Job_9:4s. 14 Cf. Job_9:18; Jer_9:15. 15 Cf. Job_7:21; Jer_10:2.20; Job_16:20; Jer_15:15; Jer_18:20; Jer_20:11. 16 Cf. Sal_16:5; Sal_73:26; 119:57- 17 Cf. Deu_4:29-31; Jer_18:11; Eze_33:11; Sal_130:6.7; Miq_7:7; Pro_22:6; Eco_51:26; Job_2:13; Isa_3:26; Job_42:6; Isa_50:6; Sal_103:9. 18 Cf. Jer_7:55; Jer_22:133; Jer_22:34; Jer_22:115; Jer_51:28-30. 19 Cf. Sal_33:9; Isa_41:23; Isa_45:7; Sof_1:12. 20 Cf. Sal_25:1; Sal_86:3; Sal_143:8; ·Joe_2:12-13. 21 Cf. Sal_97:28; Isa_59:1.2. 22 Cf. Jer_48:43; Isa_24:17. 23 Cf. Jer_38:6-13. 24 Cf. Sal_42:8; Sal_69:2; Sal_88:12. 25 Cf. Jer_11:19-20; Jer_15:15; Sal_109:65. 26 Cf. Sal_3:2; Sal_18:40; Sal_28:4; Sal_59:2; Sal_138:2; Sal_139:2. 27 Cf. Jer_3:17; Jer_7:24; Jer_9:13

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter III.

1 The faithfull bewaile their calamities. 22 By the mercies of God they nourish their hope. 37 They acknowledge Gods iustice. 55 They pray for deliuerance, 64 and vengeance on their enemies.
1 I Am the man that hath seene affliction by the rod of his wrath.
2 He hath led me and brought mee into darkenesse, but not into light.
3 Surely against me is he turned, he

[The mercies of the Lord.]

turneth his hand against me all the day.
4 My flesh and my skinne hath he made old, he hath broken my bones.
5 He hath builded against me, and compassed me with gall and trauel.
6 He hath set me in darke places, as they that be dead of old.
7 He hath hedged me about, that I cannot get out: hee hath made my chaine heauie.
8 Also when I cry and shout, he shutteth out my prayer.
9 Hee hath inclosed my wayes with hewen stone: he hath made my pathes crooked.
10 He was vnto me as a Beare lying in waite, and as a Lion in secret places.
11 Hee hath turned aside my wayes, and pulled me in pieces: hee hath made me desolate.
12 He hath bent his bow, and set me as a marke for the arrow.
13 Hee hath caused the [ Hebrew: sons.] arrowes of his quiuer to enter into my reines.
14 I was a [ Jer_20:7 .] derision to all my people, and their song all the day.
15 Hee hath filled me with [ Hebrew: bitternesses.] bitternesse, hee hath made me drunken with wormewood.
16 He hath also broken my teeth with grauell stones, hee hath [ Or, rolled me in the ashes.] couered me with ashes.
17 And thou hast remoued my soule farre off from peace: I forgate [ Hebrew: good.] prosperitie.
18 And I said, My strength and my hope is perished from the Lord:
19 [ Or, remember.] Remembring mine affliction and my miserie, the wormewood & the gall.
20 My soule hath them still in remembrance, and is [ Hebrew: bowed.] humbled in me.
21 This I [ Hebrew: make to returne to my heart.] recall to my mind, therefore haue I hope.
22 It is of the Lords mercies that wee are not consumed, because his compassions faile not.
23 They are newe euery morning: great is thy faithfulnesse.
24 The Lord is my [ Psa_16:5 ; Psa_73:26 ; Psa_119:57 ; Jer_10:16 .] portion, sayth my soule, therefore will I hope in him.
25 The Lord is good vnto them that waite for him, to the soule that seeketh him.
26 It is good that a man should both hope and quietly wait for the saluation of the Lord.
27 It is good for a man that he beare the yoke in his youth.

[The mercies of the Lord.]

28 Hee sitteth alone and keepeth silence, because hee hath borne it vpon him.
29 He putteth his mouth in the dust, if so be there may be hope.
30 Hee giueth his cheeke to him that smiteth him, hee is filled full with reproch.
31 For the Lord will not cast off for euer.
32 But though hee cause griefe, yet will hee haue compassion according to the multitude of his mercies.
33 For he doth not afflict [ Hebrew: from his heart.] willingly, nor grieue the children of men.
34 To crush vnder his feete all the prisoners of the earth,
35 To turne aside the right of a man before the face of the [ Or, a superiour.] most high,
36 To subuert a man in his cause, the Lord [ Or, seeth not.] approoueth not.
37 Who is hee [ Psa_33:9 .] that sayth, and it commeth to passe, when the Lord commandeth it not?
38 Out of the mouth of the most hie proceedeth not [ Amo_3:6 .] euill and good?
39 Wherefore doeth a liuing man [ Or, murmure.] complaine, a man for the punishment of his sinnes?
40 Let vs search and try our waies, and turne againe to the Lord.
41 Let vs lift vp our heart with our hands vnto God in the heauens.
42 We haue transgressed, and haue rebelled, thou hast not pardoned.
43 Thou hast couered with anger, and persecuted vs: thou hast slaine, thou hast not pitied.
44 Thou hast couered thy selfe with a cloud, that our prayer should not passe through.
45 Thou hast made vs as the [ 1Co_4:13 .] offscouring and refuse in the middest of the people.
46 All our enemies haue opened their mouthes against vs.
47 [ Isa_24:17 .] Feare and a snare is come vpon vs, desolation and destruction.
48 Mine eye runneth downe with riuers of water, for the destruction of the daughter of my people.
49 Mine eye trickleth downe and ceaseth not, without any intermission:
50 Till the Lord looke downe, and behold from heauen.
51 Mine eye affecteth [ Hebrew: my soule.] mine heart, [ Or, more then all.] because of all the daughters of my city.
52 Mine enemies chased me sore like a bird, without cause.

[The miseries of Ierusalem.]

53 They haue cut off my life in the dungeon, and cast a stone vpon me.
54 Waters flowed ouer mine head, then I sayd, I am cut off.
55 I called vpon thy name, O Lord, out of the low dungeon.
56 Thou hast heard my voice, hide not thine eare at my breathing, at my crie.
57 Thou drewest neere in the day that I called vpon thee: thou saidst, Feare not.
58 O Lord, thou hast pleaded the causes of my soule, thou hast redeemed my life.
59 O Lord, thou hast seene my wrong, iudge thou my cause.
60 Thou hast seene all their vengeance; and all their imaginations against me.
61 Thou hast heard their reproch, O Lord, and all their imaginations against me:
62 The lippes of those that rose vp against me, and their deuice against me all the day.
63 Behold, their sitting downe and their rising vp, I am their musicke.
64 Render vnto them a recompense, O Lord, according to the worke of their hands.
65 Giue them [ Or, obstinacie of heart.] sorrow of heart, thy curse vnto them.
66 Persecute and destroy them in anger, from vnder the [ Psa_8:4 .] heauens of the Lord.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Tercera lamentación. La tercera lamentación es un acróstico perfecto, pues si en las anteriores cada estrofa comenzaba por una de las letras del alfabeto hebreo, aquí además, cada letra se repite en las tres líneas de cada versículo -en toda la Biblia esto sólo ocurre otra vez, en Sal 119-. La composición puede estructurarse del siguiente modo: la experiencia individual del dolor (1-20), esperanza en la misericordia de Dios (21-39) y súplica individual y colectiva (40-66). El tema central de la tercera lamentación sigue siendo el mismo: Dios es quien castiga con justicia los pecados, pero también es el único que puede salvar.
El hecho de que esta lamentación esté redactada casi toda ella en primera persona del singular ha multiplicado las opiniones de los investigadores al respecto: ¿Habla el profeta Jeremías? ¿Sión personificada? ¿El rey Joaquín o Sedecías? Sea quien sea, es la persona concreta quien mejor y más profundamente expresa el dolor y la súplica, el reconocimiento de sus pecados y su esperanza en la misericordia divina, su propio ser y su pertenencia a un pueblo.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



No aflige por gusto

El pensamiento en los versículos que anteceden nos conduce ahora a una expresión más plena de la idea de que aflicción no es la última palabra del Señor. El amor y la compasión de Dios serán conocidos después del dolor, porque él no aflige por gusto (33; cf. Ose. 6:1). Por esta razón Dios no es uno que tolera la aflicción injusta, como la que a veces es traída sobre los seres humanos por sus contemporáneos (34-36; cf. Job 8:3). Sin embargo, cuando las calamidades vienen por causa del pecado, esto no es injusticia (37-39). Es en este contexto que Dios puede afligir, aunque él aborrece la aflicción.

Los lectores modernos deben tener cuidado al tratar de entender pensamientos como éstos. La idea es que se establece una relación entre juicio y salvación; la una se ubica después de la otra. Este orden está ejemplificado en la muerte y luego la resurrección de Cristo. Las profecías de juicio del AT no deben llevar nunca a la conclusión de que alguna aflicción particular es un juicio particular sobre el su friente.

Torres Amat (1825)



[31] Sal 77 (76), 10; Deut 32, 39.

[43] Esto denota la gravedad de los pecados y la pena o castigo de los pecadores obstinados.

[44] Is 59, 2.

[51] Dependientes de Jerusalén, laMetrópoli o madre de todos.

[53] De la escena común de estar en un pozo pasa a describir la aflicción personal. Jer 38, 6.

[58] Alude a que el Señor le libró de la prisión, y le salvó la vida por medio de Abdemelec. Jer 38, 13.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*3 Lamentación de difícil datación, aunque probablemente sea muy posterior a la caída de Jerusalén, cuando ya, sosegados los ánimos y cicatrizado el dolor, comenzaba a abrirse un horizonte de esperanza.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Gén 1; Sal_33:9

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Gén 1; Sal_33:9

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



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