Ver contexto

I. Ritual de los sacrificios
Los holocaustos.
Yahvé llamó a Moisés y le habló así desde la Tienda del Encuentro:
(Levítico 1, 1) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

וַ‎(וְ)

Hebrew|wa|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

יִּקְרָ֖א‎(קָרָא)

Hebrew|yyiqrˌā|call

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: wayyiqtol
Verbal stem: qal


[H7121] [s.cy.aa] [2063]
[קרא] [GES7087] [BDB7790] [HAL7719]

אֶל‎(אֶל)

Hebrew|ʔel-|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H413] [a.di.aa] [91]
[אל] [GES400] [BDB422] [HAL438]

מֹשֶׁ֑ה‎(מֹשֶׁה)

Hebrew|mōšˈeh|Moses

Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4872] [m.ds.ab] [1254]
[משה] [GES4779] [BDB5350] [HAL5232]

וַ‎(וְ)

Hebrew|wa|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

יְדַבֵּ֤ר‎(דָּבַר)

Hebrew|yᵊḏabbˈēr|speak

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: wayyiqtol
Verbal stem: pi“el


[H1696] [d.ai.aa] [399]
[דבר] [GES1602] [BDB1811] [HAL1822]

יְהוָה֙‎(יהוה)

Hebrew|[yᵊhwˌāh]|YHWH

Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3068] [e.az.ae] [484a]
[יהוה] [GES2969] [BDB3312] [HAL3292]

אֵלָ֔יו‎(אֶל)

Hebrew|ʔēlˈāʸw|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H413] [a.di.aa] [91]
[אל] [GES400] [BDB422] [HAL438]

מֵ‎(מִן)

Hebrew|mē|from

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4480] [m.cl.aa] [1212]
[מן] [GES4398] [BDB4898] [HAL4822]

אֹ֥הֶל‎(אֹהֶל)

Hebrew|ʔˌōhel|tent

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: construct
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H168] [a.bl.ab] [32a]
[אהל] [GES168] [BDB180] [HAL186]

מֹועֵ֖ד‎(מֹועֵד)

Hebrew|môʕˌēḏ|appointment

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H4150] [j.cb.ac] [878b]
[מועד] [GES4077] [BDB4545] [HAL4479]

לֵ‎(לְ)

Hebrew|lē|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

אמֹֽר‎(אָמַר)

Hebrew|ʔmˈōr|say

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: unknown
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: infinitive (construct)
Verbal stem: qal


[H559] [a.ea.aa] [118]
[אמר] [GES535] [BDB564] [HAL587]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



1. Los Holocaustos.
1Llamó Yahvé a Moisés y le habló desde el tabernáculo de la reunión, diciendo: 2Habla a los hijos de Israel y diles: Quien de vosotros ofreciera a Yahvé una ofrenda de reses, ofrecerá ganado mayor o ganado menor. 3Si su ofrenda es de holocausto de ganado mayor, será de un macho inmaculado; lo traerá a la puerta del tabernáculo del testimonio, para que sea grato a Yahvé; 4pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima, y será aceptada ésta para expiación suya, 5e inmolará la res ante Yahvé. Los sacerdotes, hijos de Aarón, llevarán la sangre y la derramarán en torno al altar que está a la entrada del tabernáculo de la reunión. 6Desollarán el holocausto y lo descuartizarán. 7Los hijos del sacerdote Aarón pondrán fuego en el altar y dispondrán la leña sobre el fuego, 8y ordenarán sobre ella los trozos con la cabeza y lo pegado al hígado, 9las entrañas y las patas, lavadas antes en agua, y todo lo quemará el sacerdote sobre el altar. Es holocausto, ofrenda encendida de suave olor a Yahvé. 10Si la ofrenda es de ganado menor, holocausto de oveja o de cabra, ofrecerá un macho inmaculado, 11y lo inmolará al lado del altar que mira al norte ante Yahvé; y los sacerdotes, hijos de Aarón, derramarán la sangre en torno del altar. 12Lo descuartizarán, y con la cabeza y el sebo lo dispondrá el sacerdote sobre la leña encendida del altar. 13Las entrañas y las patas se lavarán en agua, y todo lo quemará el sacerdote sobre el altar. Es holocausto, ofrenda encendida de suave olor a Yahvé. 14Si la ofrenda a Yahvé fuere un holocausto de aves, ofrecerá tórtolas o pichones. 15El sacerdote llevará la víctima al altar y, quitándole la cabeza, la quemará en el altar; la sangre la dejará correr sobre un lado del altar; 16los intestinos con sus excrementos los tirará junto al altar, al lado de oriente, en el lugar donde se echa la ceniza. 17Le romperá las alas, y sin separarlas del todo, el sacerdote la quemará sobre la leña encendida en el altar. Es holocausto, ofrenda encendida de suave olor a Yahvé.

Las ofrendas (en heb. aramaizado qorban, lit. lo que se acerca al altar, de qrb, acercar)3 tienen que ser de animales domésticos, que pertenezcan en propiedad al oferente: ganado bovino, ovino, caprino y ciertas aves. No se admiten como ofrendas las fieras o animales salvajes, como gacelas (muy usuales en los sacrificios asirios), ni los peces.
Los holocaustos (v.3) eran los sacrificios por excelencia. Como su nombre indica (üëïí, todo; êáßù, quemar), las víctimas ofrecidas en holocausto se quemaban totalmente sobre el altar. En hebreo este tipo de sacrificio se llama Oláh (de la raíz 'aíah, levantar), cuya radical parece aludir al acto de ser levantada la víctima al altar para el sacrificio4. Se dice de esta clase de ofrenda que era de suave olor a Yahvé (v.9), porque implicaba la entrega total de la voluntad del oferente, ya que no se reservaba nada para su uso de la víctima como en los otros sacrificios. Por eso se le llama algunas veces el sacrificio total (kalil)5. Es el reconocimiento solemne de la soberanía de Dios sobre una cosa, ya que se la inutiliza en su honor. Este tipo de sacrificios es conocido en la época patriarcal6 y es el fundamental del culto levítico. Los ritos esenciales en la inmolación de cuadrúpedos, según la legislación levítica, eran: la presentación de la víctima al altar, la imposición de las manos sobre ella del oferente, la inmolación, la aspersión del altar con la sangre, el desollamiento de la víctima, la descuartización de la misma, poniendo aparte las partes grasas; la colocación de las piezas sobre el altar, el lavamiento de las visceras y, por fin, la combustión sobre el altar. Los actos relacionados directamente con el altar estaban reservados a los sacerdotes, mientras que los otros son cumplidos por los oferentes, aunque, a través de los siglos, los sacerdotes se han reservado actos que primitivamente estaban permitidos a los laicos.7
El ceremonial era distinto si la víctima sacrificada era del ganado mayor o bovino, del ganado menor, ovino o caprino, o un ave. En el primer caso, que constituía el sacrificio más solemne, la víctima debía ser un macho inmaculado, es decir, sin defecto corporal alguno. El oferente lo traerá a la puerta del tabernáculo para que sea grato a Yahvé, pondrá sus manos sobre la cabeza de la víctima y será aceptada ésta para expiación suya; e inmolará la res ante Yahvé. Los sacerdotes, hijos de Aarón, llevarán la sangre y la derramarán en torno del altar que está a la entrada del tabernáculo de la reunión. Desollarán el holocausto y lo descuartizarán. Los hijos del sacerdote Aarón pondrán fuego en el altar y dispondrán la leña sobre el fuego y ordenarán sobre ella los trozos con la cabeza y lo pegado al hígado, las entrañas y las patas, lavadas antes en agua, y todo lo quemará el sacerdote sobre el altar. Es holocausto, ofrenda encendida de suave olor a Yahvé (v.9).
Son de notar en esta descripción las partes que el ritual deja al oferente y las que reserva a los sacerdotes. El oferente presenta la víctima, le impone las manos sobre la cabeza y la degüella. La imposición de las manos, que puede tener muchos sentidos, aquí significa la transmisión de sus poderes para representarlo. La ofrenda significa el ánimo del donante, su devoción; la sangre de la víctima, que va a ser inmolada, y en la cual está la vida, representa la vida misma de quien la ofrece. Recordemos a este propósito el juicio del Salvador sobre los que ofrecían sus dones para el tesoro del templo8.
La función del sacerdote comienza al recoger la sangre y derramarla en torno del altar; luego, preparar la víctima para disponerla sobre el altar y velar sobre ella hasta que quede totalmente consumida por el fuego. Era éste el reconocimiento más perfecto de la soberanía de Dios, el acto latréutico por excelencia. La piel quedaba para el sacerdote como emolumento por su ministerio.
La víctima más valiosa era el novillo; por eso estaba reservada a los sacrificios por la comunidad9, por los príncipes de la familia real10, para la consagración de los levitas11, y raramente aparece en los sacrificios privados.
La imposición de las manos aparece en diferentes sacrificios12. El sentido exacto es muy discutido. Entre los romanos, la manu-missio indicaba la renuncia al derecho de posesión. Parece que en el sacrificio hebraico sobresale la idea de solidaridad del oferente con la víctima, que es su sustituto ante Yahvé. Esto se ve claro en el rito del sacrificio por el pecado, pues en éste la víctima sufre la pena por los pecados del oferente, y lo mismo en el sacrificio de expiación, en el que la víctima macho cabrío emisario lleva los pecados de Israel13.
En la inmolación, la sangre vehículo de la vida 14 es la ofrenda por excelencia a la divinidad. En los sacrificios de holocausto y pacíficos era derramada al pie del altar, y en los expiatorios era aspersionada, No es sólo el don de la sangre y de la vida de la víctima inmolada, sino el don mismo de la sangre y de la vida del oferente, lo que es simbolizado por la efusión y la ofrenda de la sangre de la víctima a Dios, pues esta sangre expía en vez del alma15, y, como en las alianzas entre semitas, selladas por la sangre, se crea un lazo de unión íntimo entre el Señor y el fiel, garantía de la benevolencia divina.16
La piel de la víctima del holocausto pertenecía al sacerdote que ofrecía el sacrificio 17, pero era quemada con la víctima en el sacrificio por el pecado,18 en el sacrificio para la consagración de los sacerdotes19 y en el rito de la vaca roja20.
Debían consumirse por el fuego las diversas partes, incluso la cabeza excluida en los sacrificios egipcios 21 y la grasa que recubre las entrañas, porque era como el bocado más exquisito, y, por tanto, era reservado a Dios y prohibido a los israelitas22.
El holocausto de ganado menor era igual al precedente. También debía ser la víctima un macho y sin defecto. Para apreciar el sentido religioso de esta circunstancia no hay sino acudir al profeta Malaquías, que reprende a los sacerdotes por su descuido en esta parte. Era una señal de su poca estima por el culto divino y por Aquel a quien se rendía ese culto23.
No se menciona en el ritual de este holocausto la imposición de las manos ni el despellejamiento de la víctima, aunque han de suponerse. El lugar de la inmolación debe ser en el lado norte del altar (v.11), porque parece era el espacio libre para ello, pues al este estaban las cenizas (v.16), al oeste el pilón de bronce para las abluciones24, y al sur era la subida al altar. No parece, pues, que haya alusión a la idea de que la divinidad habita hacia el septentrión25.
El holocausto de las aves se hacía en forma análoga, pero el texto no dice nada acerca del sexo de la víctima. La razón de este detalle parece obvia, ya que no es un detalle tan fácil de apreciar como en los otros animales.
Como la ofrenda de las aves no aparece en el v.2 entre las autorizadas, se ha pensado que los v.14-17 serían una adición posterior, impuesta por el uso en beneficio de los pobres, pues a éstos se les autoriza expresamente la ofrenda de estas víctimas en caso de que no puedan presentar cosas de mayor valía26.
En los monumentos egipcios aparecen las ofrendas de aves acuáticas27. Las palomas eran animal sagrado entre los fenicios y sirios.
En Núm c.28-29 se detallan los diversos holocaustos que debían ofrecerse cada año por la salud del pueblo. Como antes indicamos, el holocausto era el rito central de culto levítico. Se ofrecía cada día, por la mañana y por la tarde, un cordero; era el sacrificio tamid o perpetuo. En el sábado se inmolaban dos corderos en vez de uno, y en las principales fiestas del año (Pascua, Pentecostés y Tabernáculos) y en las neomenias o principios de mes se ofrecían otros holocaustos. Por aquí se echará de ver que el templo en ciertos días se convertiría en un verdadero macelo, que requeriría, además, una enorme cantidad de leña para la combustión de tanta carne, cuyo olor, que sería grato al Señor por la intención con que se hacía, debía ser menos grato al olfato de quienes no estaban hechos a vivir en medio de aquella humareda. Se comprende por aquí el problema que planteaba a muchos Padres, hechos al culto espiritualista del cristianismo, la consideración de aquellas carnicerías, que tan poco se diferenciaban de las que veían en los grandes templos paganos.
¿Por qué Dios prescribió estos sacrificios? ¿No sería que más bien los toleraría por pura condescendencia con las costumbres de los hebreos, para apartarlos de la idolatría? Tal es la sentencia de Agustín de Hipona y de algunos Padres griegos. Es una de tantas condescendencias de Dios, que, como sabio pedagogo, aprovechó la mentalidad primitivista de los hebreos, adoptando sus ritos y costumbres y adaptándoles a un nuevo sentido religioso monoteísta. Es el caso de la adopción del rito de la circuncisión y de otras leyes sociales y rituales. Siempre el misterio de los caminos de la Providencia en la historia, que no violenta la naturaleza sino en casos excepcionales.
A estos holocaustos, que formaban la parte principal del culto de la nación, hay que añadir los que la ley imponía a los particulares, como a los sacerdotes en su consagración, y los que voluntariamente ofrecían los fieles. Los autores sagrados se complacen en describirnos las grandes hecatombes que a veces se ofrecían a Yahvé, como la ofrecida por la asamblea del pueblo reunida por David en Jerusalén poco antes de su muerte. En ella ofrecieron a Yahvé en holocausto mil becerros, mil carneros, mil corderos con sus libaciones y muchos sacrificios pacíficos por la salud de todo Israel, y comieron y bebieron ante Yahvé aquel día con gran gozo.28 Naturalmente, las cifras son hiperbólicas y no hay que entenderlas al pie de la letra. Siempre la imaginación de los orientales desorbita y agranda los hechos.
En la época de los reyes parece natural que fueran los que proveyeran al culto del templo. Después, en la época persa29, como en la helenística30, los mismos reyes gentiles atendían a esta necesidad, esperando con ello alcanzar las gracias del Dios de los judíos. Su concepto de la divinidad no les impedía rendir culto a otros dioses fuera de los suyos nacionales. Pero esto no era seguro, y Nehemías impuso a todos los israelitas el tributo de un tercio de siclo para el sostenimiento del culto31. El profeta Ezequiel, describiéndonos la futura restauración gloriosa de Israel, dice que será cuenta del príncipe proveer de víctimas para el holocausto, la ofrenda y la libación en las fiestas, en los novilunios, en los sábados, en todas las solemnidades de la casa de Israel32.
Los profetas han proclamado, por encima de los sacrificios rituales, la necesidad de la obediencia a Dios y la de atender a las necesidades de los desvalidos, como el huérfano, el pobre y la viuda. No es aceptable a Yahvé el sacrificio con las manos manchadas. Para ellos, los valores éticos están por encima de los puramente rituales33. Esto no quiere decir que sean enemigos de los sacrificios cuando se ofrezcan con las debidas disposiciones morales. Isaías es tajante al respecto: ¿A mi qué, dice Yahvé, toda la muchedumbre de vuestros sacrificios? Harto estoy de holocaustos de carneros, del sebo de vuestros bueyes cebados; no quiero sangre de toros, ni de ovejas, ni de machos cabríos. ¿Quién os pide esto a vosotros, cuando venís a presentaros ante mí hollando mis atrios? No me traigáis más esas vanas ofrendas. El incienso me es abominable..., las fiestas con crimen me son insoportables...34
Algunos Padres de la Igledia enseñan que el holocausto es la figura del sacrificio de Cristo35, que los ha sustituido definitivamente. Es la afirmación clara del autor de la Epístola a los Hebreos: No os habéis complacido ni en los holocaustos ni en los sacrificios por el pecado; entonces yo dije: Heme aquí, ¡oh Dios!, para hacer tu voluntad.36 Es la nueva Ley, que sustituye y eleva la antigua; la nueva economía de salvación sobreponiéndose a la antigua, como etapa definitiva en los planes divinos de redención de la humanidad.

1 Exo_28:29. 2 Cf. Amo_5:21-22. Véase E. Mangenot, L''authenticité mosaique du Pentateuque (París 1907) p.257 3 Los LXX traducen por ????? (don). La palabra qorban es aramaica. En heb. ofrenda se dice minjah. Qorban aparece en Lev, Núm, Ez, Neh y Me 7:11. 4 Cf. Lev_14:20; Jue_6:26 : sacrificar equivale a levantar la víctima. 5 Cf. 1Sa_7:9. 6 Cf. Gen_8:20; Gen_22:13. 7 A. Clamer, Lévitique (La Sainte Bible) (París 1946) p.30, 8 Me 12:45. 9 Núm c.28-29. 10 Núm_7:15. 11 Num_8:12. 12 En los holocaustos: Exo_29:15; Lev_8:18; en los sacrificios pacíficos: Lev_3:2; Lev_8:13; en el sacrificio por el pecado: Lev_4:4; Lev_4:15; Lev_4:24; Lev_8:14. 13 Cf. A. Médébielle, L'expiation dans l'Ancien Testament et le ? . ?. ? (Roma 1924) P.147s. 14 La vida está en la sangre (Gen_9:4). 15 Lev_17:11 (traducción de los LXX). 16 A. Clamer, o.c., p.32. 17 Lev_7:8. 18 Lev_4:11; Lev_16:27. 19 Lev_8:17; Lev_9:11. 20 Num_19:5. 21 Herod., II 39. 22 Lev_7:23; Lev_7:25. 23 Mal 1:6s. 24 Exo_30:17; Exo_40:30. 25 Isa_14:13; Eze_1:4; Sal_48:3 26 Cf. Lev_5:7; Lev_12:8; Lev_14:22; Lev_14:30. 27 Cf. Ancessi, L'égypte et Moïse p.1 13-134, citado por A. Clamer, o.c., p.35. 28 1Cr_29:31. 29 Esd_7:17. 30 2Ma_9:16; 2Ma_13:16. 31 Neh_17:24. 32 Eze_45:17. 33 Cf. Isa_1:11-12; Sal_40:7-9. 34 Cf. Isa_1:11-12. 35 1-2 q.102 3.3. 36 Heb_10:6-8. Véase Holocauste en DB III 734

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_25:22

NOTAS

1 (a) El conjunto del ritual de los sacrificios, Lv 1-7, es puesto en conexión con la estancia en el desierto y colocado bajo la autoridad de Moisés. De hecho, al lado de antiguas reglamentaciones, incluye cierto número de disposiciones tardías, y no recibió su forma definitiva sino después de la vuelta del Destierro. En su forma actual, Lv 1-7 representa el código sacrificial del segundo Templo. Por lo demás, se sabe muy poco del ritual israelita de la época nómada, dado que los textos antiguos no nos facilitan más indicaciones que las del sacrificio pascual, ver notas sobre Éxo_12:1, Éxo_12:23, Éxo_12:39. -A la tradición cristiana le ha gustado ver en este minucioso ritual de la Antigua Ley un conjunto de preparaciones y prefiguraciones del Sacrificio único y redentor de Cristo (ver ya Hb 8s) y de los sacramentos de la Iglesia.

1 (b) Sacrificios en que la víctima queda enteramente consumida. La imposición de las manos por el oferente, Lev_1:4, es una solemne afirmación de que esta víctima, presentada seguidamente por el sacerdote, es su propio sacrificio. Los relatos, lo mismo que los textos rituales del Pentateuco, hacen remontar este tipo de sacrificio a la época del desierto, Éxo_18:12; Núm_7:12, e incluso a los Patriarcas, Gén_8:20; Gén_22:9-10. De hecho, los testimonios históricos más antiguos datan de la época de los Jueces, ver Jue_6:26; Jue_11:31; Jue_13:15-20. Parece que esta forma de sacrificio está influenciada por el ritual cananeo (ver 1 R 18, el holocausto de los profetas de Baal es semejante al de Elías) y que no es anterior a la instalación de las tribus. En Lv 1 se atribuye valor expiatorio al holocausto; en la época antigua es más bien un sacrificio de acción de gracias, ver 1Sa_6:14; 1Sa_10:8; 2Sa_6:17, o un sacrificio para obtener un favor de Yahvé, 1Sa_7:9; 1Sa_13:9; 1Re_3:4.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_25:22

NOTAS

1 (a) El conjunto del ritual de los sacrificios, Lv 1-7, es puesto en conexión con la estancia en el desierto y colocado bajo la autoridad de Moisés. De hecho, al lado de antiguas reglamentaciones, incluye cierto número de disposiciones tardías, y no recibió su forma definitiva sino después de la vuelta del Destierro. En su forma actual, Lv 1-7 representa el código sacrificial del segundo Templo. Por lo demás, se sabe muy poco del ritual israelita de la época nómada, dado que los textos antiguos no nos facilitan más indicaciones que las del sacrificio pascual, ver notas sobre Éxo_12:1, Éxo_12:23, Éxo_12:39. -A la tradición cristiana le ha gustado ver en este minucioso ritual de la Antigua Ley un conjunto de preparaciones y prefiguraciones del Sacrificio único y redentor de Cristo (ver ya Hb 8s) y de los sacramentos de la Iglesia.

1 (b) Sacrificios en que la víctima queda enteramente consumida. La imposición de las manos por el oferente, Lev_1:4, es una solemne afirmación de que esta víctima, presentada seguidamente por el sacerdote, es su propio sacrificio. Los relatos, lo mismo que los textos rituales del Pentateuco, hacen remontar este tipo de sacrificio a la época del desierto, Éxo_18:12; Núm_7:12, e incluso a los Patriarcas, Gén_8:20; Gén_22:9-10. De hecho, los testimonios históricos más antiguos datan de la época de los Jueces, ver Jue_6:26; Jue_11:31; Jue_13:15-20. Parece que esta forma de sacrificio está influenciada por el ritual cananeo (ver 1 R 18, el holocausto de los profetas de Baal es semejante al de Elías) y que no es anterior a la instalación de las tribus. En Lv 1 se atribuye valor expiatorio al holocausto; en la época antigua es más bien un sacrificio de acción de gracias, ver 1Sa_6:14; 1Sa_10:8; 2Sa_6:17, o un sacrificio para obtener un favor de Yahvé, 1Sa_7:9; 1Sa_13:9; 1Re_3:4.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Introducción

Las instrucciones para sacrificios que se dan en Lev. se encuentran dentro del marco de las narraciones del resto del Pentateuco. Se impartieron, por iniciativa de Dios, a un pueblo que ya había experimentado la gracia de su redención en el éxodo. No eran intentos humanos para aplacar a las deidades, alcanzar salvación o comprar favores. Al contrario, tenían el propósito de mantener la relación ya establecida por la acción redentora de Dios, proveyendo medios permanentes para tratar con el pecado y la restauración del compañerismo. Lo que enseñaban era congruente con los instintos humanos más amplios en relación con los sacrificios; es de cir, que el perdón y el compañerismo no son baratos.

La palabra ofrenda (korbaŒn) es el término más común para referirse a los regalos y las ofrendas que la gente podía traer a Dios (cf. Mar. 7:11). Este término incluye los varios sacrificios que se mencionan más abajo. Aquí, la especificación preliminar es que los animales a ser sacrificados deben tomarse de las manadas y rebaños domésticos; esto significa que los animales salvajes no eran aceptables. Deben haber existido dos razones para esto. Primera, los animales salvajes no pertenecían a nadie y, por lo mismo, no podían tener ese sentido de identificación con el que ofrendaba que tendría un animal doméstico de su propia manada o rebaño. Segunda, sólo el sacrificio de un animal doméstico representaba un costo real al que ofren daba. Y tal como David lo comprendiera, un sacrificio que no cuesta no es un sacrificio (2 Sam. 24:24). Por otro lado, descubrimos que era posible que la persona extremadamente pobre ofreciera un ave. Así que el asunto del costo no era lo principal para la eficacia del sacrificio.

La expresión cuando alguno de vosotros presente una ofrenda es indefinida; no establece la frecuencia de las ofrendas para las familias israelitas ordinarias y, en cualquier caso, eran voluntarias (por lo menos las primeras tres). Las ofrendas por el pecado y la culpa eran obligatorias bajo circunstancias bien establecidas, pero los holocaustos (u ofrendas quemadas), las ofrendas de cereales y las ofrendas de paz normalmente eran presentadas voluntariamente cuantas veces el judío sintiera el deseo de ha cerlo. Entonces, es obvio que el valor material del sacrificio no era lo que importaba mayormente a Dios, sino lo que motivaba al adorador.

La anterior es una perspectiva que encuentra apoyo en muchos otros lugares del AT, y algo sobre lo que Jesús hizo hincapié. Aunque fue Dios el que tomó la iniciativa de proveer a los israelitas las instrucciones de cómo debían presentarle sus ofrendas, había cosas más importantes que él buscaba en su relación con ellos: Especialmente las cualidades que tienen que ver con la vida moral, la obediencia y la justicia social, las cuales se incluyeron en el pacto durante el éxodo, antes de que el tabernáculo fuera erigido o que se prescribieran los sacrificios en Lev. (cf. 1 Sam. 15:22; Sal. 50:13; Ose. 6:6; Amós 5:21-24; Mat. 5:23 ss.; Mar. 12:33). Por lo tanto, el contenido de Lev. debe establecerse en el más amplio contexto de sus narraciones y el de toda la revelación bíblica.

Las instrucciones que se encuentran a continuación fueron dadas por Dios a Moisés para todos los israelitas. Esto manifiesta otra característica de estos primeros siete capítulos. Las instrucciones en relación con los sacrificios fueron dadas, antes que nada, para el beneficio de los adoradores mismos; es decir, los laicos. Eran ellos quienes presentaban y mataban los animales para el sacrificio, y después recibían palabras de expiación y restauración del compañerismo con Dios. Este es el enfoque de 1:1-6:7, al cual le sigue una sección más corta en la que se presenta una lista de los mismos sacrificios, pero con el énfasis en las tareas y beneficios de los sacerdotes, quienes recibían ciertas porciones de varios de los sacrificios como el medio principal de manutención (6:8-7:38).

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter I.

1 The burnt offerings 3 Of the herd, 10 Of the flockes, 13 Of the foules.
1 And the Lord called vnto Moses, and spake vnto him out of the Tabernacle of the Congregation, saying,
2 Speake vnto the children of Israel, and say vnto them, If any man of you bring an offering vnto the Lord, ye shall bring your offering of the cattell, euen of the herd, and of the flocke.
3 [ Exo_29:10.] If his offering be a burnt sacrifice of the herd, let him offer a male without blemish: he shall offer it of his owne voluntary will, at the doore of the Tabernacle of the Congregation before the Lord.
4 And he shall put his hand vpon

[The burnt offring.]

the head of the burnt offering: and it shall be accepted for him to make atonement for him.
5 And he shall kill the bullocke before the Lord: and the Priests Aarons sonnes shall bring the blood, and sprinkle the blood round about vpon the altar, that is by the doore of the Tabernacle of the Congregation.
6 And hee shall slay the burnt offering, and cut it into his pieces.
7 And the sonnes of Aaron the Priest shall put fire vpon the Altar, and lay the wood in order vpon the fire.
8 And the Priests Aarons sonnes shall lay the parts, the head and the fat in order vpon the wood that is in the fire which is vpon the altar.
9 But the inwards and his legges shall he wash in water, and the Priest shall burne all on the altar, to be a burnt sacrifice, an offering made by fire, of a sweet sauour vnto the Lord.
10 And if his offring be of the flocks, namely of the sheepe, or of the goates for a burnt sacrifice, he shall bring it a male without blemish.
11 And hee shall kill it on the side of the Altar Northward, before the Lord: and the Priestes Aarons sonnes shall sprinkle his blood round about vpon the altar.
12 And he shall cut it into his pieces, with his head and his fat: and the Priest shall lay them in order on the wood that is on the fire, which is vpon the altar:
13 But hee shall wash the inwards and the legs with water, and the Priest shall bring it all, and burne it vpon the altar: it is a burnt sacrifice, an offering made by fire, of a sweet sauour vnto the Lord.
14 And if the burnt sacrifice for his offring to the Lord be of foules, then he shall bring his offering of turtle doues, or of yong pigeons.
15 And the Priest shall bring it vnto the altar, and [ Or, pinch off the head with the naile .] wring off his head, and burne it on the altar: and the blood thereof shall be wrung out at the side of the altar.
16 And he shall plucke away his crop with [ Or the filth thereof .] his feathers, and cast it beside the altar on the East part, by the place of the ashes.
17 And hee shall cleane it with the wings thereof, but shall not diuide it asunder: And the Priest shall burne it

[The meat offring.]

vpon the altar, vpon the wood that is vpon the fire: it is a burnt sacrifice, an offering made by fire of a sweet sauour vnto the Lord.

Biblia Latinoamericana (San Pablo, 1995)



[.] . Cada ley es introducida por esta expresión, como si Moisés hubiera dictado todas las leyes que debían ponerse en práctica siglos después. Pero ésa es una forma literaria y significa que la Ley guarda el espíritu de lo que Dios enseñó a Moisés en el Sinaí, a pesar de que corresponde a tiempos muy posteriores. Los hebreos, Abraham y los suyos, practicaban los ritos y costumbres de sus antepasados. Siendo pastores, ofrecían sus animales en sacrificio. ¿Estableció Moisés algunas prescripciones religiosas? Esto es muy probable, pero en ningún caso edictó todo lo que este libro le atribuye. Luego, al entrar en Canaán, los israelitas tuvieron un culto centrado en varios santuarios, tomando por modelo lo que los cananeos hacían en sus templos. En el tiempo de los reyes, los descendientes de David organizaron el clero en torno al templo de Jerusalén. Algunos de ellos se preocuparon por la pureza del culto y codificaron la liturgia. En todo esto la revelación que se le hizo a Moisés en el Sinaí les dio criterios para adoptar y adaptar formas nuevas de culto sin dejar de permanecer fieles a la Alianza. Cuando se redactó el Levítico, el pueblo judío tenía un solo santuario, el Templo de Jerusalén. Allí acudían de todos los lugares para ofrecer sus sacrificios. El Templo, construido por el rey Salomón (1Re 6), era un edificio no muy grande (de unos 25 metros de largo por 15 de ancho) y sólo entraban en él los sacerdotes. El pueblo se reunía alrededor, en los patios pavimentados. En el patio principal había un altar grande, hecho de piedras macizas, el Altar de los Holocaustos, o sea, de las víctimas totalmente quemadas. En ciertas ocasiones, parte de la sangre de la víctima se derramaba sobre otro altar mucho más pequeño, dentro del Templo. Había varias clases de sacrificios. En la mayoría de ellos, los sacerdotes recibían como sueldo una parte de la víctima; la otra parte se la comían los donantes en un banquete de comunión. Por el contrario, en el holocausto nada se comía, sino que todo se ofrecía a Dios en señal de perfecta sumisión. Los israelitas, como otros pueblos antiguos, consideraban que la vida de cada ser está en su sangre (ver Gén 9,5). Por eso, la sangre pertenecía a Dios y nadie la podía comer o beber. La vida y la sangre del animal inmolado tenían valor para el que lo ofrecía, quien era liberado de todo lo que en él disgustaba a Dios y podía conducirlo a la muerte (Lev 17,11). Por esa razón Jesús debía morir derramando su sangre, para expresar que daba su vida para lavar a su pueblo de sus culpas. La Carta a los Hebreos saca de los sacrificios judíos la enseñanza siguiente, que se cumplió en la Pasión de Jesús (Heb 9,22). Hay que resaltar la repetida expresión . Los profetas reprocharán al pueblo por no cumplir con este mandato (Mal 18,13). Se da a Dios cualquier cosa, lo que sobra, y no lo mejor de lo que tenemos.

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*1-5 Entre los sacrificios, el texto alude aquí a los siguientes. Primero, el holocausto (Lev 1:1-17), palabra griega que significa «quemado por completo» (en hebreo se le llama ‘olah, un término relacionado quizá con una raíz cuyo significado es «subir», en humo hasta Dios). Segundo, la oblación vegetal (Lev 2:1-16), menos estimada que el sacrificio cruento, porque al derramamiento de sangre se atribuía especial fuerza expiatoria (Lev 17:11), pero también válida para la expiación (véase Lev 5:11-13). Tercero, el sacrificio de comunión (Lev 3:1-17), que se dice en hebreo shelamim o zebaj shelamim, donde shelamim significa el banquete sacrificial que sella una alianza. Cuarto, el sacrificio expiatorio (Lev 4:1-35; Lev 5:1-13), hattat, también llamado sacrificio por el pecado. Quinto, el sacrificio de reparación, ‘asham, similar al anterior, hasta el punto de que resulta difícil diferenciarlos. La razón de los sacrificios expiatorios o de reparación está en que no se puede obtener el favor de Dios sin expiar antes los pecados y sin limpiarse de las impurezas que se contraen cometiéndolos.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

El Señor llama a Moisés. El libro comienza con la observación de que Dios llama a Moisés para hablarle en la tienda del encuentro, desde donde le va a dar todo el cúmulo de instrucciones que vienen a continuación. El relato nos mantiene todavía al pie del Monte Sinaí, donde se acaba de construir meticulosamente el Santuario, el cual se ha llenado con la Gloria divina (Éxo_40:34-38). Pero para comprender el libro debemos situarnos en la época del exilio, hacia la segunda mitad del s. VI a.C., y pensar en la corriente sacerdotal (P) que va madurando poco a poco la idea de la reconstrucción de Israel, reconstrucción que no sólo afectó al Templo y a la misma ciudad, sino también a la reconstrucción moral y religiosa del pueblo como tal.
La idea que subyace en el libro del Levítico es que Israel cayó en manos enemigas como castigo; todo lo que le está sucediendo es un castigo merecido por su infidelidad a ese Dios santo y fiel que, pese a todo, volverá a acogerlos y a perdonarlos. Israel debe responder a ese gesto divino siendo fiel de la manera más perfecta posible, y eso sólo se puede lograr mediante un culto perfecto.
Con este telón de fondo comprenderemos mejor el por qué de esta clasificación tan rigurosa de los sacrificios y, en definitiva, de todo lo que tiene que ver con el culto: los profesionales y los participantes -la asamblea-. No perdamos de vista que muchas de estas prescripciones, si no todas, están pensadas durante la época del destierro, cuando no había ni Templo, ni culto; por ello, se trata de ideales que se persiguieron sin duda hasta sus últimas consecuencias. Pero este sentido ideal trajo, de hecho, consecuencias muy negativas para el pueblo, tan negativas que el mismo Jesús las denunció como el gran obstáculo para acceder al amor misericordioso del Padre.

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

— el Señor llamó a Moisés: Esta expresión (lit. y llamó a Moisés), que encontramos también en Éxo 3:4; Éxo 19:3 y Éxo 24:16, enlaza el libro de Levítico con la revelación del monte Sinaí.

— desde la Tienda del encuentro: En los capítulos Éxo 26:1-37, Éxo 36:1-38 y Éxo 40:1-38 del libro de Éxodo se describe todo lo relativo a la Tienda del encuentro; con ello queda listo el espacio apropiado para el encuentro divino-humano.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 1.3 La ofrenda del holocausto se quemaba enteramente sobre el altar (cf. Lv 6.9), con excepción de la piel del animal, que era para el sacerdote, y de las entrañas con los residuos de comida (1.16). Este sacrificio era ofrecido al Señor como acto de adoración (1 Cr 29.20-21), en acción de gracias (Sal 66.13-15), para obtener algún favor (Sal 20.3-5) y en diversos ritos de purificación (Lv 12.6-8; 14.19,21-23; 15.15,30; 16.24; cf. Job 1.5).

[2] 1.16 Y su contenido: Heb. y sus plumas.

Biblia Peshitta en Español (Holman, 2015)

a Éxo 19:3; Éxo 25:22; Núm 7:89

Torres Amat (1825)



[2] Erigido el Tabernáculo y preparadas las cosas necesarias para el culto divino, faltaba que Dios declarara los ritos y ceremonias con que quería ser honrado. El Levítico presenta una compleja legislación ritual y moral que supone un asentamiento territorial y la organización estable del culto.

[7] Este fuego, después del primer sacrificio ofrecido, se conservó de manera perenne.

Nueva Traducción Viviente (Tyndale House, 2009)

En hebreo la carpa de reunión ; también en Lev 1:3; Lev 1:5.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



4. El gesto de imposición de las manos expresa una cierta solidaridad del oferente con la víctima sacrificada en su nombre.