Ver contexto
Presentará el macho cabrío que haya caído en suerte “para Yahvé”, y lo ofrecerá como sacrificio por el pecado. (Levítico 16, 9) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

הִקְרִ֤יב‎(קָרַב)

Hebrew|hiqrˈîv|approach

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: hif‘il


[H7126] [s.da.aa] [2065]
[קרב] [GES7093] [BDB7793] [HAL7723]

אַהֲרֹן֙‎(אַהֲרֹון)

Hebrew|ʔahᵃrˌōn|Aaron

Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H175] [a.bn.ab] [35]
[אהרון] [GES175] [BDB185] [HAL193]

אֶת‎(אֵת)

Hebrew|ʔeṯ-|[object marker]

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H853] [a.gm.aa] [186]
[את] [GES828] [BDB894] [HAL913]

הַ‎(הַ)

Hebrew|ha|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

שָּׂעִ֔יר‎(שָׂעִיר)

Hebrew|śśāʕˈîr|he-goat

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H8163] [u.bs.aj] [2274c]
[שעיר] [GES8116] [BDB8929] [HAL8869]

אֲשֶׁ֨ר‎(אֲשֶׁר)

Hebrew|ʔᵃšˌer|[relative]

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H834] [a.gk.aa] [184]
[אשר] [GES812] [BDB872] [HAL890]

עָלָ֥ה‎(עָלָה)

Hebrew|ʕālˌā|ascend

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H5927] [p.cs.aa] [1624]
[עלה] [GES5859] [BDB6482] [HAL6403]

עָלָ֛יו‎(עַל)

Hebrew|ʕālˈāʸw|upon

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H5921] [k.bg.ac] [1624p]
[על] [GES5848] [BDB6471] [HAL6395]

הַ‎(הַ)

Hebrew|ha|the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

גֹּורָ֖ל‎(גֹּורָל)

Hebrew|ggôrˌāl|lot

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H1486] [c.da.ab] [381a]
[גורל] [GES1380] [BDB1577] [HAL1583]

לַ‎(לְ)

Hebrew|la|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

יהוָ֑ה‎(יהוה)

Hebrew|[yhwˈāh]|YHWH

Part-of-speech: proper noun
Gender: masculine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H3068] [e.az.ae] [484a]
[יהוה] [GES2969] [BDB3312] [HAL3292]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

עָשָׂ֖הוּ‎(עָשָׂה)

Hebrew|ʕāśˌāhû|make

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: singular
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H6213] [p.fy.aa] [1708]
[עשה] [GES6129] [BDB6780] [HAL6711]

חַטָּֽאת‎(חַטָּאת)

Hebrew|ḥaṭṭˈāṯ|sin

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2403] [h.bu.af] [638e]
[חטאת] [GES2340] [BDB2610] [HAL2609]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



16. La Fiesta Anual de la Expiación.
B abilonia celebraba cada año una fiesta de expiación a fin de ponerse en buenas relaciones con sus dioses; igual se hacía en Atenas, y en Roma se verificaba cada íustro (cinco años) la lustración de la ciudad. Israel estaba ligado con Yahvé con un pacto, que imponía la observancia de la Ley de Dios. Particularmente la morada de Yahvé, santo, en medio de su pueblo, implicaba para éste la obligación de una vida santa y pura en conformidad con las prescripciones impuestas por Dios. Eran estas observancias en gran número, y, por tanto, era fácil traspasarlas por inadvertencia. Y fuera consciente o inconscientemente el quebrantamiento de las prescripciones rituales, llevaba consigo una impureza, algo que comprometía las buenas relaciones entre Yahvé y su pueblo. De aquí la necesidad de esta fiesta de expiación y la importancia de la misma. Se celebraba el día diez del mes séptimo, o sea, cinco días antes de la fiesta de los Tabernáculos, a principios del otoño.
Este capítulo sigue por su contenido al c.10, donde se habla de la muerte de los dos hijos de Aarón. El rito del día de la expiación aparece descrito de nuevo en Lev 23.26-32 y Num_29:7-11. La crítica independiente ha supuesto que este c.16 es el resultado de pequeños fragmentos legislativos que se han ido yuxtaponiendo (v.6-11); el v.26 parece unirse al v.22. Por otra parte está el problema histórico: en la historia de Israel no se menciona antes del exilio la fiesta del día de la expiación. Por eso estos autores suponen que es una creación de la época del exilio bajo la inspiración de Ezequiel, el cual en su plan de la restauración de Israel detalla un programa de expiación similar al de Lev 16, si bien más conciso. Pero se ha hecho notar que no se puede explicar fácilmente el hecho de que un autor postexiliano haya creado un rito de expiación transportado a los días mosaicos, en el que lo esencial es la aspersión del arca de la alianza y el propiciatorio, que había desaparecido hacía tiempo. Por otra parte está el hecho de que Esdras, en la enumeración de las fiestas solemnes con motivo de la nueva alianza en 444 a.C., no menciona la fiesta de la expiación, que es la fundamental, pues es el día de la reconciliación de Israel con su Dios, por lo que tenía derecho a sus bendiciones.

1Después de la muerte de los dos hijos de Aarón, heridos al acercarse ante Yahvé, 2dijo Yahvé a Moisés: Di a tu hermano Aarón que no entre nunca en el santuario a la parte interior del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, no sea que muera, pues yo me muestro en la nube sobre el propiciatorio, 3He aquí el rito según el cual entrará Aarón en el santuario: tomará un novillo para el sacrificio por el pecado y un carnero para el holocausto. 4Se revestirá de la túnica santa de lino y se pondrá sobre sus carnes el calzón de lino; se ceñirá un cinturón de lino y cubrirá su cabeza con la tiara de lino, vistiéndoselos después de haberse lavado en el agua. 5Recibirá de la asamblea de los hijos de Israel dos machos cabríos para el sacrificio por el pecado y un carnero para el holocausto. 6Aarón ofrecerá su novillo por el pecado, y hará la expiación por sí y por su casa. 7Tomará después los dos machos cabríos y, presentándolos ante Yahvé a la entrada del tabernáculo de la reunión, 8echará sobre ellos las suertes, una la de Yahvé y otra la de Azazel. 9Aarón hará acercar el macho cabrío sobre que recayó la suerte de Yahvé y le ofrecerá en sacrificio por el pecado; 10 el macho cabrío sobre el que cayó la suerte de Azazel, le presentará vivo ante Yahvé, para hacer la expiación y soltarle después a Azazel. 11Aarón ofrecerá el novillo del sacrificio por el pecado, haciendo la expiación por sí y por su casa. Después de degollar su novillo por el pecado, 12tomará del altar un incensario lleno de brasas encendidas, de ante Yahvé, y dos puñados de perfume oloroso pulverizado, y lo llevará todo detrás de la cortina; 13echará el perfume oloroso en el fuego ante Yahvé, para que la nube de incienso cubra el propiciatorio que está sobre el testimonio y no muera. 14Tomando luego la sangre del novillo, asperjará con su dedo el frente del propiciatorio, haciendo con el dedo siete aspersiones. 15Degollará el macho cabrío expiatorio del pueblo y, llevando su sangre detrás del velo, hará como con la sangre del novillo, asperjándola sobre el propiciatorio y delante de él, 16y así purificará el santuario de las impurezas de los hijos de Israel y de todas las transgresiones con que hayan pecado. Lo mismo hará con el tabernáculo de la reunión, que está entre ellos en medio de impurezas. 17Que no haya nadie en el tabernáculo de la reunión desde que él entre para hacer la expiación del santuario hasta que salga, hecha la expiación por sí y por su casa y por toda la asamblea de Israel. 18 Después irá al altar que está ante Yahvé y hará la expiación de él, y, tomando sangre del novillo y sangre del macho cabrío, untará de ellas los cuernos del altar todo en torno; 19 hará con su dedo siete veces la aspersión de sangre y le santificará y le purificará de las impurezas de los hijos de Israel. 20Hecha la expiación del santuario, del tabernáculo de la reunión y del altar, presentará el macho cabrío vivo; 21pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, confesará sobre él todas sus culpas, todas las iniquidades de los hijos de Israel y todas las transgresiones con que han pecado, y los echará sobre la cabeza del macho cabrío, y lo mandará al desierto por medio de un hombre designado para ello. 22El macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada, y el que lo lleve lo dejará en el desierto. 23Después Aarón entrará en el tabernáculo de la reunión y se desnudará de las vestiduras de lino, que se vistió para entrar en el santuario; 24y, quitadas, se lavará su cuerpo con agua en lugar santo, y se pondrá sus vestiduras. Saldrá luego, ofrecerá su holocausto y el del pueblo, hará la expiación por sí y por el pueblo, 25y quemará en el altar el sebo del sacrificio por el pecado. 26El que hubiere ido a soltar el macho cabrío a Azazel, lavará sus vestidos y bañará en agua su cuerpo, después de lo cual podrá entrar en el campamento. 27Serán llevados fuera del campamento el novillo y el macho cabrío inmolados por el pecado, cuya sangre se introdujo en el santuario para hacer la expiación, y se consumirán por el fuego sus pieles, sus carnes y sus excrementos. 28El que los queme lavará luego sus vestidos, bañará en agua su cuerpo, y después podrá entrar en el campamento. 29Esta será para todos ley perpetua; el séptimo mes, el día diez del mes, mortificaréis vuestras personas y no haréis trabajo alguno, ni el indígena ni el extranjero que habita en medio de vosotros; 30porque en ese día se hará la expiación por vosotros, para que os purifiquéis y seáis purificados ante Yahvé de todos vuestros pecados. 31Será para vosotros día de descanso, sábado, y mortificaréis vuestras personas. Es ley perpetua. 32La expiación la hará el sacerdote que haya sido ungido y haya sido iniciado para ejercer las funciones sacerdotales en lugar de su padre. Se revestirá de las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas, 33y hará la expiación del santuario de la santidad, del tabernáculo de la reunión y del altar, la de los sacerdotes y la de todo el pueblo de la asamblea. 34Será para vosotros ley perpetua, y se hará la expiación una vez por año para los hijos de Israel por sus pecados. Hízose lo que Yahvé había mandado a Moisés.

En este día solemne, el sumo sacerdote, con los hábitos ordinarios de los sacerdotes, se presentaba ante el tabernáculo llevando un novillo y un carnero, el primero por el pecado y el segundo en holocausto. Con la sangre del novillo haría la expiación por sí y por su familia. Degollado el novillo, entraba con un incensario en el santísimo para ofrecer el incienso delante del arca de la alianza y el propiciatorio que la recubría; luego los rociaba siete veces con la sangre del novillo. Lo mismo hacía con el tabernáculo y el altar de los holocaustos. Con esto quedaba hecha la purificación del santuario, que podía haber sido profanado por los sacerdotes o el pueblo. Luego presenta dos machos cabríos, que han de ser echados a suerte, uno para ser sacrificado a Yahvé y otro para ser enviado al desierto con los pecados del pueblo a Azazel (v.5-11). El sacerdote imponía las manos confesando los pecados del pueblo sobre el destinado a Azazel (v.21). ¿Qué significa este misterioso nombre Azazel? Las versiones antiguas han entendido el vocablo como un adjetivo. Así los LXX: el que es arrojado (ÜðïðïìðáÀïò, åúò ôçí ÜðïðïìðÞí, åéò áöåóéí). Aquila traduce: el que es soltado (ÜðïëÝëõìåíïò), y Símaco: el que se va (áðåñ÷üìåíïò). La Vg, emissarius. Orígenes, siguiendo a una tradición rabínica, cree que se trata de un demonio que habita en el desierto1. Parece que en el contexto hay oposición entre dos personas: Yahvé y Azazel. En este supuesto, los modernos han buscado la etimología de un posible genio maléfico que habita en el desierto2. De hecho, en muchos textos bíblicos se indica que los demonios habitan en terrenos desérticos3. Los que sostienen esta opinión consideran a este Azazel como la versión hebrea del Set-Tifón egipcio, el saqueador y destructor, cuyo furor reclamaba víctimas, o el Averruncus de los romanos, al que había que aplacar para evitar los males. Contra una interpretación similar ya protestaba San Cirilo de Alejandría: el macho cabrío que no se inmolaba no era enviado a un ÜðïðïìðáÀïò (arrojado), es decir, a un demonio que se llamara así, sino que era llamado ???????????? (enviado, arrojado)4. Los autores que admiten que se trata, en efecto, de un ser diabólico que habita en el desierto como el Asmodeo del libro de Tobías5, suponen que aquí el legislador hebreo no ha hecho más que acomodarse a la mentalidad popular de entonces, como en otros casos legislativos que hemos visto, sin que ello insinúe un homenaje al demonio del desierto; al contrario, al cargar los pecados del pueblo sobre ese macho cabrío y enviarlo al espíritu maligno que mora en los desiertos, implícitamente era un desprecio, pues se le dedicaba una presa deshonrada por el pecado. No obstante, la mayor parte de los autores mantienen la antigua versión de los LXX, de Símaco, Aquila y la Vg, y, conforme a ella, piensan que no se trata aquí de una persona llamada Azazel, sino simplemente de un epíteto (el enviado, el arrojado) que describiera su condición de macho cabrío arrojado con los pecados del pueblo al desierto, para que se llevara los pecados; era un modo de simbolizar que la comunidad israelita se había visto libre de sus pecados. Ya hemos visto cómo en el caso de la purificación del leproso y de la casa leprosa se sacrificaba un pichón y se soltaba otro mojado en la sangre del primero, dando a entender con el vuelo del ave que la lepra había desaparecido6. Algo similar parece que hay que ver en el Azazel que es arrojado al desierto con los pecados del pueblo. En tiempos tardíos del judaismo, el macho cabrío emisario era despeñado en el desierto7, para evitar que volviera a los lugares habitados y contaminara así a sus habitantes8.
La ceremonia termina con la combustión del novillo y del macho cabrío fuera del campamento. El sumo sacerdote, revestido de sus ornamentos sacerdotales más preciosos, ofrece dos carneros en holocausto, uno por sí y otro por el pueblo (v.24), quemando sobre el altar las partes grasas del novillo y del macho cabrío, inmolados por el pecado (v. 11-15). Las carnes restantes de estas víctimas deben ser quemadas fuera del campamento, y el que las haya quemado debe purificarse lo mismo que el que hubiera llevado al desierto el macho cabrío emisario9. En el primer caso, porque las carnes eran sagradas, y, por tanto, el que hubiera estado en contacto con ellas debía purificarse, evitando toda profanación involuntaria, y en el segundo, para librarse del contacto de la víctima cargada con los pecados.
El día de la expiación debía ser en el 1 o de tisri (sept oct.) (v.29). Debían abstenerse de todo trabajo y dedicarse al ayuno expiatorio, lo que se requería para conseguir el verdadero perdón ante Dios. En tiempos de Cristo se llama al día de la expiación día de ayuno10. Los extranjeros estaban obligados a abstenerse de trabajo, si bien no se les exigían prácticas de penitencia.
En la Epístola a los Hebreos, el Apóstol nos muestra en todo este ceremonial la figura de la obra expiatoria de Jesucristo. En Israel, esta ceremonia debía practicarse todos los años; Jesucristo lo realizó una sola vez y para siempre. En esto se muestra la eficacia de su sacrificio sobre los sacrificios mosaicos. Aarón tiene que hacer la expiación de sus pecados antes de hacer la del pueblo; Cristo, santo, no necesitó ofrecer víctimas por pecados que no tenía. Aarón entró a hacer la expiación en el tabernáculo de la tierra; Cristo entró en el tabernáculo del cielo, en la morada del Padre, para interceder por nosotros. Aarón entró en el tabernáculo por la virtud de la sangre de un novillo; Jesucristo, por la virtud de su propia sangre. Las víctimas ofrecidas por Aarón hacen la expiación de impurezas legales, que afectan sólo al cuerpo; Jesucristo con su sacrificio limpia nuestras conciencias de los pecados del alma. De donde se infiere cuánto aventaja la expiación llevada por Cristo a la que cada año hacía el sumo sacerdote de la religión mosaica, que con sus ritos preparaba y figuraba el sacrificio de Jesucristo11.

1 Orígenes, Cont. Cels. VI 43: PG 11,1264. 2 'Aza' zél provendría de Azaz-él (Dios fuerte), de 'Az'azul (el fuerte caído), de 'Az-azel (el velludo) o Aza-el (dios-cabra). Todas estas suposiciones parecen muy rebuscadas. Gesenius prefiere ver en Aza' zel una forma intensiva de azal: el alejado. Así, Azaz-el estaría por 'azalzél, lo que coincide con las antiguas versiones griegas que hemos visto. 3 Cf. Isa_13:21; Isa_34:14; Tob_8:3; Mat_12:43; Mat_4:1; Mar_1:13. 4 San Cirilo De Alejandría, Cont. Iulian. VI t.76 col. 964. 5 Tob_8:3. 6 Cf. Lev_14:4-7; Lev_14:49-53. 7 Mischná, Yoma VI-I. 8 Véase art. de H. Lesétre, Bouc émissaire: DBV 1-2 col. 1871-1876. 9 Cf. Lev 4:11-12:21. 10 Cf. Hec_27:9; Fl. Josefo, Ant. Jud. XIV 16,4. 11 Heb_9:11-14.


El Código de Santidad.
A quí comienza aquella sección del código que los autors apellidan código de santidad (17-26). Abarca una verdadera miscelánea de preceptos morales y rituales, muchos de ellos contenidos ya en otros códigos, pero que en éste se hallan informados más particularmente por el principio de la santidad de Dios.
Este principio se halla expresado por ciertas sentencias que o no se encuentran en los otros códigos del Pentateuco o son en ellos muy raras. Tales son: Yo Yahvé1; Yo Yahvé, vuestro Dios;2 Sed santos, porque santo soy yo, Yahvé, vuestro Dios; 3 Yo Yahvé, que os santifico.4 Estas expresiones, puestas al fin de los preceptos, vienen a contener la razón de los mismos.
Se echa de ver una afinidad especial entre este código y el profeta Ezequiel, acaso porque éste era sacerdote y debía mirar más a la santidad del santuario de Dios y de su culto.
Para la debida inteligencia de lo que constituye la nota característica de este código, será bien que anticipemos una exposición más completa que las indicaciones hechas ocasionalmente en las páginas precedentes sobre el atributo divino de la santidad, que tanto resalta en el Antiguo Testamento.

La Santidad de Dios. Por la santidad el hombre aplica su mente y todos sus actos a Dios; y la religión presta a Dios el servicio que le es debido mediante el culto divino5. En la Ley, el concepto de santidad es bastante amplio.
Santo, en hebreo qados, es igual que limpio, puro; lo mismo que brillante, en hebreo tahor. Se distingue de lo profano, que diremos laico, neutro, en hebreo jol, y se contrapone a lo impuro, inmundo, en hebreo tame.
Entre los semitas, santo es el calificativo específico de los dioses, así como entre los griegos y romanos lo era el de inmortal. Yahvé en la Biblia es el Santo, el Santo de Israel6. Como ante la claridad del sol todas las luces resultan oscuras, así ante la santidad de Yahvé todas las cosas resultan impuras. En los mismos ángeles halla El manchas, se dice en Job7. él Dios Santo es por esto mismo excelso sobre todas las cosas; excelso, no por el lugar que ocupa, sino por la excelsitud de su naturaleza. De aquí que la santidad viene a ser igual a trascendencia.
De este concepto de la santidad nace el de reservado, prohibido en árabe, y, por lo mismo, terrible para quienes no se hallen en condiciones de acercarse a ello. Así se dice en el salmo: Santo y terrible es su nombre.8
El hombre concibe las cosas divinas mediante las humanas. Para entender la majestad de Dios se fija en la majestad de los soberanos. Un pasaje de la Biblia nos ayudará a entender esto. Es la visita de Ester al rey Asuero. Nadie sin ser llamado podía presentarse ante el soberano. Ester, que goza de la dignidad de reina, no está excluida de esa ley. Pero la necesidad le obliga a aventurarse. Para ello se adorna de todas las galas que pudieran cautivar el corazón del soberano. Atravesando todas las puertas, se detuvo delante del rey. Hallábase éste sentado en su trono, revestido de todo el aparato de su majestad, cubierto de oro y piedras preciosas, y aparecía en gran manera terrible. Levantando el rostro radiante de majestad, en el colmo de su ira, dirigió su mirada, y al punto la reina se desmayó y, demudado el rostro, se dejó caer sobre la sierva que la acompañaba9.
Otra página de la Sagrada Escritura nos declarará ahora la majestad de Dios, Rey soberano del cielo y de la tierra. Es el capítulo sexto de Isaías, en que el profeta cuenta su vocación al ministerio profético. Contempla el profeta al Señor en su palacio como un gran rey, sentado en su trono alto y sublime, cubierto de rico manto, cuyas haldas llenan el templo. En torno de El están los serafines, cada uno de los cuales tiene seis alas, y cubren con dos su rostro para no sentirse ofuscados por la majestad de Yahvé; con otras dos cubren sus pies, indignos de parecer ante la gloria del Señor, y con otras dos vuelan, mostrándose prontos para cumplir la voluntad de su Soberano. Y entretanto le aclaman a coros: ¡Santo, Santo, Santo, Yahvé Sebaot! ¡Toda la tierra está llena de su gloria! A esta aclamación de la santidad divina, el templo mismo se estremece en sus cimientos, y el profeta exclama aterrado: ¡Ay de mí! ¡Perdido soy!, pues siendo un hombre de impuros labios y que habita en medio de un pueblo de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey, Yahvé Sebaot. Santidad terrible es la majestad del Rey soberano del cielo y de la tierra, a quien los mismos servidores de su casa no pueden mirar cara a cara. Pero delante del templo está el altar que participa de la santidad de Dios, y lo mismo el fuego que perpetuamente arde sobre él. Un serafín toma con unas tenazas una brasa encendida y, tocando con ella los labios impuros del profeta, los purifica, capacitándolo para proclamar ante el pueblo la santidad de Yahvé. Esto nos dará a entender lo que significa la santidad del Señor, santidad que es a la vez su majestad terrible.
La Santidad De Las Cosas Creadas. Como Dios es el principio de las cosas, así lo es de la santidad que se complace en comunicar a sus criaturas. Y por esto son santos los ángeles que forman su corte10, es santa su morada del cielo11, son santos los sacerdotes que aquí en la tierra se allegan a El para servirle12; es santo el templo, su morada terrestre13; lo es también el altar, en que se le ofrecen sacrificios14; santos son todos los enseres del culto, las ofrendas que a Dios se hacen15; santos los días que le están reservados16, y santas otras cosas, v.61., los primogénitos o los primeros frutos, que El se ha reservado para que sean sus soberanos derechos sobre todas las criaturas17, y santo ha de ser el pueblo que El se eligió para que le sirva18.
El principio supremo de la religión es que Dios habita en medio de su pueblo19. El Dios santo santifica su tierra y, sobre todo, santifica a su pueblo. Por eso exige de él la observancia de ciertas normas de vida en consonancia con esa santidad que de Yahvé le es comunicada. Yahvé habló a Moisés, diciendo: Habla a toda la asamblea de los hijos de Israel y diles: Sed santos, porque santo soy yo, Yahvé, vuestro Dios.20 Y en otra parte: Sed santos para mí, porque yo, Yahvé, soy santo, y os he separado de las gentes para que seáis míos21. Especialmente se dice que Dios santifica a los sacerdotes, consagrados a su servicio22. Y como El los santifica, haciéndolos participantes de su propia santidad, ellos deben santificarle a El, respetando en sí mismos la santidad recibida y viviendo conforme a las exigencias de la misma. Obrar de otro modo sería profanar el nombre santo del Señor23, que los ha santificado.
Si queremos hacernos mejor cargo de estos conceptos, no tenemos más que mirar a nuestro alrededor. También para nosotros Dios es santo, y lo es el Hijo de Dios, Jesucristo, y los bienaventurados, que gozan de su presencia en el cielo, y es santísimo el sacramento de su cuerpo y sangre y lo es su imagen clavada en la cruz y hasta la cruz sola; la Madre de Jesús, María, es santísima, y santos son también los lugares en que se desarrolló la vida terrestre del Salvador y los instrumentos del culto y todas las cosas que de modo especial se relacionan con Dios. Por eso miramos lo santo con especial reverencia y lo conservamos separado de las cosas profanas.

La Perfección Moral de Dios. Todo esto nos ofrece un concepto de la santidad que podemos decir metafísica, a la cual se junta el concepto de la santidad moral***?. Dios, santo, se muestra en irreductible oposición al pecado, a la iniquidad, a la injusticia. Esto lo proclaman sobre todo los Profetas y los Salmos. Oigamos cómo Isaías reprueba el culto que le ofrecen los hombres de Judá. Cuando alzáis vuestras manos, yo aparto mis ojos de vosotros; cuando hacéis vuestras muchas plegarias, no escucho. Vuestras manos están llenas de sangre. Lavaos, limpiaos, quitad de ante mis ojos la iniquidad de vuestras acciones. Dejad de hacer el mal, aprended a hacer el bien, buscad lo justo, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda24. Aquí tenemos la santidad moral de Dios, la que exige también de los hombres como la única que les permite acercarse al Señor, según nos dice el salmo:

¡Oh Yahvé! ¿Quién podrá habitar en tu tabernáculo,
residir en tu monte santo?
El que anda en integridad y obra la justicia,
el que en su corazón habla verdad;
el que con su lengua no detrae,
el que no hace mal a su prójimo
ni a su cercano infiere injuria;
el que a sus ojos se menosprecia y se humilla
y honra a los temerosos de Yahvé;
el que, aun jurando en daño suyo, no se muda;
el que no da a usura sus dineros
y no admite cohecho para condenar al
inocente. Al que tal hace, nadie jamás le hará vacilar.
25

Aquí tenemos un programa de vida santa que permite al que la practica acercarse con seguridad al Dios santo y terrible. San Pablo lo resume en aquellas palabras: Procurad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá a Dios.26
La Impureza. -Como Dios es santo, así los espíritus malos, en asirio utukku, son impuros. Es éste el calificativo que en los evangelios se da a los demonios. Y esto no es cosa nueva. También pensaban así los antiguos, que vivían obsesionados con la idea de los espíritus malos. Estos eran impuros, como que los tenían por fuentes de impureza, engendros del arallu el infierno, causantes de todos los males que afligen a la humanidad27.
Esto no es decir que todas las impurezas tengan su origen en los espíritus malos, aunque tal vez muchas se deban a esta preocupación de los espíritus. Las de la Biblia las reducen a tres capítulos. El principio de la impureza es alguna corrupción o tendencia a ella. Son estos tres capítulos los cadáveres, los actos sexuales y los ciertos alimentos28.
Ya se deja entender la razón de declarar impuro un cadáver, sea de hombre, sea de bestia. El cadáver, por la corrupción que lleva consigo, es un foco de infección; quien lo toca queda inficionado y, por consiguiente, inmundo. Esta inmundicia será mayor o menor según las diversas condiciones de la persona que toca. En la persona consagrada por el sacerdocio o por el voto de nazareato, la impureza es mayor que en los simples fieles, porque es mayor la obligación de una mayor santidad.
Al cadáver podemos asimilar el leproso, entendida la palabra lepra en el amplio sentido que le da la Escritura, de toda enfermedad cutánea. Todas estas enfermedades suelen ser contagiosas, y así la declaración de impureza es muy razonable29.
La generación de la vida es un misterio, y una maravilla del Creador la fecundidad otorgada a los animales para procrear otros a ellos semejantes. Sin embargo, la generación del hombre y cuanto a ésta rodea implica un no sé qué de impuro que ha hecho que los pueblos antiguos lo considerasen como opuesto a la santidad de la religión. Algunas de estas prohibiciones se fundan en causas, sin duda, racionales; por ejemplo, la impureza de la madre durante los cuarenta o sesenta días que siguen al parto30.

A la santidad moral, a la justicia, que es la perfección moral de Dios, ha de corresponder la justicia humana, obtenida por la perfecta observancia de la ley divina, y a esta justicia se opone el pecado, la iniquidad, que es un acto de rebeldía contra la voluntad de Dios, expresada en su Ley. Algunos moralistas investigan las condiciones que ha de revestir un acto para que sea pecaminoso. Y no lo es si no nace de la voluntad libre, que a la vez exige el conocimiento. Pero para los antiguos no era así. Como en muchos casos la ley civil castiga los actos contrarios a sus preceptos sin atender a las condiciones de la infracción, así los antiguos consideraban como pecado todo acto material que fuera contra la voluntad divina expresada en la Ley31.

La Ley de Santidad y la Legislación de Ezequiel.
Toda esta legislación levítica sobre las exigencias de santidad legal en el pueblo para que éste sea digno del Dios Santo tiene un gran paralelo con la legislación que el profeta del exilio traza para la futura organización teocrático-mesiánica ideal. Por ello, la crítica independiente sostiene que la legislación del Levítico es sustancialmente post-exílica y obra de la escuela de Ezequiel, que, como sacerdote, tenía gran preocupación por todo lo ritual y por los intereses de su casta sacerdotal. Pero, si bien hay muchas semejanzas entre ambas secciones legislativas, hay muchas desemejanzas sobre todo en lo relativo a fiestas y sacrificios. Así, en el Levítico se señala lo que en los sacrificios pertenece a los sacerdotes para que puedan subsistir, mientras que en el esquema ideal que señala Ezequiel se señalan tributos especiales en diezmos y primicias32. Nada se dice en Ezequiel, en la enumeración de fiestas, sobre la fiesta de Pentecostés. Tampoco se dice nada en éste del sacrificio vespertino, ni sobre el día de la expiación, ni del cordero pascual. Según Lev_21:13-15, el sumo sacerdote sólo puede casarse con una virgen, mientras que los otros sacerdotes pueden casarse con viudas honestas, pero en la legislación de Ezequiel se prohibe a los simples sacerdotes casarse con viudas que no sean de otros sacerdotes difuntos. En Ezequiel no se menciona el sumo sacerdote ni el arca de la alianza. Todo esto prueba que no hay dependencia de la legislación levítica de Ezequiel y que más bien hay que suponer que éste conocía la tradicional, adaptándola en su esquema ideal a la nueva restauración mesiánica33.

1 Lev_18:5; Lev_19:12. 2 Lev_18:4; Lev_18:30; Lev_19:3; Lev_19:12. 3 Lev_19:2; Lev_20:26. 4 Lev_20:8; Lev_21:15; Lev_21:23. 5 2-2 q.81a. 8. 6 Isa_1:4; Isa_5:19; Isa_5:24; Isa_10:20. 7 Job_2:18. 8 Sal_99:3 9 Est_15:1-19 10 Deu_33:2. 11 Sal 10:5. 12 Lev_21:6. 13 Exo_15:13. 14 Lev_22:3.15. 15 Lev_12:4. 16 Exo_31:14; Lev_23:2. 17 Exo_13:1; Lev_27:28. 18 Exo_11:44. 19 Ex 29:45- 20 Lev_19:1-3. 21 Lev_20:25. 22 Lev_21:23; Lev_22:16. 23 Lev_22:2. 24 Isa_1:15-17. 25 Sal 11. 26 Heb_12:14 27 E. Dhorme, Religion assyro-babyloniennse 43s. 28 Cf. J. M. Lagrange, études sur les religions sémitiques 147. 29 Lev 15. 30 Lev_12:15. Cf. Lagrange, o.c., p.144s. 31 Cf. Lev_4:13; Lev_4:22; Lev_4:27; Lev_5:14-17· 32 Cf. Eze_44:29-30. 33 Sobre esta cuestión véase Hopfl, Pentateuque et Hexateuque: Da III (1901); J. Couzard, L'áme julve au temps des Perses: RB (1919) P-79; O. Boyo, Ezechiel and the modern datyng ofthe Pentateuch: Princeton Theological Review, 6 (1908) 29-52; A. Van Hoonacker, Les prétres et les lévites dans le livre d'Ezechiel: RB 8 (1899) 177-205; Id., Le sacerdote lévitique dans la loi et dans l'histoire des Hébreux (Lovaina 1899

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XVI.

1 How the hie Priest must enter into the Holy place. 11 The sinne-offering for himselfe. 15 The sinne-offering for the people. 20 The Scape Goat. 29 The yeerely Feast of the Expiations.
1 And the Lord [ Lev_10:2.] spake vnto Moses, after the death of the two sonnes of Aaron, when they offered before the Lord, and died.
2 And the Lord sayd vnto Moses, Speake vnto Aaron thy brother, that hee [ Exo_30:10; Heb_9:7.] come not at all times in to the Holy place within the Uaile, before the Mercy seat, which is vpon the Arke, that hee die not: for I will appeare in the cloud vpon the Mercy seat.
3 Thus shall Aaron come into the Holy place: with a yong bullocke for a sinne offering, and a ramme for a burnt offering.
4 Hee shall put on the holy linnen coate, and he shall haue the linnen breeches vpon his flesh, and shall be girded with a linnen girdle, and with the linnen Miter shall hee be attired. These are holy garments: therefore shall he wash his flesh in water, and so put them on.
5 And he shall take of the Congregation of the children of Israel, two kiddes of the Goates for a sinne offering, and one ramme for a burnt offering.
6 And Aaron shall offer his bullocke of the sinne offering, which is for himselfe, and [ Heb_9:7.] make an atonement for himselfe, and for his house.
7 And he shall take the two goats, and present them before the Lord at the doore of the Tabernacle of the Congregation.
8 And Aaron shall cast lottes vpon the two Goates: one lot for the Lord, and the other lot for the [ Hebrew: Azazel.] Scape goat.

[The Scape goat.]

9 And Aaron shall bring the goate vpon which the Lords lot [ Hebrew: went vp.] fell, and offer him for a sinne offering.
10 But the goat on which the lot fell to be the Scape goate, shalbe presented aliue before the Lord, to make an atonement with him, and to let him goe for a Scape goate into the wildernesse.
11 And Aaron shal bring the bullocke of the sinne offering, which is for himselfe, and shall make an atonement for himselfe, and for his house, and shal kill the bullocke of the sinne offering which is for himselfe.
12 And he shall take a censer full of burning coales of fire from off the Altar before the Lord, and his handes full of sweet incense beaten small, and bring it within the vaile.
13 And he shall put the incense vpon the fire before the Lord, that the cloud of the incense may couer the mercie seate that is vpon the testimonie, that he die not.
14 And [ Heb_9:13 ; Heb_10:4 .] he shall take of the blood of the bullocke, and [ Lev_4:6 .] sprinkle it with his finger vpon the Mercie seat Eastward: and before the Mercie seate shall hee sprinkle of the blood with his finger seuen times.
15 Then shall he kill the goate of the sinne offering that is for the people, and bring his blood within the Uaile, and doe with that blood as he did with the blood of the bullocke, and sprinkle it vpon the Mercie seat, and before the Mercie seat.
16 And he shall make an atonement for the holy place, because of the vncleannesse of the children of Israel, and because of their transgressions in all their sinnes: and so shall hee doe for the Tabernacle of the Congregation that [ Hebrew: dwelleth.] remaineth among them, in the middest of their vncleannesse.
17 [ Luk_1:10 .] And there shall bee no man in the Tabernacle of the Congregation, when hee goeth in to make an atonement in the holy place, vntill hee come out, and haue made an atonement for himselfe, and for his houshold, and for all the Congregation of Israel.
18 And he shall goe out vnto the Altar that is before the Lord, and make an atonement for it, & shall take of the blood of the bullocke, and of the blood of the goate, and put it vpon the hornes of the Altar round about.

[A sinne offring for atonement.]

19 And he shall sprinkle of the blood vpon it with his finger seuen times, and clense it, and hallow it from the vncleannesse of the children of Israel.
20 And when hee hath made an end of reconciling the holy place, and the Tabernacle of the Congregation, and the Altar, hee shall bring the liue goate.
21 And Aaron shall lay both his hands vpon the head of the liue goate, and confesse ouer him all the iniquities of the children of Israel, and all their transgressions in all their sinnes, putting them vpon the head of the goate, and shall send him away by the hand of [ Hebrew: a man of opportunitie.] a fit man into the wildernesse.
22 And the goate shall beare vpon him all their iniquities, vnto a land [ Hebrew: of separation.] not inhabited; and he shall let goe the goat in the wildernesse.
23 And Aaron shall come into the Tabernacle of the Congregation, and shal put off the linnen garments which he put on, when he went in to the holy place, and shall leaue them there.
24 And he shall wash his flesh with water in the holy place, and put on his garments, and come foorth, and offer his burnt offering, and the burnt offering of the people, and make an atonement for himselfe, and for the people.
25 And the fat of the sinne offering shall he burne vpon the Altar.
26 And he that let goe the goat for the Scape-goat, shal wash his clothes, and bathe his flesh in water, and afterward come into the Campe.
27 And the bullocke for the sinne offering, and the goat for the sin offering, whose blood was brought in, to make atonement in the holy place, shall one cary foorth [ Lev_6:30 ; Heb_13:11 .] without the Campe, and they shal burne in the fire their skinnes and their flesh, and their doung.
28 And he that burneth them, shall wash his clothes, and bathe his flesh in water, and afterward he shall come into the Campe.
29 And this shall be a statute for euer vnto you: that in the seuenth moneth, on the tenth day of the moneth, ye shall afflict your soules, & doe no worke at all, whether it bee one of your owne countrey, or a stranger that soiourneth among you.
30 For on that day shal the Priest make an atonement for you, to cleanse you,

[A sinne offring for atonement.]

that yee may bee cleane from all your sinnes before the Lord.
31 It shall be a Sabbath of rest vnto you, and ye shall afflict your soules by a statute for euer.
32 And the Priest whom he shall anoynt, and whom he shall [ Hebrew: fill his hand.] consecrate to minister in the Priests office in his fathers stead, shall make the atonement, and shal put on the linnen clothes, euen the holy garments.
33 And he shall make an atonement for the holy Sanctuary, and hee shall make an atonement for the Tabernacle of the Congregation, and for the Altar: and he shall make an atonement for the Priests, and for all the people of the Congregation.
34 And this shall be an euerlasting statute vnto you, to make an atonement for the children of Israel, for all their sinnes [ Exo_30:10 ; Heb 9.7.] once a yeere. And he did as the Lord commanded Moses.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Fiesta de la Expiación. El día más solemne en el ciclo sacrificial judío era el día de la expiación, en hebreo «Yom Kippur». Se trataba de una ceremonia bastante compleja que incluía los siguientes animales para el sacrificio: 1. Un novillo, que corría por cuenta del sumo sacerdote, con cuyo sacrificio expiaba por sí mismo y por su familia (6.11). Entraba la única vez al año al Santo de los Santos y salpicaba con la sangre del animal la placa de oro o propiciatorio que estaba sobre el Arca de la alianza (12.14). 2. Dos machos cabríos, ofrecidos por el pueblo. Sobre ellos echaba suertes para destinar uno al Señor y otro a Azazel (5-8). El que correspondía al Señor era sacrificado por la expiación del pueblo y con parte de su sangre hacía lo mismo que con la del novillo: salpicar la placa de oro o propiciatorio y delante de él. Con ello expiaba por el santuario, por todas las impurezas y delitos de los israelitas y por sus pecados (15). Lo mismo debía hacer con la tienda del encuentro (16).
Tal vez, lo más llamativo de todo este ceremonial era el momento en el cual se realizaba el rito con el animal destinado a Azazel que describen los versículos 20-22. El sentido de este rito es absolutamente claro. El animal vivo es conducido al desierto, donde por fuerza morirá. No hay intención alguna de sacrificar el animal a ninguna potencia maligna. Sólo se sabe que Azazel sería la personificación del mal, cuyo dominio y reinado estaban en el desierto. Devolver a su lugar todas las iniquidades y pecados depositados en el chivo expiatorio todavía vivo, pero destinado a morir, era la forma en que el pueblo alejaba de sí todo cuanto obstaculizaba su pureza y se disponía a iniciar una nueva etapa en el camino de su santidad, uno de cuyos aspectos era la pureza cultual y ritual. Notemos que a lo largo del ceremonial del día de la expiación el pueblo no participa: todo era realizado por el sumo sacerdote y sus ayudantes. La única función del pueblo era hacer penitencia (31).

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*16 Se reanuda la narración de Lev 8:1-36; Lev 9:1-24; Lev 10:1-20, indicando las condiciones para penetrar en lo más sagrado (véase Éxo 25:10-22).

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Resumen. Se mencionan los procedimientos principales del día. Al sacrificio del novillo como ofrenda por el pecado de los sacerdotes lo seguía la selección, por suerte, de uno de los carneros para ser sacrificado como ofrenda por el pecado del pueblo y el otro para ser llevado al desierto.

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 16.2 La tapa que está sobre el arca: Cf. Ex 25.17-22.

[2] 16.8 Azazel: nombre de significado dudoso, que podría referirse a un demonio que habitaba en el desierto.

[3] 16.29 El mes séptimo, llamado también mes de Tisrí.

[4] 17.1-9 Dt 12.1-28.

Torres Amat (1825)



[1] Lev 10, 1.

[2] El sumo sacerdote entraba una sola vez al año en el lugar santísimo; pero lo hacía extraordinariamente cuando era necesario consultar al Señor. Ex 30, 10; Hebr 9, 7.

[31] Una fiesta solemne.