Ver contexto
Perseguiréis a vuestros enemigos, que caerán ante vosotros a filo de espada. (Levítico 26, 7) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

BHSEk - Biblia Hebraica Stuttgartensia (Enhanced; KJV versification)

וּ‎(וְ)

Hebrew|û|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

רְדַפְתֶּ֖ם‎(רָדַף)

Hebrew|rᵊḏaftˌem|pursue

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: plural
Person: second person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H7291] [t.bc.aa] [2124]
[רדף] [GES7251] [BDB7985] [HAL7904]

אֶת‎(אֵת)

Hebrew|ʔeṯ-|[object marker]

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H853] [a.gm.aa] [186]
[את] [GES828] [BDB894] [HAL913]

אֹיְבֵיכֶ֑ם‎(אָיַב)

Hebrew|ʔōyᵊvêḵˈem|be hostile

Part-of-speech: verb
Gender: masculine
Number: plural
Person: unknown
State: absolute
Verbal tense: participle
Verbal stem: qal


[H340] [H341] [a.cx.aa] [78]
[איב] [GES333] [BDB356] [HAL366]

וְ‎(וְ)

Hebrew|wᵊ|and

Part-of-speech: conjunction
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[f.ab.aa] [519]
[ו] [GES1991] [BDB2226] [HAL2241]

נָפְל֥וּ‎(נָפַל)

Hebrew|nāfᵊlˌû|fall

Part-of-speech: verb
Gender: unknown
Number: plural
Person: third person
State: not applicable
Verbal tense: perfect
Verbal stem: qal


[H5307] [n.ek.aa] [1392]
[נפל] [GES5225] [BDB5822] [HAL5713]

לִ‎(לְ)

Hebrew|li|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

פְנֵיכֶ֖ם‎(פָּנֶה)

Hebrew|fᵊnêḵˌem|face

Part-of-speech: noun
Gender: masculine
Number: plural
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H6440] [q.bu.ab] [1782a]
[פנה] [GES6365] [BDB7019] [HAL6956]

לֶ‎(לְ)

Hebrew|le|to

Part-of-speech: preposition
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[l.aa.ab] [1063]
[ל] [GES3706] [BDB4135] [HAL4089]

‎(הַ)

Hebrew||the

Part-of-speech: article
Gender: not applicable
Number: not applicable
Person: not applicable
State: not applicable
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[e.ab.aa] [459]
[ה] [GES1804] [BDB2019] [HAL2031]

חָֽרֶב‎(חֶרֶב)

Hebrew|ḥˈārev|dagger

Part-of-speech: noun
Gender: feminine
Number: singular
Person: not applicable
State: absolute
Verbal tense: not applicable
Verbal stem: not applicable


[H2719] [h.fk.ab] [732a]
[חרב] [GES2620] [BDB2941] [HAL2925]

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)



26. Discurso Final Parenetico.
E s esta alocución exhortatoria paralela a la que hemos visto como conclusión del código de la alianza1 y la que se repetirá en Dt c.28. Primero se anuncian promesas de bendición a los cumplidores de la ley (v.3-13) y después se intiman amenazas a los trans-gresores (v. 14-39). En la formulación de ambas parece que se supone que los israelitas habitan en Palestina. Por otra parte, son clásicas las analogías entre este capítulo y el libro de Ezequiel2. Por ello, muchos autores suponen que esta legislación es de la época del exilio; sin embargo, como hemos visto, hay divergencias entre la legislación levítica y la de Ezequiel, y, además, aquí se previene contra el culto en los lugares altos y la idolatría, lo que no encaja en el ambiente del exilio. Como siempre, se puede suponer un núcleo redaccional primitivo que ha sido retocado en épocas más recientes.

Promesas de Bendiciones a los Observadores de la Ley (1-13).
1No os hagáis ídolos, ni os alcéis cipos, ni pongáis en vuestra tierra piedras esculpidas para prosternaros ante ellos, porque soy yo, Yahvé, vuestro Dios. 2Guardad mis sábados y reverenciad mi santuario. Yo, Yahvé. 3Si cumplís mis leyes, si guardáis mis mandamientos y los ponéis por obra, 4yo mandaré las lluvias a su tiempo, la tierra dará sus frutos, y los árboles del campo darán los suyos. 5La trilla se prolongará entre vosotros hasta la vendimia, y la vendimia hasta la sementera, y comeréis vuestro pan a saciedad y habitaréis en seguridad en vuestra tierra. 6Daré paz a la tierra; nadie turbará vuestro sueño, y dormiréis sin que nadie os espante. Haré desaparecer de vuestra tierra los animales dañinos, y no pasará por vuestro país la espada. 7Perseguiréis a vuestros enemigos, que caerán ante vosotros al filo de la espada. 8Cinco de vosotros perseguirán a ciento, ciento de vosotros perseguirán a diez mil, y vuestros enemigos caerán ante vosotros al filo de la espada. 9Yo volveré a vosotros mi rostro, y os haré fecundos y os multiplicaré, y yo mantendré mi alianza con vosotros. 10Comeréis lo añejo, y habréis de sacar fuera lo añejo para encerrar lo nuevo, u Estableceré mi morada entre vosotros y no os abominará mi alma. 12Marcharé en medio de vosotros y seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. 13Yo, Yahvé, vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto para que no fueseis esclavos en ella, rompí las coyundas de vuestro yugo y hago que podáis andar erguida la cabeza.

Los v.1-2, que coinciden con el segundo precepto del Decálogo, se hallan repetidos en muchos lugares de la Ley3. Lo que resta de la perícopa es una viva y apremiante exhortación a la observancia de la misma, poniendo ante los ojos del pueblo los bienes que el Señor les promete y los males con que los amenaza. El estilo no es el de un legislador que formula en lenguaje jurídico las sanciones de las leyes, sino el de un orador que trata de mover el ánimo de sus oyentes o lectores al amor y observancia de los mandamientos divinos. En todo esto, el autor sagrado parece proceder por deducción, partiendo del principio de que siendo Dios justo debe dar a cada uno según su merecido; y que esto se cumple, no nos deja dudar ni la fe en la perfección divina ni siquiera la razón. Sin embargo, el cumplimiento de esta justicia no siempre aparecería claro; antes la experiencia daba lugar a graves tentaciones, cuando veían las muchas tribulaciones a que la vida del justo estaba sometida y las prosperidades de los malvados. El libro de Job plantea crudamente este problema, mostrándonos de qué manera Dios prueba la virtud de los justos para premiarles después más copiosamente. El Eclesiastés saca de su experiencia que, en efecto, Dios es justo y hay que vivir con temor de Dios, sin olvidarse de su juicio; pero que no vemos cómo en la vida presente se realiza esta justicia. Los premios que aquí se prometen son de origen temporal: el crecimiento de la familia, cosechas abundantes del campo, multiplicación de los ganados, victoria sobre los enemigos y paz para disfrutar de esos bienes. La Ley está dada al pueblo; la exhortación va dirigida al mismo con promesas apropiadas a su mentalidad ruda. Esto bastaría en una ley humana, pero la ley que precede está dada en nombre de Dios, y parece que el ministro de quien Dios se sirve debía levantar la vista a esperanzas más altas. Y es para maravillar que sólo en los postreros libros del Antiguo Testamento aparezcan esas esperanzas ultraterrenas. Las mismas descripciones de la edad mesiánica en los profetas predicen esos mismos bienes acompañados de la fiel observancia de la ley divina. Es, sin duda, un misterio esta conducta del Espíritu Santo, que deja encubiertos con un espeso velo los bienes que Dios tiene preparados para los que le aman. Los patriarcas, al morir, van a descansar en el seol, donde la vida se presenta a veces triste, a veces como una continuación de la paz en que mueren; pero nada que nos haga vislumbrar las dulces esperanzas que a los cristianos hacen llevaderas las tribulaciones de la presente vida. Se nos muestra hasta qué punto llega aquella condescendencia, o synkatabasis, que, al decir de los Padres, observa Dios en el gobierno de su pueblo. El pueblo de Israel era rudo y grosero, incapaz de apreciar los bienes espirituales. Como sólo tenía en estima los bienes temporales, ésos son los que Dios promete para estimularle a la observancia de sus preceptos. Pero hay que advertir que tales bienes se le presentan como venidos de Dios, como expresión de la gracia del Señor, que se complace en la conducta de su pueblo. Esto ya imprime un sello de espiritualidad a estas promesas temporales, las cuales, por lo mismo, figuraban las espirituales que nos había de traer el Mesías4.

Amenazas a los Prevaricadores (14-46).
14Pero, si no me escucháis y no ponéis por obra mis mandamientos, si desdeñáis mis leyes, 15menospreciáis mis mandamientos y no los ponéis por obra, y rompéis mi alianza, 16ved lo que también yo haré con vosotros: echaré sobre vosotros el espanto, la consunción y la calentura, que debilitan los ojos y consumen la vida; sembraréis en vano vuestra simiente, pues serán los enemigos los que la comerán; 17me volveré airado contra vosotros y seréis derrotados por vuestros enemigos; os dominarán los que os aborrecen, y huiréis sin que os persiga nadie. 18Si después de esto no me obedecéis todavía, echaré sobre vosotros plagas siete veces mayores por vuestros pecados; 19quebrantaré la fuerza de vuestro orgullo; haré como de hierro vuestro cielo y como de bronce vuestra tierra. 20Serán vanas vuestras fatigas, pues no os dará la tierra sus productos, ni los árboles de ella sus frutos. 21Y si todavía os oponéis a mí y no queréis obedecerme, os castigaré otras siete veces más por vuestros pecados; 22lanzaré contra vosotros fieras que devoren vuestros hijos, destrocen vuestro ganado y os reduzcan a escaso número, de modo que queden desiertos vuestros caminos. 23Si con tales castigos no os convertís a mí y seguís marchando contra mí, 24yo a mi vez marcharé contra vosotros y os rechazaré, y os heriré también siete veces más por vuestros pecados; 25esgrimiré contra vosotros la espada vengadora de mi alianza; os refugiaréis en vuestras ciudades, y yo mandaré en medio de vosotros la peste y os entregaré en manos de vuestros enemigos, 26quebrantando todo vuestro sostén de pan; diez mujeres bastarán para cocer el pan en un solo horno y os lo darán tasado; comeréis y no os hartaréis. 27Si todavía no me obedecéis y seguís oponiéndoos a mí, 28yo me opondré a vosotros con furor y os castigaré siete veces por vuestros pecados. 29Comeréis las carnes de vuestros hijos, comeréis las carnes de vuestras hijas; 30destruiré vuestros lugares excelsos, abatiré vuestras estelas consagradas al sol; amontonaré vuestros cadáveres sobre los cadáveres de vuestros ídolos, y mi alma os abominará. 31Convertiré vuestras ciudades en desiertos, saquearé vuestros santuarios y no aspiraré ya más el suave olor de vuestros perfumes. 32De vastaré la tierra, y vuestros enemigos, que serán los que la habiten, quedarán pasmados; 33y a vosotros os dispersaré yo entre las gentes y os perseguiré con la espada desenvainada en pos de vosotros; vuestra tierra será devastada, y vuestras ciudades quedarán desiertas. 34Entonces disfrutará la tierra de sus sábados, durante todo el tiempo que durare la soledad y estéis vosotros en la tierra de vuestros enemigos. Entonces descansará la tierra y gozará de sus sábados. 35Todo el tiempo que quedará devastada, tendrá el descanso que no tuvo en vuestros sábados, cuando erais vosotros los que la habitabais. 36A los que de vosotros sobrevivan, yo les infundiré espanto tal en sus corazones, en la tierra de sus enemigos, que el moverse de una hoja los sobresaltará y los hará huir como se huye de la espada, y caerán sin que nadie los persiga; 37y tropezarán los unos con los otros, como si huyeran delante de la espada, aunque nadie los persiga; y no podréis resistir ante vuestros enemigos; 38y pereceréis entre las gentes, y la tierra de vuestros enemigos os devorará. 39Los que sobrevivan serán consumidos por sus iniquidades en la tierra enemiga, y consumidos por las iniquidades de sus padres. 40Confesarán sus iniquidades y las de sus padres por las prevaricaciones con que contra mí prevaricaron, 41y que, por habérseme opuesto a mí, me opuse yo a ellos y los eché a tierra de enemigos. Humillarán su corazón incircunciso y reconocerán sus iniquidades; 42y yo entonces me acordaré de mi alianza con Jacob, de mi alianza con Isaac, de mi alianza con Abraham, y me acordaré de su tierra. 43Ellos tendrán que abandonar la tierra, que gozará de sus sábados, yerma, lejos de ellos. Serán sometidos al castigo de sus iniquidades por haber menospreciado mis mandamientos y haber aborrecido mis leyes. 44Pero, aun con todo esto, cuando estén en tierra enemiga, yo no los rechazaré, ni abominaré de ellos hasta consumirlos del todo, ni romperé mi alianza con ellos, porque yo soy Yahvé, su Dios. 45Me acordaré por ellos de mi alianza antigua, cuando los saqué de la tierra de Egipto a los ojos de las gentes para ser su Dios. Yo, Yahvé. 46Estos son los mandamientos, estatutos y leyes que Yahvé estableció entre sí y los hijos de Israel, en el monte Sinaí, por medio de Moisés.

En esta perícopa, complemento de la precedente, que contiene las amenazas de Dios contra los prevaricadores de su Ley, es muy de notar la graduación creciente de los castigos que Dios mandará a su pueblo, según la medida de su persistencia en el pecado, hasta llegar a la cautividad en tierras extrañas. Aquí, al fin, entrarán en sí, se arrepentirán y Dios tendrá misericordia de ellos, volviéndolos a su tierra. Es lo que se anuncia muchas veces en los profetas5. Las promesas y los dones de Dios, dice San Pablo, son sin arrepentimiento6, porque el Señor, al prometer, lo hace, no en atención a los méritos de los agraciados, sino a lo que El es, a las entrañas de su misericordia7, y no se vuelve atrás de lo que una vez prometió. Y esto principalmente cuando se trata de las promesas mesiánicas. Por esto, concluye que no romperá su alianza con ellos, porque yo, Yahvé, soy su Dios, que los saqué de la tierra de Egipto para ser su Dios por siempre.8 Esto es tan evidente para San Pablo, que, aun después de haber rechazado la masa israelita al Mesías, asegura que la reprobación de Israel no es definitiva, sino temporal, para dar lugar a la entrada de los gentiles en el reino de Dios y que después llegará la hora de Israel9.
Es interesante la mención de los lugares excelsos o bamoth (v.30), lugares de culto en los cerros, tantas veces recriminados por los profetas. Esta mención parece suponer que el hagiógrafo escribe en Canaán, donde se prodigaban estos lugares de culto. Lo mismo hay que decir de la mención de los cipos o estelas (masseboth) erigidas al aire libre en honor de dioses cananeos de tipo astral10. También el anuncio del exilio parece reflejar la preocupación de un autor posterior a Moisés que ha sido testigo de la gran catástrofe de Judá en 587 antes de Cristo. La tierra será desolada11, y entonces, deshabitada, descansará en su reposo sabático, que antes se la había negado (v.34). Es lo que dice el autor de 2 Par 36:21: para que se cumpliese la palabra de Yahvé pronunciada por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo reposado sus sábados, descansando todo el tiempo que estuvo devastada hasta que se cumplieron los setenta años.12 La frase es irónica y parece insinuar que, ya que los israelitas no la dejaron descansar durante los sábados y jubileos prescritos por la Ley, Dios se encargó de que se cumpliera la prescripción a costa de la despoblación total del país por sus prevaricaciones. Pero la prueba del exilio será el medio de hacerlos retornar a Yahvé su corazón incircunciso (v.41), es decir, rebelde y pagano en el fondo por no conformarse a los mandatos de su Dios. Entonces Yahvé se acordará de la alianza que ha hecho con sus antepasados y de la gloriosa liberación de Egipto (v.42.45)13. Los v.43-44 interrumpen el pensamiento y son probablemente una glosa que repite las ideas de v. 34-35.
El v.46 es la conclusión de todas las leyes de santidad (c. 17-26) o quizá de todas las ordenaciones del Levítico, que son presentadas como dadas en su totalidad sobre el monte Sinaí por intermedio de Moisés (v.26).

1 Cf. Exo_23:20-33. 2 Cf. Lev_26:26 y Eze_4:16; Eze_5:16; Eze_14:13; Lev 39 y Eze_4:17; Eze_24:23; Lev 33 Y Eze_5:2; Eze_5:12; Eze_12:14; Lev_26:43 y Eze_5:6; Eze_20:16; Lev_26:45 y Eze_5:8; Eze_20:9; Eze_20:14; Eze_20:22; Eze_20:41; Eze_22:16; Eze_28:25. 3 Cf. Exo_20:4; Deu_5:8; Lev_19:4· 4 Cf. Summ. Theol. 1-2 q.99 a.6. 5 Cf. Eze_16:39s. 6 Rom_11:29. 7 Luc_1:78. 8 Cf. Jer_31:31s; Eze_16:62. 9 Rom_11:26. 10 Cf. H. Vincent, o.c., p.146. 11 Jer 18.16; Rom_19:8; Eze_5:2-12. 12 Cf. 2Cr_36:21; Jer_25:11-12; Jer_29:10. 13 Cf. Ose_11:9.

King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XXVI.

1 Of Idolatry. 2 Religiousnes. 3 A blessing to them that keepe the Commandements. 14 A curse to those that breake them. 40 God promiseth to remember them that repent.
1 Yee shall make you [ Exo_20:4; Deu_5:8; Deu_16:22; Psa_97:7.] no Idoles nor grauen Image, neither reare you vp a [ Or, pillar.] standing image, neither shall yee set vp any

[Blessings promised.]

[ Or, figured stone. Hebrew: a stone of picture.] Image of stone in your land, to bow downe vnto it: For I am the Lord your God.
2 [ Lev_19:30 .] Ye shal keepe my Sabbaths, and reuerence my Sanctuary: I am the Lord.
3 [ Deu_28:1 .] If ye walke in my Statutes, and keepe my Commandements, and doe them;
4 Then I will giue you raine in due season, and the land shall yeeld her increase, and the trees of the field shall yeeld their fruit.
5 And your threshing shall reach vnto the vintage, and the vintage shall reach vnto the sowing time: and yee shal eat your bread to the full, and [ Job_11:19 .] dwel in your land safely.
6 And I wil giue peace in the land, and ye shall lye downe, and none shall make you afraid: and I will [ Hebrew: cause to cease.] rid euill beasts out of the land, [ Job_11:19 .] neither shall the sword goe through your land.
7 And ye shall chase your enemies, and they shall fall before you by the sword.
8 And [ Jos_23:10 .] fiue of you shal chase an hundred, and an hundred of you shall put ten thousand to flight: and your enemies shall fall before you by the sword.
9 For I wil haue respect vnto you, and make you fruitfull, and multiply you, & establish my couenant with you.
10 And yee shall eate old store, and bring forth the old, because of the new.
11 [ Eze_37:26 .] And I will set my Tabernacle amongst you: and my soule shall not abhorre you.
12 [ 2Co_6:16 .] And I will walke among you, and will be your God, and ye shall be my people.
13 I am the Lord your God, which brought you forth out of the land of Egypt, that yee should not be their bondmen, & I haue broken the bandes of your yoke, and made you go vpright.
14 [ Deu_28:15 Lam_2:17 ; Mal_2:2 .] But if ye will not hearken vnto me, and will not doe all these Commandements:
15 And if ye shall despise my Statutes, or if your soule abhorre my Iudgements, so that ye wil not doe all my Commandements, but that yee breake my Couenant:
16 I also will doe this vnto you, I will euen appoint [ Hebrew: vpon you.] ouer you terrour, consumption, and the burning ague, that shall consume the eyes, and cause sorrow of heart: and ye shall sow your

[Plagues threatned for disobedience.]

seede in vaine, for your enemies shall eate it.
17 And I will set my face against you, and ye shall be slaine before your enemies: they that hate you shall reigne ouer you, and [ Pro_28:1 .] ye shall flee when none pursueth you.
18 And if ye will not yet for all this hearken vnto me, then I will punish you seuen times more for your sinnes.
19 And I will breake the pride of your power, and I will make your heauen as yron, and your earth as brasse:
20 And your strength shall be spent in vaine: for your land shall not yeeld her increase, neither shall the trees of the land yeeld their fruits.
21 And if ye walke [ Or, at all aduentures with me, and so Lev_26:24 .] contrary vnto me, and will not hearken vnto mee, I will bring seuen times moe plagues vpon you, according to your sinnes.
22 I will also send wilde beasts among you, which shall rob you of your children, and destroy your cattell, and make you few in number, and your high wayes shall be desolate.
23 And if ye will not be reformed by these things, but will walke contrary vnto me:
24 [ 2Sa_22:27 ; Psa_18:26 .] Then will I also walke contrary vnto you, and will punish you yet seuen times for your sinnes.
25 And I will bring a sword vpon you, that shall auenge the quarell of my couenant: and when yee are gathered together within your cities, I wil send the pestilence among you, and ye shalbe deliuered into the hand of the enemie.
26 And when I haue broken the staffe of your bread, ten women shall bake your bread in one ouen, and they shall deliuer you your bread againe by weight: and ye shall eate, and not bee satisfied.
27 And if ye wil not for all this hearken vnto me, but walke contrary vnto mee,
28 Then I wil walke contrary vnto you also in fury, and I, euen I will chastise you seuen times for your sinnes.
29 [ Deu_28:53 .] And ye shal eate the flesh of your sonnes, and the flesh of your daughters shall ye eate.
30 And I will destroy your high places, and [ 2Ch_34:7 .] cut downe your images, and cast your carkeises vpon the carkeises of your idoles, and my soule shall abhorre you.

[Plagues threatned for disobedience.]

31 And I wil make your cities waste, and bring your sanctuaries vnto desolation, and I will not smell the sauour of your sweet odours.
32 And I will bring the land into desolation: and your enemies which dwel therein, shall be astonished at it.
33 And I will scatter you among the heathen, and will draw out a sword after you: and your land shall be desolate, and your cities waste.
34 Then shall the lande enioy her Sabbaths, as long as it lieth desolate, and yee be in your enemies land, euen then shall the land rest, and enioy her Sabbaths.
35 As long as it lieth desolate, it shall rest: because it did not rest in your Sabbaths, when ye dwelt vpon it.
36 And vpon them that are left aliue of you, I will send a faintnesse into their hearts in the lands of their enemies, and the sound of a [ Hebrew: driuen.] shaken leafe shall chase them, and they shall flee, as fleeing from a sword: and they shall fall, when none pursueth.
37 And they shall fall one vpon another, as it were before a sword, when none pursueth: and yee shall haue no power to stand before your enemies.
38 And yee shall perish among the Heathen, and the land of your enemies shall eate you vp.
39 And they that are left of you shall pine away in their iniquitie in your enemies lands, and also in the iniquities of their fathers shall they pine away with them.
40 If they shall confesse the iniquitie of their fathers, with their trespasse which they trespassed against me, and that also they haue walked contrary vnto me:
41 And that I also haue walked contrary vnto them, and haue brought them into the land of their enemies: if then their vncircumcised hearts bee humbled, and they then accept of the punishment of their iniquitie:
42 Then will I remember my couenant with Iacob, and also my couenant with Isaac, and also my couenant with Abraham will I remember, and I will remember the land.
43 The land also shalbe left of them, and shall enioy her Sabbaths, while she lieth desolate without them: and they shall accept of the punishment of their iniquitie: because, euen because

[Of vowes, and their redemption.]

they despised my Iudgements, and because their soule abhorred my Statutes
44 And yet for all that, when they be in the land of their enemies, [ Deu_4:31 ; Rom_11:26 .] I will not cast them away, neither will I abhorre them, to destroy them vtterly, and to breake my couenant with them: for I am the Lord their God.
45 But I wil for their sakes remember the couenant of their Ancestours, whom I brought forth out of the land of Egypt, in the sight of the Heathen, that I might be their God: I am the Lord.
46 These are the Statutes, and Iudgements, and Lawes which the Lord made betweene him and the children of Israel, in mount Sinai, by the hand of Moses.

Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI (Editorial Mundo Hispano, 2019)



Obediencia y bendición. Sería un error pensar que las bendiciones y maldiciones en este capítulo fueran asuntos de recompensa o castigo igualmente opuestos (como parecen sugerirlo los encabezados en la RVA). No hay tal cosa como que las bendiciones se ganarían como una recompensa por buena conducta, en la misma manera que los desastres serían merecidos como juicio. Israel no tenía que ganarse las bendiciones de Dios. Ya estaban ahí, como promesas intrínsecas a la relación de pacto; como quien dice, en las escrituras de Israel: Desde el pacto de Dios con Abraham. Pero esa bendición podía experimentarse en toda su plenitud sólo si Israel vivía de acuerdo con el pacto. De otra manera sería invalidado, y el hecho de que Dios retuviera sus bendiciones expondría a Israel a los peligros de una tierra maldecida y a la debilidad humana.

Cuatro son los elementos que conforman las bendiciones prometidas: lluvia y una buena cosecha (vv. 3-5); paz y seguridad (vv. 6-8); incremento numérico (v. 9); y la morada de Dios en el pueblo (vv. 11-13). Estas son realmente las mismas bendiciones mencionadas en el pacto con Abraham (Gén. 12:1-3), con algo extra del sabor local. Dios le había prometido a Abraham que tendría una multitud de descendientes; que ellos tendrían una tierra (pero eso hubiera sido fútil sin lluvia, cosechas y seguridad); y sobre todo, que gozarían de poseer una relación de bendición con Dios. Estos versículos no sólo hacen eco del pacto con Abraham, sino también del pacto con Noé (Gén. 8:21-9:17), e inclusive hacen recordar el jardín del Edén. Andaré entre vosotros (26:12), usa la misma y poco común forma del término que se utiliza para describir la manera en que Dios caminaba y acompañaba a Adán y Eva (Gén. 3:8; cf. 5:22, 24; 6:9; 17:1). Era para restaurar dicha intimidad con Dios, por el gozo de vivir con Dios en la buena tierra de Dios, que él los había redimido en el gran evento del éxodo, el cual en sí mismo era una prueba de la fidelidad a su pacto (v. 13).

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Bendiciones. Aunque el libro del Levítico no está planteado en términos de una alianza, la forma como concluye hace pensar que todo lo anterior, los preceptos y las normas, forman parte de un pacto con Dios. Toda alianza terminaba siempre con una serie de bendiciones y promesas de prosperidad por el recto cumplimiento de cada una de las cláusulas, y maldiciones y promesas de castigo por su incumplimiento. Ésa es la idea que transmite el Levítico al final de la larga serie de normas rituales y cultuales y de mandatos éticos y morales.
La motivación principal es que si el Señor los hizo salir de Egipto era para que caminaran erguidos (13), esto es, para que vivieran libres en una tierra próspera (4s), en paz (6-8), con un futuro garantizado gracias a la multiplicación de la descendencia (9) que tendría su sustento asegurado (10). Por encima de todo ello se encuentra la promesa de la bendición máxima: la habitación permanente del Señor en medio del pueblo, pues la obediencia hace que Él fije entre ellos su morada (11), para caminar con ellos y para estar pendiente de que no vuelvan a caer en la misma situación de Egipto, situación de la cual él mismo los había liberado (13).

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*26 Una colección legislativa debía terminar con promesas y bendiciones para los cumplidores, y amenazas y maldiciones para los infractores (véase Éxo 23:20-33; Deu 28:1-68; Deu 27:11-26; Jos 8:34).

Torres Amat (1825)



[1] Notable por alguna superstición.

[2] Los hebreos antes de entrar en el templo se quitaban el calzado y dejaban a la entrada el bastón que llevaban en la mano. Se sacudían el polvo que podían haber recogido sus pies, no atravesaban el templo para pasar de un lado a otro y salían de él sin volver las espaldas al santuario.

[3] Deut 28, 1.

[15] Deut 28, 25; Lam 2, 17; Mal 2, 2.

[26] Ez 4, 6.

[29] 2 Re 6, 28; Jer 4, 10.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_28:7

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_28:7

Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)



Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 26.42 Gn 17.7-8; 26.3-4; 28.13-14.