Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
27. Los Votos y los Diezmos.
L a Ley nos habla con frecuencia de los votos hechos a Dios, los cuales, una vez hechos, obligan a su cumplimiento. Si nos atenemos al dicho de Pro v 20:25: Lazo es al hombre decir luego:
consagrado, para andar pesquisando sobre el voto, debemos pensar que los hebreos hacían votos con frecuencia y con poca reflexión sobre la carga que se echaban encima. De aquí venía que luego se arrepintiesen y quisieran rescatar el voto hecho. A esto responde el presente capítulo. Los votos podían recaer sobre personas, ganados, casas y campos, y el legislador estudia los diferentes casos completos.
Este capítulo, después de la conclusión solemne
Deu_26:46, tiene todos los visos de ser una adición al conjunto legislativo levítico.
Rescate de los Votos Sobre Personas (1-8).
1
Yahvé habló a Moisés, diciendo: 2
Habla a los hijos de Israel y diles: Si uno hace voto a Yahvé, se estimarán para Yahvé las personas, como las estimas tú. 3
Un hombre de veinte a sesenta años lo estimarás en cincuenta siclos de plata, según el peso del siclo del santuario. 4
Una mujer la estimarás en treinta siclos. 5
De los cinco a los veinte años estimarás un mozo en veinte siclos, y una moza en diez. 6
De un mes a cinco años, estimarás en cinco siclos un niño y en tres siclos una niña. 7
De sesenta años para arriba, estimarás en quince siclos un hombre y en diez una mujer. 8
Si el que hizo el voto es demasiado pobre para pagar el valor de tu estimación, será presentado al sacerdote, que fijará el precio según los recursos del hombre aquel.
En
Jue_11:31 vemos cómo Jefté hizo voto de sacrificar a Yahvé lo primero que le saliese al encuentro si volvía victorioso. Y fue su hija única la que ofreció en sacrificio a Yahvé, juzgando de Yahvé como de los dioses cananeos. La madre de Samuel, Ana, ofreció al hijo que de Yahvé había obtenido para servir en el santuario, y lo cumplió1. He aquí dos ejemplos de votos que recaen sobre las personas, de las cuales el primero y el segundo podía ser rescatado, según las normas que nos da este capítulo del Levítico2.
La finalidad de los votos es ganarse la benevolencia divina para evitar un mal o conseguir un bien. En hebreo parece que prevalece la idea de abstención de separarse de algo. Desde la época patriarcal encontramos ya votos formales a Dios3. En tiempos de Cristo son tan frecuentes, que se previene a los judíos contra la complicada y falsa casuística al respecto4.
El voto clásico
personal es el de
nazareato, por el que una persona quedaba como
consagrada a Yahvé por la abstención de bebidas alcohólicas y de cortarse el cabello5. En la legislación que sigue se pretende asegurar al templo y al culto unos ingresos muy saneados y seguros.
Por el rescate de una persona en pleno vigor (de veinte a sesenta años) se impone un rescate de 50 siclos de plata según el patrón del siclo del santuario (v.3)6. Por una mujer de la misma edad, 30 siclos. Por los menores de veinte años y mayores de cinco, 20 siclos si es niño y 10 si es niña. Por un niño menor de cinco años, cinco siclos, y por una niña, tres (v.3-7). En todo caso, el sacerdote podría reducir estas cantidades por razones de pobreza del sujeto que hizo los votos (v.8).
Rescate de los Votos sobre Animales (9-13).
9
Si el voto es de animales de los que se ofrecen a Yahvé, cuanto así se ofrece en don a Yahvé será cosa santa. 10
No será mudado, no se pondrá uno malo en vez de uno bueno, ni uno bueno en vez de uno malo; si se permutare un animal por otro, ambos serán cosa santa.11
Si es de animal impuro, de los que no pueden ofrecerse a Yahvé en sacrificio, se le presentará al sacerdote, 12
que lo estimará según sea de bueno o de malo, y se estará a la estimación del sacerdote. 13
Si se le quiere rescatar, se añadirá un quinto a su valor.
En los ganados distingue el legislador los animales puros, que pueden ser sacrificados, como una oveja, un buey, y los impuros, que están excluidos del sacrificio, como el asno y el camello. Los primeros debían ser sacrificados, y los segundos, rescatados según la estimación del sacerdote. No se autoriza cambio en la víctima pura ofrecida, pues son cosa
santa. Ni siquiera se puede sustituir por otra mejor por esta razón, pues al ser cosa
santa está excluida del uso profano y pertenece al santuario7. Si el animal es impuro y no puede ser sacrificado, será presentado al sacerdote para que lo evalúe y lo venda para provecho del templo. Para rescatarle, el donante tenía que pagar un quinto más de su valor, con lo que se pretende no facilitar el rescate...
Rescate de Una Casa (14-15).
14
Si uno santifica a su casa, consagrándola a Yahvé, el sacerdote hará la estimación de ella, según que sea de buena o de mala, y se estará a la estimación del sacerdote. 15
Si se la quisiere rescatar, se añadirá un quinto al precio de tu estimación y será suya.
El rescate de una casa consagrada a Yahvé dependerá de la estimación pecuniaria del sacerdote, sobre la que se añadirá un quinto de su valor.
Rescate de Campos (16-24).
16
Si uno santifica parte de la tierra de su propiedad, tu estimación será conforme a su sembradura, a razón de cincuenta siclos por cada jómer de cebada de sembradura. 17
Si la santifica antes del año de jubileo, habrá de atenerse a tu estimación; 18
pero, si es después del jubileo cuando santifica su campo, el sacerdote lo estimará según el número de años que quedan para el jubileo, haciendo la rebaja de tu estimación. 19
Si el que santificó el campo quiere rescatarlo, añadirá un quinto al precio de tu estimación, y el campo quedará suyo. 20
Si no los rescata o lo vende a uno de otra familia, el campo no podrá ser rescatado más; 21
y cuando al jubileo quede libre, será consagrado a Yahvé, como campo de voto, y pasará a ser propiedad del sacerdote. 22
Si uno consagra a Yahvé un campo comprado por él, que no es parte de su heredad, 23
el sacerdote calculará el valor según tu estimación y los años que falten para el jubileo, y el hombre pagará aquel mismo día lo fijado, como cosa consagrada a Yahvé. 24
El año del jubileo, el campo volverá a quien lo había vendido y de cuya heredad era parte. 25
Toda estimación se hará según el siclo del santuario, que es de veinte guerras.
El legislador distingue entre bienes recibidos en heredad en patrimonio familiar y bienes adquiridos por compra. En el primer caso, según la ley del año jubilar, la estimación de rescate será conforme al número de años que quedan para el jubileo; es decir, el
santuario sólo tiene derecho al fruto del campo hasta el año del jubileo. Su valor, pues, dependía según el número de años que quedaban para el jubileo, y debía hacerse a base de 50 siclos de plata el
jómer, medida de áridos que equivalía a unos 390 kilos8. Si el propietario quiere disponer del campo antes del jubileo, debe pagar sobre la estimación del sacerdote un quinto de más (v.19). Si no lo rescataba y lo vendía, entonces no tenía derecho a recuperarlo el año del jubileo, pues quedaba en propiedad del santuario. Si el campo consagrado a Yahvé no proviene de herencia, sino por compra, entonces el sacerdote lo valora conforme a los años que quedan para el jubileo, y el dueño lo pagará inmediatamente. En el año jubilar, el campo volverá a su primitivo propietario (v.24). La evaluación debe hacerse por el patrón del siclo del santuario, que equivalía a 20
gueras (v.25)9.
Rescate de Primogénitos (26-27).
26
Nadie, sin embargo, podrá consagrar el primogénito de su ganado, que, como primogénito, pertenece a Yahvé; buey u oveja, de Yahvé es. 27
Si se tratare de animal impuro, será redimido conforme a tu estimación, añadiendo sobre ella un quinto, y si no lo redimieres, será vendido conforme a tu estimación.
Los primogénitos de los animales puros no podían ser consagrados a Yahvé por voto, porque le pertenecían ya de derecho10. Los animales impuros, que, por tanto, no pueden ser sacrificados a Yahvé, serán rescatados según la estimación del sacerdote aumentada en un quinto de su valor. Si no es rescatado, será vendido en beneficio del santuario. Según la legislación del éxodo, los animales impuros no podían ser consagrados a Yahvé por un voto, y el primogénito del asno era rescatado por un cordero; de lo contrario, se le desnucaba11.
Consagración por Anatema (28-29).
28
Nada de aquello que se consagre a Yahvé con anatema, sea hombre o animal o campo de su propiedad, podrá ser vendido ni rescatado; cuanto se consagra a Yahvé con anatema es cosa santísima. 29
Nada consagrado con anatema podrá ser rescatado; habrá de ser muerto.
Primitivamente,
jerem (los LXX: áíÜèçìá) designa las cosas que han de ser exterminadas, hombres, animales o cosas, en honor de Yahvé, de forma que no quedaran como botín de los guerreros12. Después adquirió categoría de
voto o consagración de una cosa a Yahvé de modo especial. Es cosa
santísima y no. pueden aprovecharse, de ella los hombres. Debía destruirse en obsequio a Yahvé.
Los Diezmos (30-34).
30
Todo diezmo de la tierra, tanto de las semillas de la tierra como de los frutos de los árboles, es de Yahvé, es cosa consagrada a Yahvé. 31
Si alguno quisiere rescatar parte de su diezmo, habrá de añadir el quinto. 32
Los diezmos del ganado mayor o menor, de todo cuanto pasa bajo el cayado, son de Yahvé, 33
No se mirará si es bueno o si es malo, ni se trocará; y si se trocare, el animal y su trueque serán ambos cosa santa, y no podrán ser rescatados. 34
Estos son los mandamientos que dio Yahvé a Moisés para los hijos de Israel en el monte Sinaí.
El legislador distingue los diezmos de la tierra sobre cereales y frutos y los de los ganados. Los primeros pueden ser rescatados por su valor más un quinto de su valor. Los del ganado (bueyes, ovejas o cabras) no pueden ser rescatados. La elección de los animales consagrados a Yahvé no quedará a elección del propietario para que no ofrezca lo peor. Así, éste debe ofrecer el diezmo de todo animal que pasa bajo su cayado. La expresión parece aludir a la costumbre registrada en la
Mishna e que el propietario haga pasar bajo su cayado el rebaño al salir del redil, señalando el
diezmo de cada uno según salgan y por el orden en que salgan13. Una vez señalado el animal consagrado a Yahvé, no podía ser cambiado; y si le cambiaba, ambos animales, el cambiado y el que le reemplazaba, se convertían en cosa
santa, sin que pudieran rescatarse.
En el
código de la alianza no se habla de
diezmos, aunque sí de
primicias de los frutos y de los primogénitos14. En
Num_18:20-32 se habla de los
diezmos que han de ser dados a los levitas en compensación por no haber tenido parte en la distribución de la tierra. Y los levitas, de esos diezmos, deben dar la décima parte a los hijos de Aarón. Según el Deuteronomio, el diezmo de trigo, del vino y del aceite debía ser consumido en un banquete al que debían tener acceso los levitas. Si el santuario está lejano, podrán venderlo y con su precio organizar un festín en el lugar escogido por Yahvé, al que debían ser convidados los levitas. Y cada tres años los diezmos de todos los productos del año, en vez de ser entregados en el santuario central, debían ser reservados al levita, al extranjero y al huérfano y a la viuda que residieran donde moraba el propietario15.
Así, según el Levítico, el diezmo es un impuesto en favor del templo; según los Números, un impuesto en favor de los levitas...; según el Deuteronomio, un banquete gozoso ante Yahvé en el que el diezmo en especie es consumido, y cada tres años, un don a los necesitados. A una tal diversidad de concepción no debía corresponder sino una diversidad de leyes, que marcan las etapas de la evolución en la práctica del diezmo.16 La ofrenda de diezmos aparece ya en la época patriarcal17 y en la época de la monarquía18. En tiempos de Esdras se habla sólo de los diezmos de cereales y frutos19. Con todo, la ley de los diezmos era muy dura, y podemos suponer que fue muy poco respetada, dadas las condiciones de pobreza en que se desarrollaba la vida de los israelitas en la paupérrima tierra de Canaán.
1 1 Sam c.1-2. 2 Cf.
2Re_12:5. 3 Cf.
Gen_28:20-22;
Gen_31:13. 4: Cf
Mar_7:11-13 5 Véase com. a Núm 6. 6 El siclo equivalía a "unos 13 gramos de plata. Cf. A: Barrois,
La métrológie dans la Bible: RB (1932) p. 50-76. 7 Cf.
Mal_1:14. 8 Equivalía al
kor, medida de líquidos. Etimológicamente, el nombre de
jómer alude a la carga de un asno (
jamor)
. Cf. A. Barrois, a.c. (1931) 212. 9 La
guerah era. la medida mínima, equivalente a un granito. Los LXX traducen por griego(***) 10 Cf.
Exo_13:12-16;
Exo_34:19. 11 Cf.
Exo_13:13. 12 Cf.
Deu_20:16-18;
1Sa_15:7-9. 13 Tr.
Bekhoroth IX 7. 14 Cf.
Exo_22:28-29;
Exo_23:19;
Exo_34:28. 15 Cf.
Deu_12:17-19;
Deu_14:22-29;
Deu_26:12-15. 16 A. Clamer, o.c., p.207. 17 Cf.
Gen_14:20;
Gen_28:22. 18 Cf.
1Sa_8:15-17;
2Cr_31:6. 19 Cf.
Esd_10:37-39;
Esd_12:44-47;
Esd_13:5-12.